44.
Wanda.
—Los policías aseguraron que fue un recién llegado quien ha disparado en contra de su compañero Walker. Las demás balas fueron para ordenar la situación...
—¡Anda! Disparar a estudiantes de escuela, los policías son bastante listos. — giré los ojos. Vi como la directora se sorprendía ante mi respuesta. — Creo que no era demasiado difícil pedirnos la identificación y preguntar si habían adultos cerca. Muchos ya somos mayores de edad.
—Tener diecinueve no le da paso libre al mundo de los adultos, señorita Maximoff. — me regañó Melina quien se encontraba junto a la directora. A su lado el maestro Rogers seguido de Strange.
—¿Ah, no? Yo pensaba que ya podía relacionarme con adultos. Lo tendré en consideración. — contesté molesta.
Y es que sinceramente, las actitudes de mierda que ha tenido Melina al ignorarme, me han cabreado, pero más idiota he sido yo, porque insisto en buscarla.
No pueden culparme de todas formas, Pietro ha dicho que cree que dependo emocionalmente de ella, porque tengo traumas no atendidos sobre la muerte de mi madre. Gwen concuerda.
Ambos quieren estudiar psicología, supongo que intentan que sea su primer paciente, pero es que luego de todo... Sé que hay cosas de Melina que son bastante... Hostiles, pero aún así tengo una pequeña esperanza de que ella podría ser mejor... Quizá porque una parte de mí, la extraña.
—Maximoff. — habló Walker y levanté la mirada. Me lanzó una coca cola. — Gracias.
Asentí lentamente y pasó por un costado hasta sentarse lejos de Thor, el rubio de cabello largo a quien habían encontrado hasta los pies de drogas, tenía prohibido acercarse a Walker, ya que lo agredió en la fiesta, y lo usó de escudo para evitar que el disparo del policía lo dañara. Thor es un amigo de mierda para Walker. Walker es un amigod de mierda también.
—¿Quieres? — pregunté a Gwen en un susurro.
—¿Vas a dejarme beber de tu coca cola? ¿Tienes fiebre? — preguntó burlona.
—¿Quieres o no? — me quejé. Ella tomó la botella y comenzó a beber mientras su expresión se relajaba. Debido a la ansiedad de aquél día, el cuerpo de Gwen comenzó a tener problemas de deficiencia con el azúcar, debe seguir un tratamiento de seis meses y esperamos su recuperación. Por lo que constantemente debe estar midiendo su azúcar en sangre. — Nos han citado para dejarnos en claro el por qué no debíamos recaudar dinero así sino podando jardines por diez dolares.
—De cualquier forma el dinero nos dejó para pagarle a mi abuela, lo que consumimos y la graduación. — dijo con emoción. Sonreí, me apoyé en el hombro de Gwen, vi a Melina apartar la mirada. ¿Cuál es el punto? Evita vernos, pero sé que le molesta.
Crónica de una cáncer frustrada. El don de la manipulación y muchas cosas más que Gwen atribuye a traumas con su antigua relación... Yo elijo culpar a su signo y lo poco compatible que somos.
—Alguien está celosa.
—Me importa una mierda. — contesté molesta. Es que sinceramente en la escuela parecía que todo me importaba menos cuando se trataba de Melina, pero en la soledad de mi cuarto era cuando las lágrimas hablaban todo lo que yo las limitaba. — No tenemos cinco años.
—Sobretodo ella, eh. — murmuró Gwen y no pude evitar reír. — No te rías de tus traumas, idiota.
Hice un puchero, ella sonrió. Melina nos hizo callar, giré los ojos.
—Maximoff, te veré en mi despacho al acabar la reunión. — me regañó y todos oímos un "uh" tenso de parte de cada uno de los chismosos que hago llamar compañeros de clase.
—Tengo cosas que hacer.
—Sí, recoger tu papel de detención. — insistió y pasó por el costado.
—Son sólo tetas, no tiene corazón bajo eso. — susurró Pietro. Lo observé y Gwen asintió. Dejé ir un suspiro.
—Pudieron poner en riesgo la vida de muchos más estudiantes. Algunos de otras escuelas y algunos menores de edad. Jovenes de dieciséis y diecisiete.
—Pues no somos sus padres. — se encogió de hombros Parker. — Ellos han llevado cédulas falsas, si los padres los dejan salir, asumen que están entrando mientras mienten. No debo conocer a cada niño de la ciudad.
Algunos aplaudieron la opinión de Peter. Gwen enarcó una ceja, pues el castaño siempre era callado pero hoy extrañamemte decidió que no quería serlo.
—Creo que me excité. — murmuró Pietro observando a Parker.
—Y yo. — contestó Gwen.
—Hasta yo y soy lesbiana... — mencioné extrañada.
Parker se acomodó en su asiento quitándose el beanie, su cabello se despeinó y notamos que bajo lo que cubría su frente, se veía un corte en su ceja, bastante fresco, igual que el que tenía en el labio.
—Invitalo a salir.— murmuramos con Pietro y Gwen se sonrojó.
—¡¿Qué?! ¡¿Yo?! — susurró espantada. Melina volvió a acercarse.
—Señorita Stacy, debe salir de este sitio. Hacen demasiado ruido. — murmuró. Cruzamos mirada, no moví ningún músculo de mi cara. Estoy molesta, quiero que lo note.
—Okay. — murmuró Gwen tomando sus cosas.
Levanté la mano.
—¿Cuál es el punto de la asamblea? ¿Decirnos porqué ustedes están bien y nosotros mal? ¿Es eso?
—Es porque tomamos una decisión debido a los asuntos ocurridos la noche del sábado. La graduación será suspendida, incluyendo el baile. — dijo la señora Barton.
—¡¿Qué?!— se escuchó de una parte masiva del auditorio.
—Silencio. Silencio, muchachos. — pidió Rogers.
—Hemos tomado la decisión como comité, y no pretendemos dar el brazo a torcer, jóvenes. — mencionó Strange. Rogers nos observó con tristeza, él no estaba de acuerdo, pero nos lo advirtió.
—¡Y una mierda! — dijo Thor molesto. Salió del auditorio y con él todo mundo comenzó a levantarse. Pietro tomó mi mano y me ayudó a salir antes de que una orda de estudiantes molestos nos aplastara. —¡No pueden quitarnos esto! ¡Lo esperamos por años!
Ruidos de aprobación sonaron. Gwen tomó mi brazo y con Pietro del otro avanzamos hacía delante.
—¡Debemos revelarnos! — contestó Danvers.
—¡Sí! — gritaron otros. Observé a Gwen espantada.
—Si Thor está delante de esto, será peor para todos. Ve. — dije segura.
—No, yo... Estoy acostumbrada a nuestro salón, aquí hay dos salones más. — se quejó espantada.
—Son quince estudiantes por salón, Gwen. No es la gran cosa.
—Ven conmigo entonces. —pidió.
Suspiré. Sé que esto podría traerme más problemas con Melina.
—Gwen...
Pietro empujó levemente a Gwen y la hizo tropezar al escenario pequeño del patio. Thor le extendió la mano, Gwen intentó hablar, pero ni a Thor ni a ella obedecían.
—¡Otra vez aquella rubia! — gritó molesta Sharon Carter. Su novia también comenzó a abuchear. Okay, me enojé.
Observé a Pietro, me dejó el camino libre, cuando vi que algo era lanzado al escenario, subí y lo tomé entre mis manos antes de que ensuciara la ropa de mi amiga.
—¡Silencio todos! — dije de forma alta, para que escucharan, pero no hablé demasiado fuerte para que sea un grito. Poco a poco empezaron a callarse. Compañeros de volleybal comenzaron a pedir a los demás grupos que hicieran silencio. — Si no podemos organizar esto, no llegaremos a nada. — extendí mi mano a Gwen y la hice pasar delante de mí. — Y nadie mejor que la presidenta de nuestra clase, necesito al delegado de cada salón aquí para llegar a un consenso de lo que haremos antes de actuar por actuar. — vimos pasar al grado de Natasha observando lo que hacíamos. La vi observarme, le sonreí, pero aparté mi mirada en cuanto vi a Darcy. Los ojos se fueron a aquél grupo. Malditos chismosos. — Ojos aquí. — me quejé. Todos volvieron a centrarse delante. — Gracias. Ahora, como decía, delegados, hablen con Gwen, apelaremos a esto, no es justo que nos quiten algo por lo que nos hemos esforzado años, aguantando un estúpido sistema escolar inútil y abusivo, únicamente para no tener lo que necesitamos, algo tan simple. Las cosas se salieron de control, asumamos el error, pero busquemos un castigo justo.
Todos aplaudieron de forma inmediata, bajé la mirada a Gwen y ella sonreía.
—Tienes el don de la palabra.
—Tengo el don del engatusamiento.— me burlé. — Ahora, todos a su salón, no actuaremos de inmediato, hagamos ver que somos más listos de lo que creen. Nos están juzgando injustamente. — hablé más fuerte. — Ahora, a sus salones.
Bajé del escenario y pasé junto a Odinson y Loki. Ambos me observaron sin cuestionarme, al fin parecían respetarme otra vez.
—No tienen nada que decir... —murmuró Gwen.
—Ya, eso parece, ¿no? — me burlé. A lo lejos vi a Carol, aunque deseaba acercarme, no lo hice.
[•••]
Natasha.
—Hey, Nataska. ¿Cómo estás? — habló Wanda. Vi a Darcy dejar de observar las cosas en su casillero y a mamá sacar su café de la máquina.
La observé molesta.
—¿Qué?
—Que cómo...
—¿Por qué me hablas siquiera? —pregunté en el mismo tono.
—Porque me importa, quiero saber como estás.
—No te lo diré. — me quejé y ella me observó extrañada. — Déjame en paz, Wanda.
La castaña suspiró. Fui hasta Darcy, ella me observó con una sonrisa.
—Le dejaste todo claro a Maximoff, Natalia.
—Ya, es que quiero que deje de molestarme. No lo entiende. — mencioné. — He olvidado mis cosas, iré por ellas y luego veré algo donde mamá, ¿le dirías al maestro que llegaré unos minutos tarde?
—Claro, cielo. Con gusto.
Darcy besó mi cabello, se dio media vuelta y avanzó al salón, yo avancé hasta el auditorio, abrí la puerta de forma suave y vi a la chica castaña observarme con una sonrisa.
—Buena actuación. De seguro hasta tu madre se lo ha creído. — dijo observando su móvil con una sonrisa. —¿Una coca cola antes de clase? — sonrió elevando dos. Suspiré.
—Bien, ya he dicho que llegaré tarde. ¿por qué no?
Me senté a su lado.
—¿Qué tal está tu mamá luego de la fiesta?
—Ella fue quien ha pedido que tomen acciones aquí, porque sabe que he ido. Lamento eso.
—No te preocupes. Yo también me preocuparía de mis hijos si tuviese. Eso sólo habla bien de ella como madre.
Asentí. Es verdad, mamá estaba espantada al verme llegar en el auto del tío de Wanda, quien fue llamado desde la estación para recoger a Wanda. No porque Wanda fuese obligada a declarar, sino porque cuando llegaron los policías de la ciudad, acabaron por constatar de alguna forma que estuviesen bien los estudiantes que se encontraban allí, y claramente Wanda estaba bastante golpeada. La abuela de Gwen demandó al departamento y aún está en proceso, probablemente pierdan el trabajo. Lo que se desconoce es quien denunció la fiesta.
—Ya. ¿Estás bien? — pregunté y ella se dejó caer sobre el escenario. — Lideraste bien todo. Eres una gran líder.
—Deberías intentarlo. — murmuró. Suspiré. Nuevamente con eso.
—Debería...
Nota de autor:
¡Nos leemos mañana!
—Codito.
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