26. Quiero ser tu soporte

Jimin POV

Hubiera seguido durmiendo por siglos, probablemente, de no haber sido por ese molesto sonido que interrumpió mi sueño.

Estaba completamente dormido, cada parte de mi cuerpo estaba relajada y casi formando uno con el colchón de la cama. Gruñí mientras me removía en mi lugar, entre la suavidad de las sábanas. Me volteé para ver que Jungkook se inclinaba sobre su mesa de noche para tomar su celular y por suerte el sonido cesó una vez él atendió la llamada.

De muy mala gana, se recostó nuevamente sobre el colchón, tapándose los ojos con su antebrazo y comenzó a hablar.

Era su madre, quien parecía bastante animada del otro lado de la línea. No escuchaba exactamente lo que ella decía pero podía escuchar el timbre de su voz, mientras que por otro lado, Jungkook respondía con monosílabos, además de echarle en cara el haberle despertado, aunque no era temprano.

Poco interés parecía ponerle a la conversación, al parecer le había preguntado qué haría en el siguiente receso. Faltaba poco y su madre parecía querer verle. Jungkook destapó sus ojos repentinamente, cosa que llamó mi atención. Su cara expresaba sorpresa y cierto atisbo de enojo. Podía leer en su rostro el "Esta mujer está loca". Y así era, porque al parecer ella le había dicho que su padre estaría allí. Se negó rotundamente a ir, diciéndole que no había forma de que fuera, que no quería verle y prefería estar fuera de cualquier plan familiar.

No comprendía bien la situación pero podía ver lo mucho que a él le molestaba. Desde que habíamos estado juntos en el receso anterior, pude notar que su relación con su madre era algo tensa. También, la forma en la que él había reaccionado al ver que su padre estaba en su casa aquella vez, pude entender que tampoco tenía una buena relación con él. Se había puesto tan tenso y nervioso que incluso había vuelto a tratarme mal repentinamente.

Aquella vez había querido realmente echarle a patadas de mi casa, estaba demasiado molesto y dolido, porque algo bueno que había podido disfrutar de estar con él simplemente se había arruinado.

Las cosas eran diferentes, habían cambiado demasiado, y para esa altura, donde él había abierto parte de su corazón a mí y había cambiado su forma de tratarme, pude prestar atención a los indicios que no había notado anteriormente.

Quería evitar ver a su padre a toda costa, había algo de esa relación que a él le afectaba en serio demasiado.

Para cuando él cortó la llamada estaba sentado. Dejó de mala gana el celular nuevamente en la mesa y se sobó los ojos, pasando luego sus manos por su frente hasta su cabello y suspiró agotado.

Me senté, acomodándome detrás de él y apoyando mi mentón en su hombro. Le rodeé la cintura con mis brazos y él soltó una bocanada de aire, intentando relajarse.

- ¿Qué sucedió? – pregunté en un tono de voz bajo.

- No es nada... - negó con la cabeza.

- Si me cuentas te sentirás mejor – acaricié sus brazos con afecto. Jungkook era de ese tipo de persona que solía guardarse todo para sí mismo.

- No quiero ver a mi padre – respondió en seco.

- ¿Es para el receso?

- Sí. Mi madre quiere que vaya, y él estará allí. Al parecer se están viendo de nuevo y mi madre está feliz – soltó una risa amargada – Es... increíble... esa mujer... - musitó con frustración.

- ¿Qué ha pasado entre ellos?

- Sólo que mi padre es un abusivo, le ha maltratado infinidades de veces, le ha golpeado... y aun así ella no se aleja de él.

- Debe haber una razón... algo a lo que ella se aferra.

- A mi padre se aferra... odio que sea así – apretó sus puños, todo su cuerpo se tensó – Nunca fue una buena madre... siempre puso a mi padre sobre mí.

Su voz estaba llena de resentimiento, pero bajo eso podía percibir algo más; dolor. De alguna manera yo también lo sentí. No era de extrañar que Jungkook hubiera tenido un trasfondo familiar poco sano, podía hacerme una idea de por qué Jungkook se comportaba como solía hacerlo.

Sentí dolor de verle de esa manera, por ver que había algo que mantenía dentro suyo con tanto resentimiento como también con anhelo. Algo que para él era difícil de superar, difícil de perdonar.

No podía decirle que lo comprendía, porque afortunadamente yo había tenido un buen soporte por parte de mi familia, mi madre siempre hizo todo lo que hubo en su alcance para que a mí no me faltase nada. Él no había tenido la misma suerte.

Quería hacer algo para hacerle sentir mejor, aunque no sabía exactamente qué podría hacerlo, por lo que apreté mi agarre, abrazándole y giré mi rostro, dándole un beso en la mejilla.

- Creo que si ella quiere que vayas es por algo...

- Ella quiere que estemos juntos... cree que podemos ser la familia perfecta que ella se imagina, es una maldita farsa...

- Quizás es a eso a lo que se aferra, a la idea de una familia... y en eso también estás tú – decidí cambiar de posición, moviéndome sobre mis rodillas y sentándome sobre sus piernas, quedando cara a cara con él. Acaricié su cabello y le sonreí – Yo voy a ir a mi casa para el receso, al igual que la otra vez... - alzó sus cejas en respuesta – Así que... si tú vas... podríamos divertirnos un buen rato – pasé mis manos por su cintura y le besé, mordiendo sus labios luego. Él sonrió en el beso – Ellos no se enterarán...

- ¿Tú dices? – rió por lo bajo cuando comencé a darle besos por todo el rostro – Convénceme... - me retó.

- ¿Debo hacerlo? – arqué una ceja. Me sujetó por la cintura, apretándome entre sus brazos y se tiró de espaldas contra el colchón. Nos giró, quedando él encima de mí. Comenzó a besar mi cuello muy despacio y murmurando un "Mhm" como afirmación – Te ofreceré de mis servicios por esos cinco días.

- Suena muy tentador – dejó mi cuello para mirarme.

- Cuando no soportes más a tus padres, puedes refugiarte en mi casa.

- Tu madre me detesta.

- No te detesta – negué – Es sólo demasiado protectiva – rodé los ojos.

Seguimos charlando de ello y de nuestras familias mientras estábamos recostados. Cambiábamos de lugar de vez en cuando, cuando me aburría me ponía encima de él, le besaba, le hacía cosquillas, o buscaba fastidiarle como fuera posible, sólo para divertirme un rato con sus quejas.

Me parecía irreal el encontrarme en esa situación con él. Había sentido eso desde todas las veces que había estado con él, como si todo aquel tiempo en el que él se comportaba mal conmigo aún siguiera dentro de mi sistema, dentro de mi mente. No es como si recordara aquello siempre, ese tiempo donde me insultaba, donde incluso me golpeaba y humillaba, prefería mantenerlo lejos, porque mi relación con él había mejorado en grandes magnitudes y era lo único que realmente importaba.

Era un hecho, era real que ambos podíamos tener una conversación por horas, que ambos nos sonreíamos, nos besábamos y nos tocábamos disfrutando de la compañía mutuamente. Ya había pasado un buen tiempo de aquello, desde esa tarde en mi muestra de danza con Hoseok que Jungkook decidió dar un paso adelante y dejar de resistirse.

Aquellas acciones que antes notaba en él, llenas de contradicciones, llenas de dudas, ya no existían. Las miradas que me dedicaba eran traviesas, juguetonas, ya no estaban cargadas de desprecio, y eso ayudó a sanar algo dentro de mí que sin saberlo había sido dañado.

Aquel odio injustificado que yo sentía que era dirigido hacia mi persona por parte de él era algo que me hacía sentir cierta pesadez, no podía comprenderlo, quería saberlo y el constante rechazo de su parte solo lograba debilitarme, bajaba mi moral a escalas preocupantes, entraba en una encrucijada donde me sentía tan dolido que quería que se alejara de mí, pero a la vez quería saber qué ocurría con él, quería saber por qué.

La duda seguía apareciendo en mi mente incluso a pesar de estar así con él, a pesar de que él me besaba y me acariciaba, a pesar de que me había dejado en claro de que yo le gustaba, aun así quería preguntarle por qué, al menos en el pasado, me odiaba. Pero no me animaba a preguntarle.

Aquel mismo día fue cuando fuimos al parque de diversiones. Era sábado por la tarde y todos nos habíamos reservado el día para ir.

Hacía demasiado tiempo no iba a un parque de diversiones, el lugar estaba bastante lleno de gente, personas por todos lados, grupos de amigos yendo de una atracción a otra, comprando comida o dulces. Se escuchaba música de fondo y lo que nunca faltaba eran los gritos provenientes de las montañas rusas o juegos similares.

Algo que llamó demasiado mi atención fue la cantidad de parejas presentes en el lugar, paseando tomados de la mano. Fue algo que me hizo pensar en cómo se sentiría caminar por allí tomado de la mano con Jungkook. Claro que eso jamás pasaría, era demasiado para él, ya iba siendo hora de dejar de soñar despierto, ni si quiera éramos una pareja, por lo que tampoco se justificaba que nos demos tales muestras de afecto en público.

Estando de novio siempre fui abierto con mis sentimientos, además de que ambos éramos abiertamente homosexuales, por lo tanto no tuvimos inconvenientes a la hora de comportarnos como una pareja común y corriente. Pero, Jungkook no era homosexual ni mucho menos mi novio.

Suspiré, quitándome de la cabeza la imagen mental de Jungkook y yo tomados de la mano y continué caminando.

Mis amigos iban viendo las atracciones, peleándose sobre a cuál ir primero, algunos se quejaban de las montañas rusas, negándose completamente a subirse a una. Yo estaba entre ellos, las detestaba.

Algo interesante que aprendí de Jungkook era que a él sí le gustaban las montañas rusas, le gustaban todo tipo de atracciones y deportes extremos.

- Te gustan las emociones fuertes – enarqué una ceja, sonriéndole entretenido.

- Me gusta la adrenalina – se encogió de hombros.

- Yo la detesto – frunció el ceño, al parecer le había sorprendido.

- Pareces del tipo que le gusta.

- ¿Tú dices? – inquirí observándole con detenimiento – Pues yo creía que tú eras del tipo tranquilo que no le gustan estas cosas.

- Jiminie, ¿Te nos unes? – preguntó Taehyung acercándose a nosotros.

- Ni loco, moriré de un paro cardíaco – me negué rotundamente, abriendo mis ojos como platos, a lo que Jungkook dio una carcajada. Le di un codazo en las costillas para que dejara de burlase de mí.

- Bien, te quedas con los cobardes.

- Cobardes y con orgullo, chóquenlas – dijo Namjoon, levantando su mano, Hobi y yo las chocamos. Nos dispusimos a esperarles abajo, apoyados sobre la valla que rodeaba a la atracción.

Mientras hablábamos de temas triviales, relacionados a nuestro terror por las montañas rusas, observábamos a la gente que se subía a la atracción, algunos tenían cara de pánico, parecía que habían sido llevados en contra de su voluntad. Otros parecían tan emocionados como si fuera que iban a vivir la mejor experiencia de sus vidas.

Nos reíamos al ver la gente que gritaba y ponían caras de sufrimiento, realmente estábamos bien con nuestros pies sobre la tierra.

Los chicos aún seguían haciendo la fila, los mirábamos ocasionalmente. Taehyung seguía diciéndonos que aún estábamos a tiempo de arrepentirnos e ir con ellos, pero estábamos más que seguros de nuestra decisión.

Jungkook me observaba desde la distancia, solo nos dedicábamos miradas y sonrisas cómplices, como si pudiéramos comunicarnos a través de nuestras mentes.

Volví a mirar hacia mi costado donde estaban mis otros dos amigos y Hobi estaba sonriéndome.

- Las cosas parece que van muy bien entre ustedes dos – observó.

- Digamos que mejor de lo que imaginé.

- Te gusta.

- Más de lo que hubiera deseado – reí, encogiéndome de hombros y mirando a mis manos apoyadas sobre la valla – Me gusta demasiado... y eso me da miedo.

- Quien no arriesga no gana, supongo – suspiró.

- ¿Lo dices por ti?

- Tal vez – ladeó la cabeza y soltó una risa algo avergonzada. Hizo un leve silencio, apretó sus labios, pensando en lo que diría – Lamento no haberte dicho lo de Taehyung.

- En serio, no pasa nada – le empujé con mi hombro y le sonreí. Realmente estaba bien – Al principio me afectó, porque creí que en algo había fallado para que no quisieras hablarlo conmigo... pero entendí que sólo necesitabas tiempo para ti, para entender lo que te sucedía - Él asintió – Supongo que todos tienen su tiempo – Volví a dirigir mi mirada hacia Jungkook.

El tiempo era relativo, y dependía de cada persona. El tiempo que cada persona necesita para comprenderse a sí mismo y adaptarse a los cambios. Los cambios suceden y no siempre son por nuestra cuenta. Algunos cambios simplemente llegan y no importa si estás listo, si estás preparado, simplemente suceden y ya. Podía darme una idea de lo difícil que era para Jungkook todo lo que le estaba sucediendo teniendo en cuenta que él creía ser alguien completamente diferente a la versión de sí mismo que estaba descubriendo últimamente.

Él mismo lo había dicho, estaba confundido, y todo lo que yo significaba para él era todo lo contrario a quien él había sido toda su vida.

- Él lo necesita – la voz de mi amigo me sacó de mis pensamientos, llamando mi atención por completo – Poco a poco aceptará lo que le sucede.

- Ayer me dijo algo... - sonreí al recordarlo – Me dijo que le gusto, que le gusto en serio.

- Vaya... – expresó asombrado – Debo admitir que no esperaba mucho de él... parecía...

- Imposible – solté una carcajada, incrédulo, realmente aún no caía en cuenta de que yo realmente le gustaba. Namjoon carraspeó, quien había estado, al parecer, fingiendo no prestar atención a nuestra conversación.

- No es fácil para un homofóbico el permitirse gustar de un chico, pero no es imposible... - explicó – Desde el tiempo que le conozco, como amigo siempre supe que su padre es un tipo, a mi parecer, realmente desagradable – negó con la cabeza mientras encendía un cigarro – Es estricto, toda su vida le exigió a su hijo ser "perfecto", incluso es por él que Jungkook estudia su carrera, de ser por él jamás se hubiera dedicado a administración de empresas – con Hoseok nos mostramos atónitos, no podíamos creer que aún hubiera padres que obligaran a sus hijos a vivir como a ellos se les diera la gana – Además de ello, le inculcó a Jungkook el odio por los gays desde que era muy pequeño, es lo único que él conoce. Si su padre algún día se enterara... - su voz se tornó severa. Soltó el humo por su nariz – Si se entera que su hijo sale con un chico, creo que sería capaz de matarle.

Fue en ese instante donde mi mente entró en un silencio profundo, un silencio que me envolvió por completo haciéndome incapaz de oír. Perdí la noción del tiempo y el espacio.

¿Era posible que existiera una persona así? ¿Era posible que un padre fuera capaz de odiar a su hijo? Si alguna vez él se enterase de que las preferencias de Jungkook flaquearon, ¿Sería él capaz de hacerle daño? Un pitido en lo profundo de mi oído me hizo sentir aturdido.

Volteé mi rostro, para buscarle, fue cuando le vi ya sentado en el carro de la montaña rusa, al lado de Taehyung. Se le veía feliz, incluso cuando arrancó, en un momento donde yo hubiera sentido terror por completo y con deseos de bajar de allí, él parecía realmente divertirse. Su cabello volaba con el viento, cerraba los ojos mientras gritaba y reía con Tae.

Sonreí al verle así, pero a la vez me sentí triste. Nadie merecía tener un padre como él, era lo que menos necesitaba. Jungkook había tomado decisiones que probablemente nunca hubiera tomado de no ser por su padre.

El recorrido terminó más rápido de lo que creía. Nuestros amigos se bajaron y apenas vi a Jungkook acercarse a mí con una gran sonrisa en el rostro, algo se rompió en mi pecho.

- ¿Estás bien? ¿Tanto miedo le tienes? – preguntó con gracia, refiriéndose al tremendo recorrido que habían dado. Si mi cara era de miedo, supongo sí lo era, pero no por lo que él creía. Me forcé a sonreí y negué con la cabeza.

- Aunque realmente no es lo mío – bromeé para disipar la tensión que yo mismo había generado.

Volvimos a caminar por el lugar, dispuestos a comprarnos unos refrescos y algo para comer. Papas fritas y hot dogs era lo que más se nos apetecía en ese momento. Llenamos nuestros estómagos a gusto, no sin antes bromear con la posibilidad de que alguno vomitara en otra montaña rusa por haber comido tanto.

Nos paramos en varios puestos de aquellos donde se ganaban premios, como boletos gratis para ciertas atracciones, jugando a tiros al blanco. Nos entretuvimos bastante de esa manera.

Aprovechamos parte de los boletos que ganamos para ir a los autos chocadores. Descubrimos ser bastante competitivos y vengativos, porque no tuvimos piedad al momento de chocar los unos con los otros. Taehyung y Yoongi no dejaban de insultarse y chocarse, aunque se pusieron de acuerdo e hicieron las pases por un momento para poder complotarse y chocar a Namjoon, quien intentó huir de ellos a toda costa pero sin éxito. Jin también se unió al escarmiento.

También fuimos a parar al Tagadá, donde no podíamos parar de reír por nuestros torpes esfuerzos de sostenernos y no ser lanzados fuera del juego, además los gritos de Hobi eran tan graciosos que hasta habíamos llorado de la risa.

La estábamos pasando de maravilla, Jungkook estaba sorprendentemente muy pegado a mí, lo cual era extraño ya que nos encontrábamos en un lugar público. Me había dispuesto a olvidar por un rato las preocupaciones que me generó lo que Namjoon había dicho antes, quise no prestar atención a ello para poder disfrutar de aquella tarde con mis amigos y para que Jungkook no notara que yo estaba extraño.

Estaba distraído mirando un grupo de personas en aquel juego donde están todos sentados en alrededor de un tuvo que asciende con lentitud varios metros y luego baja a gran velocidad hasta el suelo. Los gritos eran inevitables, de tan solo verles estaba pasmado y daba miedo, podía sentir la molestia en mi estómago. Definitivamente no era lo mío.

- ¿Te subes? – preguntó un chico, haciendo que dirija mi atención a él. Sonrió, era bastante bonito. Al parecer trabajaba allí, en esa misma atracción.

- Oh, no, sólo estaba mirando. La verdad es que odio estos juegos – puse cara de desagrado, a lo que él rió.

- Es bastante divertido una vez le pierdes el miedo.

- Créeme, el miedo jamás se me irá – negué aterrado.

Era agradable y bastante amigable. No me costó mucho notar que me estaba coqueteando, lo cual me pareció gracioso y curioso, supongo que estaba aburrido al estar allí en la puerta de la valla armando la fila de gente que se subiría para la próxima ronda, por lo que coquetear con alguien era lo mínimo que podía hacer incluso aunque estuviera en hora de trabajo.

Sólo seguí un rato hablando ya que repentinamente él miró detrás de mí y carraspeó con un apurado "Bueno, mejor sigo con mi trabajo. Que te diviertas". Hizo una reverencia y se alejó.

Su comportamiento me pareció algo extraño, ya que cambió drásticamente. Me volteé para ver a Jungkook parado justo detrás de mí, con una ceja alzada. Supuse que le había dedicado una mirada asesina para que el pobre huyera como cordero a punto de ser degollado.

- ¿"Que te diviertas"? Qué agradable – comentó con un claro tono de irritación.

- Oh, vamos, sólo estábamos hablando del parque – le di un leve golpe en el brazo.

- ¿A caso te das cuenta de lo que haces cuando "hablas"? – le miré como si hubiera hablado en otro idioma, esperando se explicara – Pones esa cara tuya que le da ideas equivocadas a la gente, ¿Lo sabes?

- ¿Disculpa? Yo no le doy ideas equivocadas a nadie – alcé los hombros, restándole importancia a lo que decía.

- Pues parece, tu cara dice otra cosa.

- ¿Ah, si? ¿Y qué cara hago? – inquirí con curiosidad.

- Una cara como si quisieras comértelos – solté una carcajada, aquello no me lo esperaba. Frunció sus labios a la vez que su ceño se arrugaba en una expresión que para mí era adorable.

- Pues te equivocas, porque no quiero comérmelos – alcé las cejas en un gesto sugerente – De hecho sólo estoy interesado en comerme a un sólo chico, ¿Tienes idea de quién hablo? – me mordí el labio sonriéndole, mientras él me observaba ansioso. Me acerqué a él - Te diré un secreto – hablé en su oído, susurrando – Puede que parezca fácil, pero cuando alguien me gusta en serio, no me interesa nadie más, Jungkook – soltó un suspiro, inquieto.

Me alejé para verle con su rostro asombrado, su boca levemente abierta. Le pellizqué la piel del cuello con mis dedos y seguí caminando, en dirección a mis amigos, esperando a que él me siguiera, lo cual hizo de inmediato.

Sí, me gustaba en serio.

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Cap sorpresa. Y esto es todo por hoy! 🌈

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