Capítulo XII

Akira POV

Tsuyo me ha ayudado todo el día con algunos problemas que nos dejó el Profe de mate que no he alcanzado a entender. Normalmente lo entiendo perfectamente.

Ya pasó una semana desde que llegué a esta escuela, en la que me enteré que soy más lista que Tsuyo, jeje.

Ahora mismo me encuentro con unos chicos que, en este tiempo, Tsuyo ha tenido más tiempo de conocer: Misti Takenaka, Valeria Nakahara, y Nikoru Bourbaki. También aquí está la mejor amiga de Tsuyo: Hikari Kibo.

He podido botar algunas cosas en estos días, como que Misti le ha cogido mucho cariño a Tsuyo, pero por lo que veo así es con todos. Nikoru también se ha hecho una amiga cercana a Tsuyo, del mismo modo que Valeria. Aunque, no entiendo del todo como es que se conocieron y se hicieron amigos, casi de la noche a la mañana. Tal vez investigaré algún día.

Los 6 nos encontramos en el jardín de la escuela, trabajando; yo sentada en el pasto con Tsuyo a mi lado, Nikoru recargada en un árbol, Misti recostada en el pasto mirando nubes, Valeria disfrutando del paisaje mientras iba de un lado a otro, y Hikari sentada al otro lado de Tsuyo. Todos bajo la sombra de un inmenso árbol que se ha encontrado en esa escuela desde hace mucho tiempo, al lado de un bosque de cerezos.

Ahora que veo bien al grupo, parecemos un buen equipo. Un grupo de amigos tan bien unidos del cual nada ni nadie será capaz de separarnos. Pero... ¡Son solo fantasías mías!

Hoy, al ya casi comenzar la etapa de invierno, vengo con ropa más abrigadora: un suéter de color café grisáceo, una bufanda de color carne, un moño de color rojo, y una mini falda negra, y al lado de mi colgando mi mochila.

Todos venimos más abrigados, pues el frío ya ha comenzado a sentirse. Hikari trae la misma ropa de siempre, pero le agrego una chamarra de color naranja que se veía muy grande para ella, una bufanda y guantes rosas, y una coleta de lado con un moño. Había visto que traía la chica una caja verde con un moño. Supongo que después de estar con nosotros va a ir a ver a alguien especial, o esa caja tal vez es un regalo para Tsuyo. No sé si sea un regalo para él o no: desconozco muchos aspectos de su amistad. Misti tiene una sudadera color celeste, con una bufanda del mismo color pero distinto tono, unos guantes blancos, y su pelo sigue suelto. Nikoru traía una chamarra de un tono amarillo, una bufanda de tono dorado, sin guantes, y con el pelo recogido en 1 cola de caballo. Valeria venía vestida igual que siempre, sin agregarle nada de nada, ni siquiera cambio su pelo trenzado. Le gustaba ser como es. Tsuyo llevaba una sudadera negra con detalles dorados, una bufanda verde, unos guantes rojos. Todos llevaban su ropa diaria, excepto yo.

En ese momento, estuve recordando un sueño que tuve desde hace tiempo:

« ¿Lo ven? Tenemos cosas que hacer en el futuro... No dejaremos que ese maldito de arriba nos mate, y no nos deje cumplir nuestros objetivos... ¡Lo haremos juntos! ¡Todos estamos aquí, y todos nosotros vamos a luchar! »

- ¡Akira! - Salí de mis pensamientos: Tsuyo me estaba hablando.

- ¿Eh? ¿Que dijiste Tsuyo? Lo siento... No estaba poniendo atención...

El solo rodó sus ojos, como si me estuviera ignorando o no pudiera creer lo que estaba viendo. Por un momento, me molesté.

- ¿En qué estabas pensando?...

Y Valeria apareció de la nada con una sonrisa malévola en su rostro.

- ¡Estaba pensando en ti! ¡Se nota que le gustas!

- ¿¡Ehhhhh?!

Ambos nos miramos confundidos y nos sonrojamos algo.

- ¡Eso no es cierto! - Pero...

Honestamente, me atrae un poco Tsuyo: es alguien que se preocupa por los demás, siempre ayuda a los demás sin importar que, es caballeroso... Son cualidades que no puedo dejar pasar. Pero...

- ¡C-Claro que no!

De un momento a otro, Hikari se levantó de su lugar y, de lo que parecía ser de mal humor, se llevó sus cosas y se fue. Misti también vio la situación, mientras veía como Hikari se daba la vuelta y se iba.

Tsuyo POV

Sin pensarlo, me levanté y la comencé a seguir. No me gustaba Akira, apenas llevaba una semana conociéndola, era casi imposible que me gustara. Pero, es algo parecido a mí en ciertos aspectos, pero no por eso me gustaría.

- ¡Hikari!

Seguí a mi mejor amiga durante un largo rato, mientras atravesábamos el bosque de cerezos que conducía a la salida del plantel estudiantil. Después ser caminar un largo rato, nos detuvimos al lado de un árbol de cerezos.

- Déjame Tsuyo... No quiero que me hables ahora...- agachó su cabeza.

- ¿Qué? Pero... ¿Por qué? - sabía que ese cambio de humor no era normal en ella. Nunca es normal en ella esos cambios de humor.

Ella levantó la mirada, se volteó pues estaba a espaldas, y me mira con enojo en su mirada.

- ¡Te preocupa más ella que tu mejor amiga!

- ¿Qué? ¡No me preocupa ella más que a ti!

- ¡Pues parece lo contrario!

- Hikari... Me conoces: Tú me importas más...

- Es que tú... y ella... ¡Ashhhhh! - gritó rendida y se dio la vuelta - Ni siquiera te acordaste...

Yo me quedé perplejo. Se me olvidó estudiar :"v

- Acordarme... ¿De qué...?

Se volteó, buscó entre sus cosas y sacó una caja verde con un moño que traía desde que nos reunimos, y me la entregó pegándola a mi pecho con fuerza.

- Hoy, hace 8... ¡No! Hace 9 años fue cuando nos conocimos bien por primera vez.

Ella se dio la vuelta y continuó su camino. ¡No puede ser! ¡Hoy fue el aniversario! ¡Soy un idiota!

- ¡H-Hikari!

Ella ya se había esfumado entre los grandes árboles de cerezos que se alzaban entre el pequeño bosque que rodeaba la escuela. Iba a seguirla, tratare de explicar lo que pasaba. Pero, ya la conocía: eso solo iba a empeorar las cosas.

Suspiré rendido, relajando los brazos, y con la caja en la mano. Levanté mi mirada hacia donde se había ido: la quería mucho, no quería perderla. No quiero perderla.

Levanté la caja que tenía en mis manos, la mire largamente, pensando en su contenido. Con delicadeza retire el moño, y para mi sorpresa se encontraba una nota. La tomé y la abrí.

Tsuyo:

Como puedes saber, hoy es un día muy especial: es el 9° aniversario desde que nos conocimos. Ya han pasado 9 años desde que me conociste. Jeje, aún puedo recordar el día que nos conocimos...

Tsuyo, eres la persona que más quiero en este mundo. También, como sabes, quiero a mi mamá: es una persona igual de importante en mi vida, pero tú; tú me enseñaste a amar. Mi madre también lo hubiera hecho, pero tu manera de habérmelo enseñado. Nadie se compara.

Recuerda que este objeto es muy preciado. Tardó mucho y hubo varios obstáculos para que llegara a mis manos, pero aquí está. Representa todos los sentimientos que tengo hacia ti.

¡Muchas gracias por ser tan especial!

Atte y con amor: Hikari ♡.

- Hikari...

No podía creer lo que tenía en mis manos: esa nota... me conmovía y sorprendía.

Sí. Sabía que Hikari me quería demasiado, pero al nivel de expresar necesidad... nunca me lo imaginé. Volví a doblar la nota, la guardé en mi pantalón, y abrí la caja:

Una placa de oro, con el símbolo de un dragón en medio de aquella placa, y el símbolo que había visto en todos mis sueños: aquel círculo con las puntas sobresalientes y la flama levantándose "orgullosamente" en medio de éste. Aquel símbolo se encontraba en la ala de la criatura.

Mire el símbolo: siempre había querido un objeto con el cual identificarme. Algo que recalcará quien era yo. Aquella placa lo definía muy bien. Lo único que hice fue poner aquel objeto en su caja, cerrar la caja, y tratar de guardarla como se pudo.

Continúe caminando hacia adelante. Lo más probable es que si tomaba un paso rápido tendría oportunidad de lograr alcanzarla. Comencé a caminar, hasta que una voz femenina me detuvo.

Akira POV

- ¡Tsuyo!- llegué algo apresurada con él.

Después de que se fue, decidí seguirlo, pero preferí caminar. Lo mas probable es que tocarían algún tema íntimo, o privado.

Esperé unos cuantos minutos caminando a que terminarán de hablar, y decidí apresurar el paso para llegar con él. Tenía el extraño presentimiento de que si lo dejaba ir con Hikari, lo perdería.

No sé que me está pasando. Si, me atrae algo Tsuyo, pero no es para que me ponga así de sobreprotectora.

- ¿Akira?... ¿M-Me seguiste?

Yo me incomodé un poco de la situación: lo había seguido, pero no quería decirle.

- Este...

- Lo siento Akira. Tengo algo que hacer - se dio la vuelta y echó a correr.

Lo iba a seguir. Quería alcanzarlo. Pero, mis piernas no opinaron lo mismo. Dijeron que me quedará ahí esperando. Más bien, dijeron que no me quedará ahí y regresará con Misti, Roci y Vale. Pero... Ese extraño presentimiento...

Comencé a caminar lentamente hacia dónde nos encontrábamos en un inicio.

- ¡Akira!

Un chico me detuvo.

Daniel POV

Cuando vi a esa chica caminando de esa forma, triste y deprimida, decidí correr a auxiliarle.

Mi nombre es Daniel Kimura. Tengo 13 años. No sé si me recuerden, pero soy amigo de Valeria. Espero que ella me haya mencionado por lo menos en algún capitulo :"v

¡Hablando de Valeria! Me gusta molestarla, en especial con su estatura, por lo cual siempre recibo golpes por su parte. Aún así, la considero como de la familia.

En este tiempo, Vale me ha contado de unos nuevos amigos que se ha hecho ( no sé de dónde se los sacó :v), pero en especial me ha contado de uno: Tsuyo Kasai, de segundo grado.

Y por lo que me ha contado, si hubiera un crossover entre él y yo, no nos llevaríamos bien: yo yo un tanto despreocupado, no medito las cosas, por lo tanto se diría que no tengo experiencia en toma de decisiones (cosa que es mentira) y hago las cosas sin "saber/importarme" las consecuencias que traigan más adelante. Cosas que me diferencian de ese tal Tsuyo.

¡No me gusta estudiar, lo odio! Pero aún así saco buenas calificaciones. Quién sabe porque :v

Regresando a la realidad:

Llegué corriendo con esa chica que, según me describió Vale, es Akira; ella la reconoce mejor como la que ama a Tsuyo. Yo no sé porque.

- ¿Quién eres tú?...

- No me he presentado jeje. Soy Daniel Kimura; Valeria me habló de ti.

- ... ¡Vale!... Si eres su amigo, supongo que también eres mi amigo.

- Si... Por cierto, ¿Eres la nueva? Bueno, Vale me contó que recién llegaste.

- No tanto: ya llevo una semana en esta escuela.

- Ya veo... ¿Y qué hacías aquí, sola?

- ¡Ah! Estaba con Tsuyo... Tuvo un problema con su amiga Hikari y se fue...

- Ya veo, ¿Y también estabas con Vale?

- Si.

- Te acompaño a ir con ella. No tengo nada que hacer ahora... Y no he visto a Vale desde ayer :v

- Este... Okey... - pude ver como daba un vistazo rápido a Tsuyo antes de acompañarme. Sip; tal como dijo Valeria, se le nota que le gusta Tsuyo. O, mejor dicho, le interesa.

Ambos a paso lento seguimos el camino que teníamos al frente.

Tsuyo POV

Llegue a la casa de Hikari. ¡Al fin! Después de mucho tiempo estar de arriba a abajo buscando, por fin conseguí lo que buscaba. Me arreglé disimuladamente, y toqué la puerta de la casa.

- ¿Quién es? - la voz de su madre me tranquilizó.

- Soy yo, Tsuyo. ¿Puedo pasar?

Inmediatamente la señora Kibo abrió la puerta de su casa.

- ¡Por supuesto! ¡Estás como en tu casa!

- Gracias.

Pasé inmediatamente a la casa, con una caja de azul cielo en mis manos, ocultándola.

- ¿No vas a querer algo?

- Ahorita no. ¿Está Hikari? Tengo que hablar con ella.

- Si. Está en su cuarto. Desde que llegó se le veía algo de enojo, y no ha salido para nada.

- Si... En parte es culpa mía

- ¿Olvidaste el aniversario?-  dijo mientras fingía sorpresa.

- Hasta usted se acuerda mejor que yo.

- Nunca cambiarás...

- Jeje... Si me disculpa...

- ¡Para nada!

Pasé a paso rápido y nervioso al cuarto de ella. Camine por los pasillos, tal vez inventando una excusa o algo así para justificar mi falta, pero sabía cómo era ella. No le gustan las excusas, las odia. Hacer algo así en un momento como este es suicidio.

Llegué a su puerta. Me quedé mirándola largamente. Iba a tocarla, era algo de educación que siempre hago. Pero, también conociéndola no me respondería, ni abriría la puerta. Solo tomé la manija plateada, y con el frío de aquel metal abrí la puerta. Para mi sorpresa, no había seguro alguno.

Entré lentamente e inmediatamente el hermoso olor de todo aquel perfume que usa me inundó. Era un olor demasiado agradable, un olor imposible de odiar. Abrí la puerta, entré y cerré la puerta delicadamente. Como me lo imaginaba, se encontraba en su cama, recostada boca arriba, lo más probable escuchando música con sus audífonos.

Y, también, vestía con una playera blanca de botones demasiado grande para ella, ideal para que cubra todo su pequeño cuerpo. Esa playera fue de mis primeros regalos de amigos. Caminé, evitando el laberinto de cosas que tenía en todo su cuarto, y me senté en los pies de la cama, a un lado de su cabeza.

Estaba nervioso. Nunca me había pasado algo así. Siempre era un enojo simple o algo parecido, pero nunca olvidaba esa fecha.

Ella, siguió mirando la infinidad del techo. Parecía que había ignorado completamente mi llegada, pero unos segundos más tarde confirmé mi equivocación.

- ¿Te diste cuenta, no es así? - me dijo, con voz molesta, sin dirigir sus ojos hacia mí - Iba con el cabello recogido. Sabes que odio tenerlo recogido, que lo prefiero suelto. ¿Al menos te diste cuenta de eso?

Así era. Me había dado cuenta a la perfección de que llevaba el cabello recogido.

- S-Si. Si me di cuenta.

- Y no me preguntaste nada...

- No llegó la pregunta a mi mente. Siempre te veo muy bonita, que fue un detalle que no pregunté.

- Siempre...- se quitó los audífonos y levantó la mitad de su cuerpo, fijando sus ojos rojos tan bonitos, pero que permanecían una seriedad, molestia y enojo.- Dime, ¿Cuánto te importo?

Me extrañó la pregunta, pero conocía a esa chica mejor que nadie: era una prueba de amistad.

- Me importas mucho. Si no me importaras no estaría aquí.

- ¿En serio? ¿Viniste porque te importo, o solo para no quedar mal?

- Ya quede mal con Akira y con los demás en el cerezo. Aunque mi intención fuera la segunda opción, ya no tendría remedio.

Ella se quedó fijamente mirándome con sus ojos. Volvió a voltearse y se recostó nuevamente en la cama.

- Y... Aparte de que te importo, ¿Para qué viniste?...

- Olvidé algo...- saqué la caja celeste y se la pusé a un lado - Olvide darte algo.

Ella volteó a ver la caja, y con mirada curiosa la observó largamente. La tomó con su mano, se acomodó hasta quedar sentada al lado mío, aún con caja en mano.

- ¿Qué es?...

- Averígualo.

Abrió la caja delicadamente, exactamente igual que yo. Vio que no había nota ni nada, y me echó mirada de pistola. Solo me encogí de hombros. Abrió la caja y se sorprendió algo de su contenido. Con ambas manos lo sacó.

- Un... Cubo Rubick...

- Un regalo perfecto, ¿no?... Siempre te quejaste que a ti te gustan los juegos de pensar, pero que a pesar de todos los que tienes, ya todos te aburrieron. O los terminaste, o ya conoces la dinámica de pies a cabeza. Hace tiempo había investigado, y eso es lo que he encontrado. Además, no tienes uno de esos aquí. Es único. Ese regalo representa lo que siento por ti: eres única en mi vida, a pesar de todas las chicas que podrían o están detrás de mi. Tú eres única y especial, y no te cambiaré por nada ni nadie del mundo.

Ella me miró con algo de confusión en su mirada, después de dejar su regalo en la mesa de noche que se encontraba al lado de la cama. Luego, cambió su cara por una sonrisa y un par de lágrimas alegres en su rostro. Para finalizar el acto, se abalanzó en mi con los brazos extendidos para concluir con un abrazo emocional.

- Gracias, Tsuyo.

Correspondí su abrazo.

- No me lo agradezcas. Lo hago con gusto.

- Te quiero Tsuyo... - me dijo, casi en un susurro, con su cabeza en mi cuello.

- Yo también Hikari...

Después de tenerla abrazada a mí un rato, para mi sorpresa la pequeña se había quedado dormida. La tomé con delicadeza de la espalda y las piernas, y la recosté correctamente en su cama.

~∆∆∆~

Tsuyo la depositó delicadamente en su cama, poniendo su cabeza en su almohada. Con las cobijas que había la tapó, y una vez que la chica estaba bien abrigada, Tsuyo se acercó a su frente y le regaló un cálido beso.

- Descansa Hikari...

Tsuyo dio media vuelta para retirarse, pero algo se lo impidió: las manitas de la chica. Volvió hacia ella, y lo confirmó: despierta, o más bien medio despierta, tomando el brazo de su mejor amigo, con un rostro de petición.

- Por favor...- dijo, medio dormida- Quédate conmigo... Esta noche... Quédate a mi lado...

El chico lo meditó unos segundos: no quería que algo malo pasará, pero... no sólo se refirió a lo que ellos, como adolescentes, podían hacer...

Pero, después de pensarlo otro momento, considero que era algo que podía ayudar a su mejor amiga...

- Si...

La chica se hizo a un lado, dejándole un hueco a Tsuyo. Él se recostó en ese pedazo, y una vez acomodado, Hikari se aferró a su brazo, para asegurarse de que no se fuera.

- Tsuyo, te quiero...

Tsuyo le comenzó a acariciar el pelo suavemente, mientras ella caía dormida

- Y yo a ti, Hikari...

Y después de un largo rato, ambos se quedaron profundamente dormidos.

...

A mitad de la noche, el cubo de Rubick, el cual se encontraba en la mesa de noche, por las ranuras que tenía entre cada parte salió una leve luz de color azul turquesa, y en cada cara del cuerpo geométrico se iluminó un símbolo distinto. Aquellas luces y aquellos símbolos después de estar de azules, pasaron a rojo.

En ese momento, involuntariamente Hikari abrió los ojos, y al ver ese brillo rojo se asustó completamente y se aferró al brazo de Tsuyo. Y, de un momento a otro, la chica entró en una especie de trance.

Sus pupilas se contrajeron casi totalmente y sacó una sonrisa siniestra.

- Ya casi se acerca la hora... - una voz que no le pertenecía salió de su boca y pronunció esas palabras.

Unos segundos después, aquellos símbolos extraños en el cubo y aquella luz roja desaparecieron totalmente, y con ello la posesión de Hikari y entonces, cayó dormida instantáneamente, pero su sonrisa siniestra permaneció unos segundos más y luego desapareció.

ASFD

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