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Entré a la ducha para poder despejar mis pensamientos, aclarar dudas y alistarme para ir a trabajar. Hoy tenía un caso que atender de divorcio, odio ese caso, porque siempre terminan tomándome de psicóloga.

Todos estos problemas y ahora que no sé qué hacer con respecto a Sebastian, hacen que mi cabeza de vueltas y vueltas, y sobre todo por el idiota de Sebastian, ¿Cómo se atreve a decir que me ama? Es decir, ¿Quién carajos lo entiende?

Luego de discutir mentalmente mis problemas, Salí de la ducha para ponerme algo de ropa.

Sebastian

Aquí estoy en su cama, recordando cada centímetro de su piel, el sabor de sus dulces labios, el olor de su perfume impregnado en su delicada y suave piel, la vi salir del baño aun mojada, mi cuerpo pedía que fuera por ella, deseaba su cercanía más que nada en el mundo, quería volver a sentir el roce de su piel contra la mía, la quería y necesitaba, así que me levanté, me acerqué lentamente por su espalda. Escuché un murmullo por su parte.

-hoy es viernes ¿Qué color debería ponerme?

Aun inconsciente de mi cercanía, aproveché que su desconocimiento sobre mi lugar y la abracé por la cintura, me acerqué a su oído.

-el rojo te quedaría perfecto, contrasta con el color de tu piel- acaricié sus muslos con la yema de mis dedos-tus ojos, tu cabello incluso tu personalidad

-¡Fluch! (maldición en Alemán)

-salud

-i-idiota, te golpearé si me vuelves a asustar de la misma manera

-no lo creo

-deberías creerme ¿a dónde vas? – acerqué mi nariz a su cuello e inspiré el dulce aroma de su piel

-t-tengo trabajo Michaelis, soy abogada

-¿desde cuándo?

-desde hace más o menos un año o dos – el olor de su jabón era simplemente delicioso, producía en mi unas ganas casi incontrolables de lamer cada centímetro de ella.

-oh, interesante

-Hmm, s-si m-muy interesante ¿m-me dejas ir por favor?

-no- respondí con una sonrisa, sentí su corazón latir aún más rápido y eso solo aumento mi excitación

-t-t-t-tengo que ir a trabajar Sebastian – rocé su cuello con la punta de mi nariz hasta llegar al lóbulo de su oreja, lamí ligeramente –p-p-p-por favor

-te suelto si me das un beso – a continuación, ______ agarró ligeramente mi rostro y posó sus finos y dulces labios en mi mejilla

-¿y-ya me dejas ir?

-eso no es un beso – me alejé de su oreja para luego mirarla a sus ojos jade

-entonces ilústrame- ¡oh! Esto se pone cada vez más interesante.

Después de oír el reto que había surgido de sus labios, no me contuve y capturé sus labios, agarré sus glúteos con firmeza, obligándola a entrelazar sus piernas en mi cintura.

La pegué contra la pared, me separé de sus labios para empezar a recorrer su cuello con mi lengua bajando un poco más a cada instante.

-S-S-S-Sebastian d-d-d-detente – exclamó entre gemidos que solo aumentaron mis ganas de continuar, solo para oír mi nombre salir de sus labios.

-demasiado tarde – exclamé contra su piel.

Después de un largo trayecto, llegué hasta sus pechos donde me dispuse a saborear sus pezones, siento como arquea su espalda hacia mí, ella quiere que continúe a pesar de que su boca  diga lo contrario, la llevo a la cama y la dejo caer con delicadeza…no le doy tiempo de responder cuando rápidamente tomo su cuerpo y la volteo haciendo que su cara y sus pechos queden contra las sabanas, me poso sobre ella, me acercó a su oído.

-eres solo mía _____, todo tu cuerpo, alma todo tu ser es mío

-s-s-solo tuya

Mi mano se desliza desde su seno izquierdo y mi pierna juega a abrir las suyas, bajé mi mano hasta su vagina la cual empiezo a masajear suavemente, siento como empieza a subir la temperatura de aquella zona tan sensible con cada roce de mis dedos, poco a poco empieza a humedecerse y noto con mi otra mano lo duro que se ha puesto su pezón

-S-S-Sebastian

-¿dime?

-t-t-t-te q-quiero dentro

-no hermosa, quiero que me desees por completo- quiero que ella me imagine penetrándola, quiero que lo desee como si su vida dependiera de ello.

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Estaba en el consultorio con una clienta que está completamente alterada mientras me cuenta las razones por las cuales se quiere divorciar de su marido.

-el ya no me toca

-¿es esa la razón por la que se quiere divorciar? Señora, es lógico porque no la toca. ¿Se ha visto en un espejo? ¡Escúcheme! No le estoy diciendo fea, tiene usted una cara muy hermosa y quizás, solo quizás  se arreglara un poco, le aseguro que tendrán sexo todas las noches, incluso en la mañana. Vea, usted siga mis recomendaciones hoy, y, me llama mañana  para contarme como le fue y si aún quiere divorciarse, ¿está bien? Vaya.

Me recosté en la silla reclinable, miré hacia el techo en busca de respuestas, solo llegaron recuerdos de lo que sucedió esta mañana con Sebastian, sus caricias, sus besos, el roce de sus labios contra mi piel, aun sentía la sensación del roce de su lengua en mi cuello. Todas esas sensaciones que me confundían, entonces recordé que me dejó iniciada el muy imbécil.

Pero, si deseas guerra, Michaelis vas a perder.

Quiero agradecer a mi editora y su novio, los cuales me ayudaron a crear este capítulo.

Gracias chicos son los mejores, van por muy buen camino.