Capítulo XXIII

~♦♦♦~

- No lo sé... Yo creo que ya está muerta...

- ¡N-No digas eso hermana!

- Usó mucha de su energía vital para que las 2 fueran recargadas...

- Si. Debió haber empezado con alguna de las 2...

- ¡Pero estábamos frente a Murmukusmon! ¡Debíamos estar las 2 juntas!

- Además, usaron un ataque muy poderoso. Eso también la debilitó...

- Si, aunque, no lo entiendo del todo. Murmukusmon terminó muy afectado por ese ataque; no creí que le hiciera tanto daño...

- Pues, su ataque tuvo mayor efecto gracias a ella. Esa es mi teoría...

- ¡Oigan! ¡Está despertando! ¡Hay que darle su espacio!

~♦♦♦~

Lúmina abrió los ojos lentamente, recordando de golpe lo último que había vivido: su llegada al castillo de JunoKazemon, la explicacion que la Diosa le dio sobre la situación que estaba viviendo el Digital World, el ataque al castillo, la muerte de JunoKazemon y de las Kazemons, y la pequeña pelea que libraron las Sistermon contra Murmukusmon.

También, en cuanto sus ojos se abrieron y comenzaron a captar la luz de alrededor, cosa que se le hacia muy difícil, sus nervios de todo el cuerpo también fueron despertando, y entonces pudo sentir un fuerte dolor en su pecho; le era muy familiar ese dolor, sin embargo, lo sentía de mayor magnitud; también sentía que le dolían las piernas y los brazos especialmente, junto con una fuerte jaqueca. En resumen, todo su cuerpo le dolía.

Y, junto con los dolores internos que sentía la chica, sus nervios también comenzaron a captar lo que había en el exterior: sintió algo muy suave debajo de su cabeza, como si fuera una almohada. Su espalda pudo sentir, además de la ropa que podía llegar a jurar que era la misma que tenia cuando llego al Digital World, una suave almohada, que se extendía desde la parte baja de su cuello hasta la punta de sus pies; tal vez un colchón. Sus oídos captaron, ademas de varias voces femeninas, el sonido de golpes secos en rocas, concreto y metal, como si estuviera en medio de una construcción. Esto, incluido el hecho de que sus ojos no podían captar mucha luz, le dieron mucha curiosidad.

« ¿? ¿En... donde estoy? » fue lo primero que pensó.

Así que, llevada por la curiosidad a conocer la respuesta a esa pregunta, comenzó a levantarse lentamente de esa cama que podía sentir, y pudo sentir una pequeña mano sujetando la suya, la cual estaba agarrada de un borde de la cama.

- ¡Lúmina! ¡Ya despertaste! 

« ¿? Esa es... Sistermon... Blanc. Suena muy parecida; debo confirmarlo... »

- ¿Eres...?

- ¡S-Soy tu compañera humana! ¡Sistermon Blanc! - « Vaya. Si lo es; aunque, su voz se parece mucho a la de| »

- Ya despertaste... - la chica pudo escuchar la voz de Sistermon Noir, la hermana de Blanc, un poco más lejos que la de la pequeña.

« En serio, ¿En dónde estoy?... todo mi cuerpo me duele de manera espantosa... esta jaqueca me está matando... y, hay mucha oscuridad aquí... no puedo ver nada... »

- Necesito... levantarme...

- ¡P-Pero ten cuidado! - le advirtió la pequeña, aún sosteniendo la mano de la Elegida - No te levantes demasiado pronto, o te podrías marear...

Auxiliada por Blanc, Lúmina se pudo levantar lo suficiente para quedarse sentada en la cama donde estaba, la cual se dio cuenta que era en realidad una camilla improvisada, pero realmente muy cómoda. Ahí, entonces también se dio cuenta de que era de noche: el cielo nocturno que estaba sobre su cabeza, en lo que parecía ser un techo destrozado, delataba que no había mucha luz, a excepción de las estrellas y la luna que se veían de fondo; y por ello no podía enfocar la vista en absolutamente nada.

Y notó otra cosa: pudo distinguir, entre lo poco que veía, que estaba en el castillo de JunoKazemon, aunque no podía confirmarlo por todos los escombros que estaban ahí: el antiguo techo que estaba hecho de metal, junto con una gran decoración de dibujos de varios tipos, formas y colores, ya no existía; ahora, estaba reemplazado por un completo espacio vacío que revelaba el cielo nocturno que yacía sobre ellos. Las columnas inmensas que antes sostenían el lugar ahora ya no existían en su mayoría; ahora, solo habían un par de columnas en pie, sin los adornos de oro que la decoraban; lo demás estaba regado en el suelo en forma de piedras y ladrillos destrozados. También, ya no estaban los adornos de oro que decoraban esa inmensa sala en la que había estado esa vez que habló con JunoKazemon. Los ventanales, el piso brillante; todo estaba convertido en una gran sala con un montón de escombros regados por doquier.

- ¿En... en dónde estoy...? - fue lo primero que pregunto.

- Sigues en el castillo de JunoKazemon... - le respondió Noir de manera fría: una vez que la chica estaba sentada, pudo ver que la mayor de las Sistermon, o lo que podía deducir, estaba sentada sobre una pequeña pila de escombros a un lado de la camilla; un poco más abajo por alturas, y a un par de metros de separación.

- ¿En serio? ¿Y... - inmediatamente otra duda le llegó a la cabeza - cuanto tiempo... llevo aquí...?

- Aproximadamente un mes...

- ¿¡Que?! ¡¿Un mes?! - estaba a punto de levantarse, cuando un fuerte dolor irrumpió en su cuerpo, haciendo que la chica se abrazara a sí misma. - ¡Auu!

- ¡! ¿Q-Qué hacemos? - Blanc se asusto muy fácilmente al ver a Lúmina en ese estado.

- Quítense. Déjenme darle esta "poción"

- ¡Tu y tus pociones raras!

« ¿? Esa voz... » pensó Lúmina, mientras aun seguía con sus dolores « ¿Quién es? Su voz no se me hace nada conocida... »

- Toma esto. Te hará sentir mejor... - en medio de la oscuridad la chica pudo ver una mano humana con piel muy clara extendiendo hacia ella un pequeño plato con un líquido extraño.

- Gracias... - con un gesto delicado, tomé el plato y tomé lo que tenia ahí. « Bueno, no me puedo quejar: aun cuando esto sepa horrible, de algún modo u otro me curara; o eso espero... »

- En un par de horas te hará efecto... - « Y parece ser una chica quien me acaba de traer el liquido ese... »

- Okey... Oye, disculpa por la pregunta, pero, ¿Quién eres?...

- Bueno, era inevitable preguntarlo - entonces, la chica caminó hacia atrás, hasta quedar frente a un rayo de luz lunar para que pudiera verla. Entonces, Lúmina pudo ver mejor como era la chica: era de estatura media y con complexión delgada, con una peculiaridad respecto a su cabello y ojos: mientras que estos eran de color púrpura claro, su cabellera era del mismo color pero en una tonalidad más oscura - Hola Lumi. Mi nombre es May Hirokashi. Y, al igual que tu, soy una Elegida de JunoKazemon.

- Ya veo... - comentó, mientras observaba todo a su alrededor.

- Mientras estaba dormida, nos ha ayudado mucho - comentó Blanc a la Lúmina - Ella le ha ayudado a mantenerse saludable y a salvo desde el primer momento en que llegó, hace un par de semanas. También nos ha ayudado a recoger los escombros para formar un pequeño fuerte y mantenernos aquí, ella con ayuda de su|

- ¿? ¿Vamos... a seguir aquí?... - a Lúmina le sorprendió mucho esa declaración.

- Si... ¿Que tiene de malo? - pregunto May con cierta curiosidad.

- Pues... el castillo fue atacado... así que, los que nos atacaron...

- Osea, Murmukusmon...

- Si, ese... y, tal vez alguien más, sepan de este lugar... y, creo que Murmukusmon sigue vivo... si nos quedamos aquí, tal vez regresen por venganza, o sea lo que sea que quieran hacer...

- Es lo mismo que les dije a ambas - dijo Noir, mientras se levantaba de su "silla" - Es demasiado arriesgado quedarse aquí.

- Pero, hermana... - empezó a replicar Blanc - Este es nuestro hogar...

- Lo sé. Pero ya no es seguro. Además, Lumi está aquí: es nuestra Elegida, y no podemos permitir que le hagan daño, si queremos salvar nuestros mundos...

- ... O-Okey... - fue todo lo que dijo la pequeña con disfraz de conejo, mientras un par de lágrimas corrían por sus mejillas.

El momento mustio terminó rápidamente por una nueva voz.

- ¡S-Señorita Lúmina!

Inmediatamente, una pequeña criatura blanca voló hasta llegar a Lúmina, pero, antes de que pudiera chocar con la chica, Noir reacciono rápidamente y tomo a la criatura de lo que serian sus orejas.

- Oye, ten cuidado. Acaba de despertar...

- ¡Oh! ¿En serio? - y entonces Lúmina pudo ver a la criatura, después de que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad: era una pequeña criatura, con largas orejas (las cuales estaba agarrando Noir para evitar que la golpeara), con unas manos pequeñas y largas, una especie de anillo amarillo brillante que flotaba en su cabeza, y era de color blanco con una tonalidad de rosa. Era una criatura muy linda. Entonces, la criatura se separó de la chica y Noir soltó sus "orejas" - ¡H-Hola señorita Lúmina!

- ¿? Hola... - Lúmina no entendía muy bien lo que estaba pasando, y menos cuando la criatura mostró mucha emoción. Así que Blanc le explicó.

- Ella es una de los Digimons que nos sirven. Es la primera de su especie, y quedó muy impresionada cuando alcanzó a ver el momento en que usted recibió el ataque de Murmukusmon y salió sin ningún rasguño. Desde entonces, y después de que lo derrotáramos, ella se ha vuelto en una fan suya...

- ¡Es que realmente fue increíble! - dijo la criatura, mientras tenía una enorme sonrisa en sus labios y hablaba con mucha emoción - ¡Murmukusmon era un demonio demasiado fuerte, y usted pudo derrotarlo sin ningún problema! ¡Me gustaría ser como usted señorita!

- Oh... ¡Muchas gracias pequeña! - « Que lindo es este pequeño Digimon... sería muy malo de mi parte decirle que no fui yo, sino JunoKazemon; eso rompería sus ilusiones... » - Y, ¿Como te llamas?

- Pues, no tiene un nombre - dijo Noir - Aún...

- ¡Pero, me gustaría que usted me pusiera un nombre, señorita Lúmina! - dijo entusiasmada la pequeña Digimon - ¡Quiero ser bautizada por usted, señorita Lúmina, para que por tosas las generaciones venideras sea recordado su nombre como aquella que enfrentó a Murmukusmon y, más adelante, al Inframundo Digital!

- Okey... - la chica pensó un poco, antes de volver a hablar - ¿Te gusta mucho mi nombre, verdad?

- ¿?

- Osea, dijiste que querías que fuera recordada...

- ¡Oh si! ¡Su nombre!

- Y... ¿Qué te parece... Luminamon...?

Esas simples palabras hicieron que la pequeña Digimon soltara un enorme grito de emoción.

- ¡Ahhhhh! ¡No puede ser! ¡La señorita Lúmina acaba de bautizar a toda mi especie usando su propio nombre! ¡Estoy tan feliz! ¡Usted será recordada por toda la eternidad gracias a el honor que me dio de usar su nombre! ¡Me siento tan halagada! ¡Muchas gracias, señorita Lúmina!

- No debes agradecerme... - « Realmente no creí que quisiera usar mi nombre. Pero fue lo primero que se me ocurrió, ya que me dio flojera pensar en otro nombre. Aunque, me alegra mucho que le guste... »

Entonces, Lúmina escuchó y alcanzó a ver como todos los Digimons que estaban en la zona comenzaron a correr hacia las sombras del lugar. Y, en cuanto ellos lo hicieron, quienes estaban con ella también se alarmaron: Noir hizo aparecer un par de pistolas plateadas en sus manos, Luminamon se abrazó a la chica, como si quisiera ocultarse de algo o alguien; Blanc tomó su camilla de un lado y comenzó a empujarla hacia una sombra, mientras que May sacó de su cinturón un aparato muy parecido al que me había dado JunoKazemon, solo que era de color lavanda y no tenía ese peculiar aro metálico.

- ¿? ¿Qué pasa?

- ¡Shhhh! - le dijo Blanc de manera muy abrupta: la primera vez que la veía así; aun cuando solo la haya visto 2 veces, le sorprendio que la imagen que tenia de ella (de inocente y tierna) se viera derrumbada con tan solo ese shisheo, que detonaba miedo y desesperación - Guarde silencio, Lumi.

- ¿? ¿Por?

- En cuanto pase el asunto, te contaré...

Entonces, todos desde las sombras (a excepción de Noir y May, que se ocultaron detrás de los escombros junto a los que estábamos), se quedaron en total silencio; sin moverse ni hacer ningún ruido en absoluto. Así estuvieron por varios minutos, lo que hizo que Lúmina se desesperara.

- ¿Que está|

- Shhhhhhh - y la chica se sorprendió por el sentimiento impulsivo que mostró Blanc cuando le tapó la boca, mostrando en sus ojos un fuerte miedo - Por favor, no digas nada... - le dijo en un leve susurro que apenas pudo escuchar.

Entonces, la razón de tanto miedo y silencio apareció de repente: del gran espacio que abarcaba a un lado del castillo, donde antes se suponía que estaba una pared del lado izquierdo del sitio, apareció un gigantesco monstruo con una forma muy parecida a la de un dinosaurio metálico. Se asomó en el espacio, tapando toda la luz lunar que apenas podía entrar, y dejando el castillo en una total oscuridad en la que lo único que podía distinguirse eran los ojos de color rojo carmesí que cargaba la enorme criatura.

Así, Lumi pudo sentir lo mismo que tenía Blanc: ni siquiera sabía que era esa inmensa criatura, pero ya le tenía un profundo miedo con tan solo ver como asomaba su inmensa cabeza, revisaba el sitio dando vueltas a su cabeza un par de veces, y pudo sentir gran clama en cuanto vio que se retiró la inmensa cabeza.

- Okey... - dijo, en un susurro audible - Ya podemos salir|

- Espera - le dijo nuevamente Blanc - Tal vez aun no se haya ido...

Y así se quedaron por varios minutos más; sin moverse de dónde estaban, ni provocar siquiera el menor ruido posible. Sin embargo, el hecho de permanecer ahí, solo hacia que los miedos de Lumina de volverse a encontrar con la criatura, ya sea en la noche siguiente, ella sola algún día después o incluso en un instante después de ello, la hacía asustarse mucho.

Después de permanecer ahí como por media hora, un par de Digimons pequeños salieron del escondite de las sombras y se asomaron por la misma apertura por donde la criatura había metido su cabeza. Y, después de salir y estar fuera, un par de minutos después regresaron.

- ¡Ya se fue! ¡Ya pueden salir!

E, inmediatamente todos salieron del sitio, cada quien yendo hacia el lugar en donde habían estado tiempo atrás, y siguieron haciendo lo que hacían tiempo atrás. Blanc tomó la camilla de Lúmina y la llevó al mismo sitio en dónde había estado. En cuanto salieron y Lumi pudo ver con claridad lo que pasaba a su alrededor, percibió un ambiente bastante tenso y lleno de temor. El simple hecho de que Luminamon estaba aferrada a la chica mientras temblaba levemente confirmaba aquello.

- Eso... fue muy aterrador... - fue lo único que pudo decir Lúmina.

- No puede ser... - le comentó May a Noir, en cuanto ambas salieron de su escondite - Mandaron a un DarkRustTyranomon a investigar el castillo. Nunca antes lo habían hecho...

- Si... - le respondió Noir; entonces, habló con un ton de sarcasmo - Tal vez el hecho de que su pelotón que mandaron la semana pasa fuera sangrientamente destruido los haya motivado a mandar tal cosota...

- Si... Y ya pedí miles de disculpas por eso.

- Si, pero ya viste las consecuencias que eso trajo...

- Bueno - continuó hablando Lúmina con Blanc - ¿Por qué no nos hemos ido de aquí, si esa cosa podría regresar...?

- Bueno, no es porque... quiera culparte... ni nada; pero, la principal razón eres tu...

- ¿Eh?

- Verás: estás herida, después del combate contra Murmukusmon. Y estuviste en "coma" por un mes. No podíamos movernos si estabas herida e incapaz de pelear; tú eres nuestra Elegida, y para cumplir con nuestra misión, debes estar en forma y saber pelear contra los demonios. Por eso, nos hemos quedado aquí, y tenemos planeado... irnos... en cuanto te recuperes...

- Ya veo... - fue todo lo que comentó Lúmina al respecto - Bueno, y tengo una duda...

- ¿Si?

- Con respecto a ti, May... - la chica levantó la voz, de tal modo que quien estaba con Noir pudo escuchar que las palabras iban dirigidas hacia ella.

- ¿? ¿Qué ocurre Lumi?

- Sobre tu... Digivice...

- Oh, sobre eso... -entonces May levantó su dispositivo y se lo mostró a Lúmina - Bueno, en realidad no es un "Digivice" como tu lo llamas: es un Xros Loader...

- ¿Xros Loader?

- ¡Si! - nuevamente intervino Blanc - Deberías verlo: tiene muchas funcionalidades, como combinar Digimons, y guardar a muchos dentro...

- ¿En serio?

- Si; de hecho, yo había estado en el Digital World creo que un par de semanas antes que tú, y en ese tiempo conseguí aliarme con muchos Digimons del tipo bestia, y forme un pequeño ejercito: "Shining Moon".

- ¡Y con ese ejército nos ha ayudado a protegernos de los demonios que andan merodeando cerca, como ese DarkRustTyranomon!

- Oh, ya veo... - « Pero... ¿Por que yo tengo un Digivice, pero May tiene un Xros Loader...? » - Y, de entre todos los Digimons que tienes, ¿Hay alguno que sea como... tu compañero?

- ¡Oh si! - apuntó su Xros Loader a un lado de ellas - Reload, Lunamon.

Del dispositivo de May salió un aura de datos que se materializo en el suelo en forma de una pequeña criatura, con varios tonos de azul en su cuerpo y enormes orejas en su cabeza (a Lúmina le recordaba la forma de otro conejo).

- Si, es ella - dijo May - Se llama Lunamon. Es la primera Digimon con quien me encontré...

- ¿? Estamos en el| - la Digimon miró a todos lados, hasta toparse con las Sistermon y a Lúmina, aun con Luminamon en brazos. - ¡Hola, señorita Lumina! ¡Y a usted, señora JunoKazemon!

- ¿? ¿JunoKazemon? - Lumina estaba confundida.

- Deja que te explique - se ofreció a hablar, por primera vez, Noir - Blanc y yo somos JunoKazemon, pero dividida en sus 2 partes: parte humana y parte bestia.

- Si... - mencionó Lumina - Creo que Murmukusmon dijo algo parecido...

- Si: ambas somos JunoKazemon, aunque no en su forma completa.

- Bueno, ¿Y no podemos completarla? Digo; ustedes están aquí, ¿No podemos traerla de regreso, físicamente hablando? - « Según ella, su mente esta en mi Digivice. Si traemos su cuerpo, podemos darle su mente de regreso. Pero, con eso de que ambas, Noir y Blanc, son JunoKazemon, me trae muchas dudas... »

- Si y no: si podemos, pero en tu estado actual seria muy riesgoso. El Ancestral Evolution, por si solo, es una descarga de datos binarios muy pesada; hacerla descaradamente sería un riesgo muy grande.

- ¿Ancestral Evolution?

- O sea - le dijo Blanc - la evolución para traer el cuerpo de JunoKazemon...

...

- ¡Señor! El escuadrón de DarkRustTyranomon que fueron a investigar el castillo de JunoKazemon reporta que el mismo está vacío.

- Ya veo... entonces, eso significa que podemos ir a destruir el lugar sin problema alguno.

- Teóricamente, eso es correcto.

- Y, si por algún motivo los siervos de JunoKazemon están ahí, podemos tomarlos presos o matarlos. Lo que ustedes quieran hacer...

- ¡Vamos! ¡Hay que matarlos a todos!

- ¡Quiero comer Digimons!

- ¡Rápido! ¡Mi cuerpo me pide matar!

- Y, según el reporte de Murmukusmon, en el castillo también se encuentra la Elegida de JunoKazemon. Así que: vayamos, asaltemos el castillo, capturemos a la Elegida y matamos al resto...

- ¡Si! ¡Vayamos!

- ¡Quiero comérmelos!

- ¡Yo seré el primero en matarlos!

- ¡Todos están muertos!

- ¡Vayamos a masacrarlos!

Una enorme horda de Digimons demoníacos estaban encaminándose hacia el Castillo de JunoKazemon.

- ¡Si! ¡Vayamos hacia el Castillo! ¡Yo, el gran VoltoBautamon, uno de los Demonios Mayores del Inframundo Digital, lo guiare a todos ustedes hacia la muerte de esos perros! ¡Los destruiremos a todos! ¡Capturaremos a la Elegida de JunoKazemon! ¡Y terminaremos con esa patética revolución de los Dioses para que nosotros, los demonios, nos apoderemos de todo el Universo! ¡Síganme!

- ¿? ¿Dijiste... "apoderarse del Universo"?

- ¿?

Frente al ejército de Digimons oscuros, aparecieron un par de figuras humanas que irrumpían en su camino.

- ¿Y ustedes quiénes son? ¿Acaso... - VoltoBautamon pensó en algo que parecía loco, pero dadas las circunstancias no era tan descabellado - Son Elegidos de JunoKazemon?

- ¿? ¿JunoKazemon está aquí? - preguntó una de las sombras.

- No; recuérdalo, eso aún no ocurre.

- ¿Quiénes son ustedes?

- Acaso... ¿Dijeron que quieren "apoderarse del Universo"?

- ¿? ¿Y qué si lo hicimos? O mejor dicho, ¿Y qué si lo haremos? ¡Tomaremos el universo para nosotros, los demonios!

- Mmmm... nuestras misiones originales no tienen nada que ver con ustedes, pero podríamos entrenar un poco para ir por el plato grande...

- ¿? ¡No sé de qué tantas tonterías están hablando! ¡Pero, si se oponen a nuestra misión de conquistar el mundo, serán destruidos junto con JunoKazemon y sus perros!

- Supongo que tienes razón, Tai. Podemos comenzar con ellos...

- ¡Demonios! ¡Ya no tendrán que esperar por alimento! ¡Alímentense con este par de rebeldes!

- ¡Si! ¡Por fin!

- ¡Liberaré todo mi poder aquí y ahora!

- ¡Los despedazaré a ambos!

- ¡Me los comeré vivos!

Todo el ejército demoníaco se abalanzó sobre la pareja. Todos con deseos sangrientos de matar. La pareja solo bufó con un sonido de decepción.

- Así que estos son los demonios del Inframundo Digital...

- No puedo creer que estos sean siquiera llamados "enemigos"; los nuestro eran mil veces mas inteligentes...

- ¡Destruyánlos a todos! ¡No dejen nada de ellos!

- De acuerdo. Parecen ir en serio. Vamos, WarGreymon...

- Acompáñalo MetalGarurumon...

- ¡Vamos! ¡Omegamon! ¡Acaba con ellos!

...

Dedicación a MagosRyu

ASFD

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