Capítulo 4 Maratón 2/3
POV Carolina.
No había dormido tan bien, desde que estudiaba en bachillerato y me daban mis vacaciones. Hoy es Sábado, también es mi cumpleaños; me extraña que mi abuela no me haya despertado temprano, como siempre lo hace en una fecha así. Me estiro un poco en la cama, sonando así casi todos mis huesos. Me quedo un rato contemplando el techo de mi habitación, y un sonido me ensordece, o más bien... la falta de sonido. Es raro que en esta casa haya tanto silencio, observo las otras camas en esta habitación, y se encuentran totalmente vacías y tendidas. Que raro, mis primas siempre duermen hasta tarde los fines de semana.
Con mi nuevo descubrimiento, me levanto de la cama y salgo hacia el baño. Otra cosa más extraña aún ¡No hay nadie! El baño siempre está ocupado por alguien de la familia, estoy empezando a preocuparme. Decido que, si voy a averiguar que está pasando, tengo que estar aseada por lo menos; terminarían huyendo de mí hasta los vagabundos, si ven mi cara de zombie al despertarme.
Ya estoy lista, me vestí sencilla ya que, nunca acostumbro a celebrar mi cumpleaños por falta de dinero, tengo algo ahorrado pero para cosas realmente importantes, como por ejemplo la comida. Aquí en casa a pesar de que la mayoría de los adultos trabajamos, el dinero no alcanza para nada; la situación del país no nos favorece en nada, así que, no nos podemos dar el lujo de gastar el dinero en un simple cumpleaños que es solo una vez al año. Me conformo con estar con mi familia este día y ya. Por lo que veo, este año ni eso, porque están desaparecidos.
Salgo de casa y recorro todos los abastos, para saber si están vendiendo combos de comida y mi familia se encuentren allí, pero fracaso ya que no los veo por ningún lado. Le pregunto a los vecinos y tampoco saben. Llamo a sus celulares y están apagados ¿que está pasando? Me estoy preocupando demasiado, nunca había durado tanto tiempo sin saber de ellos, creo que nunca he dejado de saber que ocurre. Ya no sé dónde buscar, tengo un nudo en la garganta que no me permite seguir con mi búsqueda.
Me detengo en un parque que está justo al frente de la iglesia de mi barrio, me siento en una banca y le doy rienda suelta a mis lágrimas contenidas. Me siento realmente mal, no sé que ocurre, ni dónde está mi familia, tengo muchísimo miedo de que algo malo les haya pasado. Estoy tan metida en mi depresión que no me doy cuenta de que alguien está sentado a mi lado, preguntandome qué me ocurre. Me sorprendo realmente de quien se trata, pues no frecuenta esta zona.
-¿Que tienes Carolina? ¿Te pasó algo malo?-De quien salen las preguntas con tanta preocupación, es de nada más y nada menos que Sergio, mi jefe.
-No sé dónde está mi familia, desaparecieron de la casa y-y n-no sé que está pa-pasando.-No puedo evitar hablar atropelladamente, con hipo incluido.
-¿Ya los llamaste a sus celulares? Puede que hayan salido.-
-¡Ya lo intenté todo! ¡No están! Me dejaron sola, me abandonaron ¿Y ahora que hago? ¿Y si muero sola? ¿Y si me quedo sola el resto de mi vida? ¿Y si...-
-¡¿Puedes parar un momento?! ¡Verga! Hablas demasiado, no me dejas pensar en cómo ayudarte. Manten la calma, que con desesperación no lograras nada.-Ups, de nuevo me dio el vómito verbal.-Te ayudaré a buscar Carolina, no te preocupes. No estás sola, me tienes a mi.-Y hace lo que jamás en mi vida hubiese esperado de él ¡Me abraza! Lo hace con tanto cariño y ternura, que las lágrimas acuden de nuevo a mi.
-Ven, acompañame a un sitio, pasaba por casualidad por aquí, te vi y me preocupé.-Expresa poniéndose de pie y tendiendome la mano. Ya no me queda de otra así que...
-De acuerdo, vamos.-Le tomo de la mano, y no la suelta hasta que llegamos a su auto. Abre la puerta de copiloto y me insta a entrar. Cierra mi puerta, y rodea el auto para entrar en el puesto del piloto. Mientras arranca hablamos un poco de dónde podríamos buscar.
-Realmente ya no sé dónde buscar, fui a todos los sitios que frecuentan. Creo que esperaré, a lo mejor y aparecen por ellos mismos. Si para mañana no aparecen, pondré una denuncia en la policía por desaparición.-
-De acuerdo, entonces acompañame a hacer unas compras ¿no te molesta?-Aparta un momento la vista de la vía, y percibo un rastro de anhelo en su mirada.
-Claro, no tengo nada más que hacer en el día de hoy.-
-Está bien, primera parada ¡al centro comercial! ¡ah! Lo olvidaba, feliz cumpleaños Carolina.-¡Sabe que es mi cumpleaños! Que emoción, mi corazón late desenfrenado, al fin algo bueno me sucede en este día.
-Gracias, es la primera persona que lo recuerda.-Se me hace imposible, evitar el temblor de mi voz.
-No es nada Carolina. Y ya olvida por un momento la tristeza, te haré pasar un día agradable.-No entiendo que quiso decir, pero sé que tiene un transfondo, mejor no pregunto nada.
.
.
.
.
.
Llegamos al mejor centro comercial de La Isla de Margarita, El Sambil, pertenece a una cadena de centros comerciales a lo largo del país, y dependiendo de cada zona, está ambientada de manera diferente. Por ejemplo, el de acá está ambientada al estilo marino; en cambio, el de Valencia- Estado Carabobo, es en forma de campo de béisbol.
Entramos al Sambil, y me lleva a una tienda, que reconozco como la boutique Zara ¡Wow! Aquí únicamente compran la vestimenta personas con mucho dinero. Personas como yo, de bajos recursos, sólo podemos soñar despiertos al ver la ropa en la vitrina. Con razón Sergio viste tan elegante ¡Apuesto a que todo lo compra aquí!
-Vamos, hay que comprar lo mas importante.-Me conduce dentro de la tienda, no comprendo a que se refería; pero cada loco con su locura.
Al entrar se dirige al mostrador para intercambiar unas palabras con una señora, que a mi parecer debe tener unos cuarenta años. La señora nos dirige hasta el fondo de la tienda, a una especia de cuarto. Entramos y es como uno de esos armarios de gente rica, espejos por todos lados, cajones, ropas guindadas y zapatos por doquier. Nos indica que nos sentemos en un sillón de cuero negro, a esperar vaya a saber Dios que cosa. Se adentra entre unas cortinas rojas unos cinco minutos, sale en seguida con un vestido en una mano, y zapatos a juego en la otra. ¿para qué demonios quiere Sergio, un vestido?
-Sr. Hidalgo, espero que le guste la elección que hicimos. Ya se encuentran aquí los estilistas. Aunque con el rostro que tiene su novia, no hay mucho que hacer ¡es hermosa! Tiene un rostro perfecto y angelical, el vestuario le quedará perfecto.-Muy bien... no entiendo un coño. Pero no me dejan ni hablar cuando la señora me levanta de un tirón, y le obliga a entrar al vestidor con el vestido y los zapatos.
No opinaré nada, creo que no vale la pena; ya este día comenzó extraño así que... ¡Dejate llevar Carolina! Me visto y por último me calzo los tacones. Me observo en el espejo y me veo... diferente, me veo elegante y femenina. No sé porque siento un cosquilleo en el estómago, pero al diablo con todo. Salgo del vestidor y no veo a Sergio por ningún lado. Pero dí hay unas tres personas que nun había visto, deben ser los supuestos estilistas. Son hombres, pero asumo que son gays... por su vestimenta tan colorida.
-¡Ay pero que hermosa! Niña tienes una carita di-vi-na. Vamos a arreglarte rápido, que el bombón de allá afuera está impaciente.-Ni siquiera me deja saludarlo, me toma de las manos y me sienta en una silla giratoria, frente a un espejo gigante.
.
.
.
.
Una palabra... ¡Wow! Quedé totalmente espectacular, no parezco yo. Me encanta como me veo. Salgo hacia donde está Sergio. Se encuentra hablando con una chica muy bonita, y no puedo evitar sentir celos y un poquito de tristeza. No quiero interrumpir, pero lo hago de todas formas, ya que me dijeron que estaba apurado *Sigue engañandote Carolina*.
-Emmm ya estoy lista Sr. Hidalgo.-Se voltea y no dice nada. Solo me observa y ya. No sé que estará pensando, pero siento demasiada vergüenza. Lo veo suspirar profundamente.
-Carolina, estas... muy hermosa.-Lo dice tan lento que se me eriza la piel. No vayas a morir Carolina, no te dejes guiar por ese hombre tan sexy, sensual hermoso...
***********************************
¡Aquí está el segundo capítulo del maratón! Pronto subiré el último, espero lo disfruten.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top