CAPÍTULO 22 TODO CON ELLA...

Antonia

Mi cabeza está por estallar, el coche encendido y mis ganas de desaparecer están haciendo que mi corazón duela más. Me duele lo que pasa, me duele su falta de confianza; pudo haberme contado, quizás lo hubiéramos afrontado juntos, pero bien dice mi tía, "los hubiera no existen" y ya entiendo el porqué.

Arranco mi coche, trato de salir del sótano, pero Tae se cruza, freno y mi cabeza pretende desprenderse de mi cuerpo, mi cerebro palpita, y la sangre de mi nariz empieza a salir, levanto mi vista y Tae me mira asustado, acercándose a mi lado comienza a tocar la ventana desesperadamente, no estoy consciente y me desvanezco en mi puesto.

Tae

Ha encendido el coche, se irá, se que se irá lejos, lejos de todo, lejos de mi.

Me paré en frente del coche y ella frenó, cuando levanta su rostro su nariz empieza a sangrar.

Se golpeó, ¡Dios!

Me acerco al lado del conductor y veo cuando se desvanece en el asiento, le gritó a él guarda para que golpeara la ventana del copiloto y pueda abrir el coche, ella no está bien y yo tampoco.

Cuando puede sacarla, estaba inconsciente y su nariz no paraba de sangrar, Nam Hyung y todos habían llegado y cuando me vieron con Antonia en brazos, abrieron espacio en la camioneta de YoonGi Hyung, subí con ella, abrazándola, estrechándola en mi pecho, sin querer soltarla nunca.

La llevé al apartamento, Nam Hyung llamó al médico de cabecera para que la atendiera, todos estaban esperando a que reaccionara, pero el medico solo pidió que la dejaran descansar.

Doctor

-Al parecer fue un ataque de estrés, eso generó la hemorragia nasal, no hay ninguna contusión pero necesita descansar, por ahora- hablaba mientras empacaba sus cosas para retirarse -qué se alimente bien, mucha hidratación y que no trabaje por unos días, enviare las recomendaciones por correo- finalmente saliendo de la habitación.

Tae

Me acerque a la cama y la vi dormir por un rato, la contemple, esa paz que ella me transmite, quiero protegerla, la quiero en mi vida, no dejaré que ella vuelva a llorar por mi.

Apague todas las luces, cerré cortinas, la puerta y avise en en la recepción que no recibiría a nadie, me quedaré con ella, seré el guardián de sus sueños, estaré para ella, hasta que me pida irme de su lado. Me deslizo por la cama hasta llegar a su lado, me acomodo cerca, muy cerca, tanto que siento su respiración, que ganas de abrazarla, de acunar la en mi pecho, abrazarla y acariciarla en la espalda y besarle en la frente que sienta que estoy aquí... realmente la extraño.

Y sin darme cuenta, ella se acerco a mi y pasando su mano por mi cintura, se pego mas a mi, dejo su cabeza en mi pecho y yo solo la abrace, pasando mi brazo por debajo de su cabeza y apretándola a mi cuerpo, encajando en cada lugar, todo se sentía correcto, la sentía mía.

Dormí y ella a mi lado.

Antonia

Al despertar, mi cabeza ya no se sentía tan pesada, estaba desubicada, sintiendo el calor de un cuerpo, abrí mis ojos y me encontré con el pecho de un hombre, uno que conozco muy bien, subí mi mirada, detallando todo el camino hasta su mandíbula definida, su olor, siempre delicioso, deje un suave roce de mis labios en su quijada, lo extraño, no puedo separarme de él, estoy dolida, pero no puedo dejarlo, lo quiero en mi vida,¡ lo amo con mi vida!, esa es mi realidad.

Me desprendí de su tacto, debo ir al baño, pero hacer ese movimiento hizo que él se despertara asustado, tomándome de la cintura, arrastrándome hacia él, sus ojos estaban abiertos de par en par.

-Voy al baño, necesito ir al baño, suéltame-

Su respiración se tranquilizó, dándome paso para salir de sus brazos e ir al baño.

Hice mis necesidades, lave mi rostro y mis dientes, revise mi nariz, vi mi pijama, bueno la camisa de Tae, salí de este, encontrándome a Tae, sentado a la orilla de la cama, mordiéndose el dedo, alzó su carita, su mirada angustiada me dejo ver el miedo que sentía, me acerque y lo abrace, posando su cabeza en mi pecho, comenzó a sollozar y mis lagrimas rodaron también. Me apretó la cintura y yo solo me senté a horcajadas, nos separamos apenas para mirarnos, sus ojitos llenitos de mi y su boca solo siguió la mía, entre besos salados, paso sus manos por debajo de la camisa, terminando por quitarla, mientras acariciaba mis pechos y su boca jugaba con mi cuello, sus manos apretaron mis nalgas, abriéndolas para poder sentir el calor y la humedad que emanaba de mi.

Me levante, solo un poco para que él pudiera quitar su pantalón, acomodándome para bajar suavemente por toda su extensión, mientras los dos habríamos nuestras bocas, respirando con alivio de estar nuevamente compenetrados, en suaves vaivenes, caricias en la espalda, besos sonoros y babosos, solo ese momento me lleno de todo el amor que me profesa y yo demostré cuanto lo amo en cada pedazo de piel erizada con cada embestida suave que me daba, hasta que llegamos juntos a un orgasmo y sellándolo con un beso, dulce, pausado, manos en mi cuello y mis dedos en su cabello.

-Mi amor, mi Tae- dije sobre su boca -realmente te amo- sonreí para él, sus ojos repararon mi rostro y su mano solo bajaba y subía desde mi espalda hasta la nuca.

Tae

-Mi amor- sonreí y ella me beso- te amo, te extrañe mucho- bese su pecho, chupe su pezón, mientras ella reía, esa es mi chica, mi mujer, la dueña de todo mi ser.

-¿Quieres desayunar, preciosa?- apreté sus caderas, bajando mis manos a sus muslos- ¿o quieres bañarte conmigo primero?- se aferro a mi cuello y me levante, todavía dentro de ella, llevándola al baño para otra ronda de sexo de reconciliación, es lo que quiero con ella, todo, lo bueno, lo malo, lo regular, todo, pero con ella.

Le ayudé a secarse el cabello, nos pusimos nuevamente una pijama compartida, se veía bellísima y tierna, la tomé de la mano y la ayudé a sentarse en la silla junto a la isla de la cocina.

-Mi vida- le bese la mano - ¿que quieres desayunar?- solo se encogió y con eso supe que deseaba ser consentida- esta bien, lo que quiera mi princesa- reímos. Empezamos a comer y pero sentía que debía disculparme correctamente.

-Tony, se que ... te falle, por no contarte lo que pasaba... creí que te protegía, pero no era así, perdóname mi amor, por favor perdóname- baje mi cabeza, pero ella solo sostuvo mi rostro en sus manos.

Antonia

-Claro que te perdono, pero no lo vuelvas hacer, habla conmigo, sabes que estoy para ti, así como tu estas para mí- lo bese, hundiendo mis dedos en sus cabellos.

-Te amo Tae, muchísimo-

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