21. Arrepentimiento
Jimin estaba con toda su atención puesta en sus libros y con sus anteojos para leer. Ya sentía que de alguna manera sus ojos estaban a punto de derretirse, llevaba horas recorriendo aquellas páginas con la luz de su escritorio encendida y el brillo reflejado en las hojas blancas ya le estaba dejando viendo estrellas.
Estaba a poco de un examen de literatura y la cantidad de libros literarios e informativos que había leído y aún le quedaban por leer era exagerada. Quería ganar tiempo y sólo había tomado café para mantenerse despierto pero su estómago ya había comenzado a tomar protagonismo, los rugidos que soltaba le hacían saber que no podría concentrarse más con el estómago vacío.
Se puso de pie, dejando sus lentes sobre los libros pero aún la luz prendida. Caminó hacia la otra habitación donde estaba la cocina y emprendió el proceso de poner algo de agua a hervir para hacerse un ramyeon instantáneo, era idóneo para no perder mucho tiempo en cocinar.
El departamento donde vivía era pequeño, en un edificio a unas cuadras de la universidad. El vivir en el campus era algo sumamente cómodo y le gustaba, pero desde que Hoseok había pasado a mudarse con su novio Taehyung, y en ese entonces Jimin aprovechó la situación para vivir con Wonho, ahora ya no tenía a su amigo para volver a vivir en el campus y no tenía ganas de enfrentarse al estrés de conocer a un nuevo compañero de cuarto y acoplarse a él.
Hoseok y él se conocían mejor que a cualquiera y habían desarrollado una buena dinámica de convivencia, Jimin sabía que no iba a poder hacer eso con un desconocido que le tocase al azar para compartir su cuarto.
El lugar era pequeño ya que no necesitaba mucho más, después de todo vivía completamente solo desde que había terminado con Wonho.
El agua hirvió y así apagó las hornallas, vertiendo el líquido en la pequeña copa de telgopor con los fideos y el condimento que venía dentro de un sobre. Por último mezcló todo con sus palillos.
Una vez que se dispuso a comer sentado a la mesa iba a ponerse a navegar un poco por internet para matar el tiempo pero el timbre sonó, descolocándole y casi lanzando los palillos fuera de la copa de ramyeon.
Se limpió los labios con una servilleta y se puso de pie para ir a ver de quién se trataba.
Eran las siete de la tarde, se preguntaba quién podía ser que estuviese del otro lado de la puerta y le sorprendió cuando echó un vistazo por la mirilla.
Abrió de inmediato, encontrándose con dos de sus amigos frente suyo. El rubio no esperaba a nadie, así que iba a preguntar a qué se debía la visita la pareja.
No era extraño que su mejor amigo estuviera ahí, lo que le confundía era ver al novio de éste allí.
Sin embargo, ni si quiera pudo preguntar, Taehyung se apresuró a comenzar la conversación.
- Quiero ver a Jungkook.
A Jimin le costó reaccionar. Casi se había sentido como si su cerebro hubiese tardado más de lo normal en analizar la frase.
Si estaba sorprendido al tenerles allí de la nada, más lo estaba ahora por esa actitud tan repentina y un tanto desesperada. Los ojos de Taehyung le miraban rogantes, implorando una respuesta a su pedido.
Era eso, un pedido.
"Quiero", había sonado demasiado demandante y hasta invasivo.
Jimin no pudo evitar correr su mirada hacia un arrepentido Hoseok con el rostro hacia el suelo con claro miedo de encontrar la mirada recriminatoria de su mejor amigo. Sabía que mínimo le observaría como si hubiese cometido un crimen.
Levantó sus ojos, atreviéndose a tomar el riesgo y la expresión tajante de Jimin claramente gritaba "Dije que mantuvieras tu jodida boca cerrada".
Jimin volvió a mirar al otro chico y este seguía igual, la boca entreabierta como si estuviese esperando que le respondiese para seguir respirando.
- Taehyung-
- Necesito verle, Jimin – su voz grave había sonado como un canto desafinado, y es que el nudo en su garganta era palpable – Necesito que me lleves a verle.
- Tae, no puedo hacer eso.
- No puedes hacerme esto, Jimin.
El rubio nunca imaginó en su vida ver a Taehyung de tal manera, completamente desestabilizado por sus emociones. Había podido saber por Hoseok lo tan preocupado que había estado y las veces que se cruzaban de casualidad, luego de que el disturbio de Jungkook rompiera por completo la confianza entre el grupo, Jimin había logrado verle bastante afectado. Pero en ese entonces Jimin ni si quiera quería pensar más que eso, no quería preguntar ni tampoco quería saber los detalles, por lo tanto poco sabía de cómo había vivido Taehyung la desaparición de su amigo. Le había incluso dicho a Hoseok que no quería que le dijese nada, que le diese ningún tipo de información, mucho menos que mencionara el nombre de Jungkook.
Pero ahí estaba ahora, muchos meses después, los ojos de Taehyung eran aquellos de alguien desesperado por amarrarse al único hilo de esperanza que había encontrado en mucho tiempo.
Jimin tenía que admitir que en su pecho se sintió una sensación tan estrujante que supo era consecuencia de la culpa y el remordimiento siendo removidos como si estuviesen dentro de una mezcladora de cemento.
Había estado alejado de sus amigos todo ese tiempo, no quería ver a nadie que le recuerde a Jungkook, por eso se había refugiado en su relación con Wonho hacía meses, y desde que había cortado con éste sólo se había dispuesto a ocuparse de su vida, su estudio y obviamente, por sobre todo, en estar al tanto de Jungkook y Wooyoung.
Realmente había estado con su mente en otro lugar como para recordar que había un grupo de amigos allí del cual ya no sabía nada y que habían quedado con la incógnita del paradero del pelinegro como él lo había estado al principio, antes de que Yugyeom le dijera dónde estaba.
Quiso matar a Hoseok, realmente no planeaba que nadie supiera cosas de Jungkook, pero ahí estaba Taehyung casi a segundos de caer de rodillas.
- Por favor, Jimin, te lo ruego – y mierda, Jimin sintió una punzada en su pecho – Dime cómo está... necesito saber cómo está, que está bien.
Jimin exhaló con fuerza, rindiéndose ante la situación irreversible en la que ahora se hallaban. Se hizo a un lado y les cedió el paso a ambos a entrar a su hogar.
Los tres tomaron asiento, Jimin antes preguntó si querían comer o tomar algo, pero ambos negaron, claramente no tenían mucho apetito, y a Jimin se le había ido un poco pero su sopa aún seguía allí esperándole y no quería que se enfriase, por lo que siguió comiendo, con pausas en medio para poder hablar.
- ¿Qué es exactamente lo que Hoseok te contó? – interrogó, no sin perder la oportunidad de observar al nombrado con reproche.
- Todo – respondió sin dudar – Me contó todo... todo lo que pasó en realidad... todo por lo que Kook tuvo que pasar y dónde está ahora...
- ¿Por qué demonios le contaste? – no podía con la situación, realmente se preguntaba por qué demonios debía pasar por tal cosa de tener que invadir la privacidad de Jungkook una vez más para aclararle las dudas a Taehyung.
- Él... él ha estado desesperado, Jimin. Cada día, desde ese entonces, está desanimado y ya no puedo verle así. Lo siento, pero no podía seguir callándomelo...
- Tenemos el derecho de saberlo tanto como tú – apuntó el otro – Me he sentido culpable e impotente de no comprender qué había salido mal... carajo, me maté el cerebro pensando en dónde demonios se había metido, en por qué se había ido, en por qué había cambiado tanto y yo sólo... sólo podía pensar en que tal vez era porque la culpa le estaba carcomiendo y que era normal – sus ojos se llenaron de lágrimas.
La situación era dura sin dudas. Jimin nunca en su vida había visto a Taehyung llorar.
- Sentí... mierda, había sentido que el tiempo se nos había ido de las manos, que de un momento a otro todo se había desvanecido y él ya no estaba... creí que lo habíamos perdido para siempre – los labios le temblaron involuntariamente y una fina lágrima rodó por la piel morena de su rostro – Y ahora... ahora me siento incluso peor. Por favor, quiero verle, quiero disculparme con él, quiero que sepa que nunca quise que esto sucediera.
Jimin podía verse a sí mismo reflejado en Taehyung y el dolor se avivaba mostrándole que nunca se había ido incluso a pesar de que su relación con Jungkook había sanado bastante.
- Tae... te entiendo, pero no puedes ir a verle así como así... él... él está muy dolido, y ahora mismo tiene demasiados problemas, estoy haciendo lo posible por acompañarle.
- Pero no puedes decirme esto, Jimin... no puedes simplemente decirme que haga como si nada cuando ahora sé la verdad, y sé lo que mis acciones causaron en él. Todos nosotros... los chicos... ellos deben saberlo.
- No – negó inmediatamente y de forma tajante – Imposible.
- ¿Cómo puedes ser así de egoísta? – alzó las cejas en una expresión llena de asombro e indignación – Para empezar, lo de ustedes comenzó gracias a mí y Yoongi, somos sus amigos desde hace años y al final todos estamos en esto juntos. Todos merecemos saber.
- Es la vida de Jungkook, no tenemos derecho a andar esparciendo lo que le sucedió si él no lo quiere así, Taehyung.
- No es esparcirlo, Jimin. ¡Somos nosotros! Somos los principales culpables de todo y él sigue allí afuera luchando mientras nosotros estamos como si nada pensando que él huyó de las acusaciones. ¡Lo putamente acorralaron! Y lo... lo-
- Ni si quiera lo digas en voz alta – apretó sus párpados con sus dedos sintiendo los nervios en todo su cuerpo.
- Jiminie... - murmuró con sutileza Hoseok – Sé que Kook no quiere que nadie sepa de él ni tampoco quiere vernos, pero creo que a esta altura en serio es necesario que el resto lo sepa. Todos estuvimos involucrados en esto, todos somos culpables de cómo se dieron las cosas y también... ellos merecen saber la verdad. Jungkook lo merece, merece que sepan que el mundo estaba equivocado respecto a él. Él no merece seguir en las sombras y sufriendo como si hubiese sido el culpable de todo y merecedor de tal sufrimiento.
Jimin se sintió ahora acorralado por las palabras de su mejor amigo. Mientras éste sobaba la espalda de su novio que secaba sus lágrimas con un pañuelo y dejaba su nariz roja y pestañas mojadas, Jimin miraba a la copa de ramyeon como si en la profundidad del caldo pudiese encontrar la solución al planteo de su amigo.
No estaba seguro de que fuese lo correcto hablar de Jungkook y su vida a sus espaldas, pero visto de esa manera parecía lógico. Al final, seguía sin hacerse real justicia, Jungkook no había podido salir de la oscuridad en la que el mundo le había dejado, seguía arrastrando sus lamentos, errores y acciones con un peso que no merecía. Había caído sobre él el peso de una responsabilidad tal como era la vida de una persona y nadie había hecho nada para cambiar eso.
Jungkook seguía en las sombras como si hubiese sido el real hacedor de aquella tragedia que había supuesto la muerte de Soojin. Permanecía allí aceptando una condena que no le correspondía, una condena que le había sido impuesta.
Jimin no quería que sus amigos vivieran pensando que si Jungkook había desaparecido era porque las cosas que decían de él eran ciertas.
Era como había dicho Taehyung, se habían equivocado terriblemente, tomaron la peor decisión al dejar a Jungkook a su suerte cuando más apoyo necesitaba. Jungkook se merecía que los demás fuesen conscientes de ello, que supieran la verdad y supieran cómo sus acciones habían cavado profundamente el pozo en el que el pelinegro se encontraba en ese momento.
Jimin sólo esperaba que las cosas no se complicasen, que por alguna razón se saliesen de control. A esa altura ya no sabía qué podía suceder con abrir la boca y contar absolutamente todo. Esperaba que el resto de sus amigos comprendieran la situación y lo delicada que era la misma. No era posible para ellos intervenir de ninguna manera porque Jungkook realmente no quería que su vida saliera a la luz, quería pasar desapercibido, quería ser inexistente y seguir escondido en su agujero de ratas como la escoria que él sentía ser.
No obstante, Jungkook había logrado ciertos avances, la situación de su madre de alguna u otra manera le permitió aferrarse a algo, hacer lo mejor posible para acompañarla y no dejarla abandonada. Ella le necesitaba y él lo sabía perfectamente.
Tanto es así que incluso decidió que se rehabilitaría. Eso era sin dudas reconfortante y finalmente se sentía como que las cosas marchaban, al menos, en una dirección algo más prometedora que antes.
Era momento de dar otro paso, y se disculparía con Jungkook en algún momento, sólo deseaba que no le odiase por ello.
- No puede ser – masculló Yoongi.
Con sus codos apoyados sobre sus rodillas, pasó sus manos por su rostro hasta llegar a su cabeza, sosteniéndola entre ellas y enredando sus dedos en su propio pelo como si estuviese a punto de arrancárselo.
La habitación se sumergió en un terrible silencio que no era incómodo sino abrumador, era como si a todos se les hubiesen tapado los oídos bajo el agua, aguantaron la respiración y el tiempo se detuvo.
La sala de estar del departamento de la casa de Taehyung y Hoseok parecía ahora de un edificio abandonado. Allí se encontraban todos los amigos que Jungkook había tenido alguna vez, aquellos que habían jurado cubrirle la espalda, aquellos que habían jurado jamás decepcionarle. Todos ellos estaban allí bajo silencio fúnebre, sin palabras, sin formas de poder expresar el golpe que significaba abrir los ojos a la realidad que habían ignorado por medio año.
Las cosas que Jimin había dicho estaban corriendo en sus cabezas sin parar, repitiéndose en un eco constante y perturbador.
Yoongi sintió una punzada en la boca de su estómago, apretó los dientes tan fuerte que podía sentir el dolor desparramarse por su mandíbula.
Jin giró su rostro para ver a Namjoon, con una expresión preocupada y perdida. Su novio tenía su puño contra su boca, sus ojos cerrados y su ceño duramente fruncido. Volvió a mirar al frente para ver las expresiones de los demás, igual de idas, igual de impactadas.
Hoseok y Taehyung sentían el dolor de volver a escuchar la historia, las duras palabras que evidenciaban la cosa más terrible que habían hecho.
- Dónde... - murmuró con la garganta apretada Yoongi - ¿Dónde demonios estuvimos?
Esa misma pregunta era la que estaba desplegándose una y otra vez en las cabezas de todos ellos. Jimin recordaba habérsela hecho en su momento, Hoseok también a penas se enteró. Era normal, al fin y al cabo era la culpa dentro de ellos gritando.
Namjoon abrió sus ojos, su mirada estaba pesada, el sabor amargo en su boca le asqueaba. ¿Cómo había sucedido aquello? ¿Cómo las cosas habían resultado así?
- Jiminie... ¿Él... cómo está ahora? – preguntó Jin con voz cautelosa, viendo que nadie más parecía poder hablar en esos momentos, estaban sin palabras y además teniendo una guerra mental consigo mismos. Autorrecriminación y culpa.
- Él ha estado mejor... - suspiró – Al principio, cuando le encontré, él no quería verme para nada. Fue... demasiado duro para mí – se mordió el labio, éste le temblaba al igual que su voz – He... visto cosas terribles... ha estado completamente perdido todo este tiempo gracias a la droga, gracias a la vida que lleva, sin dinero y viviendo en una pensión. Vive con un chico, Wooyoung, quien también es adicto y hace lo que puede para ayudarme a sacar a Jungkook de esta mierda.
- ¿Y Yugyeom? – Yoongi levantó la cabeza finalmente – Ese mal parido... mierda de hijo de puta, ni bien le vea-
- No – se apresuró a interrumpir – Si hubiera podido hacer algo, créeme que ya lo hubiera hecho. Me guste o no, Jungkook tiene un lugar donde quedarse gracias a él. Y Jungkook con él y Wooyoung tienen... una especie de relación.
- ¿Relación? – Namjoon preguntó.
- Todo es más complejo y jodido de lo que parece.
Era claro que para sus amigos el comprender qué hacía Yugyeom al lado de Jungkook estaba fuera de sus capacidades, Jimin se había sentido de la misma manera por un largo tiempo, y aunque seguía odiando al azabache, él no había tenido de otra que aceptar convivir en cierta "armonía" con él.
El simple hecho de saber cómo habían ocurrido las cosas, cómo Jungkook terminó casi siendo exiliado de su universidad, de su carrera y de la vida que llevaba allí era algo que no podían si quiera imaginar, pero aun así no comprendían cómo no lo habían notado.
Era claro que Jungkook estaba mal y nadie había hecho algo al respecto.
- Esto... esto no debía de pasar – negó con su cabeza Taehyung – Yo... no puedo creer que él estaba sufriendo justo frente a mis ojos y no me di cuenta.
- Todos estábamos igual, Tae. Somos todos igual de culpables – soltó Jin, adjudicándose parte de la culpa – Esto es terrible.
- Mierda... - escupió Yoongi – Mierda que... yo... yo le dije – miró a Jimin con una mirada llena de arrepentimiento – le había dicho que si él estaba mal... que debía enfrentar la situación y no huyera... que debía hacerlo a no ser que realmente no sintiera nada por ti... yo- tomó una inhalación fuerte y se puso de pie – Yo pensé que te había engañado... pensé... - no pudo terminar porque el impulso de la rabia e impotencia para consigo mismo le llevó a patear el sillón con fuerza unas dos veces.
- Tranquilo, Yoongi – se le acercó Namjoon y apoyó su mano en su hombro, pero el contrario se soltó con brusquedad, volviendo a mirarle con furia en los ojos.
- ¡Lo putamente culpé! ¡Creí que se estaba desquitando! ¡Que estaba haciendo una estupidez! – caminó con nerviosismo por la habitación con sus manos juntas contra su boca – Lo noté, ¿entienden? Noté que él estaba mal y malinterpreté todo ¡Carajos!
- Yo también, Yoongi. Vivíamos con él, le dejamos encerrarse en su habitación como si nada y no... no hicimos nada... yo... le vi irse, vi que había juntado sus maletas y sabía que no volvería y no hice nada – Taehyung sentía su pecho oprimido por una gran fuerza - ¡No hice nada!
Jimin sólo podía escuchar cómo sus amigos sacaban a la luz todas las cosas de las que se arrepentían, todos los errores que habían cometido, la manera en la que habían ignorado por completo lo que realmente sucedía. Le habían privado a Jungkook de la posibilidad de demostrar que estaban equivocados, pero nadie le ayudó. Jungkook se estaba ahogando y nadie había hecho nada para detenerlo.
El rubio se recriminaría todas esas cosas una y mil veces, no creía que algún día fuese a estar libre de culpas, que su mente pudiese estar en paz consigo mismo, y de igual forma pensaba para el caso de sus amigos, quienes parecían estar librando una competencia de quién había cagado más las cosas.
Se preguntaba si todo eso les permitiría aprender algo, pero sinceramente pensaba que ningún aprendizaje valía tal sufrimiento de alguien inocente.
Fuese como fuese el pasado de Jungkook, las cosas no tendrían que haber resultado de esa manera. El acoso escolar, la marginación, los rumores, las acusaciones de violación a sangre fría, las acusaciones del embarazo. Le habían incluso deseado la muerte, que desapareciera.
- ¿Y qué se supone haremos ahora? – cuestionó Jin una vez que todos se calmaron – No podemos aparecernos en su vida como si nada, eso sólo empeorará todo – Jimin estuvo de acuerdo, pero Taehyung se quejó.
- Tae, no pueden, a mí me costó demasiado volver a tener parte de su confianza, y mierda... le he dicho que estaré siempre para él, le he dicho que estoy arrepentido y que no me lo perdonaré, le he dicho que le sigo amando como siempre, e incluso así él no me perdona.
- ¿Entonces? – hizo un gesto con sus manos – Quiero verlo, necesito que sepa que lo siento, que aunque mis disculpas no sirvan una mierda quiero que lo sepa, merece saberlo porque me importa. A todos nosotros, le dimos la espalda y todos deberíamos decirle que somos la peor escoria del mundo por lo que le hicimos.
Jimin entendía el punto, pero incluso así era demasiado, muy pronto. Jungkook recién empezaba a enfocarse en mejorar y no era bueno que tuviera una noticia como la de que sus viejos amigos querían acercársele otra vez. Podía ser contraproducente, el rubio estaba seguro que Jungkook podía llegar a sentirse acorralado y traicionado, expuesto y humillado.
Él les contó un poco más sobre la vida actual de Jungkook al menos para que calmasen un poco su ansiedad, para que supieran de que aunque no estuviese del todo bien, que lo había estado intentando esas últimas semanas, pero aún no quería cantar victoria por ello, era muy difícil y complicado como para fiarse.
Fue así que también se enteraron de la situación de la señora Choi. Se sentían terribles porque la vida de Jungkook parecía haber caído en una miseria sin retorno, como si no tuviese otro destino. Su madre había terminado gravemente herida por el accidente que ella misma provocó, y su padre le había desheredado completamente de su puesto como "hijo" por ser homosexual.
Estaba librado a su suerte, completamente bajo las hazañas del universo y era admirable cómo seguía a pesar de todas esas cosas.
- Su padre es un terrible hijo de puta – Namjoon estaba que le hervía la sangre. Su novio asintió con una expresión igual de indignada.
- Mira que dejar a tu ex esposa sin la cirugía y a tu hijo a la deriva... ese hombre no tiene humanidad – soltó con un vaivén de su cabeza.
- Sí, pero ya es definitivo. El bastardo no le dará ni un won y Jungkook está destrozado – Jimin secó sus manos sudorosas sobre la tela de su pantalón mientras anticipaba lo que estaba por decir – Es por eso que decidí que voy a pedirles a mis padres que me ayuden a donar el dinero.
- ¿Lo harán? – preguntó Jin.
- Mi madre aún se quedó con la versión de la historia que yo conocía... de que Jungkook me había... engañado – quería golpearse y castigarse cada vez que recordaba eso – Así que está molesta por ello, pero ni bien le diga cómo son las cosas, qué sucedió en realidad y que la señora Choi necesita dinero, ellos no se negarán.
- ¿Y si lo donamos nosotros?
Yoongi salió de su maraña de pensamientos culposos y recriminatorios para acotar aquella pregunta que dejó a todos reproduciéndola por unos segundos.
Jimin ladeó su cabeza, planteándose esa posibilidad.
- Creo... que es lo menos que podemos hacer. Tenemos dinero, podemos juntarlo y donar entre todos. Y así, Jimin, no tendrás que meter a tus padres, aunque debes contarles la situación, pero el dinero podemos donarlo, podemos hacerlo.
- Sí – Taehyung se puso de pie, separándose de al lado de su novio – Sí, es lo mejor que podemos hacer por el momento. Él lo necesita, su madre necesita la cirugía. Si eso sucede entonces todo mejorará de a poco, ¿cierto? – se dirigió a Jimin con una clara mirada de esperanza.
- Sí, ayudará muchísimo. Jungkook ha estado muy angustiado... él no está muy estable, su abstinencia le tiene loco y está siendo muy duro de soportar para él... así que pagarle la cirugía y tratamiento a su madre le sacaría un peso enorme de encima.
- Bueno, yo estoy de acuerdo – dijo Jin, y Hoseok le siguió, y así luego Namjoon.
Y así fue como lo hicieron, juntaron el dinero y en pocos días pudieron depositarlo en la cuenta del hospital para la señora Choi.
El grupo de amigos no sabían cuándo sería la próxima vez que pudiesen ver a Jungkook, pero de lo que sí estaban seguros era que harían todo lo posible por sacar a su amigo de la oscuridad en la que vivía. Ayudarían a devolverle su vida a como diera lugar, redimirían todas las cosas que habían hecho mal.
Jungkook lo merecía, no volverían a dejarle.
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Hola, gente bella!
Ando con muchas cosas y por eso tardé en actualizar.
Les dejo este cap donde vemos de dónde salió el dinero que fue donado para la madre de Jungkook. Así que aunque él no lo sepa, sus amigos están teniéndole la espalda de la forma que pueden.
Gracias por leer, tengan buena semana 🌈
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