"Sus lágrimas llenaban sus vasos"
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Hay personas que llegan a nuestras vidas dejando una gran marca para siempre, cicatrices imborrables y recuerdos dolorosos.

Es difícil afrontar el engaño, la traición y todo el daño implícito en estas acciones.

Olvidar. Superar.

Te toma apenas segundos pronunciar las palabras, pero hacerlo realmente es una acción que conlleva tiempo, esfuerzo, voluntad, resistencia y valentía.

¿Cómo se sana una herida que está siendo lastimada de nuevo constantemente?

¿Cómo olvidar algo que está atado a tu existencia y a cada una de tus respiraciones?

Si cada vez que cierras los ojos te torturas a ti mismo. Si te encuentras culpable y merecedor del daño que se te causó aunque claramente fuiste la víctima.

Sentirse agotado todo el tiempo aunque no se haya hecho nada. Las lágrimas y la tristeza que no se puede explicar.

Querer estar solo y temerle a la soledad al mismo tiempo.

Desconfiar de todos creyendo que sí no dejas entrar a nadie más nunca podrán hacerte daño de nuevo.

Tratando de ser fuerte y seguir adelante día a día aunque solo quieres tirar la toalla y dejar de sentir esta tormenta de emociones.

Es como estar encerrado en un pequeño cuarto oscuro donde la luz del sol no pasa.

Se siente como si fuera un punto negro entre tantos puntos blancos, la pieza del rompecabezas que no encaja, el chico roto que vaga sin rumbo.

"Pasó hace mucho, ya superalo"

"No es para tanto"

"Te gusta hacerte la víctima"

"Lloras sin sentido"

"¿Eres emo y por eso actúas así?"

Sin etiquetas... solo soy una persona rota que no quiere seguir existiendo en este enorme mundo que no parece tener nada más para mí.

Si yo ya había aceptado mi destino ¿Por qué llegaste a querer sanar mis heridas?

Trataste de arreglarme sabiendo lo imposible que era reunir todas las piezas.

Secaste mis lágrimas con besos y pusiste una curita rosa en mi corazón.

Como si aun fuéramos niños y una canción de cuna acompañada de un beso fuera la solución a todos nuestros problemas.

Te volviste mi estrella, mi lluvia, mis flores, mi aire, me devolviste la alegría y la esperanza.

Hola a todo aquel que dedique parte de su tiempo a sumergirse en esta historia, la no tan grandiosa historia de un adolescente sumergido en su amargura y vida depresiva por demonios del pasado que no lograba superar, la historia de una amistad pura y verdadera y de un amor que supo romper barreras y sanar almas.

Preparen pañuelos porque van a llorar de tristeza, felicidad (y las tonterías de un sexy pelinegro que se hace llamar amor de mi vida)

Atte: Jason Sullivan