17. Video
La fiesta era de puta madre como todas a las que solían ir. Esta vez quien la organizaba era Kai, un chico amigo de Namjoon que tenía tanto dinero que su mansión la utilizaba para despilfarrar su fortuna en fiestas, droga y alcohol.
Los amigos no tardaron en encontrar su lugar preferido en todo el lugar para bailar, el jardín era grande y muy bien decorado, lleno de luces, inclusive antorchas con fuego que realmente estaban muy peligrosamente puestas allí. Cualquier podría hacer un desastre con eso, pero en fin, a quién le importaba.
Jungkook había tomado una pastilla, porque hacía tiempo no se drogaba con éxtasis y necesitaba de aquella buena sensación que sólo le daba aquella droga mágica. Y como si fuera poco, le ponía tan caliente que estaría listo para coger con quien fuera aunque sus complejos, inseguridades y miedos nunca se iban, pero necesitaba realmente acostarse con alguien esa noche, ya que Jimin estaba con su novia, Solar.
Parecía que su historia jamás terminaría.
Se divertía bailando con sus amigos, se divertía demasiado, incluso estaban disfrutando de aquellos ositos de goma que habían dejado todo el día embebidos en alcohol. Los comían como si nada, eran dulces y a la vez un poco agrios por el vodka. Deliciosos sin duda.
Fue compartiendo esos ositos, que pudo ver a Taehyung y Hoseok besándose, riéndose un poco por la situación, porque ya habían bebido y estaban totalmente sueltos, pasándose ositos de goma con sus labios y lenguas de por medio.
Jungkook sintió envidia, pero no de mala manera, estaba feliz por ellos, porque Taehyung al fin había podido obtener su atención. Pero le hubiera gustado que Jimin estuviera en ese instante allí, y no con su novia.
¿Qué podía hacer? Se puso a besarse con un chico por allí, tocándose, incluso masturbándole. Estaba caliente, pero no se sentía con ganas de hacerlo hasta el final. Se escapó del chico, quien le insistía a irse a una habitación con él pero Jungkook se negó.
Los ositos de goma llenos de vodka y la pastilla le hacían feliz, se sentía divertido y animado, a pesar de estar pensando en su amigo. Y tanto pensó mientras bailaba e iba por allí obteniendo un poco de atención de algún que otro chico, que se le ocurrió una brillante idea.
Quizás era descabellado, pero estaba drogado, ebrio y si se dejaba estar un tiempo, enojado. Porque si se imaginaba lo que Jimin estaba haciendo con Solar en esos instantes, probablemente ni si quiera necesitaría del alcohol y la droga para animarse a hacer lo que planeaba hacer.
Tomó su celular, y buscó en su galería un video que había filmado hacía una semana. Sabía que para algo le serviría, pero no creyó que lo usaría tan rápido, pero era una obra de arte sin dudas. Rió de tan sólo pensarlo. Buscó el número de Solar en su celular, porque sí, se lo había robado de los contactos de Jimin y se lo había guardado, por simple posesivo y acosador que era. No lo pensó ni un segundo y envió el video.
Siguió con lo suyo, sintiendo intriga de cómo aquella acción repercutiría en ese instante, probablemente pronto lo sabría.
Una semana atrás.
Jimin y Jungkook estaban en los baños de su universidad, más específicamente en un cubículo. Habían estado discutiendo, lo cual era bastante normal, aunque el pelinegro no podía dejar de preguntarse en qué momento había ocurrido eso cuando su relación siempre había sido tan suave que jamás nadie los había visto pelearse en el pasado. También se preguntó desde cuándo Jimin era tan tosco en el sexo.
La razón por la cual estaban discutiendo en ese momento era porque Jungkook le había estado coqueteando a un compañero del castaño, a Taemin. Sí, compañero de laboratorio del susodicho.
El pelinegro le dijo que por pura casualidad se habían cruzado en la cafetería y que se habían estado enviando miradas provocadoras por un buen rato, por lo que Jungkook tuvo el descaro de pedirle su número de teléfono y ambos comenzaron a hablar. La cuestión del asunto era que el pelinegro ya sabía que Taemin era compañero de Jimin.
- ¿Tienes cara de querer tirarte a mi compañero frente a mis narices? – le preguntó habiéndolo encerrado con él en el cubículo, aprisionándolo contra la pared, con su rostro casi pegado al contrario, intimidándolo.
- Sólo quiero un polvo... - respiró pesado por la excitación que comenzaba a sentir por tener a su mejor amigo tan cerca. Jungkook solía esconder cómo el castaño le hacía sentir, pero ya hacía mucho tiempo que dejó de hacer aquello, más por despecho y no se arrepentía – O podríamos hacer un trío... - sonrió provocativo y el rostro de Jimin demostró aún más molestia.
- Ni mierda que me acostaré con él, y tú tampoco.
- Tú no decides eso – suspiró, haciendo llegar su aliento a la boca del castaño - ¿Puedo irme? Quedé en tener una cita con él.
- No irás a ningún lado.
- Convénceme – le sonrió, sintiéndose excitado por lo posesivo que Jimin se había puesto – Arrodíllate... - le dijo mientras comenzó a desabrocharse su pantalón – Y chupa... o se lo tendré que pedir a él, porque ahora mismo quiero una jodida mamada – se mordió el labio, tirando un poco la cabeza hacia atrás y mirándolo con superioridad.
Sí, la personalidad de Jungkook podía tornarse complicada, y últimamente más.
Jimin se acercó a su cuello en un movimiento, mordiéndole fuerte y chupándole, sacándole un quejido de dolor de la boca al pelinegro. No le reprocharía el dolor, ya no tenía caso luego de todas las veces que lo hacía.
Aun así, Jimin se arrodilló, levantando la remera de Jungkook y mordiéndole la piel de su abdomen, haciéndole chupones en la piel alrededor de su ombligo, una zona con la cual le gustaba juguetear con su lengua. Le bajó los pantalones de un tirón, sin notar cuándo Jungkook había sacado su celular. Jimin pasó su lengua por toda su erección, hasta metérsela por completo en la boca y sintiendo la punta contra su garganta. Succionó tan bien y con tanta fuerza que la excitación quemaba en el vientre bajo de Jungkook y le hacía temblar de placer, gimiendo.
Sostuvo su celular y comenzó a filmar, quería tener esa joya guardada en su galería. Jimin lo notó, pero no le dio importancia. Los sonidos que hacía su boca al deslizarse sobre su miembro eran tan obscenos que aumentaban la excitación que sentía. Todo era excitante, ver a Jimin arrodillado a sus pies, lamiéndole por completo, metiendo su pene en su boca y succionándolo como si fuera un chupete, con sus labios gruesos hinchados y mojados, pegajosos por el pre-semen.
- Me encanta cómo lo haces, bebé... - su voz temblorosa raspó su garganta al salir.
Jimin se separó un poco al notar que Jungkook se estaba viniendo, y posó sus labios sobre la punta, succionando ahuecando sus mejillas, ejerciendo una presión tal que el pelinegro sentía que le ardía en dolor y placer. Finalmente cuando todo el semen salió, fue directo a la cavidad bucal de Jimin, succionó hasta que el orgasmo del contrario terminó y finalmente tragó. Se paró, quedando nuevamente a la altura del otro, viéndole jadear pesadamente por el orgasmo.
- Ahora bésame – le exigió Jimin, y Jungkook así lo hizo, besándole con desespero, necesitado de sus labios. Quizás a otra persona le hubiera dado asco, pero algo que ellos tenían a favor, era que ambos eran igual de perversos y morbosos, así como también desvergonzados. El más alto chupó el grueso labio inferior del contario, y succionó fuerte provocándole dolor y haciéndole arrugar la nariz – Ahg... - se quejó. En un movimiento rápido, bajó la tapa del inodoro que estaba allí y se sentó, desabrochándose el pantalón y bajándoselo un poco – Móntame – le dijo – de espaldas.
No había nada más excitante que un Jimin exigente. Jungkook se agachó y chupó un rato el pene de su compañero, lubricándolo bien, porque no parecía que el otro tuviera ganas de hacerlo.
Una vez que llenó de saliva aquella erección como si fuera una paleta, se paró y se giró, inclinándose levemente, acercando su trasero al miembro ajeno y con su mano derecha lo dirigió a su entrada, sentándose sobre él despacio. Sintió un leve dolor que a la vez se mezcló con placer, y más al escuchar el gruñido de Jimin.
Comenzó a moverse con efusividad, comenzando a sentir cómo el sudor brotaba de su cuerpo. Apoyó ambas manos al frente, sobre la puerta cerrada del cubículo, y se sostuvo para seguir moviéndose, penetrándose, sintiendo la fricción tan deliciosa en su interior y la punta golpeándole en la próstata.
Estuvieron unos minutos así, hasta que los movimientos se volvieron más intensos, el orgasmo estaba cerca. Jimin puso su mano izquierda sobre la cintura de Jungkook y con la derecha le tomó del cuello, inmovilizándolo, por lo que comenzó a moverse él con fuertes movimientos de cadera, penetrándolo con intensidad y profundidad hasta finalmente acabar dentro de él. Le obligó a pararse y mantenerse un rato con las manos contra la puerta.
- Me fascina ver cómo mi semen se escurre por tus piernas... - comentó con perversidad, observando el líquido correr por esos muslos tan bien formados.
Jungkook bailaba acompañado de sus amigos. Yoongi también era el único soltero así que luego de haber estado con una rubia simplemente se puso a saltar y disfrutar con ellos, fumando marihuana y compartiendo con ellos.
Las personas a su alrededor estaban en su propio trance, moviendo sus cuerpos al ritmo de la música suave pero a la vez energética. Era un buen ambiente, a pesar que siempre se veían algunas situaciones subidas de tono o gente peleando, aún no había culminado ese momento de todas las fiestas donde todos están demasiado mal y las cosas comienzan a tornarse complicadas, pero la primer pieza para el desastre ya había sido movida por Jungkook, y la respuesta estaba en camino.
- ¡¿Estás loco?! – le preguntó en un grito. Jimin lo tomó del hombro y lo volteó bruscamente para que le mirara. Jungkook notó que tenía la mejilla roja, al parecer le había dado una cachetada, le pareció divertido - ¡¿Qué mierda hiciste?!
- No sé de qué hablas... - Arrastró las palabras.
- ¡No juegues conmigo! – estaba realmente cabreado - ¿Quién mierda te crees para mandarle eso a Solar? – Le agarró de la ropa y lo zamarreó.
- Me pareció justo que supiera eso y dejara de perder el tiempo con alguien que le es infiel... - explicó, y Jimin lo miró con sorpresa e indignación.
- No me vengas con esa mierda... ¡A ti no te importa si le soy infiel! – las cosas estaban tensándose de más. Yoongi notó aquello y se acercó.
- Hey... ¿Qué pasa? – les preguntó sin comprender qué ocurría.
- Sucede que este hijo de perra me filmó mientras se la chupaba y se lo envió a Solar.
- No parecía importarte cuando te grabé... - le sonrió, disfrutando de su enojo.
- ¿Qué hiciste qué? – Yoongi abrió los ojos, pensando por un momento que había escuchado mal - ¿Qué mierda pasa entre ustedes dos? – preguntó confundido. Taehyung y Jin notaron el disturbio y se acercaron.
- Eres un maldito idiota – Jimin empujó a Jungkook con fuerza, haciéndolo retroceder.
- Bien que disfrutaste de chupármela y de metérmela ese día – rió.
- Voy a romperte la cara – se abalanzó a Jungkook pero sus amigos le sostuvieron con fuerza.
- ¿Vas a golpearme? – le preguntó – Anda, golpéame y no me ves más la puta cara, imbécil – dijo esta vez enojado.
- ¡Deja de meterte en mi puta vida, Jungkook! – volvió a gritarle con furia. Sus amigos le sostuvieron hasta que él se calmó y les obligó a que le soltaran, acomodándose la ropa luego, estando lejos de su mejor amigo, terminó por irse, alejándose y perdiéndose entre la gente.
Sus amigos estaban conmocionados, y bastante nerviosos con lo que había sucedido, porque jamás habían presenciado una pelea entre ese par. Intentaron dejarlo de lado, y siguieron bailando.
El pelinegro sentía que no le afectaba lo que había sucedido, porque no se arrepentía de haber enviado ese video, de hecho, era lo mejor que podría haber hecho para que esa zorra se alejara de él. Incluso aunque fuera una chica decente, para él todas las novias de Jimin eran zorras y dignas de ser alejadas de él.
Su posesividad había crecido con el tiempo, hasta el punto de hacerlo tomar acciones como esa, y esta vez sí que se había pasado, pero no le importaba, aun si Jimin no le hablaba y estaba enojado, ya se le pasaría, porque siempre volvía a él, así como Jungkook siempre volvía a Jimin.
El Jungkook de antes hubiera sido consciente de la dirección que todo aquello estaba tomando, hubiera hecho algo, hubiera intentado arreglar las cosas, pero su mente simplemente actuaba por sí sola, embriagada no solo en esas sustancias dañinas sino también en sus sentimientos, que con el tiempo se volvieron tan dañinos como el alcohol y la droga, intoxicándolo a él y a su mejor amigo.
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