03|| Entre flores

Para no hacerlo largo solo diré que estuvimos acomodando cosas todo el día. Terminamos exhaustas.

Mientras Anna estaba en el baño me escabullí al comedor y tomé mi teléfono.

—¡Elsa!—pegué un brinco y mi teléfono salió volando, afortunadamente alcancé a atraparlo y pegármelo al pecho que subía y bajaba por el susto.

—¿Estabas viendo Feis?

—No...

—¿Fakegram?

—No...—ante mi respuesta mi hermana jalo aire y con una expresión de ceño fruncido plantó sus manos en la mesa y se inclinó hacia adelante.

—¡Estabas hablando con el doctor!—me habían atrapado, no podía mentirle a mi hermana.

—Le preguntaba cuando era tu cita.

—No me digas.

—¡En serio!

—Pues sé perfectamente cuando es mi cita muchas gracias. Más bien estabas agendando la tuya no precisamente en el consultorio.

—Ay, relájate ya. ¿Quieres ir a comprar las plantas hoy que es medio día?

—¡Si!

—Bien, vamos.

Apenas estacionamos la camioneta y nos bajamos, el olor dulce me golpeó como ola de calor. Anna estaba muy emocionada, no sabía por dónde empezar.

Comenzó a girar por los pasillos acercándose a las flores, percibiendo su perfume y admirando sus colores. Yo la seguía relajadamente admirando de lejos la elegancia de sus pétalos.

—Me gustan estas—comenzó mirando unos girasoles.

—Esas son caras—dije tomando entre los dedos la etiqueta del precio, cuando menos lo noté Anna ya se había seguido.

—¡Me gustan estas!—continuó y me acerqué a las orquídeas.

—Esas se adaptan bien al clima frío—Anna hizo lo mismo que había hecho la primera vez. Yo rodé los ojos y la seguí.

—¡Me gustan estas!—siguió mirando a así izquierda unas Lili—¡Y estas!—giro la cabeza encontrando unos claveles en su campo de visión.

Caminaba relajadamente detrás de Anna que parecía abeja de flor en flor hasta que una voz femenina nos hizo levantar la mirada.

—Buenos días señoritas, yo soy Bella y estoy aquí para ayudarlas. ¿Buscan una flor en especifico?—dijo la muchacha de cabello castaño enfundada en un vestido azul.

—¡Hola! —dijo Anna girándose a encararla torpemente—. Soy Anna y ella es mi hermana Elsa. —Estiró su mano y la chica correspondió torpemente, después fue mi turno—. Ahora que lo mencionas, si. En realidad estoy buscando plantas de interior pero no de sombra. —Reí con los labios cerrados.

—A mi hermana le gustan mucho las flores —agregué y la chica sonrió.

—Bien —dijo girándose y subiendo su dedo índice buscando la planta a señalar—. Según lo que me dicen...—comenzó a caminar y Anna y yo nos miramos antes de seguirla— ...plantas de interior, plantas de interior... —puso su dedo en su labio.

—La violeta africana es una buena opción. —Se dirigió junto a ella y mi hermana se acercó a admirarla—. No da flores todo el tiempo ya que necesita un intervalo de seis semanas entre cada vez que da flores pero le encanta el sol.

La flor era de un color morado intenso, increíble y abrumador. Podría convertirse en mi color favorito. Bella dijo que aunque la planta se llama Violeta africana puedes comprarla en diferentes colores: rojo, blanco, azul, rosa, lila y malva. Le dije a Anna que podría elegir los colores que quisiera pero que eligiera aquel color morado intenso y estuvo de acuerdo.

—Bien, tengo ya la gama de los morados, pero me falta naranja y amarillo para que se vea como una explosión de color.

—Si quieres flores naranjas y amarillas te recomiendo el kalanchoe, sus colores son todos cálidos—dijo bella mientras que los apresurados pies de mi hermana trataban de no caerse con todas las macetas encima. Entonces divisé un carrito y lo jalé, así mi hermana pudo descansar sus brazos.

—Bella, ¿a ti que flores te gustan?—preguntó Anna poniendo las macetas de la nueva planta en su carrito. Ya no le faltaban colores.

—Mi flor favorita es la rosa. Y ahora que lo dices el rosal mini es una planta de interior.

—¿Rosal mini?—inquirí más para mi, jamás había escuchado de ella. Aunque en realidad de ninguna de las plantas que había mencionado.

—Ow, ya quiero verlas—dijo Anna y naturalmente puso en su carrito algunas. 

Llevábamos caminando varias horas, mis pies ya estaban doloridos y habíamos dado ya algunas vueltas, de esas solamente me acuerdo que Anna adquirió unas flores llamadas Anturios, me acuerdo de esas solamente porque fueron mis favoritas. Entonces un olor inundó por completo mis sentidos y atrapó mi atención por completo.

—¿Huelen eso?—dije deteniendo con mi mano a mi hermana.

—Si—dijo poniendo atención.

—Son las gardenias—dijo Bella—las flores más olorosas, les encanta llamar la atención y que las voltees a ver. Elsa, acabas de caer en su juego—yo reí.

—Bueno, debo de admitir que me encanta—seguimos a Bella hasta las flores blancas.

—Nos llevaremos unas. Mi casa va a oler delicioso todo el día y tu apartamento también Elsa.

—Bien. Creo que podría llevarme una maceta de estas flores.

Después de plantar todo el día pude al fin descansar, las estrellas brillaban y la noche había caído. Había sido un día muy cansado y mis ojos amenazaban con cerrarse mientras el agua de la ducha acariciaba mi piel y el olor a frutos de mi shampoo inundaba mi sentido del olfato.

Envuelta en toallas salí a la habitación, no sabía donde estaba mi hermana pero probablemente, si no contemplaba el cielo envuelta en los olores de su nuevo jardín se habría quedado dormida en el sofá viendo algo en la televisión por cable. Miré al buró y ahí estaba mi teléfono, desvié mi mirada a la puerta y luego lo tomé.

Envié el mensaje y apagué el teléfono para luego dejarlo boca abajo en el buró y fui a cerrar la puerta para poder cambiarme. Luego me mordí el labio. ¿Y si lo había distraído?

No pasaron cinco minutos cuando escuché el timbre de mi teléfono que me hizo tomarlo y abrirlo. Sentí un alivio cuando me dijo que no había interrumpido nada, que ni siquiera lo hubiera escuchado. No hablamos mucho ya que ambos estábamos cansados así que decidí ir a ver a Anna hasta que una puerta abriéndose me detuvo dejando ver a un monstruo color rojo entrando torpemente a la habitación.

—Me quedé dormida viendo las noticias.

—¿Por qué veías las noticias?—ella se encogió de hombros únicamente. —Justo estaba por ir a despertarte.

—Gracias, Elsa.

Acto seguido, se metió al baño y yo a las cobijas. Apenas escuché cuando salió.

En la mañana, Anna se levantó bastante animada, me di cuenta cuando vi su sonrisa mientras se secaba su cabello.

—Buenos días, Elsa—me dijo mientras, aún muy dormida, me incorporaba y me sentaba en la cama.

—Hola, Anna. ¿Por qué tan feliz?

—Hoy es el primer día de terapia—respondió ahora cepillándose el cabello.

—Creí que no te agradaba la idea.

—No me agradaba hasta que supe que monetaria caballos, duh.

Se giró y abrió las manos palmas para arriba mientras su cara combinaba con su expresión. Luego se giró de nuevo y comenzó a ponerse crema.

—Bien, supongo que no querrás que vaya contigo.

—Ni siquiera sé si es posible. ¿Por qué no le preguntas a tu novio el doctor?—Yo rodé los ojos, y dale con eso.

—¿Qué te parece si vamos, te paso a dejar y yo mientras voy a contratarte servicio de internet? Porque llevo dos días hablando con mi novio el doctor usando mis plan de datos y el recibo va va a llegar excesivamente caro.

—Bien.

Comencé a arrepentirme cuando llegué y me di cuenta de que la fila era interminable. El proceso era realmente sencillo: solo tenía que darle a la compañía nueva dirección de Anna para que lo registraran y ya estaba. Esperaba que a mi hermana o estuviera yendo mejor; y vaya que lo estaba.

"Hola, pasé a dejar a mi hermana a la terapia y se veía muy feliz"

Le escribí a mi novio el doctor sintiendo un nudo en el estómago, la sensación era extraña en mi y me había prometido a mi misma no volverla a sentir, pero otra parte de mí tenía muchas ganas de intentarlo y por lo mismo estaba muy nerviosa.

"Que bien, me alegro mucho por ella. Pero me pregunto si estarás muy aburrida esperándola afuera. Espero te guste el café porque en la cafetería de enfrente venden uno muy bueno"

Respondió y sonreí, me di cuenta por las miradas curiosas de las demás personas en la fila.

"En realidad estoy en la fila para instalar el Internet de Anna"

Respondí y le envié una foto tratando de ser discreta para no levantar miradas de los extraños, lo cual no resultó.

"Pero cuando vaya por ella definitivamente voy a comprar un par"

"¡Uy! Que aburrido suena eso. Hola extraños"

Mandó y cuando subí la mirada hubo algunas que se voltearon disimuladamente luego baje la mirada al teléfono de nuevo

"De verdad te los recomiendo"

"Supongo que mientras me lo tome pensaré en aquel doctor de ojos bonitos"

"¿Mis ojos? Son más bonitos los tuyos, como color cielo"

Me di cuenta de que la gente detrás de mi estaba molesta porque no me había dado cuenta de que la fila había avanzado.

—Perdón —grité y se escucharon mis tacones dar pasitos minúsculos antes de regresar mi vista hacia abajo.

"Lo siento, no me di cuenta de que la fila había avanzado ya, jeje, que torpe"

"Jajaja me imagino y me da risa"

"Bueno, bueno, ¿Tú que estás haciendo?"

"Revisando algunos reportes de los internos" respondió y mandó una foto de los papeles.

"Oh, y ¿qué tal? ¿Si le saben o nah?

"Jajajaj, Todos aprenden, algunos más rápido que otros, serán buenos cirujanos alguna día"

"Que orgullo"

"Si te soy sincero adoro verlos mejorar y convertirse en médicos profesionales"

"Ya lo creo, ha de ser un camino extremadamente complicado"

"Lo es, pero además es largo y cansado"

"Oye, ¿es mito o en realidad los doctores son muy rudos con sus estudiantes?"

"Pueeeees..." pude notar un poco de nerviosismo a través del texto, imagino que no quería darme la impresión de ser unos desalmados "es necesario ya que estarán trabajando con las vidas de los demás y tienen que estar muy bien preparados, lo más complicado para un estudiante o doctor son los momentos de presión, la mente se nubla y el corazón se acelera, la vida de tu paciente literalmente depende de ti y es una carga de conciencia muy pesada cuando cometes un error, es por eso que somos duros con ellos"

"Pues si, tienes razón"

"Aunque si creo que haya a quien se le olvide que fue estudiante alguna vez"

"Quizás, pero si ustedes pudieron lograrlo de esa manera, ellos también podrán"

"Deberían escucharte, seguro los motivaría mucho"

"Sería increíble"

No pude evitar sonreír bobamente a la pantalla a causa del dulce comentario. Cuando me di cuenta ya era mi turno de pasar, el tiempo voló y sentí feo por despedirme.

La tarde había caído y acababa de estacionar el carro frente al centro de rehabilitación, me giré y negué con la cabeza, los asientos estaban horribles; llenos de tierra. Tendríamos que aspirarlo después.

Cerré la puerta del piloto y miré a mi izquierda, en medio de los árboles coronados por un cielo azul estaba la pequeña cafetería blanca rodeada de sillas. Me acerqué a la ventanilla y le pedí un café americano, cuando me lo entregó me dirigí a una de las sillas altas y me senté a esperar a que saliera mi hermana acompañada por la fresca brisa de la tarde.

Pronto la vi salir al auto con una sonrisa en los labios y los ojos brillantes, el aire fresco levantaba su cabello mientras se acercaba a mi.

—¿Cómo te fue, Anna?—pregunté una vez que estuvimos dentro del carro y había puesto mi vaso en el portavasos.

—¡Increíble, Elsa! ¡Vi caballos, burros, ponys y renos!

—¿¡Renos!?

—¡Renos!

Conducía camino a casa con las ventanas abajo mientras Anna sentía la fresca brisa de la tarde alborotando su cabello y mi café se enfriaba, pero André tenía razón, el café sabía muy bien.

Anna no despegaba la mirada del cielo y no borraba la enorme sonrisa que tenía en los labios, no necesariamente de emoción. Algo me decía que la mejor parte de la experiencia no habían sido los renos.

En fin, espero te haya gustado y te agradezco que estés aquí leyéndome.

Te amoooo bai 🤍

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top