19; party going wrong... again
Ashton aseguró la puerta mientras me cargaba y yo besaba sus labios haciéndolo sonreír.
—Demonios, Vi, déjame cerrar la puerta.
—Ya la cerraste, Ashton, déjame besarte —pedí.
Él me dejó encima del lavabo y por segunda vez en menos de una hora quitó la chamarra y la playera de Ellie de mi cuerpo. En cuanto terminó el absurdo juego Ashton y yo logramos escabullirnos para poder terminar lo que empezamos y nos metimos al primer baño que encontramos para hacerlo.
Rodeé su cintura con mis piernas para acercarlo más a mí y poder sentir mejor su cuerpo, bajé mis manos hasta la costura de su playera para quitársela y pasé mis dedos por sus abdominales.
Ashton atacó mi boca con su lengua buscando la mía y al encontrarla lo sentí suspirar, sus manos jugaron con la cinta de mi sostén antes de quitarlo y dejar mis senos libres, bajé mis caricias hasta el cierre de su pantalón para desabrocharlo y que él pudiera quitárselo, al hacerlo mis manos masajearon su bulto.
Él dejó de besarme para trazar un camino de besos hasta mis senos, con su mano izquierda jugó con uno de ellos mientras que con su boca besaba y lamía el otro, se alejó para cambiar de seno y hacer lo mismo hasta que empezó a bajar hacia mi estómago, ahí se puso de rodillas y desabrochó el short para quitármelo y besar mis piernas.
—Diablos —gruñí.
— ¿Qué pasa, gatita?
—Eres tan estúpidamente caliente, daddy.
—Oh —dijo—, me llamaste daddy.
— ¿Te molesta?
—Al contrario —respondió—, me excita todavía más, preciosa.
Solté una carcajada volviendo a sentir sus labios en mis piernas, sus manos viajaron hasta mi vagina y empezó a jugar con ella con ayuda de sus dedos, luego tomó mis bragas y se deshizo de ellas también dejándome completamente desnuda.
Tomó mis piernas obligándome a quedar sentada justo en la orilla del lavabo e hizo que las recargara sobre sus hombros antes de acercar su rostros a mi clítoris y empezar a chupar mientras me metía dos dedos haciéndome retorcer.
—Mmm, daddy.
—Me encanta que me digas así.
—Pensé que te gustaba señor.
—Gatita —dijo, besando mi clítoris—, tú puedes llamarme como quieras, va a gustarme igual.
Siguió jugando conmigo unos minutos más hasta que se incorporó y se deshizo de su ropa interior quedando desnudo también, se agachó a recoger su pantalón y de un bolsillo sacó un condón.
—No lo usamos pero nunca es tarde para prevenir.
—Tomo la pastilla de todas formas.
— ¿Estás intentando decir que no quieres usar uno?
—Como usted desee, señor responsable.
Ashton me sonrió abriendo la envoltura del condón para después colocárselo. Conmigo todavía en el lavamanos se acercó más, tomó su pene entre sus manos para acomodarlo y entró en mí haciendo que soltara un gruñido. Posó una de sus manos en mi espalda acercándome mucho más de manera que literalmente ni una hoja de papel cupiera entre nosotros, mis senos estaban pegados a su pecho, me penetraba con lentitud mientras sus labios me besaban al compás de sus penetraciones.
Esta vez se sentía diferente.
Era como si estuviera haciéndome el amor. No lograba recordar si esto ya lo había sentido antes pero en definitiva era especial, estaba penetrándome con suavidad, sin apuros, y los besos que estaba dándome estaban llenos de dulzura.
Empecé a gemir y él también.
Separó su rostro del mío para mirarme.
—Eres hermosa, Violet —me dijo, rozando nuestras narices—. Me gustas muchísimo.
— ¿Te gusto?
—Haces preguntas muy estúpidas, gatita.
Sonreí sintiendo como volvía a entrar en mí.
—Tú también me gustas, Ashton.
Ahora él sonrió.
Unos minutos más tarde llegué a mi clímax antes que él y la verdad no estaba lista para terminar jodida gracias a que siguió follándome hasta correrse así que bajé del lavamos y me puse de rodillas para quitarle el condón.
Tomé su pene entre mis manos y empecé a lamerlo haciendo que Ashton lanzara un montón de maldiciones.
Me metí a la boca todo lo que pude de su longitud, jugué con él, lo masajeaba con mis manos y cuando Ashton al fin se corrió incluso dejé que su semen cayera en cualquier parte de mi cuerpo.
—Maldición, preciosa —gruñó—, eso fue caliente.
—Tú eres caliente, Ashton.
Él se rió rasposamente y me ayudó a ponerme de pie, abrió la llave del agua y mojó sus manos para limpiar las partes de mi cuerpo llenas de semen. Gemí cuando mientras su mano derecha limpiaba uno de mis senos su mano izquierda me daba una nalgada.
—Eres asombrosa, Vi.
—Claro que no.
—Claro que sí —dijo, quitando sus manos de mi cuerpo—. La mejor persona que conozco.
—Cállate, Ashton.
Él me sonrió.
Nos colocamos nuestra ropa y cuando todo estuvo ordenado en el baño de Kate salimos de allí pero incluso antes de poder empezar a buscar a sus amigos, Ashton me acorraló en la pared.
—Violet, eres hermosa y asombrosa, ¿de acuerdo? —Habló— Y quiero que sepas que unas disculpas no compensarán el haberte tratado mal aquella vez o el haberte mentido. Mereces más que eso.
—Ashton...
—Cállate, Violet —dijo—, todavía no termino de hablar. Has sufrido demasiado, no necesitas a un cabrón que te grite y te mienta cuando se le plazca, te prometo que voy a ser mejor para ti, alguien que merezcas.
—Pero tú y yo no...
—No somos nada, lo sé. Ni siquiera podemos hacer esto que hacemos —rodó los ojos—. Me atrajiste desde la primera vez que te vi. Tan inocente y asustada de Ruth, sentí que debía protegerte.
—Ashton...
— ¿Otra vez interrumpiéndome, gatita? —Dijo, sonriendo mientras acercaba sus labios a los míos— Ya te dije que mereces más, Vi, y voy a ser alguien que merezcas porque, ¿sabes algo?
— ¿Qué?
Ashton besó mis labios unos segundos y antes de separarse de mí mordió mi labio inferior.
—Como que me gustas demasiado.
— ¿A qué te refieres?
Guardó silencio durante unos segundos.
—A que estoy dispuesto a salir contigo en cuanto salgas de esa absurda escuela y dejes de pensar que incluso mirarme durante clases es malo —se burló—. Quiero ser tu novio. Diablos, Vi. Quiero ser tu todo aunque sea momentáneo.
— ¿Qué demonios estás diciendo?
—Estoy enamorándome de ti.
(...)
Me había escabullido de Ashton en cuanto dijo esas cuatro palabras.
Estoy enamorándome de ti.
¿Qué diablos?
Ahora mismo estaba de vuelta en la barra donde llegaban y llegaban adolescente pidiendo bebidas para seguir con la fiesta, ni siquiera sabía si Ashton había corrido detrás de mí, es más, ni siquiera sé cómo logré escaparme. Sólo dijo eso y... terminé aquí sola.
Tomé un trago del vodka que por alguna extraña razón y que por otra razón aún más extraña no me había gustado y por el rabillo del ojo vi que alguien se sentaba en el banco al lado del mío. Volteé un poco para gruñir al ver de quién se trataba, agarré mi vaso y me puse de pie dispuesta a irme pero él me tomó de la muñeca.
—Quédate conmigo, Vi.
—Oh, ahora sí me hablas, Will.
Will hizo un puchero y me obligó a regresar donde estaba sentada.
—Siento estarme comportándome así.
— ¿Te das cuenta que nada en esa oración tiene sentido?
—Oh, sí. Tampoco aquí —dijo, señalando su cabeza— nada tiene sentido ahora. Estoy mareado, ¿estás mareada?
—Eh... no —arrugué la frente—, ¿y Ruth?
Se encogió de hombros: —Desapareció hace unos cinco minutos.
— ¿Y por eso estás conmigo?
Will volvió a hacer un mohín. Era la primera vez que lo veía borracho y era demasiado adorable, creo que era de los borrachos bien portados y no de los que hacían estupideces cada tres segundos.
Al menos eso parecía hasta el momento.
—Violet, me gustas.
—Lo sé.
— ¿Yo te gusto?
Guardé silencio. Will frunció el ceño y tomó a un chico de la muñeca.
—Esta chica me gusta pero yo no le gusto a ella ¿sabes por qué? Porque le gusta alguien más.
—Will, deja al chico.
Mi mejor amigo me hizo caso, le sonreí en modo de disculpa al muchacho antes de que se alejara de nosotros.
—Me gustaaaaas.
—Ya entendí.
—Mucho, mucho —dijo.
—Que sí.
—Me gusta tu cabello rubio y me encanta que sea más o menos rizado —continuó—. Me encanta tu voz y tu manera de pensar que eres patética cuando eres la persona más interesante que conozco.
—Deja de decir estupideces.
—Me gustan tus ojos —siguió ignorándome—. Me gustan tus labios, quiero besarlos. No puedo creer que Ashton ya te haya besado y yo no. Quiero besarte Violet.
—Ve a besar a Kate.
—Ya la besé —frunció el ceño un poco—, besa horrible, me mordió mis labios.
Hizo una cara triste sacando su labio inferior y después hizo un bizco señalándolo: — ¿Lo ves? Me lastimó.
Sonreí con dulzura.
Sí. Era un niño ebrio.
—Déjame besarte, Vi.
—No.
— ¡Me gustas, Violeeeet! —Gritó.
—Cállate.
Se puso de pie y me tomó de la mano para que me pusiera de pie y estuviéramos frente a frente.
—Bésame, Violet.
—Will, basta.
—Por favooooooor.
—Que no.
—Un beso chiquito.
Bufé con molestia agachando mi cabeza un segundo pero al alzarla recibí el impacto de los labios de Will sobre los míos. Durante un rato estuve a punto de empujarlo lejos de mí pero por alguna extraña razón terminé siguiéndole el beso sin siquiera pensarlo.
Sus labios eran suaves y sabían a alcohol, su beso era dulce y lento y lleno de ternura. Rodeé su cuello con mis manos y dejé que sus pulgares trazaran círculos invisibles en la piel desnuda de mi cintura ya que había metido sus manos dentro de la playera de su hermana.
Jugué con el pelo en su nuca pensando en cuántas veces quise hacerlo y entonces la voz de Ashton resonó en mi cabeza.
Estoy enamorándome de ti.
Empecé a intentar alejarme de Will pero eso hacía que aferrara más su agarre a mí.
—Will, déjame.
—Vamos, Vi —dijo, ignorando mis palabras—. Dame una oportunidad. Conmigo puedes salir hasta en la escuela, con él no. Por favor, Violet.
—Aléjate.
Will bajó sus manos a mi trasero y siguió insistiendo en besarme.
—William, por favor.
Él bajó sus labios hasta mi cuello y yo en medio de la desesperación terminé dándole un rodillazo en su entre pierna, soltó un quejido y se apartó de mí debido al dolor.
— ¡Aléjate de mí, Will! —Grité.
Antes de que pudiera incorporarse salí corriendo de la casa de Kate sintiendo que la vista se nublaba cuando las lágrimas empezaban a hacerse presentes en mis ojos.
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Will estaba dispuesto a abusar de mí o el alcohol lo alborota un poco? Apreté mis ojos sintiendo la primer lágrima bajar por mi mejilla y la sequé con el dorso de mi mano rápidamente.
No sabía dónde estaba, los rumbos de millonarios no solían ser los míos así que estas calles kilométricas llenas de casas enormes eran desconocidas para mis ojos.
Caminé tres casas desde la de Kate hasta un pequeño callejón entre la tercera y cuarta, al principió pasé desapercibida por ahí mientras lloraba y odiaba a Will aunque no quisiera porque era un chico maravilloso pero entonces, al sorber la nariz y prestar un poco de atención escuché algo.
Un sollozo desgarrador y unos gritos que intentaban ser escuchados pero no podían porque eran evitados, después gemidos de un hombre y quejidos que sonaban de mujer.
Arrugué la frente deteniéndome, limpié mis lágrimas y di un par de pasos de reversa para regresar a la entrada del callejón, giré sobre mis talones y mis ojos se abrieron en sorpresa y disgusto y miles de sentimientos indescriptibles al ver aquella escena.
Un hombre con los pantalones hasta los talones encima de una muchacha que intentaba librarse de él por todos los medios posibles, removiéndose e intentando gritar por ayuda. No supe si mi corazón se aceleró o se detuvo, no sentí que estuviera respirando siquiera. Mis manos empezaron a temblar sintiendo un terror que se incrementó al pensar en el terror que la víctima estaba sintiendo. Quería hacer algo. Haría algo aunque seguramente yo terminaría igual.
— ¡Ayuda! —Grité—, ¡alguien ayúdeme! ¡Hay un hombre que...!
— ¡Cállate! —Se escuchó la voz del hombre. Vi que estaba poniéndose de pie deja do a la muchacha tirada para caminar hacia mí— Estúpida niña.
Se había deshecho de sus pantalones e incluso de su ropa interior mientras se me acercaba, tragué saliva y quise correr fuera de ahí, el hombre se detuvo antes de alzar su puño para golpearme pero alguien más se le adelantó y le lanzó un puñetazo al hombre antes de que pudiera golpearme. Ni siquiera me detuve un segundo a ver quién había acudido a mis gritos de ayuda, mis pies habían corrido instintivamente hacia la chica en el suelo.
Llevaba puesto un vestido rojo, o al menos lo que parecía ser uno porque ahora estaba bastante desgarrado, su ropa interior la llevaba hasta las rodillas y había perdido ambos zapatos. Mis manos temblaron todavía más cuando mi mente empezó a recordar aquel vestido rojo.
La chica que estuvo pegada a Will en toda la fiesta llevaba uno puesto. Un vestido rojo del mismo modelo.
Ruth estaba usando un vestido igual a ese.
—Ay, no. Ruth.
Odiaba a esa chica demasiado y el sentimiento era mutuo pero verla en tal estado me causó impotencia. Su maquillaje estaba corrido por tanto llorar, su rostro estaba lleno de sangre gracias a los golpes que probablemente el hombre la había propinado.
Corrí hasta ella y me arrodillé a su lado para tomar su rostro ensangrentado.
—Ruth, oye, mírame.
— ¡Violet! —Gritaron detrás de mí.
Volteé para mirar sobre mi hombro a Ashton sacudiendo sus manos y correr hacia nosotras.
—Ashton, es Ruth —dije.
Se puso de cuclillas y con mi ayuda logró cargarla entre sus brazos.
— ¿Cómo...?
—Te vi, Violet. Con Will —dijo, aclarando su garganta—. Solamente vi un poco, estaba dispuesto a ayudarte pero te encargaste del asunto. De todas maneras lo golpeé y después corrí para seguirte. Escuché tus gritos.
La muchacha se quejó mientras se removía en los brazos de Ashton.
—Violet, saca mi celular del pantalón, márcale a Luke y dile que tendrán que regresar a sus casas en taxi, llevaremos a Ruth al hospital.
Hice lo que me pidió sin rechistar. Busqué a Luke en sus contactos una vez tuve su celular en mis manos, le expliqué por encima lo que estaba pasando y él me dijo que no me preocupara. Gracias a Dios el auto de Ashton no estaba estacionado tan lejos de nosotros.
La metió dentro del coche con demasiada rapidez y se aseguró de que estuviera lo suficientemente consciente porque tenía demasiado terror de que pudiera desmayarse.
—Violet, quédate con ella.
— ¿Qué?
—Con ella, aquí. Quiero decir, en la parte de atrás.
Asentí un par de veces subiendo al carro, él cerró la puerta para meterse en la parte del piloto y arrancó enseguida haciendo que el caucho rechinara en el cemento de la calle. Escuché a la chica gruñir y su cabeza cayó en mi hombro.
—Que no cierre los ojos, Vi.
—Oye —le dije—. Oye, abre los ojos, por favor.
—Me duele.
—Sé que te duele —comprendí a la chica—. Pero no los cierres, por favor. Hay que hacer algo, hay que cantar.
—Eso es, Vi. Mantenla despierta.
Agaché mi mirada hacia la chica quien por cierto estaba llenando la chamarra de cuero de Ellie de sangre y lágrimas.
— ¿Si canto una canción la cantarías conmigo?
La chica asintió con debilidad y yo empecé a cantar la primer canción que se me vino a la mente: una navideña. Su voz era casi inaudible pero el poder escucharla aunque sea un poco me hacía sentir mejor.
—Demonios —maldijo él—, ¿por qué Ruth no pidió ayuda?
—Porque quería salir de esta sola.
Recargué mi cabeza sobre el respaldo volviendo a cantar la canción con ayuda de Ruth y me reí mentalmente de mí misma.
¿Que qué podía salir mal en la fiesta de Kate?
Todo. Básicamente todo podía salir mal.
(...)
Había dormido tan incómodamente en aquel típico sillón azul oscuro que ponían en las habitaciones de hospitales para que alguien cuidara de ti en las noches que tenía ganas de acostarme hasta en el piso.
Ashton entró al cuarto con dos vasos de café de una de las cafeterías que había en la recepción del hospital y me entregó uno.
— ¿No ha despertado?
—Yo creo que no tarda —dije, volteando a ver a Ruth—. Eso espero.
Gruñí cuando mi celular volvió a sonar y decidí que lo mejor era apagarlo. Durante toda la noche recibí mensajes de Ellie preguntando dónde estaba y por qué no estaba con Will y Will me había llamado, sin exagerar, unas ochenta veces, me había mandado muchos más mensajes que su hermana e incluso llamó su papá pero yo no le contesté a ninguno de ellos.
Ashton se sentó en otro sillón de la habitación y me miró.
—Violet, ¿qué demonios pasó anoche?
—Nada.
—Violet.
Cerré mis ojos aferrando mi agarre al vaso de café entre mis manos, solté un suspiro mientras agachaba mi mirada.
—Will estaba borracho, Ashton —empecé a decir—. Estaba diciéndome cosas pero luego comenzó a decirme que le gustaba y que quería besarme y entonces me besó.
—Ajá.
—Yo al principio le seguí el beso pero después recordé lo que me habías dicho —moví mis pies con nervios—. Quise separarme de él pero Will no se alejaba y pues...
—Le pegaste.
—Básicamente, sí.
Ashton abrió la boca para decirme algo pero entonces unos sonidos provenientes de la chica en la cama del hospital llamaron nuestra atención. En realidad Ruth estaba dándome algo de lástima, nadie le llamó anoche cuando desapareció de la fiesta sin anunciar que se iba, ni sus pulgosas amigas ni su mamá ni su padrastro. Los únicos que estábamos con ella éramos Ashton y yo y eso porque fuimos los que la encontramos si no la pobre estaría aquí sola.
Me puse de pie para pararme a su lado, la muchacha fue abriendo sus ojos poco a poco quejándose por, según yo, múltiples razones.
Pudo haberse quejado por la luz, por el dolor de sus huesos o porque intentó incorporarse con rapidez para saber dónde estaba.
Ashton se apresuró hacia ella.
—Oye, cálmate.
— ¿Ashton? —Preguntó ella en un hilo de voz, al darse cuenta de una presencia más en la habitación, me miró—, ¿qué haces aquí, bicho?
Enarqué una ceja y troné la lengua.
—Incluso muriéndote me molestas. Eres increíble —dije.
La chica cerró los ojos y regresó su cabeza a la almohada.
— ¿Qué fue lo que pasó?
—Bueno —habló Ashton—. Ayer te marchaste de la fiesta, Violet salió a caminar, pasó por un callejón y encontró a un hombre abusando de ti, pidió ayuda y yo la ayudé.
—Oh, no —dijo Ruth—. No, no, no. No debiste ver eso, él se va a enojar mucho, me va a matar.
— ¿Y qué hacía? ¿Disfrutaba del espectáculo cruel que es una violación mientras lo grababa con el celular, Ruth?
El hombre en la habitación alzó su cabeza hacia mí, como pidiéndome que guardara silencio.
— ¿Quién es él, Ruth?
— ¿De qué hablas?
—Siempre que hablamos me platicas sobre un hombre y le dices "él" —le dijo Ashton—. Creo que es momento de que me digas quién demonios es "él".
—No puedo.
Solté un suspiro pensando en que en cuanto le informemos a la enfermera que Ruth despertó un policía tendrá autorización de entrar para bombardear a la pobre chica con preguntas porque, obviamente, al ingresarla en el hospital debimos contar lo que vimos.
—Ruth, en serio —dije—. Un policía va a interrogarte y créeme que no va a preguntarte por las buenas como Ashton. ¿Quién demonios es tu abusador?
La chica me miró unos segundos y vi cómo su labio empezaba a temblar como si estuviera aguantándose las ganas de llorar. Miró sus manos, las cuales tenían unos poco visibles moretones, y negó con la cabeza.
—Ruth, por favor.
Mi corazón dolía por ella y por toda la gente que ha pasado por esta experiencia. Tenía ganas de llorar porque a pesar de lo cruel que Ruth puede ser conmigo nadie, ni siquiera una persona como ella, merece experimentar aquella cosa horrenda.
Y en realidad necesitaba que Ruth nos dijera quién era quien la violó si es que lo sabía.
—Mi padrastro.
— ¿Qué?
—Mi padrastro fue quien... bueno, ya saben —dijo, alzando su mirada hacia nosotros dejando ver sus ojos cristalinos. Sonrió con vergüenza.
Retuve mi respiración parpadeando varias veces.
— ¿Qué demonios?
—Él... él cada que tiene oportunidad lo hace —siguió diciendo—. Empezó con caricias y besos cuando mamá no estaba, yo lo dejaba porque soy una maldita zorra estúpida pero luego un día él quería hacerlo y yo no. Se enojó conmigo, me golpeó y cuando estuve medio inconsciente él...
Su historia fue interrumpida por un sollozo que salió de su garganta al no poder contener más sus lágrimas, cerré mis ojos con fuerza porque yo también quería llorar y tomé su mano entre la mía intentando darle aunque sea un poco de alivio.
Estaba temblando. Toda ella temblaba de miedo e impotencia y nervios.
— ¿Tu mamá lo sabe?
—Sí —dijo—, quiero decir... se lo he dicho. Me ve con los golpes pero hace de la vista gorda y ella no quiere creer que su perfecto marido abusa de su zorra hija. Siempre dice que los golpes son porque en la escuela me molestan y...
Guardó silencio, volteándome a ver.
—Lo siento muchísimo, Violet. No sabes cuánto —Ruth seguía llorando a mares—. No te lo mereces. No mereces que cobre mi frustración, enojo e impotencia contigo. Y sé que tendré que hacer muchas cosas para tener tu perdón pero yo... Dios, Violet, no debí hacerte vivir un infierno solamente porque yo ya vivía en uno.
Sonreí con melancolía y apreté su mano sintiendo una lágrima rodar por mi mejilla y pronuncié unas palabras que tal vez, y sólo tal vez, traerían alivio a mi vida e iniciarían con el de la muchacha.
—Te perdono, Ruth.
n/a: ¡feliz navidad, cinnamon apples! aquí les dejo un pequeño regalo de mí para ustedes, espero que lo disfruten y que hoy se la pasen muy bien con sus seres queridos.
comenten qué les pareció porque honestamente me gusta todo el dRAMA de este capítulo lmao, qué demonios con william, qué demonios con ruth, quÉ DEMONIOS CON O'NIRWIN ahre ese ship name, inventen un ship name para violet y ashton y otro para violet y will plox
en fin, nos leemos pronto cinnamon apples <tres
middleofnow xx
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