52.
Natasha.
Mientras comíamos, Matt no dejaba de insistir en que mamá debía alimentarse mejor, lo cual en un inicio era tierno, pero luego comenzó a ser molesto. Aquellos comentarios también pueden llegar a ser culpables de un desarrollo a un trastorno alimenticio, no es justo de su parte insistirle en comer.
—Cariño, debes alimentarte mejor. — insistió él.
Mamá sonrió algo incómoda y Yelena mordió nuevamente de presa de pollo. Le gusta bastante cuando mamá decide comprar pollo.
—¿Nutella, me das otra alita?
Sonreí. Le di otra y mamá me observó en sillencio. Luego a Yelena.
—Su madre y yo queremos comentarles algo.— dijo Matt.
Mamá no se veía convencida. Seguramente o van a casarse o...
Observé a Yelena y después a mamá quien me observó con una mirada que no pude identificar. ¿Qué está sucediendo?
—¿Qué sucede?
—¿Matt, me das otra alita? — preguntó mi hermana quien parecía querer guardarlas todas para ella.
—Claro, pequeña.
Matt le extendió más pollo frito a Yelena mientras mamá parecía pensar una vez tras otra lo que debía decir. Enarqué una ceja, mamá comúnmente es muy directa. Algo le ocurre.
Me hace creer que incluso sospecha de que Yelena y yo hemos visto a papá dos veces más. En las que únicamente Yelena ha hablado, pero he sido su cómplice, supongo que eso cuenta dentro de todo.
—¿Sucede algo? — insistí. Matt tomó la mano de mamá y entrelazó sus dedos. — ¿Van a casarse?
—¡Eh, Matt, consíguete tu propia mami, es mi mami!
—Sobre eso... — comenzó él. Mamá y yo cruzamos miradas. — Su madre y yo estamos en cinta...
Mi mandíbula cayó un poco. Definitivamente esto no era lo que esperaba. Estaba lejos de ser lo que yo esperaba...
—¿Qué es eso? — preguntó Yelena desinteresada mientras mordía otra alita.
—Bueno...
—No es nada, amor. — mamá interrumpió a Matt. Apoyé mi mentón en mi mano. — ¿Disfrutas de tu pollo?
—Ajá, mami. Es sabroso.
Okay. Sé que mamá tiene derecho a rehacer su vida, está bien, pero... ¿No está siendo todo bastante apresurado? Y además... Un bebé, ella... Ya casi va a tener cuarenta... Yelena es grande y Matt viaja bastante, ¿qué se supone que harán con todo eso? y todo lo que conlleva un bebé... Cuidarlo y... Joder.
—¿Y bien? — preguntó Matt emocionado. Observé a mamá.
—Es una buena noticia... — murmuró y me levanté a abrazarlos a ambos. Incluso luego de sentir que la sorpresa parecía aplastarme un poco, no por mí.
Estoy grande, no es que esté celosa del nuevo bebé. Me preocupa Yelena y...
—Felicidades a ambos... — murmuré. Mi hermanita seguía muy en lo suyo, mamá la observó en silencio, me sonrió.
Es extraño que todo se esté dando de esta forma tan... Peculiar.
—¿No creen que es pronto?
—Este tipo de regalos jamás son demasiado pronto. Además... Tú madre y yo creémos que si nos hemos reencontrado, ha de ser por algo en particular. Ambos queremos formalizar, no estamos en edad de un juego de niños.
Asentí de forma lenta. Matt habla por mamá. Está claro.
[•••]
Melina.
Observé mi reflejo otra vez. Náuseas, malditas náuseas.
—¿Mamá? — oí la voz de Natasha tras la puerta de mi habitación.
—Sí, amor.
—¿Puedo pasar?
—Adelante...
Ella avanzó por la habitación y se sentó en la cama mientras yo acomodaba algunas cosas de mi guardarropa. Mi hija me veía, podía notarlo, ella desea decirme algo dificil, de lo contrario ya me lo habría dicho y se hubiese ido. La conozco tanto...
—¿Y bien, cariño? ¿Qué te trae a la habitación de mamá?
—¿Estás feliz de tener otro hijo? — preguntó y yo no supe como aquella pregunta pudo sonar tan difícil de contestar. — Es decir, no juzgo que... Sé que debes continuar con tu vida como Melina, pero si esto es porque me queda sólo un año aquí, o por apresurar algo con Matt... Mamá, no era nada nece...
—Sólo sucedió, e intento tomarlo de la mejor forma, amor. No lo planeaba, pero Matt es un buen hombre. Será un buen padre... — murmuré sincera. Matt será un buen padre, porque es un buen hombre, sé aquello, pero no es algo que sinceramente parezca estar ocupando mi cabeza en exceso. No me quitan el sueño, ni Matt ni el bebé...
—¿Mejor que papá?
Mi hija no siguió observándome.
—Amor, es tu padre. No hables así de él...
—Se fue. Te dejó con dos hijas y...
—Las mejores hijas del universo, Natasha. Se fue, pero me dio la oportunidad de ser madre... La oportunidad de...
—Mamá, dejaste un trabajo en Canadá porque esperabas a Yelena... Entraste dos años tarde a la universidad, sólo porque deseabas cuidar de mí, mamá. Eso es...
—Lo que hice por amor a ustedes.
—Y por falta de amor propio. — insistió. — Él no te merecía en lo absoluto. Eres demasiado, lo eras en aquél momento y tú no...
—Nat, por favor. Es tu padre. ¿A qué viene tanto odio? Ni siquiera lo recuerdas...
—Recuerdo, mamá. No soy Yelena. — insistió.
Si bien Alexei fue un pésimo novio y esposo, fue un buen padre. Amaba a sus hijas, y no me gusta que ellas crean que porque lo nuestro no funcionó, ellas deben odiarlo. Fui muy feliz con él, por todos esos años en los que estuvimos juntos... Fui feliz.
—Cariño...
—¿Por qué defiendes tanto a alguien que te trató de esa manera?
—¿Cuál manera, amor? — insistí fingiendo desinterés. No me gusta hablar de Alexei, evito el tema, porque aún duele.
—Mamá. Él fue un adulto y tu una niña, te dio dos hijas y se fue. Te hizo saltar etapas que no debías para luego abandonarte, obligándote a crecer de golpe. Jugó contigo. ¿Por qué finges que no?
—Ay, amor.
—Mamá.
—Estaba enamorada de él, cariño. No es que no quisiera estar con él...
—Él te trataba como su juguete. Nadie en su sano juicio y con aquella edad, estaría con alguien dieciséis o dieciocho años menos, mamá.
—Cariño, estaba muy enamorada de tu padre. Éramos una pareja y...
—Pareja, eran un matrimonio.
—Exacto.
—Porque él era un adulto que te alejó de tu familia, te llevó a vivir a otro estado y se casaron cuando aún eras menor.
—Nat, las cosas...
—Mamá, él era un mal esposo, mal hombre y además eras men...
—¡No era menor de edad! — me quejé. Me arrepentí casi de inmediato. Eso no debía decirlo.
—Me tuviste a los diecisiete, mamá. Claro que sí...
Suspiré.
—Sí, pero no todo fue como tú crees que fue. Eras pequeña. La relación que tuve con tu padre es algo únicamente que le corresponde analizar a él y a mí. Ustedes no tienen que ver ni deben tomar partido por uno u otro.
—Pero mamá...
—Yo las crié, quiero pensar que he hecho un buen trabajo, porque eso siento, pero de no ser por él, ninguna de ustedes habría llegado a mí. No sería la madre afortunada que soy, no sería la mujer más feliz del mundo cada que Yelena o tú me llaman mamá. No quiero borrar eso, ni creer que fue algo malo, porque no lo es.
Suspiró.
—Ahora, deja de... Intentar comparar cosas. Tendrán un hermano o hermana si todo sale bien, me aterra tanto como a ti. Pero Matt no es como tu padre ni yo sigo siendo aquella Melina.
Mi hija asintió. No la veo convencida.
—No creo que... Estés segura de esto.
—Amor, haría lo que fuese porque me creas. Sé que es difícil a veces, porque... Soy una adulta y las emociones son difíciles de exteriorizar, pero por ti y Yelena yo...
—Darías la vida. Lo sé. Harías de todo por vernos felices, por eso nosotras amamos verte feliz, mamá. Te amo demasiado y necesito saber que crees que es la decisión correcta...
Ella me abrazó. Con tanta fuerza que creí que lloraría... En serio, daría mi vida por mis niñas... Nada me ha hecho más inmensamente feliz en la vida como el regalo de ser la madre de ambas... Mis niñas. Mis pequeñas...
—Las amo, cariño. Un bebé nuevo es alguien más a quien amar incondicionalmente... ¿No es eso lindo? — pregunté segura de mi misma. Segura de que quería darle seguridad a mi hija...
Pregunté eso aún sabiendo que moría del susto. Que deseaba no volver a ser... Parte de esto.
[•••]
Wanda.
—¿Y bien? ¿Qué opinas? — Charles dejó su guitarra de lado.
—Una puta mierda.
Él comenzó a reír.
—Que sincera, pero poco constructiva. No sirves para esto.
—Que es broma, que lo has hecho bien. Me ha gustado. — sonreí. — Me gustaría ir a aquél bar a verte.
—Lleva a Natasha.
—No, ya llevé a Melina una vez. No quiero llevar a Natasha allí también. Se merece algo diferente.
Charles sonrió de costado.
—No me habías dicho que planeabas invitarla a salir, Wanda. ¿Ella y tú son...?
—Amigas.
—¿Por qué sería malo que lleves a tu amiga a donde fuiste con tu ex... Algo?
—No, sólo que es su madre. Eso ya lo hace bastante diferente, peloncito. Entiende aquello, no es por no querer verte. No quiero que sea...
—Poco especial con ella.
Asentí. Él sonrió.
—Si fuese sólo tu amiga no te importaría. Ya dime qué sucede.
Sonreí algo agobiada por tanta insistencia. Hice una mueca.
—Lo que tienes de pelón, lo tienes de chismoso, tío Charles.
Él sonrió de forma amplia.
—Hace mucho no me llamabas tío...
—Eso eres, ¿no? — pregunté levantándome de su sofá mientras fingía que me importaba ver sus fotografías y que alguna llamó mi atención. Observé una en particular mientras intentaba que el silencio meloso de nuestro extraño reencuentro familia no me abrumara. — ¿No es ese Alexei Romanoff? — pregunté recordando el rostro de aquél hombre rubio y algo que conocí al ir en busca de mis Romanoff favoritas.
Lo he visto casi tres veces. No desde cerca, pero sí desde el descapotable donde espero a Yelena y Natasha. Ambas parecen emocionadas con su padre... Nat un poco menos, pero sé que sólo lo aparenta. Claramente disfruta de tener a su padre cerca, es su padre...
—Sí, fuimos... Somos amigos, pero no hablamos hace unos meses.
—¿Por qué no se lo dijiste a Natasha?
—Primero quería preguntarle si era la misma Melina que yo ya conocía de alguien más...
Aparté la mirada.
—Oh.
—¿Sabes? Tanto esa chica como tú, necesitan ayuda psicológica, Wanda.
—Yo ya estoy recibiendo ayuda. Al menos no he querido acercarme después de aquella audiencia, y sólo volveré a...
—Ella no, y el problema en que hagan un contacto cero de esta forma, es que al volver a encontrarse... O caes tú, o caen ambas.
—Bueno, no ha de ser difícil o algo, creo que... Puedo ignorarla lo suficiente como para que no me duela, o...
—Cariño, es tan fácil decirlo o pensarlo en un momento en el que no estás dentro de esa situación... Yo eso pensaba sobre lo que sentía por tu padre. — murmuró.
—¿Cómo lo conociste?
—Fue mi primer novio.
—¿Y mamá qué...?
—Tu madre también se enamoró de él...
—¿Al mismo tiempo?
—Algo así. Tu padre no tiene a la familia más abierta de mente, y yo tampoco... Ellos sabían. Arreglaron que tu madre se casaría con Erik, y me enviaron a estudiar a otro sitio, cuando regresé... Él estaba enamorado de tu madre, y tu madre de él... No había mucho que hacer. Ustedes estaban próximos a nacer, y yo estaba feliz de convertirme en tío. Amaba a tu madre, la sigo amando aún... Ella no tuvo la culpa.
—Papá sí.
—Hasta cierta parte... Él sólo quería ser feliz. Eran otras épocas, era eso o no hacer nada por su vida, al menos a mi me costeaban los estudios, a él no... Y nadie iba a querer darle trabajo a un homosexual... No en ese entonces...
El dolor que podía notar en su mirada hablaba mucho más que cualquier momento en el que llegué a odiar su historia con papá.
—¿Mamá supo alguna vez sobre...?
—Tu madre iba camino a decirle a tus abuelos... — murmuró. — Tu madre lo supo y... Lo primero que hizo fue ir a abrazarme, pedirme perdón... Ella estaba tan decepcionada de nuestra familia y de sí misma... Ella no tenía la culpa.
Mordí mi labio inferior e hice un puchero.
Mamá...
—¿Por qué no me lo dijeron antes? — dije con un hilo de voz.
Charles se encogió de hombros.
—Necesitabas tener un villano... Tu madre era como tú... No queríamos que acabaras como ella...
Suspiré.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Cómo están? ¿Ya leyeron el cap de her? Lamento no haber publicado ayer, tengo un resfriado que parece estar consumiéndome 😩
—Codito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top