Capitulo 11
Sebastian
Eran las seis y cincuenta de la tarde. Tn no se había cambiado aun y estábamos llegando algo tarde.
- Vamos Tn, te estas demorando demasiado.
- ¡No me presiones Michaelis!
Me senté en el sofá para ver pasar el tiempo.
Soy una persona demasiado puntual, odio llegar tarde.
Me levanté del sofá, porque Tn se estaba demorando demasiado. Cuando iba a subir por las escaleras, vi a Tn vestida con unos shorts azul claro y una blusa blanca sencilla, traía su hermoso cabello ondulado suelto y sus vans.
Estaba ligeramente maquillada, tenía rímel y delineador negro aplicado en la parte inferior y superior de sus ojos los cuales resaltaban con el maquillaje. Definitivamente es la mujer más hermosa que he podido conocer.
- ¿ya nos vamos? – su voz dulce me sacó de mis ensoñaciones
- Si vámonos hermosa
- No me digas así, que me enerva – sonreí y le di un suave beso en sus dulces labios.
Subimos al cadi, el cual manejé hasta el punto de encuentro de la actividad.
El trayecto fue silencioso. Tn no era una chica de muchas palabras o no le gusta hablar mucho y prefiere disfrutar del silencio y la naturaleza.
- ¿Ya llegamos Sebastian?
- No, aunque… ¿sabes una cosa?
- Que
- Valió la pena esperarte, te ves hermosísima
- ¿debo agradecerte?
- No, en realidad es un cumplido
- Entonces, gracias supongo
Después de la pequeña y breve charla, llegamos donde el señor Brown que nos estaba esperando en la entrada del evento.
Tn se bajó de manera lenta pero segura y entrelazó nuestras manos de mala gana.
Caminamos juntos como la hermosa pareja de recién casados.
Cuando llegamos frente al señor Brown, pude ver cómo veía de manera inapropiada a Tn.
- Señor Brown, nos va a dejar pasar o no
- C-claro es solo que se ve muy bien señora Michaelis
- Muy buenas noches señor Brown
- Muy buenas noches Señor Michaelis, sigan por favor
- Gracias – exclamamos al unisón, Tn me dedicó una leve sonrisa y entramos al lugar.
Caminamos por un pasillo iluminado y llegamos a un lugar donde las luces eran tenues y tenían una decoración típica hawaiana.
- Buenas noches – saludó una chica con un poco de coquetería en su tono de voz y me dio un collar de flores – permítame colocárselo- se acercó demasiado a mí, y como soy todo un caballero me agache un poco y le sonreí como sonrió siempre y le di un sutil beso en su muñeca.
- Esto es algo incómodo y no quiero insultarte porque sería una pérdida de tiempo y saliva así que los dejo con su ritual de apareamiento.
Tn se fue hecha una furia y yo algo desconcertado la seguí.
Caminé por quince minutos buscando a Tn, cuando veo que un hombre con su torso desnudo se acercaba a Tn ofreciéndole un collar y al parecer la bebida que había pedido.
Tn sonrió y el chico sin ganas de irse se fue.
Escuché como suspiró pesadamente y como un joven de nuestra clase se acercaba con la misma actitud que ella.
Mi corazón late con fuerza y la sangre hierve cada vez más por la cercanía del tipo.
Tn
Suspiré pesadamente y me pregunté, si simplemente podía pedir el divorcio, pero me acuerdo de que es una maldita actividad pedagógica.
- Maldita sea – escuché decir a un chico de cabello cobrizo y ojos azules- no me gusta para nada esta maldita actividad- el chico se sentó a mi lado y se volvió hacia mí.
- ¿se te perdió algo?
- Las ganas de vivir – reí ligeramente
- Al menos no soy la única, odio está maldita actividad
- Por lo menos a ti te tocó sencillo, la pareja de recién casados es fácil, pero la que me tocó a mí no es para nada sencillo afrontarla – el chico acercó un poco más la silla hacia la mesa
- ¿Qué pareja te tocó?
- La pareja perfecta
- Te compadezco
- Gracias- bebió un poco de su champagne- además me tocó con la chica más irritante y popular de todo el maldito instituto ¡es insoportable! Se toma el papel muy enserio
- Tenemos demasiadas cosas en común, no creo soportar un mes completo cerca de Sebastian
Me recosté en la silla en busca de alguna solución.
- Cariño, te estaba buscando por todas partes- una chica alta y de tez color canela y cabello rojizo se acercó a nosotros de manera iracunda – hola Tn, al parecer en contraste a mi conyugue
- Así parece – exclamé con desinterés
- Sebastian encontré a Tn
- Gracias al cielo, estaba tan preocupado por ti
- No me voy a perder Sebastian, se cómo cuidarme sola – me levanté de la silla para ir a la terraza y buscar la manera de acabar con este martirio
- ¿A dónde vas?
- A tomar un poco de aire
- Pero estamos al aire libre
- Pero este aire está contaminado de monóxido de carbono y me gusta más el aire limpio de porquerías. – sonreí y Salí rápidamente y me senté en una hermosa banquita que había en la terraza, estaba completamente sola. O eso creía
- La luz de la luna resalta el color de tu cabello
- Se ve negro - respiré y me recosté en la fría banca
- Lo siento mucho
- ¿Por qué?
- Por lo de hace rato, es decir, lo de la chica de la entrada – Sebastian se sentó a mi lado y recostó mi cabeza en sus piernas
- No tengo nada que perdonar, no somos nada – el cuerpo de Sebastian pegó un ligero respingo y luego se relajó
- Sé que te sentiste incomoda y la incomodidad te hace sentir enojada, te conozco lo suficiente
- No estaba enojada
- Claro que si
Ahora si estaba enojada, me levanté de las cómodas piernas de Sebastian y me paré frente a él.
- Ah sí, ¿y cómo mierdas sabes que estaba enojada?
- Porque te pusiste fría y tu cara estaba roja, tus ojos estaban dilatados y tu mano me estaba apretando la mía – bajé la mirada a su mano y efectivamente estaba ligeramente roja
- S-siento lo de tu mano – exclamé sinceramente – no importa ahora- me acosté nuevamente en sus piernas y Sebastian soltó una pequeña risita – de que te ríes
- Que en realidad estabas celosa
- ¡wowowowo! ¡¿Qué mierdas acabas de decir?! Es decir ¿yo? ¡¿celosa?! ¿de quién? De la zorra plástica de la entrada, no te creas tan importante Michaelis- exclamé de pie y consternada, quien se cree el. Un delicioso Muffin de chocolate.
- No me creo Tn- exclamó con seriedad y se acercó a mí lentamente y de manera peligrosa- lo soy – Sebastian sonrió con suficiencia y antes de que pudiese protestar, juntó nuestros labios de manera dulce. No pude evitarlo y le seguí el beso.
Había algo en el que no me permitía negarme a su tacto, sus besos son como una droga y debía aceptarlo, son irresistibles.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top