7. El dolor de la verdad

Jimin POV.


Los ensayos últimamente se estaban volviendo demasiado molestos. Los profesores se habían complotado para lograr que hiciéramos una muestra bien completa, con distintos estilos de danza. A mí me había tocado ensayar un solo de danza contemporánea, luego una coreografía de hip-hop con otros compañeros, Hoseok incluído, y otra coreografía de contemporánea mezclada con danza tradicional coreana.

Además, los exámenes de las otras materias me estaban quemando el cerebro. Dormía demasiado poco, tenía tantas entregas de informes y trabajos que no me quedaba otra que quitarme horas de sueño para poder terminar todo a tiempo. Jin en ocasiones me hacía compañía porque él también se quedaba hasta la madrugada haciendo sus deberes.

Estaba irritado como nunca y no podía soportar las presiones de todo lo que tenía que hacer, más las cosas que rondaban en mi cabeza.

Me encontraba sentado en las gradas del campo de rugby, observando a Wonho entrenar. Realmente tenía cosas mejores que hacer antes que estar allí sentado, pero no estaba motivado para hacer ninguna de ellas así que daba igual.

Él no me había notado hasta que haciendo unos calentamientos levantó su mirada y me vio gradas arriba. Sonrió y me saludó desde la lejanía con su mano, yo le respondí de igual manera, fingiendo una sonrisa.

No quería estar ahí.

El problema no era Wonho, aunque era alguien bastante superficial y demasiado dedicado al deporte y a ejercitarse, tanto que solía dejarme bastante solo cuando yo necesitaba su compañía. Él estaba en su propio mundo y yo simplemente estaba en algún lugar de mi cabeza, navegando sin rumbo.

Llevaba saliendo con él ya desde hacía meses, pero esa relación no me llenaba ni la mitad de lo que yo necesitaba. Estábamos bien, el sexo era fantástico, pero no era más que eso. Nunca pude conectar con él.

Por momentos me sentía culpable, porque en los momentos que él quería pasar tiempo conmigo o ponía de su voluntad para salir en una cita, yo generalmente no estaba de humor o le ponía excusas. A veces le evitaba, y otras quería su atención porque me sentía demasiado solo y deprimido. Mis amigos Jin y Hoseok solían decirme que estaba portándome demasiado mal con él, pero ¿Qué más podía hacer?

- Sólo déjalo, es obvio que no puedes olvidarte de Jung-

- Ni si quiera te atrevas a decir su nombre – el tono amenazante en mi voz hizo que Hoseok dejara de hablar – Es mi vida. Ya deja de meterte, ¿quieres? – admito que le había hablado de manera muy brusca, pero estaba demasiado cansado de todo. Me puse de pie, comenzando a caminar en dirección a la salida de la sala de ensayos. Mi amigo me siguió.

- ¿Y te la agarras conmigo? ¿No puedes dejar de comportarte así y hacer algo? Hace meses estás estancado, puedo notarlo.

- ¿Y crees que yo no lo noto? – me volteé para enfrentarle – No te preocupes por mí, le olvidaré algún día.

- No podrás hacerlo si no cierras ese tema de una vez por todas.

- No hay nada que cerrar, Hoseok. Las cosas son como son, esto es todo lo que hay.

Le pedí que por favor no me siguiera y me alejé, queriendo salir del edificio lo más rápido posible para tomar aire y fumarme un cigarrillo.

Los últimos meses de mi vida habían sido realmente los peores.

No había forma de que pudiera remontar en mi situación, pensaba que el tiempo calmaría las cosas pero en realidad sólo las empeoraba. Me sentía tan angustiado por dentro, incluso a pesar de estar enfocado en mi carrera y en mi novio, todo se veía opacado por la mierda de mi pasado, que me perseguía incansablemente.

Ni el cigarrillo que me fumaba podía calmar mis nervios, porque llegaba un punto donde era tal la desesperación que terminaba por volverme aún más nervioso, imposible era pensar en otra cosa cuando me sentía así de abatido.

¿Cuándo iba a acabarse? ¿No podía simplemente olvidarle y ya?

Estaba acabado, estábamos acabados, todo se había ido al demonio de un momento al otro, entonces, ¿Por qué seguía aferrándome a lo que no había podido ser? Sentía tal desazón que me hacía temblar y perder los estribos de mis pensamientos. Por momentos pensaba que tenía el control, mentalmente me daba un par de cachetadas y me situaba en el presente.

"Tienes que enfocarte en lo que realmente importa". "Pon tus ojos en tu futuro, Jimin". "Deja de pensar tanto, no hay nada más en qué pensar".

Pero así era, una lucha constante conmigo mismo. Yo quería seguir con mi vida pero algo dentro mío quería seguir así, estancado, hundiéndose en la perdición.

Había estado fumando y dando casi vueltas en círculos fuera del edificio de artes y me sentí como un estúpido y un desquiciado. Solté el humo de mi cigarrillo por mis labios y lo tiré al suelo con molestia.

- Mierda, has algo con tu cabeza, Jimin – me recriminé en voz baja.

Ofuscado comencé a caminar hacia los baños, necesitaba lavarme el rostro, refrescarme y aclarar mi mente.

"Claro, aclarar tu mente".

¡Era imposible! Había estado meses proponiéndome aclarar mi mente pero ahí estaba, seguía igual que al principio de toda la locura.

Entré al baño y me apoyé sobre el mármol de los lavabos, cabizbajo y cerrando mis ojos.

Respiraba profundo pero el aire parecía escaso de todas maneras. Decir que estaba estresado era poco.

Jin me lo había dicho una vez. "Acéptalo, hay algo que no puedes dejar ir porque nunca lo pudiste hablar con él".

Claro que era eso, no había otra alternativa. Las cosas entre nosotros habían terminado tan mal y tan difusas que ni si quiera llegamos a pelear en ningún momento. Todo había sido tan extraño que ni si quiera pude descargarme de todo lo que sentía, decirle lo que me pasaba por la cabeza en ese momento, pero por sobre todo, él tampoco lo había hecho.

Había estado muy enojado, lo admito, pero también estaba deprimido y confundido. Lo de Soojin había sido un trago demasiado ácido, algo que me había dejado tan mal y decaído que no quería hablar de ello con nadie, ni con mis amigos, y el tener la idea de que Jungkook había estado involucrado en todo ese drama de manera importante era algo que me dejaba con menos ganas de hacerle frente a los acontecimientos, lo único que quería era huir de todo, que el mundo se detuviera.

Pero también era cierto que no le di la oportunidad de explicarse, y eso me lo reproché días después de aquel día donde todo explotó, el día que vi que le habían golpeado mientras él bajaba la cabeza asumiendo la culpa.

Jamás pensé que llegaría a ver a Jungkook de esa forma, me había dolido, me había destrozado, pero todas las cosas que Hyunjin había dicho habían provocado un caos en mi cabeza, haciéndome pensar que si todo había salido así era por culpa de Jungkook y nadie más. 

Me sentí un monstruo por culparle, pero si no le culpaba... ¿Qué tal si estaba dándole la espalda a Soojin una vez más? No quería ser de aquellos que se dejasen influenciar tanto por sus sentimientos hasta el punto de no ver lo evidente. Realmente pensaba que si no hablaba con Jungkook tendría el tiempo de poder pensar en lo que había ocurrido y sacar mis propias conclusiones pero todo empeoró cuando él se acostó con alguien más, engañándome.

¿Cómo había podido? No habíamos cortado, y la situación ya era demasiado mierda como para que él hiciera algo como eso. Me había sentido tan traicionado, como si se hubiera burlado en mi cara, como si me hubiera dicho indirectamente que mis sentimientos no importaban, que nada de lo que había ocurrido con Soojin era importante, que todo lo que ocurría no significaba nada para él.

Sentí, por primera vez en mucho tiempo, que ambos no éramos para el otro.

Y eso me causó tanto dolor que mató toda la vida que alguna vez había tenido.

Jungkook era mi vida, era alguien que había llegado para ponerme sobre las nubes. Con él sentí que había conocido el amor verdadero, porque realmente habíamos pasado por muchas cosas y luchamos por estar juntos. Él había luchado por mí, eso pensaba, pero al final sólo terminó rindiéndose.

Quizás era eso y el hecho de que Jungkook había desaparecido por completo lo que no me dejaba con la conciencia tranquila para continuar con mi vida. No sabía nada de él, sólo que su madre había sido arrestada, me había llegado la noticia por mis padres pero ellos no sabían nada de Jungkook tampoco.

Jin tenía razón. Todo lo relacionado a Jungkook estaba tan abierto en mi pecho que no podía seguir adelante. Me había roto, me había anclado al suelo y estancado totalmente en un laberinto sin salida.

La gente decía cosas como que había dejado la universidad por la culpa que sentía de haber provocado la muerte de Soojin. Decían que era mejor así, que él merecía estar lejos de ese lugar para dejar descansar a Soojin en paz. Otros decían que Jungkook no había sido el culpable, decían que al parecer se había comprobado que él no había embarazado a Soojin y un montón de cosas más, pero nadie tenía la certeza de nada, había tantos rumores que yo sólo prefería hacer mi mirada a un lado y dejar de escuchar.

Suspiré, conteniendo las lágrimas en el baño hasta que escuché alguien hablando, rompiendo el silencio a mi alrededor. Levanté mi mirada y comencé a mirar hacia todos lados, hasta que comprendí que venía de uno de los cubículos.

Era una voz conocida, pero lo que más resonó en mi mente fue el nombre que pronunció.

- Te dije que no conseguí nada, Jungkook.

Mi corazón latió alarmado, como si hubiera sido despertado y puesto a prueba. No pude evitar voltearme en dirección al pasillo donde estaban los cubículos y me mantuve en silencio para poder escuchar con mayor claridad.

Quien estaba hablando era Yugyeom, pude reconocer su voz, y automáticamente comencé a recordar algo que me había llamado demasiado la atención y quedado en mi mente haciendo bastante ruido, pero sin poder llegar a algo en concreto, sólo dejándome muchas dudas y ninguna respuesta.

Una tarde vi a Jungkook en un auto. Le había visto después de mucho tiempo y sentí tantas cosas extrañas, una mezcla de sentimientos encontrados que me habían paralizado al mirarle por la ventana de aquel auto.

En ese momento sólo noté que el que conducía el auto era Yugyeom, algo que me pareció en demasía insólito, pero estaba tan pasmado por haber visto a Jungkook después de tanto tiempo que me centré en mirarle hasta que le perdí de vista.

Había sido la última vez que le había visto y la amargura de aquello me había estado carcomiendo todos esos meses.

¿Qué hacía Jungkook con Yugyeom? Ellos no eran amigos, sí compañeros de algunas materias pero no era como si le hubieras hubiera visto conversar alguna vez en realidad, al menos no con la confianza para compartir un auto.

Ese día me atreví a preguntarle a Tae, y él sólo me dijo que no había visto quién conducía el auto, y que era extraño porque Jungkook y Yugyeom no tenían relación alguna.

Pero fue en ese momento que Tae me dijo "Creo que Kookie se fue, y no volverá", haciéndome sentir un vacío tan desesperanzador que no pude evitar llorar frente a mi amigo.

- Es difícil, Jungkook. Sabes que siempre consigo pero esta vez no pude, el negocio está difícil, no te pongas pesado – sí, no había de otra, estaba hablando con Jungkook. Mi Jungkook.

Todos habíamos perdido contacto con él. Porque sí, la realidad era que nadie sabía dónde estaba, entre mis amigos nadie hablaba de ello, como si nadie quisiese pronunciar su nombre o si quiera suponer qué había ocurrido. Lo que había sucedido con Soojin nos había dejado tan afectados que ni si quiera habíamos sido capaces de hablar entre nosotros al respecto. Mis amigos no tocaban el tema en mi presencia.

Escuché el sonido de una puerta abrirse, vi a aquel chico alto y de pelo oscuro salir con una expresión algo enojada, guardando su celular en su bolsillo y paró en seco cuando me vio.

Pareció bastante sorprendido, demasiado diría yo, pero hizo como si nada y me saludó al pasar, atinando a salir del baño, pero no se lo permití. Le tomé del brazo, obligándole a detenerse de sopetón y con gran sorpresa se volteó a mirarme. Ahora su mirada mostraba enojo y desconcierto, y no era para menos.

- ¿Qué demon-

- ¿Hablabas con Jungkook? ¿Con Jeon Jungkook? – interrumpí, alzando algo la voz, estaba bastante desesperado. Él permaneció en silencio, probablemente analizando la situación, seguro preguntándose qué hacer – Habla.

- ¿Qué demonios te sucede? – rió de forma burlona – Suéltame, debo irme.

- No hasta que me digas dónde está.

- ¿Dónde está quién?

- Jungkook – respondí con un tono severo. Se estaba haciendo el desentendido y yo realmente no quería que me hiciera perder el tiempo cuando finalmente podía tener una mínima oportunidad de saber cuál era el paradero de Jungkook.

- ¿Para qué quieres saber? Creí que lo de ustedes ya se había terminado hace tiempo - comentó con el mentón en alto, parecía querer provocarme. Fue entonces que saqué una suposición, algo bastante amarga, pero era lo único que se me ocurría.

- ¿Está saliendo contigo? – tuve miedo de oír la respuesta, pero era lo único que podía suponer, no había otra forma de que ambos estuvieran relacionados.

- ¿Qué sucede si fuera así? – alzó una ceja, claramente con una expresión desafiante.

- Sólo... - algo dentro de mí comenzó a apagarse de a poco, me sentí demasiado desanimado, ido. Pero no era como si no pudiera ver lo obvio, solo me costaba aceptarlo – quiero saber dónde está...

- ¿Para qué? – preguntó. Su actitud era demasiado altanera para mi gusto, y le hubiera encajado un puñetazo en su estúpida cara de no ser que él era demasiado intimidante. Y pensar que yo había estado a punto de follar con él. Mierda, Jimin, sí que eliges bien, eh.

- Se fue sin decir nada... hace meses no le veo, y nadie sabe dónde está.

- ¿Y ahora vienes a preocuparte?

- ¿Qué quieres decir?

- Que dejaste a Jungkook cuando todo el mundo le dio la espalda, ahora ya es tarde – hizo ademán a tomar el pomo de la puerta para irse pero se lo impedí nuevamente.

- Yo no le dejé... yo necesitaba pensar... pensar en las cosas y... y cuando quise – mi voz comenzó a entrecortarse, no iba a llorar, pero sentía que el aire me faltaba, sentía los nervios floreciendo en mi piel – yo le llamé para hablar y él estaba con alguien más... - respondí frustrado, intentando no recordar lo mal que me había sentido aquella vez, lo desolado que estaba. Pero mis pensamientos pronto fueron interrumpidos por la estruendosa risa de Yugyeom. Me sobresalté, temblando inconscientemente por su actitud tan repentina.

- Es mejor aún. Jungkook te necesitaba y tú le dejaste de lado no sólo por las acusaciones de violación, sino también porque le acusaste de haberte metido los cuernos – tiró su cabeza hacia atrás, suspirando aún entre risas. Parecía estar divirtiéndose por ello, pero a mí no me causaba ni un poco de gracia, solo escalofríos. Mis ojos estaban abiertos como platos, observando cómo parecía ser un desquiciado de un momento a otro – Pusiste en duda a Jungkook y ni si quiera le escuchaste cuando quiso explicarte su versión de los hechos... deberías sentirte culpable.

- Lo hago – respondí sin dudar – lo hago... me ha comido la cabeza todo este tiempo... pero él... él simplemente me engañó... como si no valiera nada...

- ¿En serio crees eso? – sonrió de lado, acercándose demasiado, clavándome su mirada intimidante, tanto que yo me junté contra la pared para tomar distancia de él - ¿Tan preocupado estás por él? Pero aun así le abandonaste...

- Ya te lo dije... él me enga-

- Él no te engañó, idiota – su rostro repentinamente se puso serio y su voz completamente grave. Sus ojos eran tan penetrantes como dagas filosas. ¿Qué mierda pasaba con este tipo?

- ¿Qué-

- Que él no te engañó, maldición – miró hacia otro lado, rascándose el cabello, parecía estar impacientándose. Su comportamiento me estaba incomodando demasiado, era como si estuviera luchando internamente y yo no comprendía qué le sucedía – Mierda... Jungkook me matará por esto.

- ¿Qué mierda sucede? – no entendía qué ocurría, pero quería que me aclarara las cosas de una vez o me volvería loco de la ansiedad.

- ¿Sabes lo que ocurrió esa noche? – preguntó repentinamente, tomándome por sorpresa y haciéndome cuestionar aquello mismo. Yo suponía que él había estado acostándose con alguien más, pero Yugyeom parecía estar llevando la conversación hacia otra dirección, hacia algo que yo no me esperaba – Jungkook fue violado.

Mis ojos se quedaron fijos en los suyos, y mi cuerpo se congeló repentinamente con una ráfaga helada desde adentro hacia afuera. Todo dentro de mí sucumbió a una falta de comprensión de los hechos que me hizo sentir en una especie de realidad paralela.

No, a Jungkook no le habían violado. Eso no era posible.

Negué con la cabeza, resistiéndome a creer en algo así.

Yugyeom se mantuvo inmutable con una mirada tan fría que me hacía dudar de si en realidad estaba diciendo aquello en serio. Nadie podría decir algo así tan a la ligera. Y tampoco me parecía posible el que Jungkook hubiera pasado por algo así y que nadie lo notase, que hubiera estado ocultándolo por tanto tiempo y no se supiera de ninguna manera.

- ¿Qué? ¿Estás sorprendido? – se rió de mi expresión.

- No puede ser. No te creo – aseguré, pero mi voz temblorosa delataba mi inseguridad ante lo que yo mismo afirmaba. No me iba a dejar engatusar por él, ni si quiera le conocía y ni sabía qué relación tenía con Jungkook, pero tampoco tenía sentido que me dijera algo así como si nada, ¿Qué ganaba él?

- Entrar en negación no te hará las cosas más fáciles.

- ¿Vas a decirme que tú sabes perfectamente lo que le pasó, pero nadie más lo sabe? – Me crucé de brazos, no tenía sentido lo que él decía, pero en realidad era yo quien no tenía idea de nada, quien era completamente ignorante de los hechos.

- ¿Quieres saber cómo lo sé? – se acercó a mi lentamente, mientras yo permanecía pegado a la pared como si aquel muro pudiera asegurarme el mantener el control. Sentí su aliento caliente golpear contra mi oreja. Era escalofriante – Porque yo le violé – susurró. 

Se alejó a penas, su expresión parecía no estar en concordancia con lo que había dicho. Mientras que yo estaba petrificado y sintiendo los temblores apoderándose de mis piernas, él estaba relajado, en otra realidad, como si aquello que hubiera dicho no fuese nada. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón y comenzó a teclear. Yo no podía moverme, a penas podía reaccionar. No vi lo que estaba haciendo hasta que volteó su celular y puso la pantalla frente a mis ojos, mostrándome una fotografía.

Lo que vi fue suficiente para sentir mis ojos astillarse y llenarse de lágrimas al instante al momento que mi corazón casi se detuvo.

Era Jungkook con los ojos vendados, tirado en una cama donde sólo podía verle de la cintura hacia arriba, su cuerpo estaba desnudo. Una mano le sostenía la mandíbula y otra sostenía su lengua fuera. Todo lo que podía ver era sangre llenando su boca.

- Eres un terrible idiota, Jimin – dijo sonriendo.

- ¿Por qué... lo hiciste...? – mi voz hizo un gran esfuerzo por ser emitida, mi garganta se había contraído por el terror.

- ¿Por qué? – reprodujo mi pregunta tras una risa despreocupada – Porque la vida es así de mierda, Jimin - escribió en su celular algo y luego me lo mostró – Grábate en tu cabecita esta dirección. Si quieres saber con lujo de detalles lo que le sucedió a Jungkook estos meses, sólo ve a ese lugar. Y si llegas a abrir la boca sobre algo de esto, será Jungkook quien pagará los platos rotos.

- ¿Cómo pudiste...?

- Jungkook ignoró a Soojin cuando la violaron. Y a él le pasó lo mismo. El karma – su sonrisa fue tan cínica que me revolvió el estómago - ¿No es hermoso?

- Él... Jungkook... ¿Él está bien?

- Averígualo tú mismo.

.

.

.

.

.

Jimin ahora sabe que no todo es lo que parece, y aun ignora todo lo que le espera.

El gran reencuentro está muy cerca. 

Tengan buen martes! 

Pd: Feliz cumpleaños a nuestro Yoongi 💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top