Capítulo XV

- ¿Qué les dijiste?

Taiki terminó la llamada, y se dirigió a los demás Elegidos.

- Solamente le avisé del temblor que acabamos de sentir… ellos también lo sintieron.

- ¿Pero, que significaría? - preguntó para si mismo Kokabuterimon - Un sismo de esa magnitud no es algo que sea causado de manera natural…

- No importa eso ahora. Pero, no les dije absolutamente nada de nuestra pelea con los Elegidos de la Oscuridad, ni sobre Hikari…

- Está bien. - declaró Mizuki - Sería mejor no preocuparlos, ahora que están en camino al Castillo de JunoKazemon…

- ¡Pero, hay que seguir buscando a Hikari! - exclamó Lunamon, con miedo expresado en sus palabras.

- Pero, ¿Cómo lo haremos?

- Bueno… - comenzó a hablar Moosemon - El campamento ya está completamente destruido. Y, los Demonios conocen este lugar, así que ya no estamos seguros. Lo único que podemos hacer es salir de aquí…

- ¡! ¡Y podemos ir a la Ciudad Sagrada! - declaró Lopmon emocionada.

- ¡Pero está conquistada! - le recordó Valeria, después de recordar su plática que habían tenido con los Pixiemon que llegaron hace varios días - No podríamos ir…

- ¿Y quién lo decidió UwU?

- Pero…

- ¡Esta es la oportunidad perfecta para mostrar nuestros poderes, y atacar a los demonios!

- … Ya lo hicimos… en el Mundo Humano, y hace unos segundos… - comentó Mizuki - De hecho, ustedes lo hicieron… Y, por lo que escuché, creo que se podrían considerar ambas como… "derrotas"…

- Si… tiene algo de razón - comentó Niko, quien ya había salido de su shock - De no ser por tu "power-up" de último momento, Lopmon, habríamos perdido en el Mundo Humano…

- Y, de no ser por Shutumon… - siguió Elecmon - Habríamos perdido aquí y ahora…

- ¿Y que chingados? ¿Estoy pintando o qué? - preguntó enojado Shoutmon, sentado sobre una roca.

- Estás mordiendo una piedra, y te vomitaste encima a la hora de pelar… Te quitaré crédito por eso.

- Motherfucker… - suspiró Shoutmon, volviendo a morder su piedra que estaba en su mano derecha.

- ¡Bien! - exclamó Lopmon - ¡Pero no lo hemos hecho por tercera vez! ¡Hemos mostrado nuestro poder, pero no 3 veces! ¡Es la oportunidad de demostrar que la tercera es la vencida!

- … - los demás se miraron unos a otros, no estando del todo convencidos.

- ¡Vamos! ¡Contratamos servicio express por parte de la ejército de Pixiemon al servicio de Moosemon-sama, y entonces que nos guíen a la Ciudad Sagrada! ¡Vamos, les damos unos cuántos golpes a unos demonios, los corremos, y nos apropiamos de la ciudad como base de operaciones del Team Digimon!

- ¡Wowowowowow! - exclamó Valeria - ¡Para tu carro! ¡Es un plan demasiado largo!

- … Pero, aunque no quiera aceptarlo… - comentó Moosemon - Es una idea… muy convincente…

- ¿Eh?

- Como dije, este sitio ya no es seguro. Por lo que debemos movernos… Pero, también, quedándonos aquí simplemente hemos perdido tiempo. Tiempo realmente valioso: ya sabemos que ha caído el segundo de los 7 Reinos. Si no nos movemos, los Demonios conquistarán los otros 5 Reinos, y entonces habremos perdido frente a ellos…

- Okey, okey… - habló Sol - Pero, digo… ¿No hay otra Ciudad a la que podamos llegar?

- ¿?

- O sea… Suponiendo que llevamos a cabo el plan… - ¿No hay otro Reino más cercano? Podríamos… ir, tardar menos tiempo en llegar, y prepararnos mejor para defenderla de la invasión demoníaca.

- Si, es probable que haya Reinos más cercanos… - comentó Moosemon.

- ¿? ¿Es probable?

- El Digital World es demasiado grande - explicó Kokabuterimon - A pesar de que seamos Dioses, o parte de ellos, No sabemos la ubicación exacta de los 7 Reinos. De hecho, ni siquiera sabemos en dónde estamos exactamente; si estamos lejos o no del Castillo de JunoKazemon, o, el otro sitio más cercano que me imagino, del Desierto del Templo del Sol… No sabemos en dónde estamos exactamente.

- ¿Y no podemos pedirle a los Pixiemon que nos orienten?

- Como decía, el Digital World es excesivamente grande. Pedirles que nos hagan un mapa de los Reinos sería… explotarlos demasiado…

- Pero, volviendo a mi punto - continuó Moosemon - La Ciudad Sagrada es más capaz para protegernos…

- ¿?

- Cuando nacimos nosotros, los Dioses, se nos dio el encargo de cuidar del Digital World. Y, bueno, tanto como medida de adoración como también protección de los Digimons, VulcannusBeetlemon decidió crear la Ciudad Sagrada…

- ¡Oh! ¡Es cierto! - comentó vagamente Kokabuterimon - Había olvidado que la Ciudad Sagrada es mi creación…

- ¡No te olvides de mi! - comentó Tentomon, mientras abrazaba de la cintura a Mizuki.

- ¡Hey! ¡Aléjate de ella! - le gritó de inmediato Niko. Pero, de inmediato se sorprendió al ver que la cara de Mizuki estaba completamente normal - ¿Mizuki?

- ¿?

- ¿N-No te molesta que te esté tocando?

- … No del todo…

- ¡Cómo decía! - continuó Moosemon - VulcannusBeetlemon creó la Ciudad Sagrada, como templo para que los Digimons nos adoraran, y también como un sitio donde habitaran y fueran… "civilizados". De ahí, nacieron los otros 6 Reinos, como creaciones de los Digimons para socializar entre ellos.

- Es cierto… - comentó Pichimon - los Digimons después comenzaron a crear sus ciudades… es lindo recordar aquello…

- Bueno, y, aparte de ser una ciudad construida por Dioses - comentó Sol - ¿Que la hace diferente de otras?

- Bueno, creo que estoy dando muchas vueltas al asunto, así que seré directo - habló de una vez Moosemon - Nuestra hermana JunoKazemon escondió algo ahí.

- ¿? ¿Y qué es? - preguntó Maya.

- No estamos seguros de que sea… - habló Elecmon - Si, recuerdo que, después de que JupiterWisemon y nuestra hermana JunoKazemon predijeran la invasión de los demonios, ella se dedicó a crear algo, y de inmediato pasó a buscarlos a ustedes, los Elegidos.

- A juzgar por lo que vemos, creo que aquello que creó se trata de sus Digivices - comentó Moosemon, dirigiendo su mirada al Digivice AE de Misti.

- ¿? Ya no entiendo - habló Sakeno - ¿Entonces, que hay oculto en la Ciudad Sagrada?

- No estamos seguros - siguió explicando Elecmon - Recuerdo que nuestra hermana nos dijo que si necesitábamos poder y fuerzas, en caso de haber caído ante los demonios, ella iba a ocultar algo en la Ciudad Sagrada. Después de eso, comenzó su búsqueda de los Elegidos.

- Y, cuando ocurrió el Exilio, y comenzaron a ser perseguidos por los Demonios Mayores - siguió hablando Moosemon - Por mi parte, decidí ir a la Ciudad Sagrada. Pero… a mitad de mi viaje, me encontré con Misti…

- ¿¡ !? - Misti se sorprendió bastante por aquella declaración - ¿Estás diciendo que yo interrumpí tu viaje a la Ciudad Sagrada?

- Si, en efecto…

- ¡Hey! - le instó Lopmon - ¡No te metas con mi Misti!

- También encontré a los Pixiemon, quienes después de reconocerme como el Dios MerukiMegatheriummon, permanecieron fieles a mi y me informaron acerca de la caída de la Ciudad del Nacimiento. Después de aquello, les pedí que buscaran y me informaran de la situación de la Ciudad Sagrada, y entonces fue cuando los perdí de vista.

- Bueno, ¿Y para cuando nos vamos entonces a la Ciudad Sagrada?

Todos miraron sorprendidos a Valeria.

- ¿Eh?

- Pues, digo… ¡Ya tenemos todo el plan, por parte de Lopmon! ¡Nos levantamos de una vez, vamos hacia allá, pateamos traseros, y nos quedamos a vivir en la Ciudad Sagrada! ¡Entre más rápido mejor!

- ¡! ¡Me encanta tu entusiasmo Valeria! - le felicitó Biyomon, pero Valeria simplemente le ignoró.

- ¡Si nos levantamos ahora mismo, llegaremos allá más rápido! Así que, empaquen sus cosas, levanten sus traseros, ¡Y vayamos de una vez!

- ¡P-Pero…! - habló Lunamon, con ojos llorosos - ¿Que pasará con Hikari?

Todos se miraron entre si. Habían olvidado completamente el hecho de que Hikari desapareció durante su encuentro con los Elegidos de la Oscuridad.

- … - Vale se acercó a Lunamon, y le habló con bastante seriedad - Es caso perdido. Ahora, vayámonos de una vez…

- ¿¡C-Caso perdido!? - los ojos de Lunamon emitieron más lágrimas.

- ¡Tarada! ¡La asustas! - Misti le dio un fuerte golpe a Vale en la cabeza, y se dirigió a Lunamon - No te preocupes Lunamon. Primero, nos encargaremos de buscar a Hikari, y en cuanto la hallemos, comenzaremos nuestro viaje a la Ciudad Sagrada.

- ¿M-Me lo prometes? - la esperanza que dejaba la mirada de Lunamon realmente podría doblegar fácilmente a cualquier persona.

- ¡Por supuesto! - declaró - Y, comenzaremos nuestra búsqueda, a partir de ahora…

- ¿? ¿Ahora mismo?

- ¡Si! - anunció Misti a todos los presentes - Si queremos ir a la Ciudad Sagrada lo más rápido posible, entonces hay que encontrar a Hikari lo más rápido posible…

- Tienes razón - Sakeno se puso a un lado de ella, haciendo que la chica se sonrojara - Considero que nuestro deber, como Elegidos de JunoKazemon, debemos apoyarnos entre nosotros. Y en esto debería entrar entonces el encontrar a uno de nosotros, justo cuando… comenzamos a buscarte Misti…

- G-Gracias por… Recalcar eso… - las mejillas de Misti ardieron.

- Entonces, nos dividiremos por turnos para tratar de hallar a Hikari.

- ¡Yo comenzaré! - gritó eufóricamente Lopmon - ¡Misti y yo somos las primeras voluntarias!

- ¡! - Misti se sorprendió por las palabras de su compañera.

- Digo, si Misti propuso y nos metió en esto a todos, ella debe ser el ejemplo a seguir. Y, viendo que sus capacidades de orientación pueden llegar a ser… poco fiables, yo, la grandiosa, hermosa y poderosa Lopmon, me encargaré de cuidar y proteger de ella en todo momento…

- Alguien por favor que me dejé sordo para no escucharla… - murmuró Moosemon por lo bajo.

- ¡Así que…! - ahora dirigió sus palabras a Misti - ¡Elegida, amiga, hermana, compañera, amante, confidente, y madre mía! ¡Acompáñeme para poder buscar a nuestra querida Hikari!

- ¡! ¡De acuerdo! - habló Misti con simplicidad. Pero, sus pensamientos eran otros « Ahora te entiendo perfectamente Moosemon, cuando hablabas tan mal de Lopmon. Me hubiera gustado haber sabido todo eso antes de que fuéramos compañeras » - ¡Un momento! ¿Y Moosemon?

- ¡Nah! ¿Ese qué?

- ¡! ¿¡Disculpa!? - Moosemon se molestó bastante con ese comentario.

- ¡! ¡Vámonos, perras! - Lopmon tomó con una de sus orejas la mano de Misti, y de inmediato corrió hacia el bosque.

- ¡! - Misti se sorprendió por la fuerza de su compañera, y de inmediato fue arrastrada al bosque.

- ¡! - todos se quedaron perplejos ante el asunto.

- Bien… ¡Sigamos definiendo tareas! - exclamó Taiki - Creo que… algunos deberían quedarse aquí para cuidar de nuestras vidas, en lo que salimos a buscar.

- Yo seré uno de ellos - habló Moosemon, más tranquilo - Al ver qué Lopmon me dejó abandonado, no me queda opción.

- Yo también me ofrezco. - comentó Mizuki - Como no tengo compañero Digimon aún, salir de aquí sería peligroso.

- ¡Y-Yo también! - habló Maya, pero de inmediato Heishi le detuvo.

- Pero, Maya…

- No te preocupes, Heishi-kun… ¡Estaré bien!

- P-Pero…

- ¡Nosotros 4 nos quedamos! - exclamó Tentomon - Consideramos que la jurisdicción y autoridad de Moosemon no son suficientes para que se quede a cargo.

- ¡Oye!

- Así que… ¡Estaremos felices los 4! - exclamó alegremente Tentomon, dirigiendo su mirada hacia Maya y Heishi.

- ¡Entonces nosotros 3 saldremos! - exclamó de inmediato Niko - Nosotros también buscaremos a Hikari… ¡Y será ahora mismo! - de inmediato se dio la vuelta, y se adentró en el bosque.

- ¡! ¡Niko! - Terriermon acudió a perseguirle.

- Argh… Esto solamente me pasa a mi - con pesadez, Gotsumon siguió a ambos.

- Entonces… Creo que será conveniente que me quedé… - comentó Sakeno - Shoutmon… el mío… se perdería si salimos al bosque. Y encontrarlo, aunque no sea difícil, será un verdadero problema regresarlo.

- ¿? ¿Que la prima de mi compadre le tosió a quién? - preguntó Shoutmon, completamente desorientado.

- Tu cállate - respondió Elecmon - Y sigue con tu piedra…

- Oh, yeah… - comentó, dándole otra mordida a la piedra en su mano - Delicious. Finally some fucking good food…

- … - el Shoutmon de Taiki tan solo miró con total desagrado al Shoutmon de Sakeno.

- Bien… nosotros saldremos a buscar - habló Taiki, tomando a Shoutmon y dando media vuelta.

- Yo también me quedaré - habló tranquilamente Sol - Mañana, o en cuanto regrese uno de los chicos, Pichimon y yo saldremos.

- ¡Completamente de acuerdo! - exclamó Pichimon.

- Bueno, ¡Entonces saldré a buscar! ¡Para que todo esté más equilibrado! - Valeria se dio la media vuelta, y se adentró en el bosque, sin siquiera esperar a su Digimon.

- ¡! ¡Valeria! - Biyomon apresuró el paso y le alcanzó.

- Ahora que lo pienso… - comentó Sakeno, volteando a los lados - ¿En dónde está Izumi?

- ¡Tienes razón! - habló Elecmon - No la veo en ninguna parte.

- Y, de hecho… ¿En dónde se metió Shutumon?…

- ¿¡ !? ¿¡Shutumon!? - Elecmon se alarmó aún más, y comenzó a mirar por todos los lados.

Shutumon, oculta en una rama sobre un árbol cercano al campamento, observó la escena excata en que Sakeno comenzó a preguntar por Izumi.

- Bien… - susurró para si misma Shutumon - ¿Cómo regreso al campamento en mi forma humana sin levantar sospechas?…

Misti y Lopmon se adentraron bastante en el bosque, mientras buscaban a Hikari.

Lopmon ya había soltado a su compañera, y se dedica a mirar hacia todos los lados para encontrar a la chica.

- ¡Hikari! - gritaba muchas veces Misti - ¡Hikari! ¡Si me oyes, por favor responde!

- ¡Mamá Hikari! - gritaba Lopmon - ¡Mamá Hikari, papi Tsuyo te está esperando…! ¡Aparécete y complácelo!

Misti se quedó en total silencio al oír el gritó de Lopmon 

- ¿? ¿No te genera vergüenza? 

- Después de un tiempo, te acostumbras - habló Lopmon con total seguridad - Espero que un día aprendas de mi…

- Espero nunca hacerlo… - comentó Misti.

- Oye, Misti-sama…

- ¿? ¿"Misti-sama"?

- Respóndeme algo… - habló con total inocencia Lopmon, cosa que asustó de inmediato a Misti - ¿Cuándo tendrás tus hijos con Sakeno-kun?

- ¡! - se atragantó la chica con su saliva, haciendo que cayera al suelo y comenzará a toser fuertemente.

- ¿? ¿Misti-sama? Por favor, respóndeme…

- ¡Tonta! ¡Me estoy ahogando! - levantó la cara Misti, mostrando su rostro rojo por el esfuerzo - ¡Si no vas a evitar que me muera ahogada, tampoco estés preguntándome cosas!

- Pero Misti-sama… ya quiero tener sobrinos que cuidar…

- ¡! ¿¡Qué carajos dices!?

- Tienes razón… serían más como mis hermanos…

- ¡Hey! ¿¡De que estás hablando!?

- Pues… ¡Que te declares de una vez a Sakeno-kun, para que se enamoren los 2, tengan hijos, me den sobrinos que cuidar, y se puedan casar!

- ¿? ¿No deberíamos casarnos primero? - las mejillas rojas de Misti constrastaron bastante con la confusión que reflejó la chica.

- ¡El orden de los factores no altera el producto! - exclamó la Digimon - Pero, en serio… Quiero tener hermanitos que cuidar…

- ¡No digas tonterías! - el color rojo en la cara de Misti aumentó drásticamente - ¡Deja ese tema de lado! ¡Y, si quieres hablar de ello, al menos que esté en el contexto!

- ¿? ¿Contexto?

- Si… No saques un tema así de la nada; puedes asustar mucho a la gente…

- ¿Cómo lo hice contigo? UwU

- … Sigamos buscando a Hikari… - concluyó Misti.

Ambas siguieron gritando el nombre de la chica, en bastantes ocasiones, con el propósito de poder hallar a la chica.

- Esto no está dando frutos - exclamó Lopmon - ¡Hay que encontrar otro método de búsqueda!

- Tienes razón… - Misti se sentó sobre una piedra - Además de que… ya estoy un tanto cansada…

- ¿Cansada? - Lopmon se sorprendió mucho « Apenas llevamos una hora aquí fuera, si mis cálculos no están mal hechos… »

- Si. - Misti inhaló y exhaló unas cuantas veces. Pero, después de hacer esto, sus ojos se pusieron serios y miró a todos los lados.

- Realmente me sorprende que se cansen con facilidad - habló Lopmon con seriedad - Lo digo por todos ustedes. Cuando comenzamos el entrenamiento para pelear con los Jawmons, cuando según iban a atacar el campamento, también todos ustedes se estuvieron cansando con gran facilidad… A cada rato estaban diciendo "Danos un respiro Ginkakumon… ¡Estamos agotados!" Y, más aun, que en cuestión de unos tantos minutos se lograban recuperar de ese cansancio, y volver a pararse como si|

- ¡Shhh! - instó rápidamente Misti a la Digimon.

- ¡! ¡Oye! ¡A mí no me silencias| - de inmediato, Misti tapó la boca de su compañera, y siguió mirando hacia los lados. Lopmon mordió la mano de Misti y se zafó de su agarre - ¡Hey! ¿¡Qué haces!?

- ¡! - Misti estaba a punto de gritar, pero supo contenerse, y volvió a agarrar a Lopmon en sus brazos - Lopmon, necesito que hagas silencio.

- ¿Silencio? ¡Pero si te estaba habl|!

- ¡En serio! - exclamó Misti, asustando un poco a la Digimon. Ambas se silenciaron, y comenzaron a oír con bastante atención todos los ruidos que emitía el bosque.

Oyeron el pasar del viento, arrastrando algunas hojas secas caídas en el suelo; escucharon el movimiento y la forma en qué se movía el viento, como si se tratara de una persona caminando en el bosque. Pudieron oír también el movimiento de algún Digimon lejano, que se adentraba en el interior de un arbusto; el movimiento de algún otro que subía un árbol, y otro que lanzaba un aullido ligero y apenas perceptible.

Ambas se quedaron en tanto silencio, que incluso el latir de sus corazones, en especial el de Misti que reflejaba un sentimiento de temor en la chica, era algo que podían percibir como si se tratara de una campana.

- ¿? ¿Qué debemos oír?

- ¡Presta más atención! - le instó Misti.

Ambas se quedaron en ese estado, por largos y varios minutos. Hasta que, lo que estaba percibiendo la chica, o aquello que sonó de manera sobresaliente a los demás sonidos, se hizo presente: el andar de un caballo.

- ¿? ¿Un caballo? - preguntó Misti, a modo de susurro.

- ¿Caballo? - preguntó Lopmon con el mismo tono de voz - ¿Qué es eso?

- Es por eso que te necesitaba en silencio… Por tus palabras, creo que los caballos no existen aquí…

- ¡Por supuesto que no! Aquí solo existen seres digitales, y nunca había oído hablar de un caballo.

El sonido de sus pisadas siguieron. Primero, el leve troteo se escuchaba a muchos metros de distancia, pero era perceptible. Conforme fue pasando el tiempo, las pisadas aumentaron de sonido; por ello, Misti agarró a Lopmon.

- Hay que regresar al campamento…

- ¿? ¿Qué?

- He visto muchas películas como para saber que si se oye un caballo en medio de un bosque silencioso en señal de que algo malo va a pasar… Y, no quiero averiguar si es que esa teoría puede llegar a ser errónea. Así que nos vamos, y ya…

- D-De acuerdo… - Lopmon rápidamente leyó los pensamientos de Misti, con tan solo ver sus ojos: « Mi compañera se está cagando del miedo… Diría algo, pero escuchar esas pisadas a mi también me está comenzando a asustar »

Misti abrazó a la Digimon entre sus brazos, y comenzaron  a seguir el camino de regreso al campamento.

- Me quejaría de ti, por querer regresar de último momento… - habló Lopmon - Pero, está vez te rifaste con el camino de regreso.

Misti avanzó por un largo trazo de camino, hasta que se hallaban con una piedra en el suelo, la cual estaba pintada de blanco. Misti se agachó, tomó la piedra, y leyó lo que estaba garabateado.

- … ¡Es por aquí! - dejó la piedra, y siguió caminando hacia una dirección: después de perderse en el bosque, decidió que, a la hora de salir a aventurarse dentro del mismo, dejaría piedras en el camino, con instrucciones claras sobre el siguiente sitio a dónde estaría la piedra. - Así lo hicieron Hansel y Gretel - le comentó Listo a Lopmon.

- Pero… seguramente Hansel y Gretel sabían cómo regresar a sus casas, aún sin las piedras.

- No, no lo sabían. Por eso usan las piedras…

- ¡! ¡Nah! No le creo a tu historia - declaró Lopmon.

Ambas se fueron alejando del sitio. Conforme avanzaban, dejaban de escuchar el paso del caballo; así, hasta que el silencio total contaminó el ambiente.

- Parece que aquí… estamos seguras de aquella cosa rara… - Misti se sentó apoyada en un tronco, con marcas de notable cansancio físico.

- Eso… espero… - contestó Lopmon, quien estaba con un poco de cansancio por estar en los brazos de la chica por mucho tiempo. Ella se sentó frente a su compañera, de modo que podía ver lo que estaba detrás del árbol.

- No creo que aquí llegue esa cosa…

Pero, de repente, un nuevo sonido invadió el espacio de una manera tan sorprendente, emergente e instantánea, que cultivo de inmediato un terror en la chica: pisadas lentas de caballo.

- ¡! - en ese leve momento, Misti identificó un par de sonidos más: escuchó lo que parecían ser cadenas de metal, chocando entre si, el movimiento de lo que parecía ser cuero rodando con la piel, y la respiración de un animal, confirmando que se trataba de un caballo. Los sonidos que escuchó, aunque eran perfectamente distinguibles, ella no podía identificarlos debido al miedo que se apoderó de ella por saber que, literalmente de la nada, un caballo con lo que podría ser un jinete apareció en aquella zona.

Lopmon miró por detrás del árbol, y un gran miedo se apoderó de sus ojos. Pero, no era como cualquier miedo que podría llegar a tener Lopmon: algún miedo de broma, o algo para asustar a alguien más. Por primera vez, Misti identificaba en su compañera Digimon un auténtico miedo, que la dejó totalmente petrificada.

- ¿¡ !? ¿¡Lopmon!?

- Misti… hay que huir de inmediato…

- ¡! - con bastante miedo, la chica asomó su cabeza por el costado del árbol, y, aunque no pudo ver todo, vio algo que le dio total miedo: el caballo del que hablaba era completamente negro; tan oscuro que parecía absorber totalmente la luz que llegaba del exterior. En efecto, tenía algunos cueros sujetando su hocico y partes de su cuello, confirmando que había un jinete sobre este.

Lo único que la chica alcanzó a ver del jinete fueron sus manos: medio cubiertas por un manto desgarrado y de color negro, aún más oscuro que el del caballo, consistían en una amradura de color plata, muy desgastada, que tomaban con firmeza las riendas del caballo. Esta pequeña imagen del jinete fue más que suficiente para que la chica se asustara más de lo que ya estaba.

- ¡Ahhhh! - Misri de inmediato gritó, y dando la vuelta para tomar a Lopmon, la chica comenzó a correr en el bosque. Escuchó, tal vez de parte del jinete, que lanzó un alarido como de ira combinada con sufrimiento: un alarido que expulsaba en simples ondas sonoras un sentimiento de total muerte.

- ¡Misti! ¡Corre más rápido!

Misti, sin querer voltear hacia atrás, siguió corriendo por el bosque, sin importar por dónde estaba caminando, o qué tan lejos estaba del campamento.

- ¡! - el miedo se apoderó aún más de Misti cuándo escuchó a un lado suyo las pisadas del caballo; pero, está vez, corriendo. Ella no tuvo que voltear para tratar de confirmar esa información: Lopmon fue quien se encargo de aquello.

- ¡Misti! ¡Nos está siguiendo!

- ¡Y-Ya lo noté! - di una vuelta muy cerrada, de modo que el caballo difícilmente la pudiera dar a la primera, lo cual nos iba a ahorrar unos segundos.

- ¡C-Cuidado! - escuché su advertencia demasiado tarde. Una rama salida a mitad de mi camino atoró mi pie, y me hizo caer sonoramente en el suelo. Lopmon salió volando de mis brazos, y yo terminé golpeando mi cara en el suelo.

- ¡! ¡Au! - me levanté lentamente, y me di cuenta de que mi pie, de alguna forma, estaba muy atorado en la ram - ¿¡Pero qué…!?

Escuché las pisadas del caballo, que se acercaban con mucha rapidez, y de inmediato me incorporé y comencé a mover la rama en mi pie.

- Vamos… ¡Vamos! ¡Por favor! - por más que tiraba del objeto, y que golpeaba al mismo, no podía moverlo para liberar mi pie.

- ¡Misti! - Lopmon corrió hasta dónde estaba, y también me ayudó para poder quitarme la rama - ¡Esta bastante atorada!

- ¡Ya me di cuenta! - volteé hacia la dirección en qué veníamos, y vi al caballo negro a un par de metros - ¡Vamos Lopmon! ¡Está enfrente de nosotros!

- ¡Ahhhh! - Lopmon corrió atrás de mi - ¡Por favor! ¡Te daré a Misri si no me haces daño!

- ¡Tonta! ¡Ayúdame! - siguió esforzándose la chica para quitarse la rama, pero ya era tarde. El caballo había llegado al sitio donde estaban (más o menos a una distancia de medio metro), y se quedó de pie, quieto.

Y bajó su montura, a quien Misri decidió no mirar, debido a que la simple presencia que emanaba era muy terrorífica que lograría petrificar a la chica.

- ¡Lopmon! ¡Ayúdame!

- Misti… ¡N-No lo mires! - exclamó la Digimon, cubriéndose con la espalda de la chica.

- … - la chica dejó de forcejear, al ver que los pies de la montura (los cuales eran una especie de botas puntiagudas de plata, cubiertas por un manto del mismo color y apariencia del que cubría las manos) estaba a unos 10 centímetros de ella.

Misti se quedó en esa postura, con mucho miedo a mirar hacia arriba y encontrarse cara a cara con aquella montura.

- … Mmmmmmmm… - escuchó lo que sería la voz de aquel ser. Leve como un susurro, y larga como si se tratara de un zizeo de serpiente. Pero, perfectamente audible - Mmmmmmisti…

- ¡! ¿¡S-Sabes mi nombre!? - la chica se asustó bastante al escuchar su nombre por parte de aquel.

- … Misti… keioshk… - escuchó un sonido metálico, como si se tratara de una espada siendo afilada - Nnio… toerogouk…

- ¡! - Misti se cubrió los ojos, esperando lo peor que podría pasar. Escuchó el metal que chocaba en el suelo, un pedazo de madera romperse, y…

Su pie… lo sintió más libre…

- ¿? - aún con las manos cubriendo su cara, sintió como un par de manos le ayudaban a su pie a liberarse de la rama. Su sentido del tacto le transmitió perfectamente como se sentían aquellas manos: frías, y mucho (semejante a tocar un pedazo de metal congelado), y con una especie de presencia completamente monstruosa. La chica sentía que su pie estaba siendo tocado por un verdadero monstruo.

Después de que su pie fuera libre, el miedo que tuvo de su reciente sensación impidió que la chica saliera corriendo. Escuchó que una especie de armadura daba unos cuantos pasos hacia atrás, y… algo que caía al suelo.

Por miedo, Misti se quedó en esa postura, sin querer ver lo que estaba pasando por fuera. Hasta que Lopmon le movió ligeramente con sus orejas.

- Misti… creo que espera que… lo veas…

- ¿? - con miedo, bastante notable en el temblor reflejado en sus brazos y su cabeza a la hora de descubrirse los ojos, la chica observó de lo que se trataba.

Aquel ser extraño, que era solamente un hombre cubierto por una manta completamente oscura y sucia de polvo. No se dejaba ver su cabeza, ya que estaba cubierta por una capucha y mirando hacia abajo. Además, estaba arrodillado frente a Misti, como mostrando una reverencia. En el suelo, a tan solo 20 centímetros de la chica, había una especie de funda color rojiza con negro, que parecía ser para una espada de juguete (una espada de, tal vez, unos 15 centímetros de largo).

Misti, con bastante miedo miró al jinete extraño, que emitía un sentimiento de muerte y pestilencia, a pesar de estar a más de medio metro de distancia. La chica estaba completamente aterrada.

- ¿Q-Quién eres? - preguntó Lopmon, mostrando el mismo sentimiento de su compañera.

- Nnio toerogouk… - salió la voz de su capucha, como si se tratara de un extraño susurró - Oriae nôri firierigooh kardaki…

- ¿Que dices? - preguntó Misti, totalmente aterrada.

El caballero simplemente extendió las manos, apuntando hacia la funda que estaba en el suelo, como si se lo estuviera mostrando.

Shhhhashakietit… Misti keioshk… Lopmon keioshk… shhhhashakietit houuotsogoeii

- ¿Cómo sabes mi nombre? ¡Acosador!

- … - Misti solamente podía estar sentada ahí mismo, viendo al jinete con total temblor.

Después de unos segundos, la chica extendió una de sus manos al objeto, pero de inmediato Lopmon golpeó su mano de un manotazo.

- ¡Hey! ¿Qué haces?

- Creo que… quiere que tome eso…

- ¿Y por qué lo vas a hacer? ¿Quién te dice que realmente quiere eso?

- ¿Y cómo tú sabías que quería que lo viera?

- … - Lopmon pensó en ello - Tú ganas…

Misti siguió extendiendo su mano, hasta tocar y tomar la funda. Era fría, pero no tanto como la mano que le liberó el pie. Y, más que una funda de espada, parecía una especie de cajita pequeña totalmente cerrada.

- ¿? ¿Esto qué es?

- Aruni… Farfarktorisch kuruaetooriHouuotsogoeii

- ¿?

El jinete se puso de pie, logrando así mostrado lo que había debajo de su capucha. Nada; literalmente. La única cosa que habitaba en el espacio donde debería haber una cabeza, era una completa y devoradora oscuridad, que sumió a Misti en un miedo aún mayor, al proponer la idea de que estaba viendo a una especie de fantasma, o… tal vez, a un demonio…

El jinete se dio la vuelta, y montó su caballo. Movió las riendas, y el caballo dio la vuelta. Le dirigió una última mirada a Misti, y después de ello movió su cara al camino. Movió nuevamente las riendas del caballo, y éste comenzó a andar lentamente, abandonando a ambas en aquel sitio.

- ¿? ¿¡Qué acaba de pasar!? - gritó Lopmon, de una vez logrando explicar todos sus sentimientos de una vez.

- ¡! ¡¡Yo tampoco lo sé!! - expresó Misti del mismo modo, logrando soltar toda la tensión que sentía en su cuerpo.

- Bien,o hay que calmarnos… y pensar cosa por cosa… - habló Lopmon - Primero, antes que nada, ¿Cómo vamos a regresar al campamento?

- ¡! - Misti volteó a los lados, y entonces miró una piedra que estaba tirada en el suelo. Se dirigió hacia la misma, y la tomó en sus manos: se dio cuenta de qué era una de las piedras que había rayado para regresar al campamento. - ¿Qué? ¿Acaso… tan casualmente llegamos hasta aquí?

- ¡! ¡Ya lo recordé! - exclamó Lopmon - Cuando dejamos la piedra, fui yo quien se tropezó con la rama, ¿Cómo pude olvidarlo?

- … Entonces, regresemos de una vez.

- ¡Oye! ¿Y Hikari?

- ¿? ¿D-Después de lo que vimos, quieres aventurarte de nuevo ahí dentro?

- ¡T-Tienes razón! ¡Entonces también hay que hablar con los demás sobre esto! ¡Saca tu teléfono y explica rápido todo esto!

- … - Misti se quedó pensando un segundo, pero después sacó su teléfono, y comenzó a redactar el mensaje a enviar al grupo del Team Digimon. Todos, definitivamente, debían saber que había una especie de fantasma deambulando en el bosque…

ASFD

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