27. Olvidemos todo
Hacía tiempo no iban a una fiesta grande y estaban bastante emocionados por aquella fiesta que unos conocidos habían organizado en el campus de la Universidad, zafándose de las autoridades, un grupo de chicos se había encargado de preparar el lugar y que la fiesta no fuera interrumpida. Era algo arriesgado, pero jamás lo habían hecho, y no perderían la oportunidad de presenciar una fiesta en tal lugar. Sabían que prometía mucho y probablemente habría muchísima droga y alcohol, pero a aquellas alturas, el grupo de amigos prefería pasar el tiempo juntos y degustar tragos sin necesidad de perder los estribos.
Estaba lleno de gente, y sin dudas se habían lucido todos aquellos que habían ayudado a decorar el lugar, llevar la bebida, la comida, los equipos de sonido y luces. Habían copado la cancha de baseball, las luces colgaban del alambrado que separaba las tribunas de la cancha. La música era muy buena igual que siempre y la gente no perdía la costumbre de comenzar a hacer desastres desde temprano, tirando vasos, haciendo volar cosas por los aires, drogándose y corriendo desnudos en el caso tanto de chicas como chicos incluso a pesar del frío.
Jimin había llegado al lugar con el resto de sus amigos en el auto de Yoongi. Era bastante amplio, por lo que todos cupieron, incluyendo a Ten quien de todas formas no le había quedado de otra que sentarse sobre las piernas de Jungkook para ahorrar espacio.
Taehyung y Hoseok estaban ambos abrazados mientras bailaban y reían, hablándose al oído, Namjoon, Jin y Yoongi estaban bailando alrededor de ellos, sólo para molestarles, mientras que Ten y Jungkook reían tomando un trago por lo ridículos que se veían sus amigos. Yoongi fue repentinamente tomado por Tae, subiéndoselo a su espalda y cargándolo mientras saltaba. Hoseok estaba preocupado de que se lastimasen y el resto no paraba de reír. Jimin no perdió la oportunidad de palmear el trasero desprotegido de su amigo de cabello color menta.
En todo el rato que el grupo de amigos estaba disfrutando de la fiesta, cruzándose con otros amigos y conocidos que se les unían para bailar, Jimin y Jungkook no perdían la oportunidad de dedicarse miradas o sonrisas tímidas. Ambos no podían dejar de ver las expresiones del otro, ver los gestos y movimientos que hacían, porque la curiosidad les tocaba la puerta y no podían evitarlo.
Jimin mentiría si dijera que no tenía ganas de abalanzarse sobre Jungkook en todo momento porque le mataba el tenerlo tan cerca pero a la vez tan lejos. Aún así se sentía bien, estaba feliz, porque su relación con su amigo de la infancia había mejorado, y aunque no era lo que solía ser, se sentía extraño pero reconfortante, porque era como si ambos estuvieran conociéndose por primera vez.
- Maldición, ya deja de mirarlo y haz algo – le habló al oído su amigo rubio.
- Sí, Jimin, no sé cómo te aguantas con esas ganas que le tienes – se sumó Jin a la charla.
- ¿Qué pasa? – preguntó Hoseok quien apoyó su mentón sobre el hombro de su novio mientras le abrazaba por detrás rodeándole de la cintura.
- Que el enano no se anima a ir por Jungkook – respondió su novio. Jimin rodó los ojos.
- ¿Qué quieres que haga? No puedo ir como si nada.
- Sólo ve y háblale.
- Está con Ten – habló por lo bajo – No voy a meterme.
- No te estás metiendo en nada, Ten sabe de ustedes, él con gusto te entregará a Kookie.
- Nadie me tiene que entregar nada, no quiero presionar a Jungkook... - dirigió su mirada por detrás del hombro de Jin, notando que Jungkook miraba en su dirección y no pudo evitar que su corazón soltara un par de latidos emocionados.
- No lo estás presionando, él quiere hablarte también, te mira todo el tiempo – habló el más alto y apoyó su mano sobre el hombro de Jimin – ve y gánate su corazón – le sonrió.
El castaño sintió que sí, algo debía hacer, o así había sido hasta que vio al pelinegro hablando con un chico a quien no reconoció hasta que éste volteó, sonriente, en la dirección de ellos y hacia allí se dirigía. Se sorprendió de sobremanera al verle ahí, y muchos recuerdos golpearon su mente y se sintió abatido, quedando petrificado.
- Hey, pensé que ya no iban a este tipo de fiestas – habló el chico sonriendo encantadoramente. Taeyang estaba ahí y Jimin no entendía por qué.
Sus amigos se voltearon y le sonrieron, saludándolo con un apretón de manos y un abrazo. Fue en ese momento que Taeyang se percató de la presencia de Jimin y ambos se miraron con sorpresa, ninguno de los dos esperaba ver al otro, pero como era de esperarse del mayor, con su actitud diplomática, extendió su mano y, aún a pesar de aquellos sentimientos encontrados chocando en su pecho, Jimin le respondió, con una media sonrisa, algo incómoda, pero sincera de todos modos.
- Qué sorpresa verte por aquí, Jimin – dijo sonriendo levemente. Jimin hubiera esperado que Taeyang le odiara, pero notaba que el chico no parecía retener ninguna clase de rencor por él – Bienvenido – Jimin asintió con la cabeza.
- Gracias – ambos terminaron el saludo y Taeyang se volteó, volviendo hacia Ten y Jungkook, permaneciendo con ellos, hablando. El castaño seguía sorprendido, confundido, más viéndole allí y hablando con Jungkook.
- Hey – Jin le llamó – Son amigos nada más.
- No necesito explicaciones... - dijo algo desanimado – No las merezco, Jungkook no me pertenece.
- Cierto, pero de todas formas – comenzó Taehyung – él le ayudó a Jungkook este tiempo, dándole apoyo, pero jamás volvieron a salir o besarse si quiera. Jungkook no lo quiere de esa forma, no lo hizo en el pasado, tampoco lo hará ahora – el muchacho apoyó sus dos manos sobre los hombros de Jimin y lo miró con atención a los ojos – Ve por Jungkook - Jimin volvió a mirar hacia los tres chicos que seguían conversando, viendo cómo él reía y se divertía. Su corazón latía tan fuerte de emoción y temor que no sabía cómo actuar.
Habían pasado unas dos horas, la fiesta seguía igual de enérgica que desde el comienzo. El frío que hacía no se sentía ya tanto por la fogata que habían armado y porque de todas formas no dejaban de bailar en ningún momento, y el alcohol ayudaba, aunque los chicos estaban sólo levemente ebrios. Habían tenido tantas malas experiencias que se cuidaban en la cantidad de alcohol que ingerían.
Jimin miró hacia todos lados, había perdido de vista a Jungkook, le había parecido extraño porque no había notado cuándo se había perdido entre la cantidad de gente que estaba en el lugar.
Fue en ese momento que lo divisó cerca de la fogata, frotándose las palmas de sus manos, al parecer tenía frío, y es que sí, la brisa estaba helada y Jimin no lo había notado hasta que se quedó un poco quieto. Era su oportunidad de acercarse ya que ninguno de sus dos amigos estaban con él, finalmente le habían dejado solo y no podía desaprovechar tal cosa.
Caminó hacia él, sintiéndose nervioso, sentía como si fuera la primera vez que fuera a hablarle o a intentar coquetearle. Era curioso, porque habían hecho tantas cosas juntos, desde besarse, acariciarse y acostarse, que se sentía tonto al avergonzarse por sólo intentar acercarse a él, pero era así como se sentía.
Aunque Jungkook parecía ser amigable con él y hablarle de forma agradable, Jimin aún tenía miedo de que el pelinegro recordara todas las cosas horribles del pasado y terminara por alejarlo de él. Aunque si era así, no le obligaría a quedarse con él, se iría, volvería a alejarse para dejarle en paz si era lo que él quería.
Finalmente, sintiendo cómo su pecho se ponía más inquieto, se paró justo al lado del pelinegro, quien giró su rostro y lo miró, sonriendo. Jimin esperaba no derretirse por su sonrisa y no arruinar aquel encuentro.
- Hola... - dijo Jungkook, sintiendo cómo las llamas de la fogata quitaban el fío de sus manos y hacían su rostro sentirse cálido también. Miró a Jimin quien sonrió y desvió su mirada hacia la fogata.
- Hace frío – comentó, y él asintió. Jungkook no había dejado pasar desapercibido todos los intentos de Jimin por acercarse a él, y no podía estar más feliz con ello. Aún así, el contrario no hacía más que seguirle o mirarle con algo de timidez, y le parecía curioso porque Jimin jamás había sido así. Jungkook de hecho se sentía algo frustrado, porque no había estado soñando con la vuelta de su antiguo amigo para que sólo le siguiera de cerca sin hacer nada.
- Jimin... - habló sin dejar de mirar la fogata frente a ellos - ¿Estos dos años... te acordabas de mí por las noches? – preguntó de repente, porque necesitaba saber algo de todo ese tiempo en el que Jimin había desaparecido de su vida. Necesitaba saber si le había pensado tanto como él.
- Sí – afirmó, cosa que llenó de emoción el corazón del pelinegro – Te recordaba por las noches, por las mañanas y por las tardes... - Jungkook le miró incrédulo. Jimin también le miró y le sonrió – Te extrañé a cada momento, cada día de estos dos años – ambos permanecieron mirándose. Las lágrimas cristalizaron los ojos de Jungkook y éste desvió la mirada.
- No sé por qué hicimos todo tan mal... - sonrió de lado y una lágrima rodó por su mejilla. Jimin se posicionó de frente, tomando el rostro contrario en sus manos y con el pulgar secó la mejilla del pelinegro.
- No hiciste nada mal, yo arruiné todo... te arruiné.
- No fue sólo tu culpa, yo estaba enfermo por ti... - levantó su mirada y se perdió en los ojos contrarios. La mirada desolada del pelinegro destrozaba el pecho de Jimin – No sabes todo lo que sentía...
- Lo siento por todo – el arrepentimiento arremetió contra su conciencia, encogiéndole – Siento no haberte tratado como merecías... y siento nunca haberme dado cuenta de lo que sentías por mí, la forma en la que me mirabas.
- Sólo quería que me vieras.
- Te veía, Jungkook – acarició su mejilla con su pulgar, sintiéndola cálida – Siempre te veía, desde antes de que estuviéramos juntos por primera vez, jamás lo hubiera hecho con ningún otro chico, sólo contigo – apoyó su frente sobre la del pelinegro, y éste sentía que su corazón escaparía de su pecho – Realmente quería estar contigo y me mataban los celos cuando te veía con alguien más, pero no quería que lo supieras, eras tan libre, tan tú, siempre mirando hacia otro sitio, sentía que no me estabas viendo y no tenía idea... – suspiró un poco – Fui un imbécil, y luego, una mierda.
- No seas así contigo mismo.
- No seas tan bueno conmigo...
- Te amo – dijo de repente, y Jimin se alejó unos centímetros, mirándolo con sorpresa – Aún a pesar de todo – sus ojos se aguaron, dejando salir lágrimas nuevamente, su nariz estaba roja – Todo me dolió y sufrí demasiado, pero no me arrepiento y te amo.
- Yo también te amo – sus ojos de igual manera se llenaron de lágrimas y volvió a juntar sus frentes sin despegar sus miradas – Yo me arrepiento de haberte dañado... de haberte lastimado tanto y de tantas maneras... me odié por ello y aunque tú me perdones yo jamás me lo perdonaré – su voz temblaba y sus lágrimas comenzaban a caer – Si me lo permites, déjame tomar todos esos escombros y lanzarlos lejos, déjame tomar todas esas memorias tristes y lanzarlas al olvido para que nunca jamás vuelvan. Déjame amarte como realmente te mereces, porque quiero amarte con todo lo que soy, quiero darte todo lo que tengo, todo lo que me he guardado, porque todo lo que soy te pertenece.
- Jimin... - sus labios temblaban y no podía contener las lágrimas, no querían parar de caer y sus manos también temblaban, ahora apoyadas sobre los brazos del contrario.
- Y prometo... prometo que si no quieres, si te rindes a mí, si te rindes a un nosotros, lo entenderé y me iré, porque quiero que seas feliz, incluso si no es conmigo – sus alientos chocaban contra la boca del otro y era tan fuerte sentir el calor contrario luego de tanto tiempo que la necesidad les impedía separarse.
- No te vayas, no quiero que te alejes de mí de nuevo.
Sus lágrimas habían sido secadas nuevamente, y el tacto de Jimin era tan compasivo y suave que su corazón herido se curaba con cada caricia. Le había extrañado tanto, había sufrido tanto en su intento por acostumbrarse a su ausencia que ya no quería volver a pensar en la posibilidad de seguir viviendo sin él.
- Quiero olvidar...
- Olvídalo entonces, olvídalo todo... y empecemos desde cero, porque me fui dos años para pensar, para recomponerme, y ahora estoy listo para amarte y entregarte todo...
- Entonces... ¿Cuándo piensas besarme? – se mordió el labio inferior apretando sus manos sobre los brazos de Jimin – Ya no aguanto – Jimin sintió que podía desvanecerse en la euforia que sentía, y sonrió sin más.
- Te amo.
Finalmente unió sus labios, como si estuvieran hechos el uno para el otro, encajaron, encastraron a la perfección sintiendo su calor y moviéndose con necesidad. Se habían extrañado y lo sentían con el tacto de sus labios. Las manos de Jungkook se posaron en la nuca de Jimin para profundizar el beso, sintiendo sus lenguas acariciarse, sintiendo su sabor, aquel que no podrían sacarse nunca de la mente pasaran los años que pasaran.
Se separaron un poco para respirar, aunque sus labios seguían rozándose levemente y se mantuvieron mirándose a los ojos, intentando comprender lo que estaba ocurriendo, sintiendo el latido de sus corazones golpeando contra sus pechos.
- Siento que acabo de volver a la vida... - dijo Jimin, en un susurro con su voz aún agitada.
- Bésame de nuevo – le pidió con necesidad.
- Todas las veces que quieras – volvieron a besarse y estuvieron un buen rato sin poder despegar la boca de la del otro, saboreando sus labios y sus lenguas e intercalando sus respiraciones. Jimin llevó sus manos hacia las mejillas de Jungkook y se separó unos centímetros y observó cada pequeño detalle que tenía en frente, incluso los pequeños lunares tan característicos en la cara del pelinegro – Eres hermoso... – le dio un corto beso y volvió a mirarle, sonriendo y tocándole ahora el cabello – No has cambiado nada...
- Tú tampoco... sigues igual de enano que siempre – bromeó, sacándole una carcajada al castaño – Oh... ¿No vas a defenderte? – le miró sorprendido. Jimin negó divertido.
- Estoy demasiado feliz, aceptaré cualquier insulto con gusto – Jungkook le sonrió y le besó, ésta vez chupando su labio inferior, tironeándolo levemente – Extrañaba que me besaras.
- Y yo extrañaba besarte – ambos tenían una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos eran risueños, completamente embobados con la mirada del otro. Se acercó a Jimin, rodeándole el cuello con sus brazos, buscando el calor ajeno en un abrazo que sólo había podido imaginar por los últimos dos años. Cerró sus ojos plácidamente al sentir los brazos contrarios corresponderle, rodeando con firmeza su cuerpo.
- Sabes... - habló con un tono suave, aquel que Jungkook amaba escuchar en su oído – Soñé con esto tantas veces... soñaba que volvía a verte y éramos felices... y aunque pareciera real ni siquiera los sueños más dulces me permitían dejar de extrañarte... - Jungkook pensaba en que era exactamente la forma en la que se había sentido. Sonrió disfrutando de aquella conexión que había extrañado. Jimin suspiró - ¿Me dejarías... mostrarte aquella galaxia que te prometí?
.
.
.
.
Anteúltimo capítulo! Mañana se viene el último. Gracias por leerme ♡.
Estaré preparando todo para subir el nuevo fic en breves.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top