19. El Karma
Desde aquella vez en la casa de Jungkook y sus amigos, el pelinegro no había vuelto a tener contacto con Jimin más que simplemente verse de pasada en la universidad.
Por primera vez no había sucedido nada malo entre ellos que les hiciera tomar distancia, de hecho el pelirosa seguía igual que siempre, aunque las visitas a su casa se habían detenido porque ya no había vuelto a tener encuentros sexuales con sus amigos, aunque sólo había pasado una semana de aquella discusión luego de esa fiesta caótica.
La cuestión era que Jungkook fue quien decidió mantener cierta distancia. Los sucesos de aquel último mes le habían tenido bastante absorto en sus pensamientos, bastante ido y actuando lo suficientemente extraño como para hacer crecer una preocupación de dudosa procedencia.
Él era consciente de que le estaban pasando cosas, que como ser humano estaba cruzando una etapa en su vida donde tenía muchos asuntos en los cuales pensar, cuestiones que resolver porque aquella situación no podía dilatarse más, los pensamientos le atosigaban, generándole incertidumbre y en ocasiones dejándole una sensación de agotamiento que ya parecía crónica.
Estaba teniendo una crisis existencial y estaba terriblemente consciente de ello, y por sobre todo de su causa.
Quizás no era la crisis existencial en sí, sino la causa de la misma. Tal vez era la causa de esta la que generaba su preocupación y no la crisis existencial en sí, o en realidad era el origen de la causa y la crisis atentando en conjunto o bueno, sí, era todo demasiado confuso. Así estaba la mente del pelinegro, sin poder entender si quiera el orden de los hechos en su cabeza pero lo que sí comprendía de eso era la causa de su malestar.
Jimin.
Su mente reproducía su nombre de forma inconsciente, en sueños y estando despierto. Le traía imágenes de él en cuanto menos lo esperaba.
Acosando su privacidad mental, Jimin se aparecía con esa sonrisita despreocupada y sus ojos bonitos.
Y Jungkook quería golpearse simplemente por pensar que los ojos de un chico le parecían bonitos. No únicamente que era cursi, sino que era endemoniadamente... "marica" de su parte.
Si era momento de que un destello de sensibilidad comenzara a nacer en él, habría pensado que naturalmente sería por una chica, por comenzar a gustar de una por primera vez, pero no, todo parecía apropósito, porque era un chico quien rondaba peligrosa y descaradamente en sus pensamientos.
Era el karma.
Sin dudas podría gritarle al cielo o al universo por qué las cosas le salían así.
Se preguntó si había alguna clase de Dios de los homosexuales que lo estaba castigando en ese mismo instante. O peor aún, Jimin era un ángel caído enviado por el Dios de los homosexuales para atraparlo en sus garras y dejarle así de confundido. Incluso no sabía si reírse de sí mismo por pensar en cosas tan tontas.
Era como una sirena que con su simple canto le había hecho perder toda noción del tiempo y del espacio.
Jimin le había lanzado un hechizo o algo, porque nada de lo que le estaba sucediendo tenía algún sentido.
Bueno, todo lo que tenía que pensar era básicamente en poder definir, dentro de un tiempo preferentemente pronto, su orientación sexual. Corría grave riesgo de perder su heterosexualidad, si es que ya no lo había hecho.
No era fácil hacerse a la idea de que la persona que creíste ser toda tu vida no eras tú realmente. En realidad, Jungkook también sabía que había un pequeño "algo" acechándole desde hacía tiempo, una causa intrínseca que rozaba el querer salir de su subconsciente para recordarle que era algo que había estado siempre ahí pero él lo pateó como si de una pelota de fútbol se tratase. Esas cosas que siempre están allí, quizás frente a tus ojos, pero que si te lo propones puedes no ver con mucha facilidad.
Jungkook sabía que se vivía mejor en una fantasía antes que en la realidad.
Un día en específico, sus amigos aparecieron con la idea de pasar una noche de sábado en la playa.
Aquella idea había surgido al azar a partir del deseo de sus amigos de ver el atardecer en plena playa, hacía tiempo no iban, ni si quiera para una fiesta, y Taehyung, con ayuda de Namjoon y Jin, había insistido con que era tiempo de llevar a cabo esa idea.
Los siete amigos habían estado planeando aquello los últimos dos días de la semana, más bien preparando las cosas porque el plan se venía haciendo desde hacía unos días más.
Compraron el alcohol necesario, porque jamás podía faltar, y también hierba para fumar.
La idea era emprenderse en una larga caminata al atardecer, las playas de Busan eran amplias y largas, y notaron que nunca habían hecho un gran esfuerzo por conocer las playas que le seguían a las de la ciudad donde ellos se encontraban.
Cada playa tenía algo especial, eso lo sabían, eran diferentes, con bares y atracciones de distinto tipo.
Namjoon y Jin habían podido ver algo de eso en sus vacaciones y querían compartirlo con sus amigos. Qué mejor que una caminata compartida entre mejores amigos, una gran experiencia.
Jungkook ya estaba en el living de su casa, con su mochila y ya vestido para salir, sus dos amigos continuaban preparándose en sus habitaciones. Mientras tanto, el pelinegro daba vueltas de un lado a otro mordiendo la piel de su pulgar con nerviosismo.
Su estómago dolía, de haber podido se lo hubiera extirpado allí mismo, y de paso su cerebro igual, y su inquieto corazón también ya que estaba, aunque todo eso era el equivalente a estar muerto, en ese momento era la mejor alternativa por más exagerado que sonase.
Le tenía así el saber que iba a pasar más tiempo del que podía soportar con Jimin cerca suyo, porque obviamente él era parte de aquella salida aventurera, al igual que su amigo Hoseok.
No podía soportar el tener a Jimin cerca por tanto tiempo porque sus pensamientos comenzaban a dispararse en direcciones caóticas y preocupantes, lo cual podía terminar en un impulso por tirarse a mar abierto con el objetivo de terminar con ese sufrimiento.
No estaba listo para ver a Jimin divertirse con el resto, para verlo reír y comportarse de manera coqueta como siempre lo hacía. No estaba listo para estar viéndole constantemente y tener que comportarse normal, ni tampoco para verle, probablemente, sin su playera por estar metiéndose al agua o algo por el estilo.
- Mierda, Jungkook, ya cálmate - se dijo a sí mismo pero en voz alta, soltando un suspiro molesto - Pareces una estúpida quinceañera...
- ¿Quién parece una quinceañera? - preguntó con curiosidad Yoongi mientras bajaba por las escaleras. Jungkook dio un respingo por la impresión y le miró.
- Nadie... estaba hablaba solo.
- ¿A caso hablabas de ti? - arrugó la nariz y rio, mientras acomodaba una chaqueta dentro de su mochila. Escuchó al pelinegro bufar y levantó la mirada - Hablabas de ti... - afirmó con seguridad al ver su reacción.
- Creo que estoy a punto de enloquecer... - rascó su cabello con la mirada hacia el suelo.
- Es de Jimin de quien estamos hablando, supongo.
- Sinceramente no quiero hablar contigo sobre él - torció su cuello levemente.
- ¿Sigues enojado conmigo? Kook, ya te he dicho que de haberlo sabido jamás hubiera continuado viéndole - volvió a explicar, sintiéndose realmente mal por cómo habían resultado las cosas - Hombre, desde mi punto de vista, lo único que yo veía era que detestabas a Jimin, cada que podías te referías a él como si fuera despreciable, no había forma de que yo pudiera saber que te gustaba.
- Ni si quiera yo entiendo cómo comenzó a pasarme esto... - hizo una pausa antes de suspirar - Hubiera preferido seguir como antes, detestándole.
- ¿En serio lo crees? - alzó una ceja poniendo en duda las declaraciones de su amigo menor - ¿A caso te sentías bien así? - preguntó pero no obtuvo respuesta, su amigo se veía terriblemente abatido. Se acercó a él, apoyando su mano en su hombro y le sonrió - Yo creo que hay cosas peores, deja de pensarlo tanto - Se acercó encerrando sus brazos alrededor de su amigo en un abrazo consolador.
- ¿Qué... haces? - preguntó extrañado, pero correspondiendo el abrazo de todas formas.
- Te muestro mi apoyo... deberíamos hacerlo más seguido, somos amigos después de todo - dijo con el mentón apoyado en el hombro contrario - ¿Tienes gay panic?
- Estando en la situación en la que me encuentro... ¿Tendría algún sentido tenerlo? - preguntó algo en broma y algo preocupado. Su amigo lanzó una carcajada, divertido, y se alejó palmeándole la espalda.
- Realmente no lo tiene - le sonrió feliz y luego giró su rostro hacia las escaleras - ¡Taehyung! ¡Trae tu culo aquí ya mismo o nos iremos sin ti!
Llevaban dos horas caminando y hablando de distintos temas que venían al azar en sus mentes mientras sus pies sentían la arena hundirse bajo sus plantas.
Jungkook apenas acotaba algo a la conversación, caminaba algo más detrás del resto. Todos reían o decían tonterías de vez en cuando y él solo reía por debajo, sin llamar mucho la atención. Cada que podía y nadie le veía, sus ojos revoloteaban por donde fuera que el pelirosa se encontrara. Sentía esas ganas de hablarle creciendo dentro suyo y pensó en que ya era hora de dejar de sorprenderse de esos pensamientos porque al parecer estaban en plan de ser cada vez más frecuentes en su mente, mejor era aceptarlos antes que resistirse a lo inevitable.
Otra hora pasó y ellos decidieron detenerse en el límite de dos playas, en esos lugares no había mucho movimiento de gente, solo pequeños grupos o parejas pasando por allí o sentados a la orilla de los médanos. Eran lugares más tranquilos donde decidieron sentarse, algo alejados de las personas allí, a tomar algo de lo que habían llevado y también fumar un poco.
Jin y Hoseok se sentaron a jugar a las cartas mientras bebían una botella de cerveza entre ambos con Jimin mirándoles y riéndose de cómo ambos se peleaban, mientras Taehyung le decía a Jin que no fuera tan malo con su contrincante. Hoseok se quejaba de que el chico estuviera allí siempre a la expectativa de todo lo que él hiciera pero es que Taehyung era testarudo y seguiría acosándole de todas formas.
Namjoon y Yoongi estaban a un lado, también bebiendo y hablando de cosas profundas como el origen del universo o las extinciones masivas.
Jungkook, por otro lado, tomaba en silencio y miraba de reojo a Jimin cada vez que le escuchaba lanzar alguna carcajada, tenía la risa muy fácil, nunca lo había notado. Se reía tontamente, de una forma tan melodiosa que se le hacía difícil el despegar sus ojos de él.
Suspiró desanimado y rendido, su situación haciéndose cada vez más nefasta.
Luego de unos cinco minutos, alguien se sentó a su lado y se sorprendió al ver al pelirosa sonriéndole y tendiéndole un cigarro de marihuana, invitándole a darle una calada.
- ¿Quieres? - preguntó sonriéndole de medio lado.
- Gracias - respondió tomando el cigarro con sus dedos. ¿Gracias? Jungkook quería abofetearse, esa no era una clase de respuesta normal de su parte, ni de chico cool, había sonado realmente incómodo. Llevó el cigarro a sus labios bajo la atenta mirada de Jimin.
- ¿No juegas a las cartas?
- A veces - se encogió de hombros para verse más relajado. Jimin volvió a sonreír, le parecía curiosa la forma en la que Jungkook se comportaba últimamente, curiosa por no decir que irresistible.
- ¿Hay algún juego de mesa que prefieras? - Jungkook siguió fumando.
- Ajedrez... damas... no sé... ese tipo de juegos.
- ¿En serio? - preguntó divertido - Eres algo joven para jugar juegos de abuelos.
- ¿Abuelos? - enarcó una ceja. A Jimin le sacó una risa al ver su mueca que mostraba estar algo ofendido - Sé hacer otras cosas también - se defendió con un semblante algo enojado aun.
- Pues dime... ¿Qué te gusta hacer?
- Me gusta dibujar - respondió pasándole esta vez el cigarro. Jimin abrió sus ojos en asombro.
- Oh, ¿En serio? - Jungkook asintió con la cabeza - Qué genial... - los labios de Jimin tomaron el extremo del cigarro y succionaron. Luego, en posición se "u", soltó el humo hacia un costado. Los ojos de Jungkook no se perdían ningún gesto - Siempre quise saber dibujar, pero soy realmente malo - se rio de sí mismo.
- De todas formas, creo que tienes el lado artístico más desarrollado que yo - comentó al pasar y el contrario ladeó su cabeza.
- ¿Y eso?
- Bueno, sabes bailar, lo haces bien y se nota que te gusta... creo que es mejor que saber dibujar.
- Cierto que me has visto... - comentó pensativo, Jungkook le miró con duda - me refiero a que me has visto bailar - Jungkook asintió, y se preguntó si hablaba de aquella vez que él había entrado al salón de baile con Tae o de todas las veces que le había espiado esperándole para asaltarlo en los vestidores - ¿Te ha gustado? - preguntó sacándolo de sus pensamientos.
- ¿Qué? - preguntó algo torpe, Jimin rio porque le causó algo de ternura.
- Si te ha gustado como bailo.
- Oh... - dijo, pero fue más como una exhalación quedada - Sí, me ha gustado... bailas... lindo - los ojos de Jimin se rasgaron casi hasta formar dos líneas debido a la amplia sonrisa que no pudo esconder.
- Gracias.
El corazón de Jungkook parecía responder por sí solo a lo que veía, sin importar lo tanto que él quería mantener la calma o fingir que todo estaba bajo control. Y qué estupidez, lo menos que Jungkook tenía era control.
Luego de haber estado de esa manera, descansando y el sol comenzaba a bajar, los siete amigos se pusieron de pie, tomaron sus cosas y siguieron su caminata. Ésta vez Jungkook pensando en que tenía más que claro que quería que Jimin volviera a hablarle. Se había vuelto a alejar de él para charlar con otros de sus amigos, incluso se había ido hacia la orilla para mojar sus pies.
Sí, Jungkook quería tener la atención de Jimin y supo que tras ese simple deseo, su camino a meterse de lleno en la montaña rusa que llevaba el nombre del pelirosa, estaba casi por concretarse.
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La batalla mental de Jungkook es cada vez más inevitable, disfruten de ver cómo entra en caos y de ver todo lo que piensa de Jimin.
Por cierto, no sé si lo mencioné, pero aún sigo escribiendo esta historia (igual todos estos caps ya están escritos), pero hay un segundo tramo de este fic que estoy desarrollando. Creo que en un punto marcaré un "break" o corte, y me tomaré unos días o semanas sin actualizar para poder tomarme el tiempo de terminar bien el fic y que quede todo como espero.
Gracias por leer!
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