19. Un sóla decisión

La habitación estaba casi a un cien por ciento en oscuridad. Sólo una tenue luz entraba por la ventana por las luces que iluminaban la calle a tempranas horas de la madrugada.

Wooyoung llegó de su turno de noche y lo primero que hizo fue dirigirse al baño para poder ducharse. Tenía una gran urgencia por querer sentirse limpio y acostarse a dormir.

Jimin se despertó al momento que escuchó ruido en el baño, y supuso que se trataba del peligris, corrió su rostro para ver hacia la puerta del baño, escuchando cómo el agua de la ducha producía un sonido lejano de lluvia. Entonces volvió a mirar a su lado y vio a Jungkook removerse inquieto entre las sábanas.

- Hey... cariño... - le acarició el rostro al verle con el ceño fruncido. Jungkook abrió sus ojos, y así pudo ver que los tenía totalmente cansados - ¿No has podido dormir? – preguntó en un tono bajito. Un suspiro pesado se jaló fuera del pecho del menor.

- No... - respondió casi mudamente. Jimin se acercó más a él y le dio un beso en los labios, dulce y tranquilo. Pasó su mano lentamente por su cabeza, en toques suaves.

No sabía cómo hacer para que Jungkook se relajase, pero éste acercó su rostro a su cuello, casi en su pecho, y se abrazó a él. Jimin sintió que aquel comportamiento le era inesperado y desgarrador. Sostuvo a Jungkook entre sus brazos apretándolo fuerte y notando cómo se aferraba a él con vehemencia.

- Si no puedes dormir sólo háblame... susúrrame... te escucharé siempre... - comenzó a hablar por lo bajo y cerrando sus ojos – si tienes pesadillas cuéntamelas... si sientes que te pierdes a ti mismo abrázame más fuerte...

- No puedo aguantar más... no por más tiempo... - su respiración le hacía saber a Jimin que se sentía fatigado – necesito... lo necesito para estar bien...

- No lo necesitas... - negó y le abrazó más fuerte – no lo necesitas... eres fuerte y puedes vencerlo... yo te ayudaré... no dejes que te controle.

Jungkook recibió unos besos consoladores, y en esos segundos el efecto duraba como si se tratase de un hechizo sanador, pero pronto se desvanecía, y entonces volvía a buscar los labios de Jimin, y podía sentir ya cómo estaban calientes, pero aún le recibían con amor.

Las caricias sí relajaban su cuerpo, luego de un largo tiempo, parecía comenzar a fundirse en ellas y descansar un poco.

Wooyoung salió del baño ya con su ropa para dormir colocada. El olor a jabón y shampoo se sintió por toda la habitación, la cual no era muy grande pero tampoco muy pequeña.

El chico les notó despiertos y sonrió al verles removerse entre las sábanas por las muestras de cariño que se daban. Se sentía feliz y dolido a la vez. La vida era tan dura, y la mente de las personas tan jodidamente frágil, que incluso aunque algunos tuvieran todo para poder ser felices, aun así no lo eran.

Se acercó por el lado de Jimin y se metió en la cama, acomodándose debajo de las sábanas.

- Hueles bien... - susurró Jimin algo adormilado con Jungkook abrazado contra su pecho, y sintió que el chico soltaba una risita por lo bajo y se pegaba a su cuerpo por detrás.

- ¿Cómo está? – preguntó con cautela.

- No puede dormir... pero está más calmado ahora... - explicó. Wooyoung sonrió al ver cómo Jungkook parecía respirar tranquilo, y pasó su brazo por encima de Jimin para dejar caricias sobre la cabeza del pelinegro. Alejó su mano y volvió a acomodarse, esta vez rodeando a Jimin con su brazo.

Los tres se hicieron compañía esa noche, intentando calmar las angustias y desvelos del otro, porque llegaba un punto en que tanto Jimin como Wooyoung estaban tan al pendiente de que Jungkook estuviese bien que despertaban a los minutos de haberse dormido.

Todos aquellos días habían sido muy difíciles.

La madre de Jungkook había estado recuperándose de sus lesiones, los medicamentos y analgésicos le ayudaban mucho pero Jungkook seguía estando preocupado, el momento de la segunda cirugía estaba por llegar, y luego el tratamiento para que ella pudiera volver a caminar.

Jamás había pensado que estaría tan desesperado por una cuestión económica, el dinero nunca le había faltado y nunca había tenido que preocuparse por nada, pero en ese momento de su vida todo parecía conspirar en su contra.

Su padre había vuelto a cortarle la llamada cuando intentó pedirle ayuda nuevamente, desesperado y llorando. Había dejado de lado toda su dignidad, aunque estaba seguro que la había perdido hacía tiempo, lo confirmó en ese momento, donde le suplicó a su padre como nunca para que le diera una mano, prometiéndole que en algún momento se lo devolvería.

Pero claro, para su padre el dinero no era un problema, no le importaba que Jungkook se lo devolviese porque no lo necesitaba, le sobraba en demasía. El punto clave allí era que el hombre no quería ayudarle, era así de simple.

No era por el dinero, era por Jungkook.

Su padre quería castigarle, hacerle ver por qué era mejor que se hubiera mantenido con la boca cerrada del lado "correcto" del camino. Era para que viera que había osado desafiarle y desobedecerle, entonces allí tenía sus consecuencias. Quería que se arrepintiera de haber sido tan mediocre de dejarse llevar por sentimientos "tontos y mundanos", por haberse dejado torcer.

Jungkook llegó a pensar que sí se arrepentía. Tendría que haberlo pensado mejor, tendría que haber sabido que necesitaba del apoyo económico de su padre porque no había hecho nada para asegurarse un futuro fuera de su empresa, pero no lo pensó bien, sólo podía pensar en Jimin y en lo que quería en ese momento, en lo tanto que deseaba la libertad de poder elegir cómo vivir y cómo amar luego de años de estar encarcelado bajo las reglas de su padre.

Sin embargo, en ese momento, lo que menos sentía Jungkook era libertad. Al final todo lo que había logrado era haberse hundido en la miseria sin un sustento de nada, sin estudios por haber tenido que abandonar la universidad, sin estar capacitado para trabajar en un comercio normal, sin poder hacer más que ahogarse en las sombras que le habían estado persiguiendo y ahogando sus penas en la droga y el sexo imprudente.

Por el contrario, Jimin notaba lo nervioso que Jungkook estaba todo el tiempo. Las pastillas que tomaba no daban los resultados que él esperaba, le hacían sentir vacío y desesperado por algo que pudiera cortar de raíz esas emociones tan molestas y apabulladoras, necesitaba apagarlas.

Había vivido varias actitudes agresivas por parte del pelinegro, peleas terribles, gritos e incluso golpes a objetos de la habitación de la pensión. El dueño se había enojado incontables veces y Wooyoung no podía hacer más que tranquilizar al hombre y suplicarle por un poco de paciencia.

"¡Ya he tenido bastante paciencia con ustedes!" decía con gran enojo.

Todo era un caos. En esos momentos el dueño se quejaba con Yugyeom y eso era lo peor que podía pasar, porque el azabache se hacía presente en la habitación para regañar a Jungkook y eso era indicio de una hora más de peleas o empujones, y hasta quizás puñetazos.

Jungkook aseguraba que no estarían en aquella situación si le dieran lo que él tanto necesitaba, una pizca de esa sustancia mágica que alejaba todos sus males y le permitía descansar de tanto agobio diario.

Incluso Wooyoung había estado tenido malos momentos, sus dosis de heroína se vieron comprometidas por la presencia de Jimin allí, sólo en los momentos que el rubio no estaba se daba el lujo de inyectarse, porque no quería que le viera hacerlo. A veces aguantaba más de la cuenta y los síntomas de la abstinencia también le atacaban al igual que a Jungkook.

Nervios, quejas, inquietud, mal humor, sudoración, manos temblorosas y vómitos repentinos eran las cosas que Jimin había tenido que presenciar, y no tenía manera de explicar cómo se sentía con ello. Repentinamente había quedado en el medio de todo eso, sin saber cómo poder ayudar o aportar algo. Le superaban las circunstancias, el querer intervenir y no saber cómo.

Jimin a veces no comprendía cómo la droga generaba tal dependencia en el cuerpo, que para la persona adicta era imposible continuar con su vida.

Había sorprendido una vez a Wooyoung vomitando en el baño, temblando sin poder controlarse. Y tuvo que dejar de mirar cuando Yugyeom no tuvo alternativa más que inyectarle una dosis de heroína para que pudiera vomponerse e ir a trabajar.

Él no podía seguir así. Ir a trabajar con los síntomas de la abstinencia sólo le traería serios problemas, tanto von sus clientes como con su jefe.

Por lo tanto, los acontecimientos eran más complejos de lo que parecían.

Jimin intentaba apaciguar las aguas cada vez que se generaba alguna pelea, pero no siempre funcionaba.

La realidad era que aquello no podía seguir de esa manera, que había dos cuestiones de mayor prioridad allí que evitaba que todos pudieran salir de aquello, y era nada más y nada menos que Jungkook necesitaba dinero, y que también necesitaba dejar atrás su adicción.

- ¡Ya te lo dije! ¡Te internaré en una puta clínica si sigues así! – el corazón de Jimin palpitaba fuertemente cada vez que Yugyeom levantaba su tono, parecía como si las paredes de la habitación pudieran llegar a caerse por la intensidad de su voz.

- ¡Yo no iré a ningún lado! – respondió con la misma fuerza - ¡Eres tú el que no quiere hacer las cosas más fáciles! ¡Tú complicas todo! ¡Quieres matarme!

- ¡Tú te matarás si sigues así! Tu madre... necesitas encargarte de tu madre, y lo único que haces es pensar en drogarte, porque eres un maldito adicto y es lo único que te importa.

- ¡No hables de mi madre! – se acercó a él y le empujó fuertemente. Wooyoung y Jimin tenían la misma expresión de miedo, anticipándose a que aquellos dos volverían a pelearse como otras veces.

- Si te importara te rehabilitarías y saldrías de esta mierda.

- No me internaré... no ahora que ella necesita mi ayuda – negó con la cabeza – además, ¿Qué crees, que podré lograrlo? Una puta clínica no borrará esto... una puta clínica no borrará la mierda que me hiciste...

- Si sigues... mierda, Jungkook, si sigues mencionando eso juro que te golpearé en serio...

- ¿Qué? ¿No quieres que te lo recuerde? ¿Es porque está Wooyoung? – los ojos de Jungkook se abrieron, acompañados de una sonrisa burlona - No puedes esconder la mierda que eres, fingiendo que te importan los demás... no quieres darme una puta pastilla, pero no tuviste problemas de drogarme con fentanilo para aprovecharte de mí...

- Dijiste que todo estaba bien entre nosotros... no vengas con esta mierda ahora - apretó sus puños, intentando mantener su enojo bajo control, sabía que Jungkook se ponía así cuando estaba desesperado.

- Es tu oportunidad, Yugyeom – se acercó a él y cerró sus puños sobre su chaqueta – es tu oportunidad, sólo drógame y haz lo que quieras conmigo, pero dame eso... dame lo que necesito y yo te daré lo que necesitas – su voz salió grave y su mirada era oscura.

Jimin sintió un retorcijón en la boca de su estómago y un vuelco en su pecho. La bilis subiendo hasta su esternón y el sabor agrio en su boca. Incluso su cabeza se sintió pesada por unos segundos.

Aquello no era Jungkook, porque no podía reconocerle en absoluto.

Le había escuchado decir cosas sin sentido, o con actitudes egoístas y agresivas, pero no había esperado ver algo como eso. El carácter manipulativo y la forma de insinuarse, las cosas enfermas que escuchaba, todo eso le había hecho un desastre en su cabeza.

Wooyoung separó a ambos chicos, pidiéndole a Jungkook que se calmara y pensara con claridad, porque estaba realmente saliéndose de sus rieles.

- ¿Cómo puedes pedirme que me calme? No puedo calmarme – dijo con un tono duro – Es sólo una pastilla, sólo una puta pastilla es todo lo que necesito y estaré bien, maldición – soltó una exhalación ofuscada – Si tengo eso puedo ocuparme de mi madre, podré pensar con claridad, podré dormir bien... ¿Por qué no le insistes a Wooyoung? ¿Eh? Él también debería rehabilitarse, debería hacerlo... ¡pero sólo me joden la vida a mí!

- Ya he discutido con él por ello desde el primer momento, no hay forma – Yugyeom estaba de brazos cruzados contra la puerta de la habitación, y observó a Wooyoung, quien estaba con la mirada hacia el piso.

Jimin le había mirado, preguntándose por qué se resistíam tanto a rehabilitarse.

- ¿Y decides joderme a mí? Yo tampoco lo haré, así que deja de joderme y dame la puta pastilla.

- ¿Y si lo hago... tú lo harías?

Jungkook desvió su mirada para posarla sobre el peligris, quien mantenía aún su rostro en dirección a sus pies.

Un silencio sepulcral reinó en la habitación. Yugyeom le miró de igual manera que Jungkook, sin poder creerlo, dudando de lo que habían escuchado.

La voz del chico había sonado apagada y temblorosa, y cuando levantó su rostro sus ojos estaban aguados.

Suspiró antes de volver a hablar, juntando el valor para poder repetir aquella pregunta.

- Si me rehabilito... ¿vendrías conmigo? – Jungkook sintió que el tono decidido de la voz del chico había movido en su cuerpo célula por célula, como un temblor de pies a cabeza.

No estaba preparado

- ¿Sólo lo harías para meterme allí? – soltó una risa irritada - ¿Tanto quieren deshacerse de mí? – Wooyung negó con la cabeza, lamentándose por el hecho de que Jungkook pensara eso, aunque sabía que era porque estaba a la defensiva y la abstinencia no le ayudaba.

- No, Jungkook. Lo haría por ti.

- No tengo razones para hacer esto, Wooyoung. Me sacaron todo, todo lo que tenía me lo quitaron. Jamás pude elegir una puta mierda en mi vida, mi padre eligió todo por mí, y la única vez que decidí hacer lo que quería, amar a quien yo quería amar, todo se hizo pedazos. No lo haré, no volveré a arriesgarme a fallar.

- Tienes la oportunidad de amar de nuevo, tienes a Jimin que está dispuesto a esperarte, a acompañarte. Tienes una vida que está esperando por ti, Jungkook, lo que te quitaron sigue allí, pero tú no lo estás tomando.

- ¿Y tú qué? ¿No tienes razones para hacerlo? Te he dicho mil veces que lo hicieras y seguiste insistiendo que no tienes nada, que no tienes futuro, que la heroína es lo único que hay para ti. Eres un egoísta.

- Y es cierto – asintió – No tengo nada, tú no estás solo, tienes a tu madre, tienes a alguien que te ama y que daría todo por ti – y entonces Jimin habló.

- Y tú nos tienes a nosotros – dijo en una voz suave, llamando la atención de todos los presentes, sobre todo de Wooyoung, que le miró con ojos tristes pero conmovidos – Yo... no puedo decir que entiendo el dolor que están pasando... pero sí me duele verles así. Si no lo hacen por ustedes, entonces háganlo por quienes no queremos verles sufrir...

Aquello había tomado por sorpresa a los dos chicos, incluso a Yugyeom. Jimin solía mantenerse callado en todas las discusiones, parecía dejarse cohibir por las cosas que veía y escuchaba, sin encontrar un lugar para decir lo que pensaba. Además tenía miedo, temía que Jungkook se enojase, que le dijera que no le entendía. Temía estar pidiéndoles algo que ellos realmente sentían imposible de hacer.

Pero era todo o nada, y Jimin perdería más cosas si se mantenía callado que hablando fuerte y claro sobre lo que pensaba al respecto.

Arriesgaría todo de ser necesario, porque todos en esa habitación parecían completamente perdidos y sin encontrar la manera de saber hacia dónde ir.

- Tu madre te necesita, Jungkook... - dijo llevando su mirada al pelinegro – Wooyoung te necesita – hizo una pequeña pausa, el menor le observaba en silencio, sintiendo aquellas palabras hundirse dentro suyo – Yo te necesito. Por favor... en serio, no quiero perderte otra vez.

Cuando sus lágrimas finalmente rodaron por sus mejillas, Jungkook sintió un nudo en su garganta tan grande que las palabras se habían atascado, cualquier cosa que pudiera haber pensado para refutar la lógica que tanto el rubio como el peligris le habían planteado, se había atascado sin poder salir. La conmoción había sido más fuerte.

Lo pensó por un momento, sintiéndose realmente confundido e indeciso.

Jungkook había querido realmente dejarse ahogar, porque no tenía fuerzas para sacarse de aquel océano oscuro, profundo e interminable, de aquel mar violento que le había llevado con sus olas muy lejos de la orilla.

Era más fácil ir con la corriente, dejarse llevar por todo aquello que le arrastraba mar adentro, de todo lo que le llevaba a la oscuridad. La oscuridad era cómoda, era acogedora, en cambio, salir de eso significaba un esfuerzo realmente grande que él no creía poder ser capaz de realizar.

Era como si sintiera que no era para él, que estaba demasiado perdido como para volver a tomar las riendas de su vida.

Era como si le pidieran completar un rompecabezas al cual le faltaban piezas. Desmotivador y agotador de si quiera pensar en intentarlo.

Miró los ojos de Jimin, quienes esperaban por una respuesta, esperaba por ver su reacción, escuchar alguna palabra que le hiciera saber que el sufrimiento en algún momento llegaría a su fin.

¿Realmente terminaría?

A Jungkook le gustaba soñar con eso, imaginarse cómo sería poder sentir felicidad nuevamente y sentirse querido sin que todos sus monstruos aparecieran para opacar la luz de su alrededor. Por momentos realmente pensaba que no era merecedor de algo como la felicidad o el amor, porque no sólo le habían abandonado, todo había empezado por su culpa en una primera instancia, y aquel sentimiento de culpa y remordimiento había establecido sus pilares dentro de él, volviéndose estable y poderoso, convenciéndose de que no merecía mejorar, no merecía una vida decente.

Pero, ¿Cuánto más tenía que pagar por eso? ¿Cuánto tiempo tenía que esperar hasta que el destino decidiera que ya había sido suficiente? Había dejado todo a manos del universo o de lo que fuere, se había quedado esperando algo, porque bien sabía que incluso había pensado tantas veces en que en algún momento la muerte le tocaría a la puerta, porque los pensamientos en los que se veía a sí mismo sufriendo un "accidente" irreversible se repetían en su cabeza y fantaseaba con ello como si fuera algo que deseaba más que respirar.

Sin embargo ahí estaba, porque en realidad algo le impedía tomar la decisión final de rendirse a todo.

Y estaba seguro que la razón estaba en esos ojos color avellana que le miraban suplicantes y llorosos.

Desvió su mirada hacia Wooyoung, quien de igual manera esperaba escucharle decir algo.

- ¿Lo harás? ¿Te rehabilitarás? – preguntó seriamente.

- Sólo si tú lo haces.

- Juegas sucio – se quejó, chasqueando su lengua.

- Quizás es lo que siempre tendríamos que haber hecho... comenzar a buscar una solución.

- ¿Crees que tenemos solución? – le cuestionó.

El peligris asintió sin decir nada, eso era suficiente.

El pelinegro bufó y llevó sus manos a su rostro, masajeándose los ojos. Intentaba asimilar aquella idea en su cabeza, aunque sabía que no caería en cuenta de ello hasta que realmente se hiciera realidad.

- Supongo que no tengo otra alternativa.

Wooyoung sonrió aliviado, y no dudó en acercarse al contrario con sus brazos abiertos para abrazarle fuerte, siendo recibido de igual manera.

Cuando rompieron el abrazo, fue Jimin quien les abrazó luego.

De alguna manera era reconfortante, quizás era la pequeña luz de esperanza que había comenzado ya a hacerse presente.

Wooyoung dejó a los otros dos chicos abrazándose, y se giró, notando cómo Yugyeom no se había movido de su lugar y le observaba fijamente, con un deje de decepción. Entonces se acercó a él.

- ¿No estás feliz? – preguntó arqueando una ceja al notar que el chico apenas había cambiado su expresión fúnebre.

- Te insistí todo este tiempo... y no lo hiciste por mí.

- Yu...

- Está bien – negó con la cabeza y rió por lo bajo – Entiendo – Alzó su mano y acarició el mentón del chico – Me alegro por ti.

El azabache soltó el aire y abrió la puerta para salirse de allí, dejando la habitación.

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Hola, gente bella

El capítulo fue algo tenso, pero con un buen final. Poco a poco las cosas van a empezar a cambiar, y como dije en uno de los capítulos, tomar una decisión hará la diferencia de alguna manera.

Gracias por el apoyo! Tengan buena semana 💙

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