Sebastian

Han pasado dos meses desde que le dieron de alta a ______. Fueron unos meses donde me pregunté que debería hacer con respecto a mi inmortalidad.

_____ ha sido muy enfática en ese tema. Ella no quiere que renuncie a mi inmortalidad, y yo no quiero que ella sea inmortal. No por el hecho de vivir a su lado durante toda nuestra vida. Es el hecho de que esa inmortalidad les recuerde a sus padres. Quiero que tenga un recuerdo hermoso de nuestra vida junto.

-Sebastian, nos vamos – la dulce voz de _____ me sacó de mis pensamientos y me hizo volver hacia ella.

Me acerqué hacia mi hermosa novia y su linda barriga.

-¿te he dicho lo sexy que te vez con tu barriga? – ella sonrió y me dio un suave beso en mi nariz.

-sí, todos los días. - subimos al ascensor y después de nosotros entró una joven de más o menos 25 años. Me sentía realmente incomodo, porque ella se estaba insinuando y en cualquier momento _____...

-hola, ¿me podrías ver un momento? – la chica volteo con una sonrisa.- primero: como podrás ver, estoy embarazada ¿y adivina de quién es? si, es de él. Segundo: es mi maldito hombre y tercero: si no quieres morir no vuelvas a insinuarte a otro hombre, hoy he sido muy tolerante, la próxima mujer no lo será.

La chica quedó fría y ____ solo sonreía cínicamente.

Bajamos del ascensor y _______ agarró mi brazo.

-adoro cuando te pones celosa

-yo lo odio, es malo para el bebé

-pero te ves adorable – ella sonrió pero luego me dio un suave codazo.

-te odio

-no lo haces.

_________

-muy bien – exclamó el medico viendo al ecografía- no se distingue muy bien el feto, va a ser un bebé rebelde

-lo heredó de ti – señalé a Sebastian y el solo se encogió de hombros.

-va ser tan irresistible y rebelde que le van a llover las mujeres

-mi hijo no va a ser puto, me oíste – amenacé mientras el besaba mi mano ligeramente

-¿p-pero que he-está pasando? – El doctor se acercó más al ecógrafo – parece que supiera que lo estamos viendo.

-me fijé en la ecografía y allí estaba mostrando el dedo corazón

-se parece a ti – exclamó Sebastian sonriendo

-cállate  - exclamé mientras veía el ecógrafo

-y ya sabemos que es…

-¿q-que es doctor? – pregunto Sebastian prestando aún más atención

-es un chico, me impresiona la nitidez con la que puedo ver los detalles de su rostro y el color de sus ojos es precioso – el doctor veía fijamente.

Después de unas horas

Subimos al auto y Sebastian con su instinto sobreprotector me puso el cinturón de seguridad

-¿sabes? Puedo ponerme el cinturón yo solita

-pero aquí estoy yo – me dio un ligero beso en mis labios y se dispuso a conducir.

-lo se…Sebastian

-Dime

-Tengo hambre, quiero una hamburguesa triple con doble carne

-te vas a engordar

-no me importa, queremos comida – Sebastian soltó una pequeña risa y me acaricio la mano

-está bien, gorda o no. Te voy a amar.

-yo igual