17. Contra viento y marea
El rubio estaba en el pasillo caminando de un lado a otro, sin poder mantenerse quieto por más de un segundo. Él no solía ser una persona nerviosa, generalmente sabía enfrentar las situaciones de manera tranquila, como sus exposiciones de baile o los exámenes, era bastante confiado de sí mismo y de su capacidad por enfrentar circunstancias que para cualquiera podrían ser bastante estresantes.
Pero Jimin nunca había estado en una situación como esa, a la espera fuera de una sala de emergencias. Y de todas maneras, las últimas semanas pasó más nervios de los que hubiera imaginado, todos debido a aquella nueva situación en la que se encontraba, reencontrándose con Jungkook y enfrentándose a la nueva realidad que el pelinegro vivía.
Era demasiado para su cabeza y su corazón, cosas que jamás había tenido si quiera que pensar en la posibilidad de enfrentarlas, pero que repentinamente se habían venido encima suyo.
Y ahí estaba, esperando saber si la madre de Jungkook se encontraba bien, le rogaba a todos los dioses poder escuchar buenas noticias.
Según lo que Wooyoung le había comentado esas semanas, el pelinegro había estado viendo a su madre y estaba contento con ello. Le parecía sorprendente que la relación de ambos hubiera cambiado para bien, y obviamente le ponía feliz, Jungkook necesitaba una madre, y en ese momento más que nunca. La mujer había hecho el gran esfuerzo de conectarse con su hijo, de finalmente acompañarle como Jungkook había esperado toda su vida.
Parecía mentira que luego de eso, Jungkook tuviera que estar pasando por la situación de estar perdiendo a su madre.
Jimin no podía creerlo, y no pudo sostener más su corazón en sus manos cuando vio la puerta de la habitación abrirse y a Jungkook salir cabizbajo. Levantó su rostro y a penas sus miradas entraron en contacto, Jungkook se quebró, rompiendo en llanto.
El mayor no tardó en aproximarse a él inmediatamente y abrazarle fuerte, intentando que no se desplomara mientras Jungkook escondía su rostro en su cuello como si fuera un niño, y él no podía hacer más que sobar su espalda para calmarle.
- ¿Cómo... está? – se atrevió a preguntar en voz baja.
- Está fuera de peligro... pero aún no despierta – explicó entre sollozos, aferrando sus manos a la ropa de Jimin – se ve... muy mal...
- Estará bien... fue... un accidente fuerte... - le habló intentando trasmitirle calma con su voz. Llevó su mano a la nuca del pelinegro, acariciándole con afecto.
- ¿Por qué... me pasa esto? – se cuestionó - ¿Por qué todo sale mal?
- Ya verás que saldrá bien – se alejó un poco para tomar el rostro ajeno en sus manos y suavemente secar las lágrimas del chico. Su nariz roja y sus ojos llorosos no hacían más que estrujar su corazón – Ella tendrá que hacer un esfuerzo muy grande... pero si la acompañas podrá hacerlo – aseguró. Jungkook miraba hacia abajo, sin cruzar su mirada con el mayor. Sorbía de su nariz débilmente, sus lágrimas seguían cayendo en los pulgares de Jimin, cerraba sus ojos y se dejaba acariciar - ¿Qué más dijeron?
- La intervención quirújica salió bien... pero probablemente necesite otra... su cadera está comprometida... - apretó sus labios y su rostro se contrajo por la tristeza – si no sale bien, no podrá volver a caminar... - llevó sus manos a su rostro, cubriéndoselo.
- No pienses en eso, no nos apresuremos... ella estará bien.
- El tratamiento... la rehabilitación... la cirugía... todo eso es dinero... - secó sus lágrimas con los puños de su buzo – Si mi padre decide no darme el dinero... estoy perdido.
- Pensaremos en lo que sea... tu mamá saldrá adelante, eso no lo dudes – le dijo con convicción.
Jungkook sentía que su mundo cada vez se venía más abajo. Era como si ya no pudiera soportar el peso en sus hombros, estaba exhausto de luchar contra viento y marea constantemente. Las situaciones le superaban y sólo podía estar allí llorando sin poder hacer nada más, porque su madre estaba ahí, quizás estable, pero sin despertar y eso le mataba.
La mujer había estado en deuda con él por muchos años, Jungkook sabía que no se había portado bien con ella en muchas ocasiones y que le guardaba un gran rencor, pero el último tiempo que pasó con ella, para él había sido de lo más valioso. No sólo ella estuvo allí para él, sino que pudo comprender muchas cosas que antes no.
Era su madre después de todo, le dejaba tan perdido aquella situación, que lo único que pudo mantenerlo de pie fue el abrazo de Jimin y sus palabras.
Su simple presencia era algo que agradecía, aunque no lo dijera.
Luego de unos minutos aparecieron Wooyoung y Yugyeom, con unos refrescos en sus manos para cada uno.
Jimin explicó la situación de lo poco que sabía. Jungkook no tenía ganas de hablar, prefirió recibir apoyo por parte del peligris, quien obviamente le abrazó fuerte.
Lo único que quería Jungkook en ese momento era cerrar sus ojos y dormir, aquel pensamiento era muy frecuente, porque no veía otra manera de poder hacer algo con su vida, con los eventos amargos que enfrentaba a cada momento como un juego del destino.
No quiso hacer más que sentarse en la sala con su mirada perdida en el suelo, pensando en cómo todo era una mierda y en cómo demonios haría para que su madre saliera adelante.
Había demasiadas cosas en juego, ni mencionar que el accidente había ocurrido por haber conducido ebria cuando se suponía estaba yendo a terapia individual y en grupo para tratar su adicción al alcohol. Incluso así, ella había terminado bebiendo y cometiendo el infalible error de conducir en ese estado.
Ya hablaría con su madre cuando se despertase, y llegaría al fondo de tal actitud imprudente.
Las horas pasaban sin que ninguno de ellos tuviera una sola novedad al respecto, lo único que sabían era que la cirugía había salido bien, pero ahora restaba que despertara y que la mujer estuviera bien, que no hubiera sufrido ninguna consecuencia neurológica más que lo relacionado a su cadera.
Jungkook la había visto tan lastimada. Su frente estaba envuelta por vendajes, gazas y pequeñas bandas estaban en cada herida de su rostro.
Sus brazos estaban conectados a agujas y manguerillas, los aparatos hacia su alrededor hacían sonidos de pitidos imposibles de ignorar. El olor a alcohol y desinfectante inundaban el lugar. No era grato estar allí para nada, pero no tenía alternativa.
En el pasillo sólo podía ver enfermeras y doctores pasar como si nada.
En un punto Yugyeom se había ido, diciéndole a Wooyoung que si necesitaban algo que le llamase.
Jungkook estaba muy molesto, demasiado enojado con él como para mirarle o hablarle, y el azabache tampoco hizo el esfuerzo de acercarse.
El rubio y el peligris hablaban calmadamente de temas banales, intentando distraerse y también hablándole a Jungkook. Él estaba en medio de ellos dos, mientras le hablaban y no perdían la oportunidad de acariciarle por momentos para que se mantuviera tranquilo. Jimin no había dejado de sostener su mano en ningún momento. Jungkook sentía que era lo único que podía calmarlo un poco.
Así pasaron las horas, y finalmente el momento de volver a entrar a la habitación llegó para Jungkook.
Los ojos de su madre estaban entreabiertos, pudiendo a penas abrirlos normalmente.
Los moretones en su rostro estaban tan oscuros como sus ojeras bajo sus ojos.
Jungkook se acercó y tomó su mano, sintiéndose angustiado y nervioso, pero se sintió un poco mejor cuando su madre habló.
- Lo siento, cielo... - dijo ella con una voz temblorosa y cansada – soy una mala madre... siempre arruino todo - Jungkook negó con la cabeza.
- Lo único que importa es que estás bien... - dijo él, intentando no ponerse a llorar, pero sus ojos estaban ya enrojecidos. Aun así pudo evitar que las lágrimas se derramasen.
- No te merezco como hijo...
- No digas eso.
- Es cierto... - dijo con un semblante serio – Me diste la oportunidad de volver a empezar pero... ¿Cómo empiezo? – preguntó de repente. Ella le miraba, pero en ese momento giró su rostro par mirar hacia el frente, al techo. Suspiró con pesar – Sentí miedo, ¿Cómo hago para empezar una vida sola? Salir al mundo, trabajar... valerme por mí misma... y sola...
- No estás sola, estoy yo.
- Pero no puedes estar encargándote de mí... tienes tu vida...
A Jungkook le pareció curioso, porque no podía llamarse vida a aquello que tenía. Su madre probablemente seguía pensando que él era un chico inteligente y exitoso, alguien respetable y con un brillante futuro por delante. Pero él no tenía nada de eso.
Él estaba igual que su madre, perdido y sin saber qué hacer. Sin nada y sin energías, solo y sin futuro.
La razón por la cual su madre se refugiaba en el alcohol era la misma por la cual él se refugiaba en la oxicodona. La vida era un real fastidio, se sentía como si en algún punto el mundo no fuera para ellos.
Aquello había sentido Jungkook por todo ese tiempo y no había nada más desgarrador y desalentador que eso.
- ¿Sientes dolor? – las heridas y el estado de su madre en general se veían dolorosos, no podía evitar pensar en cómo se sentiría estar así.
- Algo... los calmantes hacen maravillas – dijo con una media sonrisa. Suspirando y cerrando los ojos por un rato antes de abrirlos y volver a hablar - ¿Estás acompañado?
- Sí... estoy con Wooyoung... y con Jimin – dijo casi en un murmuro. Su madre le observó y abrió sus ojos como pudo, la sorpresa le había podido más.
- ¿Jimin? – cuestionó, y su hijo asintió con la cabeza. El rostro se le iluminó y le dedicó una sonrisa aliviada – me alegra que esté a tu lado.
Jungkook se sentía tranquilo de que su madre estaba medianamente bien, que no había tenido ninguna clase de pérdida de memoria ni afecciones mayores que sean para preocuparse. Pero el tema de la segunda cirugía estaba ahí, el tratamiento post-quirujico igual. Como había dicho antes a Jimin, todo aquello era dinero, y ni mencionar que debía pagar la rehabilitación de su madre, porque ya no había alternativa, debía internarla en un centro para que pudiera ser cuidada las veinticuatro horas del día para que no volviera a ocurrir algo como eso.
Necesitaba dinero y no tenía ni la mitad de lo que necesitaba. Estaba jodido, no había otra palabra que le describiera mejor.
Sabía lo que tenía que hacer y hubiera deseado que todo fuera diferente, claramente, pero a esa altura rogarle a su padre era de las cosas menos humillantes que había hecho.
Se alejó, dirigiéndose al final del pasillo, para poder llamar a su padre desde su teléfono móvil.
Con cada sonido del otro lado de la línea Jungkook tenía más ganas de cortar y lanzar su celular por lo pesado que lo sentía en su mano. El sudor era uno de los peores síntomas, porque era inquietante e incontrolable.
Se mordió los labios repetidamente, una y otra vez al esperar que atendiera. Finalmente lo hizo.
Escuchar la voz de su padre le generó un revoltijo de nervios en su estómago.
- ¿Qué quieres, Jungkook? – preguntó con aquel tono frío tan característico. Jungkook inhaló forzadamente, intentando que las piernas no se le aflojasen y el celular no cayera de su mano.
- N-necesito tu ayuda... - si su padre odiaba la debilidad, en ese instante debía de estar teniendo arcadas del asco que seguramente sentía por la voz temblorosa de su hijo – Mamá tuvo un accidente... ella... - Jungkook sabía que no podía perder el tiempo explicando las cosas con detalle, y que con su padre de todas formas no servía, le cansaría, le irritaría de más, y no quería eso – Está muy mal y necesita una segunda cirugía... y tratamiento... y-
- ¿Para qué me llamas, Jungkook? Tengo mucho trabajo, y esto no va a hacerse solo, más ahora que no tengo heredero a quien pueda delegar mi trabajo – y ahí estaba, el rencor y el desprecio haciéndose notar sin tapujos.
- Necesito dinero... necesitamos dinero para pagar esto... es-
- ¿Y tienes el descaro de venir a pedirme dinero? – soltó una risa seca – Creo que fui claro anteriormente, decidiste enfrentarme y echar a la basura todo mi esfuerzo por darte un futuro decente. No tiraré mi dinero contigo.
- No es para mí... es para mamá – había comenzado a llorar, hizo un gran esfuerzo para que aquello no se notase en su voz. Los nervios arremolinándose en su garganta.
- Tu madre es otra inútil – bufó con molestia – Esa mujer nunca aprendió a ser servicial, ni ayudó a la familia. He hecho todo por la familia y así me lo pagan. Una mujer inútil y un hijo marica.
- Papá...
- Dile a tu madre que se arregle sola, ya es tiempo que aprenda a valerse por sí misma.
- Papá, por favor-
Jungkook escuchó un largo pitido del otro lado de la línea. La llamada había terminado, su padre le había cortado sin más.
Apretó su celular en su mano y sin poder soportarlo más lo lanzó contra una pared. El aparato se estrelló y se rompió en pedazos, las enfermeras le miraron asustadas luego de soltar un grito de impresión por el ruido que provocó.
- Señor... por favor... no puede hacer eso aquí – dijo una de ellas – cálmese o deberemos pedirle que se retire.
Sollozó, soltando insultos dirigidos a su padre, a él mismo, y a su vida. Se cubrió los ojos, las lágrimas mojaban los puños de su ropa y se dejó caer de rodillas al suelo.
Inmediatamente los dos chicos que antes le acompañaban le vieron y llenos de preocupación se aceraron a él rápidamente, ayudándole a que se levantara. Una de las chicas de limpieza se acercó y entre quejas y miradas desaprobatorias, juntó los restos del teléfono móvil destrozado.
- ¿Qué sucedió? – preguntó Wooyoung. Ambos chicos se esperaban lo peor. El pelinegro soltó un quejido en rendición.
- No me dará dinero, Woo... no me dará una mierda, no le importa, me mandó a la mismísima mierda... - lloró con un nudo en la garganta. Ambos le abrazaron para sostenerlo. Estaba destrozado – Ya estoy cansado... estoy cansado de esta mierda...
- No, Jungkook... escucha... haremos lo posible – dijo Jimin abrazándole por el cuello y dándole un beso en la mejilla – Ya pensaremos en algo...
- Sí, que tu padre se vaya al demonio, buscaremos la forma.
- Ya no quiero nada... - decía, haciéndose más pequeño, bajando sus hombros – estoy cansado... - negó débilmente con su cabeza. A sus dos compañeros les hacía sentir terribles verle tan desesperanzado y dolido, no sabían cómo poder consolarle.
- Has soportado mucho... - dijo el peligris, acariciando su cabello – Tu madre está bien, la cirugía salió bien, eso es lo importante, ya se nos ocurrirá una forma de poder pagar el resto... ahora necesitas descansar, vayamos a casa.
- No puedo irme...
- Ella ya despertó, ella está bien, si necesita algo los doctores te llamarán... - explicó, sobando su cuello con suavidad – Necesita descansar, así que no tiene sentido que te quedes... volvamos y descansa... - Jimin se volteó a ver a la mujer que había levantado los restos del celular del pelinegro.
- Bueno... ya no pueden llamarte – dijo volviéndose a los dos chicos – Iré a la recepción a darles mi número para que llamen de ser necesario.
- Está bien – concordó Wooyoung.
Luego de secar sus lágrimas y permanecer unos minutos en silencio, parado con los dos chicos a su lado, preocupándose y animándole, decidió que era momento de descansar su cuerpo.
Sus manos estaban inquietas, su pecho le dolía bastante por la presión y la falta de aire. La angustia era demasiado difícil de llevar, le dejaba aniquilado, con un gran cansancio y desgano.
Fue Yugyeom quien les llevó en su auto a la pensión, gracias a que Wooyoung le había llamado para que les hiciera ese favor.
Lo primero que Jungkook hizo al entrar a la habitación fue sentarse en su lado de la cama, con los pies en el piso y su espalda encorvada. Todo su estado databa de su increíble malestar, el aura negra a su alrededor era percibido por los dos chicos que le miraban desde la puerta.
Era tarde, y habían estado desde el día anterior en el hospital, por lo que para ninguno de ellos era fácil mantenerse con los ojos abiertos.
Claro que Jungkook tenía más ojeras que el resto, pero de todas formas a todos se les notaba el cansancio en sus rostros, no sólo por no haber descansado, sino por toda la conmoción del accidente.
Mientras Wooyoung daba vueltas en la habitación preparando sus cosas para irse a trabajar, Jimin observaba a Jungkook, quien no se había movido de su posición.
Pensaba en muchas cosas en ese instante, en la madre del chico, en cómo las cosas se habían desbarrancado el doble que antes y cómo su padre le había dejado solo una vez más, sin si quiera preocuparse por el hecho de que su ex esposa estaba internada por un accidente automovilístico grave.
Era increíble de ver cómo la vida de Jungkook se había venido en picada en poco tiempo, en aquellos últimos meses.
Recordó algo del día anterior, cuando estaba con Jungkook en el baño y éste le dijo algo que no esperaba escuchar.
"Si existieran otras vidas, Jimin... yo te amaría en todas ellas".
La sensación que había tenido en su pecho había sido equivalente a una explosión de tristeza y emoción. Una mezcla casi mortal.
¿Significaba eso que los sentimientos de Jungkook hacia él no habían cambiado? ¿Le seguía amando?
Él suponía que Jungkook le odiaba, porque no quería verle y le guardaba rencor, pero él mismo lo había dicho, le dolía todo lo que había sucedido, y le dolía verle. No había especificado que él ya no guardara sentimientos de amor hacia él, y eso hizo a Jimin sentir un poco más reconfortado, esperanzado.
- Kook... - el peligris se acercó a él, se agachó un poco y le acarició el rostro – Tengo que ir a trabajar... no me perdonarán otra noche de ausencia... - dijo él. Jungkook levantó su rostro y sólo le miró, sin decir nada – Lo siento... quisiera quedarme pero...
- No quiero que se quede Yugyeom... - dijo con un tono de voz bastante lúgubre. Wooyoung sabía que estaba enojado con él y que por eso no querría que le hiciera compañía a la noche.
- Él no vendrá en algunos días, le dije que te diera algo de espacio. Me dio las pastillas a mí, así que ahora puedes tomarla y recostarte – explicó tranquilamente, con un tono suave, y el contrario asintió.
Jimin observaba todo, desde la forma en la que ambos interactuaban, hasta lo que Wooyoung hacía para darle la pastilla, sirviéndole un vaso lleno de agua y luego tendiéndole la pastilla. Era uno de los ansiolíticos que buscaban reemplazar los efectos de la oxicodona, aunque para Jungkook no eran suficientes.
- ¿Tú qué harás, Jiminie? – le preguntó el peligris, colocándose su mochila al hombro, listo para salir.
- Me quedaré unos minutos más, y luego me iré – el contrario asintió y le saludó para irse cerrando la puerta y dejando a los dos chicos en la habitación.
Se dispuso a respirar con calma, él sabía que la situación no era fácil, pero menos lo sería si él se dejaba nublar por la incertidumbre del momento. Sólo le quedaba fluir con lo que ocurría, y en ese momento estaba en aquella habitación con Jungkook totalmente ido en la misma posición de hacía casi veinte minutos.
Jimin se atrevió a acercarse con cuidado a él, subiéndose a la cama, y como si se tratase de los viejos tiempos, le abrazó por detrás, cruzando sus manos por el abdomen del contrario. Sintió que Jungkook soltó un suspiro, quizás como una señal de que aquel gesto le había traído cierto alivio.
Se sorprendió cuando el menor habló.
- ¿Te quedarías conmigo hoy...? – preguntó, y Jimin abrió su boca por la sorpresa, mentiría si no dijera que con esas simples palabras su corazón no aumentó sus latidos. Tras aquello apretó su agarre, acercándose aún más a él, pegando la espalda de Jungkook a su pecho.
- Claro que sí... me quedaría contigo toda mi vida... - apoyó su frente en el hombro de Jungkook.
Jimin no sabía si era bueno decirle algo como eso, recordarle constantemente sus sentimientos, era poner una gran responsabilidad sobre Jungkook, algo así como acosándole cuando claramente el chico no quería saber nada de él, pero a Jimin se le salían solos, era inevitable luego de haber estado tanto tiempo sin él y de haberse dado cuenta que la vida era demasiado corta como para guardarse cosas como esas, porque temía que algo malo pasase y que Jungkook no supiera cuánto significaba en verdad para él.
Sí, Jimin estaba aterrado de que algo sucediera con Jungkook, aterrado de que la vida fuera demasiado dura de soportar para él.
Entonces allí estaría, le acompañaría y haría todo lo posible por darle lo que él necesitaba.
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Hola, gente bella ✨
A partir de acá, la relación entre Jungkook y Jimin mejorará. Pueden quedarse tranquilos con eso. Pueden respirar en paz (?
Quería contarles que estoy trabajando en un mini fic (Jikook). Será súper distinto a lo que vengo escribiendo, así que es todo un reto. No será angst sino fluff, porque simplemente se me ocurrió una idea y creo que está interesante tener un fic lindo entre mis fics angustiosos 🤣
Tómenlo como un descanso de tanto drama y tragedia, incluso yo necesitaba escribir así.
Y además, porque estoy trabajando en otro fic Jikook de hace un tiempo, y ese sí será angst y será muy picante, así que mejor les doy algo lindo antes de arrancar con lo heavy.
En fin, eso es todo. Muchísimas gracias a quienes me siguen en todo este fic 💙 Lo aprecio mucho 💙
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