Prólogo

- ¿May? ¡Vamos, niña! ¡Tienes que ponerte de pie y salir de esa cama!

- Ugh... Pero no quiero...

- ¡Recuerda que tienes que hacer tus exámenes! ¡Ni creas que no me enteré de que comenzaron ayer!

- ... Cierto... Los exámenes...

- ¡Levántate floja!

- ... Argh... De acuerdo...

Envuelta entre las sábanas, la chica de cabellos morados comenzó a moverse con poco facilidad, tratando de hallar la salida entre aquel laberinto de telas acolchonadas. Finalmente, su cabeza salió por el costado de la cama, abriendo lentamente los ojos debido a la intensidad de la luz solar que entraba por la ventana combinada con la luz eléctrica que había dejado prendida su madre después de salir de la habitación.

May estiró sus piernas, que chocaron rápidamente con la pared a la cual estaba junta su cama, y sus brazos, que tocaron el frío piso de madera sobre el que estaba su habitación. Lanzó un gran y prolongado bostezo que destruyó el silencio del lugar, y con una mirada llena de aburrimiento miró hacia todos lados.

- Bien... otro día más... - nuevamente estiró su cuerpo de pies a cabeza - Otros día más en la escuela y... y ya... - miró el suelo con más aburrimiento todavía - Me pregunto cuando ocurrirá algo interesante...

...

- ¿Crees que los hayamos perdido?

Sistermon Noir jadeaba mientras cargaba a May, y entonces volteó a sus espaldas. Lo único que había en ese inmenso espacio oscuro por la noche eran los árboles que decoraban infinitamente el espacio.

- Si... Hemos estado caminando todo el día... yo creo que los hemos perd|

Noir se llevó gran sorpresa al ver que May simplemente se desplomó en el suelo, como si estuviera muerta.

- ¡May! ¡May! - Noir se agachó hacia ella, con mucha preocupación.

- Aún... no estoy muerta... - se quejó la chica, con la cara sumida en el pasto - Estoy... muy cansada...

- ¡! - Noir revisó su brazo izquierdo, quitando la tela que le había puesto - Parece que tu... herida esta en mejores condiciones que antes...

- Me alegro... - May suspiró con mucho cansancio. Noir se sentó a un lado suyo.

- Creo que sería buena idea quedarnos aquí... Mejor dicho, cerca de un árbol. La sombra nos protege de cualquier cosa que pueda estar en el aire...

- Me parece... buena... - May comenzó a hablar, pero era tanto el cansancio que la chica sentía que inmediatamente se quedó dormida. Noir la miro con un toque de ternura.

- Su rostro es... muy lindo de esa forma... - sonrió ampliamente - Vamos a llevarte a un lugar seguro...

Con todas sus fuerzas, una vez que se levantó, Noir levantó el cuerpo de May, apoyándolo en sus hombros para tratar de aligerar la carga. Camino hasta el árbol más cercano, y dejó el cuerpo de la chica reposando tranquilamente en el mismo, de modo que se acomodara adecuadamente entre las ramas sobresalientes del árbol y el tronco del mismo.

- May... - Noir movió los cabellos del rostro de la chica con delicadeza - Gracias... por haber respondido a nuestro llamado de JunoKazemon cuando llegaste aquí por primera vez... - sonrió mientras emitía un sentimiento de sincera felicidad - Realmente no sé qué sería de nuestro plan sin ti... Llegaste en el momento adecuado, y... aunque lamento que no ta hayamos atendido lo suficiente en el sur del bosque, agradezco tu perseverancia al seguir aquí, de pie y firme ante la situación... - con cariño, acarició el rostro blanco de la chica - Me alegra mucho que estés aquí...

Noir se levantó de su sitio, pero rápidamente May le tomó de la mano, sorprendiéndola bastante.

- Ma... mamá... - balbuceó la chica entre sueños - Mamá...

- Ma... ¿Mamá?... - Noir se sorprendió - ¿De qué hablas? Es... - sus ojos se iluminaron un instante - Creo que ya lo recuerdo... es la progenitora de un ser humano, en el Mundo Humano... ¿No es verdad?... - Noir, sin separar la mano de ella, se sentó a un lado suyo, y de inmediato May se aferró a su brazo en forma de un abrazo en busca de consuelo - ¡! - La Digimon solamente se quedó impresionada por dicho gesto.

- Mamá...

- Había investigado que los lazos entre sus progenitores y ustedes son fuertes aunque... no creí que reflejarían dicha importancia... - comentó tranquilamente.

Unos pocos minutos después, la Digimons se quedó dormida también.

...

- Que molesto... - May suspiró con cansancio, mientras caminaba hacia su casa - Mi madre me va a matar...

En forma de bola de papeles, llevaba las calificaciones de los exámenes que ya le habían entregado. Todas ellas con notas inferiores a 60 puntos.

- Diablos... Nunca he sido buena con los estudios... Y mi mamá está obsesionada con eso... ¿Qué haré? - preguntó para si misma, mientras seguía su camino - ¿Qué debo hacer?...

En medio de la calle, observó como un par de chicos corrieron en la calle, mientras jugaban. Pudo distinguir que se trataba de un chico y una chica, quienes además parecían ser aproximadamente un par de años menores que ella. Lo que más le llamo la atención fue el cabello azul de la chica.

- Que cabello más curioso... - comentó para si misma. Pero, entonces volteó a ver su propia cabeza - Bueno, yo no tengo nada de que quejarme... mi cabello morado tampoco es tan invisible para decir que no es sorprendente...

En el camino, se encontró con la cafetería, la cual era su favorita desde que la había descubierto. Suspiró con cansancio.

- Bueno... supongo que puedo ir a tomar algo antes de llegar a casa a dar las buenas noticias...

Entró a la misma, y fue a pedir su orden en el cajero. Después, tomó asiento en una mesa sola y dejó caer su cabeza en la mesa.

- ¡Ahhhhh! Que aburrimiento... - la chica miró por segunda vez el montón de papeles que tenía en sus manos. Desdobló lentamente cada uno de ellos, y miró las notas que estaban escritas en el mismo: 51, 56, 48, 63 puntos. - Ahhh... no sirve de nada ver estos papeles una y otra vez... - volvió a hacerlos una bola de papel, la cual metió hasta el fondo de su mochila - No diré nada de esto a mi mamá, y con suerte en unos días más olvidará esto de los exámenes...

- ¿Café frío?

- ¡! ¡Ese es mío! - se levantó de la silla, y fue a tomar su bebida. Le sorprendió que estuviera atendiendo el chico que normalmente limpiaba las mesas, y que no estuviera el amable anciano ahí - Disculpe... ¿Y el señor Nashigo?

- Está ocupado, por lo que escuché - le respondió el chico - Creo que esta haciendo algo de... artes marciales, o algo así...

- ¡Oh! Ya, ya... - « Había olvidado que también tiene un dojo de artes marciales » pensó la chica tranquilamente. « Me sorprende mucho que a su edad imparta clases de artes marciales, pero... no tengo razones para decir algo en su contra, así que no me meto en ese asunto... »

Se sentó en su mesa solitaria, y tomó un poco del vaso en sus manos, emitiendo involuntariamente una sonrisa de placer.

- ¡Esta cosa es realmente deliciosa!

...

- Tu herida ha estado mejorando notablemente...

- Es sorprendente... Creí que era muy grave, por lo que dijiste al verla por primera vez...

- De hecho, eso lo hace más sorprendente... estaba en un estado muy deplorable cuando la vi por primera vez, y ahora ya casi no se le nota esa gravedad...

- ¿En serio?

- Si...

La mañana corría con tranquilidad, mientras las 2 estaban recostadas en el pasto a mitad del bosque. Noir le revisaba las heridas a May, mientras ella miraba las nubes en el cielo.

- A este ritmo, no creo que necesites otra venda... - suspiró la Digimon, mientras se acostaba en el suelo - Y, ahora...

- Debemos seguir... - completó la chica - Debemos llegar hasta donde sea que se encuentren Lúmina y tu hermana...

- Tienes razón... Hemos estado unos cuantos días fuera de...

Ambas se quedaron en silencio. Simplemente observaban el cielo en un ambiente bastante armonioso para la forma en que terminó la conversación entre ambas.

- Oigan... - habló Gryzmon desde el Xros Loader de May - Tenemos que movernos.

- Si, papá... - bromeó May, mientras se levantaba - Gryzmon y sus actuaciones...

- Serias y protectoras - completó Noir la frase, mientras que ella a su vez se ponía de pie - Tiene razón. Sigamos avanzando...

Ambas emprendieron la caminata, hasta que May detuvo a la Digimon.

- Tengo una idea... - dicho esto, tomó el Xros Loader - Reload: Dorulumon.

Del aparato se materializó un león naranja y blanco, el cual de inmediato bajó su cuerpo. May se subió al Digimon, y a continuación miró a Noir.

- Vamos. Avanzaremos más rápido si vamos sobre él...

- De acuerdo, pero... - preguntó la Digimon - ¿Está bien que este sobre tu espalda?

- No te preocupes. - comentó Dorulumon - Ya estoy acostumbrado...

- Pues... De acuerdo... - Noir se subió detrás de Dorulumon, y de inmediato el león comenzó a correr con un ritmo estable en medio del bosque.

...

- May. Quiero que vengas aquí mismo ahora...

La chica caminó pesadamente desde su habitación hasta la sala, donde se encontraba su madre, quien tenía un enojo muy visible en su rostro.

- ¿Qué ocurre, mamá?

- Explícame que son estas notas...

- ¿? ¿Notas?

- Tu profesor tutor me llamó en la mañana. Falté a las primeras horas del trabajo para saber de qué se trataba el asunto, y... ¿Sabes de qué me enteré?

- Oh, demonios... - la chica se restregó el rostro, pero no con un sentimiento de pesadez por tener que escuchar as su madre, ni con un movimiento de rebeldía proveniente de sus sentimientos: se expresión dejaba en claro que su plan había fracasado, y se lamentaba por ello.

- Me dijo que en varias de tus materias saliste con calificaciones bajas del promedio.

- No sigas ma...

- Me preguntó sobre los exámenes que ya había entregado hace 2 días... Exámenes de los que apenas me acababa de enterar... Así que, antes de que siga, dime que hiciste con esos exámenes.

- Ya no tiene sentido que te lo siga ocultando... - se quejó pesadamente - los tiré a la basura...

- ¿¡Qué!?

- Si... tuve malas notas, y sé perfectamente que en cuanto los vieras llegaríamos a esto, así que los tire...

- ¿Con qué propósito? ¿Ocultarme que tus calificaciones son bajas?

- De hecho... - se frotó un ojo con indiferencia, mientras tomaba asiento en el sofá de la sala - Creí que aún tenía un marco de... "aceptación"

- ¿Marco de aceptación? ¿Qué es eso?

- O sea, que no iba tan mal en la escuela... Que aún tenía holgura para mejorar las cosas, pero, si el tutor habló contigo...

- En efecto... - habló con más seriedad - Estás en riesgo de reprobar las mitad de tus materias, la otra mitad parece más que las arrastras, y si sigues así, puede que no pases al 3° año de secundaria... y mucho menos a la preparatoria...

- ¿? ¿Si sigo así?

- Ya me enseñó tu boleta de calificaciones y el promedio que estas llevando este año

- ¿Qué? ¿Ya tiene un promedio de mis materias?

- ¡Por supuesto que si! - exclamó con molestia - Me sorprende que aún te mantengan con tan poco promedio...

- Ya veo... - comentó sin sentimientos, mientras usaba sus manos para sobar su cabeza.

- ¿Y qué pasó con las clases extra que te mandé a tomar desde el primer año, para que tu promedio fuera estable?

- Pues, después de enterarme de que|

- Estábamos siendo sarcástica - aclaró ella rápidamente - No tienes que decirme lo que ya me dijo tu tutor: en este año no has entrado a ninguna clases extra.

- ... - May se quedó en silencio - Entonces...

- ¿Entonces? ¿No tienes nada que decir en tu defensa?

- Si, tengo un par de cosas - suspiró aburrida - Los estudios no son lo mío. Me siento abrumada por tener que ir todos los días a la escuela, aprender cosas a las que no siento interés, tomar notas y estar estresada por los exámenes... - levantó la cabeza mostrando emoción - ¡Quiero algo más!

- ¿Algo más? ¿Cómo quieres algo más si estás con estas pésimas notas?

- Mi algo más no son estas notas...

- ¿Entonces que es? ¡Dime!

- ... - May regresó la cabeza a sus brazos - Aún no lo sé...

- ¡Por eso debes estudiar, para descubrir que es lo que quieres! ¡Y con estas pésimas notas no lograrás nada!

- ... No lo sé... - declaró May con seriedad, y lanzando por enésima ocasión un suspiro de aburrimiento.

- Bien... creí que en esta escuela lograrías salir con algo decente, pero veo que no es así.

- ¿?

- Está será tu única advertencia: si en la siguiente etapa de exámenes, no lograr subir tu promedio a algo más decente, te cambiaré a un colegio privado.

- ¿¡Qué!? ¡No! - May se puso de pie de inmediato - ¿¡Qué dices!?

- ¡Lo que escuchas! Si tu promedio de segundo año no mejora cuando lo acabes, te cambiaré de escuela.

- ¡P-Pero mis amigos!

- ¡Si a ti no te importa mejorar en la escuela, n-no me importarán entonces esas cosas!

- ¡Pero mamá!

- ¡Nada de peros! Ya esta decidido. O los estudios se vuelven lo tuyo por tu cuenta, o una escuela privada lo hará. Y no creas que gastaré dinero en vano: me encargaré de que mejores tu rendimiento.

- ¡! ¡Ash!

- ¿Ash? ¡Entonces dame la solución May! - exclamó su madre - Dime que vas a hacer de ahora en adelante para mejorar en la escuela.

- Es que...

- ¡Si no tienes otra solución, esto se quedará así!

- ¡Ahhh! - la chica, con una creciente molestia, decidió tomar las llaves de la casa y dirigirse a la puerta.

- ¿¡A dónde crees que vas!?

- ¡A pensar! ¡Y quiero ir sola! - azotó la puerta tras de sí, y corrió por las calles.

...

- ¿Hola?

May se levantó a mitad de la noche, palpando cuidadosamente el suelo con sus pies, y tratando de guiarse con las sombras de los árboles del bosque a su alrededor.

Después de estarse moviendo por un tiempo en Dorulumon, y de tomar prolongados descansos, finalmente decidieron dormir tranquilamente. Pero, algo que habían decidido "ignorar" era tomar guardia aquella noche.

May despertó de improviso a mitad de la noche, y escuchó un extraño crujido proveniente del bosque.  Un crujido muy parecido al movimiento de un gran Digimon, así que decidió salir al investigar de qué se trataba aquello.

Pero, la combinación del aire frío, junto con el silencio tenebroso del bosque, el juego de sombras, el eco que podía llegar a hacerse al hablar, y la humedad típica del bosque convertían en ese sitio un verdadero lugar de pesadilla. Un lugar en donde definitivamente uno no desea estar.

- ¿Hola? ¡Hola! - exclamó por tercera vez, tratando de observar lo que había a su alrededlr, pero la noche lo impedía.

Miró a todos lados, y no encontraba respuesta alguna.

- Creo que... solo fue un sueño... O mis oídos están deteriorados... - se dispuso a regresar a su lugar de sueño.

Hasta que oyó algo que no debería estar impregnado en el aire: el sonido de una respiración animal. Pero, lo que más le sorprendió fue que, a pesar de que se escuchaba lejano, el sonido era demasiado potente. Más que una respiración de un animal, tenía parentesco con un motor de algún auto de carreras tratando de encenderse.

Aquel sonido retumbó la quietud de May, y más cuando le llegó por los pies, que desde hace tiempo habían perdido su calzado, la brisa de aquella respiración. Un aire... caliente... Exactamente igual que si se tratara de un motor de alguna maquinaria.

May, llevada por la curiosidad pero limitada por el creciente miedo a descubrir aquello, decidió seguir caminando en medio del bosque en movimientos silenciosos y rápidos.

Tras una larga secuencia de movimientos, finalmente llegó hasta la zona donde estaba el motor. O, mejor dicho, aquel Digimon animal. A pesar de no poder ver nada por la oscuridad, la sombra de aquel monstruo era muy distinguible: aun acostado, tenía una altura de unos 3 o 4 metros. Su cabeza emitía aquel sonido de motor, la cual parecía un enorme bloque de concreto cuadrado; su cola era muy larga, y parecía tener picos en ella. May, de tan solo verlo y oír nuevamente su respiración, de inmediato se dio la vuelta.

- ¡! Tengo que salir de aquí, junto a Noir...

- ¿? ¿Quién?

- ¡! - La voz grave que escucho detrás de si la hizo saltar del susto y lanzar un pequeño grito.

- ¿Quién eres?

- ¡Y-Yo...! - se volteó para ver a quien estaba hablándole y se encontró con un chico, de más o menos unos 20 años de edad, con ojos azules muy profundos.

- ¡! ¡Tu!

- Eh-h... ¿M-Me conoces?

- ¡ZekeGreymon Burst Mode!

En cuanto los ojos de color rojo infernal e inundados de sed de sangre se abrieron de golpe del bloque de cabeza que tenía del enorme Digimon, y después de que estos girarán hasta fijar la mirada con May, inmediatamente la chica se paralizó de pies a cabeza... Pero, lo único que no pudo paralizarse fue su voz, que emitió un estruendoso grito.

...

- ¡¡Ahhhhhhhh!!

May se levantó lanzando un grito de miedo total. Dio un salto tal que accidentalmente se fue de lado y cayó del lugar donde estaba, golpeándose la cabeza en el suelo.

- ¡! ¡Auu! - exclamó, mientras terminaba de caer su cuerpo al suelo para incorporarse mejor - ¡Diablos! Si que ese sueño me tomó por sorpresa... Aunque, más que sueño, la pesadilla de haber... ¿Qué?

Se sentó en el suelo, y le prestó más atención a su alrededor. Vio que el piso sobre el que estaba era de una especie de madera muy fina, y además estaba demasiado bien limpio que podía ver casi claramente su propio reflejo. Dirigió los ojos hacia donde estaba sentada, y se dio cuenta que se trataba de una camilla de hospital muy... limpia, y más agradable a la vista que los que había visto en su vida.

- Okey... ¿Eh?

Miró a un lado de la camilla, y había una máquina, de esas que  registran tus signos vitales, aunque la distribución de pantallas, los botones que había en ella, y los textos escritos eran muy distintos a los que había visto. Miró hacia sus brazos, buscando la aguja que debería tener incrustada para medir sus signos, pero se dio cuenta de que solamente había un brazalete hecho de... ¿oro? Un brazalete dorado en sus muñecas.

- ¿Qué rayos es esto? - se miró el cuerpo, y se dio cuenta que había vendajes en todo su abdomen, torso, pecho, piernas, y en especial en su brazo izquierda, donde había tenido su herida fatal.

Con mucha dificultad por su reciente dolor se levantó en su sitio, y se quitó los brazaletes de sus muñecas. Miró a los lados, y se dio cuenta de que estaba en una habitación única. Lo suficientemente grande para ser una habitación normal, lo cual le sorprendió bastante.

- ¿Dónde estoy?...

Caminó hacia la puerta de dicho cuarto, y le sorprendió el hecho de que ya estuviera abierta la puerta. Se asomó al exterior, y vio que estaba al final de un largo pasillo. Volvió a entrar, con algo de exaltación.

- ¿Qué? ¿En dónde diablos estoy? ¿Cómo llegue aquí? - cerró los ojos y se sentó en la orilla de su camilla, tratando de recordar lo que había ocurrido anterior a ese momento.

Entonces, unas cuantas imágenes llegaron a su mente, imágenes para nada agradables: sangre regada en el pasto, fuego abrasador que la asfixiaba, y 2 pares de ojos diabólicos: uno de color azul, muy profundo y serio; y el otro de color rojo carmesí, inundado de sangre y deseo. Rápidamente, la chica volvió a abrir los ojos, como si hubiera estado metida en una pesadilla.

- ¡! Ya lo recordé... - murmuró - Ese demonio nos atacó, y creo que... estábamos muertas después de esa pelea, pero estoy aquí... ¿O este será el Inframundo?

La chica tomó el brazalete dorado que había dejado en el suelo, y comenzó a inspeccionarlo con el tacto.

- Metal muy frío, pero suave al tacto... puedo sentir el trabajo que se hizo para crearlo... - dejó el metal a su lado - Si estuviera muerta no tendría sentido del tacto, o eso supongo... por lo qué sigo viva...

Por pura curiosidad, y llevada por el aburrimiento que comenzó a sentir, la chica abrió el cajón del pequeño tocador debajo de la máquina de los signos vitales. Para su suerte, su Xros Loader estaba guardado en una bolsa de plástico sellada dentro del segundo cajón. Lo tomó en sus manos, rompió el plástico como si fuera un regalo de Navidad, y entonces lo prendió. Vio el "inventario" del Shining Moon, y solamente pudo suspirar con pesadez y tristeza.

- Había olvidado... que perdimos a los Drimogemon, a los Dobermon, y a 2 de los Blizzarmon durante la pelea... contra ese demonio de fuego y su humano Elegido... - el miedo inundó los ojos de la chica - ¿¡Q-Qué demonios ocurrió después de esa pelea!? No recuerdo absolutamente nada...

Una sacudida exterior le hizo salir de sus pensamientos rápidamente. Guardó su Xros Loader en su ropa, y salió a ver que se trataba el asunto. Se asomó en el pasillo, y notó que al final de ese... El techo tenía un gran agujero. Los desechos del mismo caían por el piso, mientras una leve flama consumía parte del techo.

- ¡! - salió y corrió por el pasillo, hasta llegar a dicho hoyo en el techo. Se asomó al exterior, viendo que el cielo estaba lleno de humo algo denso, lo cual le obstaculizada saber dónde estaba.

Volteó, y notó que frente a ella hacia una gran puerta, por lo que la cruzó. Se asomó, y encontró un conjunto de camillas distribuidas por todo un cuarto de unos 10 metros de longitud. Entonces, entendió más o menos en donde se hallaba: un hospital.

- Okey, pero... - Aún así seguía confundida por ser la única que estaba presente en todo ese espacio. - Tengo que encontrar a alguien...

Se adentró en la habitación, pero cuando estaba cruzándola para llegar a la siguiente puerta, un gran temblor la hizo caer al suelo, junto con una gran explosión que destruyó todo el techo, parte del suelo, y la pared ubicada a su costado derecho.

La chica salió volando a la pared contraria sonoramente, saliendo bastante herida en el acto. Tras varios segundos tratando de recuperarse del movimiento brusco, y del horrible sonido que inundaba sus oídos y su mente, se levantó y trató de caminar hacia aquel agujero creado.

Pero, no tuvo que caminar mucho, ya que pudo ver, desde un par de metros de distancia del agujero, que se encontraba al parecer en una colina de la cual podía ver una gran ciudad hecha de piedra, grandes murallas, y en especial... una guerra. La ciudad se encontraba asediada por un gran ejército, que parecían ser miles de miles de soldados. Las murallas estaban en grandes aprietos, mientras en el exterior todos los ciudadanos y soldados internos se movilizaban por las calles. Fuera de las ciudad, se podía ver que el ejército contaba con maquinaria pesada y avanzada, como catapultas, con los cuales atacaban constantemente para tratar de derrumbar los muros.

- ¡! - Yuine se sorprendió bastante, además de que rápidamente concluyó que aún seguía en el Digital World.

...

- ¡Vamos soldados!

- ¡Preparen la siguiente carga!

- ¡Nuestro objetivo es tirar esas murallas!

El ejército demoníaco actuaba constantemente con sus catapultas, tanques de guerra, y demás maquinaria que usaban. También trataban de usar unas largas escaleras de metal con lo cual subir por las murallas, pero los soldados de la Ciudad Desértica no les dejaban, por lo optaban más por seguir lanzando explosivos y uno que otro destrozos que surgían.

Sentado en un trono montado en una plataforma a varios metros de distancia, LockDownmon observaba y dirigía el ataque con seriedad.

- Las catapultas se tardan mucho para avanzar, mi señor... - le informó uno de los Demonios Mayores a cargo del ataque: Murmukusmon.

- Ya veo... - el Royal Lord comenzó a pensar - ¿Saben noticias de los Crimson Kniffers?

- Mandaron un equipo de investigación, y mandaron a informar que no pueden atacar desde el bosque porque hay soldados atentos en todos lados - habló otro de los Demonios Mayores: SkullSatamon - La única opción que tenemos es traspasar esos muros por el frente, para que los demás costados de la ciudad estén indefensos para los Crimson Kniffers.

- ... Entonces sigan con el ataque frontal... - habló LockDownmon. De inmediato, una bola de cristal junto a él comenzó a brillar - ¡! Galvatronmon está llamando...

El Royal Lord tomó el cristal, en el cual apareció un holograma de Galvatronmon.

- Buenas, caballero... ¿Cómo va el ataque masivo a la Ciudad Desértica?

- Digamos que no tan bien... Las murallas de esos tipo son tan fuertes como en la Ciudad Sagrada...

- ¿Entonces requieres ayuda? ¿Y dónde está Shenmon?

- Ya sabes como es. No le gustó la idea de atacar masivamente a la Ciudad. Tuve que darle la cabeza de NoblePumpkinmon para que accediera.

- Ya me lo imagino... Pero, sin su mente estratégica y guerrera en el mando, les será difícil traspasar esas paredes.

- No tienes que decirlo. He estado desde medianoche tratando de atravesar esas murallas, pero es casi imposible...

- ¡Eso no es nada! La Ciudad Sagrada duró más que la mitad de un día para caer.

- Ya lo sé... Nos contaron después de que organizamos la doble invasión.

- Bien, ¿Y han confirmado la presencia de Elegidos de JunoKazemon en la Ciudad?

- Aún no... no tenemos mucha visibilidad con esos muros de pie...

- ¡Entiendo! Entonces, para no tener que alargar las cosas tanto... Les voy a mandar un regalito...

- ¿? ¿Un regalito?

- Unos de mis proyectos... pensaba sacarlo hasta confirmar la presencia de Elegidos de JunoKazemon e incluirlo en los Crimson Kniffers, pero... Creo que con él, esos muros serán simples juguetes.

- ¡! ¡Entonces que esperas! ¡Mándalo!

- Ábreme un portal de mi laboratorio hasta tu lugar...

- De acuerdo... - LockDownmon apagó el cristal, y de inmediato se levantó para juntar un par de cristales que tenía guardados. De inmediato un portal se abrió, por el cual apareció Galvatronmon.

- ¡Muchas gracias!

- Bien... veamos que tipo de regalito tienes...

- Uno... jumbo... - dijo mientras materializada en sus manos un pequeño oso de peluche, lo cual sorprendió bastante a LockDownmon.

- ¿Qué|

Lanzó por lo aires al peluche, y mientras estaba en los aires, el Royal Lord sacó un Digivice AE de los Elegidos de la Oscuridad y lo levantó al aire.

- Recarga Binaria: Belphemon.

- ¿Belphemon?

De inmediato un aura oscura salió del aparato, y voló hasta el peluche. Y, en un abrir y cerrar de ojos, el peluche se convirtió en un gigantesco monstruo parecido a un oso, con alas en su espalda, cadenas rodeando extremidades y partes de su cuerpo, y con un tamaño muy colosal; fácilmente podría pasar las murallas estando de pie.

- ¿¡Qué es eso!?

- Una de mis mejores creaciones... - declaró con orgullo Galvatronmon - Un prototipo aun inestable, pero lo suficientemente poderoso para destruir esas murallas casi al instante. Lo llamo Belphemon...

- ¡Excelente! - exclamó con emoción LockDownmon, mientras reía con fascinación - ¡La guerra está a nuestro favor! ¡Con esto, la Ciudad será nuestra!

- ¿¡!? ¿¡Qué es eso!? - Los Sealsdramons en las murallas de inmediato entraron en pánico al ver al inmenso demonio caminar entre las filas enemigas hasta ellos.

- ¡Cuidado!

- ¡Gift of Darkness! - Belphemon, a una distancia muy grande, envolvió su hocico en llamas oscuras, y entonces expulsó una esfera de las mismas que se disparó con gran potencia sobre las murallas.

Los muros simplemente no fueron capaces de resistir el ataque, y de inmediato estallaron, dejando un agujero muy grande en el mismo. Los Sealsdramons salieron volando por los aires, las calles se vieron aplastadas por los escombros, mientras que el humo llenaba el aire a todo su alrededor. El silencio inundó ambos bandos de la batalla: tanto a los habitantes de la Ciudad Desértica como a los invasores demoníacos. Simplemente un grito proveniente de una parte de las murallas intacta fue lo único que se escuchó en medio del impacto.

- ¡Las murallas fueron destruidas! ¡Las murallas fueron destruidas!

De entre los demonios que comenzaron a entrar en hordas terriblemente numerosas, había un Digimon bastante curioso: un guerrero samurai, con detalles en su cuerpo de un guerrero dragón, que se movía apresuradamente entre las líneas.

« ¡Finalmente atravesamos las murallas! » pensó con fascinación, mientras seguía moviéndose « Ahora, solamente tengo que matar a unos cuantos Sealsdramons en mi camino y... entonces, podré ir al palco para matar a NoblePumpkinmon... »

ASFD

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