22 || Through Anna's eyes

[ A los ojos de Anna ]

Hola, soy Anna. Si, la bailarina, la lisiada, la protegida de Penny Forrester, zanahoria. Todas esas cosas y más soy yo.

Elsa no estaba tan de acuerdo con esto en un inicio, pero Kristoff y yo logramos convencerla de que nos dejara redactar un poco de su libro. (Se pasa, todavía de yo me partí la cara y ella va a sacar dinero de eso). De todas maneras, lo que sucede después de Berlín no es algo que le encante recordar.

Voy a comenzar desde el principio, una serie de detalles que ella omitió simplemente porque no tenían que ver con su vida. No en un sentido egoísta, su situación probablemente tendrá a más de uno al borde del hilo y con el corazón en la mano. (Es hasta más interesante que la mía. La canalla me dijo que iba a escribir sobre mí y mi accidente y me vio la cara de estúpida). Elsa escribió que fue de nosotros desde mi accidente, como nuestras vidas cambiaron, y creí que sería lindo si dedicara uno o dos capítulos para platicar el cambio desde mi perspectiva aunque haya quedado claro que me costó. (Kristoff sale caro. ¡Sh! Es nuestro secreto).

Solo para que no haya confusiones, yo me lastimé en abril del dos mil veintidós, una semana después de mi cumpleaños veinticinco (Kristoff insistió en que lo pusiera). Me operaron y quedé tan vulnerable que tuve prohibido realizar básicamente cualquier actividad, ya que otro accidente podría dejarme sin caminar. Creo que de eso te has de acordar.

Luego sucedió algo que no veía venir: terminé en un centro de rehabilitación con animales. Conocí renos, caballos y al que sería mi marido después: un rubio serio y aparentemente malhumorado con cabello de princesa.

Quizás hayas escuchado esta frase que dice más o menos: "Si algo es demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea." Verás, yo tenía la costumbre de ser como perro bajado de la azotea: no sabe ni para donde mirar, a todos lados quiere ir y a todos quiere saludar (encimársele). Elsa lo resume bastante en: "A mi hermana le gusta el que le sonría." No es que esté muy orgullosa de admitirlo, sin embargo era verdad.

Kristoff fue el primer hombre que no me sonrió, ni me miró pícaramente (amablemente siquiera); él estaba concentrado en hacer bien su trabajo para que le dieran su lana y ya. No estaba nada interesado en caerme bien. Entendible.

Fue entonces que desarrollé un sentimiento extraño; diferente. Quizás similar a la curiosidad o la adrenalina, solo sé que era una cosquilla, como cuando ves pelis de aventura y sientes ganas de aventarte de la cascada también o entrar a la tumba del faraón (que probablemente huela como a queso rancio y pies). Kris era diferente y, en mi perspectiva, muy misterioso. Ahora era mi turno de indagar; era un reto para mi. Y yo amo los retos.

Quizás cualquier otra persona ni siquiera se hubiera molestado, pero yo no soy cualquier persona. Yo soy Anna Arendelle y era adicta a la atención, a la admiración y a los tratos amables, había algo en la situación que me llamaba como voces a los esquizofrénicos. (Vi un documental de un caso de una chica que decía que el mar era su carnal y otro de una chica que sentía que la llamaba su mamá fallecida, y me dieron escalofríos).

Pero lo que pensé que iba a ser un enorme reto, terminó siendo una de esas historias de amor que son torpemente adorables. Si, el lenguaje corporal delataba inmensamente a Kristoff y los gestos nerviosos también lo hacían (Sven el reno fue de mucha ayuda, además). Aquí era y lo sentía; lo sabía. Kristoff era demasiado bueno para mi y era ciertamente verdad.

Te lo voy a poner así: El comportamiento de los humanos se regula de dos maneras: piensas antes de actuar o actúas y luego piensas sobre lo que hiciste. Yo actué y quise robarle un beso a Kristoff, fue cuando él se asustó que pensé en lo que había intentado. Me sentí decepcionada al principio, fue incómodo. Ryder me explicó después que es posible que alguien pierda su licencia (es decir, lo que avala que estar capacitado para... ya entendiste) si se le descubre teniendo algo con un paciente, además de que se puede manipular la información. Por eso no debes estar solo con un paciente. Ay, me explicó muchas cosas que no me hicieron sentido, a menos que seas alguna clase que idiota que disfruta decir que una persona de salud trató de sobrepasarse contigo para arruinarle la vida y la carrera aunque no sea nada cierto. Sentí mucha impotencia y mucha rabia, él solo se encogió de hombros. La vida no es justa.

En resumen, él podía perder su licencia si me correspondía el beso y se malinterpretaba la situación.

Entonces recordé que mi hermana había dicho que vendían café muy rico cerca del establecimiento y le invité uno a Kristoff en la noche. Me disculpé por haber sido imprudente en la tarde y no haber medido lo que hacía, y él me tranquilizó diciéndome qué tal vez sentía algo por mi, pero que aún se sentía un poco confundido sobre lo que era, todo esto mientras las mejillas se le coloreaban de rojo y se llevaba una mano al cabello. Sonreí. Lo entendí.

Se me ocurrió entonces acordar una cita fuera de la terapia, así podría quedarle a él todo más claro y también me daba un par de oportunidades para convencerlo. Kriss aceptó y lo dejé escoger el lugar. Fuimos a desayunar waffles y no me juzgó cuando hice un castillo con estos y le mandé una foto a mi hermana, aún la ha de tener.

—Habrías de crear un país y ponerle tu apellido —me dijo, como joda obviamente—, para construirle un castillo como este, todo para ti.

—No lo sé —repliqué como si de verdad lo estuviera meditando—. Apenas llegué al campo y mudarme de nuevo sería una lata. Lo que si, es que ser reina no sería un trabajo de alto riesgo para mis huesos debiluchos. ¿Tú alguna vez fantaseaste con ser rey cuando eras niño?

—De repente, solo porque pensaba que no hacían más que calentar los asientos y cuidarse la imagen.

—Bueno, es lo que hacen ahora —atiné obviamente no refiriéndome a Inglaterra—. Pero hace muchos años debió de haber sido un trabajo agotador.

—Sí... yo estoy fuera.

Solté una carcajada entonces y tomé un poco de malteada.

—Yo pensaba que las princesas solo existían para tener historias de romance —reflexioné—. O al menos cuando bailaba en los escenarios interpretándolas, sus historias siempre eran únicamente de amor, nunca pasaba nada más. ¡Yo pensaba que eso era todo lo que hacían!

—Suena machista, si lo piensas —tomó entre sus dedos el popote de su malteada de vainilla—, pensar que la única función de una princesa es casarse y de una reina, dar herederos al trono.

—Oye, no se supone que me deprimas —le reclamé y él rio—. Mejor voy a comerme mi castillo, con permiso.

—Pasaste de la reina al dragón hambriento.

—Lo que te convierte en el caballero.

La segunda cita sí corrió a mi voluntad, yo quería almorzar sándwiches (por que son mis favoritos) y Ryder dijo que por casualidad su hermana conocía un parque donde vendían unos deliciosos. Fue lindo. Una cita pícnic como las que se pusieron de moda entre los adolescentes. En el parque incluso hubo un hombrecito chaparrito vestido de blanco con un sombrero elegante y bastón que cantaba y bailaba excepcionalmente sobre lo maravilloso que era el verano. (Ya estaba próximo a comenzar). Y palomas (por alguna razón me gustan mucho las aves).

La princesa y yo estábamos a un paso de ser novios cuando sucedió lo que ya conoces en el departamento de Elsa. Admito que quizás si hubiera sido menos pesada, le hubiera ahorrado mucho a mi pobre hermana y a su trastornado novio doctor. Andy de repente viene a visitarnos por la amistad que tiene con Kristoff, (y conmigo también, ¿para qué te digo que no?) y tengo que recordar no decirle "El novio doctor". (Es difícil a veces; me agarran en curva).

Eso se oyó mal. (En todo caso, no los dos).

Bueno, espero que no se me olvide cambiarle.

E imagino que fue justo por eso que Kristoff estaba tan insistente en que me regresara y dejara a Elsa resolver su problema (que a su parecer, no existía tal problema, pero es que aún no había conocido a la reina del drama) (Andy y Jack se van a ir al cielo con zapatos, ahora si los dos, y tomados de la mano con Kristoff, ¿para qué me las doy de santa?) y me rompió el corazón tener que dejar a mi hermana con su crisis, que ella aseguraba, no existía tampoco. Hasta parecía que la que estaba en crisis era yo de que todos actuaban normal.

Para la fiesta en mi casa, ya éramos novios. De manita sudada, por supuesto, porque Kristoff es un bebé. Mío. Mi bebé. Pero un bebé al final.

El primo Carlos se sintió como un balde de agua fría y hielos para mi pobre princesa, siendo experto en el ancestral arte del chupe (adivinaste, sociales) y el desmadre. Pero luego le tocó a Andy también y déjame decirte que a él le costó menos trabajo entenderse con él. Elsa es muy distraída y seguro no lo notó (o Andy ya la había puesto hasta el cepillo, una de las dos cosas) (Ese debería saber mejor que nadie que no puedes poner a Elsa hasta el cepillo, es casi pecado).

Ah, cierto, que se enteró después.

Mi hermana consiguió chamba poco después gracias a Rapunzel y sus influencias, y si que fue una influencia, porque Elsa terminó envuelta en una situación en la que no quería estar (nada nuevo) con una chica a la que quisiera felicitar porque no me había reído tanto desde que Ryder salió gritando del baño por una broma de Kristoff con una araña de goma. Bueno, al menos Andy ya no se preocupó por mantenerla, ya que poco después Elsa ya no salió de su casa. Veían películas todo el tiempo, digo, ella decía que a eso iba.

No es que su apartamento de Elsa sea el mejor lugar para vivir (si, hablo de sus vecinos y sus gatos del demonio), pero ya se había convertido en algo así como una casa de vacaciones: solo iba a ver a Susan.

Esa Susan, quería comerse con salsa a mi Hans (mi Hans porque soy su mejor amiga y lo registré como mi propiedad porque soy una ciudadana responsable) y como cualquier mejor amiga que se respeta, le llamé a su ligue del momento (un bailarín que trabajaba con nosotros) y le dije que se lo había comido un conejo gigante, esperando que me creyera.

Si algo puede presumir Elsa que tiene bonito son sus amigas, su hermana, por supuesto, y sus novios.

¿Qué? ¿Me vas a decir que no los tiene bonitos?

Lo demás ya te lo sabes, Elsa da a conocer un poquito de los Davis (que están igual de locos que nosotros, salvo su mami de Andy) y ventila un poco más su relación tanto con Andy como con Jack... ¡y finalmente sabemos porqué Elsa no lo puede ver ni en pintura! (Andy, Jack y yo tenemos una cosa en común y no es Elsa: Los tres comemos rubias, solo que la mía no está mal teñida).

Le dije a Elsa que no se tardara tanto en revelarlo, pero no es usual que no escuche lo que le digo, no más cuando decide que tiene ganas de tener un ataque de pánico lo hace, y todavía falta de revelar la razón de los periódicos (esa dijo que se la iba a dejar a Jack, lo que sea que eso signifique, igual no lo puedo decir).

Y de repente... en febrero de dos mil veintitrés... ¡sorpresa! ¡Andy se va a Berlín con esa zorra! Pero bien alimentado, dijo Elsa. Andy bien mentiroso, dice que no le gusta el pescado y ni es cierto. Esa noche si comió pescado, lo podría apostar. Todos son iguales.

Elena, lo de zorra es con ternura. Pero es que si te pasas, amiga. ¡Tantita dignidad!

Bueno, que de dignidad no se vive, ahí tienes al Hans (no es cierto, Hans). Y ya no voy a decir más porque sino no se enoja la otra princesa. (A Kristoff le digo princesa porque se pone un mandil de princesas para hacer el quehacer, no por el cabello, y a Hans pues tú adivina).

Por si se lo preguntan: no. Kristoff y yo no vivimos juntos como ese par de raros lo hacían. Yo no más voy a su casa de vez en cuando, por qué de por si ya nos vemos todos los días, y a veces Kriss está haciendo su quehacer. No coopero demasiado, pero dicen que el que no estorba mucho ayuda. ¿Sí se dice así?

Igual y se justifica porque Andy no estaba casi nunca y Kristoff y yo sí nos veíamos bastante afuera. Y ahora en Berlín, menos.

Pero, bueno, la pregunta del millón: ¿por qué yo seguí siendo amiga de Jack si hirió tanto a mi hermana? ¿Por qué no lo destrocé a puño limpio para que quedara como puré de papas del que hacía mi abuelita como le dije que lo haría si la lastimaba?

Descúbrelo en un par de capítulos. Me despido por ahora, tengo terapia con Ryder y Angus. ¡Hasta pronto!

Gracias por los 4K de vistas linduras, sinceramente aprecio mucho que aprecien este mi primer libro. Escribir para mí me encanta, pero escribir para ustedes es aún más hermoso. Ya vendrán más libros después.

A los fantasmas por ahí: No tienen una idea de lo mucho que apreciaría saber que están aquí simplemente diciéndomelo o votando, si tú eres tímidx no importa, igual nadie va a saber más que yo y yo no muerdo a menos que seas una dona. Vamos a ser sinceros, en cualquier contexto; con cualquier tipo de fantasma, uno siempre prefiere ser consciente de su compañía antes de andar de que "¿Quien anda ahí?" XD

A lo que quiero llegar es: una idea guardada surgió apenas. Una idea hermosa, fantástica, muy diferente a todo lo que es Teaming y, más importante aún, cien por ciento Jelsa. Nada de parejas secundarias, ni de tensiones amorosas. Nada. Poquito. No es cierto, nada. Al menos, nada intencional.

Esta idea la publicaría simultáneamente a Teaming y venirlas acabando más o menos al mismo tiempo, para después darle paso a las originales.

La pregunta es, Jelsas de mi amor, ¿les gustaría? ¿O ya mejor le echo toda la energía a seguir planeando las originales? No preguntaría si no sintiera crucial ir organizando mi tiempo de aquí en adelante jajaj.

Les leo. Gracias de nuevo. Aaadios!

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