4- Den Murphy (de "No te emociones tanto")
Hoy estoy cansado. Espero en la mesa de madera frente a la libreta en blanco. Mi invitado debería estar a punto de llegar.
Aparece 15 minutos tarde, con algo de prisa, pero en cuanto entra al bar, con sus gafas de sol puestas aún en un interior, pone pose de que todo estaba calculado. Porque él es así, calculador. Se acerca a la mesa, con pasos de chico de barrio, los pies apuntando hacia fuera y con un cómico vaivén de hombros.
—¿Hayden? Perdona, tío, el puto tráfico. —Se sienta con las rodillas apuntando hacia afuera también y se recuesta en el respaldo—. ¿Cómo estás?
Le miro con curiosidad. Por fin alguien que parece normal.
—Lo sé. Londres está que ruge. —Respiro hondo—. Yo voy tirando. Con algo de resaca. ¿Y tú?
—Pues, bien. No me puedo quejar de la resaca; por suerte el tequila no me da mucha... —Sonríe sin enseñar los dientes.
—Prueba la absenta. Después de una noche en su compañía, te despiertas al día siguiente sin saber si quien está vomitando a tu lado es tu madre.
Termina negando con la cabeza, como si no le convenciera.
—Pero sí que me apetece comer algo, ¿quieres tú algo? —El camarero se acerca.
—No, yo pediré el té de siempre.
—Pues ya tienes que estar jodido para tomar un té a estas horas. —Mira al camarero—. Me pones un sandwich vegetal y... —mira la carta—, el brownie y una crepe de nutella. —Asiente—. Y de beber tráeme... cerveza. —Me mira—. ¿Seguro que no quieres nada? ¿Ni unas pastitas?
—Joder. Pues ya solo falta que me hables como mi abuela —murmuro con una sonrisa burlona—. No. Vamos a empezar la entrevista. Veamos. Dime tu nombre completo.
—Mi nombre completo es Deneb Kelan Murphy. Es un poco irónico. Mi viejo se llama Orion y mis hermanos y yo tenemos un nombre de astro por su culpa y un nombre irlandés que eligió mi madre. Es irónico el mío, porque por un lado me llamo como una de las estrellas más grandes de Cygnus, y por otro Kelan, viene de Caolàn, en gaélico, que quiere decir "pequeñito". —Se encoge de hombros—. ¿Todo eso sirve para algo? Quiero decir... ¿crees que a la gente le preocupa saber de dónde viene mi nombre?
—Igual te sirve para ligar. —Me encojo de hombros e imito una voz—. "Oye nena, ¿te gustaría que algo que no es pequeñito te haga ver las estrellas?" Y cuando quedes como un cerdo, pues te presentas.
Se ríe.
—¿Crees que no lo he usado ya? —Se pasa la lengua por los dientes para disimular la sonrisa—. Lo he utilizado todo para ligar. Sobre todo lo guapo. —Se quita por fin las gafas de sol y las deja sobre la mesa. Agradece al camarero cuando les traen las bebidas y vuelve a mirarle—. ¿Cómo sigue el interrogatorio? Nací en el 72, en septiembre...
Lo apunto todo y bebo.
—Bien. ¿De dónde eres?
—De Manchester... Pero ahora vivo aquí.
—Vale. ¿Profesión?
Alza una ceja mirando con la cerveza en la mano.
—Futbolista del Real Madrid. —Bebe—. Y entre tanto gano discos de platino desde hace 20 años.
—¿Discos de platino? —Río—. ¿Estás seguro de que no son de papel de aluminio? Porque no me suena nada tu nombre.
—Porque debes tener un gusto musical de risa. —Me mira durante segundos—. O has vivido en otro planeta. Llevo 20 años saliendo una vez al año en la portada de la NME.
—Bueno, verás. Yo es que hace 20 años me cagaba en los pañales y lloraba para pedir la teta de una mujer. Ahora no ha cambiado mucho lo segundo, la verdad...
—Ummm... eres muy joven. Parecía que menos, te cuidas poco. —Sonríe en plan disculpa, porque todo es una broma—. Creo que ningún hombre cambia en lo segundo nunca.
—¡Ah! ¿Pero sabes lo que sí suele cambiar? La fama de los artistas. Nadie se mantiene tanto tiempo en una revista musical. ¿Acaso estas ahora en auge? —pregunté, inquisidor.
Inspira al escuchar lo siguiente. Carraspea y vuelve a beber.
—Nadie de los de ahora, que hacen música pasajera. Pero, por suerte, los ídolos de los 90 aún molan. Aunque, en mi caso, a algunos de la prensa amarilla les interesa más escribir sobre lo que hago debajo del escenario que lo que hago arriba. Mi manager dice que siempre que hablen está bien, aunque hablen mal. ¿Tú qué piensas? También lo decía Oscar Wilde.
—Yo pienso que a veces que hablen de ti te da de comer. Si es así, que hablen, ya sea malo o bueno. Uno sabe cómo es y por qué hace ciertas cosas. Uno está a gusto con lo que hace, porque si no estuviera a gusto no lo haría. Y si lo ha hecho por obligación, ya encontrará el momento de arrepentirse en su mente o de afrontar su propia decisión. —Bebí—. Bueno. Eso en teoría. También puedes cagarte en sus ancestros e ir a reventarle la cara al periodista.
—Reventarle la cara a periodistas es una de las cosas que siempre tengo en mente.
Me encojo de hombros.
—Pero vaya. Por curiosidad, ¿qué es lo que haces abajo del escenario? ¿Meterte alguna raya de coca y follarte a una fan en el camerino? Porque eso lo hacemos todos. A nuestro nivel, claro.
Se recuesta un poco sobre el asiento, sujetando la cerveza en la mano como si no pesara. Sonríe ante la pregunta y asiente.
—Las drogas y el sexo con groupies forman parte del mundo del rock. —Lo deja ahí, sin dar más detalles—. Al principio hablaban mucho sobre los hoteles que destrozábamos después de una noche de concierto. Con los años se interesan por tu vida sentimental. Ahora me persiguen para saber detalles sobre mi divorcio, lo cual es bastante cutre y deprimente. No el divorcio, que también, sino interesarse por eso —dice con gesto aburrido. Luego niega con la cabeza, deja la cerveza en la mesa y se reclina un poco, acercándose más—. Pero no me gusta hablar de eso. Prefiero admitir que ahora soy feliz y que me estoy dedicando mucho a mi próximo álbum.
—Como periodista, hay algo aún más patético que interesarse por un matrimonio. Y es interesarse por un divorcio. —Respiro hondo—. Pero vaya, que me alegro mucho por eso. ¿Cómo es eso de ser famoso? ¿Qué ventajas e inconvenientes le ves?
—Parece que la vida del famosos es la pera... —Se queda pensando y luego se ríe—. Sólo hay un inconveniente y es que salir a la calle a veces se convierte en un photocall. Pero más allá de eso, todo son ventajas. Te tratan bien en los restaurantes, te dan las mejores suites en los hoteles, te mandan regalos casi cada día... La verdad es que no me gustaría no ser famoso. Hay algunos que dicen: " Si volviera a nacer, viviría en el campo como un ermitaño con unas cabras y un huerto". Pues yo no, yo sería otra vez cantante de rock. O futbolista. ¿Qué serías tú?
Le escucho con celos. Me cuesta imaginar una vida en la que no tengas que preocuparte por si tienes dinero suficiente.
—Sería rey de Inglaterra —digo después, todo noble—. Me comportaría como un hombre ejemplar hasta llegar a los treinta, y en mi cumpleaños me bajaría los pantalones delante de una cámara y gritaría: "God save the queen", como los Sex Pistols. Sí. Me encantaría causar semejante caos. Luego instalaría una anarquía, nos echarían de Europa y me largaría a vivir a Alaska.
—Ummmm... Hasta lo de los sex Pistols todo bien. No me importaría telonearte. Lo demás no me convence mucho. ¿Tiras la piedra y escondes la mano? —Sonríe.
—No escondo nada. Es que en una anarquía no hay cabida para un rey. Dejaría la sociedad avanzando y me retiraría con toda la dignidad del mundo. Dignidad por lo que he hecho, no por haber sido rey —enfatizo con sorna.
—Si hay elecciones y te presentas, recuérdame que no te dé mi voto. —Se ríe también con él.
—Recuérdame no presentarme —resoplo.
—Yo, sin embargo, me comporto mejor desde los treinta y de manera ejemplar ya a los cuarenta. Antes era bastante caos. —Deneb pica de lo que ha pedido para comer.
—Las personas ejemplares me repatean, pero aún puedes arreglarlo: última pregunta. ¿Qué harías con veinte millones de libras? O dólares, o euros, lo que te salga de la picha.
—Cuando tengas hijos querrás ser ejemplar. —Asiente convencido y bebe cerveza—. ¿Con veinte millones más o con sólo veinte millones? —Alza la ceja, sonríe socarronamente y da otro trago a la cerveza—. Produciría una película sobre los Beatles. Creo que el cine es uno de los pocos mundos donde no me he movido. La moda está guay, pero es esclavo. La música es lo que llevo haciendo toda la vida... Y si no hiciera eso, probablemente lo apostaría en un casino o a un perro en un canódromo. Hoy por hoy mi peor vicio es el juego. Lo admito. No sé si ya tengo sitio en el infierno. Quizá con una parte de los dos millones me compraría una plaza. Demasiadas cosas, no lo sé... —titubea mirando al techo—. Tengo mucho de lo que siempre he deseado. ¿Tú anhelas algo que se pueda comprar con veinte millones?
Asiento, como si me pareciera una respuesta modélica.
—Anhelo muchas cosas. Con veinte millones yo haría veinte planes y moriría de sobredosis antes de empezar con el primero. Estoy tan seguro de eso, que si me encuentro veinte millones de pavos ahora mismo invertiría la mitad en una lápida bien guapa. —Me echo a reír—. Bueno, Den. Eso es todo. Me he acabado el té. Muchas gracias por haber venido.
Se ríe a carcajadas.
—¿Ves? Para eso sí llámame. Drogas y una lápida. Eso seguro garantiza la plaza en el infierno gratuita. —Asiente divertido—. Gracias a ti, ¿pagas tú? —Señala la mesa con las cejas (la uniceja) alzadas y luego sonríe—. Venga, no, yo invito. Pásate por mi próximo concierto. Llama a Meg y dile que yo te lo he dicho, te hará llegar un pase. —Me tiende la mano, y yo se la estrecho con sorna.
—Maravilloso. Invita tú a todo, que eres el que más se acerca a los veinte millones.
—Ha sido un placer. Cuando quieras vamos a un casino o algo. Cuídate. Y echa todas las semanas el euromillón, que nunca se sabe. Yo me quedo con esto.
Se termina la cerveza y mira el Brownie con ojos de deseo.
Resoplo de ironía y me despido alegremente. Luego cojo el cuaderno y salgo.
Conclusión.
- Nombre: Deneb Kelan Murphy
- Edad: Septiembre del 72. (Cada vez que me hacéis calcular los años, muere un gatito en Londres).
- Nacionalidad: Manchester.
- Profesión: Futbolista del Real... TROLL FAIL. Es músico.
- ¿Está en auge?: No me ha quedado clara su respuesta, pero ha citado a Oscar Wilde. Sabe cómo distraerme.
- Hobbies: El rock, el sexo, las drogas y reventarle la cara a los periodistas. No está mal.
- Ventajas e inconvenientes de ser famoso: Regalos, los mejores restaurantes, los mejores hoteles... Que hijoputa.
- Anotación: Si me presento a las elecciones, no me votaría. Suerte que rey se nase, no se ase. xd
- ¿Qué haría con veinte millones de pavos?: Una película sobre los Beatles, apostarlo todo en el juego...
Observación: *Cómo saber cuándo eres asquerosamente rico: cuando quieres gastarte el dinero en poner tu nombre a una plaza*
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