Capítulo XV

Heishi POV

¡Ya terminó la escuela! ¡Otro día entero de flojera en casa! Pero... Siento que me hace falta algo... ¡Es cierto! ¡Tengo que estudiar para los exámenes!

¡Diablos! Bueno... Si quiero tener vacaciones en las vacaciones y que no sean solo de etiqueta, entonces tendré que estudiar. Una sacrificio que estoy dispuesto a aceptar :'v

Caminé en la escuela para... Espera, ¿Qué iba a hacer?... bueno, el punto es que caminé hasta que me topé con una chica que estaba llorando en un rincón. Por un momento pensé que sería algo muy sospechoso; pero decidí acercarme a ella.

- Oye... ¿Te encuentras bien?... - E inmediatamente pensé « ¡Pero qué imbécil! ¡Si ves a alguien llorando obviamente no está bien! »

Ella me miró con confusión, mientras se secó las lágrimas.

- No te preocupes por mí... Estoy bien...

- Yo... No opino lo mismo... - « ¿Entonces para que pregunté? »

Por un largo momento se quedó en silencio, hasta que me pregunto tímidamente:

- Y, exactamente... ¿Por qué quieres ayudarme?...

- Bueno, es difícil ver a alguien solidario hoy en dia. Dejémoslo en qué me gusta ser diferente a los demás...

- Bueno, te lo agradezco...

- Déjame ayudarte... a levantarte... - le dije mientras le extendía mi mano.

Y, casi sin dudar, tomó mi mano; entonces, pude sentir su pequeña mano cálida, suavecita y dulce.

- Gracias... ¿Cómo te llamas?

- Soy Heishi Nodenki...

- Bueno, gracias... Heishi-kun...

Sentí como mis mejillas comenzaron a arder un poco, tal vez por un sonrojo. Pude confirmarlo con solo ver la reacción de aquella chica.

- Bueno, te agradezco que te preocupes por mi. Pero... Puedo cuidarme sola. Gracias...

- ¿Segura?...- a pesar de que la había visto tan solo por primera vez, quería estar seguro de que estaría bien.

Ella asintió con la cabeza y acto seguido me dio un beso en la mejilla.

- ¡Adiós, Heishi-kun! - se dio media vuelta y se fue. Bueno, eso fue un momento un poco raro.

Acto seguido, una sonrisa se dibujó en mi rostro y continué mi camino por la escuela. Hacia... ¿A dónde iba?...

...

La escuela terminó, y comencé mi camino a casa, mientras pensaba en esa chica que había visto. Era muy linda, inocente, tierna, adorable, bonita, amable, amigable, tímida...

- ¡Ahhhhhh!

Un grito femenino detuvo mis pensamientos. Pero, no era cualquier chica. Era esa chica: esa voz era difícil de confundir con la de otra.

Y mi "navegador" mental reaccionó. Se había escuchado que no estaba muy lejos de aquí. Así que empecé a correr para encontrarla.

Y al hallarla, la escena presente no era para nada de mí agrado. 1 chico. 1 chica. Un callejón oscuro. Con eso era suficiente para saber qué pasaba ahí.

El chico tenía a la chica contra la pared, tomando con sus manos las manos de ella. Trataba de besarla contra su voluntad.

- ¡D-Déjame!

Casi inmediatamente pude distinguir al chico: Kingu Shi.

- ¡Yo hago lo que quiera!

Y aunque podía ser un suicido, corrí hacia ese tipo.

- ¡Oye tú! ¡Déjala en paz!

Ambos me voltearon a ver: en Kingu se vio algo de enojo y molestia; en ella sus ojos se iluminaron con una mezcla de entre esperanza y tristeza: hermoso...

- ¿Y tú qué? ¡Nadie me dice que hacer, ni tú!

Llegué corriendo y le solté un fuerte golpe en el rostro, antes de que pudiera reaccionar y defenderse.

- Eso se acabó...

Mientras el dichoso Kingu se recuperaba del golpe, tomé a la chica de la mano. No quería tener una pelea con Kingu, y menos quería que ella saliera lastimada.

- ¡Vamos!

Apenas le dio tiempo de asentir, pues sin importarme su respuesta la jalé y me la llevé.

- ¡Ehh! ¡Espera!

Conforme nos fuimos alejando del callejón, un sonido como pitido comenzó a sonar en mi cabeza, que me fue indicando un camino a seguir. Sin importar a donde me llevaría ese sonido, comencé a seguirlo no sólo por curiosidad, también para protegerla.

Desde que la vi un sentimiento de querer cuidarla me invadió totalmente. Sentía que es como si fuera una hermana para mí. Verla ahí llorar, ver cómo es lastimada por Kingu, todo... Siento que es como una hermana para mí... Un momento... ¡Otra vez me sumí en mis pensamientos!

Y... Ahora yo soy el que estoy frente a esa chica, mientras está acorralada en una pared, y no le permito salir...

- ¿H-Heishi-kun?...- en su mirada había miedo, del mismo tipo que hace unos momentos.

- ¡Espera! Aún no se va...- mentí rápidamente para que el momento no fuera tan incómodo.

- O-Okey...- pude percibir que tenía miedo...

...

Más o menos pasamos una hora ahí, sin movernos, ni hacer el menor ruido posible. Totalmente silenciosos. Y...

- Ehh... Heishi-kun... Creo que ya se fue... ¿Podrías...?

Reaccioné de inmediato

- Claro... Lo siento...- me moví, dejando que ella saliera del "rincón". Fue una pésima segunda impresión.

- Gracias... Siempre me hacen daño...

Algo que me sorprendió de sus palabras fue qué uso "hacen" y no "hace".

- ¿Te hacen daño? ¿Ellos?

- Si; Kingu y sus amigos... Pero esta ocasión él me atacó solo...

Alcancé a notar que estaba triste.

- ¿Te encuentras bien? ¿Estás bien?

- No te preocupes por mí...- sonrío, mientras movía su cabeza a  los lados - Gracias...

- ¿Desde cuando te molestan esos tipos?

- Ya llevan un buen rato...

- Pues ya no te preocupes. Yo te defenderé y ya no te van a molestar esos tipos.

- Gracias...

Y entonces noté algo importante. No me sabía su nombre :v

- Por cierto... ¿Cómo te llamas?

- Maya... Maya Potter...

- Maya... Es un hermoso nombre...

Noté un leve sonrojo en sus mejillas.

- Gracias Heishi-kun...

Maya comenzó a alejarse.

- ¿A dónde vas?...

- A mi casa.

- Después de lo que te hizo Kingu, no quiero que vuelvas a estar sola.

- ¡!

- ¡! ¡N-No! Me refiero a que... podria atacarte de nuevo y tal vez yo no esté cerca... - me siento patético. Entonces, traté de arreglarlo - Si quieres te puedo acompañar a tu casa para que no andes sola... - Pero, otra idea me llegó a la mente - O... Puedes quedarte en mi casa...

Ella me miró con curiosidad. Rayos, no salió tan bien como esperaba. Tendré que volver a arreglarlo.

- Bueno, tendría que pedirle permiso a mis papás, despejar el cuarto de visitas...

- No te preocupes - me interrumpió, con una sonrisa en sus labios - Si quieres puedes acompañarme. Me estaba dando cuenta de que no vivo lejos de aquí, y no quiero causarte problemas.

- ¡No me causarías problemas! - empecé a trabarme con mis propias palabras, a lo que Maya emitió una risa ligera - Okey, te acompaño- E involuntariamente, tomé su mano.

- No creo que sea necesario...

En cuanto me dijo, me di cuenta de mi acto y la solté.

- Lo siento... No suelo socializar con chicas muy seguido...

- Se nota... - me dijo, mientras emitió una pequeña risa. Yo sólo sonreí.

- Vamos...

Rayos. La peor segunda impresión que le pude haber dado a alguien. Solo espero poder olvidarlo en el futuro...

~∆∆∆~

- ¡Oigan! ¿¡Pero qué hacen!? ¡Deberían saber que soy un dios! ¡No pueden lastimarme!

- No nos importa... ¡No puedes llegar con ese humano! ¡Lo evitaremos, a cualquier costo!

- ¿? ¿Dijiste... "Humano"? ¿Eso significa que...?

~∆∆∆~

Ambos estuvimos callados en todo el camino. Y para mi sorpresa, su casa no estaba muy lejos de donde estábamos, tal cual dijo. Se detuvo en la puerta, y me miró con sus ojos azules grisáceos.

- Aquí es. Gracias por haberme acompañado. No tenías porque haberte molestado, me encuentro bien.

- Es lo menos que podía hacer... Espero verte mañana en la escuela.

- Gracias a ti, así será... - me dió un beso en la mejilla.- ¡Gracias! - entró a su casa.

Yo me quedé muy impresionado. Una de las primeras veces en las que le hablo a una chica y me había salido... genial. Me regresé a casa, tratando de visualizar el camino de regreso.

En el camino ese extraño sonido volvió a aparecer en mi mente; en mi interior le agradecí, pues de no ser por él no habría ayudado a Maya. Además, me dio curiosidad ver de donde provenía.

Así que comencé a seguir el sonido hasta que me condujo a un calle que no recordaba haber visto antes. Al fondo había una luz amarilla-azul, con cierta aura dorada que le rodea.

« ¿La impresionaste? ¿Te ayude, cierto? »

A decir verdad, no se sorprendió nada que me hablara. Lo sentí como una plática normal; así que hablé con él.

- Con que fuiste tú quien nos llevó a ese callejón, ¿no es así?...

« Así es... Pero me decepcionaste... »

- ¿? ¿Decepcionarte? ¿Por?...

« ¡Te mande a ese lugar con un propósito! ¿Por qué no la besaste salvajemente? ¡Le hubieras manoseado todo su cuerpo, quitarle la ropa y...! »

- ¡Oye! ¡No soy así! ¡No la veo así!

« Pero lo deseaste... »

- ¡No!

« ... »

- ...

« ... »

- Bueno, al principio un poco... ¡Pero no tanto!

« ¡Pero lo deseaste! ¡Jeje! »

- Bueno... ¿Y cómo te llamas, sr. Pervertido?...

« Me llamó Tentomon. ¿Y tú, sr. Aburrido? »

- Soy Heishi Nodenki...

« Y si: ¡Soy pervertido! Me fascina serlo 7u7 »

- Pues a mí no...

« ... »

- ...

« ... »

- No mucho...

Ambos nos callamos y reímos. Y, frente a mí, entonces, apareció una luz que se transformó en un aparato parecido a un teléfono con un aro de metal azul-amarillo. Lo demás era dorado.

« Vaya... Parece que somos compañeros... »

Con curiosidad, tomé el aparato.

- ¿Qué es esto Tentomon?

« Es un Digivice AE. Tómalo y di "Recarga binaria: Trueno humano" »

Asentí e hicé todo lo que me dijo y su luz entró en mi Digivice AE

- ¿Mejor?...

- No. Quiero ver pechos femeninos 7u7

- Lamento decirte que no tengo de esos.

- T^T

Ya iba a empezar a andar cuando algo me detuvo. Y parece ser que Tentomon lo notó.

- ¿Qué ocurre Heishi?

- Ya no recuerdo cómo regresar...

ASFD

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