⋆ 𝟎𝟑.
Muy a su pesar (o al menos eso es lo que se dice) se encuentra pensando en Afrodite La Rue y en su forma de ser, tan descarada, sin filtros y tan diferente a la clase de personas con las que está acostumbrado a tratar. Se dice a si mismo que está mal que piense en otra chica que no sea su prometida y que también está mal que compare a las dos jóvenes. Se dice también que es un hombre adulto que debe tener ordenadas sus prioridades y dejar de comportarse como un adolescente estúpido. Sin embargo, sus pensamientos continúan llevándolo hacia la pelirroja de ojos azules. Un extraño sentimiento lo embarga, una mezcla entre la felicidad y la sorpresa de encontrarse con algo desconocido, porque para él, el hecho de conocer a alguien como Afrodite La Rue, es algo totalmente desconocido y extrañamente: placentero.
Suspira mientras niega con la cabeza y bebe otro trago del vaso de cristal con wiski que tiene en la mano, se acomoda en su gran sofá de piel negra y mira con un poco de desprecio la cena fría y recalentada que tiene en su mesita de centro. Hoy, es otro de esos días en los que se encuentra totalmente solo en su departamento, pues su prometida, se encuentra en su propio hogar o quizá jugando a ser una dama de sociedad en alguna cena. No lo sabe y honestamente le da igual saber o no.
Su relación con Rose no es precisamente mala, pero tampoco es tan perfecta como aparentan. Ambos se encuentran en una especie de limbo que no los lleva a ninguna parte. Él ni siquiera está enamorado de ella y nunca lo ha estado. Para él, el cariño que siente por Rose es algo completamente fraternal. Y algo le dice que su prometida siente lo mismo por él. Timothée y Rose Mary Swan se conocen desde niños. Sus padres son amigos y por lo tanto ellos, se vieron obligados a convivir desde pequeños.
Con el paso del tiempo, sus padres movieron los hilos para que ellos iniciarán una relación. Y para que se comprometieran. Él y Rose no se escogieron. Sin embargo, van a casarse a finales de Junio. Timothée se dice que quizá estaría más entusiasmado por su boda arreglada de no ser por el hecho de que Rose es especialmente difícil. Siendo sinceros ella es terca, superficial, hipócrita y egoísta. Él de verdad la quiere, pero la forma de ser de aquella chica no le hace fácil pensar en tener una vida con ella.
Se siente patético por no ser capaz de oponerse al yugo que sus padres ejercen sobre él y decirles que él no está dispuesto a casarse. Su cobardía le avergüenza.
Hoy también es uno de esos días en donde añora tener algún amigo para salir a cenar o hacer algo divertido, pero no lo tiene. Hace tiempo que aprendió que en el ambiente de élite lleno de hipocresía en donde creció y mayormente se relaciona, no existen los amigos verdaderos. El vago y morboso deseo que de niño y adolescente lo asechaba mucho, aparece en su mente "ojalá mi vida fuera distinta".
Una risa carente de humor sale por sus labios. No se molesta en serviste más alcohol en el vaso de cristal, se lleva directamente la botella a la boca y el líquido pasa a través de él quemándole la garganta.
Todo quema. Todo pesa. Su vida le pesa como si cargara todo el tiempo algo sobre los hombros.
Se levanta para ir a su habitación a dormirse ya, pues, aunque apenas son las ocho de la noche, no encuentra algo mejor que hacer. Hoy la soledad le pesa más que nunca y los ecos de sus patéticos reproches hacia su vida resuenan en cada pared de su apartamento, haciéndole imposible mantenerse despierto un poco más.
Afrodite despierta al escuchar su alarma y maldice por lo bajo el haber sido tan estúpida como para desvelarse el día anterior, su consuelo, es que al menos Lily y Nick también tendrán la misma cara de sueño y las mismas ganas de morirse aquel martes, pues los tres, se desvelaron juntos la noche anterior. Gruñe por lo bajo cuando escucha su puerta ser golpeada dos veces con la misma rutina diaria, el primer toque es de su madre, el segundo, es de su hermana quienes diario tocan su puerta con el incentivo de que ella se despierte porque al parecer, una alarma no es suficiente.
Camina a su cuarto de baño y se mete bajo el chorro de agua caliente para tratar de despejarse, sin embargo, no lo consigue del todo. Cuando sale, toma unos jeans de tiro alto y un top blanco de tirantes junto a su chaqueta de mezclilla. Cepilla su cabello y aplica máscara a sus pestañas y labial rojo a sus labios para después tomar su mochila y bajar a desayunar.
En la cocina encuentra a su madre poniendo café hirviendo en tres termos (el de ella y el de sus hijas) y a Athena colocando waffles en platos sobre la mesa. Su madre le acerca una taza de café cuando se sienta en la mesa. Las tres desayunan entre pláticas y Afrodite añora por un momento la presencia del padre que murió cuando ella tenía doce años. Toma un trago de su café llenando su cuerpo de calidez y a pesar de que aún le duele que Ambrose La Rue ya no esté presente en su vida, se dice a si misma que tiene una familia hermosa, dos mascotas que la aman y dos mejores amigos que desde el preescolar han estado con ella y que en general, su vida es buena; no vive en una casa enorme, ni llena de lujos pese a que la situación financiera de su familia es realmente buena. Su madre trabaja como pediatra y eso y el legado que Ambrose La Rue les ha dejado mantiene económicamente a la pequeña familia, ella quizá no viste mucha ropa de marca ni va de vacaciones a París dos veces al año, pero es feliz con la sencilla y humilde vida con la que sus padres la criaron a ella y a su hermana.
Media hora antes de que inicien las clases, se sube con su madre y Athena al auto para que la adulta lleve a las chicas al colegio y a la universidad, cuando están a punto de llegar al Maine Central Institute, Afrodite recuerda a quien se encontró ayer en la escuela y decide molestar un poco a su hermana, la fiel amiga de Rose Mary Swan, con eso.
— ¿Quién crees que es mi nuevo profesor de Historia mami? — su voz es dulce y cuando Amelia La Rue le responde, continúa hablando. — El prometido de Rosie, el pobre tonto que se va a casar con ella.
Sabe que ha cumplido su objetivo, cuando la voz enojada de Athena, le contesta. — No te expreses así de él Afrodite y espero que te comportes en sus clases. El pobre ya ha pasado por mucho desde que consiguió ese trabajo. Dioses, fue un escándalo eso de retar a sus padres y a Rose para dar clases. Ella me conto que sus suegros casi lo desheredan.
— Pobre chico — responde la madre de las pelirrojas. — Mira que valentía hacer eso cuando lo más seguro es que sus padres querían que él heredara alguna de sus empresas o trabajará para ellos.
Athena asiente. — Tal cuál — responde con un suspiro. — Y es mi amigo Afrodite. Promete que trataras de ser amable y comportarte en sus clases.
Afrodite mira a su hermana con una mueca en el rostro como diciendo ¿enserio?, Athena rueda los ojos y nuevamente la incita a prometer que se comportará. Al final, Afrodite termina cediendo. Realmente la actitud descarada de la pelirroja se ve minimizada tras las palabras de su hermana. Aún sorprendida, sale del auto cuando por fin se estacionan frente a su colegio. Se despide de su familia y perdida en sus pensamientos se adentra hacia el recinto y casi mecánicamente, busca su aula.
Realmente ya se encuentra en un punto en el que no sabe que pensar de Timothée. Por un lado, está el chico valiente que se enfrentó a sus padres y consiguió un trabajo propio. El chico amable he interesante que conoció el sábado. Por otro lado, él va a casarse con Rose, y ¿eso dice muchas cosas de él no?, ¿acaso el realmente será tan superficial como lo es su prometida? No lo sabe.
Al final, cuando encuentra el aula en la cual le imparten álgebra y localiza a sus mejor amigos, aparta sus pensamientos sobre aquel chico. Se dice que ya es suficiente. Que debe dejar de pensar en él y ella enserio espera, dejar de pensarlo porque no le hace ningún bien.
— Opino que deberíamos regresar y comer con él — propuso Afrodite en la hora del almuerzo aquel martes. Ella y sus amigos se encontraban vagando por los pasillos del instituto buscando un rincón para almorzar. Ellos casi nunca comen en el comedor con el resto de los estudiantes. Fue entonces, mientras buscaban donde comer, que pasaron por el pasillo en donde se encontraba el aula de Historia y notaron que Timothée estaba comiendo solo ahí. Lily y Nick la miraron mal y se detuvieron. Estaban a punto de dar la vuelta a la esquina de aquel pasillo para salir directo a los jardines. — ¿Qué? — les pregunto.
—¿Qué?, ¿cómo "que" ?, él es un profesor. No podemos ir a sentarnos a comer con él solo porque sí. Eso desataría chismes. No estamos preparados para el drama de los chismes en la primera semana del semestre — respondió Nick, la pelirrojo rodo los ojos mientras bebía de la botella de jugo de fresa que tenía en sus manos.
— ¿Estás haciendo esto porque te cae bien y no quieres que almuerce solo o porque estas planeado algo en contra de Rose? — cuestiono Lily. Afrodite aparto la vista y se puso a juguetear con el popote de su jugo, evitando mirar a sus amigos.
Sabía que, si los miraba a la cara, no podría mentirles o inventarse una excusa lógica para algo que ni siquiera conocía ella misma. ¿Timothée le caía bien o solo buscaba molestar a Rose al tratar de acercarse a él?
Al final, levantó la mirada y contesto. — Está solo Lily. Y es nuevo aquí, no conoce a nadie y no parece que los demás profesores lo hayan invitado a comer con ellos en su club súper secreto en la sala de profesores.
— Él te gusta — declaro Nick como si él supiera algo que ella no. Un escalofrío la recorrió y sin querer, sintió el calor subir a sus mejillas, delatándola por algo que ni siquiera sabía si era verdad. — Maldita sea, si te gusta.
—No — susurro antes de volver a dar un trago de su jugo para evitar responder.
— Como no, te acabas de sonrojar. Pareces una jodida fresa. Diablos estás loca — Lily realmente no sabía si reírse o regañar a su mejor amiga. Al final, optó por la segunda opción. — ¿Por qué te gusta? — pregunto. — Se va a casar con Rose, de seguro debe ser igual de nefasto que ella.
— Él no es así Lily — contesto a la defensiva.
Nick rodó los ojos. — ¿Cómo lo sabes?
— Me da esa vibra — se encogió de hombros y antes de que sus amigos replicaran, continúo hablando. — Creo que él no es como toda esa gente de mierda que se cree superior. Además, Athena me contó cosas de él que me hicieron pensar que es buena persona. Y él y yo hablamos el sábado. Fue amable — ahí estaba. Defendiéndolo nuevamente sin saber por qué.
Entonces giró sobre sus talones dispuesta a regresar a aquel salón, con su botella de jugo y su bolsa del almuerzo en la mano. Lily y Nick pisándole talones con resignación. La pelirroja entro al aula y se sentó en la mesa frente a Timothée, con sus dos amigos a su lado, haciendo caso omiso de la duda que se instalaba en el rostro del joven.
Antes de que él dijera algo, ella hablo. — Sentí que te hacía falta compañía, ya sabes, es tú primera semana de clases y tal vez aún no te sientas cómodo almorzando con los profesores y pensé que sería bueno que hoy estuvieras con una cara conocida — lo dijo con toda la seguridad y confianza del mundo y si estaba nerviosa, no dejo que se notara — Ellos son mis mejores amigos Lily y Nick — señalo. — Y saben quién eres o de donde te conozco y ahora deja de mirarme como si estuviera loca y sigue comiendo.
El joven asintió y una pequeña sonrisa se instaló en su rostro contagiando a la joven.
— Bueno — dijo Nick con nerviosismo. Tratando de romper la tensión que se sentía en el lugar a causa de las sonrisas que su profesor y su mejor amiga se dedicaban. — ¿Cómo han ido sus clases hasta ahora?, ¿Hay algún adolescente revoltoso al que ya haya enviado a detención?
Lily soltó una risita. Afrodite rodó los ojos y se concentró en darle un mordisco a su baguette con jamón que tenía en las manos. Timothée miro a los tres adolescentes frente a él. De alguna manera, los tres encajaban en su pequeño grupo. Y no tardó en darse cuenta de que tanto Lily como Nick, tenían esa chispa excéntrica que Afrodite tenía.
— Van muy bien, gracias por preguntar — respondió con una sonrisa. — Y no. Aún no he enviado a nadie a detención.
— ¿Ha tenido clases con el segundo grupo de último grado? — pregunto Lily. Aparte del grupo en el cual se encontraban ellos, había otro.
— Si — contesto. — También hablé con los mellizos que son encargados de ese grupo. Me atrevo a decir que los dos parecen excelentes alumnos.
— Ay no — susurro Nick de forma exagerada para después llevarse las manos al rostro.
Timothée observo a Afrodite con el ceño fruncido. Ante si confusión, la pelirroja hablo. — Nos llevamos mal con Mellie y Mike Preston. — respondió refiriéndose a los chicos de los que Timothée había hablado. — Y no son tan buenos alumnos como yo ni como nosotros tres.
Nick apartó las manos de su rostro y suspiro. — Y tampoco buenas personas.
Timothée aún los miraba confundido. Tenía tanta curiosidad por saber cuál era el contexto de que todos esos adolescentes se llevarán mal, que por un momento, él también se sintió como un adolescente ansioso por enterarse de un cotilleo.
— Mike aún no sale del clóset y le da miedo hacerlo, así que tuvo un corto romance con Nick y después le rompió el corazón vía mensaje de texto. Después, Afrodite y yo le dijimos unas cuantas cosas y boom, Mellie público en twitter muchas mentiras de nosotros. Mike no defendió ni desmintió las tonterías que su hermana publico sobre Nick — dijo Lily abrazando a su amigo en actitud protectora.
Timothée se sintió mal por el joven alumno que tenía frente a él. No pudo evitar hacer una mueca y llevar su mirada hacia la pelirroja. A pesar de la situación, Afrodite sonrió. — Se les olvida que también nos acusaron de haber tirado huevos a su casa antes de Navidad y de dejar carne y huevos podridos en los asientos de su auto.
Lily y Nick soltaron una risita. La sonrisa de suficiencia que bailaba en los labios de la pelirroja hizo que Timothée se diera cuenta de que esa acusación no era mentira.
— No sé porque me suena a qué si hicieron eso y que tú fuiste la que tuvo esa idea — dijo señalando a Afrodite.
Ella se encogió de hombros. — No afirmare ni negaré nada.
Continuaron comiendo entre risas y cotilleos. Afrodite no pudo evitar pensar en lo rápido que sus amigos se habían adaptado a convivir con Timothée y en qué él, realmente escuchaba con interés todas las cosas que ellos le contaban. Eso hizo que le cayera aún mejor de lo que ya le caía.
Timothée se sentía extraño y todo gracias a Afrodite y a su astucia de acercarse a su aula a almorzar con él. No estaba seguro de cuando había sido la última vez que alguien había sido amable con él sin tener una doble intención detrás y le gustaba sentirse así. Tan normal. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió parte de algo.
Mientras comían, observo a la chica de reojo varias veces pensando en lo bonita que era y en lo preciosa que sonaba su risa cada que alguno de sus amigos decía algo gracioso, y se sorprendió pensando también en lo maravillosa y diferente que sería su vida si tuviera a alguien como Afrodite en ella.
en esta nueva versión hay más contexto sobre Afrodite y como se desenvuelve con sus amigos y familia, ¿les gusta eso?, cuéntenme que opinan.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top