20. El resultado del tiempo
Jungkook POV.
No podía negar que sentía nervios por saber que iba a rehabilitarme en poco tiempo. El tomar aquella decisión había sido algo demasiado inesperado, casi por un impulso del momento. El hecho de que Wooyoung hubiera dicho que estaba dispuesto a rehabilitarse sólo bajo la condición de que yo también lo hiciera, claramente había sido una razón determinante.
Por otro lado, era cierto que mi madre también necesitaba ayuda, y estaba completamente sola.
Le había dicho que yo estaba para ella, que no estaba sola, pero ¿Qué clase de ayuda o compañía podía brindarle yo si echaba a perder mi vida? Si me echaba a perder a mí mismo mi madre quedaría completamente sola, y eso para ella terminaría de desesperanzarla.
Había estado hablando con ella todos los días que iba al hospital, aunque las primeras semanas aún no lograba poder resolver el problema del dinero que necesitaba para la cirugía, estaba demasiado preocupado, y como si no fuera suficiente el hecho de necesitar oxicodona por mi síndrome de abstinencia empeoraba todo. Estaba destruido, estaba completamente cansado y sin fuerzas.
Sentía que todo me estaba costando una enormidad. Necesitaba un respiro, necesitaba que algo se solucionara o iba a terminar muriendo de la angustia.
Las cosas con Jimin no iban tan mal como antes, habían mejorado, pero mi mente estaba hecha un desastre, las ideas completamente desacomodadas. Lo único que sabía era que cada vez que Jimin se aparecía y me miraba, terminaba sintiéndome tan indefenso y rendido a todo. Sentía mi alma al intemperie, completamente expuesta.
Aún seguía resistiéndome, aún seguía culpándole de cosas, de no haber estado cuando le había necesitado porque quizás, si tan sólo él me hubiera apoyado, yo no hubiera estado en aquella situación, en aquel callejón sin salida. Por otro lado, también me atacaba la culpa sobre mis acciones y todas las cosas que me habían llevado allí.
Todos los asuntos que habían rondado mi cabeza durante aquellos últimos ocho meses no se iban, seguían allí sin resolverse.
¿Qué era lo correcto? Quería encontrar el camino hacia algo mejor, el camino que siempre debía de haber tomado pero realmente no sabía cómo hacerlo.
Era en esos momentos donde sentía que era igual a mi madre, y antes yo pensaba que le odiaba por ser débil, ahora era yo quien más comprendía cómo se sentía.
Desde hacía tiempo había visto en mi madre mi propio reflejo, había encontrado un cierto consuelo, aunque un tanto amargo, al darme cuenta que había alguien que podía entender la desolación por la cual estaba pasando, y en ese momento, donde yo me había refugiado en una adicción para poder soportar la magnitud de mis problemas, comprendí cómo ella se había sentido por años.
Así, nuestra relación mejoró cada vez más, y la preocupación que yo mantuve por semanas luego de saber que no tendría el apoyo de mi padre, un día se fue sin que yo lo viera venir.
- ¿Qué? – mis ojos se abrieron de par en par.
- Que han depositado dinero en el fondo para la cirugía de su madre, señor Jeon – me dijo el médico cirujano.
- No puede ser... tiene que haber un error – hice una mueca a la vez que negaba, no podía creer lo que me estaba diciendo – Nadie pudo haber hecho eso... yo... no pude conseguir el dinero.
- Pero es así, señor Jeon, el dinero ha sido depositado, por eso le estoy confirmando que ya programaremos la cirugía para dentro de tres días.
- No puede ser – repetí, soltando mis brazos a los lados de mi cuerpo y mis ojos perdidos sin mirar a ningún lugar en particular.
- Póngase feliz, joven, su madre podrá reincorporarse rápidamente y comenzar con rehabilitación – me palmeó el hombro, despertándome de mi transe.
- ¿Quién hizo el depósito? – pregunté luego de parpadear un par de veces.
- Es una cuenta anónima, el fondo es completamente libre así que una vez que el depósito se hizo el dinero ya forma a ser parte del paciente, por lo que no se sabe de dónde proviene – el hombre sonrió – Buenas noticias, ¿cierto?
- Sí... claro que sí – asentí aún algo anonadado.
El doctor se alejó, yéndose por el pasillo y dejándome boquiabierto sin poder creer la nueva noticia que me había dado.
Me volteé para ver que Jimin se acercaba a mí y no tardó en darse cuenta de que algo pasaba conmigo, por lo que me preguntó a qué se debía.
- Han depositado el dinero en el fondo de mi madre. Le realizarán la cirugía en tres días y podrá hacer el tratamiento – respondí con un tono ido. Jimin abrió sus ojos bien grandes, en conjunto con su boca.
- ¿Cómo?
- No lo sé – hice un gesto con las manos – Simplemente alguien nos dio el dinero... yo... no puedo creerlo – dije atónito y paralizado por la situación. Inmediatamente su expresión de sorpresa cambió a una llena de emoción, con una sonrisa de oreja a oreja y no tardó en abrazarme pasando sus brazos por sobre mis hombros.
- Qué buenas noticias, cariño – me apretó fuerte y yo le respondí de igual forma, ya sintiendo la felicidad inundar mi cuerpo. Era real, mi madre finalmente tenía el dinero.
Los abrazos de Jimin eran sanadores, los mejores que había experimentado en la vida. Sus brazos jamás dejarían de ser el lugar al cual yo siempre elegiría volver.
Me había acompañado todo ese tiempo, había estado allí incluso aunque yo había intentado alejarle incontables veces, y no sólo eso, también había ayudado a Wooyoung, se había preocupado por él y le había cuidado.
Pero aunque nos llevásemos bien, las cosas no eran igual que antes. No habíamos vuelto a acostarnos, ni tampoco a besarnos, excepto por pequeños besos en la mejilla. Sí solíamos abrazarnos mucho, solía ser altamente consolador para mí. Sin embargo, el tener las cosas claras no era posible en ese momento para mí, no sólo por todo lo relacionado a mi pasado que aún no podía superar, sino por todo el asunto de mi madre y su futuro, así como el mío también.
Lo bueno de lo que se avecinaba era que Wooyoung iba a estar conmigo. Ambos estábamos demasiado nerviosos por la idea de rehabilitarnos, teníamos miedo de que las cosas no funcionasen, había tenido miedo desde el primer momento en que la idea había sido puesta sobre la mesa y por ello me negué siempre.
Wooyoung era el tipo de persona que intentaba verle el lado positivo a las cosas, aunque notaba que eso eran sólo sus esfuerzos para no hacerme sentir mal, pero podía notar el miedo y la incertidumbre en su mirada.
Un día estábamos en una de las salas del hospital, sentados en unas sillas en hilera, habíamos ido a visitar a mi madre. Jimin no había ido, él había estado con exámenes ese último mes, por lo que sólo se aparecía de vez en cuando para ver si necesitábamos algo, incluso pasaba a saludar a mi madre y luego se iba. Estaba a punto de terminar el semestre y estaba muy ocupado, pero se le notaba bastante animado últimamente.
Miré a Wooyoung, quien tenía la mirada fija al frente, en dirección al otro lado de la gran sala. Seguí el trayecto de su mirada, dándome cuenta de a quién estaba observando. Yugyeom estaba en la máquina de café esperando a que su café estuviese listo. Fruncí mi ceño y volví a mirar a mi compañero, ladeando un poco mi cabeza al notar que se veía desanimado.
- ¿Qué sucede? – pregunté intrigado.
- Nada – bajó la mirada al instante. Quería evadir el tema, pero era demasiado obvio.
- ¿Por qué le miras así? ¿Se han peleado? – soltó una exhalación rendida al saber que no iba a poder escaparse de mis preguntas. Levantó su cabeza y la apoyó contra la pared a nuestras espaldas.
- No, no hemos peleado. Pero él está enojado conmigo, o eso creo.
- Él nunca se enoja contigo.
- Creo que lo lastimé... - volvió a bajar sus ojos a sus manos cruzadas sobre su regazo – Le molestó que yo aceptara comenzar la rehabilitación por ti... pero cuando él me lo pidió yo no quise hacerlo – volví mi cabeza hacia Yugyeom, quien aún seguía de espaldas - ¿Por qué será que queremos a las personas equivocadas? A quienes no nos aman de la misma manera...
- No creo que sean las personas equivocadas... después de todo es por algo que les elegimos... - mientras hablaba no podía evitar que la imagen de Jimin viniera a mi mente – Pero tú quieres a Yugyeom, no veo el problema...
- No puedo estar con él.
- ¿Por lo que me hizo? Yo soy quien debe cargar con eso, no tú.
- Él me gustaba hasta que me enteré de ello – se rascó el cabello con frustración – Sentí que era un monstruo... que no le había conocido para nada... pero sus actitudes me seguían confundiendo, me juró que era lo único que había hecho de esa manera, que nunca antes le había hecho eso a alguien y que no volvería a hacerlo... pero él ya lo hizo, ya lo arruinó.
- De nuevo, eso es algo que tiene que pesarme a mí, no a ti.
- Pero no puedo aceptar a alguien así en mi vida. Le quiero, pero él no va a cambiar... alguien así no cambia.
- Creo que él sería capaz de cambiar por ti – él me miró en ese momento – Parece un pobre idiota que no sabe cómo amar correctamente.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- Porque yo era igual.
Dejé de mirarle, y volví mis ojos hacia Yugyeom, aún sintiendo que Wooyoung me observaba, probablemente perdido en mis palabras.
En algún punto era difícil saber cuándo una persona hacía algo por maldad o por ignorancia.
Lo que Yugyeom había hecho no era un error, las cosas que yo había hecho tampoco lo eran. A veces, cuando hablamos de los errores, parece como si hablásemos de meros accidentes, como si hubieran ocurrido por sí solos sin ser posibles de evitar.
Por un momento había pensado que todas las veces que había maltratado a mujeres, lo había hecho sin ser consciente realmente de la gravedad de lo que hacía, pero con el tiempo entendí que eso era lo que yo solía ser, alguien cegado por el rencor y que no tenía simpatía por nadie, porque no podía ser feliz y la felicidad ajena me fastidiaba. Me fastidiaba ver a la gente siendo libre de elegir, mientras que yo tenía que seguir los pasos de mi padre, vivir por su empresa y obligarme a gustar de mujeres que al final detestaba, terminando por desquitar mi odio con ellas.
Así era hasta que simplemente apareció alguien que me hizo querer ser diferente.
Fue estando con Jimin que comencé a ver todo aquello como un real error, algo que luego me arrepentía de haber hecho y que si me hubieran dejado volver el tiempo atrás no hubiera vuelto a hacer las cosas de esa manera, más aún cuando lo de Soojin sucedió, más aún cuando Jimin dejó de creer en mí. Porque quería ser el hombre que Jimin quería, la compañía que él necesitaba, y tal como Wooyoung pensaba, ellos no querían a un monstruo a su lado.
Yugyeom, al menos para mí, era alguien que siempre causaría inquietud y ansiedad en mi cuerpo, no podía evitarlo, pero también era alguien que me había ayudado a convivir con lo que me había ocurrido. Pero por el contrario, podía notar que cuando él estaba con Wooyoung se convertía en otra persona.
No sabía con certeza si él podría cambiar, su ámbito estaba demasiado contaminado, el vender drogas y el haber hecho trabajos sucios era algo que le perseguiría quizás por siempre, a menos que él decidiera que prefería dejar eso de lado para tener una vida decente.
- ¿Y Jimin? No he visto que hayan vuelto... - habló rompiendo el repentino silencio que se había formado por unos minutos.
- Porque no lo hemos hecho.
- ¿No puedes perdonarle aún?
- No lo sé – inhalé profundo y luego exhalé.
- Recuerdo todas las veces que me hablabas de él y yo sólo podía imaginarlo como una especie de príncipe encantador – comentó con cierta gracia, haciéndome reír – Un chico con quien cualquiera soñaría, y al conocerle, ¡uf! Siento que tengo una debilidad por él... - giré mi rostro, mirándole con una ceja alzada y él me sonrió – Lo siento, pero es inevitable.
- Todo el mundo siempre decía lo mismo... bueno, amable, carismático, lindo...
- Y es todo tuyo... Dios le da pan a quien no tiene dientes – comentó al aire y yo le solté un golpe en el brazo, haciendo que se quejara.
- No es mío... es de Wonho ahora – comenté con amargura.
- ¿Wonho? – me miró con ojos grandes y soltó una risotada.
- ¿Qué?
- Kook, Jimin dejó a Wonho hace tres meses – mi boca se abrió, casi sentí mi mandíbula desprenderse – Oh, cielos, eres el rey de los imbéciles.
- ¡¿Cómo esperabas que lo supiera?! – pregunté con indignación girando todo mi cuerpo hacia él.
- No lo sé, ¿quizás preguntándole? – replicó con obviedad.
- No quería hablar de Wonho con él...
- Jimin no quiso seguir con él, se sentía terrible por estar prácticamente usándole para olvidarte. Decidió hacerse cargo de ello y le dejó.
Me quedé atónito con aquella noticia. No podía creer que realmente le había dejado y que además había pasado hacía meses. Me sentí como un tonto ingenuo, pero también había estado tan sumergido en mis preocupaciones y mi locura que por eso no había vuelto a hablar con Jimin sobre nada de nuestras vidas, porque prefería pensar en el momento y ya, porque sino toda la mierda del pasado que asechaba en mi cabeza volvería a arruinarlo todo.
Permanecí en silencio, aún con la mirada que expresaba lo sorprendido que estaba. Y Wooyoung volvió a hablar.
- ¿Qué estás esperando para amar, Jungkook?
Era una gran pregunta, pero en ese momento no podía responderla, o al menos eso sentí. Mi cabeza estaba bastante confusa, atorada con pensamientos continuos que iban y venían, todos disparados por el hecho de que Jimin ya no estaba con Wonho.
¿Qué era eso que sentía? Era absurdo que mi corazón latiera acompañado con un sentimiento de intriga, con tal inquietud que me hacía querer levantarme de mi asiento y comenzar a caminar hasta hacer un surco en el piso.
Esa reacción por mi parte, comenzó a sonar como alarmas en mi cabeza. Esas alarmas me decían que había algo que no andaba bien, o que no había estado en mis planes. ¿Por qué me importaba el hecho de que Jimin había cortado con Wonho? No éramos nada para empezar, pero de todas formas podía reconocer claramente esa chispa de satisfacción en mi pecho. Y además de eso, la intriga por saber exactamente por qué había dejado a su novio, era algo que apareció repentinamente y se instaló en mí para quedarse.
No tuve mucho más tiempo de pensar en ello, porque la hora de las visitas se terminaba y entré a la habitación de mi madre para estar un rato con ella y despedirme.
Había estado unos días bastante preocupada desde que se había enterado de que yo inevitablemente había caído a una adicción similar a la de ella. Incluso sintió que era su culpa que quizás el que ella fuese adicta me había condicionado a buscar una solución igual a mis problemas, pero realmente no lo sabía. No quería que ella siguiera sintiéndose responsable por mi vida, yo era adulto después de todo, no necesitaba que siguiera haciéndose cargo de mi futuro y mis decisiones.
Sin embargo, a pesar de estar preocupada por mí, la vi bastante contenta todas las veces que la fui a visitar. Ella seguía teniendo el mismo humor de siempre, que últimamente me sacaba bastantes sonrisas. Seguía diciendo que cuando pudiera ponerse de pie completamente, que volveríamos a bailar juntos con música de fondo. Decía que estaba impaciente por hacer una cena para los dos.
"Así que recupérate pronto, cielo, así podré cocinarte algo rico como celebración" decía sobando mi mejilla con su mano. Y claro que yo le replicaba que ella también debía de recuperarse.
También le deseó suerte a Wooyoung para que saliera adelante conmigo.
Era casi increíble que la vida, luego de haberse puesto de cabeza, finalmente parecía estar acomodándose poco a poco. Quizás era mi momento de poder rehacer mi vida, de tener una segunda oportunidad, aunque no quería hacerme ilusiones ya que aún me quedaba mucho por recorrer, al igual que a mi madre y a Wooyoung.
La rehabilitación no sería fácil para ninguno de nosotros, sería algo que íbamos a tener que enfrentar de manera muy dura, pero el saber que estaba acompañado me daba las fuerzas para animarme a hacerlo. Finalmente quería mejorar, había tenido el tiempo suficiente para pensarlo y ya no tenía dudas de querer recuperar mi vida.
Y más dispuesto estaba cada vez que Jimin me miraba sonriente y acariciaba mi cabello con sus manos diciéndome: "Lo harás muy bien, cariño".
Ahí estaba de nuevo, diciéndome cosas como esas, y yo me sentía tan embobado como siempre me había sentido por él.
Y si había pensado que habíamos pasado tiempo sin estar juntos, aquello al final no pudo durarnos mucho más.
.
.
.
.
.
.
Las cosas con el tiempo van poniéndose en su lugar.
Por si no quedó claro, menciono algo de ocho meses por ahí. Ese es el tiempo que pasó desde que Jungkook dejó su antigua vida (básicamente desde la época de navidad, cuando arrestaron a su mamá). Es sólo para que se sitúen en tiempo y espacio.
Y por cierto, estamos casi que en la recta final del fic. Aún falta que pasen cosas, pero aviso porque cuando queramos acordarnos ya habrá terminado (?
Gracias por leerme.💕🌈
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top