Cap. 1; El Conejo Blanco.

---¡beep, beep, beep...!--- sonaba mi despertador, haciendo que me inquietará.

Me removí entre las cobijas, quejando me, despertando sin mucho éxito por el insistente y molesto ruido del despertador. Arrastre mi mano por la cama hasta el aparato para apagarlo casi a golpes. Abrí un ojo con pesar para mirar el reloj del despertador.

--ya son las 7:30-- Murmuré para mi misma. Solté un bufido dejando caer mi mano, me senté sobre mi cama aun con el sueño encima. Me estire un poco mientras bostezaba, baje de la cama, me coloque mis pantuflas purpuras y mi bata de color vino.

Camine hasta el baño con el fin de tomar una ducha, me detuve antes frente al espejo. Mis cortos cabellos estaban totalmente revueltos y mis ojos violetas, denotaban cansancio a kilómetros de distancia.

Procedí a quitar me la pijama con cierto pesar. Acabando mi labor, me metí a la ducha. Deje que el agua tibia me despertara poco a poco, mientras aplicaba enormes cantidades de acondicionador en mi cabello.

Una vez duchada y fresca como lechuga, salí a vestir me. Como siempre, opte por mi típico conjunto, que consistía en una camiseta de vestir blanca, un chaleco de estambre color guinda, jeans ajustados de color negro, un saco largo, de color rojo vino, botas largas de tacón bajo, y como toque final un dije en forma de "W" que adornaba mi cuello. Y por supuesto, mi cabello perfectamente peinado y recortado a la altura de mi quijada.

Baje a la sala principal, me encamine hasta la cocina y me dispuse a almorzar. Unos waffles, con jarabe de chocolate y fresas en almíbar, acompañados de un enorme vaso de leche con chocolate. Mire el reloj momentáneamente y me di cuenta de que ya era tarde, abrí los ojos como platos y me apresure a degustar mi almuerzo, luego salí casi corriendo para llegar a mi negocio, no sin antes colocarme mis guantes púrpuras y mi sombrero de copa alta. ¿te parece extraño que use esa ropa en pleno siglo XXI? Pues adivina que... Así soy, y no me importa...

Volviendo al tema, lo bueno es que la parte laboral de mi enorme fábrica estaba debajo de lo que actualmente era mi hogar, (osea que vivía sobre mi fabrica) así que solo tome el ascensor de cristal y llegue en cuestión de segundos.

Al llegar a mi destino, vi a todos mis pequeños empleados (oompa loompas) trabajando arduamente como siempre, empaquetado los dulces, probando los dulces nuevos, y haciendo mas y mas dulces. Sus rostros denotaban felicidad por lo que hacían, eso me alegraba la existencia.

De repente sentí un par de halones en el saco, voltee a ver y me di cuenta de que era un pequeño oompa loompa.

Me señalo un lugar especifico, el sector de experimentos. Al parecer había avances en mi mas reciente experimento; Un malvavisco sabor tutti frutti contra la tristeza.

Camine hasta allá, guiada por mi pequeño trabajador. En cuanto llegue, ya estaban ahí dos oompa loompas más, ambos usaban batas de laboratorio y gafas de protección, uno tomaba notas el otro estaba por probar el dulce. Me miraron esperando a que les diera señal de partida y así lo hice.

--- adelante... - les dije mirándolos fijamente.

El oompa loompa de prueba asintió y tomo el malvavisco dándole un mordisco. El otro oompa loompa saco un cronómetro y empezó a medir el tiempo. Fue cuestión de segundos para ver que nuestro "conejillo de indias" comenzara a reír alegremente. ¡Realmente funcionaba!

Sonreí entusiasmada, realmente amaba mi trabajo, amaba a los dulces, sobre todo el chocolate.

Aun recuerdo la primera vez que comí un chocolate a escondidas del Dr. Wilburg Wonka, desde entonces me he comprometido a mejorar ese dulce sabor. Y lo he logrado poco a poco con ayuda de mis pequeños ayudantes. Han sido un gran consorte después de la imperdonable traición de mis ex-empleados, pues, un par de chocolateros mediocres, Slugworth y Fickelgruber, enviaron espías que empezaron a robar y vender mis recetas, eso casi me deja en la ruina, me orillaron a cerrar mi fabrica temporalmente.

---Juro que si tuviera a los Malnacidos de Slugworth y Fickelgruber en mis manos... --pensaba --... junto con sus espías los haría sufrir tanto...- un pequeño halón en mi saco me saco de mis pensamientos psicópatas, era el oompa loompa del inició, que me llamaba para seguir recorriendo la sala de experimentos y revisarlos.

--- oh, lo siento... Sigamos...- el empezó a caminar y yo lo seguí.

Paso el día muy rápido, las ventas igual de altas que siempre, la demanda de mis chocolates estaba subiendo últimamente, eso me levantaba mucho el ánimo, me era satisfactorio saber que estaba viviendo mi sueño. Y que cada vez me superaba mas que el día anterior.

La jornada laboral término. Algunos oompa loompas se fueron a descansar y otros fueron a hacer las últimas entregas.

Camine por toda la fábrica pata ver que todo estuviera bien, cerré las puertas, ordene mis últimos papeleos y listo. Ahora si era hora de descasar.

---fue un buen día -- me dije a mi misma en un suspiró parada en medio de mi fabrica.

Me di la vuelta y me adentre al elevador de cristal. Me condujo  hasta mi habitación, estaba algo cansada y quería descansar, para dar un rendimiento máximo el día de mañana.

Llegué, Prendí las luces de mi habitación, me quite mi sombrero y lo puse sobre mi mesa de noche, me quite los guates, las botas y el resto de mi ropa para luego ponerme mi pijama que consiste en una camiseta de tirantes de color blanco ajustada y un short muy corto de color negro igualmente ajustado.

Me acosté en mi cama y me dispuse a cerrar los ojos. Pero así como los cerré, los volví a abrir. Acostada boca arriba, mire el techo fijamente por algunos 15 intensos minutos, solté un suspiro pesado, ahora no podía dormir, me había atacado en insomnio.

Intenté dormir de mil formas, me acomode una y otra vez en la cama, baje a la cocina y me tome un vaso de leche tibia, me puse a contar ovejas, llegue hasta mil malditas ovejas, y nada... Estaba mas despierta que nunca...

Rendida, mire por última vez el reloj. Eran la 9:30 pm. No era tan tarde después de todo. Tal vez si daba un pequeño paseo por la fabrica, me vendría un poco de sueño.

Me senté en mi cama, me puse las pantuflas y me levante. Volví a vestirme con lo que traía antes de meterme a la cama (no quisiera que me vieran en paños menores), tome mi bastón y me puse mi sombrero.

Baje a paso lento hasta la sala, pues estaba decidida a relajarme así que no veía por que avanzar corriendo o de tomar el ascensor.

Camine hasta llegar a la zona donde la magia nace, hasta mi increíble e inigualable cascada de chocolate, mi mayor orgullo.

Al inicio pensé en salir a dar una vuelta por la manzana, pero lo pensé dos veces y decidí que lo mejor era que no saliera, no es muy seguro allá afuera... O eso creo...

Verán, no soy de salir a diario de casa, me gusta estar adentro de mi fábrica, y... Creo eso ha dañado mis habilidades de socialización, por eso es que soy tan solitaria.

Ahora que lo pienso... no recuerdo la ultima vez que salí de mi hogar. Desde que escape de mi p...p... Pa...Pa... Ahg... Del dentista Wilburg Wonka y vi la oportunidad de realizar mi sueño, me había encerrado aquí y jamas había salido de nuevo. Así que jamas he tenido lo que llaman "amigo" ni nada de compañía informal, jamas he hablado con alguien sobre como me siento o lo que me gusta y me disgusta... Incluso a mis 27 años... Jamas me he enamorado de alguien...

Apreté los puños y me senté e sobre el pasto de caramelo.

Suspire. ¿Quien necesitaba salir y socializar? Yo no... No necesito amigos ni nada de eso, todo lo que requiero esta en mi fábrica...

Me acosté sobre el pasto mirando el techo. Solté un bufido. Se suponía que ya había cumplido mi sueño, que relativamente no me falta nada... Entonces... ¿Por que me siento tan incompleta?.

He tratado de camuflajear ese sentimiento de vacío por fuera, pero por dentro... Me ha estado cobrando factura. Ya no tengo ese "toque" para crear dulces. Anoche estuve hasta las doce de la madrugada despierta, tratando de conseguir una nueva idea para crear dulces, tratando encontrar ese impulso... Pero finalmente me rendí y me fui a dormir, por eso es que estaba tan aflojerada esta mañana.

Esto se estaba haciendo costumbre, despertaba con la mejor actitud del mundo y a la hora que moría el día, sentía que algo en mi también moría.

Gire mi cabeza en dirección a la cascada de chocolate. Sonreí instantáneamente al verla, recordé al momento como se me había ocurrido la idea de hacer una cascada de chocolate. Fue en un sueño extraño que tuve cuando tenia 15 años... Me encontraba en una especie de fiesta de té, nada en aquél lugar tenía sentido.

No lo recuerdo bien, pero un chico, cuyo nombre ni físico recuerdo, hablaba de lo genial que seria tener un hermoso jardín de dulces, una idea bastante curiosa a decir verdad, pues hablaba de que todo, absolutamente todo seria totalmente comestible, el césped, los arbustos, las flores, todo.

Pero de entre todo aquel disparate resaltaba la idea de algo en especial; una majestuosa y deliciosa cascada de chocolate... Sonaba realmente imposible pero genial.

Recuerdo que le dije: "si pudiera recrear esa cascada... podría hacer el chocolate mas suave del mundo... Pero eso es imposible...", a lo que él respondió: "solo es imposible si lo crees..."  lo dijo en un susurró muy cerca de mi oído. Me sobre salte y de inmediato me voltee para mirarlo, pero lo único que pude ver antes de despertar fueron sus enormes ojos verdes y sus cabellos anaranjados...Y al día siguiente, cuando desperté, y pensé que realmente podría funcionar... Lo hice y funcionó...

No recuerdo muy bien al sujeto, ni su voz, digo, lo soñé hace unos 12 años atrás... Pero desearía volver a sonar con él, pues el me ayudo en un momento desesperado...

Suspire, ahora si tenia un poco de sueño. Estaba cerrando mis ojos hasta que...

---tik, tak, tik, tak...--- apenas se escuchaba a lo lejos, era el tik-tak de un reloj, pero... ¿Que reloj?

Me levante de inmediato sentándome en el suelo y busqué con la mirada de donde provenía ese ruido.

---tik, tak, tik...- Seguía escuchándose a lo lejos.

Soy muy curiosa. Así que me puse de pie, tome mi sombrero y mi bastón, y con ayuda de mi oído, seguí aquel ruido mientras caminaba sigilosamente. Me acerque hasta los arbustos de caramelo y las calabazas de dulce. El tik-tak se escuchaba más fuerte ahí. Entonces, logre divisar, con mi vista periférica, una bola de pelos blanca correr entre los arbustos. Voltee de inmediato a verlo. ¿Que fue eso?

Me quede quieta unos segundos, para no hacer ruido, esperando volver a ver aquello, y pues no paso mucho, cuando volvió a correr frente a mi y lo pude ver mas a detalle.

--- ¿¡un conejo!? -- ¡¿que demonios hacia un conejo en mi fábrica?! ¡Nadie puede entrar aquí mas que los oompa loompas y yo!

Seguí al conejo a paso rápido, poco a poco comencé a correr detrás de él por todo aquel sector, hasta que tropecé por culpa de una calabaza, lastimando me las rodillas y los codos. Mire al frente y vi con mucho más detalle a la peluda criatura, tenia un reloj de bolsillo entre sus patas y usaba un saco y una corbata de moño. Ya estaba enloqueciendo, ¡eso era totalmente imposible!.

El conejo se metió a un agujero que estaba entre las Calabazas y arbustos. ¿Tenia una madriguera aquí? ¡No puede ser! ¡Esto parecía ser una broma de mal gusto!.

Me levante con dolor en mis extremidades y volví a colocarme mi sombrero. Me acerqué al agujero lo mas rápido que pude para tratar de atrapar al animal.

Asome mi cabeza para tratar de ver si el conejo extraño seguía allí, pero estaba muy oscuro y no podía divisar nada, así que me incline mas para poder ver un poco. Pero como mala jugada del destino, mi sombrero cayó al vacío, y al tratar de tomarlo resbale y caí también a aquel túnel sin fondo.

Era una caída libre de varios metros de altura, había un montón de objetos antiguos y demás cosas alucinantes flotando en aquel agujero. Trataba de agarrarme de cualquier cosa mientras gritaba horrorizada, aquello no era real, era demasiado horrible y alocado como para que fuera real. De pronto caí en una cama, que estaba flotando entre todos aquellos objetos, pero tan mala es mi suerte, que rebote y volví a caer al vacío.

--- ¡Auch!- me queje cuando al fin caí al suelo, no fue tan fuerte el golpe como para matarme, pero si como para lastimar me.

Me levante lentamente, quedando sentada con las piernas flexionadas. Mire a mi alrededor, estaban mi sombrero y mi bastón de mi lado derecho, y de mi lado izquierdo estaba un objeto extraño, como si fuera una estatua luminosa... O mas bien, ¿un candelabro al revés?

Al poco rato me di cuenta de que mis cabellos estaban de punta y cuando mire hacia arriba, me desprendí del suelo y caí de nuevo, junto con mi sombrero y bastón.

Al parecer no estaba en el suelo, sino en el techo

---¡ahh! ¡Rayos!-- me queje en el suelo, ahora si sentía que mis rodillas estaban sangrando.

Me levante nuevamente con lentitud, pues me dolían mis extremidades de tantos golpes. Tome mi sombrero y mi bastón y me sacudí el polvo de mi saco.

Mire mi rededor mientras me ponía mi sombrero, habían varias puertas a mi alrededor, luego note que había una pequeña mesa redonda, donde había una llave y una botella pequeña. Me acerque hasta ella cojeando, aun me dolían las rodillas, tome la llave y me acerqué a una de las puertas, trate de abrirla con la llave, pero no era la puerta correcta, seguí a otra y tampoco la abrió, finalmente me encontré con una que mas bien era una cortina, la corrí, y debajo de esta estaba una puerta súper pequeña. Me incliné, y esa si era la puerta correcta. Pero era muchísimo mas pequeña que yo.

Rendida, me acerqué de nuevo a la mesa y puse la llave en su lugar. Después de meditar un rato el como salir de aquí, dirige la mirada a la botella que ya había mencionado. La botella contenía un líquido cristalino, y tenia una nota que decía "toma me". La tome con los dedos pulgar e índice, mientras la examinaba. Destapé el recipiente con cuidado y lo acerque a mi nariz, olía a licor, a ron para ser precisos, olía bastante bien a decir verdad. Con curiosidad, lo acerque a mi boca y le di un pequeño sorbo, tal como un pequeño niño que probaba algo a escondidas de los adultos.

Hice cara de disgusto, jamas he probado el licor, pero siempre hay una primera vez, ¿no?. Comencé a toser desenfrenada mente, me había calado en la garganta, y no me di cuenta de que algo raro me había pasado. Me mire y media menos de la mitad de lo que realmente media.

Ahora mi ropa me quedaba exageradamente enorme, imaginen, estaba nadando entre mis vestimentas, literalmente, y me encontraba bajo mi sombrero.
Con esfuerzo, levante el sombrero para liberarme y salí de todo aquel mar de tela, usando solo una blusa de tirantes blanca, que ahora me quedaba como un vestido largo y holgado.

Aguantando me la ropa, busqué con la mirada una solución a esto, entonces volví a ver la puerta pequeña, esta vez podría pasar por a través de ella sin ninguna complicación. Ya veía para que era la sustancia.

Camine aun cojeando hasta la puerta y trate de abrirla. Cerrada con llave. Suspire pesado recargando me en la puerta, mire la mesa del principio.

--- ¡la llave!-- exclame. Ya estaba encontrándole lógica a esto.

Pero ahora había otro problema; ¿Como iba a tomar la llave, si estaba sobre la mesa?. Me golpee la frente, no debí dejarla ahí.

Trate de subir de mil formas, trate de trepar la mesa, de subir sobre mi sombrero, pero no pude. Estaba por mandar todo al demonio, hasta que vi un pequeño pastel que estaba en el suelo, lo tome entre mis manos y lo examine. Sobre este estaba escrito: "Come me". Dude un poco si hacerlo o no, quien sabe que reacciones tendría. Pero decidí hacerlo, finalmente esto solo era un sueño, ¿no?.

Le di una pequeña mordida, tenia un buen sabor, le di otra, y de pronto comencé a crecer de sobremanera. Termine del tamaño de un gigante, de 2 a 3 metros aproximadamente, ahora mi blusa me quedaba muy ajustada, me quedaba un poco mas arriba del ombligo, y de parte de abajo, solo me cubría mi ropa interior.

Me agache hasta la mesita y tome la llave y la botella. Me tome lo que restaba de bebida en la botella y decrecí rápidamente. Esta vez no era tan pequeña, media un metro más o menos. Tome mi bastón, mi sombrero (que me quedaba enorme), me coloque mi saco (que también que quedaba muy grande) y lo que restaba de mi ropa, me apresure a abrir la puerta, pero antes, tome un poco del pastel que anteriormente mencione. No pensaba quedarme de este tamaño todo el tiempo.

En cuanto salí, la puerta desapareció atrás de mi.

---wow...- exclamé al ver aquel alucina te lugar. Había plantas muy extrañas y animales aun mas extraños.

Camine hasta atrás unos arbustos, me servirían para esconderme mientras volvía a mi tamaño y me vestía. Comí una muy pequeña mordida del pastel, y al momento volví a un tamaño normal, bueno... Un poco mas pequeña de lo normal, pero no importa. Volví a ponerme mi camiseta de vestir, mis pantalones, mis botas, mi chaleco guinda. Me voltee antes de ponerme el saco y...

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