Especial: Kacchako Day


El ruido proveniente del gimnasio del edificio podía ser claramente oído hasta el otro lado de la calle. Era tarde, pasadas las diez de la noche, y ambos héroes seguían con un entrenamiento estricto que parecía no acabar nunca.

—¡Esquiva! —Bakugo lanzó una explosión directamente. La chica tardó un segundo demás en reaccionar, por lo que terminó siendo lanzada con bastante fuerza al otro lado—. ¡Maldita sea, Mejillas! ¡¿Qué mierda te dije?!

Ochaco quedó tendida en el suelo, mirando hacia el techo con su respiración totalmente agitada. Le hizo una seña a su compañero, indicándole que esperara unos segundos, y luego cubrió su rostro con su antebrazo derecho. Katsuki resopló hastiado, se acercó a ella y la miró hacia abajo con sus brazos cruzados y ceño fruncido.

—Arriba.

—Dos segundos —respondió aún agitada. Corrió su brazo un poco para mirarlo—. ¿Podemos tomar un descanso? O mejor, ¿ya nos vamos?

El rubio cenizo soltó una sarcástica carcajada.

—Ni de broma, Mejillas. Te falta mucho aún.

—Oye, ya es tarde. Tengo hambre, estoy herida, necesito una ducha y dormir. ¿Por favor?

La chica se sentó mirándolo con ojos suplicantes. El chico a su lado se mantenía firme en su postura.

—No. Levántate y continúa. No nos iremos de aquí hasta que yo vea que estás lista.

—Eso es muy subjetivo, Kacchan —la chica arrugó su entrecejo—. Quizás yo ya esté lista, pero a ti te gusta mucho la idea de torturarme.

—No soy un maldito desquiciado, Ochaco —respondió de inmediato.

La chica se encogió de hombros, colocándose de pie lentamente, sacudiendo el polvo de sus joggers y caminó a buscar su botella de agua. Katsuki solo la observaba, y sonrió un poco al recordar sus palabras.

Claro que estaba lista. La castaña era una de las mejores heroínas que había conocido. Se notaba su entusiasmo y amor por su carrera, sus ganas de sobresalir, de ser la mejor, independiente de cuales fueran sus motivos. Admiraba eso.

Katsuki solo quería llevarla a su máximo potencial, y pronto. Él quería que ella ascendiera junto a él, que ambos se coronaran dentro del Top 3: actualmente Bakugo estaba #9 y Ochaco #22. No era malo para llevar apenas dos años en el oficio, pero si se trataba de Katsuki Bakugo "Dynamight" como era conocido, eso debía cambiar.

Y en realidad, él no quería que Uravity se sintiera opacada por ser compañera del héroe explosivo. No, ella era perfectamente capaz de tumbar villanos cinco veces su tamaño, tenía buen manejo en cuanto al combate cuerpo a cuerpo, pero su Talón de Aquiles era su tiempo de reacción a múltiples ataques. Por eso se encontraban entrenando en el gimnasio de la agencia de Endeavor, aunque Uraraka no trabajara allí.

—Oye, Katsuki —sintió la voz de la castaña acercarse a él, ya más recuperada—. ¿De verdad me falta tanto?

El rubio notó la mirada decepcionada de Ochaco frente a él. La chica llevó una mano a su cadera, apoyándose sobre el lado derecho. Bakugo resopló, sonriendo un poco.

—Vas bien, ángel. Quizás yo esté... exagerando un poco —admitió, desviando su mirada—. Eres jodidamente fuerte, solo que debemos trabajar mejor tus reflejos.

La chica sonrió un poco.

—Te preocupas por mí, ¿no?

El rubio suspiró, negando con su cabeza. Ochaco rio abiertamente, afirmándose de su brazo y alzándose en puntillas para besar su mejilla.

—Está bien admitirlo —continuó, muy cerca de su rostro—. Si no lo hicieras, la verdad es que me asustaría.

Bakugo resopló y se alejó un poco, sintiendo sus mejillas y orejas enrojecer.

—Haremos una ronda más y luego nos iremos.

La castaña asintió, tomando posición para iniciar la última parte del entrenamiento.

—¡Alto! —Uraraka alzó su mano hacia él—. Tengo una idea.

Katsuki suspiró, mirándola para que continuara con lo que sea que quisiera decir. La chica sonrió y se acercó un poco más a él, quedando frente a frente.

—Si esta vez esquivo todos y cada uno de tus ataques, invitarás la cena por una semana. Todo casero, no quiero salir. Postre incluido.

—¿En serio, Mejillas? ¿Me estás jodiendo?

La chica negó con su cabeza, una enorme sonrisa apareciendo en su rostro. Bakugo pareció dudar unos segundos, pero terminó cediendo ante esos...malditos ojos de cachorro que Ochaco ponía. La chica se mostró satisfecha con su respuesta y retomó su posición, preparándose mentalmente para lo que sea que el rubio fuera a realizar.

Katsuki no avisaba cuando iba a atacar. Al final, esa era la idea. Simplemente comenzó a correr hacia a ella, lanzando pequeñas explosiones que levantaban suficiente polvo como para despistarla. La chica, aún en posición, buscó con su mirada al rubio, quien apareció sorpresivamente por detrás, con la intención de tumbarla en el suelo y dejarla inmóvil. Ochaco, se sonrió; había usado esa estrategia desde sus entrenamientos juntos en la escuela, su mente ya sabía como debía actuar. Dos segundos antes de que la mano de su compañero la alcanzara, se corrió, tomó su brazo y lo jaló con fuerza, directo hacia la colchoneta. Trató de inmovilizarlo, pero Bakugo fue más rápido y elevando a la castaña de su estómago con su pie, la giró y ahora ella era quien estaba bajo él, y con una velocidad característica en él, sostuvo ambas muñecas de la chica por sobre su cabeza.

—Rapidez, Ochaco, rapidez —le dijo Katsuki con una sonrisa burlona—. Gané.

Uraraka frunció su ceño molesta. Comenzó a removerse de modo que el chico saliera de encima, pero solo consiguió que él riera despacio. Unos segundos después la soltó, y ella lo miraba totalmente enojada sentada en el suelo.

—Te dejé ganar —murmuró, acariciando sus muñecas.

—Ja, como digas, ángel —se acercó a ella y la ayudó a colocarse de pie—. Es todo por hoy. Espero que mi cena esta semana sea con bastante picante.

La chica se miraba desilusionada.

—No es justo —susurró, caminando a buscar su chaqueta y bolso—. ¿Sabes? Perdí solo porque estoy cansada, Katsuki. Mañana te haré morder el polvo.

El rubio negó con una sonrisa. Se acercó a la castaña, acomodó mejor su chaqueta sobre sus hombros y cargó su bolso.

—Como digas, Ochaco.

—¡En serio! Ya lo verás.

Ambos caminaban hacia la salida. Ochaco tomó la mano del rubio, entrelazando sus dedos.

—Ajá. Oye, no recuerdo cuanto wasabi quedaba en casa. Vas a necesitarlo esta semana para preparar mi cena, Mejillas.

La chica infló una mejilla molesta. Odiaba perder. Y odiaba tener que pagar una apuesta que ella estaba segura que ganaría.

Pero a la vez, adoraba eso de su novio: si hubiese sido cualquier otro tipo, la habría dejado ganar. O, habría desistido del trato, dándole lo que ella quería sin importar el resultado. Pero Katsuki no, eso le enseñaba a ella que debía luchar para alcanzar una meta y obtener su ganancia por ello.

Katsuki se preocupaba. A su modo, pero lo hacía. Entrenar, enseñarle nuevas técnicas, o darles palabras de aliento dentro de su modo de hablar, era la forma en que él la alentaba a seguir adelante, a alcanzarlo y, porqué no, superarlo.

No por nada, eran un buen equipo.

_____

Ay, llegué un pelín tarde al #KacchakoDay, pero... ¡aquí está! Un OS "continuación" de Team Up porque tienen bastante que ver, creo, jaja.

Ah, uno de mis tantos HC es que Bakugo no es muy fan de la palabra "novia", así que prefiere el término "compañera", porque lo hace sentir como iguales (?)

Capítulo dedicado a UpsiWoopsie por su cumpleaños uwu ✨💖 (mendigo Wattpad no me deja etiquetar correctamente >:( ) sorry la demora, pero más vale tarde que nunca jahsjahs


Espero que les haya gustado!!

Nos leemos la próxima semana en BLF 💕✨

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