Capítulo 7 Lo que aqueja a la mente y el corazón

Iguro Obanai nunca creyó que una gran pelea entre su mente y al parecer —vivo corazón— bueno, desde un punto de vista científico ya estaría muerto si este primordial órgano no siguiera latiendo, pero ¡no hablaba de eso, no! Eran precisamente sus "emociones" o "sentimientos" lo que le removían tanto que hasta por las noches veía reflejadas esas preocupaciones ¿por qué tenía que pasarle esto justo ahora? Él que había vivido bastante tranquilo y sin preocupaciones por las miradas de incomodidad y tristeza ante su seco trato, ahora solo podía pensar en el rostro sonriente de Mitsuūra Oiran al comer mochis

"¡¿Por qué?! ¿qué tenía eso de interesante?"

No podía explicarlo, pero al verla sonreír y decir que eran deliciosos mientras sus mejillas se tornaban rosadas, generaba una sensación extraña de cosquilleo en su estómago ¿tal vez verla comer le daba hambre? Al final, tampoco creía que pudiera ser eso, solo le daba gusto verla, se sentía cómodo, además ya había pasado la etapa de sorpresa al ver como Kaburamaru se dejaba tocar y acariciar por ella, primero pensó en que tal vez su querido amigo era un baboso por las mujeres hermosas, sin embargo la pequeña serpiente no parecía para nada interesada en la aprendiz "Miyoharu" y ella peor, solo se toleraban

Así que la belleza no era un factor que influyera en la pequeña serpiente blanca, en parte eso le había tranquilizado, ya que no por ser una persona hermosa, automáticamente debías ser buena, al contrario, era más esperado que fueran gente arrogante, déspota y mayormente interesados en ganar algo por dichos atributos, lo cual, según los rumores aquella descripción encajaba perfectamente con una Oiran o cortesana, ellas poseían la belleza y elegancia suficiente y por supuesto, eran conscientes de ello, precisamente las instruían para que pudieran sacar provecho de ello y así encantar a estúpidos hombres hasta dejarles sin un solo centavo

"Una acción vista como malvada, pero que a su vez es solo por sobrevivir"

Cada mujer de Yoshiwara debía tener una difícil historia que contar sobre su pasado y como terminó en tal horrible lugar, siendo desde el punto de vista de un hombre que fue usado y luego desechado una vez obtuvieron todo su dinero, ellas sin duda se volvían las malas, pero a fin de cuentas solo se trataba de comer o ser comido. Esto en un principio le había acostado aceptar, pues para él toda mujer era una gran alerta de tener cuidado, por eso se había rendido desde mucho antes a la idea de casarse o formar una familia porque no sentía que pudiera amar de la misma forma y el tema de un heredero, poco le importaba

Él no tenía la necesidad de dejar algo atrás como una memoria o legado, no era como Rengoku, quien a la larga si era importante que tuviera una familia, así que si su sangre y apellido morían con él, entonces así debía ser. Tal vez ya era momento de plantearse seriamente en hablar de aquello con su madre adoptiva; Rengoku Ruka, pues había sido únicamente por ella que había aceptado llevar a cabo la descabellada idea de Uzui, pues la misma le había demostrado que era una persona buena y gentil, una verdadera madre a la que respetaba y guardaba cariño

— Incluso muchas veces llegué a sentir celos de Kyojuro —soltó con una sonrisa apenada— porque a diferencia de mi...

"...Él si era su verdadero hijo, su sangre"

De todas formas, aquellos sentimientos se habían manifestado cuando aún era un niño, él también muy en el fondo anhelado aquella calidez que Kyojuro debía estar sintiendo al abrazar a su madre, sin embargo Ruka nunca le negó ese cariño o lo mantuvo exclusivo para sus hijos, sino que siempre le incluyó e incluso el mismo Kyojuro le hacia partícipe de ello. La familia Rengoku jamás lo dejó fuera o señaló de no llevar la misma sangre, pero los susurros y miradas de reproche de los desconocidos eran un recordatorio constante de su origen y que nunca podría ser capaz de cambiarlo

Por eso, al cumplir la mayoría de edad decidió independizarse y poder valerse por si mismo, si bien esto causó tristeza en la familia y en especial en Ruka, ella siempre respetó sus decisiones, aunque así mismo insistió en que su domicilio estuviera cerca para que así pudiera pasar a cenar y saber que estaba bien de salud. Iguro ya había volado del nido, pero a veces se sentía como si aún siguiera en el y realmente no le resultaba desagradable porque gracias a ellos, jamás tuvo que probar lo que era el rechazo, la soledad y el miedo al abandono, por eso les estaría en deuda toda su vida

— Obanai-san, incluso si hoy has decidido tomar un rumbo diferente y conducir la riendas de tu propia vida —le había dicho Ruka esa tarde en el gran portón de la villa— nunca olvides que esta casa siempre será tu hogar y yo también seré tu madre ¿lo entiendes? —inquirió esta vez con una suave sonrisa

Jamás podría olvidar ese día en que lloró por primera vez después de tantos años, creyendo que ya no guardaba más lágrimas para derramar, sin embargo ahí estaba él, llorando como si de un niño pequeño se tratara mientras se aferraba a aquella cálida mano, la misma que le acarició cada noche luego de una pesadilla o que colocó paños fríos para calmar su fiebre, en momentos malos como también buenos, Rengoku Ruka siempre estuvo allí y por eso, incluso si el sentía que temas como el amor, no eran lo suyo, al menos se aseguraría de que Kyojuro encontrara una buena esposa

Un ligero y claro golpeteó llamó su atención y el pelinegro supo que su invitado había llegado puntual como siempre. En su camino a la entrada, se perdió recordando sus primeros días como un hombre que vivía solo y Rengoku se había encargado de pasar a saludarle cada mañana, ir a comer o llevarle algún aperitivo, incluso comenzó a quedarse a dormir e Iguro terminó preguntándose si lo mejor no sería volver a casa, claro, esto le hizo sospechar de que quizás entre todos habían armado un extraño plan para que volviera

"Si se trataba de ellos, no me sorprendería"

— ¡Hey, Iguro! —exclamó un Kyojuro sonriente a modo de saludo— ¿cómo has estado? Madre te envía estas frutas —añadió pasándole una pequeña canasta— ¡puedo decir que todas están deliciosas y dulces!

— Si tu lo dices, debe ser cierto —se limitó en responder Obanai— pasa, ya he preparado el té

— ¡Umu, el té que preparas es sin duda delicioso!

Un suspiro que expresaba "ahí va de nuevo" salió del elogiado, si bien, muchos podrían burlarse de que un hombre preparara el té, poco podía importarle, ya que durante esos meses en casa y solo había tomado un extraño gusto por ese arte, las diferentes esencias, el color, la temperatura exacta, terminó volviéndose bastante minucioso en cuanto a esos detalles y antes de darse cuenta, ya contaba con mucho conocimiento. Ruka también había elogiado su té y ahora Rengoku lo hacia cada vez que podía, probablemente si probara también su comida le diría que sería un "buen esposo"

— ¿Cómo ha estado todo en casa? —inquirió cambiando de tema

— ¡Todos están muy bien! Padre ha estado algo ocupado impartiendo clases, además de hacer algunas reparaciones. Senjuro es joven, pero intenta mucho ser un soporte, es muy inteligente y en cuanto a madre, ella está muy bien, solo...

— Está muy al pendiente de que su hijo mayor consiga una buena esposa —completó el pelinegro por él

— No solo de mi, también espera lo mismo de ti —le recordó Kyojuro con una sonrisa— por supuesto, haré lo posible por cumplir su deseo, pero... aún no estoy seguro de que estoy buscando, nunca me había detenido a pensarlo

— ¿Hablas en cuanto a las características de tu esposa?

— ¡Umu, así es! ¿qué hay de ti, Iguro?

— Tampoco lo he pensado, de por si... no es que realmente me interese

— En parte, puedo entender el porque de ello —siguió hablando el rubio comprensivo— me temo que esa herida aún es profunda, pero Iguro, no creo que pro eso debas detenerte en querer a una persona a tu lado. ¡Claro, eso será cuando la encuentres! ¡Yo siempre te apoyaré de todas formas!

— Gracias, Rengoku —soltó Obanai pasándole su tasa de té, misma que su amigo se apresuro en tomar para degustar— por cierto, ¿cómo te ha ido con tu compañera? Creo que su nombre era... ¿"Koori"?

— ¡¡Puff...!! ¡Coff, coff! —la pregunta parecía haberle sorprendido, tanto que no pudo evitar atorarse con su té— es... "Koemi"

— Esto es inesperado, pensé que por ser tú, estarías mejor con ello

— Bueno, creo que estoy mejorando... —respondió aún tosiendo ligeramente— aunque a diferencia de ti, ella me dio un té muy amargo

— ¿Qué? ¿Una aprendiz de la oiran de la casa cometió tal error?

— ¡No, no fue un error! —rió Kyojuro al recordar esa mirada de picardía al haber caído en su venganza— podría decirse que me lo merecía

— Hum, entiendo. Te recomiendo tener mucho cuidado con las cortesanas, pueden llegar a ser muy engañosas y vengativas, peor aún si las has insultado —comentó Iguro mirándole de reojo— ese té amargo puede parecer una broma, pero algún día podría contener veneno

— Hum, creo que estás exagerando un poco —negó el rubio— es cierto que fue mi culpa, mi comportamiento de aquella vez fue descuidado, me lo merecía, pero llegar a tal extremo es demasiado...

— Muchos han subestimado a la otra parte y han terminado muertos, Rengoku —le recordó dibujando una expresión seria en su rostro— eso es algo que tu debes saberlo y mejor que nadie

— ¡Por supuesto! Aún así también es importante estudiar el comportamiento de la persona, a veces el cuerpo expresa más que las palabras y no he percibido ninguna mala intención venir de ella, así que no te preocupes, tengo mucho cuidado

— Entonces me quedo tranquilo, pero dime ¿ya has pensado o tienes una vaga idea de que características buscas en una esposa?

— Hum, pues... —para Obanai fue una sorpresa, no esperaba ver que Kyojuro se tomara en serio su pregunta— que tenga una mirada fuerte y seguridad sobre si misma ¡alguien que no dude!

— Eso es una sorpresa, pensé que probablemente escogerías a alguien con un carácter más suave y reservado —como Ruka— pero está bien, puede tener carácter cuando sea necesario y también ser más tranquila —no está tan alejado de su madre— ¿qué más?

— Siendo sincero, quiero ser capaz de comunicarme con mi esposa, que no piense en mi como la máxima autoridad o un superior, quiero alguien que pueda decirme lo que opina sobre una decisión. Tal vez sea extraño lo que digo, pero al ver a mi padre y madre convivir, puedo decir que un matrimonio es de dos y un paso importante para formar una familia

— ...Supongo que tienes razón —reflexionó Iguro ausente— ¿qué puedes decir sobre su apariencia? Bueno, creo que sin importar la persona que escojas, siempre vas a destacar

"Otra de las cortesías de los genes Rengoku"

— Creo que eso no es necesariamente importante... —negó tranquilo

— ¡¿Cómo que no?! —exclamó una vez que claramente conocían y ya ni siquiera les sorprendía

— Ya estabas demorando en aparecer —masculló el pelinegro seco al verlo bajarse de su techo

— ¡Hola Uzui! ¿Ya tienes una nueva misión? —inquirió Rengoku cordial mientras le veía sentarse a su lado de manera perezosa, parecía más bien algo... ¿aburrido?

— Solo pasaba por aquí y justo escuché una pregunta interesante, así que... ¡he venido aquí para iluminarles con mi gran conocimiento!

— Conocimiento un carajo —soltó Iguro hastiado

— Hmph, voy a fingir que no escuché lo que dijiste, pero ¡Rengoku, la pregunta de antes es muy importante! ¡Vital para tu vida nocturna!

"¿Vida nocturna?"

— No comprendo bien lo que quieres decir —negó Kyojuro y el dueño de la casa ya poco a poco se estaba dando una idea de hacia donde quería llegar Tengen con ese tema

— Bueno, no me sorprende de ti —suspiró Tengen monótono y sombrío— has de ser de esos que piensan que solo deben ponerla y ¡pum! llegará un bebé

Ante este último comentario por parte del shinobi, la expresión de ambos fue variando, empezando por Obanai que pasó de serio a desinteresado y Rengoku que parecía querer hacerle competencia a los mechones rojos de su cabello, sin duda, lo malo de estar en un grupo en donde todos —extrañamente— eran vírgenes. Uzui no lo entendía ¿por qué tenían que reaccionar así? Era como si estuviera hablando con niños pequeños y hasta donde sabía, todos eran adultos —y legales— ¡santo cielo! ¿Por qué las madres de todos tuvieron que acudir precisamente a él?

— ¿No crees que te estás adelantando demasiado? —soltó Iguro con una mirada de asco— todos estamos aprendiendo a relacionarnos y tú ya quieres tocar esos temas

— ¡Oh, por favor! No me voy a creer que todos se van a enamorar de alguien que luce igual que un pez bagre —negó Tengen sarcástico— es muy difícil y normalmente no te sentirías atraído por algo así, ¡es lo mismo con las mujeres! A ambos nos puede gustar la personalidad o el "buen corazón" que tenga la persona, pero también es muy importante que te atraiga fisicamente, de lo contrario, solo quedaría en la zona de amigos e incluso hermana ¿lo entienden ahora?

— Creo que un poco, si... —respondió Kyojuro aún confuso al respecto

— Entonces, Rengoku. Sin pena, dime ¿qué prefieres? ¿Pechos o trasero? Bueno, también te pueden atraer unas buenas piernas o caderas

— ¿...Qué?

— ¡Eso es demasiado, Uzui! —se quejó Iguro— ¡yo hablaba de otras cosas! ¡Como el cabello, la altura!

— Ah, pasé muy rápido. Bien, dinos lo que pide el abuelito amargado

— Pues... me gusta el cabello largo, la altura... creo que un poco más baja que yo, ojos grandes y decididos, pestañas largas y...

— Hey, Rengoku

— ¿Si?

— ¿No está describiendo a Koemi-chan ahora mismo?

— ...¡¿Qué?!

— Bueno, ella tiene el cabello largo, solo les separan pocos centímetros, por lo que pequeña, no es. Tiene ojos grandes y decididos, pestañas largas, así que posee una mirada que destila seguridad y fuerza —le recordó Tengen mientras Kyojuro se quedaba silencioso y confuso

— Uzui —le llamó Obanai con un tono molesto— ¿cómo es exactamente la personalidad de esa aprendiz que mencionas?

— Pues, una chica frágil y sumisa, no es —rió el shinobi palmeando su muslo— tiene una personalidad bastante fuerte, es inteligente, no se deja ver la cara de nadie y puede ser incluso algo intimidante con los clientes que quieren pasarse de la raya, pero así mismo es una muchacha gentil y servicial, claro, mientras no la molestes, por lo que mala persona no es, solo que... debería aflojarse un poco y más si vive en Yoshiwara

— ¿Qué quieres decir con eso? Siento que su forma de ser no va acorde a la personalidad de una cortesana, más bien es una tormenta

— Bueno, tampoco es que sepa mucho —negó el peliblanco alzando los hombros indiferente— sé que fue Karyū Oiran quien acogió a Koemi bajo su tutela, la ha protegido desde que llegó cuando tenía diez años al distrito

— ¿Qué? —balbuceó Kyojuro sorprendido— ¿tan pequeña y ya tenía que vivir en ese lugar?

— No es la única, la cuestión sería, si fue vendida por sus padres para pagar sus deudas o por otras razones...

— ¿El dueño no debería saberlo? Según tengo entendido, ellos llevan un registro de todas las señoritas que llegan allí —insistió el rubio aún asombrado por lo que escuchó antes

— Es cierto que llevan un registro, pero del valor que pagaron por ellas. A esa gente no les interesa si llegaron porque sus padres no tenían opción o en el peor de los casos, fueron engañadas y secuestradas. Sería difícil saberlo con certeza y una cortesana jamás te hablará de su pasado, al menos, no con la verdad

— También he escuchado eso, las cortesanas siempre te susurran dulces mentiras en el oído —comentó Obanai serio

— Sé que es difícil tomarlo como algo bueno, pero ellas no comparten su pasado, porque temen que algún cliente lo utilice para chantajearlas o hacerles daño —explicó Tengen— yo confío en mis contactos, además tampoco busco comprometerlas en algún problema, siempre es todo dentro de lo justo

— Aún así, eso no quita que algunas mienten hasta destruirte

— A fin de cuentas, tenía muchos malos entendidos sobre ellas y su forma de vivir —suspiró Kyojuro— Yoshiwara no es tan simple como pensaba, sin importar que, todas las mujeres que terminan allí son víctimas, pierden su libertad e identidad

— Así es, por eso siempre les pido que sean más comprensivos y abiertos, juzgarlas sin siquiera conocer como viven y porqué, es lo peor que pueden hacer

— De todas formas, dejando a las cortesanas de lado, hay algo que me preocupa...

— ¿Qué es ahora abuelito?

— Rengoku, sé que eres una buena persona y tienes principios muy firmes, pero debes recordar que esa aprendiz llamada "Koemi" es una cortesana y futura Oiran —declaró de repente tornando todo el ambiente tenso— ella jamás podrá darte el amor que buscas. Primero porque ellas no dan su corazón, sino mentiras y segundo, su atención y cariño pertenece a muchos, no es una mujer que pueda cumplir con el rol de esposa y madre, no lo olvides

— ¿A qué viene todo eso? —inquirió Tengen serio— Obanai, creo que...

— ¿Acaso estoy mintiendo? —le devolvió serio— una cortesana tiene solo dos funciones, ser hermosas como delicadas muñecas y calentar la cama del hombre que las compra, puede parecer que estoy siendo grosero, pero es una cruda verdad que todos deben recordar antes de que salgan heridos o decepcionados

— Hombre, bien. Es cierto que no hay mentira en lo que dices, pero en el caso de una Oiran...

— Uzui —le cortó empleando un tono autoritario y frío— esto es algo que deberías haberles advertido a todos desde el principio, una cortesana u Oiran, ninguna puede ser una esposa o formar una familia y lo sabes muy bien

La mirada en aquellos ojos bicolor era recta y determinante, en gran parte, el shinobi entendía la postura de Iguro en cuanto a trazar una línea en esa relación que era solo un contrato para alcanzar un fin, no podía haber nada más allá de eso y realmente, nunca se detuvo a pensar en ello. Él confiaba en el juicio de las chicas, sabía que para ellas, esto no era más que otra forma de devolver un favor, aún así, tampoco podía negarse al pedido de su amigo, y esa sola idea comenzaba a pesarle

"No, no creo que ellos caigan por estos encuentros"

— Agradezco la preocupación, Iguro —habló Kyojuro con su sonrisa de siempre— por supuesto que tengo presente cual es mi papel en todo esto, así que con la señorita Koemi solo debo aprender a cortejar a una dama, me esforzaré por alcanzar ese objetivo y dar por finalizado el contrato para que así cada uno siga su camino, solo espero y de manera sincera, contar con ella como una amiga o conocida

— Si lo sabes, entonces está bien —ya habían reído suficiente de aquella charla, por lo que Obanai no tuvo problema en dejarla hasta allí

— Bueno, siguiendo con el punto de antes... —aplaudió Tengen trayendo el ambiente divertido de antes consigo— con respecto a las otras preferencias para una buena vida nocturna...

— ¡Largo de aquí, Uzui!

La conversación siguió un poco más plagada de comentarios "pervertidos" de Tengen y miradas de fastidio de Iguro, Kyojuro únicamente opinaba de vez en cuando, pues una extraña sensación se había quedado prendada en su pecho ante las palabras duras del pelinegro y no entendía exactamente qué le aquejaba. Después de unos minutos, el peliblanco sacó unos pastelillos que llevaba consigo, era precisamente mochis de Sakura y la duda se plasmó en aquellos ojos dorados al ver la mirada ausente y extraña de Obanai

Poco él sabía sobre los pensamientos correctos y contradictorios que aquejaban la paz de su amigo. Mochis de Sakura, dulces que parecían ser el aperitivo favorito de Mitsuūra Oiran, incluso le resultaba bastante irónico que estuvieran decorados del mismo color que su largo cabello ¿por qué tenía que pensar en ella ahora? Incluso ver a Kaburamaru reposar a su lado le recordaba como lo acariciaba sin ningún atisbo de miedo, el como sonreía y sus mejillas parecían también querer tornarse de un suave rosa

"Esto es una molestia, no me gusta"

¿Por qué tenían que pasarle estás cosas a él? No le gustaba para nada el como se estaba sintiendo, se había disculpado lo suficiente en ese momento, pero las miradas de desconfianza y enojo por parte de aquellos ojos morados le pesaban. Él no había sido el culpable de que resbalaran, más bien hizo lo posible porque ella no saliera lastimada, era cierto que habían quedado bastante cerca y que si otra persona les hubiera visto, habría generado muchos malos entendidos y problemas —Pues Miyoharu al ser una aprendiz, no podía tener ese tipo de contacto y menos si estaba al cuidado de la Oiran principal— no era tampoco necesario tomar esa actitud

¿Qué si al final era todo su idea? No, estaba demasiado seguro de que Miyoharu estaba molesta... o ¿borde? Y no sabía exactamente que hacer, pues no deseaba ir a la siguiente reunión y que estuviera enojada. Especialmente porque Tomioka Giyuu no era bueno para lidiar con ese tipo de situaciones, inclusos sus amigos cercanos —solo cuatro a excepción de uno— terminaban más furiosos luego de "hablar" sobre el tema y los pocos enojos de mujeres que había visto, siempre terminaban en cachetada, agua, muerte desconocida o simplemente, desaparecían...

De verdad que él no deseaba terminar así, pero estaba muy seguro de que si su hermana Tsutako estuviera en casa, probablemente le diría que la solución era dar una disculpa sincera, tal vez añadir también un bonito presente para que viera que la intención era franca, pero ¿qué era lo que podía llevar? Siempre había escuchado que a las mujeres les gustan las flores, los adornos o joyas y también un poema hecho a mano. Punto malo, él nunca había escrito uno y sería algo extraño recibir uno que solo pidiera disculpas

"Hoy te pido perdón, por tocar tu pulcro cuerpo...

Hoy te pido perdón, por aplastarte contra el suelo..."

— Creo que ya recuerdo porque siempre se me dio mal la poesía —pensó para si mismo suspirando

Era mejor pensar en otro presente, lo que seguía en lista, eran las flores, aunque ¿cuál podría ser la favorita de Miyoharu? Si hacia memoria, siempre que había pasado por una florería veía tantos tipos y colores diferentes que resultaba confuso y difícil elegir, además estaba la alta posibilidad de que tampoco le gustaran ¿qué debía hacer en ese caso? Ahora, las joyas le resultaban una pésima idea, además sentía que dar una, era una clara señal de cortejo y él solo buscaba disculparse ¿por qué desde su perspectiva todo tenía que ser tan difícil?

Era muy seguro que el problema residiera únicamente en él, quizás el matrimonio no iba consigo, no cuando, ni siquiera era capaz de escoger un presente para disculparse. Aún así, muchos le habían dicho que tenía la imagen y porte de un buen partido —normalmente comentarios de sus únicos cuatro amigos— no tenía ningún vicio o deudas, era alguien de carácter tranquilo —frío— pero pese a tener tales cualidades, al final del día y para gran sorpresa, no estaba casado y en cambio, Uzui si, y no con una, sino tres ¡tres esposas!

"¿Cómo es que lograba convivir con las tres?"

Una pregunta más que añadiría a su larga lista de "preguntas que pienso, pero no me atrevo a hacer" aunque eso le llevó a otra respuesta, tal vez ¿el obsequio era algo que debía consultar con Tengen? Después de todo, él era el que mejor las conocía y todo iría bien, mientras no le saliera con alguna sugerencia extravagante y descabellada, aunque esto último le resultaba muy probable que sucediera, ya que su amigo era alguien ostentoso y brillante, estaba acabado.

No tenía ni una sola idea que le resultaba convincente para hacer, quizás su única ayuda era rendirse, sentarse y suspirar hasta que llegara la noche, pero la ligera tos de alguien le sacó de sus pensamientos e hizo pegar un pequeño brinco en su sitio, su querida hermana había llegado y no estaba sola, pues de manera muy inesperada, Shinazugawa Sanemi venía con ella, aún así, eso no quitaba que le había dado un buen susto, mismo que se podía apreciar en su rostro, cuya expresión parecía casi no variar

— Tsutako-nee, Shinazugawa... —susurró a modo de saludo mientras intentaba calmar su ansioso corazón, al menos este último seguía dentro de su pecho

— He llegado y en el camino me topé a Shinazugawa-san, me comentó que deseaba hablar contigo, así que le dije que pasara —le comentó con una suave sonrisa— pero ¿qué estás haciendo aquí? —inquirió cruzándose de brazos, al menos, lo que le permitía su enorme barriga

— ...Pensando, pero ¿está bien que andes caminando? —le devolvió preocupado— pudiste haber dejado que Shinazugawa entrara solo

— ¿En que cosas podrías estar pensando tú? —habló Shinazugawa bostezando— ¿planes frustrados que te lamentas suspirando?

— ...¿Qué es lo que necesitas hablar?

— Seré breve —respondió Sanemi viendo a Tsutako marcharse para darles privacidad— tu compañera es... "Miyoharu" ¿verdad? La aprendiz a cargo de Mitsuūra Oiran ¿no?

— Si, así es —le confirmó el pelinegro asintiendo— ¿por qué lo preguntas?

— Bueno... —titubeó Shinazugawa— solo curiosidad, he escuchado algunas rumores sobre ella, es bastante popular...

— Es así... —la respuesta pareció convencerle— ¿eso es todo lo que querías preguntar?

— Algo así, pero tu ¿qué estabas pensando antes? Es raro que te quedes así por algo

Los profundos ojos azules de Giyuu miraron en dirección a su compañero con algo de sorpresa, era poco común que el peliblanco se preocupara por lo que aquejaba a otros, pues ya cargaba con suficientes responsabilidades y preocupaciones, sin embargo tampoco sentía que estuviera mal contarle su pesar, así que respondió sin rodeos e incluso Sanemi se mostró de acuerdo con algunos de sus pensamientos. Tal vez por el simple hecho de que ambos eran unos completos inexpertos solteros

— ¿Realmente estás seguro de que está molesta? Ya desde antes he escuchado que tiene carácter, así que su reacción puede deberse a su manera de ser —soltó inexpresivo— lo más seguro es que cuando vuelvas ya esté como siempre y tu con un regalo raro, solo lo empeorarías

— Creo que tienes razón, si...

— Entonces no lo pienses demasiado, solo actúa como siempre, es lo mejor para superar ese momento. Recuerda que como cortesana y futura Oiran, ella verá por si misma, no puede estarse preocupando por las acciones de otros, así que olvidalo y sigue

Incluso los consejos de Sanemi eran un tanto toscos o directos, sin embargo para Giyuu fue realmente una ayuda, mejor que una solución proveniente de Tengen, por lo que al sentir que todo iría para mejor pudo relajarse y soltar un suspiro. El silencio les envolvió mientras observaban el cielo despejado y algunas aves transitar por este, sin embargo el ojiazul sintió que ese momento era sin duda, agradable, no habían molestias y malos entendidos de por medio, solo dos conocidos y amigos hablando sobre sus preocupaciones de solteros

Aún era muy pronto para que ellos pudieran saberlo, pero quizás, aquella reunión sería la primera de muchas, porque los lazos del destino, siendo tan inesperados y capaces de enredarse, sin duda, volverían a unirles en un futuro cercano. La brisa propia de la tarde agitó sus cabellos de tonalidad gris y Sanemi, sumergido en sus pensamientos, solo podía pensar en un encuentro que sin duda le había generado bastante curiosidad al respecto, la pregunta de antes fue solo una confirmación, pero él se topó con la aprendiz Miyoharu al hacer una guardia

Ambas tenían el cabello negro, pero Miyoharu llevaba mechones de un suave morado al igual que sus ojos, sin embargo su manera de mirar, la sonrisa y el característico broche de mariposa que había como parte de los accesorios que reposaban sobre la cómoda cercana de la Oiran Karyū, esta aprendiz también llevaba uno consigo ¿podía ser posible? Era claro que ninguna diría nada y aunque solo estaba especulando, pues no conocía sus nombres reales, ni procedencia, pero ¿qué si la Oiran más codiciada y la aprendiz audaz y hermosa eran... hermanas?

— Puede ser muy posible... —susurró con el ceño fruncido y Giyuu a su lado, solo pudo empezar a preocuparse ¿acaso había dicho algo malo para enojar a Shinazugawa?

"Se sale de un problema, para entrar a otro"

Los problemas siempre eran sencillos de surgir, incluso por el detalle más pequeño o una pregunta planteada en el momento incorrecto. Kyojuro no se arrepentía de ello, lo dijo como algo casual, pues su curiosidad había sido mucho mayor, sin embargo la sorpresa brilló poco en aquellos ojos esmeralda para luego ser reemplazada por una expresión que reflejaba tristeza, incluso dolor ¿por qué parecía como si fuera a romperse? Ese momento de vulnerabilidad fue enterrado por el sentimiento de desconfianza, Koemi le miró con recelo y cautela mientras tomaba distancia

— ¿Por qué pregunta por el nombre de una aprendiz a cortesana? —le devolvió en un tono frío— ese tipo de cosas no le aportaran nada, es irrelevante preguntar, pues ahora mismo solo soy "Koemi" la aprendiz de Karyū Oiran

— Eso... lo sé, pero no pude evitar preguntarme, pues... —titubeó un poco nervioso y tímido— creo que no es un nombre que te vaya mucho...

— Ahora mismo está siendo muy irrespetuoso, Rengoku-san —negó la peliverde dandole la espalda— no pregunte lo que no le incumbe, solo céntrese en prepararse para nuestro próximo encuentro, pues todo dependerá del esfuerzo que ponga, de lo contrario, el contrato llegará a su fin

— Lo entiendo, me disculpo...

"Pero no pienso rendirme, quiero saber sobre ti"





¡Hola con todas! Finalmente pude terminar de detallar este capítulo, lo tenía en su mayoría escrito en un cuaderno e iba pasando poco a poco, ¡es bastante divertido y refrescante escribir esta historia! Por favor, no se enojen con Iguro, puede que suene duro, pero tampoco dice mentiras, sin embargo debe aprender a controlar mejor su "odio" hacia las mujeres" o de lo contrario no se dará cuenta de lo que podría perder por eso, así mismo aclarar que la opinión de Uzui en cuanto a lo dicho por Kyojuro es un poco exagerada jajaja, pues hay muchas chicas con cabello largo, ojos grandes y demás, solo que a Tengen le gusta molestarlo, pero igual les confirmo que el solecito no está enamorado, lo único que si podría ser es que se sienta atraído y es normal, todos —menos Obanai orgulloso— han reconocido que sus compañeras son hermosas, así que es muy natural que eso suceda, solo que la inocencia y torpeza de Rengoku en cuanto a estos temas ¡no le permite darse cuenta! Otra cosita, estaba pensando que a partir del próximo capítulo, podría abrir una sección de "Rumores de Yoshiwara" para así compartir una que otra curiosidad del cap ¿qué opinan? ¿Les gustaría? Ahora si, sin más que decir, me despido ¡besos!

Andysakurai15 

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