17.
Natasha.
Suspiré viendo la hora. Mamá no ha llegado, no contesta los mensajes y he estado esperando por mucho rato.
Sé que los deportistas están de fiesta, probablemente Wanda también lo esté, no he querido mensajearla aún, ya que esperaba que mamá llegara y poder aunque sea ir a felicitarla, estaba segura de que ganarían, y así fue, ella es increíble en ello.
—¿Ya volvió mamá? —preguntó Yelena y yo negué. Ella dejó ir un suspiro.
—¿Tienes sueño? —pregunté. Mi hermana asintió. —Puedo dormir contigo, cariño.
Ella negó.
—¡Quiero a mamá, Nutella!
—Ya, peque, lo sé... —murmuré y la vi hacer un puchero.
De pronto el ruido de la entrada nos llamó, Yelena espantada subió sobre mi regazo, sonreí al verla aferrarse a mí.
—En casa. Ven, Mariah.
Enarqué una ceja y vi a mamá entrar con mi mejor amiga.
—Mira a quien me he encontrado, la he traído a casa un rato, podría quedarse a dormir contigo, ¿qué opinas? —preguntó con una sonrisa. Negué levemente sintiéndome extraña.
—Yo... Mamá, ¿dónde estabas?
—Me he encontrado con un ex compañero de la universidad, cariño. Me he entretenido charlando y al regresar he visto a Mariah, así que la he invitado a casa, ella iba caminando.
—Mi auto se descompuso. — habló mi mejor amiga.
—¡Mariah! — festejó Yelena corriendo hasta ella. Rasqué mi nuca. Vi la hora.
—¿Sucedió algo en mi ausencia?
—Iba a salir. No pude. — aclaré molesta.
—Oh.
Mamá avanzó hasta la cocina mientras Mariah jugueteaba con Yelena en sus brazos.
—¿Oh? — pregunté. Sentía que el sentimiento de ira me recorría el cuerpo. ¡Nunca había tenido una tarde tan frustrante! — Estaba preocupada por ti.
—Amor, sólo me tomé una tarde de reencuentro. Mañana no pasará.
—Mamá tenía algo importante para hoy.
—Nat, tu madre tiene derecho a salir con gente... —habló Mariah quien extrañamente parecía haber olvidado que me odiaba.
—Tú... —me giré a ella. —No te metas, ésto es de familia.
—Natalia Alianovna. —me regañó mamá. —No puedo creer que le hables así a Mariah, ella ha sido siempre muy atenta contigo. Discúlpate ahora.
Me sentí culpable. Me giré a Mariah y dejé ir un suspiro.
—Lamento todo. Tengo sueño. Me iré a dormir, nos vemos mañana.
—¿No quieres que me quede? —preguntó ella. Sentía la mirada de mamá clavada en mí. No entiendo ésta actitud. Me siento extraña.
—No... Hoy no, prefiero que invitemos a Clint el fin de semana y ya. —me acerqué a Mariah, besé su mejilla y la de mi hermanita. Iba saliendo de la cocina y mamá me llamó.
—¿No olvidas algo, cariño?
Me di media vuelta y caminé hasta ella. Besé su mejilla y seguí mi camino. No entiendo su actitud. No entiendo por qué no le interesa, yo hoy necesitaba que ella esté aquí...
Tal vez mi error fue no decírselo antes...
Me recosté en la cama y tomé mi móvil.
Nat. Lamento no haber ido :( mi madre acaba de llegar, y tuve que cuidar de Yelena, juro que sólo quería estar allí.
Suspiré dejando mi móvil de lado. No pasaron ni dos minutos cuando volvió a sonar haciéndome saber que Wanda había contestado.
W. Gracias al cielo estás bien. Creí que algo te había sucedido D:
Sonreí.
W. ¿Puedo llamarte?
Nat. Sí.
Sonreí con emoción al ver la llamada entrante.
—Hey. —saludé. — Felicidades. Otro partido que has ganado a la lista.
La oí reír.
—Pero no estabas tú en el público, te he extrañado, aunque gracias por la felicitación.
—Lo siento tanto... No he podido llegar, Yelena y...
—No debes darme explicaciones. Hablar contigo ahora ha mejorado enormemente mi noche.
—¿Lo dices en serio?
—Muy en serio, maestra Romanoff.
—Es lindo saberlo, cariño.
—¿Sabes? He estado pensando en lo de temprano y... — se quedó en silencio.
—Acabo de ver las fotografias del partido. —dije viendo la laptop y cambiando el tema de golpe.
Quería evitarme una conversación en donde ella me dijese que no desea nada serio conmigo y que podríamos ser amigas con derecho. Le temo a aquella conversación, no porque crea que realmente Wanda sólo utiliza a las mujeres, sé la fama que tiene, pero en éstos pocos días he podido confirmar que Wanda Maximoff no es nada de lo que dicen sobre ella.
—¿Y me veo sexy? —preguntó con su ego distintivo.
—Creo que sí, me gusta como te ves sacando. —mencioné. — He visto mejores.
Ella comenzó a reír y yo sonreí.
—Ya, eso no decías antes.
—¿Cuándo? —dije fingiendo ofenderme. —¿Dónde ha quedado eso de no tener memoria? Que maleducada.
—¡Ya, ya, entendí!
[•••]
—¡Estoy lista! —saludó Yelena entrando en la cocina.
—Bien, yo también. —dije tomando mi bolsa.
—¿No crees que serían mejor si yo las llevo a clase? —preguntó mamá. —De todas formas pronto sabrán que soy la madre de ambas.
Me quedé en mi sitio. Claro, tiene sentido, sin embargo disfruto de mi rutina.
—Yo creo que aún no es momento. —balbuceé.
—Cariño, ahorraríamos dinero y ustedes podrían tomarse unos minutos más para dormir, sobretodo... — señaló a Yelena con la mirada.
—¡Eh, que te he visto, mami! —se quejó mi hermanita y mamá sonrió besando su cabello.
—Ya, pero hoy... Hoy aún no acaba la semana. Que sea mañana, además si quieres puedes traer a Yelena a la salida, yo iré a... —balbuceé de forma rápida mientras mamá me miraba extrañada. — Lo de la óptica.
—Puedo llevarlas y...
—Saldré con alguien.
—¡Que yo quiero ir contigo, Nutella! —dijo Yelena y yo abrí los ojos espantada creyendo que se le escaparía el nombre de Wanda. —¡Seré buena!
Mamá me observó fijamente.
—Ves, llevaré a Yelena conmigo.
Me giré tomando nuevamente mi bolso.
—¿Puedes decirle a Mariah que venga hoy a dormir a casa? Quiero que platiquemos de lo que ha estado sucediendo entre ustedes.
—Mariah no me habla. Me sorprende que ayer viniera contigo, mamá. —me sinceré. Ella giró los ojos como si no me creyera. —Hablo en serio.
—Claro, luego de tu cita me avisas si sigue siendo igual. Es absolutamente tu tipo de chica.
Pasó por mi lado, mamá nunca había tenido aquella actitud molesta e insistente conmigo, menos sobre alguna persona.
—¿Disculpa? —pregunté. Ella se giró y tomó su bolso.
—Las acercaré al metro.
—No, detente allí. ¿Estás regañándome por tener una cita?
—No, creo que...
—Ayer tuve que dejar de lado el ver a la persona que me gusta por esperarte, creí que algo te había sucedido y estabas con un sujeto al que no recuerdas. —me quejé. — ¡¿Y hoy no crees que sea capaz de salir con alguien que no sea Mariah?!
Yelena nos observaba en silencio.
—Estás exaltada. Sólo señalé una realidad, cariño.
—Yelena, vamos.
Tomé la mano de mi hermanita y dejé a mamá en casa. Estoy... ¡Claro que estoy molesta! No seguiré discutiendo con ella. ¿Por qué cojones insiste tanto en la idea de Mariah y yo?
[•••]
Wanda.
—¿Puedes ir por mí luego de la psicóloga? —preguntó Pietro y asentí estacionado el auto. —Okay, ¿me esperarás?
—No me da el tiempo, debo llevar a una amiga a un lugar, pero vendré por ti, luego dejaremos a mi amiga en su casa y podremos irnos a la nuestra.
—Okay, gracias.
Pietro bajó del auto y lo vi alejarse. Hoy al menos me ha hablado. Desde ayer que he llegado a casa, no me dijo nada, además yo traía un humor muy de perros. No quería absolutamente nada con nadie.
Había discutido con la maestra Vostokoff, Natasha no fue a mi partido, y realmente me sentí decepcionada creyendo que como todos, tenía algo más importante que hacer, luego comencé a preocuparme y en cuanto llegue a casa, ya que no quise salir a festejar... Tenía un texto de ella.
Hablamos por teléfono hasta bastante tarde, mi humor mejoró notablemente.
Ella realmente me hacía bien, me hace bien. Me acerqué a la entrada y me senté a esperarla para llevarla a su salón, también quería llevarme a Yelena en brazos.
Disfruto muchísimo estando con la pequeña, he tenido menos sueños respecto a Peter y mamá, sobretodo dejando un poco el tema de su muerte, me relaja bastante estar cerca de la pequeña y su hermana...
—¡Wanda!
Vi a Yelena correr hasta mí impactando contra mi pecho, la abracé con fuerza y la pelirroja venía tras ella. Otra vez sin gafas y con un par de trenzas.
—Hey, peque. ¿Qué tal estás hoy?
—¡Feliz de verte! ¡Nutella ha peleado con mamá! —hizo puchero y yo la abracé con fuerza. Vi a la pelirroja acercarse algo desanimada. Estiré mi mano a ella y la observó con desconfianza, entrelacé nuestros dedos y la tiré hasta mi cuerpo para abrazarla. Natasha escondió su rostro en mi pecho y la vi cerrar los ojos.
Vi el auto de la maestra Vostokoff estacionarse detrás del mío, tragué saliva y susurré a Natasha que vayamos dentro. Ella asintió y vi como secaba algunas lágrimas de sus ojos.
¿Ella está bien?
[•••]
—Ya saben los ejercicios que deben realizar, quienes tengan la tarea lista pueden traerla para que yo la corrija.
La maestra Vostokoff no ha dejado de verme durante toda la clase, lo cual se ha vuelto incómodo, ya que yo he evitado verla, pero Carol no deja de mencionar que ella me observa. Walker y Thor se han sentado delante a orden de la maestra, Loki, Carol y yo estamos trabajando en los ejercicios que ha dejado.
—Yo también lo he notado. Acabo de mirar y está pendiente del grupo... —dijo Loki fingiendo estirarse. — Viene hacía acá.
—¿Qué?
Mi espanto se debía a la actitud pedante de Walker ayer por la noche. Walker es algo estúpido, pero es mi amigo, todos tenemos un amigo que es algo... Difícil de tratar, pero lo queremos, él es mi caso difícil.
—¿Maximoff, has hecho la tarea?
Tomé mi libreta enseñándole los ejercicios resueltos.
—¿Por qué no fuiste a enseñarlos cuando los pedí? —preguntó tomando la libreta y revisando cada uno de ellos. Su mano se posó en mi espalda y yo sentía que si me movía un sólo centímetro, una corriente eléctrica pasaría por mi espalda.
Ella realmente es atractiva, y el hecho de que ayer le he dicho que tenía desde antes un pequeño crush en ella, me ha hecho sentirme avergonzada, expuesta y sobretodo sensible ante cualquier interacción, por lo que la he evitado y ella ha estado de intensa viéndome toda la clase.
Probablemente busca que yo me sienta cómoda con ella, de todas formas es la maestra, debe querer que olvide el asunto. Ella es una adulta y es profesional, yo sólo una niñita que ella olvidará al acabar el año, tiene sentido que intente tratarme tal cual.
Es sólo que claro que la incomodidad la siento de cualquier forma.
Oh, joder. Me distraje.
—¿Y bien, Wanda?
Levanté la mirada algo perdida y me encontré con su busto. Decidí observar de forma nerviosa mis hojas.
—¿Me pidió otra tarea?
—No, quiero saber como vas con ésto y que tal te sientes para el examen de mañana.
—Yo... Bien, creo, sí... — hablé rápido. Melina asintió lentamente.
—Loki, supongo que mantendrás tus calificaciones perfectas.
Mi amigo asintió lentamente. Es excelente en matemáticas, pero pésimo explicando.
—Carol, necesito un poco más de esfuerzo. —mi mejor amiga asintió. Nos observó fijamente y se alejó no sin antes bajar su mano por mi espalda de forma suave. Tragué saliva y mis amigos dejaron ir una respiración pesada en cuanto se fue.
—Joder. ¿Qué sucede con la tensión sexual el día de hoy? —se quejó Carol. Giré los ojos y observé a Loki.
—Ella tiene razón. Yo... Lo noté.
¡Incluso el más escéptico de mis amigos hoy estaba en mi contra!
—Hagamos los jodidos ejercicios para mañana... Ya quiero salir a receso.
—¿Te verás con Romanoff? —preguntó Loki y no pude evitar sonreír. Levanté la mirada y en la mesa de frente, la maestra Vostokoff me veía en silencio. Apartó la mirada y... Se sintió extraño.
¿Ella acaba de darme una mirada de decepción?
—Sí, me veré con ella. Me está ayudando a estudiar.
Extraño...
[•••]
—¡Adiós, maestra! —se despidió Loki. Ella levantó la mirada y sonrió. Acabé de ordenar mis cosas y las tomé para salir del salón. Carol se despidió y luego me lanzó un beso que atrapé en el aire.
—Nos vemos mañana, maestra.
Me detuve dos segundos poco notorios en la puerta esperando oírla... No contestó. Decidió ignorarme sin apartar la mirada de sus cosas. Extraño...
¿Acaso he hecho algo mal nuevamente? ¡No lo entiendo, joder!
Seguí avanzando hasta llegar al final del pasillo, allí estaba la puerta trasera al anfiteatro, y el lugar en donde Natasha dijo que estaría.
Entré sin hacer demasiado ruido y la vi de espaldas viendo el telón abierto y todas las bancas vacías. El sitio es enorme.
Quiero asustarla.
Comencé a avanzar en sigilo mientras ella parecía perdida en sus pensamientos. Tomé su cintura y susurré un "¡Bu!", ella pegó un chillido y cubrió sus ojos rápidamente. Comencé a reír y vi como ella colgaba sus piernas al sentirme tomarla.
—¿Te asustaste?
—¡Eres una idiota, pude morir! —se quejó desesperada mientras llevaba su mano a su pecho.
Me gusta que pierda la paciencia. Es linda cuando se enfada.
—Ajá... Ibas a morir en mis brazos, muy romántico. ¿Quieres hablar de tu tristeza en la mañana?
—Yelena te ha explicado... Discutí con ella porque no pude llegar a tu partido.
Sentí culpa.
—Hey... No era necesario que vayas, sólo... Quería que estés allí, pero saber que querías ir es más que suficiente, linda.
Ella se quedó en silencio, sonrojada. Levantó la mirada y nos observamos fijamente mientras su espalda se pegaba a mi pecho.
—¿Puedo besarte? —susurré. Ella asintió, me acerqué a unir nuestros labios de forma suave en un inicio. Eran besos cortos. Poco a poco la intensidad de aquello fue subiendo, Natasha se dio media vuelta pasando sus brazos por mi cuello, yo tomé su cintura y hundí mi lengua en su boca mientras mantenía mis ojos cerrados.
No decíamos nada entre los besos, sólo nos observábamos en silencio y con sonrisas bobas. Nos sentamos en el suelo del escenario y nos acercamos para mantener los besos.
Solamente quería hacer ésto. Estoy preparada para el examen, a la mierda eso. Quiero besar a Natasha. Sólo eso.
—No entiendes lo feliz que me haces... —Susurré contra sus labios. Ella se veía algo nerviosa, pero me dedicaba sonrisas luego de acariciar mi rostro. Muchas veces me dijo que quería estudiar y yo la callaba con besos que no tardaba en corresponder. Acabamos recostadas en el suelo del anfiteatro. Ella aferrada a mi pecho mientras nos besabamos y ya.
No había mucho que decir. Mis ganas de estar con ella, ya decían demasiado.
[•••]
Natasha.
—Debemos irnos, la campana... —hablé y Wanda tomó mi cintura dejando un beso en mi nuca. Sonreí mientras arreglaba mi blusa que había quedado con polvo por recostarme en el suelo. —No has estudiado.
—Estoy preparada para el examen, maestra. ¿No confía en mí? —preguntó tomando mi mentón para obligarme a mirarla.
Y en ese momento tuve miedo.
Aquella pregunta parecía más profunda de lo que se veía realmente.
—Debemos irnos, cariño. —cambié de tema sabiendo que intentaba evitar preguntar qué estaba sucediendo entre ambas. Yo sabía lo que sentía, ella me gusta, me gusta mucho desde que la vi por primera vez... Pero Wanda... Jamás me había notado.
No antes de sus problemas con los exámenes y sabiendo lo insoportable que fui con ella al inicio..
—Siento que estás pensando demasiado en algo. —dijo ella acomodando su pantalón deportivo. Yo observé mi falda y negué. —Linda...
—¿Me llevarás a lo de las gafas?
Ella asintió lentamente. Se acercó nuevamente a mí y me besó otra vez. No quería aceptar que ella me removía por completo con cada beso, no es como que jamás haya besado a alguien, lo hice muchas veces. Mariah fue mi primer beso, pero jamás he tenido una novia, y jamás he tenido sexo, la forma en que simplemente con tantos besos podría haberme entregado a ella aquí mismo, me avergüenza.
—Bien, ya... —dije separándome. Ella me besó cortamente en los labios y tomó mi mano para salir del lugar.
Al salir sus amigos estaban allí, comenzaron a molestarnos y ella simplemente sonrió ante los chistes. Yo me sonrojé avergonzada y poco acostumbrada a ser el centro de atención en bromas de éste tipo de gente.
—Te acompaño a tu salón. —habló Wanda. Yo negué.
—Iré yo, no te preocupes.
Iba a alejarme, pero la castaña me besó delante de sus amigos. Sonreí y me alejé extrañada de aquello. Sus amigos se quedaron en silencio.
No era una sorpresa para nadie que Wanda tenía suerte con las chicas, pero jamás podrían verla con alguien, ella era demasiado cuidadosa en ello, nadie conocía una sola novia de la castaña. Sólo... Habían rumores, como los de ella y Sharon Carter en el baño de la escuela hace unas semanas.
O los de Agatha, Hope... Sylvie tal vez.
Entre otras...
[•••]
—Estuve con Wanda en el receso.—mencioné a Clint. Mariah levantó la mirada desde la mesa en que estaba, ni siquiera se ha acercado a hablarme. No entiendo su actitud. —Y nos besamos... Mucho.
Clint festejó con una sonrisa. Él siempre está feliz de verme feliz.
—¡Eso es grandioso, Nat! ¿Cómo te sientes?
—Extraña... No sé que quiere conmigo, pero... Me ha besado delante de sus amigos.
Clint abrió los ojos sorprendido.
—Ella jamás haría eso si fueses una más de la gente con la que suele acostarse.
—¿Soy especial entonces? Porque es extraño, me hace sentir así, pero...
—No confías del todo en ella.
—No es eso. —me excusé. Quizá no queriendo admitirlo.
—Nat...
—Simplemente no lo sé, Clint.
La pantalla de mi móvil se iluminó dejando ver un texto de Wanda. Clint sonrió burlón al verme sonrojar.
—Que melosas de mierda. Que asco.
Le enseñé mi dedo medio y tomé el móvil para leer y contestar.
W. Es aburrido estar en clases. Ya te extraño... Y tus besos.
Sonreí.
Nat. Y yo los tuyos, cariño.
Mordí mi labio inferior y Clint me observó con una mueca de asco.
—¿Qué?
—Que asco ver como tienes sexo por mensaje conmigo a tu lado, Natasha. ¿Acaso no te educaron bien en casa?
Recordé mi discusión con mamá y sentí culpa. Wanda me hizo sentirme de mejor ánimo, tal vez debería entender un poco a mamá... Ella no sabía que yo deseaba salir.
La campana sonó indicando que era la hora de salida, me apresuré a guardar mis cosas y huir del salón. Llegué a buscar a Yelena y la vi esperándome con una sonrisa.
Ambas nos apresuramos en llegar al estacionamiento mientras me comentaba lo que hizo durante el día. Al llegar, Wanda nos esperaba en el auto, Yelena corrió a ella.
Me gusta ésta dinámica.
Quizá podría acostumbrarme a Yelena y Wanda... Pero sobretodo a Natasha y Wanda.
[•••]
—Estas gafas... —Wanda tomó unas de color dorado y redondas. —Te quedan... Fenomenal.
Las puso en mí y me giré para verme al espejo mientras Yelena jugaba en el móvil de Wanda.
Sonreí girando mi rostro hacía atrás para verla.
—Me gustan...
Ella sonrió e iba a acercarse a mis labios, pero la detuve y señalé a Yelena. La castaña espero a ver a mi hermana bastante hundida en sus juegos antes de darme un corto beso y acercarse a mi oído.
—Mírate, chica linda...
Tomó mi cabello y soltó lentamente la trenza que había tardado en hacerme en la mañana. Acarició un poco mi pelo y lo tomó dejando una cola, luego separó pequeños cabello dejándolos colgando a los costados de mi rostro.
—Ya te he dicho que eres algo increíble... ¿No? —susurró y yo sonreí.
—Llevaré éstos.
Ella asintió y se dio media vuelta. Se encargó de pagarlos. Al salir de la tienda, nos dirigimos a la escuela nuevamente. Estábamos esperando a Pietro.
No veo a Pietro hace días, no volví a hablarle luego de aquella vez, se me pasó por completo... He estado pendiente de otras cosas...
En eso pensaba mientras veía a Wanda apoyar su cabeza en la mano que apoyaba fuera del descapotable, sus gafas y su cabello suelto al viento. Es linda, además de que usa la camiseta del equipo de volleyball y los músculos de sus brazos se ven increíbles.
—Oh, Sharon te ha enviado un mensaje. —dijo Yelena. No me giré, a pesar de que aquello me hizo apartar mi mano del sitio en donde estaba donde jugueteabamos con nuestros dedos. Ella me observó, fingí no notarlo.
—¿Y qué dice? —preguntó ella. Yelena la observó. —Léelo por favor.
—Que quiere verte y que por qué no has contestado a su nota.
—Dile que no me interesa hacerlo, porque ya no estoy disponible.
Me giré a ella y Yelena enarcó una ceja.
—Momento, momento... ¿Son novias?—preguntó observándome fijamente.
—¿Quién, yo? —pregunté sonrojada. Ella asintió. Observé a Wanda.
—Novias no, pero...
—¡Anda, se besan y se pasan el chicle! ¡Ya sabía yo que Nutella no era la única enamorada!
—¡Yelena!
Wanda sonrió de forma engreída y yo golpeé levemente su muslo. Ella comenzó a reír.
—¿Te gusto mucho, eh?
—Cállate. Joder.
—No, anda, dame un besito.
Negué y Yelena comenzó a exigirnos un beso. Wanda se veía divertida ante eso, suspiré y tomé su mentón, ella me besó.
—¡Se besan, se besan, se besan, se besan!
Al separarnos vimos a Pietro delante del auto. Nos observó en silencio, ni siquiera saludó al subir, fue incómodo.
El viaje se mantuvo en silencio, excepto por Yelena quien venía hablándole a Wanda, pero notaba lo tensa que la castaña se había puesto. ¿Acaso se ha arrepentido?
Al llegar a casa, pude ver a mamá y noté el auto de Mariah.
—Mierda... —me quejé.
—¿Sucede algo? —preguntó Wanda tomando mi mano para acariciarla. Suspiré.
—¡Nat, amor! —saludó mamá saliendo de casa.
—Yo...
Bajé del auto rápidamente, Yelena también y corrió hasta mamá abrazándola con fuerza.
—¡Mami, mira, ella es Wanda, la novia de Natasha!
Joder.
Wanda bajó del auto algo nerviosa, se veía sorprendida.
—Wanda. —saludó mamá. —Que sorpresa.
—Lo mismo digo... —se giró a mí. —¿No pensabas en decirme que tu mamá es...? —observó a mamá.
—Yo...
—¿No invitarás a tus amigos dentro? Mariah te está esperando, cielo. Te ha traído flores, un lindo detalle.
Observé el suelo avergonzada. No planeaba que ésto se viese así.
—¿Wanda? —habló mamá.
—Yo... No, debemos irnos... —señaló a Pietro. Yelena había huido dentro, yo aún veía mis zapatos. Se giró a mí unos segundos. —Luego te hablo...
La castaña se alejó sin despedirse de mí y yo avancé hasta mamá. No entiendo el por qué me he avergonzado tanto.
No sé si de mamá porque ahora Wanda sabe que mi madre es su maestra o por Wanda que... Es alumna de ella y... Todo ésto es extraño.
—Adiós.
Wanda subió a su auto y se fue luego de que mamá se despidiera de ella. Entré a casa y subí las escaleras viendo a Mariah allí.
—¿Podemos tener una tarde de amigas? —preguntó enseñando las flores. Suspiré.
No tengo muchas ganas de ésto siendo totalmente sincera al respecto.
[•••]
Wanda.
Al llegar a casa dejé mis cosas sobre el sofá sintiéndome miserable y extraña. Ya todo cobra sentido, la maestra sabe que me interesa su hija, y... Tal vez mañana debería hablar con ella y explicarle que mis intenciones no son malas.
Realmente aprecio a Natasha, y ella me hace bastante bien.
—Levanta tus mierdas. — se quejó Pietro. Agotada, por primera vez decidí contestar.
—¿Puedes dejarme en paz un puto segundo? Sólo quiero descansar mis pies.
—Me importa una mierda. Largo.
—¡Es mi puta casa también!
—¡Me importa una mierda! —insistió. Me levanté molesta.
—¿Cuál es tu jodido problema conmigo, Pietro?
—¡¿Y todavía preguntas?!
—¡Claro que pregunto! ¡Intento ser una buena hermana y no lo notas!
—¡Follándote a la chica que me gusta!
¡¿Qué?! ¡No he tocado una teta en días!
—¡Pero si no me he tirado a nadie! ¡¿Estás tonto?!
—¡Y Natasha está pintada en la pared!
Me quedé en silencio... Él...
No...
Yo...
Yo...
—Pietro... Nunca lo dijiste...
—¡Aléjate de ella, Wanda! —se quejó.— ¡Hablas de papá y Charles, pero eres exactamente igual!
—Es diferente...
¿Es diferente, no?
—¡Ella me gusta desde que llegamos aquí! ¡¿Entiendes cómo se siente?!
Pietro comenzó a llorar.
—¡Tienes a todas las chicas del mundo mientras que a mí, solo me notaba ella, y ya no!
Observé el suelo nerviosa. Yo realmente quiero a Natasha... De verdad, no miento...
—¡No entiendo por qué la quieres! No son similares, ella merece algo mejor. —se quejó mi hermano. —Merece una persona que... que...
Él comenzó a hiperventilar y me acerqué para ayudarlo con su respiración.
Mientras me cuestionaba. No quiero ser como Charles, pero... Tampoco quiero dejar a Natasha, ella me hace bien, y me gusta...
—Wanda, aléjate de ella. — mencionó mi hermano mientras yo lo recostaba en su cama. —Ella y tú son demasiado diferentes, sólo vas a lastimarla, no se lo merece..
—Pietro...
—No eres lo que ella necesita, Wanda. ¿Qué harás cuando ella note que no eres lo que espera? ¿Acaso le has dicho de mamá y de papá? No eres capaz de mencionar el tema.
Miles de ideas iban por mi cabeza. Pietro seguía repitiéndome cosas que probablemente yo sabía... Pero no quería asumir.
—Voy a dormir...
—Ella no va a confiar en ti, Wanda. No insistas.
Me alejé de Pietro, fui a mi habitación y me quedé viendo mi móvil.
Él quizá tiene razón.
Además Natasha ha discutido con su madre ayer por mí y... Oh, Dios. Le gusta a Pietro.
Hoy no quiero hablar con Natasha.
[•••]
Natasha.
—No quise mencionarlo antes... — comenzó Mariah y yo detuve la película. —Quiero hablar de... Wanda.
Giré los ojos.
Sé su opinión sobre ella.
—Lo que piensas sobre ella no va a cambiar el hecho de que yo la conozco, conozco a la verdadera Wanda.
—¿Estás segura de ello? —asentí. Mariah tomó su móvil. —Fui al partido ayer por la tarde. Ella sigue siendo la misma playboy que ha sido siempre.
Me enseñó la fotografía con las chicas de primer año. Giré los ojos.
—Yo también me habría fotografiado con ella.
—Nat, por favor. ¿De verdad te crees aquello de que ella cambió? ¿Eso te ha dicho?
—Lo ha demostrado. Ella no es como todos creemos.
Me enseñó otra fotografía. Wanda y Sharon Carter compartiendo una caricia suave de manos. Negué.
—Yo...
—Y pues los rumores de Sharon son reales, hablé con ella. Se frecuentaban en la escuela.
—Lo estás sacando de contexto...
—¡Natasha, soy tu mejor amiga desde hace años!
—Mariah, sé cual es tu visión sobre Wanda y...
—Piensa lo que quieras, sólo no vengas llorando luego.
Ella se fue molesta. Ya es muy tarde.
—¡Mariah!
La seguí, pero al llegar al primer piso, ella ya había salido por la puerta.
—¿Sucede algo, amor? —preguntó mamá.
Me paré delante de ella algo aturdida. Sentía que mi cabeza tenía demasiadas ideas dentro, una era que Wanda no me ha escrito, otra era que Mariah se acaba de enfadar luego de una tarde... Relativamente buena, y luego mamá sabiendo lo de Wanda.
—Mariah acaba de decir algunas cosas sobre Wanda...
—¿Quieres contarme?
—No quiero discutir... —mencioné.
—¿Por qué vamos a discutir, amor? No veo la razón.
Suspiré.
Ella tiene razón.
¿Por qué estoy tan a la defensiva?
—Ella me gusta y...
Mamá apartó la mirada observando sus manos en silencio, supe que algo andaba mal...
—No me apoyas...
—Yo... —levantó la mirada entre sus gafas. —Te apoyo en lo que decidas, siempre...
—¿Pero?
Ella suspiró y yo aparté la mirada sintiendo mi corazón hacerse pequeño.
—Wanda Maximoff es del tipo que no considero en tu lista de amores...
—Ella me gusta, mamá.
Mamá apartó la mirada incómoda. Ella estaba bebiendo, vi la copa de vino junto al sofá, acompañada de la botella.
—Yo la conozco, sé como es su trato a las mujeres... Unos besos, luego adiós, sexo y luego adiós. Es mi alumna, sé como ella y sus amigos se refieren a las mujeres... Incluso me tienen un apodo...
Noté la tristeza en su mirada.
No sabía de eso...
—Pero... Ella no es...
—Cariño, la conozco tanto como tú y....Yo no tengo una idea idealizada de ella en mi cabeza... Sé lo que es, convivo con ella...
Asentí lentamente.
Mamá jamás mentiría, ella simplemente cuida de mí.
Pero Wanda... Wanda no es lo que el resto ve en ella, yo lo sé... Lo he vivido también.
—Sabes que jamás te lastimaría, cariño... —Besó mi cabello. —Te apoyo en lo que decidas, pero... Cuídate.
Asentí lentamente y subí a mi habitación en silencio.
Hoy no.... No puedo hablarle... Ella tampoco me ha escrito...
Nota de autor:
¡Hey! ¿Cómo van? ¿Qué les pareció el cap?
Sólo como recordatorio, yo entiendo que pueden existir cosas en la trama que no les guste, pero yo los fanfics lo preparo al menos unos meses antes de sacarlos, ahora mismo estoy preparando algunos que probablemente nunca saque, pero es para que me entiendan y no me pidan "por favor no hagas esto" o "espero que x cosa no suceda" o "has esto rápido", porque esas son expectativas que no puedo rellenar en torno a las tramas :( y hace que se generen expectativas de algo que no ocurrirá, por lo que acaban abandonando la historia cuando yo les aseguro que tengo bastante que ofrecer :D, además creo que la premisa de éste fanfic está clara en la portada y el pequeño teaser que subí a tiktok hace más de un mes, por lo que ya no puedo cambiar eso, porque de ser así la historia perdería el sentido :(, lo aclaro porque en ocasiones, sé que aunque aquellos comentarios no son con mala intención, termino creyendo que no lo están disfrutando y me dan ganas de dejar el fanfic a medias y sacar otra idea que no sea ésta, espero que me entiendan :(, por otro lado también siempre intento cumplir algunas cosas que me piden y que sé que no afectarían directamente a la trama de forma agresiva, porque me gusta leer sus teorías y ver que les gustaría leer, porque yo obviamente escribo para mí, pero también para la gente que me lee fielmente y disfruta de lo que hago. Espero no haber sonado densx y que se entienda el mensaje <33 los tqm
—Codito.
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