34. Como una pareja

Jimin POV.



Jungkook se empujó dentro de mí sumamente despacio después de haber arremetido contra mi cuerpo rápida y ferozmente, mientras yo tenía mis muñecas amarradas juntas con una soga y atadas al respaldo de su cama.

Le escuché inhalar profundo y soltó una exhalación sobre la piel de mi cuello mientras yo respiraba agitado y estremecido por las ondas eléctricas que provocaba el tacto de su pene contra mi próstata. Con mi cabeza hacia atrás y contra las sábanas me deshacía en la sensación reconfortante que me provocaba el tener el peso de Jungkook sobre mí, empujando lento y luego sacando su miembro hasta la mitad para volver a meterlo. Lento, despacio, yo mantenía mis ojos cerrados y soltaba pausados gemidos que eran más como suspiros graves y relajados. Los labios de Jungkook se paseaban por mi cuello con tal afecto y atención que generaba un cosquilleo en todo mi cuerpo.

Yo mantenía mis piernas abiertas y alzadas contra sus hombros, gracias a esa posición que podía sentir a la perfección cada centímetro de él calarse profundo dentro en mí, estirando la piel y apretándome conscientemente luego para sacarle gemidos.

Abrí mis ojos para inspeccionarle con atención, él no paraba de mirarme, ni si quiera cerraba sus ojos por más de un segundo. Me observaba intensamente, notaba que miraba mis ojos, luego bajaba a mis labios, también inspeccionaba mi cuerpo y volvía a mirarme. Una sonrisa ladina se me escapó.

- ¿En qué piensas? – pregunté, aun sintiendo el cálido placer de las suaves estocadas que daba con el movimiento ondeante de sus caderas.

- Pienso en lo mucho que me gustas... - dijo, y yo sentí el revoloteo en mi pecho. Sonreí apaciguadamente, disfrutando del efecto que esas palabras estaban teniendo en mí.

- ¿Si...? – cuestioné mientras me contoneaba un poco sobre las sábanas y estirando mis brazos, moviéndolos un poco por la sensación que aprisionaba mis muñecas. Jungkook cambió la posición, liberando mis piernas y apoyando sus codos a cada lado de mí.

- Sí – chupó mi labio inferior, sin dejar de mirarme con esa intensidad tan inquietante. Soltó mi labio y se mantuvo a escasos centímetros, casi rozando nuestros labios - me encantas tanto... - No pude evitar sonreír ante eso. Yo le observaba de igual manera, pero más expectante, porque los ojos de Jungkook me miraban embelesados y se le notaba tanto que me hacía estremecer, lo que sus labios soltaban era la pura verdad, y me hacía sentir tan bien.

Siguió con aquellos movimientos lentos mientras dirigió su boca a uno de mis pezones para juguetear con él, obligándome a arquear mi espalda.

Sabía muy bien cómo hacerme tocar el cielo, se enterraba dentro de mí tan profundo y yo le premiaba apretando mi interior para él, algo que le encantaba, su voz ronca se arrastraba fuera de su boca con gemidos tan incentivadores que me llevaban a apretarme aún más.

Dejamos el ritmo suave y lento para volverlo desenfrenado, ya no aguantaríamos mucho, por lo que él movió sus caderas con vigor y yo apreté su cintura con mis piernas y moví mis caderas para encontrar sus movimientos y que se metiera más a fondo en mi cuerpo.

Tan deliciosamente excitante era que mis gemidos no se detenían, cuando mi orgasmo llegó solté todo el aire de un tirón, estiré mis brazos y arqueé mi espalda, exponiendo mi pecho a sus besos y mordidas. Sentí cómo su semen era liberado en mi interior, mezclando su calor con el mío.

Hacíamos muchas cosas juntos, como tener citas en lugares poco transitados, o en la playa, pero lo que más hacíamos era tener sexo.

Muchísimo sexo, hasta el punto de que nuestros cuerpos dolieran y nos obligaran a detenernos. Podría decirse que nuestra conducta sexual era compulsiva, casi como un diagnóstico clínico porque ninguno de los dos podía controlarlo.

Cuando Jungkook estaba cansado, era yo quien tenía energías de sobra y me sentaba sobre él para empezar a montarle luego de hacerle una buena mamada hasta que casi acabara. En cambio, cuando yo estaba cansado era él quien me ponía en la posición que le placía y me penetraba, o jugaba con mi entrada con sus dedos, lengua o con alguno de mis juguetes sexuales.

Despertábamos al otro entre caricias subidas de tono, entre toqueteos demasiado pervertidos. Era una especie de competencia que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

Le despertaba con mamadas o mordisqueando sus pezones, obligándole a retorcerse aún en sueños hasta que abría sus ojos de manera demasiado perezosa y fruncía el ceño al ver las cosas que le hacía. Luego soltaba un largo suspiro y se dedicaba a gemir para mí.

Cuando terminaba de hacer aquello él tiraba de mi brazo para tumbarme sobre la cama y ponerme en posición para dejar mi trasero a su merced y follarme.

Otras veces yo me despertaba hecho un desastre de gemidos al notar que él estaba penetrándome, probablemente desde hacía un buen rato.

Sí, éramos imparables, y lo peor era que ni si quiera vivíamos juntos. Eso pasaba cuando yo me quedaba en su casa a dormir. A la mañana siguiente teníamos a Yoongi y Taehyung quejándose porque no les dejábamos dormir.

- Mierda, hombres, que miré el puto reloj de mi celular y eran las malditas 4.30 de la madrugada. ¿Qué demonios comen para tener tanta energía? – Yoongi tenía unas ojeras hasta por el suelo y su cabello completamente despeinado cuando se cruzó con nosotros por la mañana del sábado, en el pasillo de las habitaciones.

- Semen, Yoongi... mucho semen – respondí desde detrás de Jungkook, colgado de sus hombros y rodeando su cuello con ambos brazos.

- Jimin, te aseguro que trago mucho y aun así no tengo esas energías.

- Debe ser nuestro semen entonces – comentó Jungkook con tal seriedad que me hizo soltar una carcajada. Yoongi negó con la cabeza en rendición a nuestro comportamiento y comenzando a caminar hacia las escaleras. Di un saltito para rodear la cintura de Jungkook con mis piernas y él inmediatamente me sostuvo con cada mano debajo de mis piernas.

- Son el uno para el otro.

- Increíblemente, sí – confirmé alegremente, restregando mi rostro en el cuello de Jungkook mientras él caminaba, cargándome de esa manera sin complicación alguna.

Así habíamos estado por semanas.

Para mi sorpresa, Jungkook y yo éramos más parecidos de lo que alguna vez hubiéramos imaginado, aunque a la vez había muchas cosas que nos diferenciaban. Sentía que en cierta manera él estaba aprendiendo muchas cosas nuevas conmigo, no sólo sexualmente, porque eso era obvio, él jamás había estado íntimamente con un hombre, por lo que yo llevaba la ventaja en ello. Pero más bien, Jungkook parecía inexperto en todo lo relacionado a las relaciones.

Con sus amigos se llevaba bien, tenía una buena relación, pero Jungkook era el típico chico que no demostraba sus emociones, que estaba acostumbrado a reprimirlas, porque era claro que las tenía como cualquier ser humano, pero se había visto obligado toda su vida a guardárselas para que nadie las notara.

Una de las cosas que su padre le había "enseñado" era aquello. Los hombres no tenían emociones, y si las tenían entonces eran maricas.

Sus enseñanzas, lejos de ser útiles o pedagógicas, más bien habían generado en Jungkook una personalidad demasiado áspera, fría y, por sobre todo, evasiva. Evitaba cualquier cosa que fuera diferente a lo que él conocía, incluso cualquier cosa que hasta le llamase la atención.

Me confesó que al principio de salir conmigo aún había algo dentro suyo que le decía que lo que estaba haciendo estaba mal y que simplemente le traía problemas. Él no podía evitar pensar en su padre y lo mucho que le aborrecería la idea de saber que se acostaba con un hombre.

Comenzó a dejarse llevar cuando notó que su curiosidad se acrecentaba y que quería estar cada vez más cerca de mí, cuando se dio cuenta que de verdad le agradaba la sensación de tenerme a su lado.

Por suerte, todas aquellas cosas que antes eran lo normal para él, comenzaron a ser cuestionadas por su persona, y comenzó a desarrollar sus propias opiniones al respecto. Comenzó a dejar aquellas cosas de lado para salir a un nuevo mundo, supongo que se dejó seducir por la intriga, terminando en aquella pseudo-relación conmigo.

Yo estaba feliz y satisfecho con cómo las cosas habían resultado. Jungkook había cambiado demasiado, había avanzado y hablaba abiertamente de cómo se sentía, al menos conmigo. No se reprimía a la hora de pedirme caricias o dármelas. No se reprimía cuando quería abrazarme o decirme algo lindo, él simplemente lo hacía.

Tampoco notaba que se dispersara como solía hacerlo al principio. Solía quedarse en silencio y con la mirada confundida, o sus ojos algo perdidos, pensando en algo. Era porque tenía una constante lucha dentro suyo, su mente estaba en conflicto con sus sentimientos.

Aquello me generaba ansiedad e inseguridad, pero con el tiempo fue desapareciendo gracias a que Jungkook parecía cada vez tener menos dudas respecto de nosotros.

El suceso aquella vez en nuestro vecindario, cuando su padre se enteró de lo nuestro, nos dejó bastante desanimados pero Jungkook se relajó al ver que su padre no había vuelto a comunicarse con él. Su madre le había hecho saber que su padre estaba furioso sin intenciones de dar el brazo a torcer, la había insultado por teléfono y le había dicho que no iba a hablar más al respecto.

Jungkook no sabía qué sucedería, pero él no volvió a mencionar el tema tampoco, preferimos olvidarlo de momento.

- ¿Se están portando bien, cielo? – preguntó mi madre mientras yo me vestía para ir a clases. Torcí los ojos frente a su pregunta, nos trataba como si fuéramos niños.

- Sí, mamá... - afirmé cansado, palpando en mis bolsillos traseros en busca de mis cigarrillos. Dejé mi celular sobre el colchón de la cama, en alta voz para moverme con libertad.

- ¿Cómo están yendo los exámenes? – escuché a mi padre de fondo decirle algo pero no entendí qué – Oh, tu padre pregunta si ya sabes qué te pondrás para la fiesta – paré en seco frunciendo mi seño. Faltaba poco para el baile y yo ni si quiera había pensado en ello.

- Oh, lo he olvidado – restregué mis ojos con mis dedos – No lo sé, sólo quiero algo... que vaya conmigo.

- Bueno, él tiene contactos para pasarte, luego vas y te echas un vistazo por las tiendas de allá y te compras el traje que más te guste. Va a la tarjeta de él – dijo ella entusiasmada y mi padre soltó una queja de otro lado del teléfono. Yo solamente me reí.

Miré a mi alrededor revisando en la cama, debajo de esta y en los cajones para ver si estaba mi caja de cigarros. La habitación de Jungkook estaba repleta de nuestra ropa por todos lados y era imposible encontrar algo allí.

- ¿Qué se pondrá Jungkook? – me levanté del suelo dejando de hacer lo que estaba haciendo para prestar atención a mi madre – Irás con él, ¿Cierto? Deberán están en combinación.

- ¿Qué? Claro que no – negué efusivamente con mi cabeza.

- ¿Por qué no? Se verían tan lindos.

- Mira, mamá, debo irme ya, y no, no voy a hacer algo como eso.

- Es algo que las parejas hacen, algo común si son novios – abrí mis ojos como si hubiera visto algo aterrador.

- No somos novios, mamá – hablé en un susurro, acercándome a mi celular y tomándolo entre mis manos, bajando mi voz para que nadie más me escuchara. Mi padre nuevamente regañándola.

- ¿No? ¿Y qué esperan? Hijo, no tienes que esperar a que te lo pida, los hombres como él no lo harán. Mira, si yo le he pedido a tu padre ser novios en la secundaria, imagina que tú también puedes - La saqué del modo alta voz, llevándome el aparato a mi oreja.

- Dios mío, mamá, no haré eso – pasé mi mano por mi rostro - ¿Qué quieres, que le espante? – pregunté alarmado, pero aun manteniendo mi tono de voz al mínimo. Esa mujer no se medía cuando se emocionaba – en fin, debo irme, y ya me has puesto nervioso – me rasqué el cabello, gruñendo por lo bajo.

Me retuvo unos minutos más, diciéndome que no olvidara comer bien luego de los ensayos, que tomara mucha agua antes, durante y después de ellos, que no descuidara mis materias teóricas y exámenes de otras asignaturas por la danza. Y un par de otras cosas más.

Asentí a todo lo que dijo, deseando que cortara ya hasta que finalmente me dejó libre.

A pesar de que a veces era muy oportuna, amaba a mi madre al igual que a mi padre, y luego de ver cómo era el padre de Jungkook y cómo le había tratado, estaba aún más agradecido y consciente de los buenos padres que me habían tocado.

Guardé mi celular en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón y me giré para seguir con mi búsqueda pero pegué un sobresalto cuando vi a Jungkook recargado sobre el marco de la puerta, asustándome y soltando un gemido de sorpresa.

- Mierda... ¿hace cuándo estás ahí? – pregunté con una mano en mi pecho, sintiendo mi corazón latir rápidamente por el susto.

- Unos cuantos minutos – respondió cruzado de brazos, en una pose sumamente sexy. Aun así me abrumó la idea de que había escuchado las cosas vergonzosas que mi madre había dicho. Se separó del marco de la puerta y caminó hacia mí, rodeándome el cuello con sus brazos - ¿Sabes? Si mi padre no me espantó... nada lo hará... – entonces me dio un leve beso en los labios.

- Es un buen punto – le di la razón. Relamí mis labios saboreando su sabor y fruncí el ceño – Sabes a cigarrillo.

- Oh, cierto – llevó su mano al bolsillo de su pantalón, hurgó un poco y haciendo algo de fuerza sacó un paquete rectangular de él y lo alzó frente a nuestros rostros - ¿Buscabas esto? – sonrió.

Mierda, Jungkook me deshacía cada vez que sonreía.

Luego de haber recuperado mis cigarros y de haber tenido unas buenas primeras horas de práctica, luego tres horas de historia y cultura del arte, me dispuse a pensar en la fiesta. 

La fiesta a la que mi mamá se refería era el tan esperado baile de la universidad.

Aquel que había esperado ansiosamente y aun así, acercándose la fecha, lo había olvidado por completo. En realidad lo que había olvidado era que la fecha estaba acercándose cada vez más, al principio parecía tan lejano que simplemente era como si nunca fuera a llegar el momento. Pero sí había llegado, y debía hacer algo al respecto y conseguir el smoking.

De milagro Jin pudo hacerse un espacio para ir conmigo y con Hoseok a elegir nuestros trajes. Fuimos al centro de la ciudad, una zona muy popular con varias calles de galerías llenas de ropa de marca, algunas más lujosas que otras, aunque nosotros buscábamos algo intermedio, poco nos importaba que fueran smokings caros, pero sí queríamos algo que se viera bien, que la tela fuera nítida y de buena calidad. Además era el primer baile que tendríamos en nuestras vidas, ni si quiera en nuestra secundaria habíamos vivido algo así. Era realmente un acontecimiento.

La avenida principal estaba separada por un boulevard con palmeras, típico de zona playera como Busan. Debido a que la avenida era ancha y los edificios bajos, porque eran en su mayoría sólo de dos pisos como máximo, el sol iluminaba las veredas y los locales.

Entramos a por las galerías, apreciando la ropa en las tiendas, algunas cosas eran demasiado extravagantes, probablemente cosas que nadie usaría en la calle, como los tipos de ropa que se usaban en desfiles de moda de París o Milán.

Entramos a algunos locales, nos probamos de todo, más por diversión que otra cosa.

Jin y yo comenzamos a ponernos sombreros raros que eran enormes, como capelinas con plumas o piedras preciosas. Jin se había colocado incluso una boa de plumas rosa en el cuello y comenzó a desfilar en el pasillo de los probadores. Mi otro amigo reía a carcajadas mientras lo grababa con su celular.

La tienda era muy grande por lo que nadie nos había prestado atención, y quienes pasaban de casualidad sólo reían por nuestras estupideces. Si mi madre nos hubiera visto nos hubiera regañado.

Bueno, luego de haber estado un buen tiempo haciendo cosas para nada serias, nos dispusimos a concentrarnos en encontrar nuestros smokings, ya llevábamos hora y media haciendo tonterías.

Fuimos a una de las tiendas que me recomendó mi padre, y quedamos fascinados por todos los trajes que había, de distintos tipos, colores y telas. Los había de rayas, con detalles de piedras preciosas incrustadas, de colores brillantes y opacos, de telas más suaves y otros de telas más firmes.

Fue allí donde finalmente los tres conseguimos lo que estábamos buscando. Nos sentimos muy satisfechos con ello, los tres nos miramos al espejó, viéndonos de una manera que nunca en nuestras vidas nos habíamos visto. Parecíamos modelos, era algo vergonzoso, pero nos veíamos bien y eso era lo que importaba.

Una vez le pagamos al hombre que nos había atendido y puesto nuestros trajes en sus envolturas correspondientes y luego en unas bolsas grandes y muy lujosas, de un cartón fino, color crema y con el nombre de la marca, nos dispusimos a salir de allí.

Fue una gran sorpresa para nosotros el estar caminando por las puertas de los locales y cruzarnos con Taehyung, Yoongi, Namjoon y obviamente, Jungkook, saliendo de una tienda con bolsas en sus manos.

Saludaron a lo lejos al vernos y se acercaron a nosotros.

Al parecer habían estado dando tantas vueltas como nosotros. Hoseok le golpeó con su bolsa a Taehyung porque éste había querido sacársela para ver si había escogido un color parecido a su traje, pero se rindió en ser insistente cuando su novio prosiguió a ignorarle olímpicamente al ponerse a hablar con Yoongi y Namjoon.

Jungkook se acercó a mí con su mentón alzado y una expresión curiosa mientras fingía no prestarle atención a la bolsa en mi mano. Me reí por su actitud infantil.

- Te dejaré ver mi smoking si tú me dejas ver el tuyo... - dijo inclinándose para observar el interior de mi bolsa pero inmediatamente la alejé de él.

- No quiero verlo, gracias – me encogí de hombros y frunció el ceño en una expresión que parecía un niño enojado. Yo solté una carcajada.

- ¿Qué sucede si nuestros trajes no combinan? – preguntó enarcando una ceja.

- Pues no lo harán y ya.

- Quiero que lo hagan... - se relamió los labios y miró a su alrededor. Solía hacer eso, cuando estábamos en lugares públicos siempre miraba si había mucha gente o no.

- ¿Sabes? Aún no me acostumbro a que seas romántico – él simplemente sonrió, con aquella sonrisa tan sutil y atractiva que ponía de cabeza mi mundo. Mordí mi labio inferior – Ya quiero que sea la noche del baile.

- Igual yo – sonrió más ampliamente, sin sacar su mirada de la mía.

Esos tres días habían pasado prácticamente volando y lo único que yo había estado haciendo fue prácticamente comerme las uñas de los nervios. Mierda, que nunca había estado en una situación como esa, tal vez si no hubiera estado en una relación no me hubiera sentido tan al borde de perder la compostura. Hubiera sido un simple baile, aburrido, sin emoción alguna. Aunque mis amigos lo hubieran hecho divertido, no hubiera sido lo mismo si yo no tenía a alguien con quien compartirlo de manera íntima, como tenía a Jungkook.

Como había dicho anteriormente e incluso se lo hice saber a Jungkook, los bailes tales como los de las películas siempre llamaron mi atención. Al menos en la ficción, eran siempre la oportunidad a momentos y experiencias únicas, de esas que recuerdas toda tu vida, de esas que cuando eres ya una persona mayor recuerdas con nostalgia como si hubiera sido ayer.

El saber que tendría una experiencia como esa, siendo Jungkook parte, me hacía sentir una extraña sensación de bienestar en mi pecho. Era emoción, además de los nervios. Era como si quisiera que todo saliera perfecto y porque además era la primera vez que estaría en un evento público con Jungkook como mi pareja, o lo que fuese.

Claro, nadie sabría que seríamos nosotros, ya que era un baile de máscaras.

También nos habíamos dedicado a comprarnos las máscaras que cada uno de nosotros llevaría, era algo muy especial, por lo que no era sólo yo quien estaba emocionado.

Mientras que yo me junté con mis amigos Jin y Hoseok para prepararnos y no pasar por la ansiedad solos, el resto de nosotros también se había juntado por su lado.

Nos enviábamos mensajes para acordar el momento en el que todos estaríamos listos para ir. Un baile como ese sería incómodo si no estábamos todos juntos, nadie quería llegar primero y quedarse allí como un tonto hasta que el resto comenzara a llegar por su cuenta.

Por lo que simplemente nos pusimos de acuerdo y una vez que todos estuvimos vestidos, peinados, perfumados y con nuestras máscaras tapando la parte superior de nuestro rostro, nos encaminamos hacia el principal salón de eventos de nuestra universidad.

Mis dos amigos y yo no tuvimos que preocuparnos por ser los únicos allí porque el salón ya estaba lleno de gente. Había mesas alargadas llenas de bebidas no alcohólicas y bocadillos. Era algo organizado por la universidad así que era obvio que no habría alcohol de por medio o todo podía terminar en desastre.

También estaba presente la típica decoración con globos, luces, carteles y cosas por el estilo.

Yo estaba tranquilo, o medianamente tranquilo, distrayendo mis nervios tomando un vaso de ponche cuando Jin toca mi hombro para llamar mi atención, haciendo que me volteara. Fue en ese instante donde divisé a nuestros amigos llegando y la emoción y los nervios me envolvieron cuando vi a Jungkook, mirando hacia todos lados, vestido con un smoking negro metalizado, con camisa blanca que llevaba piedras preciosas bien brillantes a lo largo. El cuello de su camisa tenía algunos botones desabrochados, haciéndole ver peligrosamente sexy. El pantalón de su traje se ajustaba perfectamente a sus piernas. Parte de su rostro estaba cubierto por una máscara con detalles negros y dorados.

Obviamente no era necesario que su cara estuviese al descubierto para reconocerle, porque todo él gritaba Jeon Jungkook, le mirase por donde le mirase.

Sentí mi corazón palpitar sin control cuando él finalmente fijó su mirada en mí, reconociéndome al instante. Y más nervioso me puse cuando se acercó a mí sin dudar y besó mis labios, apoyando una de sus manos en mi cintura y la otra en mi mejilla.

A pesar de estar sorprendido le recibí con gusto. Se separó de mí y noté que sus ojos recorrieron mi figura por completo, de pies a cabeza.

Yo estaba vestido con un smoking ajustado a mi cuerpo de una tela aterciopelada y color blanco, con una camisa negra de seda que contrastaba con el resto de las prendas. Mi máscara también tapaba el contorno de mis ojos y nariz, y era dorada con detalles en blanco. Además, tenía un choker de diamantes en mi cuello, a lo que noté que Jungkook le puso especial atención. Posó su mano en mi cuello, tanteó el accesorio con su pulgar y sonrió, levantando su mirada hacia la mía.

- Wow... - fue lo que primero que dijo. Pasé saliva al sentirme tan ansioso, era como si estuviera realmente esperando darle una buena impresión, como si recién me conociera y quisiera gustarle a primera vista. Quería su aprobación – Te ves... increíble... demasiado increíble... - su mano la llevó al dorso de mi cuello y me acercó a él para juntar nuestras bocas nuevamente en un dulce y suave beso.

Cuando él se separó y vi la gran sonrisa en su rostro, la cual fue demasiado contagiosa para mí, pude notar o sentirme al menos algo convencido de que yo le gustaba, de que había cumplido mi cometido de aquella noche.

Ambos estábamos de blanco y negro. De una forma u otra combinábamos, de una manera diferente a la que hubiéramos supuesto, pero también de una manera muy nuestra, podría decirse que era perfecto.

Sería una noche increíble.

.

.

.

.

Hola, gente bella!

Faltan unos pocos capítulos para que termine esta primera parte. Como dije hace unos caps, estoy trabajando en la segunda.

Siempre que empiezo a escribir un fic sé las cosas que van a pasar y cómo va a terminar, así que tengo bien en claro todo lo que lleva la segunda parte, la cuestión es desarrollar todo de manera que quede como quiero, pero está tomando forma, no creo tomarme mucho tiempo hasta que comience a actualizar.

En fin, espero les haya gustado el capítulo.

Gracias por el apoyo 🧡

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top