13. Estrés

Los chicos acababan de salir todos de un exámen, y estaban esta vez sentados en el césped del campus, a un lado del edificio de ciencias, esperando a Yoongi y Jimin.

Mientras algunos de ellos fumaban y se distendían luego del estrés que significaba rendir un examen, también hablaban de cómo les había ido y de las dificultades que se encontraron.

- Sólo espero no tener que recuperarlo – dijo Hoseok con preocupación.

- No lo recuperarás, siempre te va bien – dijo el pelinegro mientras le robaba el cigarrillo a su amigo Taehyung.

- Aun así estoy inseguro.

- Por lo que contaste, te fue bien, has respondido la mayoría de las preguntas, no te preocupes – Jin intentó que se relajara – Yo no sé cómo me habrá ido, eran demasiados temas, y algunos ni siquiera los tomaron, los estudié en vano – se llevó su mano a la cara en gesto de frustración.

- Odio cuando pasa eso – le entendió Namjoon. Mientras seguían comentando sus preocupaciones, Yoongi y Jimin se aparecieron.

- ¿Cómo les fue? – preguntó Taehyung, recostado en el césped y con los ojos entrecerrados por el sol que le daba de lleno en la cara.

- Bien, supongo – respondió el chico de cabello menta.

- Qué pregunta, Tae – dijo Jin bufando – A ellos siempre les va bien.

- Jimin – Jungkook le llamó - ¿Cómo te fue? – le preguntó notándolo algo ido.

- Bien – suspiró – Tengo que irme – miró su reloj – mierda, en media hora ya entro al laboratorio.

- ¿Cómo le haces para hacer todo junto? – le preguntaron.

- No lo sé, sinceramente – rió algo desganado – Es agotador, pero supongo traerá su recompensa – alzó los hombros, sin darle mucha más importancia. Saludó a sus amigos y se fue rápidamente.

Los exámenes pasaron, y todos estaban más relajados, siempre con cosas para hacer, pero no estaban con la agenda tan apretada, por lo que no tardaron en ir a una fiesta organizada por unos chicos de su universidad.

Esas fiestas siempre se hacían en lugares eran grandes y nunca faltaba nada con lo que pudieran pasarla bien. Mientras más gente la organizara, mejor era.

Esta fiesta era en un galpón que era enorme, muy extenso y a pesar de ser un simple galpón abandonado, los chicos que organizaban se encargaron de acomodarlo a su gusto y había quedado espectacular, de forma que pareciera un club nocturno.

Los amigos se prometieron no tomar ninguna droga extraña, o al menos preferían no terminar todos tan mal.

Jungkook tenía a su lado a su acompañante de esa noche, Taeyang. Le había invitado porque le parecía curioso estar de fiesta con él, que sus amigos le conocieran y se divirtieran juntos. Los chicos ya habían conocido a Taeyang en el pasado y a todos les caía bien, incluso hacían chistes refiriéndose a él como "El novio de Jungkook", a lo que el susodicho se negaba entre risas y el resto decía que pronto sería cierto. Jungkook no lo creía, para nada, pero tampoco le molestaba, al fin y al cabo su mejor amigo había estado siempre con mujeres, siempre en pareja, y él finalmente estaba saliendo con alguien agradable que por momentos le permitiera desviar su atención a otra cosa que no fuera Jimin.

Bailaron toda la noche, Jungkook no se despegó del rubio en ningún momento. Se separaban a veces del grupo de amigos para tener su privacidad, perdidos entre la gente, donde el pelinegro se dejaba hacer, dejando que el contrario le besara completo, le tocara con sus manos y Jungkook también aprovechaba situaciones para restregar su trasero contra la entrepierna de Taeyang mientras bailaban sensualmente y podía notar su miembro duro. Se escaparon hacia el fondo del lugar, saliendo del galpón para hacerlo, cuando Jungkook vio de lejos a Jimin teniendo sexo con una chica. Se preguntaba cuántas veces había visto la misma escena en su vida, y seguía doliéndole como la primera.

Se buscaron un lugar apartado de todo, pero sin que Taeyang lo notara, Jungkook escogió un punto específico donde podía ser fácilmente visto por Jimin, que había pasado desapercibido para el rubio. Rápidamente, con mucho alcohol encima, finalmente pudieron liberar toda esa tensión sexual que estaban manejando en la pista de baile. Taeyang le había subido a una mesa que estaba olvidada por allí. El pasto era alto, no se cortaba hacía semanas al parecer.

A ninguno allí le interesaba hacerlo frente a otras personas, porque era normal, a nadie le importaba. Y ellos estaban demasiado calientes, demasiado ardientes y muy alcoholizados, y Jungkook muy enojado.

Mientras era embestido con fuerza gemía a la vez que Taeyang le besaba la boca y luego el cuello. En eso, Jungkook podía sentir el miembro de su compañero tocarle bien profundo y haciéndole sentir placer, afortunadamente, porque si tuviera que concentrarse para poder llegar al orgasmo, no lo hubiera logrado, ya que su atención estaba en otro lado, mirando por arriba del hombro de Taeyang, allá al fondo, en su mejor amigo sintiendo placer con alguien más.

Sólo se imaginó estando con él y fue instantánea la forma en la que llegó al orgasmo, sintiendo ese temblor en todo su cuerpo y con un último gemido áspero. Notó en ese momento que Jimin le había visto.

Se acomodaron la ropa, besándose un poco más y luego volviendo a la pista de baile, tardando algo en encontrar a sus amigos de nuevo.

Taeyang terminó luego por irse de la fiesta, porque unos amigos de él andaban buscándolo y le ofrecieron ir a otro lugar. Invitó a Jungkook pero él le dijo que estaba bien que fuera solo, que él quería seguir estando con sus amigos.

Fue luego de eso que con vaso en mano siguió tomando un poco más y bailando de manera divertida con sus amigos. Taehyung parecía estar progresando con Hoseok, ambos estaban cariñosos, riendo y bailando juntos, bastante cercanos el uno al otro. Quizás Hoseok ya había comenzado a dejarse llevar por sus instintos y por los encantos extraños de su amigo y finalmente le daría una oportunidad. Estaba feliz por ello.

Estaba solo bailando y aun tomando, hasta que un cuerpo se pegó a él desde atrás. Podría haber jurado que era cualquier chico que se le acercaba para encontrarle con la guardia baja, pero la forma de ese cuerpo la conocía, y no podía confundirse cuando esos brazos le abrazaron por detrás, rodeando su cintura.

Se dejó llevar por los movimientos lentos que su amigo le dictaba con su cuerpo, e incluso sintió esos labios esponjosos posarse sobre su cuello, mordiéndolo despacio, succionando luego, probablemente dejándole marca. Jungkook llevó sus brazos hacia atrás y sujetó el cabello del castaño, entre sus dedos, sintiendo su suavidad. Sonrió, dejando su cuello al descubierto y sintiendo esos labios moverse sobre su piel.

La música los inundaba, era suave, como las caricias de esos dedos trazando líneas en el cuerpo de Jungkook. Él se volteó, quedando de frente a él. Jimin le sonrió quitándole el vaso de su mano y tomando un sorbo, dos, hasta terminarlo y tirando el vaso, que era de plástico, al piso. Tomó su mano y posó la otra en su cintura, el pelinegro lo miró extrañado, mientras Jimin comenzó a moverse, bailando como si de un vals se tratase. La música no iba con eso para nada, aunque era lenta y quizás hasta quedaba mejor de lo que parecía. Jungkook comenzó a reírse, respondiendo de todas formas. Bailaron de esa manera por un buen rato, mientras Jimin se hacía el galán y le tiraba sonrisas encantadoras, besos al aire o le guiñaba el ojo. Jungkook no dejaba de sonreír.

Era feliz en esos momentos, donde eran ellos mismos.

Sin embargo, las cosas se complicaban cada vez un poco más.


Jimin llegó al departamento, cerrando con un golpe la puerta. Jungkook le escuchó desde donde estaba, y no tardaría en cruzarse con él, ya que se encontraba en la cama del castaño, sólo con sus bóxers puestos, boca abajo, leyendo unas fotocopias de la universidad. Últimamente era un hábito que se le había hecho.

Jimin entró a su habitación, con un aura molesta, dejando en el piso su mochila con nada de cuidado. Bufó cansado, quitándose su chaqueta, guardándola en el armario y acomodando un poco sus cosas.

- ¿Mal día? – preguntó, sin sacar su vista de sus fotocopias.

- ¿Es que no planean darme una mano? – preguntó indignado, con enojo pesando en sus palabras. Sacó su guardapolvo de laboratorio de su bolso y lo colgó – Ya llevan tiempo haciendo que haga todo, para que luego ellos se lleven el maldito crédito.

- ¿No tienes forma de cambiarte a otro departamento?

- No – respondió con enojo – No me cambiarán – suspiró y se restregó su cabello con las manos – Además de todo, quise salir con Solar, con suerte tendría sexo con ella, pero no quiso – sonaba indignado y rió – Dice que le han dicho cosas malas de mí ¿Puedes creerlo? – Seguía sacando cosas de su mochila, cuadernos y de más, dejándolos en su escritorio dando golpes y haciendo ruido. Jungkook en ningún momento le miró.

- Ya podrás cogértela, siempre ganas – dijo con voz desinteresada, mientras Jimin seguía caminando de un lado a otro esparciendo su enojo con todo lo que tocaba.

Jungkook suspiró y el hundimiento de una parte del colchón le llamó la atención, hasta el punto que sintió algo duro apoyarse sin pudor contra su trasero. Apoyado con sus manos a cada lado del cuerpo de Jungkook, Jimin tenía su parte baja pegada totalmente a él, haciendo presión y generando pequeños movimientos.

- Jimin, estoy leyendo – dijo en un tono seco, porque estaba enojado, claramente por el hecho de que de no ser que esa chica Solar le había dejado con las ganas, Jimin no estaría allí buscándole.

- ¿Y te piensas que, al verte casi desnudo en mi cama con ese trasero tuyo, me importa que estés leyendo? – le preguntó sin nada de tacto – Lee si quieres, mientras te penetro – Se acercó un poco más, lamiéndole el cuello y mordiéndole la oreja – Vamos a ver cuánto aguantas – siguió masajeando lentamente el trasero de su amigo con su miembro erecto bajo su ropa – Necesito descargar el estrés.

- ¿No puedo estar en bóxers en la casa porque ya quieres metérmela? Eres sucio.

- ¿Quién no quisiera metértela? – le mordió el cuello con fuerza.

- Me duele – se quejó.

- Me frustras.

- Y tú a mí – rodó los ojos. Jimin se irguió, sentándose sobre las piernas estiradas de Jungkook, tomó el borde de los boxers ajenos y los bajó, dejando al descubierto sus glúteos bien formados – No te he dicho que sí.

- Y yo no te pregunté – respondió con brusquedad.

Jungkook sintió que se alejó, pero en un segundo sus glúteos fueron separados por las manos del castaño y sintió algo húmedo calarse por su entrada. Gimió al sentir la lengua de Jimin recorrerle, adentrándose en su agujero, humedeciéndolo por completo. Se sentía tan bien que no pudo evitar retorcerse. Jimin le chupaba, le lamía y hasta le mordía, porque hacía lo que quería con él y Jungkook no se negaría jamás.

- Jimin... - gimió.

- Sigue leyendo, bebé – le pegó un manotazo en el trasero, a lo que Jungkook jadeó de la impresión – Yo me encargo del resto.

- No seas... idiota – habló con reproche.

- Entonces solo gime para mí – se relamió los labios mientras se quitaba el pantalón y su ropa interior, para luego juntar bien las piernas de Jungkook, sentándose a horcajas sobre ellas, justo detrás de su trasero. Con sus manos volvió a separar sus glúteos.

- Dolerá así – intentó moverse y no pudo – déjame mover las piernas.

- Así estarás más apretado, te gustará – su voz sonaba ronca y lasciva.

Se abrió paso, introduciendo su miembro muy despacio, demasiado, en el interior de Jungkook. Lo hizo lento para que pudiera sentir cada centímetro de él. Un profundo y sensual gemido salió de la boca del pelinegro que sólo se sujetó a las sábanas. Comenzó a moverse muy lento. Le dolía, pero lo hacía despacio y le estaba gustando. Las caderas de Jimin se movían en un vaivén suave pero profundo, asegurándose de introducirse por completo.

Sus manos seguían sobre los glúteos de su amigo, apretándolos y abriéndolos más, viendo cómo su pene entraba, cómo se deslizaba lentamente en su interior y el pre-semen se escurría por ese agujero que estaba penetrando.

- Dios... Jimin... - se mordió los labios fuertemente.

Sentía un gran cosquilleo en su vientre, haciéndole temblar en placer. Estaba tan excitado por la forma que Jimin le apretaba y penetraba, duro pero lento, que dejó las fotocopias de lado y hundió su cara en el colchón ahogando gemidos.

Jimin se quitó su remera, quedando ahora completamente desnudo, se inclinó, sin dejar de moverse, pero esta vez aumentando un poco el ritmo y apoyó todo su cuerpo sobre la espalda de Jungkook. Volvió a lamerle el cuello, porque era una de las cosas que más le gustaba hacer.

- Me encanta que lo disfrutes... - habló en un susurro obsceno y comenzó a penetrarle con fuerza, rápido para que los gemidos le fueran imposibles de retener y así fue, gemía, vocalizando de una manera hermosa, con su voz ahogada en placer mientras que Jimin se mordía los labios aguantando no correrse aún, gruñendo de placer en la oreja de su compañero – bebé... quiero llenarte por completo conmigo – sus estocadas se volvieron más lentas, volviendo a concentrarse en la profundidad.

- Sí... - jadeó, dejando su rostro de costado sobre el colchón. Sus ojos cerrados y su ceño fruncido – termina adentro...

- Claro que lo haré... - le dio un beso en la mejilla porque se veía tan lindo que no podía resistirse a esa imagen de un Jungkook sudado y cansado, rendido al placer. Le dio más fuerte, esta vez ninguno de los dos podía mantener sus gemidos en su boca.

- Más Jimin... maldición... - Jimin aumentó más el ritmo – así...

- ¿Así te gusta...? – jadeó. El calor le estaba haciendo sudar de sobre manera, mezclando su sudor con el del pelinegro.

- Sí... así... - respondió como pudo, con una voz que le temblaba por el dolor placentero que comenzaba a invadirle.

- Me encanta tu voz cuando te lo hago... - sonrió y le penetró tan fuerte que finalmente ambos llegaron al orgasmo, temblando y con espasmos.

Aún así, recostado totalmente sobre Jungkook, presionándole, Jimin volvió a mover sus caderas lentamente. Jungkook estaba rendido intentando descansar su cuerpo mientras éste respondía a la sobre estimulación con temblores.

- Jimin... - suplicó temblando – ya no...

- Si te encanta sentirme – le mordió el cuello nuevamente, de manera dolorosa y sólo se quejó con un gemido.

- Me duele...

Los movimientos siguieron. Jimin se apoyó sobre sus codos, y con fuerza, como si hubiera sacado energía de algún sitio, volvió a moverse y penetrarle con rapidez. Jungkook se endureció bajo su cuerpo, sentía que sus abdomen se contraía de sobre manera, se sujetó fuertemente a las sábanas una vez más y gimió, sintiendo más dolor que placer porque esa posición seguía manteniéndole apretado y las fuertes embestidas no ayudaban.

Le ardía una enormidad, y el placer de la sobre estimulación era más desesperante que satisfactorio. Jimin volvió a eyacular dentro suyo, separándose luego y acostándose al lado del contario. Pudo escuchar la respiración agitada de su amigo intentando volver a la normalidad.

- Maldición... - suspiró secándose el sudor de la frente con su brazo. Giró su rostro de lado para mirarle. Jungkook aún tenía los ojos cerrados, y tenía una expresión angustiada. Jimin se acercó y lo abrazó – Lo siento... creo que... me pasé.

- No es la primera vez... - dijo en un hilo de voz casi inaudible. Abrió sus ojos, estaban cristalizados.

- No... bebé... - acercó su rostro al contrario y le acarició el cabello – Lo siento... estaba enojado... - le besó la mejilla – No debí haberme desquitado contigo.

- Bueno, yo no me resistí mucho tampoco...

- Perdón – volvió a disculparse. Se pegó a él, reforzando el agarre de sus brazos, rodeando a Jungkook por completo – Duerme conmigo hoy...

- No puedo – respondió, aunque quería y a pesar de que se tendría que sentir feliz por haber tenido tanto placer con él, no se sentía bien para nada – Me encuentro con Taeyang hoy – Se soltó del abrazo, y con unas toallas de papel que habían en la mesa de luz se limpió, luego se acomodó su ropa interior y agarró las fotocopias que de alguna manera habían terminado en el suelo.

- ...Entiendo...

Jungkook se fue de la habitación y entró al baño directo para bañarse. Se apoyó sobre la puerta y se dejó caer al piso, llorando, y sintiendo un vacío tan grande que parecía estar tragándolo entero, llevándolo a algún lugar perdido del universo donde estaba más solo que nunca. Como un agujero negro que le había quitado todo, y quizás ese agujero negro estaba en su pecho porque lo sentía doler, tironeándole y abriéndole en dos.

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