10; jealous


Al día siguiente, Ashton Irwin salió de su auto acompañado por una flamante mujer de piernas largas, cabello lacio, brillante y lleno de vida y, a juzgar por su piel, regresaba de algún viaje a la playa por su perfecto bronceado.

Llevaba puesto un vestido carmín que llegaba un poco demasiado arriba de sus rodillas y unos tacones altísimos; lograba alcanzar el rabillo del ojo de Ashton.

Arrugué mi nariz al verlo rodear los hombros de la mujer.

Escuché a Will silbar.

—Vaya, la novia del Profesor Irwin sí que es cali...

—Cállate —le interrumpí poniendo mi mano en su boca.

Él la lamió haciéndomela quitar con asco y me limpié en la chamarra que traía puesta.

—Oye, esto es nuevo —me reclamó dándome un manotazo.

Caminamos a los casilleros a sacar los cuadernos de la primer materia en nuestro horario, de repente el ruido de unos tacones inundó mis oídos, lo primero que pensé fue en Ruth sin embargo la idea desapareció al recordar que Will estaba conmigo y que ella tenía una flechazo por el chico.

Al darme la vuelta, sentí a mis pulmones retener el aire.

Ashton y la chica pasaron a nuestro lado; él tenía dibujada una gran sonrisa en su rostro mientras ella hablaba.

—Vi, ¿está permitido que los profesores traigan a sus novias a la escuela?

—No lo creo —respondí haciendo una mueca.

Will me sonrió y caminó enfrente de mí bloqueándome la vista de Ashton y aquella chica misteriosa. Odiaba ser bajita.

—Muévete, Will.

—Se dice con permiso, Violet. Y no, no voy a moverme.

— ¿Por qué?

—Porque no —flexionó un poco las rodillas, luego giró su cabeza unos cuantos grados y pude notar que su sonrisa seguía intacta —. Sube.

— ¿Qué?

—Que subas, me apetece cargar a alguien de caballito y eres la única aquí así que sube antes de que mis ganas desaparezcan.

Me reí guardando mis libros en la mochila, la colgué en mis hombros y después rodeé el cuello de Will con mis manos impulsándome para sujetar mis piernas en su cintura.

Gracias a la mala suerte que me perseguía desde que mi madre me dio a luz, Will pasó al lado del Profesor Irwin quien nos dirigió una mirada antes de chocar sus labios con la chica.

— ¿Qué diablos? —Solté.

— ¿Qué dices?

—Nada, nada —dije rápidamente, dándome cuenta que había hablado en voz alta.

Durante el resto del día hasta la hora de Literatura no pude hacer nada más que pensar en Ashton y en quién diablos era su acompañante.

Entré al aula donde se impartía la materia y caminé a mi lugar. Will llegó casi unos segundos después que yo y se sentó atrás de mí.

—Buenas tardes, jóvenes —la voz de Ashton se hizo presente dejando en silencio a todos en la clase—. Espero que hayan traído su tarea porque comenzaré a llamarlos uno por uno para que pasen.

Allison, una chica que se sentaba en la primer fila, alzó la mano. Ashton le cedió la palabra.

— ¿Será por lista o...?

—Los elegiré al azar.

Ella asintió repetidas veces y me hundí en mi asiento.

— ¿Preocupada? —Murmuró Will cerca de mi oído.

—Ashton sabe cuanto odio hacer ese tipo de cosas.

—Vi, ¿acabas de dirigirte al Profesor Irwin por su nombre de pila?

Abrí los ojos alarmada.

—Eh, no.

—Tristán, pasas primero —anunció Ashton caminando al escritorio.

Luego de unas tres patéticas explicaciones, Will comenzaba a fastidiarme con sus quejidos de aburrimiento y comentarios respecto a eso.

— ¿Quieres callarte? —Pedí en un murmuro.

—Lo quiero, pero no sé qué hacer para calmar esta agonía.

—William, apenas han pasado tres, faltan otros veintiséis —espeté enderezándome para que pudiese oírme mejor —. Haya una forma de entretenerte.

—No sé co... oh, espera, creo que la hallé.

A fin de cuentas, su entretenimiento resultaba ser aún más molesto que sus comentarios.

Sus dedos se estaban encargando de hacer rizos a mi cabello; elegía un mechón y jugaba con él, lo enrollaba una y otra vez hasta que se cansaba de entretenerse con el mismo cacho de pelo, lo soltaba tomando otro al instante y repetía el mismo proceso.

Mientras Will se divertía enredando mi cabello, yo me entretenía jugando con mis dedos hasta que la voz de Ashton me distrajo.

—Violet, sigues tú.

Tomé el cuento que elegí a la vez que Will frotaba mis hombros reconfortantemente.

—Estaré aquí apoyándote. O probablemente riéndome, pero aunque me reía te estoy apoyando.

—Cállate.

Caminé al escalón enfrente de la clase tragando saliva al sentir todos los pares de ojos centrados en mí, mi vista encontró a Will con los dedos pulgares arriba y fue entonces cuando se me ocurrió algo.

¿Qué tan malo podría ser mirar a los hermosos ojos azules de Will?

—Adelante.

Ashton se estaba burlando de mí, él sabía lo mucho que odiaba hacer esto y más aún conocía a la perfección mi cuento favorito.

—Eh—dije concentrándome en Will —, creo que hablaré de Hansel y Gretel.

Hojeé el libro después de terminar la oración.

Mamá amaba a los hermanos Grimm y tenía una enorme colección de ellos, libros con todos sus cuentos en distintas ediciones, portadas e idiomas. Los cuentos ilustrados, paquetes de ediciones especiales y más; el libro que traía era la última edición que ella compró de los cuentos recopilados.

—Es mi cuento favorito porque deja un mensaje más real y menos egoísta que el de encontrar a un príncipe azul o ser tan buena persona que algún día, por un golpe de suerte, encontrarás algo que mejore tu vida.

Tomé una calada de aire antes de continuar: —Supongo que esos mensajes no son tan malos después de todo, sin embargo el de éste cuento es simple y conciso: las apariencias engañan.

—Violet —me interrumpió Ashton—, ¿por qué dices eso?

Oh, espero que hayas captado la indirecta, Irwin.

—Porque, Profesor Irwin, es verdad. Los niños fueron con esa amigable señora pensando que estaba actuando de buena fe no sabiendo las malas intenciones de ella.

—Yo pienso que fue culpa de ellos por ir en primer lugar —me contradijo él.

Negué repetidas veces con la cabeza.

—En todo caso fue culpa de los padres, ¿a quién se le ocurre abandonar a sus hijos porque no tenían dinero para mantenerlos?

—Los abandonaron porque pensaban que alguien bueno les iba a dar una mejor vida.

—Yo también hubiera ido a la casa de la señora si fuese ellos —dijo de repente Will encogiéndose de hombros —. Quiero decir, son pequeños, lo único que queremos a esa edad es comer dulces u otras cosas.

Apunté con mi dedo a Will.

—Will tiene razón, Profesor Irwin. Además, la bruja tenía pinta de ser una anciana adorable, ¿usted no iría con ella después de que sus padres lo dejaran en el bosque?

Ashton dibujó una sonrisa en su rostro.

—Tal vez —estuvo al fin de acuerdo y yo también sonreí.

La primera vez que le confesé a Ashton que ese era mi cuento favorito, él hizo exactamente lo mismo que hacía ahora: criticar aquel gusto.

—En fin, pienso que ese es el mensaje porque tiene mucho sentido. A veces en la vida nos topamos con gente que creemos conocer mejor que a nosotros mismos, sin embargo, todos tenemos algunos demonios escondidos. Y eh... creo que es todo.

El aula, por primera vez en mi vida escolar, aplaudió al final de la exposición.

—Pasa a sentarte, Violet —me pidió Ashton asintiendo, como si estuviese conforme con lo que logré allí, acto seguido llamó al siguiente alumno.

Will pasó a exponer después de tres alumnos más acerca del cuento que eligió; La Última Hoja, me parece que era.

Dijo que él odiaba leer cuentos, pero que se decidió por ese porque era el cuento que su madre le leía a él y a su hermana antes de ir a dormir.

El timbre sonó al paso de cinco minutos, recogí y guardé las cosas en mi mochila.

—Bien, muchachos, para la siguiente clase deberán hacer un ensayo de dos cuartillas de su libro favorito.

El aula se inundó de quejidos y abucheos a Ashton, fruncí el ceño cayendo en cuenta de que él no solía dejar tanta maldita tarea.

—Disfruten su fin de semana.

—Vi, tengo que ir al baño —me avisó Will.

—No pedí saberlo.

—Igual ibas a enterarte, pequeñaja, me sigues a todos lados —se burló revolviéndome el pelo.

Éramos los últimos en el salón así que nuestras voces hacían eco, supuse que Ashton seguía ahí dado que él no se iba hasta que el último alumno hubiese salido.

—Yo no te sigo, tú me sigues a mí. Eres como una lapa, William.

Él soltó una ruidosa carcajada y me abrazó por los hombros apretujándome a él.

Esperé a Will sentada en el campo justo delante de los sanitarios, fue entonces cuando Ruth apareció.

—Hola, Violet —me sonrió cínicamente.

Maldita sea.

—Ruth...

—Veo que el puesto de la puta de turno del Profesor Irwin ha sido reemplazado por otra, ¿eh?

—En realidad...

—Con quien salga o no debe de importarle lo más mínimo, señorita Edwards —pude ver a Ashton por encima del hombro de Ruth, ella cerró los ojos con enfado—, ahora retírese.

Ruth y sus amigas corrieron a algún lugar lejano.

Sentí la pesada mirada de Ashton sobre mí acto que me hizo colgar la mochila por mis hombros y levantarme del húmedo césped antes de que hablara.

—Violet.

— ¿Qué? —El tono de mi voz fue mucho más seco y sutil de lo que yo en realidad esperaba.

— ¿Qué pasa?

Empecé a pensar que quizá el haber traído a aquella chica a la escuela y restregármela en la cara era algo así como parte del castigo por mi comportamiento de ayer.

¿Dónde diablos estaba Will?

—No pasa nada.

— ¿Estás enfadada? ¿Celosa?

—Celosa debería de estar yo si mi novio fuera Justin Bieber y descubriera que sigue enamorado de Selena Gomez —respondí al aire.

Ashton resopló.

—Quiero besarte —me dijo.

—Lo siento, no suelo besar cuando los labios tienen bacterias de otras personas, que asco.

—Me parece increíble que estés enojada cuando el enojado debería ser yo —reclamó Ashton.

— ¿Tú? ¿Por qué? ¿Porque fui yo la que besó a un chico muchísimo más guapo que tú, eh? —Evité alzar la voz para que los estudiantes que pasaban por ahí no lograsen escuchar.

Odiaba los periodos libres que daban cuando solamente quedaban dos horas de clase; los descansos solían ser de diez a quince minutos.

Y comenzaba a odiar a Will que tal vez estaba atorado en el baño.

—Caminas por la maldita escuela con William como si fuesen pareja ¡y lo conoces desde el lunes!

Su fuerte grito llamó la atención de dos chicas que pasaban a nuestro lado.

—Por eso me parece increíble que se lleven tan bien, y me alegro mucho de que estés intentando tener amistades —continuó Ashton intentando disimular.

—Oh sí, Ash... quiero decir, Profesor Irwin, él es una buena persona.

Las chicas siguieron su rumbo al darse cuenta que teníamos una conversación, según ellas, normal.

—Eres malísima actuando, ¿te lo han dicho alguna vez?

—Mira, debo buscar a Will, hablamos de esto más tarde en algún lugar menos... público.

Corrí lejos de allí sin darle a Ashton ninguna oportunidad a responderme.

Iba tan rápido que mi cuerpo impactó con el torso de algún chico caminando en el pasillo.

—Oh... lo siento yo...

— ¡Violet! Ay Dios mío —me interrumpió Will con un retintín de alivio en su voz y me abrazó.

—Hm, sí ¿Will? Estás asfixiándome un poco.

—Oh, perdón.

— ¿Qué te pasó?

Resulta que Ruth alcanzó a ver a Will salir del baño luego de salir despavorida y de una forma u otra logró llevarse al chico antes de que siquiera pudiera caminar hasta mí, él consiguió zafarse de ella con algún pretexto idiota.

— ¡Intento besarme, Violet! —Me gritó Will entrando al salón de la penúltima clase.

—La mitad de la escuela desearía que Ruth intentara besarlos.

—Yo no, muchas gracias —dijo, haciendo como si tuviese escalofríos.

Veinte minutos después de que la clase empezara, un chico llamó a la puerta.

Nuestra Profesora la abrió.

— ¿Qué pasa?

—El director quiere ver a Violet.

El típico bullido de escuelas cuando te mandan con el director llenó el salón.

— ¿Qué diablos hiciste mientras no estaba?

—Nada —respondí a Will poniéndome de pie luego de que la maestra me dio permiso para ir.

Salí del salón y giré a la izquierda, haciendo mi camino a la dirección de la escuela, pasé por dos salones, una hilera de casilleros y luego, al pasar delante de la puerta de intendencia, una mano

Ashton sabía que yo tomaba pastillas anticonceptivas incluso antes de que empezáramos a tener relaciones.

En mi primer grado de secundaria estaba enamorada de Jake, un idiota de tercer año.

El chico se acercó de la nada a mí un día y me invitó a su casa, dije que sí.

Supongo que ya se imaginan qué diablos pasó allí. Sus padres no estaban en casa y el rumor de que estaba colada por él llegó hasta sus oídos y quiso aprovecharse del fenómeno de primer grado.

Recuerdo haber entrado en pánico al pensar que aunque él había usado un condón yo podía quedar embarazada así que solo fui al doctor con mi tía luego de tener que explicarle la estupidez que hice y lo demás es historia.

Nunca le conté a Ashton por qué las tomaba, en realidad. Él asumió que las tomaba por si acaso y pensaba que era virgen.

Le desabroché el pantalón de satín y él lo bajó completamente.

Se inclinó hasta el cierre de mi pantalón y con sus dientes lo bajó.

Estuvimos desnudos en menos de dos minutos.

— ¿Sabes lo que es el sesenta y nueve?

— ¿Aquella extraña posición que posiblemente aparezca en el kamasutra? Sí.

Sentí a Ashton sonreír en mi cuello y dirigió sus labios a los míos.

— ¿Lo intentamos?

—Me parece perfecto, señor.

Dios sabe que eso fue lo mejor que había hecho en toda mi vida.

Salimos del cuarto de intendencia unos quince minutos antes de que terminara la hora.

—Oye, Violet —susurró Ashton en mi oído—. Arréglate el cabello.

Will estaba jalando mi mano haciéndome seguirlo por el estacionamiento, yo intentaba resistirme a toda costa aunque era algo básicamente imposible; él es mucho más fuerte que yo.

Aflojé mi cuerpo dejándome llevar por Will.

—Will, en serio, no tienes que...

—Sí que tengo. Además mi hermana está emocionada por conocer a mi nueva amiga.

—Tengo el presentimiento de que no le presentas a ninguna —fruncí el ceño—. Y Ruth ni siquiera me invitó a la fiesta.

—Claro que sí, dejó que fueras.

— ¡Porque la amenazaste!

—Soy un genio, ¿cierto?

De alguna forma logré zafar su agarre de mi mano al momento en que se rió, salí corriendo de allí. Fue cuestión de segundos para que él me alcanzara, sin embargo.

Rodeó mi cintura por atrás, maniobró un poco y luego me encontraba sobre su espalda siendo cargada como un saco de papas.

— ¡Bájame, William!

—No me llames William —reclamó con diversión disfrazada de enfado en su voz.

Golpeé su espalda, pataleé, hice de todo para que me soltase pero no funcionó.

Él me metió en su carro y cerró la puerta antes de que pudiese protestar, puso el seguro sabiendo que quizá pudiera abrir la puerta en el fragmento que tenía que caminar de mi puerta a la suya.

Subió tan rápido como pudo, metió las llaves para encender su coche y entonces...

—Mierda —se quejó Will girando de nuevo las llaves.

—Tu maldito karma.

Él me lanzó una mirada amenazante mientras intentaba hacer que el auto arrancara por quinta vez.

— ¿Existe la posibilidad de que seas una clase de bruja? El maldito auto es nuevo.

—Sí, Will. Mi nombre es Hermione Granger, lo siento.

—Voy a golpearte.

Will salió del auto dando un portazo y abrió el cofre, aproveché para salir también y caminé hasta donde él estaba parado.

— ¿Necesitan ayuda? —La grave voz de Ashton detrás de nosotros me puso los pelos de punta.

—Oh, Profesor Irwin —dijo Will con gracia en su voz—, ¿sabe algo de autos?

—Señor Armstong, podré enseñar Literatura pero obviamente sé de autos.

De repente tenía a Ashton y Will inclinados en el cofre charlando acerca de lo que probablemente pasara.

Yo me entretuve jugando con mis pies intentando no hacer mucho caso de que tenía unas buenas vistas del trasero de ambos hombres. ¿Cuáles eran las posibilidades de que follar con Ashton me hayan convertido en una total zorra?

—Hay cables de corriente en alguna sala de intendencia —le dijo Ashton a Will—, ¿qué te parece si Violet y yo vamos a buscarlas y tú ves si es algún otro problema?

Will se encogió de hombros asintiendo continuas veces.

— ¿Vamos, señorita O'Neil?

—De acuerdo —respondí con duda en mi voz.

Me dejó caminar primero y tomamos rumbo a una de las tres salas de intendencia. El camino para llegar era izquierda, derecha, derecha.

Nuestro campus era enorme y, si no lo conocías bien, podías perderte en cualquier lado. Ashton y yo entramos.

—Tengo el ligero presentimiento de que Will no necesita corriente, el coche es nuevo.

—Yo no dije que la necesitara, yo dije que tal vez era eso —apuntó Ashton cerrando la puerta.

Hice una mueca con los labios, me puse en cuclillas para recoger una caja de cartón y buscar los cables, acción que fue interrumpida cuando Ashton hizo lo mismo que yo y rodeó mi cintura con su brazo.

—Ponte de pie, preciosa.

Le hice caso sin rechistar, lo tenía de espaldas a mí así que en cuanto me enderecé, él me giró para quedar cara a cara.

Me hizo retroceder hasta una encimera de madera que quedaba a mi altura y me sentó en ella.

Dejó pequeños besos en mis labios mientras desabrochaba mi pantalón, yo fui desabotonando su camisa una vez más. Se separó de mí para terminar de quitar mis vaqueros, subió sus expertas manos al borde de mi blusa y la pasó por encima de mi cabeza para quitarla, también.

Él mismo se quitó los pantalones y ahora lo último que quedaba era nuestra rompa interior.

—Deberías comprarte un sujetador de encaje —me dijo mordiendo mi cuello—. Te quedaría malditamente caliente.

Trazó un camino de besos de mi clavícula a mi hombro y sus manos jugaron con el broche de mi sujetador hasta que al fin los quitó.

Poco después sacó mis bragas y sus bóxers del camino y dos de sus dedos me penetraron. Solté un gemido y recargué mi frente en su cuello.

— ¿Se siente bien?

—Se siente perfecto, señor —le contesté comenzando a dejar mordiscos en su cuello.

Sus dedos siguieron estimulándome y, de repente, salieron de mi interior.

Ashton se alineó en mi entrada: —Pon tus piernas alrededor de mi cintura, Violet.

Le obedecí, entonces me penetró rápida y fuertemente. Gruñí encajando mis uñas en su espalda. Entraba y salía con gran fuerza, derritiéndome en cada embiste.

—Ah —bramé cuando Ashton bajó su cabeza a mis senos y comenzó a chupar mis pezones.

Unos minutos después ambos llegamos al orgasmo casi al mismo tiempo. Mi respiración estaba igual de agitada que la de Ashton quien me miraba con picardía.

—Nos hemos tardado tanto.

— ¿Crees que Will...?

—No —espetó recogiendo nuestra ropa del piso—. Tardamos lo que tardaríamos buscando los cables en alguna sala de intendencia. Debes agradecer que te haya traído al lugar donde están.

Sonreí cuando de la repisa de metal tomó unos cables negros.

Besó mis labios antes de dejarme salir y me dijo: —Vayamos con el chico antes de que piense que te he secuestrado.

n/a: IM BACK BITCHEEEEEEEEEEEEEEEES

hola, hola. tienen el derecho de pegarme, matarme u otras torturas ¡perdón, cinnamon apples! últimamente estuve muy ocupada con cosas de la escuela ((van a cerrar mi maldita escuela, necesitaba buscar opciones de último minuto)), los exámenes, los finales, etc. pero bue, ya estoy de regreso y les tengo una pequeña sorpresa para el fin de la semana *monkey emoji*

espero que con este capítulo de 3171 palabras tengan suficiente para esperar a mi sorpresa gg.

¿les gustó el capítulo? honestamente a mí sí, además me da risa las cosas que tengo que buscar para escribir teacher, basta. me preguntó por qué diablos nadie aquí es #TeamWill ¡middleofnow es team will!

escuchen la canción en multimedia, es como ashton en todo este capítulo ¿no creen? descubrí que into you y dangerous woman de ariana grande quedan muy bien con teacher así que esperen un capítulo basado en ellas, también.

creo que es todo por hoy, nos vemos luego y no se olviden de votar y comentar qué les pareció el capítulo

middleofnow xx.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top