1.
Wanda.
—¡Debes pasar el año con buenas calificaciones, Wanda! ¡No lo repetiré!—Gritó papá y su novio lo detuvo.
—Erik, basta de eso. Ella sabe, ¿lo sabes, no?—Preguntó Charles.
—¿Le sacas brillo a tu calva, no?—Pregunté burlona y él se sonrojó. —Es que me distrae.
—¡Wanda, ya!—Me gritó papá una vez más.—¡Estoy cansado de tu actitud! ¡¿Acaso nada te importa?! ¡No puedes seguir comportándote así!
Lo medité.
No, realmente no lo medité. Pero sinceramente no me importa. Eso debería ya tenerlo claro.
—En efecto mi queridisimo, Sherlock.—Giré los ojos.—¿Ya me puedo ir? Quedé de verme con un par de amigas antes de clases.
Me levanté con una sonrisa. Hoy Sharon Carter y Agatha Harkness serán mi cita, dos chicas, ¿no es genial? Soy genial. Soy muy genial, llevo un año aquí, y no hay mujer que se resista a mis encantos, ni hombres si es que estoy aburrida.
No me aburro demasiado. Me va bastante bien para no ponerle mucho interés, sólo tengo problemas en todos los tipos de matemáticas que me enseñan. No entiendo por qué tantos números, ¿y que los mezclen con letras? ¡Es una mierda!
—¡¿Crees que la muerte de Peter te da derecho a comportarte así?!—Gritó papá y me detuve.
Sentí mi mandíbula tensarse. Cerré los puños y contuve las ganas de girarme y golpearlo por mencionar a Peter.
—No lo metas en ésto.
—¡Claro que lo haré! ¡Ni siquiera respetas la muerte de tu hermano!
—¡Lo dice quien se está cogiendo al hermano de mamá!—Grité.—¡Quita sus nombres de tu sucia boca, Erik Lehnsherr!
Charles y papá me observaron en silencio.
—¡Mamá y Peter murieron hace dos años y tú ya te estás tirando a alguien más! ¡¿Creíste que cambiarnos de casa ayudaría a guardar tu secreto?! ¡Pues no!—Grité y tomé mi chamarra de cuero. Él intento hablar pero no sabía que decir, lo noté.—¡No me esperes, no llegaré temprano!
—¡Wanda!—Me llamó por última vez y dejé que la puerta se azotara con fuerza.
Es increíble. Él realmente es increíble. ¡¿Cómo se atreve a usar la muerte de mi hermanito en mi contra?!
¡Si alguien es culpable, es él! Joder.
Es un hijo de puta.
Todo lo que sucede es su puta culpa, desde la muerte de mamá hasta mis jodidas calificaciones. ¿Para que debo sacar buenas notas? ¿Para qué? Él destruyó a mi familia, vivía en una familia de mentira.
Mi hermanito murió.
Peter... Oh, Dios.
Me detuve en seco y pateé mi motocicleta bastante molesta. Me senté en la acera y encendí un cigarrillo mientras jalaba mi cabello y
Él sólo era un niño, debieron protegerlo más, papá debió divorciarse. No debieron llevarlo en el auto, incluso si perdía a mamá, Peter debería estar aquí, era sólo un niño. Joder. Era mi hermano.
Necesito despejarme. Subí a la motocicleta y encendí el motor esperando no llorar, no quiero pensar tanto en Peter y mamá o acabaré como Pietro.
Bien, Wanda. Disfruta a tus chicas antes de clases.
[•••]
Natasha.
—¡Buen día, mis amores!—Saludó mamá entrando en la cocina.—¿Se han despertado temprano?
—Sí, he metido a Yelena a la ducha. ¿Crees que puedas ir por ella a la escuela hoy? No quiero perderme la clase del último bloque.—Murmuré.—Y probablemente lo haga, no quiero dejarla sola en casa.
Mamá lo meditó y yo removí los cereales de mi plato con la cuchara un par de veces.
—¿Qué sucede?—Pregunté y ella se paró detrás de Yelena para comenzar a peinar su cabello en trenzas.
—Creo que puedo hacer un espacio hoy, tengo un permiso disponible. Tendré que encontrar una niñera para Yelena.
—¿Por qué? No, no deberías meter a una extraña a casa. Yo puedo...
—Cariño, tus clases requieren atención. Eres la mejor y lo sé, pero también mereces divertirte, y es algo que te haz perdido siempre por estar en casa cuidando de Yelena o estudiando. Sé que quieres ayudarme y te amo por eso, pero mereces descansar, ¿lo tienes claro, no?—Preguntó mamá y dejé ir un suspiro.—Las amo...
Besó el cabello de Yelena y luego se acercó a mí para besar el mío mientras iba en busca de su café.
—Sólo relájate hoy. Intenta eso, ¿sí?—Preguntó y yo asentí en silencio.
Tomé mi móvil y vi los mensajes de mis dos mejores amigos. Clint y Mariah.
Clinton. ¿Preparadas para hoy? Tendremos clase con los de la otra clase, la de último año D:
Maria. Son todos unos orangutanes. No me sorprendería que intenten golpearnos.
Giré los ojos. Mariah es algo exagerada, sin embargo creo que entiendo su frustración con los de último año, nosotros estamos a dos años de dejar éste mundo e ir a la universidad, y sinceramente nos tomamos aquello más en serio que todo el curso de último año. Lo último que se supo de ellos es que incendiaron el laboratorio al lanzar un cohete dentro y jugar con petardos a que estaban en una guerra.
Sin embargo hay excepciones, Pietro Maximoff es un muchacho al que conocí en la biblioteca hace un año, casi siempre está allí, le gusta la paz, es agradable... y bueno, su hermana...
Wanda. Wanda Maximoff es la absoluta reina del lugar. Es linda, atlética, tiene una motocicleta que la hace verse un cincuenta por ciento más sexy de lo que ya es, ¿cuánto es eso? ¿Un ciento cincuenta por ciento de sexy? Es demasiado.
Y no soy muy buena ocultando lo mucho que me gusta, la parte divertida y agradable, es que ella no me conoce. No me nota en lo absoluto y no soy del tipo de persona que entraría en su círculo o siquiera en su lista de posibles amantes, me conformo con observarla desde lejos e imaginar que cada una de sus sonrisas dulces son para mí, incluso si son para las porritas, algún chico con suerte o la despampanante Carol Danvers, capitana del equipo deportivo de natación. Mi mejor amigo los conoce, a todo aquél grupo de narcisos celestiales, ha ido a fiestas con ellos. Thor, Wanda, Carol, Walker, y todos los demás, sin embargo sigue siendo de bajo perfil...
Volví la mirada al móvil otra vez bajo la mesa.
Clinton. Lo único que deseo es ver a Pietro antes de volver a casa. Es mi novio, pero no lo sabe. (Real)
Maria. Sí, me pasa con Ana de Armas.
Sonreí.
—Cariño. No uses tu móvil en la mesa. Manos y ojos arriba.—Pidió mamá. Asentí lentamente bastante sonrojada.
—Sí, por supuesto, mamá. Lo lamento. Preguntaron por una tarea, son mis amigos.
—Los verás dentro de poco. Sabes que no me gustan los móviles en la mesa.
Asentí.
Espero llegar a la escuela pronto, y poder verla antes de entrar a clases, siempre es lindo verla ir hasta la máquina expendedora, buscar una coca cola y algunas galletas que probablemente acabaría regalando a los niños más pequeños de la escuela, es linda, incluso bajo aquella fachada de mujer ruda con ropa negra y gafas.
Suspiré y Yelena me observó con una sonrisa en los labios.
—¿Qué pasa, enana?
—Estás enamorada.—Susurró y yo me sonrojé. —A que sí.
—Yelena...
—No le diré a mamá.—Susurró con un puchero en los labios. Es adorable, y sabe que puede manejarme con aquello.
—Sí, ahora come.
Mi hermanita festejó y acabó su cereal mientras yo la observaba en silencio.
—¿Las llevo yo o se irán solas?—Preguntó mamá entrando nuevamente en la cocina.
—Iremos contigo, no me da tiempo para tomar el metro y todo eso. Bajaremos antes de llegar, así no...
—No hay nada de malo en ser hija de la maestra, cariño. ¿Lo sabes, no?
—No quiero que duden de mis capacidades con respecto al rendimiento. —Me encogí de hombros y mamá asintió en silencio.
[•••]
Wanda.
Los labios de Sharon besaban mi mentón mientras compartía un beso con Agatha bastante profundo. Son mejores amigas, o novias, pero son poliamorosas, por lo que ambas decidieron que aceptarían tener algo conmigo, y yo propuse que fuese al mismo tiempo, fue una dos por uno, el más inteligente que he pedido en toda mi vida.
Una rubia y una pelinegra. Deberían darme un premio.
—No creí que disfrutaríamos tanto ésto...—Susurró Agatha contra mis labios y yo sonreí atrapando su labio inferior entre mis dientes.—¿Sabes?—Preguntó al separarse.—Sharon tenía el ojo en ti hace bastante, pero no entendía la razón, Maximoff.
—¿Y ahora?—Pregunté mientras sentía a la rubia tomar mi mentón antes de besarme con lentitud.
Joder.
—Ahora entiendo perfectamente, Wandita.
Sonreí contra la boca de la rubia y la pelinegra comenzó a acomodar su uniforme.
—Debo ir a clases. ¿Vienes, Sharon?—Preguntó y la rubia negó volviendo a besarme mientras pasaba sus brazos por mi cuello.
—Ve.—Susurré y ella se separó a duras penas tomando la mano de la pelinegra. Las vi alejarse con una sonrisa no sin antes repetir un "hay que hacerlo otra vez", acepté, sin embargo, no soy alguien que repetiría a personas, aunque no me molestaría tener sexo con ambas.
Encendí un cigarrillo y a lo lejos vi a mis muchachos acercarse. Walker, Loki, Carol y Thor.
Sonreí.
—Buen día, preciosas.—Saludé y Carol corrió a abrazarme. Besé su mejilla mientras Thor me sonreía.—¿Qué tal estuvo el fin de semana, Odinsons?—Murmuré.
Los hermanos se miraron entre sí y se encogieron de hombros.
—Todo bien, supongo.—Murmuró el pelinegro mientras jalaba un poco de su cabello.—¿Y qué tal tú y Pietro?—Preguntó.
—Pietro se ha venido solo como siempre. Supongo que está bien, no lo sé, no lo he visto.
—¿Por qué no lo invitas a venir con nosotros?—Preguntó Thor. Negué.—No nos costaría integrarlo, además...
—Él prefiere estar solo. No quiero molestarlo, hay que dejarlo estar tranquilo y ya.
Mi tono salió algo hostil, pero sinceramente no me importaba demasiado. Son mis amigos, pero Pietro está antes, no deben presionarme ni presionarlo con aquél tema. Mi hermano lidia con sus cosas, y yo voy a cubrir su espalda, no dejaré que lo presionen a avanzar o hacer algo que él no desea, realmente lo amo. Es todo lo que me queda y saben que es así.
—Buen día, jóvenes.—Saludó la mujer más atractiva que he visto en mi jodida vida.
La maestra Vostokoff.
—Buenos días, maestra.—Saludé y mis amigos repitieron lo mismo. Me sonrió y siguió con su camino.—Es jodidamente hermosa.
—Eso dices porque se preocupaba por ti el primer año que llegaste.—Dijo Thor observando sus uñas.
—Es linda.—Concordó Walker conmigo.—Wanda no tiene mal gusto en mujeres.
—Concuerdo.—Murmuró Carol sabiendo que fue a quien primero le di la oportunidad de estar conmigo. Fue excelente aquella vez.
—Basta de indirectas sexuales. Es muy temprano, por favor, detengan ésto.—Dijo Loki incómodo. Sonreí.
—¿Hoy hay clases con Melina?—Pregunté y Carol comenzó a reír.
—Te va horrible allí.
—Ella me distrae.
—Tú te distraes al concentrarte en ella y no en la clase.
—Daría lo que fuese por estar con una mujer como ella. Ella podría enseñarme mucho más que sólo matemáticas y los binomios.
—No creo que la chica que va a reprobar sea atractiva para ella. Quizá deberías mejorar tus calificaciones y luego ver que sucede.—Bromeó Carol mientras avanzaba hasta Walker y se aferraba a él. Carol es bastante cariñosa. Metí mis manos en mi chamarra de cuero.
Eso tiene sentido para mí.
Tal vez debería hablar con la maestra Vostokoff y dejarle claro que quiero esforzarme con ella... En sus clases.
—Bien. Otro día de escuela. Ya queda menos para salir de este bodrio de inútiles.—Se quejó Walker.—Espero una beca antes de salir de aquí.
—Ya somos dos.—Mencionó Thor pasando su brazo por mi hombro. Contacto físico de forma amistosa, nada que odie más que ésto.
—Tres.—Dijo Carol.
—Yo espero morirme antes de los treinta.—Murmuré.
Pero no sin antes conocer a mi queridísima maestra Melina Vostokoff. No podría perderme aquello.
Nota de autor:
¡Hey! Ya comenzamos un nuevo fanfic y sigo extrañando gmhm :c, ¿qué les pareció el primer cap?
Feliz cumpleaños a navjauregui díganle feliz cumpleaños <3
—Codi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top