Capítulo 5 Una noche no deseada
La noche ya habían encendido las casas y calles de Yoshiwara en donde ya se podían apreciar algunos clientes iban llegando, después de todo ese día era especial, ya que muchas jovencitas cortesanas habían alcanzado la mayoría de edad, por lo que se llevaría a cabo la ceremonia conocida como "Tsukidashii" en donde estas nuevas cortesanas por decisión propia tomarían un cliente por primera vez. Aquello sin duda les vendría de maravilla porque podrían ganar mucho más dinero para sus familias
"Por decisión propia ¿eh?"
Aquellos hermosos ojos dorados terminaron por oscurecerse ante el pensamiento mientras una sonrisa sarcástica surcaba su rostro. Cada vez era más complicado para Shinobu soportar la doble cara de Yoshiwara, pues claramente todas las jóvenes allí habían sido vendidas como esclavas, no tenían voz, ni voto en su vida, ya que sus cuerpos les pertenecían a los propietarios de la casa y por razones obvias, los mismos no iban a dejarte vivir como si nada si al alcanzar la mayoría de edad no vendías tu cuerpo
— Me dan asco —susurró para si misma molesta
— ¿Estarán bien? —habló una jovencita no muy lejos de ella, sus ojos estaban fijos en algo y parecían llenos de curiosidad sobre lo que sea que estuviera viendo
— ¡Hoy debutaran como cortesanas, no pueden fallar! —siguió otra que parecía estar mucho más nerviosa que las verdaderas debutantes
— Si yo estuviera allí, creo que ya me habría desmayado —soltó la última y más pequeña— aún me faltan dos años, pero... da algo de miedo
Gracias a sus comentarios, la pelimorada no tardó en entender que era lo que estaban viendo, por lo que se movió con discreción hasta situarse a sus espaldas y como si fuera la primera vez que lo hubiera visto, sus ojos recorrieron la gran habitación llena de cojines finos en donde reposaba una hermosa cortesana, todo esto mientras eran alumbradas por una luz dorada, sin embargo no estaba cerrado por completo, ya que ese espacio daba para la calle en donde transitaban las personas para que pudieran ver la nueva mercancía
Habían altos barrotes que iban en vertical y horizontal simulando una especie de prisión o jaula, pues Shinobu no podía verle otra forma. Es allí donde las nuevas debutantes por esa noche se exhibirían con sus mejores kimonos, adornos, peinados y maquillaje, todo para que los hombres al pasar contemplaran su belleza y se acercaran a comprarlas por esa noche. Normalmente las cortesanas de bajo rango hacían eso cada noche, pero por hoy las más jóvenes tendrían ese trabajo
"Es como si estuvieran exhibiendo algún animal exótico"
— Ara, ¿qué hacen aquí señoritas? —habló una mujer sorprendiéndoles, se trataba de otra Oiran de la casa "Kurumi" ella vendría a ser lo opuesto a Mitsuūra Oiran, pues todo en ella era maduro y sensual
— ¡Kurumi Oiran! —exclamó la primera sorprendida— eso... hoy nuestras "Nee-san" harán su debut y estábamos algo curiosas al respecto
— ¿Sobre qué? Muy pronto llegará el momento en que entren en aquella habitación para convertirse en verdaderas cortesanas
— Pero ¿no tuvo miedo cuando debutó como una? —inquirió la segunda— es que... compartir la cama con un hombre que no conoces —añadió sonrojándose— ¿qué sucede si no lo hacemos bien?
— ¡Oh, es eso lo que les preocupa! Bueno, entiendo que sea así, pues a diferencia de las aprendices a Oiran, las cortesanas de bajo rango no obtienen mucha educación o conocimientos sobre el tema ¿no es así, Miyoharu-san? —cuestionó la mujer dirigiéndose a la pelimorada por su nombre de cortesana— seguramente Mitsuūra Oiran ya te ha instruido sobre darle placer a un hombre ¿cierto?
"Que cínica es..."
— ¡Miyoharu-san! —le saludó la tercera— ¿usted también ha venido a desearles suerte a nuestras hermanas?
— Solo pasaba para pedir unos dulces para los clientes de hoy de Mitsuūra Oiran, realmente no creo que sea correcto desear "buena suerte" cuando vas a vender tu cuerpo, ya que nosotras no disfrutamos de esto
— Es cierto... —susurró la menor apenada— pero creo que me daría mucho más miedo fallar y ser denigrada al nivel más bajo...
— Tienes toda la razón, en Yoshiwara solo buscamos sobrevivir cada día y es por eso que se termina volviendo una competencia constante —reflexionó Kurumi— entonces ¿quisieran saber como seducir a un hombre? —inquirió esta vez con una sonrisa cómplice
— ¡Si es información que viene de una Oiran, definitivamente quiero saberlo!
— Bien, entonces presten mucha atención... primero deben aprender a coquetear fluidamente, deben acercarse de manera casual y mirarlo sutilmente, como si estuvieran observaban a alguien que admiran de lejos —siguió hablando y todas escuchaban atentamente sus instrucciones— si quieren jugar la carta de "evocar simpatía" una herida puede convertirse en un arma útil, intenten tambalearse grácilmente
"¿Siquiera se puede caer grácilmente?"
A la cabeza de Shinobu solo vinieron imágenes de gente cayéndose de manera muy tonta y graciosa, sin embargo era cierto que si al usar kimono apretaban el paso, podían llegar a tropezarse, aún así lo seguía viendo complicado y también ¿qué quería decir exactamente con "coquetear"? Es complicado pedirle eso a jovencitas que no han tenido ni siquiera una pareja, les estaba pidiendo cosas muy complicadas, pues era muy fácil hablar de dientes para afuera
— Una vez estén en los brazos de su hombre, busquen atraer su atención con el perfume de su cuello y sin perder un solo momento, dediquen una mirada húmeda, dulce y de completa admiración. Con eso será suficiente para tenerlos en sus manos y por supuesto, luego tendrán que esforzarse en conocer todo sobre el cliente, saber sobre sus gustos les dará puntos adicionales
— ¡Entiendo, como se esperaba de Kurumi Oiran!
— Aunque envidio un poco a Mitsuūra Oiran —suspiró una de ellas cabizbaja— al ser una gran belleza que rebosa un encanto dulce e inocente muy pocos clientes la miran de forma lasciva, no por algo es la Oiran de la casa y también vive únicamente de las artes
— Es cierto, ella puede decidir si vender su cuerpo o no, en cambio nosotras no tenemos opción, no si queremos ayudar a nuestra familia
— Las aprendices a Oiran también tiene suerte ¿no es así, Miyoharu-san? —cuestionó la tercera de repente sorprendiéndola
— Eso... bueno, podría decirse que es cierto que me siento agradecida de estar al cuidado de Mitsuūra Oiran —Shinobu no podía negar los beneficios de su puesto en la casa, pues eso sería como burlarse de las circunstancias en que se hallaban las demás y no era ese tipo de persona tan rastrera
— Yo no diría que se trata de suerte —negó Kurumi mostrando un porte orgulloso— todas cuando llegan aquí siendo pequeñas son seleccionadas como Kamuro, sin embargo si a cierta edad no poseen la belleza o inteligencia suficiente, entonces no sirven. No cualquiera puede ser una Oiran y por lo tanto es que existen los rangos más bajos en donde es tu cuerpo o la muerte
— Bueno, es cierto que todas tenemos la oportunidad...
— Entonces no hablen como si fuera nuestra culpa, son ustedes que no pusieron el suficiente empeño en sus estudios o que no se cuidaron lo suficiente, por algo existen diferentes tipos de flores, aquellas finas y hermosas y luego las sencillas que crecen en las praderas. Al menos agradezcan que pueden vender su cuerpo y conseguir dinero
— Kurumi Oiran —le llamó la pelimorada al notar en ambiente tan tenso y la vergüenza brillar en los rostros de esas tres muchachas— no tiene que ser tan dura con ellas, se supone que todas estamos detrás del mismo objetivo y... esto es el distrito de las flores, quiere decir que todas las mujeres aquí son hermosas, pero muy pocos llegan a la posición de Oiran de manera limpia como Mitsuūra Oiran
El rostro de la Oiran Kurumi enrojeció ante las palabras de la aprendiz mientras las mas jóvenes observaban confusas, era claro que había algo de por medio en las palabras dichas por Miyoharu, ellas no sabían la historia sobre como Kurumi había llegado a la posición de Oiran. En el pasado habían tres cortesanas para la posición más alta, pero la segunda se volvió la prioridad de la tercera, por lo que un día mientras tomaba un baño decidió tirarle ácido para desfigurarla
Por supuesto, todo quedó en un accidente para proteger la reputación de la casa, pero esa muchacha fue enviada a uno de los burdeles de más baja categoría, en donde finalmente murió. Kurumi nunca le prestó atención a MItsuūra Oiran, pues creyó que su apariencia dulce e inocente no podría opacar su sensualidad y destreza en cuanto a la intimidad, sin embargo nada salió como ella esperaba y pronto Mitsuri tomó la posición que la mujer tanto codiciaba
— Hum, a veces me cuesta creer que seas la aprendiz de Mitsuūra —rió Kurumi suavemente— no se parecen en nada, ya que tu tienes la sutileza de un animal venenoso
— Ara ¿en serio? Tal vez tengo más en común con Kurumi Oiran ¿no? Aunque yo puedo vivir tranquila mientras no me molesten, no soy devorar a mi competencia por miedo —le devolvió la pelimorada con una sonrisa falsa para luego realizar una reverencia y retirarse
Era la primera vez que hablaba demasiado con aquella mujer, ya que desde el primer momento en que Shinobu le conoció, sintió que no era una persona muy noble o limpia. Muchas veces Kurumi había intentado echar a perder la reputación de su mentora, al parecer detestaba la constante comparación entre ambas, pero eso no le daba poder para ser cruel con las nuevas cortesanas. Un suspiro escapó de sus labios al notar que estaba perdiendo la compostura, pero entonces los supuestos consejos de esa mujer llenaron su mente y Shinobu sintió que iba a perder la cabeza
"En primer lugar ¿por qué me quedé a escuchar?"
Ella tenía muy claro su objetivo, si había escogido volverse una Oiran fue precisamente porque podría obtener mucho dinero para su cometido, no tenía ninguna ambición o intención de quedarse allí y vender su cuerpo, jamás lo haría o entonces se suicidaría. La primera vez que había dicho aquello, Mitsuri se había alarmado tanto que casi sufre un desmayo, igual lo decía por el calor del momento, pero incluso ella misma a veces tenía miedo, miedo a ser tomada por cualquier hombre, miedo a perder su libertad y así misma
— ¡Descuida Miyoharu-chan! —soltó Mitsuri dandole un abrazo— estás bajo mi cuidado y también eres muy inteligente, por lo que no voy a permitir que te vuelvan una esclava de esta casa, definitivamente podrás irte cuando hayas cumplido con tu cometido
— Si, yo también nunca me dejaré embaucar en nada extraño
— ¿Ni siquiera el amor?
— ¿Ah? Eso es una tontería, puede existir todo menos amor en Yoshiwara
— Yo no pienso eso —negó su mentora con una mirada llena de esperanza y sueños— la razón por la no he aflojado mi obi es porque... ¡quiero enamorarme! Mi cuerpo es mío, pero también quiero entregarme de manera sincera a quien ame
— ¿Y si él no es sincero? He escuchado muchas veces que el amor nos vuelve ciegos y torpes ¿no le da miedo entregar todo de si misma a la persona incorrecta? Para ellos es fácil vivir algo de una noche y marcharse, mientras las mujeres aquí se marchitan ante el engaño
— Es cierto que si el amor fuera tan fácil de encontrar, entonces no habría razón para existir de Yoshiwara —reflexionó Mitsuri con un deje de tristeza— pero si no tengo esperanza, entonces yo también me marchitaré, por eso quiero creer que conoceré a un buen hombre que incluso si luego decide marcharse... podré atesorarlo en mi memoria y decir que como una Oiran amé una vez y lo di todo por esa persona
— ¿Incluso si eso rompe tu corazón? Yo no podría arriesgarme a algo así, la tradición es algo imperdonable
— ...Ya veo, entonces yo tal vez sea un poco tonta —rió su mentora apenada, sin embargo de repente era como si la nostalgia brillara en sus ojos verdes como el limón
— Mitsuūra Oiran, antes cuando escuché los "consejos" de seducción de Kurumi Oiran, de repente tuve curiosidad
— ¿Sobre qué?
— ¿Usted alguna vez ha seducido a alguien?
— ...¡¿Ehhhhhh?! —exclamó Mitsuri tan roja como un tomate mientras se apresuraba en negar con su cabeza— ¡no, no, para nada! Yo... no creo que me salga ser sensual con un cliente, siempre termino siendo algo torpe
Shinobu también intuyó que la respuesta sería "no" ya que Mitsuūra Oiran a veces era algo torpe en cuanto a la danza o caminar con la vestimenta pesada, bueno era un rasgo lindo y único, por lo que no podía imaginarla dejando ver su piel o tocando a un cliente. Era claro que ambas Oiran eran completamente diferentes, pero su mentora tenía en ella que le hacia querer seguir observando, ya que era una persona transparente y dulce, probablemente era la única mujer sincera en todo Yoshiwara
"No, Koemi también es sincera, pero... le falta tacto y dulzura"
— Por cierto ¿cómo le habrá ido hoy a Karyū Oiran y Koemi-chan?
— Ah... ¿es acaso usted adivina? Justo estaba pensando en ello
— ¡Es que estoy muy curiosa, aposté con Karyū-chan de que ese joven volvería!
— ¿Habla del primer cliente de Koemi?
— ¡Si! ¿Tu no lo crees?
— Pues tendría que ser algo masoquista, ella prácticamente le dejó con su orgullo de hombre por el suelo
— Hum, es cierto, pero a veces una jovencita hermosa y rebelde como ella puede resultar un encanto para un hombre serio como aquel —probablemente Mitsuri ya estaba armando toda una historia de amor en su cabeza— ¡ese sería el primer amor de Koemi-chan!
— ¿No cree que se está apresurando? A diferencia de usted, Koemi y yo no disfrutamos estar aquí para nada, en especial Koemi, ella odia Yoshiwara y es mucho más centrada y seria al respecto, no creo para nada que pueda abrir su corazón en el lugar que más detesta
— Nadie manda en el corazón y siendo ella tan joven e inexperta, puede que las cosas solo surjan
— Entonces, espero que eso no suceda —negó Shinobu frunciendo el ceño— ¿acaso ya ha olvidado lo que nuestras antecesoras siempre decían? "Para una cortesana que experimenta el amor, es en realidad el inicio de un infierno" por favor, nunca borre eso de su mente
Mitsuri ya no dijo nada más ante las palabras de su aprendiz, probablemente había dejado que su lado romántico se le fuera de las manos, sin embargo algo le decía que los cuatro jóvenes que estaban a su cuidado era buenas personas, hombres honorables, aunque este último pensamiento le hizo bajar la cabeza resignada. Ellos no parecían ser cualquier persona, habían ido allí a engaños de Uzui, pero eso no significaba que estuvieran viviendo en el mismo mundo y desde el punto de vista de cualquier otra persona, ninguna mujer de Yoshiwara, por más hermosa y fina que sea, no era digna, ni dejaba de ser lo que era...
"...Una prostituta"
— ¡Mitsuūra Oiran, Iguro-sama ha llegado! —exclamó una de sus kamuro irrumpiendo en la habitación
— ¡Oh, que bien! —festejó la misma feliz de poder ver nuevamente a la pequeña serpiente— por favor, guíenle
— ¡Si!
Cinco minutos más tarde, Iguro Obanai estaba de pie frente a la Oiran y a diferencia de antes, su expresión no era tan dura y oscura como en el primer encuentro, más bien parecía que se había relajado un poco, sin embargo aún percibían algo de desconfianza y recelo hacia ellas. Shinobu soltó un suspiro mientras rogaba a los cielos que le dieran paciencia, pero los minutos seguían pasando y no había ni un solo rastro de ese hombre seco ¿qué había sucedido? La pelimorada miró en dirección de Iguro en busca de una respuesta, pero este último le ignoró por completo enojándole
— Hum ¿hoy no ha venido Tomioka-san? —inquirió Mitsuri luego de unos minutos
— Se retrasó un poco —respondió Iguro mientras veía como nuevamente Kaburamaru se dirigía al regazo de la Oiran
— Es así, entonces ¿por qué no vas a recibirlo, Miyoharu-chan? —le sugirió con una sonrisa cómplice— no habrá problema, aún eres una aprendiz
— Entendido, eso haré
Shinobu siguió el consejo de su mentora y se encaminó hacia la salida a la espera de su "compañero" ya la mayoría de clientes habían comprado a alguna cortesana de la casa y la habitación en donde residían las debutantes ya estaba vacía. Pensar en eso le hizo preguntarse si ahora mismo, esas pobres chicas no estarían asustadas, tener que ser desnudada y tomada por un desconocido, ella simplemente no podría ser tan dócil, sin embargo no había otra opción, era eso o que sus familias murieran ¿cómo su nee-san pudo tolerar todo eso? ¿Nunca tuvo miedo? ¿No pensó en huir?
Una sonrisa agridulce surcó su rostro mientras los recuerdos de cuando era una niña venían a su mente, su hermana, quien se marchó a un supuesto viaje y nunca volvió, las cartas en donde detallaba que era feliz y estaba aprendiendo diversas cosas, los silenciosos de sus padres, el dinero que antes escaseaba, ahora no les faltaba. En ese entonces realmente creyó que Kanae aunque estuviera lejos, era feliz mientras hacia su propia vida, pero ¿cómo pudo ser tan tonta y ciega?
"Por nosotros, Nee-san..."
— ¿Estás llorando? —habló una voz masculina captando su atención, ni siquiera había escuchado sus pisadas al acercarse y aquellos profundos y distantes ojos azules, le miraban curiosos
— ¿Por qué estaría llorando?
— Eso... tenías la cabeza gacha y los labios apretados, como si trataras de aguantar algo
— No porque tenga la cabeza baja o los labios apretados quiere decir que estoy llorando ¿acaso no lo sabe? Es una vergüenza que una cortesana derrame lagrimas —declaró esta vez con una mirada inalterable
— ...Ya veo
— Si lo ha entendido, entremos. Para empezar es también una falta de respeto que llegue tarde, sé que lo nuestro es solo para que pueda conseguir una buena esposa, sin embargo también piense un poco en mi posición, si los demás ven que mi primer cliente es así, pondrá en riesgo mi honor y posición —le recordó pellizcando ligeramente su pecho.
Ya que su cliente había llegado, la pelimorada se dio vuelta para instarle en que le siguiera hasta la sala asignada en donde podría atenderle, Giyuu le miraba desde atrás silencioso y sentía que probablemente terminaría con alguna molestia en el cuello al tener que mirar hacia abajo en cada encuentro. De repente comenzaron a surgirle muchas dudas con respecto a su compañera, desde su fino y elegante caminar, hasta su rostro que siempre tenía una expresión seria y amenazante
Aún así eso no quitaba que fuera una de las mujeres más hermosas que había visto, incluso sentía que desde su pinta de vista, Miyoharu resaltaba más que Mitsuūra Oiran ¿o tal vez era su gusto? Le agradaban esos mechones que adornaban su pequeño rostro aunque le costaba creer que tuviera diecisiete años, pues en el primer encuentro pensó que tendría quince. En su momento se lo había comentado a su mentora y la misma le dio como consejo que jamás dijera tal pensamiento enfrente de ella
— Hoy limpiaron las escaleras y untaron un aceite especial, por favor tenga cuidado al subir —le alertó
El silencio fue su única respuesta y Shinobu soltó un suspiro de derrota, ya no debería esperar nada de esa persona, pues era tonto ilusionarse con solo unas pocas palabras, pero aún así le molestaba no recibir ni siquiera un simple monosílabo de afirmación. Centrada en sus propios pensamientos apretó el paso tratando quizás de dejar a la persona que le estaba causando molestia, los ojos azules le miraron confusos e intentó alcanzarla también apresurando su caminar
Solo quedaba una escalera para entrar a esa habitación y sentarse en silencio durante una hora o más, ¿por qué él tenía que ser así? En la primera reunión se había mostrado más comunicativo con Mitsuūra Oiran ¿acaso ella le desagradaba? ¿O quizás la elección de pareja no le había convencido? Si era eso, al menos debería ser sincero y decirlo, no callarse todo y portarse de esa forma. Miyoharu estaba llevando a cabo una pequeña tormenta en su interior y deseosa de calmar ese sentimiento volteó de golpe para encarar a aquel frío hombre
Su propia advertencia le jugó en contra y pronto sintió que su pie no había tocado el escalón y su cuerpo perdía el equilibrio, estuvo a punto de gritar asustada, pero la persona ante ella se lanzó dispuesto a ayudarla, aunque al parecer este último también se tambaleó dando como resultado que Shinobu quedara recostaba sobre los escalones y Giyuu encima de ella, aún así había logrado agarrarse con una de sus manos al pasamanos y con la otra sostenido de cabeza o se habría lastimado
— ¿Se encuentra bien? —le escuchó decir, pero en ese momentos los latidos de su corazón resonaban con fuerza en sus oídos
Ese momento y situación, era sin duda la primera vez que le pasaba, nunca había tenido un hombre tan alto y grande sobre ella, quien claramente era mucho más pequeña y frágil comparado con este. Tenía brazos fuertes, podía decirlo por el agarre al barandal y como sostenía su cabeza para evitar el golpe, aún así su rostro había quedado atrapado en su cuello en la pequeña caída, por lo que aún podía percibir su cálido aliento, de repente todo en él era tan masculino que la hacia sentir tímida y débil ¿acaso ese era el sentimiento que sus compañeras sentían al compartir la cama con un hombre?
"No, necesito moverme, debo alejarme..."
Giyuu le observó en silencio y pronto un discreto sonrojo ocupó sus mejillas ¿tal vez estaba molesta? Durante la caída había enterrado su rostro en su cuello y aspirado su dulce aroma ¿normalmente las mujeres olían tan bien? ¿O eran tan suaves y frágiles? Desde su perspectiva, Miyoharu lucia tan pequeña que sentía que si la soltaba podría romperse, sus ojos morados mantenían una mirada tímida y cristalina, dandole un mayor encanto, era como ver a una doncella celestial de las antiguas pinturas
— ¿Miyoharu-sama?
— ¡Kya! —exclamó la mencionada levantándose de golpe y en consecuencia, brindándole un cabezazo a Giyuu, quien casi se termina de rodar el resto de escalones— ¡no pasó nada! ¡Fue un accidente! —se apresuró en aclarar Shinobu a las pequeñas Kamuro
— ...Eso dolió
— ¡En parte es su culpa! ¿Acaso no sabe lo que es el espacio personal? ¡Prácticamente me pisaba los talones al subir!
— Creí que estaba apurada, por eso... también me apresuré en seguirla
— ¡Eso...!
— ¿Eh? ¿Miyoharu-sama estaba tan apurada de compartir habitación con Tomioka-sama? —inquirió la pequeña inocente
— ¿Es así? Lo siento por llegar tarde —se disculpó Giyuu
— ...
— ¿Miyoharu-san?
— Usted... ¡no me sorprendería si es odiado por todos, es demasiado-! —definitivamente Shinobu sentía que le explotaría la cabeza en cualquier momento con semejante hombre torpe
Y hablando de explosiones y torpezas, en la habitación de la Oiran Mitsuūra, Iguro Obanai sentía que en algún momento se le partiría la cabeza al no entender el comportamiento de Kaburamaru, ya que su fiel amigo no abandonaba el regazo de la jovencita y más jugaba con ella y le daba pequeñas lamidas, mientras que él había sido dejado en un segundo plano, pero ¿por qué? ¿qué era lo diferente? Esa chica solo seguía riendo y mirando con absoluto cariño a su compañero ¿no se supone que debía ayudarlo?
"Aunque yo... no lo dejo fácil"
— Kaburamaru-san es muy inteligente y lindo ¿no? —inquirió Mitsuri de repente— es la primera vez que veo que una persona tenga una serpiente consigo ¿dónde la encontraste?
— ...
— ¡Ou, lo siento! No era mi intención sonar muy metida o molestar, es solo que... parece que Kaburamaru-san es importante para usted y solo sentí curiosidad...
— ...
Tampoco habían avances en esta ocasión y los nervios estaban carcomiendo a Mitsuūra, ya que nunca antes se había topado con un cliente así, pero ese lado silencioso y enojón le recordaba a sus hermanos menores, tal vez Kaburamaru era el único que podía brindarla calma y confianza a su cliente, aún así, si esto seguía pasando en cada reunión, entonces nunca avanzarían, ni nada cambiaría. Ella tenía una misión por delante y esa era hacer que Obanai Iguro fuera capaz de conseguir una buena esposa ¡no podía fallar!
— Iguro-san, yo... ¿acaso me odia?
— ... —aquella pregunta sin duda le tomó por sorpresa
— Yo... ¡no quiero sonar grosera! Pero Uzui-san me habló sobre que usted detesta a las mujeres, sin embargo no hubo una explicación del porque y tampoco pienso exigirle una respuesta —le aseguró brindándole una cálida sonrisa— aún así, tenemos que trabajar en eso, ya que la finalidad de estas reuniones es que Iguro-san pueda conseguir una buena esposa ¿no? Si no me permite ayudarlo, entonces nada cambiará
Ahora el brillo en sus ojos era diferente, de repente Obanai sentía que tuviera frente a sí a una Ruka más joven, quien le miraba llena de cariño y determinación, poco a poco quería ser capaz de ganar su corazón y aunque fue difícil, al final esa grandiosa mujer tenía mucha importancia en su vida, pues solo por ella seguía asistiendo a un lugar que realmente le incomodaba, sin embargo la mujer ante él no le desagradaba de todo, tenía una cara dulce e inocente, además de ser demasiado gentil
"Pero... ¿y si todo es solo una máscara?"
— No puedo pedirle que confíe enseguida, sobre todo al ser una cortesana, entiendo que no pueda mirarme como una mujer decente, sin embargo desde que llegué aquí he dado a respetar mi cuerpo y a mi misma, estar con alguien es algo muy importante y especial, por eso puedo prometer que nunca haré nada que Iguro-san deteste ¡le doy mi palabra! Así que definitivamente ayudaré a que Iguro-san encuentre a la persona que ama y sea feliz, yo también espero enamorarme un día y dejar Yoshiwara. ¡Esforcemonos juntos, Iguro-san!
Nuevamente esa aura suave y tierna se hizo presente, Obanai pensó que incluso podía ver flores flotando a su alrededor, lo cual le hacia cuestionar si aquella jovencita no era demasiado ingenua como para ser una Oiran. Aún así esos verdes ojos limón le miraron encantadores mientras se plasmaba sincera sonrisa en su rostro, tan peculiar y al mismo tiempo "hermosa" ella era como un mochi de Sakura, bueno su cabello era del mismo color que aquel dulce y a Mitsuūra Oiran parecían encantarles
— ...Gracias
— ¡...!
"¡¡La primera palabra amable de Iguro-san!!"
— ¡Si, es un placer!
Las cosas seguirían mejorando poco a poco, Mitsuri creía firmemente en ello, ya que una persona como Iguro había aceptado una linda serpiente blanca como amiga, cuando lo normal es que las personas huyeran asustadas y buscaran asesinarlas, sin duda es alguien que tiene un cálido corazón que fue lastimado, no fue confiar, pero sigue siendo una persona, necesita relacionarse con otros, por eso si ya conoce el sentimiento de la amistad, tarde o temprano el amor también llegará, así como la primavera que llega al comienzo de cada año, definitivamente llegará el día en que pueda ver una sonrisa en su rostro
Por otro lado, dos corazones se hallaban inquietos ante el momento íntimo que habían tenido sin siquiera esperarlo, aquella fue la primera vez que ambos habían cruzado la barrera entre el contacto permitido entre un hombre y una mujer y ahora habían aprendido algo sobre el otro, como la fuerza y grandeza que puede tener un hombre, así como la belleza y sensualidad que puede tener una mujer, sin embargo Shinobu jamás esperó que seguiría los pasos dichos antes por Kurumi Oiran por un simple accidente. Aún así su corazón ya se hallaba en una fuerte caja y no dejaría entrar a nadie, a diferencia de Giyuu, quien por un momento se sintió preso de aquella dulce esencia, ya que mientras una puerta se cierra, otra se abre
...
La suave luz de la habitación les permitía contemplarse, sin embargo los sonidos de besos y suspiros llegaban a sus oídos, mientras la sensación de algo prohibido calaba sus sentidos. El placer de probar el calor de un hombre o una mujer en una pequeña habitación era siempre una gran tentación, por eso con el pasar de los minutos la ropa cedía y caía sobre el tatami, mientras cortas palabras escapaban de los labios de los amantes, pero ¿siquiera podían ser llamados de esa forma?
Pronto las exclamaciones de placer de la fémina evidenciaron el acto que estaban llevando a cabo, junto al sonido de los cuerpos al chocar y las sombras que se dibujaban por las finas paredes de bambú ¿acaso necesitaban más pruebas? Esa noche una flor de Tsubaki había caído como prueba de que una cortesana había hecho su debut en brazos de un hombre, aún así lo único que podía existir entre ellos era el placer que estaban sintiendo al unir sus cuerpos, no había amor, ya que eso era nada más que una noche que se borraría a la mañana siguiente de la memoria del hombre
Los ojos verdes temblaron levemente mientras apretaba sus manos con fuerza, sus mejillas reflejaban un fuerte color carmín, mismo que se encendió aún más al conectar con aquella mirada dorada con detalles en rojo, las palabras no salían, solo llegaban a sus oídos los suspiros y "quejidos" al son de las figuras reflejadas por la luz de vela ¿debían sorprenderse que las cosas tomaran ese rumbo? No, porque esto es Yoshiwara, un lugar en donde el placer y la lujuria gobiernan, sin embargo una sola pregunta persistía...
"¿Cómo es que terminamos aquí?"
¡Hola a todas! Espero se encuentren muy bien UuU Antes Wattpad me dio unos problemas por una imagen que subí en el cap 65 de FNTO y me sorprende, porque no era nada explicito, aún así llevaré el capítulo a borradores por hoy y lo subiré mañana con la imagen recortada, lamento que ustedes no puedan verla, pero ya encontraré alguna manera *risas* así mismo, muchas gracias por leer y espero el capítulo de hoy sea de su agrado, en el próximo regresaremos a la perspectiva de Kanae y Ruri ¡tremendo! Sin nada más que decir me despido y nos vemos en una próxima actualización ¡besos y abrazos! :3
Andysakurai15
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