64.

Natasha.

—¿Entonces tu sexy novia de último año te ha dejado así? — preguntó Visión observándome.

Mariah comenzó a reír y yo suspiré acomodándome en la silla.

—Es obvio. No puede moverse. Está toda... flácida. — se burló mi mejor amigo.

—No, yo...

—Creo que se nota bastante que has remojado la espada. — susurró Mariah. Me sonrojé.

—¿De qué hablas? Es un mito aquello de que se nota. Los cambios ocurren porque la gente cambia, o lo habrían notado hace bastantes días.

—Te dije. Dame diez dólares. — habló Mariah sonriente. Clint bufó, sacó su billetera y lo vi entregarle un billete brillante a nuestra amiga.

—¡¿Apostaron cuándo dejaría de ser virgen?!

—No, apostamos que ya lo habías hecho.

—¡¿Cuál es la diferencia?! — pregunté alterada. Son unos idiotas.

—Mucha. Además, Clint no te tenía demasiada fe.

—Comenzaba a creer que Maximoff pensaba en hacer un voto de castidad.

—No, ella... — suspiré. — Olvídense de esto.

—¿Hace cuánto están follando?

—No estamos...

—No soy celosa. — Mariah me guiñó el ojo.

—Estoy de novia con ella. Nos acostamos un par de veces, eso es todo, todo está bien. Espero que no necesiten más información que eso o...

—¡Te dije que habían follado ya! Dame diez dólares. — dijo Mariah nuevamente.

Joder.

—Son unos idiotas. — murmuré.

—Tu novia viene. — dijo Visión. 

Levanté la mirada y en efecto, vi a la castaña avanzar por el pasillo viendo los almuerzos. Sonreí.

Me puse de pie y comencé a correr hasta llegar a ella. La abracé con fuerza, ella giró lentamente y me besó el cabello.

—Hola, linda. — la oí hablar. — ¿Cómo estás hoy?

—Bien ahora que te veo. Te extrañaba.

—Lamento no haber contestado tus mensajes aún. Tenía que encontrar al entrenador. —murmuró. — ¿En qué estás ahora?

—Receso.

—Genial, ven conmigo. — murmuró ella y me besó cortamente en los labios.

Noté que mucha gente nos veía, probablemente mis amigos también y harían bromas respecto a Wanda besándome frente a todos.

La habitación está llena de personas, y todas saben quién es Wanda Maximoff.

—Deja que me despida de mis amigos.

Ella asintió.

Volví hasta mi grupo de amigos, ellos comenzaron a reírse y burlarse de mí.

—Sí, Natasha. Bésame. Vamos al baño a acariciar nuestros cuerpos con aceites. — se burló Clint. Mariah tomó su rostro y fingió que lo besaba mientras Visión reía.

—Ya basta, son unos idiotas.

—¿Ya te vas con tu sexy novia? — preguntó Mariah.

Sonreí.

Mi mejor amiga por alguna razón había aceptado que lo nuestro siempre sería una linda amistad incluso luego de lo que ocurrió entre ambas, alguien que no pudo aceptar una amistad fue Darcy a quién pude ver sorprenderse al verme besar a Wanda.

—Dijo que la acompañe. Tal vez llegue un poco tarde a clases, no demasiado, sólo uno o dos minutos. Digan que fui a ver a Yelena o algo.

—Claro, diviértete, cielo. — sonrió Mariah. Yo también sonreí.

Me di media vuelta y avancé hasta llegar a Wanda quién era saludada por mucha gente.

—Okay...

—¿Bien? — preguntó estirando su mano para entrelazar nuestros dedos.

La tomé y comenzamos a caminar por la escuela en busca del entrenador.

—Sabes, pensaba en que el día de la graduación, irás como mi pareja, ¿no? — preguntó y asentí lentamente.

—Eh, creo... Yo... Sí, claro.

—Bien, porque... De ser así, me gustaría preguntarlo de una forma linda antes de que aceptes... Pero ya que sé que aceptarás de todas formas. Estoy lista. — susurró con una sonrisa.

Enarqué una ceja.

Me hizo entrar en el auditorio en donde había un enorme cartel pintado a mano, en el decía "¿Serías mi cita para el baile de graduación, Nat?"

Me giré a verla y de pronto muchos globos comenzaron a caer desde la parte alta del anfiteatro.

No puede ser...

Y fue en ese momento en el que noté que jamás debería pensar en conformarme con menos de lo que Wanda proyectaba.

—¿Ésto es para mí?

Ella levantó la mirada y pude ver a John Walker, Pietro y Gwen bajar un ramo en una especie de malla desde arriba.

Ella había preparado todo esto para mí. Suena absurdo, porque podría haberlo hecho por mensaje como todo el mundo, pero ella eligió montar un espectáculo en...

—Sé que este es tu lugar favorito en la escuela, quería darte un recuerdo lindo para cuando el año siguiente yo no esté aquí para verte...

Me di media vuelta, la observé y huí a colgarme en su cuello mientras mis labios se pegaban a los suyos.

Ella infló globos, pintó un cartel, lo colgó desde arriba, compró flores plásticas y mis chocolates favoritos únicamente para sorprenderme porque quería dejarme un buen recuerdo.

¡Ni siquiera debería venir a la escuela y aquí está!

—Eso significa que sí tendrás graduación... — murmuré.

—Eso espero, de lo contrario... Algo se me ocurrirá.

—Claro que sí, cariño... — susurré.

[•••]

Wanda.

—¿Crees que mamá habría querido verme en traje vestido? — pregunté a papá quién me veía observar un traje en la vitrina.

—Creo que ella habría querido verte feliz. Con lo que tu desearas...

—¿Ella aceptaba que yo fuese lesbiana? — pregunté. Papá asintió lentamente. — ¿Me estás mintiendo?

—Ella temía Wanda. No quería que te lastimen como lo hicieron con su hermanito, creció con padres homofóbicos. ¿Qué esperabas?

—Bueno, los abuelos jamás me trataron mal. — admití. — No los vi tratarme mal...

Papá suspiró. Acabamos de salir de terapia con la misión de pasar una tarde juntos. La señora Bishop ha dicho que sería bueno para ambos reencontrarnos en una tarea sencilla que no implicara vernos a los ojos y decirnos cosas lindas, ya que papá es algo... Él, y yo soy algo yo.

—Tus abuelos no son buenas personas, Wanda... Aunque sean buenos abuelos...

—Ya, es que es diferente. Porque alguien puede ser una mala persona, pero un buen padre, sin embargo los abuelos... No eran buenos en nada. Ni lo son. Ellos hicieron que mamá quiera enfrentarlos después de años de control en la vida de Charles y por ellos murió, nos manipularon para que creyeramos que el problema eran ustedes.

—Pues no los culpo por creerle, son sus abuelos... Yo estaba todo el día en el trabajo, ellos los cuidaban cada que su madre y yo...

—Pero no tenían la culpa por quererse. Incluso mamá lo entendió, cuando supe la verdad me sentí mal por Charles. — admití. — Siempre eligió dejar de lado su amor por ti para que los demás fuesen felices, pero... ¿Y él qué?

—Charles, tu madre y tú, son idénticos, Wanda. Serían capaces de lo que fuese por ver a quiénes aman ser feliz.

—Yo...

—No mientas, Pietro me ha dicho sobre Natasha. — murmuró. — Lo regañé, ya que si él no hubiese actuado de forma egoísta, muchas cosas respecto a lo que ocurrió contigo serían diferentes...

Él habla de Melina... No toca demasiado el tema, sé que siente que me ha fallado como padre. No lo culpo, yo también en ocasiones siento que me ha fallado como padre.

Suspiré.

—Son cosas que ocurren...

—También sé que tú y Pietro necesitaban un padre que los guíe, yo he fallado en eso... Y quiero pedirte disculpas por eso, sé que debí ser mejor... Quiero ser mejor, por ustedes... Porque sé que merecen algo mejor como padre...

—Erik, sólo quiero pedirte que seas feliz. Sinceramente no hay demasiado que hacer para evitar que cometamos errores, lo haremos toda la vida, pero si tú eres feliz, será más fácil que seas capaz de guiarnos para que seamos felices también...

—Charles y yo queríamos comprometernos... — murmuró.

No puede ser.

—¡¿Cómo?! ¡¿Por qué no nos dijeron de eso?!

—Queremos saber que opinan...

—¡Por supuesto que sí, quiero una fiesta familiar!

—Elegimos que al irse ustedes a la universidad, nos mudaremos para cuidar de ambos, y si todo sale bien, casarnos... Adoptar una pequeña... Ya sabes, o pequeño.

Abrí mi boca sorprendida. ¡Tienen todo planeado!

—¡¿Por qué se están tardando tanto?! ¡Claro que sí! Oh, Dios. Pietro estará tan feliz, claro que sí.

Abracé a papá con fuerza y lo sentí sonreír. No sé como explicar aquella sensación, simplemente sabes que la persona está sonriendo incluso si no puedes verle la cara, algo en su cuerpo te lo indica. Pues eso me ocurría con papá. Sé que está sonriendo, sé que está feliz. Puedo sentir y leer su lenguaje corporal.

—Te quiero, papá. Aunque a veces creo que eres algo idiota.

Él comenzó a reír.

—Lo acepto. Es lo mínimo que merezco.

Asentí.

En la lejanía vi a Matt. Lo vi con una mujer rubia, dentro de un café del centro comercial. ¿Qué cojones?

—Papá, necesito que finjas conmigo. Le enviaré una fotografía a mi novia.

—¿Debo hacer algo? — preguntó.

—Al suelo, ahora.

Él se lanzó al suelo y la gente lo vio, incluso Matt y su amiga voltearon a verlo.

—¡Mi espalda, es lumbago! — gritó papá. Los guardias se acercaron y yo tomé mi móvil para fotografiarlo en el suelo con Matt y la rubia viendo hacía acá.

—¡Papá! Le diré a tu doctor. — mentí. Le guiñé el ojo y él se levantó.

—Dios. Me siento mejor. No lo llames, cariño. Ya estoy mejor.

Todos nos observaron como a dos bichos raros, pero yo agradecí que papá estuviese dispuesto a hacer el ridículo por mí.

—Gracias, papá.

Adjunté la fotografía y le pregunté a Nat sobre eso. Ella dijo no tener ni la menor idea.

No es que me interese lo que sucede con Melina, pero es la madre de Natasha. Sé que a ella le interesa, mi contacto cero ha funcionado tanto que entendí de forma fácil todo lo mal que estaba lo que ocurría.

Sé que me dejé manipular por mis falencias de afecto maternal.

Pero estoy mejorando.

[•••]

Natasha.

Me senté en el sofá del departamento y fui a la habitación de papá. Vi sus maletas y las cosas que ha traído de su ciudad, él aún no regresa, podría revisar sus cosas o fingir demencia respecto a mis raíces o lo que sea que espero averiguar siendo una detective dentro de las cosas de Alexei.

—Bien... Dame una señal, señor. Si estás allí... — comencé yo y suspiré. Pasé por el costado golpeando el mueble de la ropa con mi trasero, lo que ocasionó que una fotografía cayera desde allí. — Eso fue rápido.

La tomé.

Una mujer pelirroja sonreía abrazando el cuello de mamá. Su cuello tatuado y sonrisa amplia.

Es ella...

Se veía como alguien interesante. Probablemente debe tener la misma edad de Melina.

Ella es mi madre.

Giré la fotografía y al reverso decía su nombre. Lo leí, pero luego de eso volví a dejar la fotografía en su sitio.

Ella se veía como una mujer exitosa, y seguramente lo era, pero no era mi madre. Volví a tomar la fotografía y se la envié a Wanda antes de guardarla otra vez.

W. Wow. Es idéntica a ti, Nat. Es... ¡Eres su clon!

Suspiré. Lo noté. Somos exactamente iguales. Si alguna vez creí que me parecía a Melina o papá, estaba equivocada.

Claro, Melina no es mi madre, pero pensaba que en algunas cosas podíamos parecernos, pero no...

Nat. Pero no es mi madre. Es una extraña, que no me amaba lo suficiente como para cuidar de mí.

Extraño a mamá.

Extraño tanto a mamá que me gustaría que ella siguiera siendo mi héroe. Me gustaría entender la forma en que actuó, porque aunque no la justifica, ella creyó que sí, sé que es basado en un trauma, pero es horrible...

Sé que mamá necesita alguien que en serio la quiera, y luego de papá, luego del imbécil de Matt, y el ver a su familia desmoronarse, estando embarazada... No debe ser fácil y claro que me gustaría estar con ella y apoyarla, pero no puedo, sin embargo estoy en el departamento de un señor que ni siquiera está aquí conmigo y planea regresar pero no sé cuándo ni tampoco me interesa averiguarlo.

Me senté en la cama y me sentía agobiada. Extraño los abrazos de mi madre.

Nat. Tal vez ambas necesitamos terapia, mamá. ¿Podemos hablar?

Sequé mis lágrimas.

De no ser porque tengo a Wanda, creo que me hubiese desmoronado antes.

W. Tengo una idea y dinero. ¿Quieres que vaya a pasar la noche contigo? Será divertido ;)

Sonreí.

Mi chica.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo están? Pregunta, ¿quiénes aquí están leyendo "her"? ¿Qué les está pareciendo?

Hace unos días estuvo de cumpleaños (cumplió 71) una super lectora, xlvslizzie <3 mi anemix linda, tqm, me hacía falta dedicarte un cap después de todo un año saltando de fanfic en fanfic <33

—Codito.

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