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No escuchaba absolutamente nada, ¿Qué clase de pelea es esa? ¿Están arreglando sus diferencias con una partida de ajedrez?

Abrí la puerta, no había absolutamente nadie.

Agarré mis llaves, Salí de mi casa y entré al ascensor que estaba lleno de sangre.

-s-se van a matar

Presioné el número uno varias veces, como si eso fuera a funcionar.

La música “relajante” hacia lo contrario, estaba angustiada por lo que pudiese ocurrir allí abajo.

Empecé a tamborilear la pared del ascensor con mis dedos. Estoy jodidamente nerviosa, nadie había peleado por mí en años, quizás en siglos.

Cuando alcé la vista, el ascensor llegó al primer piso. Salí como si estuviera huyendo de algún lugar y seguí el rastro de sangre.

El trayecto se me hizo eterno hacia la salida del edificio, mi corazón estaba a 1000 kilómetros por hora, no creo que sea posible pero lo siento de esa manera.

Empujé a un grupo de personas para poder pasar, corrí hasta una fuente que había frente al edificio. No estaban allí, pero había sangre y ¿ropa?

Seguí corriendo hasta llegar a un parque donde por fin los vi ¿peleando en un árbol? ¿Semi desnudos?

-¡¡S-S-Sebastian b-b-bajate de ahí carajo!!

-no lo creo preciosa-  Sebastian esquivó un golpe de Claude y se lanzó del árbol

-¿eres consciente de que estas desnudo?

-solo disfruta de la vista, mientras yo disfruto de la mía

¿Cómo que disfrutar de la mía? Oh, es que estoy en una jodida pijama

-¡Claude baja de ahí por favor!

-como quieras mi hermosa _____ - Claude bajó y al igual que Sebastian estaba desnudo

-¡Si van a pelear, sean personas normales y peleen con ropa! Tu Claude, vete a tu casa, y tu Sebastian te vienes conmigo.

Le dimos la espalda a Claude y salimos caminando hacia mi pent-house

Cruzamos la calle y entramos por la puerta principal.

Cuando subimos al ascensor, Sebastian se desplomó a causa de la pelea.

-S-Sebastian, levántate, no pienso cargarte hasta mi pent-house en esas condiciones

-lindas bragas

-¡joder! D-deja de ver mi ropa interior – sonrió perezosamente y cerró sus  ojos lentamente -¿Hey? N-n-no te mueras, n-n-no quiero ir a testificar

-no me estoy muriendo, no puedo morir hasta cumplir mi cometido

-¿andar encuerado por toda Stuttgart?

-conquistarte hermosa

Mi corazón martilló fuertemente contra mi pecho. Debo neutralizar este sentimiento o creo que moriré.

Cuando llegamos a mi piso, arrastré al gigante de Sebastian hasta mi puerta como pude.

-¿Qué rayos comes?

-tus besos

-ya estas delirando, mejor deja de hablar

Agarré  impulso para poder entrarlo, agarré con fuerza su brazo y lo seguí arrastrándole hasta mi hogar.

Lo arrastré con fuerza y logré mi cometido ¡ya estaba dentro!

-¿ahora cómo te llevó hasta mi cama?

-¿ya me quieres violar? Eres atrevida

-¿yo? ¿Violarte?

-¿Por qué no? Estoy buenísimo.

-sigue soñando  Michaelis, sigue soñando

Me agaché para apoyarlo en mi hombro y poder llevarlo hasta mi cama, pero Sebastian no ayuda mucho.

Lo levanté como pude y caminé hasta mi  habitación  con el idiota colgado de mi hombro.

Lo dejé sobre la cama, pero cuando finalmente iba a salir de mi habitación, su mano me arrastró hasta su torso desnudo.

-S-S-Sebastian, s-s-s-suéltame

No obtuve ninguna respuesta, traté de zafarme pero no logré.

Estábamos tan cerca, que podía sentir su respiración cálida sobre mi cabello, su piel contra la mía era un placer indescriptible.

Su mano acercó más mi cuerpo al suyo, y todo intento por controlar los latidos de mi corazón fue en vanos. Ahora si no me dio un ataque cardiaco cuando lo vi, me va a dar ahora que estamos tan cerca.

Cerré mis ojos durante un rato y sentí como aflojaba ligeramente su agarre. Me escabullí rápidamente,  corrí hasta la sala para poder pensar con más claridad, claro está con un vaso de alcohol.

Sebastian

El olor de vainilla inundaba mis fosas nasales, el calor de su cuerpo que tanto anhelaba sentir y sobre todo escuchar su voz, hubiese matado a cualquiera por escuchar su dulce voz diciendo mi nombre.

Abrí ligeramente mis ojos, me di cuenta de que ______ había desaparecido.

Me levanté con dificultad de la cama y  Salí por la puerta de su habitación, caminé hasta la sala donde estaba _____ en el sofá con sus manos tapando su rostro.

-¿Por qué? ¿Por qué tenía que volver ahora que lo iba a olvidar?- exclamó una ebria _____- lo odio, odio su encantadora sonrisa, odio sus ojos que me atrapan y sobretodo ¡odio sus estúpidos labios que me derriten! ¿Por qué tenías que ser tan irresistible hijo de puta? Te odio ¿Por qué no te diste cuenta de que te quería? ¿Por qué no me pediste ser tu miserable novia? ¡Joder! - _____ se levantó tambaleándose y dirigiéndose hasta la habitación donde se supone que estaba acostado.

Caminé con paso rápido y me acosté.

-voy a matarlo a ese idiota, ¿me estas escuchando? – Exclamó hundiendo mi mejilla – te odio más que…que a todo lo odiable en este mundo. No sabes cuantas lágrimas derramé por ti idiota, te detesto con toda mi estúpida alma, creo que fui demasiado ilusa…al creerte a ti. Dame espacio que odio dormir en el estúpido sofá Michaelis- empujó lentamente mi cuerpo y se lanzó en la cama- no te vayas a propasar conmigo puto- se acurrucó, y se siguió moviendo hasta que al fin se durmió.

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Me duele la estúpida cabeza, debí tomar en la noche.

Sentí un extraño calor chocar contra mi cuerpo, ciertamente se sentía agradable.

Abrí mis ojos y ¡oh mierda!

-¡quítame las manos de encima Michaelis!

-no

-quítalas de encima o te mato

-no puedo, te hice una promesa

-¿q-q-qué tipo de promesa?

-que no te soltaría por más que me amenazaras

-¡yo nunca te hice prometer eso!

-claro que sí, ayer en la noche que te emborrachaste

-eres un maldito aprovechado

-gracias

-no es algo para sentirse orgulloso

-si es contigo si

-te odio

-yo te amo

-mentiroso, ¡déjame salir que me estoy orinando!

-está bien, pero te quiero aquí en cinco minutos

-sigue soñando pedazo de idiota.

Me levanté y me escabullí en el baño.

No vuelvo a tomar y menos cuando está Sebastian cerca.