13. Aferrándonos a nuestros errores.
Jungkook ya llevaba dos horas despierto y desde entonces lo único que pudo hacer fue mantener sus ojos fijos en la pared blanca de la habitación. Su cuerpo estaba levemente recostado, sostenido por unas almohadas gruesas y mullidas. Sus ojos se sentían algo irritados y cansados, su cabeza ligeramente confusa, estaba algo mareado. La sensación se asemejaba a una resaca bien áspera, le había dejado el cuerpo entumecido, y sus cervicales se sentían como si estuvieran siendo presionadas con un martillo.
A pesar del malestar, su expresión era insulsa, quien le mirase no podría saber en qué pensaba, y es que él apenas estaba pensando en algo. No recordaba qué había sucedido, cómo había llegado allí ni cómo había pasado los últimos días, todo era demasiado borroso en su memoria, aunque sí sabía que había estado aumentando las dosis de las pastillas que tomaba diariamente.
Para él sus pastillas su santo remedio. Las preocupaciones, las aflicciones y las memorias que no quería mantener en su cabeza desaparecían cada que consumía. ¿Podían culparle por ser un adicto cuando era la única alternativa que tenía en realidad?
Escuchó el sonido de la puerta, y de haber sido la enfermera no hubiera corrido su mirada de la pared, pero Yugyeom llamó su atención al ponerse justo frente a él, de pie mirándole con suma seriedad. Notó entonces dos presencias más, y para su sorpresa una de ellas era Jimin.
Apretó su mandíbula al verle, no tenía idea de qué hacía el rubio ahí, se esperaba ver a Wooyoung pero no a él. Bajó los ojos, porque unos segundos fueron suficientes para darse cuenta del tipo de miradas que estaban siendo dirigidas hacia él, y menos quería ver a Jimin metido en el medio de eso, viendo lo desastroso de su situación.
Pero él desconocía que Jimin le había visto incluso en su peor momento, había sido quien le había visto dormitando hasta caer inconsciente, y quien también tuvo que presenciar cómo su cuerpo convulsionaba sin control.
Jimin no podía ignorar cómo los ojos de Jungkook le evitaron a penas le vio. Ahora ni si quiera dirigía la mirada hacia alguno de los presentes. Por su lado, estaba tan cohibido por todo el disturbio que se quedó en un rincón de la habitación, uniendo sus manos por sus dedos para intentar calmar la intranquilidad que la situación le generaba.
- ¿Qué crees que estabas haciendo? – el tono de Yugyeom salió tan áspero y tosco que la tensión llenó el aire. El chico de pelo gris permaneció a un costado, observando a Jungkook con desánimo – Te dije que no aumentaras la dosis de esa mierda, ¿Cuántas te vienes tomando? – preguntó. Jimin no quería meterse, pero el tono que estaba usando el contrario para dirigirse al pelinegro no le gustaba para nada. Jungkook estaba decaído y con una expresión que parecía angustiada, lo menos que necesitaba era que le regañasen como a un niño – Te he preguntado algo, Jungkook.
- No lo sé – lanzó escuetamente con la voz algo entumecida.
- ¿No lo sabes? – un bufido irritado se filtró por sus labios, posando sus manos en sus caderas, mostrando una postura dominante – Te conseguí esa mierda porque tú lo necesitabas, porque me secaste el jodido cerebro con tus ataques de ansiedad y tus impulsos compulsivos, ¿y haces esto? Entiendes que necesitas rehabilitarte, ¿cierto?
La mirada de Jimin se dirigió a Wooyoung, inspeccionando su lenguaje corporal, pero estaba quieto y callado. Juraría que Wooyoung le había dicho claramente que él le había dado esas pastillas a Jungkook, que él mismo le había iniciado en eso, pero según lo que había dicho el azabache, al parecer había sido él quien lo había hecho.
Jimin estaba confundido, no estaba seguro de cómo habían sido las cosas, pero claro que la idea de que Yugyeom hubiera estado detrás de eso le agradaba aún menos que pensar en que había sido Wooyoung, y probablemente este último lo supuso y por eso prefirió hacerse cargo para que él no enloqueciera.
- ¿Rehabilitarme? – preguntó, finalmente levantando la mirada – Yo no necesito rehabilitarme – Yugyeom lanzó una risa sarcástica, provocando que Jungkook le mirase con molestia.
- ¿No la necesitas? Por como yo lo veo, tienes un problema bastante importante... a menos que estés bien con la idea de que a partir de hoy no tomarás ni una puta pastilla más – se inclinó sobre la cama, apoyando sus manos sobre el colchón a cada lado de los pies de Jungkook. Le inspeccionó con una sonrisa y mirada desafiante, algo que Jungkook conocía demasiado bien en él.
- No te atreverías.
- ¿Quieres ver cómo lo hago? Todas esas pastillas terminarán en el inodoro, y no volverás a ver ni una más – el pelinegro comenzó a sentir la ansiedad asaltando su organismo simplemente por lo que estaba escuchando – Es eso o te meteré en rehabilitación.
- No me jodas, Yugyeom – negó con la cabeza, sus ojos llenándose de lágrimas.
- Wooyoung es demasiado blando contigo... - volvió a erguirse, echándole una mirada al peligris que se encontraba cabizbajo.
- Wooyoung me quiere y me ayuda... no como tú.
- Ah, ¿Yo no te ayudo? – formuló la pregunta con una expresión sorprendida, y con un gran atisbo de indignación soltó un resoplido - ¿Darte un puto techo no es ayuda? ¿Haberte arrastrado para que salieras de la mierda de esa universidad y del lío con el hermano de Soojin no fue ayuda? Tú me estás jodiendo, Jungkook.
- ¿De quién crees que es la culpa de todo esto? – espetó, el rencor llenando su garganta y desbordando en forma de lágrimas – Fue por ti... fue por ti que necesité empezar a tomar esa mierda... fue por ti que necesité anular todos mis sentidos con ese veneno... - hizo una pausa, mordiendo su labio y sintiendo desprecio auténtico - ¡Fue por tu puta culpa!
- Ya deja de vivir en el pasado, Jungkook.
- ¡Ni una mierda! ¿Qué te piensas? ¿Que lo puedo olvidar así de fácil? – se removió en su cama, desviando su mirada y secando sus lágrimas.
- Yo te saqué de la mierda cuando estabas solo.
- ¡Por que eras lo único que tenía! ¡No me quedaba nada! – le gritó, ahora alzando la voz con furia. Sus ojos estaban rojos – eras el único que estaba allí... y lo detestaba... te detesto... ¿y ahora vienes a echarme la culpa de mi adicción? – el azabache rió con malicia, sentía que si escuchaba algo más de la boca de Jungkook podría cerrársela a golpes, no le estaba gustando nada.
- Dices que me detestas... me detestas pero luego vienes a pedirme que te la meta como la zorra que eres-
El sonido de un chasquido retumbó en la habitación.
Yugyeom sintió un ardor fuerte en su mejilla, su cabeza retumbando un poco. Se llevó la mano a la zona, le había quedado caliente y sí que había sido fuerte, le había volteado el rostro.
Se giró para ver a Wooyoung con una expresión de enojo que nunca había visto, sus ojos furiosos decían más que mil palabras. El azabache no podía con su genio, pero debía aguantarse, porque no planeaba levantarle la mano a Wooyoung, así que se tragó los insultos y las ganas de soltarle mil improperios hasta saciarse.
- Vuelve a hablar así de Jungkook y te aseguro que no volveré a dirigirte la palabra.
Todos permanecieron en silencio.
Jimin había quedado atónito. Había sentido que la situación se estaba saliendo de control y había querido intervenir pero el miedo de las cosas que escuchaba, la acidez y el veneno, no sabía cómo reaccionar a ello, le habían dejado sin habla.
Al final de cuentas, el rubio estaba allí como caído del catre, no tenía idea de nada, seguía sin saber la mayor parte de las cosas, seguía perdiéndose de hechos fundamentales y del orden cronológico entre ellos. Todo le parecía confuso y lejano, aún no podía sacar una conclusión de cómo era la relación de aquellos tres, de cómo se habían conocido, de cómo Jungkook había terminado cubierto hasta el cuello de todo ese caos.
Para Jimin fue sorprendente cómo Yugyeom guardó silencio y pasó por el costado de Wooyoung, chocándole con el hombro y caminando hasta salir de la habitación.
El peligris dejó salir una amplia bocanada de aire de sus pulmones, negando con la cabeza en un gesto de rendición, sintiendo que las energías se le drenaban al igual que sus alternativas para encontrar una solución.
- Jungkook... - Wooyoung se acercó a él, pero Jungkook le ignoró para dirigir su atención a Jimin.
- ¿Qué haces tú aquí? – cuestionó - ¿No te dije que no quería verte?
- Jungkook, no le hables así-
- Tú no te metas, Wooyoung – le respondió de inmediato y volvió a mirar al rubio - ¿No crees que ya tuve suficiente? No te necesito aquí para que me recuerdes todo lo que hice mal...
- Yo no quiero que recuerdes nada de eso... - su voz se debilitó, nuevamente comenzaba a temblar.
- Pero lo hago. Recuerdo todo y no quiero, ¿entiendes? Sólo quiero olvidar, quiero olvidar todo. Quiero olvidarme de ti.
Jimin no pudo soportar más aquello, pensó que ya había sido suficiente.
Sus piernas se movieron solas, alejándole de allí por el mismo camino que había tomado Yugyeom.
- ¿Por qué eres así? – el chico intentaba poner lo mejor de sí mismo, pero la actitud de Jungkook le colmaba la paciencia – No es necesario que le trates así... él está aquí porque te quiere...
- Me hirió, Wooyoung, él me hirió y no quiero dejar que lo siga haciendo.
- No puedes culparle para siempre, Jungkook. ¿Cuánto más harás esto? Tú has dicho que pagaste, él también lo hizo, y ahora ambos están sufriendo innecesariamente cuando lo único que deberían hacer es aceptar sus sentimientos y el hecho de no poder estar sin el otro.
- Yo estoy armando mi vida sin él.
- ¿Qué vida? ¿A esto le llamas armar una vida? – le cuestionó con desespero, alzando sus manos. Wooyoung no comprendía cómo Jungkook había estado armando su vida, lo que más parecía era que había estado haciéndola pedazos – Él estuvo a tu lado mientras convulsionabas, él pidió ayuda por ti – los ojos del pelinegro se abrieron, mostrándose sorprendido ante lo que oía.
- ¿Qué demonios hacía él allí?
- Yo le llevé, porque creo que es el único capaz de sacarte de esta mierda.
- Él no puede sacarme de ningún lado, Wooyoung, él no puede ayudarme.
- ¿Eso crees? – el peligris le observó con seriedad, su expresión le decía que ponía en duda lo que le estaba afirmando.
Jungkook lo decía con convicción, o más bien quería convencerse de ello y no le quedaba de otra que decirlo con total seguridad, pero su compañero veía a través de él.
- ¿No puedes aceptar que quiero estar contigo? – le preguntó.
- No, no puedo aceptarlo, porque ni tú te la crees.
- No puedes afirmar algo como eso...
- Yo lo veo perfectamente, Jungkook.
- ¿No sientes nada por mí? – la decepción era palpable, el desánimo en su voz le delataba.
- Sí, Jungkook. Siento muchas cosas por ti, pero tú eres el que no siente nada por mí.
- Sí que siento cosas por ti.
- Pero es la mitad de lo que sientes por Jimin.
- Deja de hablar de él, maldición - desvió su rostro, girándose hacia la dirección contraria a Wooyoung, sintiéndose abatido.
- No quiero que cometas otro error – entrelazó sus dedos en el cabello negro del contrario, acariciándole – Jimin se equivocó, Jungkook, pero él te ama, si te quedas conmigo sólo nos hundiremos en la miseria...
- ¿Y tú qué? ¿No planeas salir? Planeas quedarte anclado a Yugyeom para siempre, ¿así te parecen justas las cosas?
- Tú tienes a alguien que te ama y que haría lo imposible por ti. Deja de hacerte esto, Jungkook, la solución a la mierda está justo allí y no quieres verlo.
Jungkook se mantuvo en silencio por varios segundos, segundos que se convirtieron en minutos. Wooyoung no volvió a recibir ni una palabra más de él, tampoco una mirada. Comprendió que la charla había terminado allí, que no había mucho más que hacer o que decir.
Cuando Jimin había salido de la habitación, dando a sus lágrimas la libertad de expresarse, se pegó a la pared y se dejó caer hasta el suelo. Se quedó allí llorando en silencio, o eso intentó al menos. Su rostro escondido entre sus brazos cruzados, sintiendo la sal de sus lágrimas escurriéndose por sus labios.
Si había algo realmente horrible era el sentir que ya no había un lugar para él en la vida de Jungkook. El rechazo se sentía desolador, completamente diferente al rechazo que Jungkook le dedicaba al principio de su relación. Aquello sólo le dejaba enojado y con una sensación de amargura, además de confusión, pero lo que estaba pasando en esos momentos era distinto. ¿Qué haría con todo ese amor que tenía? ¿Debía de simplemente olvidarse de él? ¿Tenía que simplemente aceptar que Jungkook ya no le quería?
Las cosas no mejoraron cuando su celular sonó, viendo el nombre de su novio en la pantalla.
Claro, estaba preocupado, había desaparecido por un día entero y no le había respondido los mensajes. Wonho era algo ególatra, pero tenía un claro interés por Jimin de todas formas. Era un novio servicial dentro de los parámetros normales, y como tal, él le enviaba mensajes para saber qué estaba haciendo, aunque luego no pudiera hacer planes con el rubio porque siempre tenía entrenamientos y cosas por el estilo.
Le dijo simplemente que estaba bien, que había tenido un altercado familiar, probablemente le había dejado algo confundido y que le dijo que se trataba de un primo, lo cual era completamente mentira porque ni si quiera tenía primos, pero el chico de todas formas se lo tragó, y eso era todo lo que Jimin quería, porque no tenía ganas de estar con él, quería que le dejara en paz.
Aunque Wonho fuera independiente y para nada demandador, a Jimin le molestaba a veces simplemente saber que él era su novio. Al principio le había parecido una buena idea, pero desde que había vuelto a dar riendas sueltas a sus sentimientos por Jungkook, su actual novio se volvió como una piedra en el trasero, molesto e innecesario.
Sin embargo, hora que estaba hecho un desastre porque había sido rechazado, sintió que el seguir con Wonho era lo único que le quedaba, pero no pudo evitar sentirse como un ser despreciable al pensar en ello.
¿De qué servía tapar lo evidente cuando no estaba solucionando nada al final? El salir con Wonho no le curaba sus heridas, no le hacía sentir menos solo, ni tampoco menos culpable. Es más, era todo lo contrario.
Wonho era el constante recordatorio de todo en lo que Jimin había fallado. Era la personificación de todos sus errores.
- Sabes que dice todo eso porque está enojado... - escuchó una suave voz que le hizo levantar la cabeza. Vio al peligris agacharse frente a él y sonriéndole amistosamente – él es un cabeza dura...
- Le lastimé... y él me odia por eso...
- No te odia – negó al instante - ¿Qué fue lo que te dijo... antes de que sucediera esto? – preguntó para que Jimin lo recordara.
- Que siempre estaría conmigo...
- En todo este tiempo, puedo asegurarte que no ha dejado de pensar en ti... él dice que quiere olvidarte y es porque claramente no puede...
- Eso no quita el hecho de que le hago daño.
- Pero puedes cambiarlo... puedes ayudarle a salir de esto... en serio, Jimin, al menos aunque las cosas no estén bien... no le dejes, hazlo por él, hazlo por mí... necesito tu ayuda...
- ¿Por qué intentas ayudarnos? – Jimin comprendía que Wooyoung era un chico de oro, pero no entendía por qué se esforzaba tanto en arreglar algo que ni si quiera tenía que ver con él, metiéndose en líos tan complicados para hacerle un bien a ellos – Podrías simplemente quedarte con él...
- Porque le quiero – respondió con simpleza. El rubio le miró consternado – Le quiero mucho y él se merece estar contigo. No quiero verle desaprovechar el poder ser feliz... yo no tengo esa suerte... no he podido encontrar a nadie que me quiera... alguien que me ame como ustedes se aman el uno al otro... - allí adentro, en el fondo de su pecho, Jimin sintió tanta frialdad y malestar que lo único que pudo hacer fue sostener las manos del contrario entre las suyas. La mirada triste del chico no se desvaneció incluso aunque fingiera una sonrisa.
- Yo creo que podrás encontrarlo... - respondió con sinceridad ganándose una risa algo tímida del otro.
- Eres demasiado lindo, Jimin. En serio, no debes ser tan malo contigo mismo. Todos cometemos errores, ¿sabes? Pero el error más grande es seguir aferrándonos a ellos... y así jamás podremos seguir adelante.
Algo debía aprender de todas las cosas por las que había pasado.
Jimin ya no quería vivir de sus errores, seguir pisando sobre ellos como si el único camino factible en su vida fuese el caminar por el mismo sendero de vidrios rotos una y otra vez.
¿Era posible cortar con toda esa cadena de malentendidos y desencuentros?
A Jimin le parecía increíble como una cosa llevaba a la otra, cómo su vida había cambiado rotundamente al igual que la de Jungkook.
Porque un solo suceso les hizo tomar caminos separados porque el dolor lo convirtieron en odio y se obligaron a olvidarse y a seguir sus propios caminos cuando en realidad nunca tendrían que haberse separado.
Los errores de Jimin no habían sido más que el fruto de haber tomado decisiones desesperadas, y no había forma de revertir cómo habían ocurrido los hechos, pero quizás podía comenzar a tomar nuevas decisiones para que su vida tomara otro rumbo esta vez. Quizás simplemente para empezar a hacer las cosas bien, como siempre debían de haber sido.
Fue la noche de ese mismo día, que puso fin a su relación con Wonho.
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Les dejo otro cap ✨
Los problemas que tenemos no se solucionan de la noche a la mañana, pero a veces es cuestión de tomar ciertas decisiones para cambiar nuestro destino, el rumbo de nuestras vidas. Son pequeños cambios que efectivamente harán la diferencia, sea en corto o largo plazo.
Es la enseñanza de hoy👌🏻
Gracias por leer!
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