1. Si no puedes con ellos, úneteles.

Jungkook POV


Otra vez era lo mismo dentro de la casa. Si no me había ido a vivir solo era porque pensaba que vivir con mis dos mejores amigos sería divertido, fiesta constante, diversión, alcohol, etc. Debía de haber supuesto que las cosas serían así ya que los conozco a ambos como la palma de mi mano, eran unos sucios y descarados de mierda.

Cerré la puerta de la casa y ladeé mi cabeza con una mueca irritada. Suspiré roncamente y tiré al suelo mi mochila, provocando un ruido sordo y seco cuando ésta tocó el suelo. 

Recién llegaba de cursar en la Universidad, la cual por suerte estaba sólo a dos cuadras de nuestra casa.

Los gruñidos de mis dos amigos me los sabía de memoria, y lamentablemente, los de ese chico también, sus gemidos resonaban en toda la casa cada vez que venía, pero ahora tenía una vista de su show en primera fila.

Mis ojos fueron directo a lo que estaban haciendo. 

En uno de los sillones de la sala, Taehyung estaba sentado, desnudo, con aquel chico rubio montándole de espaldas. Gemía alto y claro mientras se movía sobre la polla de mi amigo, haciendo que lo penetrara. Estaba completamente desnudo pero rápidamente desvié mi mirada antes de seguir viendo cosas que realmente no quería. 

Era asqueroso.

Giré mi rostro apenas vi a Yoongi saliendo de la cocina, desnudo también, con una lata de cerveza en la mano. Me miró con una sonrisa divertida, sus ojos estaban rojos, drogado como siempre.

- Hey, Kookie... - alzó la cerveza en un saludo y rió, seguramente por mi cara de pocos amigos.

- Oh, mierda... sigue moviéndote así... - me dieron escalofríos de tan solo escuchar la voz de mi amigo casi teniendo un orgasmo. Yoongi se acercó a ellos dos y como si nada agarró al rubio de la cabeza y lo inclinó, llevándolo a su entrepierna, y éste comenzó a chupársela.

- ¿Es necesario que lo hagan aquí, hijos de puta? – pregunté mirándolos, me sentía totalmente cabreado. Creo que prefería escuchar los gemidos de esa puta antes que escuchar los sonidos de cómo chupaba la polla de Yoongi.

- Únete Kookie... deja de resistirte – Taehyung sonrió mientras no quitaba sus manos de las caderas ajenas.

- Que te jodan - espeté, dando media vuelta para dirigirme hacia mi habitación.

Me había casi acostumbrado a que mis amigos fueran así de descarados pero no tenía por qué ver sus escenitas de maricas en plena sala de mi casa. Siempre les escuchaba del otro lado de la puerta de la habitación de alguno de ellos dos, pero aquella fue la primera vez que los vi hacerlo, la primera de muchas.

Hacíamos fiestas y los tres éramos un caso perdido al respecto, porque nos gustaba demasiado pasarla bien, no teníamos límites, pero no me causaba ninguna gracia cada vez que esa perra venía. Ni las mujeres con las que yo me acostaba se regalaban tanto como él, o bueno, quizás sí, pero de él me molestaba tanto que me jodía la paciencia por momentos, pero mis amigos no dejarían de follárselo. 

Una vez se conocieron en una fiesta y comenzaron a hacer desastres. Desde hacía semanas que venía a nuestra casa y terminaban follando.

Él era de nuestra universidad y de mi vecindario, eso era todo lo que sabía de él, entre otras cosas, además del hecho de que era una puta, con una boca por donde habían pasado más pollas que comida, probablemente. No sabía cómo mis amigos tenían el estómago de acostarse con él.

- A veces me pregunto por qué somos amigos con lo homofóbico que eres – se cuestionó Taehyung al pasar, encogiéndose de hombros mientras caminábamos por el campus.

- Me pregunto lo mismo.

- También me pregunto qué pasa contigo que no te nacen ganas de follarte a Jimin.

- Porque no soy marica como ustedes, ¿Quizás? – enarqué una de mis cejas. Llegamos al centro del campus y nos detuvimos.

- Pues no sabes de lo que te pierdes – me miró con su típica cara de pervertido – Las mejores mamadas de la vida.

- No me interesa, conozco a muchas que hacen mamadas buenísimas.

- Buenísimas, pero no esplendidas – me apuntó con su dedo índice, acompañando el gesto alzando sus cejas.

- Me da asco de tan solo pensarlo – me miró como si hubiera dicho una barbaridad – Jamás estaría con un hombre, y menos con él, me enferma su actitud de puta – Yoongi se hizo presente, acercándose a nosotros luego de salir de sus clases.

- ¿Ya están hablando de putas? Me apunto – dijo levantando la mano.

- Ya quisiera, estamos hablando de la puta con polla – me reí socarronamente mientras encendía un cigarro y Yoongi me miró con sus cejas bien juntas, confundido.

- De Jimin – le aclaró nuestro otro amigo.

- Aaah – vocalizó al entender mi referencia – Se me antoja ahora, maldición – chasqueó la lengua y Taehyung comenzó a reír.

- Oh, hablando del diablo... - Taehyung alzó su mentón y todos miramos hacia donde él había puesto su atención. Miramos lo que estaba haciendo, estaba solo hasta que se juntó con uno de sus amigos – A él también le doy – dijo a penas Hoseok apareció en nuestro campo de visión.

- ¿Sigues con eso? Dile a Jimin y que te ayude.

- Ni mierdas, el mal parido es hetero – giró su rostro hacia mí, molesto - ¿Por qué Jungkook? La heterosexualidad destruye ilusiones.

- Tú eres el torcido, no me mires así – comenté riéndome de él y me golpeó el hombro – bien, me voy a clases antes de seguir escuchando sus conversaciones maricas.

- Espero algún día de tanto hablarte se te pegue, puto reprimido – me dijo fingiendo enojo y Yoongi se carcajeó. Le sonreí burlonamente, mostrándole mi dedo del medio, y me alejé para encaminarme a mis clases.

Sí, mis dos mejores amigos eran gays, y yo heterosexual, bien derecho, amante de las tetas y las vaginas. Bueno, Yoongi tiraba para los dos lados, supongo la necesidad le podía más o qué se yo. 

En cuanto a Taehyung, le gustaban tanto las pollas como a mí las vaginas. Éramos amigos desde la secundaria, y cuando ellos me dijeron que les gustaban los hombres estuve sin hablarles por unas largas semanas, incluso nos habíamos ido a los puños, pero luego preferí dejar sus preferencias de lado y dejarlos con sus asuntos porque de todas formas compartíamos historia juntos y nuestro amor por llevar una vida loca, por lo que decidimos que no dejaríamos que nuestras diferencias nos separasen.

Desde chico siempre supe que el ser heterosexual era lo natural, quizás desde que mi padre siempre fue un estúpido mujeriego. Supongo saqué eso de él.

Mi padre era el típico empresario que me decía cómo tenía que comportarme para ser un buen hombre. Sabía desde hacía tiempo las preferencias de mis amigos y por ello odiaba que me juntara con ellos, pero a mí me daba igual. Cuando yo era chico, cada vez que veía parejas de homosexuales me decía que si yo llegara alguna vez a acostarme con un hombre o lo que fuera, me enderezaría a golpes, así era como él me había educado, con disciplina y una mano estricta.

Mi madre siempre tuvo muchos problemas con él. Yo le había encontrado varias veces saliendo de prostíbulos, incluso me lo había cruzado en uno, no me había causado ninguna gracia verle allí, pero no podía culparlo, necesidades eran necesidades y lo sabía por experiencia propia.

De todas formas, mi madre siguió con él un largo tiempo luego de enterarse de su "agradable" pasatiempo.

Había tenido alguna que otra novia en la secundaria pero prefería no tenerlas para poder divertirme sin tener que estar preocupándome de que se enteraran cuando les era infiel. Prefería emborracharme en fiestas y tener un buen polvo con cualquier chica que pudiera satisfacerme. Todas las fiestas eran iguales, siempre me follaba a alguien, la pasaba genial y no tenía ninguna responsabilidad que me impidiera divertirme.

Volviendo a mis amigos, ellos también se follaban a cualquiera igual que yo, para eso eran las fiestas. Nos invitaban a todas las fiestas de la universidad porque conocíamos a muchos de los mejores organizadores de éstas y hacíamos de los descontroles más inolvidables de todo el campus.

Mis amigos no solían compartir polvos, excepto por ese chico rubio. Si Tae traía a un chico lo metía en su habitación y ya. Yoongi lo mismo, fuera hombre o mujer. Y yo igual con las chicas que llevaba. También hacíamos fiestas más exclusivas en nuestra casa, y también eran para follar como queríamos, pero todo terminaba al otro día, ninguno se cruzaba con el polvo del otro, pero a mis amigos les importaba una mierda que yo les viera follarse a ese maricón.

Fue grande mi sorpresa cuando una mañana me levanté, estando solo en mis bóxers, y al dirigirme a la cocina me topé con él.

Se vio sorprendido, y yo agradecía que él estuviera vestido aunque fuera solo con su pantalón. Tenía un vaso de agua en la mano.

- Oh... lo siento, creí que todos dormían – se encogió de hombros. Noté tenía bastantes marcas en su torso, seguro hechas por mis amigos u otros tipos con los que se acostaba. No pude evitar notar que tenía un tatuaje en sus costillas y algo más, un piercing en el ombligo. Volví a verle, fruncí el ceño por cómo me estaba mirando.

- ¿Qué me miras? – pregunté molesto. Él rió.

- Yo debería preguntarte eso – se cruzó de brazos y elevó su mentón, mirándome con intensidad – Pero sería descortés no responderte así que... estaba mirando el paquete que te traes allá abajo – alzó las cejas, volviendo su mirada a mi entrepierna, algo que me irritó terriblemente. Bufé, pasando por su lado y chocándole con el hombro, su presencia era demasiado molesta.

- Sigue mirando porque es todo lo que harás – me acerqué al refrigerador y saqué un frasco de leche y comencé a tomarlo. Noté que seguía mirándome, pero le ignoré ya que Yoongi apareció.

- Jiminie... - le llamó – creí que te habías ido – miré de reojo, pretendiendo no prestarles atención.

- Hobi me dijo que aún sigue con su chica, así que no pude volver – comentó, hasta su voz me molestaba.

- Bueno, puedes quedarte el tiempo que quieras.

- Creí no era políticamente correcto que las putas se quedaran – interrumpí, apoyándome sobre la mesada y ellos me miraron.

- Qué descortés eres con los invitados, Kook – Yoongi me reprochó y yo reí.

- Incluso tú le dices puta – me miró entrecerrando sus ojos, probablemente insultándome en su interior – Oh, lo siento, me olvidaba que estaba ella aquí – alcé los hombros restándole importancia. Pero, aunque le estuviera insultando, él no hizo nada para defenderse, sólo bajó su mirada y me ignoró.

Todo comenzó así. Al principio sólo le conocía de vista, de haberlo visto por el campus y de las cosas que sabía que hacía en las fiestas, como dejarse follar por cualquiera porque eso era lo mejor que sabía hacer, mostrar su devoción por las pollas sin mostrar un poco de dignidad o respeto por sí mismo. Luego conocí sus asquerosos gemidos cuando mis amigos comenzaron a juntarse con él. Después comencé a cruzármelo en nuestra casa más seguido.

Le veía ir y venir y mis amigos seguían jodiéndome la vida y carcomiéndome la puta cabeza sobre que debería de follármelo también.

Una noche, cuando salí de mis clases, me iba a ir a follar con una compañera en mi auto, de no ser que la muy estúpida no quería hacerlo, me acusó de agresivo por haber querido apurar las cosas, pues no tenía mucho tiempo para sus estupideces e ir despacio como ella quería. Me empujó y muy molesta y casi llorando se bajó de mi auto, dejándome solo y con mi erección doliendo.

Llegué a mi casa y mi erección ya no fue un problema ya que de la imagen que tuve que volver a presenciar me enfríe lo suficiente como para olvidarme que había estado por follar minutos antes, aunque ya me había acostumbrado a verles follando.

De todas formas me sentía irritado y todo era una puta mierda porque mis amigos se divertían y yo estaba como un perdedor en la cocina tomando y fumando el cigarro de marihuana que dejaron allí a medias.

Tomé hasta cuatro latas de cerveza y mi cabeza ya me hacía sentir que estaba flotando al caminar.

Mis amigos habían puesto música. Cuando dejaban de follar fumaban y seguían tomando, hablaban de estupideces y reían, y luego volvían a follar.

Fue en ese instante donde me quedé mirando, desde la puerta de la cocina, cómo Yoongi lo penetraba con fuerza desde atrás, mientras el rubio estaba en cuatro sobre el sillón, con su culo tirado hacia atrás para que mi amigo arremetiera contra él. Taehyung estaba recostado en el otro sofá, súper borracho y moviendo su cuerpo al compás de la música, como si estuviera en su propio mundo y se hubiera olvidado de todo.

Fue un impulso estúpido pero repentinamente me comenzaron a urgir unas enormes ganas de follar y los gemidos que salían de su boca estaban siendo demasiado intensos, demasiado eróticos. Claro, yo ya estaba demasiado borracho y drogado.

Comencé a caminar hacia ellos y sin dudarlo me posicioné frente al rubio y le miré desde arriba. Allí estaba él, mirándome con sus ojos perdidos por el placer que le estaba dando mi amigo, su cabello algo mojado y su frente brillante por el sudor. Me bajé los pantalones y bóxers de un tirón sin titubear.

- Chupa – le ordené, esperando que lo hiciera. No opuso resistencia, el maldito abrió su boca bien grande y metió toda mi polla en su boca como si fuera lo que más había querido en toda su puta vida.

Levanté mi mirada y encontré la de mi amigo que estaba detrás de él, sonriéndome victorioso mientras no dejaba de moverse dentro del culo del rubio. Miré luego a Taehyung que estaba observando todo con ojos entrecerrados y una sonrisa de oreja a oreja.

No me moví en ningún momento, apoyé mis manos en mi cintura y dejé que hiciera todo el trabajo. Cerré mis ojos para no verle y que se me bajara la calentura, quería llegar y realmente estaba haciendo un buen trabajo con su boca, me estaba succionando fuerte y con dedicación, sus labios se sentían carnosos y presionaban mi carne haciéndome poner bien duro. Debía admitir que era una muy buena mamada, metía toda mi polla hasta el fondo de su boca como si nada, y la lamía deleitándose con mi sabor. Su lengua pasaba por la punta de mi polla y se movía provocándome temblores en todo el cuerpo. 

Cuando estuve por venirme él estaba por separarse de mí pero le tomé del cabello con firmeza y acabé en su boca, obligándole a tragarse todo mi semen mientras yo acallaba mis gruñidos apretando mis labios.

Eso había sido suficiente para mí. Aunque mis amigos me llamaban para follarlo, no lo haría ni de coña. 

Me fui a mi habitación, pensando en que probablemente sería interesante repetir esa mamada, podría soportar que un hombre lo hiciera si era así de bueno, y además lo que importaba era poder satisfacerme y no había mucha diferencia a recibir una mamada de una mujer mientras no le mirara, porque claro, su cara de hombre no la iba a poder cambiar.

Sí, lo repetiría.

Así comenzó todo con Jimin.

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Ahí va el primer capítulo de este fic.

Gracias por leer ♡

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