Capitulo Unico
Los pasos resonaron por los pasillos de la escuela.
El profesor de cabello blanco abrió la puerta de la enfermería, encontrándose con su amiga de hace años.
La mujer solo lo miro de reojo, sin saludar, continuando anotando en una hoja lo que se supone eran recetas o alguna otra cosa que en ese momento Satoru no quería ni siquiera prestar atención.
El silencio solo era opacado por la pequeña respiración que se ocultaba tras una fina cortina, Leiri por fin se volteo para mirarlo, con los ojos cansados y una expresión de querer sacar un cigarrillo y no tener que enfrentarse a aquel hombre que solo la molesta.
— " Afortunadamente no pasó a mayores, las plantas no lograron atravesar algún punto crucial además de un roce en su esófago " — sin resistir más ante la mirada oculta del más alto - por qué está segura que aunque ella no tiene la culpa, la miran con ganas de matarla - saco su caja de cigarrillos, tomando con calma uno, inhalando profundo al encenderlo, dejando que el humo en su garganta pueda relajarla para seguir en el mismo lugar que su amigo.
Satoru solo la miraba esperando que terminase de informarle para al fin poder acercarse y abrir esa cortina que lo separaba de su bendición personal.
Leiri lo sabía, el hombre no la apuraba por qué al mismo tiempo el se estaba esforzando por calmar la ira ardiente que seguramente sentía hacia el real culpable de la situación.
Soltó el humo lentamente, tratando de disfrutarlo, por qué las últimas horas no a echo nada más que esforzarse el doble de lo que hizo en toda su vida para poder decirle en este momento al hombre frente a ella que todo estaba bien. - afortunadamente para ella también -.
— " Ellos están bien, Satoru" —.
Y por primera vez, y seguramente la última, miro como aquel poderoso alfa soltó un gran suspiro de alivio, relajando sus tensos músculos, pero aún guardando la furia, ahora, para la persona correcta.
Las feromonas que dejó salir también demostraban la alegría y alivio de la situación, Leiri tuvo que contener una sonrisa burlona, todavía sin acostumbrarse a que esté dios vivo entre los mortales, tuviera a su propia deidad para parecer un poco más humano.
Sin decir nada más, la mujer camino hacia la salida, dándole vía libre al contrario para que pudiera ver al fin a su Omega.
Solo echo un vistazo sobre su hombro, al escuchar los rápidos pasos y el ruido de la cortina al ser desplazada, capturando en momento en que el Alfa miraba - ahora sín la venda - con adoración pura al adolescente dormido en la cama.
Cuando cerró la puerta detrás de ella, se aseguró de hacer el menor ruido posible, alejándose con pasos pequeños, olvidándose de lo que vio, deseando con todas sus fuerzas, un emparedado con mucho queso y un café.
.
.
.
.
.
Satoru miro el rostro de su Omega, confirmando lo que Leiri le dijo antes, recorriendo desde el bello rostro hasta las largas y bonitas piernas, para verificar si no fue engañado.
Regreso su vista de cielo al rostro angelical de su pareja, y al no encontrar algún signo de incomodidad más allá de la paz y tranquilidad, decidió al fin hacer lo que había querido desde que entró por la puerta.
Se acercó para destapar una parte de la cama, metiéndose y tapándose, acercándose al calor de su Omega, inmediatamente se refugio en el cuello de su pequeño, olfateando su glándula de olor, aspirando el rico jengibre y miel con caramelo azucarado, que lo volvía loco, cuando captó el sutil aroma a leche, supo que todo estaba bien.
Beso la glándula, admirando con devoción la mordida que los unía, sus manos acariciaron las mejillas comestibles y sonrojadas de su Omega, dando pequeños besos en los labios rosados y rellenos del menor.
Los párpados de Megumi se contrajeron, revoloteando sus pestañas de mariposa un par de veces, hasta que reveló las joyas esmeraldas que tenía por ojos, Satoru admiro toda la vista que se le ofrecía.
Nunca tenía suficiente.
— " ¿Satoru? " — abrazo a su adoración por la cintura, pegando su frente con la contraria, dando un pequeño beso esquimal, dejando salir sus feromonas de menta y zunda, con toques de romero, para calmar a su Omega, quien parecía haber recordado lo sucedido.
Megumi respiro Hondo, inundandose con el aroma, dejando salir el suyo, para ambos funcionarse, formando a su alrededor un lugar seguro para el Omega.
Ambos empezaron a frotar su nariz en la glándula de olor contraria, impregnando el olor del otro aún más en el contrario.
Un ritual que ellos hacían cada día, para mantenerse tranquilos y cuerdos por el resto del día, hoy lo necesitaban mucho.
Megumi miro los ojos de su Alfa, la pregunta silenciosa fue aceptada por el mayor, quien recorrió un poco sus manos de la pequeña cintura, para posarse con la palma extendida, en el estómago del menor, dando pequeñas caricias.
— " Está aquí, Megumi" — hablo bajo, acercando aún más al pequeño en sus brazos, besando su rostro con la adoración de todos los días. — " Nuestro pequeño está aquí, sano y salvo" — .
El menor cerró los ojos, aliviado de que su pequeño cachorro estuviera creciendo sano y salvo en su interior.
Coloco sus mano encima de la del peliblanco, quien envolvió la suya, entrelazando sus dedos, fuertemente.
— " No vuelvas a preocuparme así, Gumi " — el pequeño suspiro del menor choco con los labios contrarios, los ojos esmeraldas miraron a los azules, turbulentos hace unos minutos, apaciguados en este momento.
— " Lo siento " —.
Megumi en verdad lo decía, admitía que fue imprudente de su parte intentar si quiera enfrentar a aquella maldición.
Había aprendido la lección, estuvo a punto de perder a su cachorro, aquel ser que nacería del amor de Satoru y el.
Se sentía muy afortunado, y aliviado de que nada malo le pasará a su pequeño.
El mayor beso suavemente los labios rosados, lamiendo el labio inferior, separándose solo un poco, rodando aún los labios contrarios.
— " Entenderás que ahora no te dejare en paz ni un minuto " — recibo como respuesta una mirada burlona, con un pequeño resoplido.
— " Nunca lo haces " —.
Inmediatamente fue más abrazado, con un Gojo Saturó meloso, y molesto, un Satoru relajado, tranquilo.
— " Bebé, tu mami ahora está siendo muy grosero" — el menor suspiro cuando la nariz de Satoru llegó a su glándula, las mejillas sonrojadas por lo dicho de su Alfa.
El brazo libre se enrollo alrededor del cuello del mayor, el menor descubrió aún más su cuello, dándole total acceso a su Alfa.
Sin palabras, Megumi consoló a Satoru, por qué sin necesidad de hablar, el menor entendió que Gojo, el hechicero más fuerte del mundo, había tenido miedo.
Asi que, dejo que Satoru lamiera, chupara, y besara sus glándula a su antojo, diciéndole silenciosamente que el estaba ahí, y no se iba a ir, que todo estaba bien.
Las manos entrelazadas no abandonaron el lugar en donde su cachorro se estaba desarrollando.
Y aquí traigo otro proyecto GOFUSHI.
Ahhh, no me paro de enamorar de está hermosa pareja.
Ya me leí todo lo nuevo que encontré, y me cansé de encontrar GoYuu cuando solo quería algo más de está pareja, jijiji.
Así que aquí está este oneshot, la canción no tiene nada que ver, lo sé, pero me pareció hermosa, y necesitaba algo para complementar este hermoso momento, jijiji.
Espero les guste, amo el género omegaverse, y con esta pareja, me voy a otro nivel, jiji, la canción ya tenía una historia, lo tenía.
Pero mis manos empezaron a escribir, y me encantó lo que salió.
Ya decidí que habrá más GOFUSHI con omegaverse, así que esperemos con ansias.
Ya se que tengo otros proyectos inconclusos, pero no me pude detener,
Espero que les guste el fic, muchos saludos y gracias a todos aquellos que apoyaron "mío" y posiblemente apoyen este, muchos saludos!!!!!!.
Nos leeremos pronto.
Bye
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top