Antonia

Entre caricias seductoras, termine desnuda, caminando hacia el jacuzzi, sus ojos no se apartaron de los míos y mis mejillas no dejaron su color rojo, estoy envuelta en sus brazos y se que esto me gusta demasiado. Daré todo lo mejor de mí, porque él se lo merece, yo lo merezco, merezco que me amen y amar, sin preocuparme por nadie más que nosotros dos.

-Amor, esto es muy relajante, estar así, me gusta- me acomode entre sus piernas, dando la espalda, mientras sus manos acariciaban mis brazos, suspiré, siguió su camino hasta abrazarme y pegarme más a su cuerpo que ya estaba encendido, su erección ya se acentuaba en mi espalda y yo suspire complacida, muy complacida por su atención y su deseo por mí.

Su respiración cerca de mi oído, me hace erizar la piel de mi cuello, mientras sus manos comenzaban a buscar mis senos y sus dedos buscaban mis pezones respingones y deseosos de atención, yo me frotaba contra su erección y su boca hacia camino desde mi lóbulo hasta mis hombros, gemí ante su toque, deseo mas de esto, mas de el, su mano resbalo por mi abdomen, buscando mi vagina, pero reposo en mis caderas y su otra mano la acompañó, tomó con sus manos mis nalgas, apretando, sobando, acariciando y yo deseaba su boca en la mía.

Y la obtuve, un beso necesitado, un deseo húmedo y caliente, mas que el agua que nos rodeaba, sus manos alzaron mi cadera y solo sentí como buscaba mi vagina para penetrarme y si, baje sobre su extensión, vibrante y mi gemido fue tan habido, tan fuerte como el palpito de mi corazón, repose mi espalda en su pecho y sus manos buscaron mis pechos y mi rostro para girarlo y besarle. Las embestidas fueron estruendosas y el agua se agitaba, mientras yo gemía y mi cintura era sostenida con fuerza, sus dedos se aferraban a mi.

-A a mor, mhhm- solo pedía llegar con él- estoy q q u e me vengo- sentía como mi interior preparaba mi orgasmo y se que seria maravilloso, hasta que sentí como salía de mi y me giro, colocandome de frente a él, mis piernas quedaron a el lado de sus caderas, me beso rudo.

Tae

La coloqué frente a mí, besándola rudamente, la necesito.

-Espera, llegue...mos juntos- la penetre de una sola estocada, mientras mis manos abrían sus nalgas para poder ubicarme entre sus piernas, la penetraba con necesidad, sus pechos rebotaban y esta visión fue un éxtasis total, ella gritó mi nombre mientras yo la llenaba de mi semen, su cabeza cayo en mi hombro, mis brazos la apretaron y busqué su boca, deseando su elixir, ese que deja sin aliento y a la vez me da vida.

-Realmente... quiero todo contigo, mi amor lindo- sus ojos conectaron con los míos y sus espasmos, su respiración fue música para mis sentidos.

La sostuve mientras normalizamos nuestras respiraciones y entre besos la ayude a salir del agua, tome las batas que había dejado sobre la silla y la abrigue primero, después repetí la misma acción, caminamos hacia el domo y la chimenea ya tenia el ambiente perfecto, termine de secarla, cuidadosamente, dejándola lista para acostarnos.

-Sin pijama, aún no termino de consentirte amor- siempre sonríe, sabe muy bien que estaré toda la noche embelesado con ella.

Antonia

Escuche el cantar de los pájaros, me tomo un momento para ubicar mis sentidos, abrí mis ojos y me encontré con su pecho, subí mi mirada, registrando cada detalle su rostro, su boca entreabierta, su nariz, perfecta, sus pestañas y cejas, sus lunares, observe cada detalle, es perfecto, su respiración acompasada, es algo relajante verlo, mis dedos detallaron sus cejas y corrí unos mechones de su frente, delinee su nariz, llegando a sus labios, sus benditos labios, así que le di un pico, un besito pequeño y sus brazos me apretaron, abrió sus ojos.

-Buenos días mi amor-

Sus bellos ojos, sus pestañas me embelesan.

Tae

Verla ya despierta y a mi lado, no tengo cómo describir esta sensación, la amo, todo en ella.

-Buenos días mi amor- haa salio mi aliento a licor, me voy a lavar la boca para darle todos los besos que ella merece, que pena, como pude olvidar ese detalle, me levante dejando un beso en su frente, me metí al baño, hice pis, fue difícil por que las erecciones matutinas son algo que solo lo sufrimos los hombres, cuando estaba por terminar, ella entro al baño, sorprendiéndome jajajaja, pero sin vergüenza, tomo los dos cepillos y la pasta dental, pasándome el mio y comenzando a lavar los suyos, esta escena es lo mas intimo que hecho con ella, mas que el sexo, mas que hacerle el amor y me encanta.

Nos bañamos juntos entre toques y caricias, desayunamos y la invite a dar un paseo conmigo por los alrededores, quería que viera este bello lugar, es tranquilo, sin bullicio, sin tráfico, usamos unas bicicletas para hacer el recorrido hasta el pueblo más cercano, hicimos turismo, visitamos el mercado y el puerto, almorzamos comida tradicional y ella es perfecta para mí

Cuando regresamos al glamping, tenia organizada la fogata para pasar la tarde con ella mientras disfrutábamos un vino y una charla encantadora, quiero que sepa que no estoy solo buscando sexo con ella, quiero mas, quiero todo con ella, sus charlas al finalizar el día, preparar la comida, lavar la ropa y doblarla, esperarnos hasta llegar a nuestros brazos, despertar con su bello cuerpo atado al mio.

-Amor, quiero que vivas conmigo, en mi apartamento- levanto su mirada del libro, sus ojos se posaron en mí, mi corazón pulso lento, todo quedó en pausa.

Antonia

Escuche bien, si lo escuche.

Mi corazón latió fuerte y mi respuesta se quedó en mi mente dando rondas, pero ¿por qué daba rondas? si lo quiero, lo quiero en mi vida, en mi mañana, en mis tardes y mis noches.

-Cuando quieres que me mude- Sus pasos fueron pocos y sus brazos llegaron a mi, sus besos, sus caricias, los susurros de gratitud, me dieron la certeza de que no me he equivocado con el.