22. Como siempre quise hacerlo
Jimin POV.
Wooyoung soltó una carcajada, haciendo rodar su cuerpo sobre la cama luego de contarle una anécdota que yo atesoraba mucho en mi memoria. Yo reí de igual manera mientras daba mi relato, era ciertamente divertido y no podía guardármelo para mí solo.
- No puedo creer que le haya dado la cara para hacer eso... - dijo pasando el dorso de su dedo índice por la esquina de uno de sus ojos, donde se había asomado una pequeña lágrima.
- Yo tampoco, parecía Tarzán intentando comunicarse - ambos comenzamos a estallar en risas nuevamente, incluso aunque la puerta se abrió de repente dejándonos ver a Jungkook desde nuestra posición.
- ¿De qué andan riéndose tanto?
- De cosas... nada importante.
- Pues no parece, sus risas se escuchan desde la sala - se acercó a nosotros luego de cerrar la puerta, y quedó de pie al final de la cama.
- Kook... - dijo Wooyoung - ¿Tienes un encendedor? Perdí el mío - el susodicho ladeó la cabeza algo confundido y miró a la mesita de luz.
- Ahí está - lo señala y ambos giramos nuestros rostros en dirección a la mesa de noche.
- Ah, ya veo - dijo con un tono de voz exageradamente plano, fingiendo. Y ambos volvimos a reír ruidosamente. Aplaudíamos mientras decíamos tonterías al aire entre risas y Jungkook estaba allí sin entender nada.
- ¿Qué es tan gracioso? - nos miró con su ceño fruncido.
- Nada... - me encogí de hombros. Estiré mi brazo hacia mi costado y apreté el interruptor de la lámpara de su mesa de noche - Bien, hay electricidad.
Wooyoung hizo un sonido ronco al intentar contener su risa pero falló en el intento.
Era un reír sin parar, más cuando mirábamos a Jungkook quien se veía enojado por nuestra actitud, probablemente por no hacerle partícipe de nuestra diversión.
- Son irritables - frunció sus labios y se sentó solo en una de las sillas de la mesa. Nosotros lo observamos y sólo ahí comenzamos a bajar el volumen de nuestras risas, ya dándonos algo de pena el ignorarle de esa forma.
- No te enojes, Kook... - dijo con una voz suave - Ven, haznos compañía - dio unas leves palmaditas al colchón y Jungkook se volteó a mirarnos, aun mostrándose ofendido.
- No si no me dicen de qué se ríen.
- Te lo diremos si vienes - le sonreí y él se quedó mirándome por unos segundos, hasta que se puso de pie y caminó lentamente hacia nosotros. Apoyó una de sus rodillas en el colchón y se inclinó, gateando hasta donde estábamos y recostándose boca arriba entre ambos - Le estaba contando a Woo una de mis anécdotas favoritas... - sus ojos se abrieron bastante, mostrando sumo interés.
- ¿Me la contaste alguna vez?
- No, pero aun así la sabes... aunque no sé si lo recuerdes - reí - ¿Recuerdas cuando me pediste mi encendedor y me lo robaste?
- No te lo robé, te lo pedí prestado.
- Te lo quedaste y luego fingiste perderlo.
- Yo... yo lo había perdido en serio - dijo algo nervioso y al parecer Wooyoung lo notó, porque soltó una carcajada desvergonzada.
- También viniste a mi casa a preguntarme si tenía luz, me dijiste que tú no tenías, pero al final las luces de tu casa estaban encendidas - le recordé y él permaneció en silencio.
- Deberías escribir un libro con frases de cómo ligar, Kook - cuando Wooyoung dijo eso ambos comenzamos a reír y Jungkook se quejó en medio de nuestras risas y movimientos de nuestros cuerpos.
- ¿Qué se suponía que hiciera? La había cagado y tú no querías hablarme.
- ¿No era mejor decir simplemente "Lo siento"? - enarqué una ceja.
- Aquello no existía en mi vocabulario en ese momento - torció sus ojos.
- No te enojes... - solté una risita al verle tan molesto - En serio... en ese momento no sabía qué tramabas pero... cuando me di cuenta me pareció realmente tierno...
- ¿Y así te enamoraste de él? - preguntó Woo, haciendo que le mirara.
- Sí, algo así - asentí con una sonrisa.
Continuamos hablando, contando anécdotas divertidas de nuestras vidas, aun teniendo a Jungkook en medio de nosotros dos.
En todo momento, cuando reíamos, cuando hablábamos, no podía dejar de siempre lanzar miradas hacia él. Me gustaba ver cuando me miraba atentamente mientras yo hablaba de algo, aún más cuando sonreía o desviaba su mirada al cruzarse con la mía.
Mi corazón latía por él a cada momento.
Wooyoung se estiró sobre la cama y luego volvió a apoyarse sobre su codo derecho y nos observó a ambos.
- Bueno, es mi momento de irme - dijo sentándose y tomando su celular de la mesa de luz.
- ¿Trabajo? - preguntó Jungkook.
- De hecho no. Yugyeom me invitó a comer...
- ¿Hablas en serio? - preguntó con sus ojos abiertos como platos. Wooyoung sonrió con algo de vergüenza y se encogió de hombros.
- Estás jodido... - musité poniendo una expresión que mostraba mi desagrado ante la idea, algo que le dio gracia a él - Mereces a alguien mejor - suspiré y él me observó con una mirada sugerente.
- ¿Te ofreces? - se inclinó un poco por encima de Jungkook para acercarse provocativamente a mí. Yo reprimí una risa por sus juegos.
- Quizás - susurré con voz sensual a propósito, y en ese mismo instante Jungkook carraspeó para hacerse notar. Le miramos, y nuevamente tenía esa expresión de niño ofendido.
- ¿No quieres que juegue con Jimin? - pregunta con diversión al mirarle - Descuida... sabes que me porto bien - sonrió inocentemente - Bien, ahora sí me voy.
Inesperadamente, se inclinó en una simple milésima de segundo y pude sentir sus labios contra los míos y un fuerte chasquido se oyó con él.
Se alejó de inmediato riendo por lo bajo mientras yo me quedaba completamente en blanco y Jungkook boquiabierto, ambos observando cómo él tomaba su mochila y se iba soltando un "Los quiero" y dando un portazo por la prisa que repentinamente llevaba.
No pude evitar reírme y negar con la cabeza, Wooyoung era único.
Me senté en la cama, cambiando mi posición, y miré a mi costado para encontrarme con la mirada penetrante de Jungkook. Alcé las cejas inquisitivamente.
- ¿Qué? - pregunté. Estaba con su cabeza sobre una de las almohadas y sus brazos detrás, a una corta distancia de mí.
- ¿Ya se han besado antes? - el tono serio y cargado con un leve resentimiento me hizo sonreír automáticamente. Negué con la cabeza en respuesta. Él desvió sus ojos hacia algún lado de la habitación y por unos segundos se mantuvo en silencio, mientras tanto yo me mantuve observando las facciones de su rostro, y aunque estuviera delgado y su expresión cansada no se iba, seguía viéndose igual de atractivo que siempre - ¿Por qué le contabas sobre aquella vez?
- Ya lo dije, es una de mis anécdotas favoritas...
- ¿Por qué? - volvió sus ojos en mi dirección.
- Porque era adorable cómo intentabas hablar conmigo... incluso las veces que me hablabas por la ventana del balcón, me espiabas descaradamente - reí un poco al recapitular aquello en mi cabeza - ¿En qué pensabas cuando me mirabas tanto?
No estaba seguro si era un tipo de conversación que Jungkook quisiera tener conmigo a esas alturas, pero creía que no perdía nada con preguntárselo. De alguna forma, el ambiente íntimo y tranquilo en la habitación me hizo pensar que no estaba tan fuera de lugar animarme a preguntar algo así.
Él suspiró y pareció pensárselo por unos momentos antes de decir algo.
- Me dabas curiosidad...
- ¿Curiosidad? - ladeé mi cabeza un poco.
- Sí, era la curiosidad de saber lo que se sentía besarte, tocarte, probar cada parte de ti... - suspiró, aún sin dejar de mirarme - Cuando te observaba vestirte en tu habitación, podía sentir una gran inquietud dentro mío...
- ¿Era bueno o malo?
- Se sentía como ambas... era malo porque me hacías sentir ansioso y confundido... y era bueno porque me hacías sentir vivo - aquello último fue algo que se oyó tan bonito como también triste, por alguna razón, quizás porque las cosas ya no eran así - Quería convencerme de que sólo estaba confundiendo las cosas... pero todo lo que sentía era tan fuerte que no podía sacarte de mi cabeza...
- Suena a una tortura...
- Lo era - dijo a secas - Lo sigue siendo.
Eso último me tomó tan de sorpresa que sentí una oleada de calor arremetiendo por todo mi cuerpo y mi corazón se aceleró a la par.
Iba a preguntar al respecto, pero él volvió a hablar.
- Sigo viéndote y aún no puedo aguantar las ganas de tocarte y besarte... - su voz, tan grave y rasposa, lo único que hizo fue estremecerme por completo en conjunto con aquellas palabras. Su era mirada intensa, igual que aquellas que solía dedicarme cuando estábamos juntos. Mis impulsos me llevaron a acercarme más a él, inclinándome levemente sobre su cuerpo y sintiéndome altamente nervioso - Jimin... - murmuró cuando me acerqué de más a su rostro, su tono de voz haciéndome saber que no era bueno que me acercara así.
- Por favor... - la súplica salió por sí sola de mis labios, y mis manos temblaron mientras se posaban sobre su pecho - Yo tampoco puedo... contenerme cuando te veo... - dije en un tono sumamente bajo, arrastrando mis palabras con fuerza desde mi pecho, percibiendo la presión en él. Nuestras miradas se conectaban con intensidad cada vez que las cruzábamos, y cuando no nos mirábamos recorríamos cada rincón del rostro del otro - ¿Crees que puedo quedarme tranquilo luego de que me digas todo eso...?
- No quiero lastimarte... ya te lo dije... cuando despierte... todo será igual que siempre...
- Olvídalo por ahora... - llevé mis manos a su cabeza, sintiendo su cabello bajo mis dedos al acariciarle y me animé a besar su mejilla para luego susurrar en su oído - finjamos ser como antes... cuando nos queríamos tanto...
- Eso sólo dolería más y- todo su cuerpo dio un respingo cuando posé mis labios sobre la suave piel de su cuello y pasé mi pierna por encima de su cuerpo para sentarme a horcajas sobre él. Soltó el aire retenido con fuerza y frustración. Se tensó por completo y me obligó a alejarme tomando mi rostro entre sus manos para mirarme fijamente - Escúchame cuando te hablo... - frunció su entrecejo y yo mordí mi labio reprimiendo, sin nada de éxito, una sonrisa, porque incluso aunque él estaba algo molesto, yo era feliz con simplemente tenerle cerca. Ladeó su cabeza al ver mi expresión juguetona - No te cansas de poner mi mundo de cabeza, ¿cierto?
- Tú tampoco pareces cansarte... - volví a inclinarme sobre él, aún con sus manos a ambos lados de mi cara - No te cansas de hacer que mi corazón lata tan fuerte y rápido... no te cansas de hacer que todo mi interior arda en llamas... no te cansas de hacer que te extrañe... - de manera sensual apreté sus labios entre mis dientes, tironeando con algo de fuerza y luego soltando. Nuevamente se puso inquieto y relamió sus labios. Sonreí ampliamente, mi corazón llenándose de adrenalina cuando él bajó sus manos por mi cuello, acariciándome muy despacio - No sé qué suceda mañana... pero lo único que sé es que no me importa si mañana duele, jamás me arrepentiré de lo que hagamos hoy, no si eso significa poder tenerte esta noche como antes - volví a acercarme, esta vez para plantar un beso en sus labios, y rozándolos volví a hablar - Dios... no tienes idea de cuánto te extraño.
Sentía mi mundo caerse, pero a esa altura no me importaba absolutamente nada, no me importaba entregarle mis sentimientos aunque él quisiera resistirse a ellos. Sabía que en algún punto algo dentro de él hacía latir su corazón igual que el mío.
No pude aguantar volver a besarle pero con más intensidad, amoldando mis labios a los suyos. Sentí la adrenalina invadirme cuando él respondió de igual manera, y se dejó llevar acariciando los costados de mi cuerpo con sus manos.
Habían pasado tiempo desde la última vez que habíamos estado juntos, y como si hubiéramos estado una eternidad separados nos besamos intensamente sin poder detenernos ni por un momento.
Sus caricias se volvieron urgidas, sus manos se paseaban inquietas por mis piernas. Clavando mis rodillas sobre el colchón a los lados de su cintura y elevando un poco mi trasero, me sostuve para sujetar el borde de su camiseta y así comenzar a quitársela. Él estiró sus brazos para que pudiera sacarle la prenda por completo y dejar que pasara mis labios por su pecho.
Me gustaba escuchar las inhalaciones profundas que daba cada vez que yo lamía sus pezones y los mordía para tirar de ellos. Pasaba mi lengua por la línea de su esternón, subiendo hasta su cuello, el cual quedó descubierto y a mi disposición cuando él tiró su cabeza hacia atrás, empujando su pecho hacia mí.
Sus manos apretaron mis piernas con fuerza, deslizándose por mis muslos y sentí un gran cosquilleo en mi bajo vientre cuando él alzó sus caderas, presionando su entrepierna contra mí. Sentía el bulto duro haciendo presión y con sólo eso ya era suficiente para sentir oleadas de calor desde mi miembro hasta el resto de mi cuerpo.
Pasamos un buen tiempo de esa manera, jugueteando con nuestras cuerpos, rozándonos y acariciándonos. Disfrutábamos del otro y de aquella cercanía que tanto anhelábamos.
Nuestras caderas se movían más rápido y con más fuerza, insistiendo en el contacto de nuestras zonas íntimas, incluso con la ropa aún puesta, podíamos sentirnos perfectamente.
No tardó en cambiar nuestras posiciones, girando nuestros cuerpos y haciendo que yo me pusiera boca abajo, dándole la espalda.
Sentí cómo se apoyaba desde atrás, empujando su pelvis contra mi trasero, sintiendo aquel bulto endurecido. La tela de mi jean apretaba mi pene terriblemente y eso ya se estaba volviendo algo frustrante, necesitaba liberarme y él también.
No perdimos mucho más tiempo hasta que nos quitamos toda la ropa, terminando desnudos y frotándonos.
Con mi rostro de lado pegado al colchón y mis manos aferrándose a las sábanas, yo mantenía mis caderas alzadas, disfrutando de todas las sensaciones al sentir sus manos por todo mi cuerpo, masajeando mis caderas y también mis glúteos. Sus dedos parecían disfrutar del calor de mi cuerpo, yendo y viniendo por mi espalda mientras depositaba besos en la hendidura de mi columna.
- Kook... - le nombré en un susurro anhelante - abrázame...
Sentí su aliento caliente en mi cuello depositando besos en mi nuca mientras acunaba mi cuerpo entre sus brazos, rodeándome y abrazándome. Sentir su pecho contra mi espalda y sus brazos cruzados por mi abdomen era sumamente reconfortante, todo mi cuerpo quedaba a merced del suyo y mis músculos se relajaban.
Yo mantenía mis ojos cerrados, suspirando y relajándome, perdiéndome en el momento y en cada caricia mientras él me preparaba, dilatándome y lubricándome.
En un momento se alejó de mí, tomó un condón de su mesa de noche y se lo colocó rápidamente.
Fue al instante que comenzó a entrar a mi cuerpo poco a poco, y cuando estuvo completamente dentro, su cuerpo volvió a pegarse al mío. Aquello era lo más cercano que podíamos estar del otro, completamente conectados, y mi pecho se sentía lleno como nunca.
Abrí mis ojos al sentir su mano derecha deslizarse sobre la mía y tomándola, invitándome a entrelazar nuestros dedos.
Su tacto se sintió tan suave y protector, como conectándonos desde lo más puro de nuestras emociones, tanto que sentía mi corazón vibrar con gran intensidad, mezclándose con el amor y el dolor que sentía por quererle tanto.
Besó mis labios y rodeó mi pecho con su brazo izquierdo, sosteniendo aún mi mano con su diestra.
- ¿Te gusta así, cariño? - susurró contra mis labios. Estaba seguro que podía haber muerto por la compresión en mi pecho, estrujándose y desmoronándome por lo afectuoso que estaba siendo conmigo. Se sentía como antes.
- Sí... - gemí de manera áspera, agobiado por todas las emociones. Tanto en mi pecho como en mi cuerpo, mis sentimientos afloraban sin ningún reparo y mi interior reaccionaba a la estimulación que lograba por medio de los movimientos de sus caderas contra mi trasero, completamente pegados. Era lento y placentero - Me encanta así...
Mi gemidos eran altos pero relajados, Jungkook llevaba el ritmo de ambos, él sabía cómo me gustaba.
El calor del roce dentro de mi cuerpo me enloquecía, el fuego que emanaba su miembro al entrar y salir, estaba tan resbaladizo incluso a pesar de tener condón, era gracias a la previa preparación.
Su voz también se escapaba, sus gruñidos me excitaban, él disfrutaba de mi cuerpo y eso me hacía sentir bien.
- Jimin... - murmuró.
- Dime, cariño...
- Quisiera... tenerte por siempre...
- Puedes tenerme... - aseguré, sintiendo mis piernas temblando al tenerle tan profundo dentro de mí y golpeando mi próstata - sólo... sólo tienes que pedírmelo... - jadeé cuando me apretó aún más fuerte contra él y se hundió dentro con fuerza.
- ¿Recuerdas... aquel baile...? - preguntó y mordió mi oreja suavemente, jugueteando con el cartílago.
- Nunca podría olvidarlo...
- Esa noche... me sentí tan libre... esa noche fui yo mismo... Te amé como siempre quise hacerlo...
No esperaba que él dijera algo como eso en un momento así, pero tal y como yo no podía aguardar mis emociones, él tampoco, porque lo que pensamos que comenzaría como un momento completamente hormonal, terminó por ser dominado por nuestros sentimientos.
El sexo era bueno, placentero, pero hacer el amor no tenía precio, no cuando podía entrelazar mi alma con la de él como si fuéramos uno, como si nunca hubiéramos estado separados.
Fue un momento donde nos dejamos llevar por todo lo que teníamos guardado dentro, por todas esas memorias que habíamos querido enterrar muy en el fondo de nuestras mentes y corazones.
Y por ese momento fuimos quienes solíamos ser.
"Siete años", me dijo una vez. Siete años de edad habían sido suficientes, eso me había dado a entender pero la duda seguía plantada en mi cabeza. ¿Era realmente lo que yo sospechaba?
Luego de hablar con su madre comprendí por qué todos esos meses que había pasado con Jungkook, cuando comenzamos nuestra relación hasta el final, había percibido algo en sus comportamientos, en las cosas que me decía, en cosas que me había contado de su niñez y de su familia.
"Te amé como siempre quise hacerlo", había confesado, y lo que la señora Choi me había contado hacía unos días azotó mi cabeza y era algo que debía de haber sabido hacía mucho tiempo. Pero la verdad no siempre sale cuando la necesitamos.
- Entonces, ¿mi muchacho se está portando bien? - me preguntó esbozando una suave sonrisa.
Ya no tenía aquellos golpes en la cara tan hinchados, únicamente quedaban algunos rastros de los moretones. Sus cortes habían sanado bien, dejando a penas unas marcas, pero aún faltaba para que curaran del todo.
Su rostro ya no se veía cansado, aunque sí estaba bastante delgada a pesar que le estaban dando comida rica en nutrientes para que no se descompensara, además del suero.
Sólo faltaba un día para su cirugía.
Suspiré al pensar en Jungkook y también sonreí.
- Él siempre se porta bien... - dije con honestidad.
- No le defiendas, bastante que me ha mentido y no me dijo nada sobre lo que le estaba sucediendo - dijo con pensar, negando con la cabeza - Tan mala madre he sido... que nunca pude darle una vida digna.
- No diga esas cosas... - me sentí bastante mal por ella, no era momento para que se sintiera culpable, era bastante feo que siguiera recriminándose cosas de tantos años - No es su culpa... sólo... fue mala suerte...- dije, en realidad pensando por mis adentros que todo había sido por mi culpa.
- Te diré un secreto, Jimin... si es que aún no lo sabes - la miré atentamente, esperando escuchar lo que al parecer quería contarme - Jungkook era pequeño... no recuerdo qué edad tendría... pero era tan lindo, él siempre fue lindo, pero sus ojos eran más grandes y redondos en ese entonces, era tan adorable - a medida que hablaba, yo podía recordar cómo era Jungkook en ese momento por las pocas veces que le veía, y ciertamente tenía una cara tan inocente y tierna, que no pude evitar sonreír ampliamente al recordarlo - Cuando Hyuk no estaba, Jungkook aprovechaba a dejar de hacer lo que fuera que estaba haciendo para correr hasta la ventana y quedarse allí mirando hacia la calle - relataba ella con una suave sonrisa - Al principio no entendía qué tanto miraba, yo sólo le decía que volviera a hacer su tarea o sino su padre se enojaría, pero él me decía que le dejara seguir mirando un ratito más. Entonces simplemente me acerqué a observar qué era aquello que llamaba tanto su atención - su mirada y su sonrisa se tornaron bastante tristes a mi parecer - Estaba mirando a los niños del barrio jugar, jugaban a la pelota, al escondite y otras cosas. Él también quería salir a jugar, pero Hyuk siempre tenía preparadas tareas para que él se mantuviera ocupado - suspiró con pesadez y arrepentimiento - mis padres me criaron de la misma manera, y a él también, así que era algo normal.
- Es... bastante duro...
- Sí, y ahora me doy cuenta de que ese fue uno de los tantos errores que cometí - peinó su cabello suavemente y juntó luego sus manos sobre sus piernas - Yo solía sentarme en uno de los sillones frente a la ventana, leyendo revistas o hablando con mis amigas, mientras Jungkook miraba con atención hacia la calle. Y de vez en cuando yo levantaba mi mirada, prestando atención a lo que él hacía. Fue entonces que un día me di cuenta que él no miraba a los niños en general sino que había uno de ellos que al parecer resaltaba del resto, porque cada vez que ese niño se separaba de los demás a buscar la pelota o correr hacia otro lado, veía la cabeza de Jungkook girarse en su dirección, le seguía con la mirada - tragué duro al darme cuenta de lo que me estaba hablando, al percibir hacia dónde iba aquella historia - Un día, mientras yo leía, le escuché susurrar algo, como si hubiera olvidado por completo que yo estaba allí. Y lo único que dijo fue "Jimin".
Aparté mi mirada de la suya, ahora hacia mis manos que jugaban nerviosamente con la tela de mi pantalón. Sentí mi corazón contraerse con una gran dolor.
- Entonces entendí qué estaba mirando y por qué. Y lo único que pensé fue en que Hyuk no podía saber algo como eso, que era mejor que Jungkook dejase de mirar tanto por la ventana para no levantar sospechas. Hyuk sabía que yo dejaba que Jungkook a veces se distendiera, por eso me recriminaba que era muy blanda con él, pero lo que no iba a permitir, al menos en ese momento, era que Jungkook pasara por el sufrimiento de gustar de alguien que no sería nunca aceptado por su padre, que le traería rechazo por parte de incontables personas y que afectaría su futuro profesional.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. La avalancha de sentimientos fue tan grande, el dolor por lo que Jungkook había tenido que pasar toda su vida se me hacía tan desgarrador y más sumándose el hecho de que casi toda su vida había estado prestándome atención sin que yo si quiera lo notara.
Respiré hondo, intentando calmarme y haciendo fuerzas para no soltar mis lágrimas, en serio no quería hacerlo frente a ella, no quería incomodarla de tal manera.
- Siempre le gustaste, Jimin, y me siento tan culpable de haberle privado de aquellos sentimientos incluso luego de ver cómo sus ojitos brillaban al mirarte - esta vez fueron sus ojos los que se llenaron de lágrimas y cayeron sin reparo - Es por eso que digo que soy una mala madre.
- Bueno... yo he sido un mal novio...
- Si él me perdonó... también te perdonará a ti... - sonrió, dando un aire de esperanza a mi desanimado corazón. Le tendí un pañuelo de papel, para que secara sus lágrimas y así hizo - Dale tiempo, es muy orgulloso y cabezota, eso lo saco de su padre - hizo una mueca desganada - pero también sacó de mí el ser muy enamoradizo y algo tonto, mira que no cualquiera se la pasa toda su vida enamorado de la misma persona - soltó sin vergüenza, haciéndome reír.
Tener aquella charla con ella había sido bastante liberador, aunque me había sentido algo aturdido, no esperaba que las cosas para Jungkook se hubieran dado de esa manera. Como su madre lo contaba, al parecer él realmente había estado dándose cuenta desde pequeño lo que le ocurría, pero los mandatos de su padre le obligaron a querer buscar extirparse aquello hasta convencerse de ser una persona completamente diferente.
Entonces entendía, entendía casi todo lo que había estado pasando por la cabeza de Jungkook desde el momento que empezaron a suceder cosas entre nosotros. Sus miradas, su comportamiento, la confusión constante y lo tanto que sus acciones y palabras se contradecían. Cómo se negaba a lo nuestro y cómo luego se dejó hundir como si no hubiese un mañana, como si hubiera querido aquello toda su vida y es que en realidad había sido así.
Esos sentimientos habían estado aguardando dentro de él por mucho tiempo, demasiado, y finalmente cuando pudo liberarlos, él había sido realmente feliz, realmente libre.
"Fui el puto rey del baile por ti, Jimin. Me expuse como tu novio ante todos, fui el hombre más feliz del mundo, ¿y aun así no fue suficiente para que creyeras en mí?"
No me sorprendía que Jungkook no pudiera perdonarme.
Había sido feliz, había sido libre como siempre lo había deseado, y al final yo terminé por empujarle al vacío.
En ese momento no pude evitar finalmente llorar frente a la señora Choi, quien tomó mi mano con suavidad y me dejó llorar sin decir nada más al respecto.
Yo sólo esperaba eso, esperaba que en algún momento él pudiese perdonarme como lo había hecho con ella.
.
.
.
.
.
Hola, gente bella✨
Bueno, en este cap finalmente queda al descubierto la historia de Jungkook y cómo sus sentimientos por Jimin se desarrollaron a muy temprana edad. También nos permite entender por qué él mantenía un comportamiento tan agresivo al principio. Él solía ser alguien completamente infeliz.
La forma en la que había sido criado no le había permitido ser él mismo.
Si bien queda en nosotros defender lo que somos, a veces las personas llegan al punto de intimidarnos tanto hasta forzarnos a abandonar nuestros propios deseos solo para poder encajar. ¿Les ha pasado?
Espero que hayan disfrutado el capítulo! Nos leemos. 💙
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top