22. Me vuelves loco
Era la hora del medio día, Hoseok y Taehyung se encontraban sentados en las escaleras del centro del campus, mirando al frente cómo el sol daba de lleno en todo el lugar y la sombra de los árboles era tan pequeña que nadie podía salvarse del sol y el calor a esa hora del día.
Hoseok suspiró cansado ante el silencio prolongado que había entre ellos dos en ese momento.
- ¿Empiezo yo o empiezas tú? – Le preguntó el contrario, era hora de que alguno tomara la iniciativa.
- Mejor empieza tú – respondió Hoseok, prefiriendo escapar a tener que decir algo primero.
- Bien – asintió - ¿Por qué me besaste? – preguntó sin más, su acompañante le miró con ojos bien abiertos y arrugó la nariz luego.
- ¿Tan directo serás? – le cuestionó con irritación.
- Me dijiste que empiece primero – se defendió alzando un poco sus manos en defensa.
- Bien... como sea – torció los ojos y comenzó a pensar en qué responder – Estaba ebrio... y no lo sé... hacía un tiempo veníamos hablando y aunque yo te evitaba porque siempre fuiste demasiado abierto con el hecho de que al parecer te gusto – sintió sus mejillas enrojecerse – comencé a tomarte como un amigo con el tiempo.
- Eso no explica por qué me besaste.
- Joder, aún no he terminado – le dio un codazo con enojo.
- Auch, está bien no me grites...
- No te estoy gritando – ambos se miraron con el ceño fruncido y desviaron sus miradas hacia otro lado. Hoseok se apoyó con sus manos hacia atrás y sus brazos estirados – Comenzamos a hablar más y juntarnos más, tanto como para estudiar como con los chicos. Y en la fiesta nos estábamos divirtiendo, pasamos toda la noche juntos, el alcohol simplemente nubló mi juicio y te besé.
- ¿Eso es todo?
- ¿Qué querías escuchar?
- ¿No es obvio? – rió amargado – Claro que quiero saber si lo hiciste porque sientes algo por mí.
- Eso... - se detuvo, al notar que un burbujeo inquietante azotaba en su estómago – Es demasiado exagerado decir algo así – no quería mirar a Taehyung, pero podía notar su mirada sobre él, esperando que le viera. Era insistente, era impaciente como nadie. Se giró y le vio a pocos centímetros de él - ¿Qué ha-
- ¿Qué sientes cuando me acerco? – preguntó. La respiración de Hoseok se cortó, haciéndole entrar en pánico por unos segundos. Se hizo hacia atrás y el contrario suspiró decepcionado – Dios... - se restregó el cabello con sus manos – No me sentiría tan frustrado si no me gustaras tanto – aquello tomó desprevenido al chico que intentaba calmar sus palpitaciones. Pasó saliva y se animó a hablar.
- ¿Tanto te gusto? – los ojos cafés del chico le miraron tan profundo que pudo saber su respuesta por anticipado.
- Sí, como no tienes idea.
- Esto es... extraño...
- ¿Qué cosa?
- No me disgusta la idea.
- ¿En serio? – abrió grandes sus ojos, sintiendo un halo de esperanza y una sonrisa queriendo aparecerse.
- Pero no te hagas ilusiones – le detuvo Hoseok de inmediato – Sólo estoy acostumbrado a que me persigas todo el tiempo - Taehyung le miró con cara de pocos amigos - ¿Qué?
- Bueno, yo ya estoy acostumbrado al rechazo de todas formas – se encogió de hombros. Suspiró sonoramente, canturreando – Los heterosexuales son un dolor de cabeza.
Aquello fue suficiente para que Hoseok le replicara mostrando lo ofendido que se había sentido por el comentario, iniciando un ida y vuelta de comentarios despechados que no buscaban ser maliciosos pero sí habían comenzado una batalla interminable que probablemente terminaría con ambos cruzados de brazos y sin querer dirigirse la palabra nuevamente. Poco les duraría de todas formas.
Fue aquel mismo día por la tarde cuando al salir de sus clases Jimin y Hoseok se juntaron con el resto para tomar unas cervezas antes de terminar su día en el campus. El sol apenas estaba bajando, no era tan tarde, Hoseok le había insistido a Jimin que terminaran temprano de ensayar para poder ir a relajarse un rato. Faltaban solo dos días para la muestra que iban a hacer entre ellos y otros bailarines, por lo que ambos se estaban esforzando al máximo, pero Jimin se exigía más de lo que debía.
El pelirosa se rindió frente a las súplicas de su amigo y simplemente se unieron al resto para relajarse un poco.
Al llegar estaban Taehyung, Jin y Namjoon presentes, por lo que inmediatamente tomaron lugar en las sillas sobrantes, saludando a sus amigos y pidiéndose algo para beber.
Pasaron unos 10 minutos hasta que Yoongi se hizo presente entre ellos y a Jimin le había llamado la atención no ver a Jungkook con él, ya que se suponía vendrían juntos.
Todos saludaron al recién llegado, quien también tomó asiento, estirándose para descontracturarse y tomar una posición relajada contra el respaldo de su silla.
- ¿Dónde está, Kook? – preguntó Namjoon al notar que no había señales del pelinegro - ¿Le esperamos?
- Ah, no – respondió – Se fue con Irene – comentó sin darle mucha importancia. Jimin no pudo evitar poner demasiada atención a la conversación apenas escuchó el nombre de la chica. No le agradó, para nada.
- ¿Irene? – preguntó Taehyung – ¿Sigue engañando a Shownu con Kook? – abrió sus ojos bien grande.
- Ella le dejó hace unos días, así que supongo que tiene el pase libre – se encogió de hombros y rió – Así que no le esperemos, el maldito no va a venir ya, nos abandonó por un coño – torció el cuello fingiendo irritación.
Jimin sabía que no tenía derecho, pero no pudo en ese momento ignorar cómo la sangre parecía comenzar a calentarse dentro de sus venas, haciéndole entrar en calor y haciendo sudar sus manos. Por un buen rato se perdió en sus pensamientos, quedándose en silencio y sin participar de las conversaciones de sus amigos.
No podía negarlo cuando era tan evidente esa amargura en la boca. ¿Qué hacía Jungkook con Irene? Bueno, era más que obvio lo que hacía, pero más bien la pregunta era, ¿Qué hacía Jungkook con Jimin? Se sintió tonto porque desde el primer momento se repitió a sí mismo que era sólo sexo pero en cuanto Jungkook mostró comportarse distinto con él tuvo una leve esperanza de poder llegar a avanzar en algo, o quizás ni si quiera eso, pero algo dentro suyo le decía en ese mismo momento que eso había dolido, el golpe había sido fuerte.
Además de todo se sintió decepcionado, porque todos sus amigos habían sido partícipes de la vibra traviesa que rondaba entre ellos dos hacía ya unas semanas y ahora estaba allí, frente a sus amigos, quienes acababan de hacer demasiado explícito que Jungkook se estaba follando a alguien más mientras él estaba como un tonto tomando unas cervezas incrédulamente creyendo que todo estaba bien.
No es que hubiera algo definitivo entre él y Jungkook pero realmente pensó que estaban en la misma sintonía, al menos viendo qué era lo que comenzaba a surgir entre ambos. Jimin estaba dispuesto a ir despacio sólo por ver qué sentía Jungkook al estar con él, pero lo único que obtuvo fue el comprometerse con alguien en vano y el ilusionarse sin un propósito aparente.
De nada servía el ser paciente con el pelinegro si el pelinegro no ponía esfuerzo de su parte. Y es que todo había comenzado porque Jungkook parecía molesto cada vez que Jimin se acercaba a un chico o alguien le coqueteaba. Porque el agua había rebalsado el vaso cuando Jungkook golpeó a Yoongi para evitar que éste follara con Jimin. Lo peor de todo fue incluso el hecho de que el pelinegro había dejado en claro que le molestaba ver a Jimin con otros, no quería a Yoongi cerca de él, no quería a Taehyung cerca de él.
En cierto modo a Jimin le había parecido tierno que se comportara de esa manera, pero a ese punto le había parecido algo realmente injusto y sucio. Jimin no había seguido con sus hábitos de follarse a cualquiera así como así porque a Jungkook parecía molestarle, y aunque no le correspondiera hacerse cargo, Jimin no podía hacer oídos sordos y que los sentimientos del pelinegro no le importasen.
Un estúpido, así se sentía, porque al parecer Jungkook sí podía follar libremente con quien quisiera.
Luego de terminar dos vasos de cerveza, le dijo a Hoseok que él volvería a ensayar porque lo necesitaba, que no le insistiera en que volviera ya a descansar porque no lo haría. Ignorando el malhumor de su amigo, Hoseok se fue y Jimin siguió practicando en la sala de ensayos, desquitando su enojo e intentando olvidar lo decepcionado que se sentía.
Estaba furioso, estaba enojado, y lo peor era que también estaba dolido. No sólo Jungkook le hacía sentir así, sino que también sentía que se había traicionado a sí mismo por comenzar a gustar demasiado de un chico que realmente no le convenía.
El día de la muestra de arte había llegado y los dos chicos a los que les tocaba bailar estaban nerviosos e increíblemente ansiosos. Los nervios les hacía que sus estómagos se contrajeran y sus manos sudaran, había mucha gente esperando para verles y si bien no eran los únicos que bailarían, sí estarían solos en el escenario para su coreografía ya que era un dueto. Antes y luego de ellos, el resto de los alumnos de su año iban a bailar también.
Querían ya salir al escenario para mostrar todo lo que se habían preparado durante los dos últimos meses.
Estaban tras bambalinas del gran teatro de la universidad. Hoseok le hizo saber a Jimin que sus amigos ya estaban en sus lugares listos para verles ya que Jin le había enviado un mensaje para avisarle.
Cuando fue su turno ambos salieron, borrando cualquier tipo de pensamiento adicional de sus mentes, los nervios se fueron para transformarse en euforia, listos para lucirse sobre el escenario.
Mostraron una increíble coreografía de hip-hop, llena de movimientos poderosos y trucos donde ponían a prueba su talento y las horas que se habían pasado practicando. La sincronización entre ambos era altísima, tanto que parecían estar bailando frente a un espejo, se movían al mismo ritmo sin perderse ningún detalle, la facilidad con la que sus cuerpos se movían no podía ser adquirida por cualquiera. Hoseok y Jimin tenían un don sin dudas, la envidia de muchos de sus compañeros.
Con el sudor rodando por sus frentes y sus espaldas, presentaron al pose final y luego de los aplausos y gritos del público, ambos hicieron una reverencia, saludando con sus manos y yéndose tras bambalinas nuevamente.
Estaban cortos de aliento, la emoción había sido tanta que sus pechos no podían con tanto, pero estaban felices de que todo había resultado a la perfección. Se abrazaron y felicitaron mutuamente, justo luego de ello fueron elogiados por sus compañeros y profesores.
Jimin había podido ver a Jungkook mirándole desde el público, realmente no esperaba verlo allí, eso le sorprendió y temía que eso se notara o le hiciera desconcentrarse, pero por suerte pudo seguir como si nada y que la coreografía no se viese afectada.
No podía evitar sentir su pecho aprisionado al haberle visto allí, suspiró con fuerza, queriendo sacar cualquier tipo de pensamiento estúpido de su mente.
Salió a la sala central del edificio donde él y Hoseok se encontraron con sus amigos. Les recibieron con felicitaciones y palmadas en la espalda, también los elogiaron, se veían realmente emocionados e impactados por lo que habían visto.
Jimin se alejó de sus amigos para ir a por su botella de agua. Se sorprendió al ver al pelinegro tras él. Inmediatamente evitó hacer contacto visual, tomó un sorbo de su botella y Jungkook habló.
- Bailaste genial – dijo con una tímida sonrisa.
- Gracias – respondió en seco y volvió a tomar un sorbo, llenando sus mejillas con el líquido antes de tapar la botella.
- Fue realmente emocionarte verte... Bueno, Hoseok también baila genial pero... - hizo una leve pausa. Jimin sólo quería desaparecer de allí – Tú eres increíble.
- Gracias – volvió a responder sin inmutarse y aquello llamó la atención del contrario, quien lo miró frunciendo el ceño.
- ¿Estás bien?
- Sí, perfecto – torció su cuello y se dio media vuelta para salir de allí.
Necesitaba tomar aire, la adrenalina de haber bailado frente a tanta gente, el haber puesto todo de sí, el agotamiento acumulado de tantas semanas trabajando duro y el tener a Jungkook diciéndole que había estado increíble le hacía necesitar un maldito respiro.
- Hey – un brazo le detuvo apenas salió al patio trasero, donde no había nadie, por lo que estaban completamente solos.
- ¿Qué quieres? – preguntó sin paciencia, girándose a verlo.
- ¿Qué te sucede? – juntó sus cejas, en clara señal de confusión.
- ¿Qué me sucede? – se repitió la pregunta – Sucede que soy un estúpido por esperar algo de ti.
- ¿Por qué estás enojado? – a Jimin le desquiciaba que la mayoría de los hombres siempre fueran tan lentos para comprender.
- Si realmente vas a estar jugando conmigo entonces ya deja esta mierda que haces.
- ¿De qué hablas?
- Hablo de que hace unos días te acostaste con Irene, y no me digas que no es así porque fue Yoongi quien lo dijo – esputó y el pelinegro se quedó pensando en sus palabras. Jungkook estaba confundido pero por sobre todo había comenzado a ponerse nervioso.
- No entiendo cuál es el problema... tú y yo no estamos saliendo.
- Oh, no me digas – rió sarcástico – Eso mismo podría haberte dicho yo a ti cuando mostraste lo molesto que estabas porque yo follaba con tus amigos – a Jungkook se le tensó la mandíbula – Debería haberte dicho eso y que me importara una mierda, porque al fin y al cabo tengo el derecho de seguir follándome a quien me plazca.
- ¿Todo esto es por Irene?
- No, Jungkook, es por ti – dijo apretando sus dientes – Es por ti, maldición, es por el simple hecho de que parece que me aborreces pero luego vienes y me miras como si quisieras algo de mí y no sé qué mierda quieres – soltó una bocanada de aire, estaba tan irritado que no sabía cómo mantenerse calmado – En serio, simplemente haces lo que haces... vas tras de mí cuando se te da la gana y luego desapareces o te acuestas con cuantas chicas se te cruzan y esperas que yo deje de acostarme con otros chicos...
- Estás malinterpretando todo...
- ¿Mal interpretando? No me hagas reír – sonrió con sorna – Los polvos son polvos, Jungkook, no se malinterpretan.
- No me follé a Irene.
- Oh, claro, ¿Y qué fuiste a hacer? ¿Jugar a la casita?
- ¿Estás celoso? – preguntó con un deje de diversión. A Jimin casi se le cae la mandíbula al piso.
- Vete a la mierda.
Se dio media vuelta para irse, dispuesto a dejar al pelinegro hablando solo o lo que fuera, pero volvió a ser detenido y le empujó de inmediato en el pecho, porque realmente estaba cabreado.
- Me hablas... me miras... me besas de esa manera como lo has hecho en la playa... ¿todo eso para qué? ¡No entiendo! – Jungkook no podía hacer más que escucharle y sentir su corazón más pesado aún – Me vuelves loco, Jungkook... - negó con la cabeza – Y no me gusta esto, porque ni si quiera sé qué quieres de mí, ni tú lo sabes, pero yo... yo siento que sí lo sé y me odio por eso, y te detesto a ti por hacerme actuar como un idiota.
- ¿Y tú qué? – preguntó con una voz dura y grave. Jimin alzó las cejas, los ojos del pelinegro eran serios y oscuros, como hacía tiempo no los veía - ¿Crees que estoy bien con esto? – se acercó a él, acortando la distancia considerablemente - ¿Crees que me divierte el querer estar cerca de ti? ¿El estar buscándote constantemente? ¿Crees que quiero estar así? Para mí sería mucho más fácil seguir como siempre pero no... simplemente estás tú ahí en mi camino.
- Como si te fuera tan difícil seguir como siempre... - le miró desafiante – Mientras te sigas follando a Irene, me parece que haces un buen trabajo en seguir como siempre – arqueó una ceja.
- No me follé a Irene.
- No mientas.
- ¡Que no lo hice! – Jimin se sobresaltó por el tono de voz del contrario – No lo hice, joder – se dio media vuelta, caminando nervioso mientras rascaba su cabello.
- ¿No lo hiciste? – preguntó sin poder creerle del todo, pero la reacción de Jungkook le había hecho dudar. Éste le miró con su mirada llena de molestia.
- ¿Quieres saber quién vuelve loco a quién? – volvió a acercarse – No tienes idea... no tienes ni puta idea de lo que me pasa.
- Lo sabría si me lo dijeras.
- ¿Crees que es fácil? – se mordió el labio inferior con fuerza, al borde de hacerse una herida - ¿Crees que es fácil el intentar follar y no poder? – Jimin se mantuvo inmóvil, el aliento de Jungkook muy cerca de él - ¿Crees que es fácil decirlo?
- ¿A qué te refieres con... follar y no poder?
- A eso, Jimin. A eso mismo, maldición – su tono de voz seguía siendo tosco, pero sabía que si no se calmaba sería todo para peor. Pasó sus manos por su rostro, intentando calmarse, inhalando profundo y soltando el aire – ¿A caso sabes... lo denigrante que es el no poder follar con alguien? ¿El obligarte y aun así que no funcione? – Jimin estaba nervioso de sobremanera porque no le gustaba para nada lo tensa que estaba la situación – No follé con Irene porque no pude, mi cuerpo no reaccionó – lo dijo en un leve susurro, esperando a que Jimin escuchase, y así fue. El pelirosa se mantuvo inmóvil y sin decir palabra alguna – He tenido otros intentos... y nada... - suspiró – Supongo... que me he vuelto tan loco que no puedo calentarme por una mujer... tú me vuelves loco.
Fumar un cigarro era todo lo que podían hacer para relajar sus nervios. Jungkook aún sentía sus manos sudorosas al igual que el dorso de su cuello, pero el silencio le hizo sentir algo más calmado, el humo de cigarrillo en sus pulmones también.
Por otro lado, Jimin tenía su mente hecha un caos, pero no lo diría en voz alta o Jungkook le terminaría de patear el trasero porque, en verdad, si alguno de ellos estaba realmente hecho un caos, ese era el pelinegro sin dudas.
- Lo intenté con otras dos chicas... lo intenté con Irene... - largó una bocanada llena de humo - ¿Sabes en qué momento mi polla comenzó a reaccionar? – preguntó y Jimin negó – Cuando comencé a pensar en ti – el corazón de Jimin dio un vuelco, y aunque no le hubiera confesado amor eterno, se sintió extraño escucharle decir abiertamente que una mujer no le calentaba pero él sí – Pero poco duró porque me cabreé tanto que no quise hacer nada y la terminé echando luego de que me llamó impotente – apretó sus puños – Esto... esto es una maldita mierda – apoyó su cabeza contra la pared.
- ¿Y qué harás?
- ¿Qué haré? – preguntó incrédulo – Dime tú qué voy a hacer, ahora mismo siento que podría lanzarme de un edificio con tal de terminar toda esta mierda.
- ¿Tan malo es? – preguntó con un deje de tristeza al escuchar eso. Jungkook le miró atónito, el pelirosa miraba al suelo, su sonrisa lamentosa le hizo entender que eso le había dolido.
- Sí... es malo – se acercó, poniéndose de frente al pelirosa, quien levantó su mirada para encontrar la ajena – Perder la cabeza, estar desesperado... nada de eso puede ser bueno – pasó su diestra por el cabello de Jimin, sintiendo su suavidad y lo levemente mojado que estaba por el sudor – No tener el control no me gusta...
- Disfruta del caos... Jungkook – dijo embelesado mirando los ojos oscuros del más alto. Éste negó con la cabeza.
- No entiendes... no puedo...
- ¿Por qué? – preguntó, pero Jungkook no respondió - ¿Es por tu familia? ¿Es porque estar con un hombre es malo?
- Lo siento – dijo. A Jimin se le erizó la piel, jamás había escuchado una disculpa por parte de él, pero lo que más sintió fue dolor en su pecho, porque la voz de Jungkook sonó tan apagada que le lastimó.
- No – apoyó sus manos a ambos lados del cuello de Jungkook – No es lo que quieres decir... - suspiró cerca de los labios de Jungkook y este hizo ademán de alejarse - ¿Por qué no dices cómo te sientes realmente? Dijiste... que te volvía loco...
- No hay nada que pueda decir... - sonrió con amargura. Jungkook luchaba contra aquel lado suyo que le decía que eso no estaba bien – No puedo sentir nada.
- Esto... - Jimin posó su mano sobre el pecho de Jungkook, sintiendo sus latidos descontrolados – Un corazón que late así de rápido no puede no estar sintiendo, Jungkook.
- Es por esto que me vuelves loco... - susurró, desconcertando a Jimin.
- ¿Qué?
- Entras a mi vida, haces lo que quieres, me provocas, me analizas, me dejas al descubierto, te me acercas así y simplemente me confundes tan descaradamente... luego me pides explicaciones que ni yo tengo... me cortas el aire, me haces pensar que un chico es lindo y caliente... me haces reír y también enojar... me haces querer mandar todo a la mierda... disfrutar el caos...
- Disfrútalo... - susurró, esta vez rozando sus labios – Disfrútalo conmigo – Jungkook apoyó sus manos en la cintura del pelirosa acortando la distancia, besándolo finalmente.
El patio se mantuvo solitario, solo ellos dos se encontraban allí, por lo que disfrutaron de aquel beso que ambos habían estado necesitando, lo necesitaban desde cada vez que se veían, desde cada vez que cruzaban miradas, como si algo dentro suyo buscara aquello que le faltaba, como una fuerza que les hacía el buscarse mutuamente, una fuerza que poco a poco comenzaba a crecer.
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