Capítulo 8: "To Feel Free Is To Feel Alive"
No dejo de reír en voz baja al ver la impaciencia que Yogy tiene con respecto al subirse al teleférico, no deja de hablar y mucho menos de mover las piernas como si estuviese bailando tap, lo que no me parece una locura es que se comporte como si fuera un niño pequeño emocionado por querer subirse a un juego mecánico que le provocará mucha diversión, pero en está ocasión, aunque él ya se haya subido muchas veces al teleférico, Denise me ha comentado que a él le sigue emocionando como si fuese su primera vez. En muchas ocasiones Yogy me resulta una ternura cuando toma ese comportamiento de niño inocente, puedo decir que entre todo el grupo, él suele ser el más adorable y un poco niñato, ya que aunque los demás a veces tengan sus arranques de niños traviesos y juguetones, siempre vuelven a retomar su madurez a los minutos, a lo cual Yogy, no es un tanto diferente.
Este día todos se han dedicado a tomar un poco de su tiempo para seguirme enseñando una parte de Jackson Hole, me alegra saber que todos se proponen en llevarme de un lado hacia el otro sin darme oportunidad de descansar cuando para ellos, el tiempo es oro y la dinámica es disfrutar cada segundo aunque sea con una sonrisa o un buen plato de costillas en barbacoa o humadas de las cuales Tanner ha propuesto que pronto vayamos a comer antes de seguir con la otra parada de diversión del día.
Aún sigo sin poder creer que ya han pasado tres semanas desde que llegué a Jackson Hole y forme parte de un grupo de hombres y mujeres que lo hacen sentir a uno parte de su familia, eso sin decir, que la amistad que ellos proporcionan es incondicional y saludable, como podría haber dicho algún momento mi madre si supiera que estas personas me hacen sentir bien a su alrededor; a pesar que los he ido conociendo poco a poco, me he dado cuenta que a ellos no solo los une una amistad de hace años, sino que también, porque a pesar que todos tengan diferentes personalidades, comportamientos, intereses y carácter parecen que esa es la clave por la cual son amigos, no hay muchas cosas que ellos tengan en común o una estrechez por conveniencia solo porque sus padres han sido colegas también, simplemente el trato, apoyo y cariño que se tienen, habla mucho de ellos.
La fila que estamos haciendo para subir al teleférico se mueve dejando pasar entre unas cinco a siete personas dentro del cajón que pronto subirá para que los turistas o visitantes de los pueblos cercanos puedan apreciar el paisaje que demuestra Jackson Hole en verano; todos, no han dejado de contarme lo espectacular que es la vista desde el teleférico, ya que además de poder acercarse un poco a las montañas, también se termina por ver varios ríos, animales, la ciudad y toda la naturaleza viva que trae Teton Village. Es demasiado curioso saber cómo un pueblo no muy grande de Wyoming es increíble a simple vista pero cuando empiezas a conocerlo más, te enamoras de él que entiendo con más ímpetu porque muchas personas no quieren irse pronto del lugar.
— ¿Es tu primera vez que subes a un teleférico, Amy? —Pregunta Hippie.
—Sí. —Digo entre nerviosa y emocionada.
—Te encantara, de este viaje estoy segura que no lo olvidarás. —Comparte Denise.
Y tiene razón, esto quedara como un enorme recuerdo en mi mente, porque por fin no solo puedo decir que tengo amigos, de esos que no se preocupan por sobreprotegerme o que tienen que estar pendientes de mí a la espera que mi problema aparezca para tratar de ayudarme y darme ánimos para que me sienta mejor; de hecho, puedo decir que tener a mi lado a todos ellos es como dar gracias a Dios que he logrado tener amistades por mi propia cuenta sin que mi hermana tampoco me presente personas para poder relacionarme a un grupo social, en vez de todo eso, parece que me siento muy afortunada de tener amigos que me hacen reír con chistes o tonterías que suelen hacer solo para que uno se divierta, eso sin decir, de todo lo bueno que me ha estado sucediendo últimamente a pesar que a veces siga teniendo mis dudas o un par de recaídas con la aparición de mi dislexia.
— ¡Hay viene! ¡Hay viene! —Saltó Yogy.
—Dios mío, Yogy. Deja de saltar o capaz que te bajan —le advirtió Gigi.
Todos dejamos ir una carcajada mientras que Gigi reprende a Yogy para que se quedará tranquilo, el pobre chico deja de saltar para sentirse por unos segundos cohibido al ver como otras personas lo miran de una forma extraña; pero su alegría vuelve cuando la próxima cabina del teleférico empieza a acercarse.
Esperamos por un momento que todas las personas salgan de la cabina para luego los trabajadores darle una pequeña limpieza y mantenimiento para asegurarse de que la máquina se encuentra en perfectas condiciones para hacer su próximo viaje; al encontrarse lista, entregamos nuestras tickets para así entrar; le di una mirada al extenso vehículo en donde viajaremos para ver que tiene barandillas en donde sujetarnos y unos grandes ventanales para apreciar el paisaje; todos entramos y solo esperamos que la puerta se cerrara para así sujetarnos y empezar a sentir la emoción a partir de que la cabina dio un pequeño empujón hacia delante logrando que nos fuéramos hacía atrás, terminando por chocar con el pecho de Sawyer, quien me detuvo por un momento al ver que había dejado de sujetarme con aquel movimiento.
Luego de ese movimiento que provoco que casi terminara por sonrojar al haber chocado con Sawyer, la cabina empezó a moverse saliendo del recinto donde la controlan para empezar a reflejar por sus ventanales una parte cercana de la ciudad hasta que se fue alejando cada vez que fue subía de forma inclinada.
— ¡Oh por Dios! —dije emocionada al ver como la ciudad se volvió cada vez más pequeña mientras que distinguía cada parte de ella.
Pude sentir como todos se sintieron orgullosos al ver que su objetivo ha resultado como lo planearon; observé como todos apreciaron también la vista que marcaba todo el territorio de Jackson Hole; Hippie y Gigi se dispusieron a señalar ciertos puntos que llamaron su atención del pueblo, mientras que Tanner y Dalton hablaban sobre la geografía del lugar; escuché como Yogy fue mi guía turístico luego de explicarme toda la esencia que se manifiesta en el hermoso panorama que tenemos en las alturas.
Desde aquella cabina, pasamos cerca de montañas, vimos un par de águilas volar cerca de nosotros, como también unas marmotas esconderse detrás de varias rocas, unas cabras y lo magnifico, un gran ciervo canadiense que se encontraba observando posiblemente todo lo que tienen a su alrededor desde la punta de una enorme roca. El cielo está de un celeste muy llamativo que no hay rastros de tan siquiera nubes, el sol destella encima de nosotros y los varios árboles y pinos mueven sus hojas con el viento que transmite el clima desde aquella elevación.
El viaje duro aproximadamente cuarenta cinco minutos de los cuales fueron para mí, los mejores y más provechosos que he llegado a gastar en mi vida; no simplemente por haberse sentido atraída con el panorama que demostró la grandiosa naturaleza de Jackson Hole, sino que, la buena compañía que tuve aquel instante con mis amigos que al regreso no dejaron de hacer un par de bromas en las que intentaron mover un poco la cabina del teleférico al correr en ella y eso sin decir, de las canciones que empezaron a cantar Denise y Tanner cada vez que recordaban su infancia y de los viajes de campo que hicieron en su adolescencia para completar guías de trabajo.
Salimos de la cabina del teleférico y le agradecimos el servicio a los empleados que promueven que regresemos pronto para tener otro viaje, el cual Gigi y Hippie prometieron traerme para la época de invierno para que viera un nuevo Jackson Hole cubierto de enormes capas de nieve que le dan un nuevo panorama al lugar.
Luego de marcharnos del teleférico, decidimos pasar a comer a uno de los restaurantes que Tanner nos ha recomendado, así que entre platillos de carne, tarros de cerveza y retos fallidos, seguimos disfrutando de aquel día mientras tomábamos más energía al comer y descansar.
—Sigo sin comprender como puedes ser vegetariana —Tanner siguió sin claudicar en aquel tema que ya había sido tocado.
—Créetelo porque no es un pecado, tú deberías arrepentirte porque acabas de comerte una parte de una pobre vaca —Hippie busco la forma de hacerle entender a Tanner su vida de vegana.
—Pues la sigo disfrutando —Tanner arrancó un pedazo de carne con sus dientes mientras se lo demostraba a Hippie en frente de su rostro.
— ¡Asqueroso! —le gritó Hippie a Tanner.
No pude tomar de mi copa de vino porque me dio risa verlos pelear como dos hermanos que se enfrentan al recalcarle uno al otro su vida de carnívoro o vegetariano; lo que sí puedo decir es que hubo un minuto que Hippie agarro un par de papas fritas del plato de Yogy y se las tiro a Tanner en el rostro para que le dejara de seguir mostrando como se comía una costilla en barbacoa sin pudor o sentimientos.
— ¡Mis papas! —todos dejamos ir una carcajada al ver que Yogy se impactaba al ver que Hippie le agarro sus papas para tirárselas a Tanner logrando que estás terminaran en el suelo.
— ¡Ustedes! ¡Dejen de botar la comida y de hacer desastres en mi restaurante! —nos regañó el cocinero del restaurante.
No podía dejar de reír cada vez que veía este tipo de bromas y alguien nos salía regañando por el inusual comportamiento niñato que varios de nosotros tomábamos a la hora de enfrentarnos con alguien del grupo; el cocinero nos amenazó señalándonos con su espátula y tirándonos una mirada de macho alfa enojado, Tanner y Hippie se disculparon con él y por el desorden que estaban ocasionando en el restaurante mientras que varias familias, parejas o grupos de amigos se nos quedaban mirando con curiosidad, escuche muchas veces de parte de Denise decir que le avergonzaba la actitud que a veces tomaba ese par pero fue difícil comprenderla cuando por una parte, esto es pura diversión.
—Compórtense o nos sacaran de aquí —los regaño Denise.
—Lo siento, es inevitable no querer molestar a Fanny —dijo Tanner riendo.
—Yo no tendré la culpa si ocasionamos otro desastre por el chico de la ferretería —Hippie le dio una empujón a su amigo para que dejara de burlarse de ella.
—Deberías probar la cerveza de aquí, Amy. —Propuso Yogy.
—No estoy acostumbrada a beber cerveza —dije antes de tomar de nuevo la copa y beber un poco de vino.
—Te reto a tomarte un tarro de cervezas —dijo Gigi.
— ¡No! ¡No! ¡Eso sí que no! —me negué a lo que todos me animaron para que lo hiciera.
—Te aseguramos que no te sucederá nada con un tarro, además aquí tenemos a Sawyer para que te cargue por si te embriagas rápido —Gigi golpeó a Sawyer en el pecho.
—Ja, ja, ja... Que chistosita —dije irónica mientras sentía mi cara arder de la vergüenza.
—Vamos Amy, podrás. Además te garantizo que la cerveza aquí no aparenta a ser como las empaquetadas en botella —me aseguró Tanner.
—Chicos, déjenla. No pueden obligarla —me defendió Dalton.
—Gallina. —Abrí la boca impactada al ver como Tanner me decía.
—Yo no soy gallina —dije en mi defensa.
— ¿Ah, no? Entonces demuéstramelo —bebió el último trago de su jarra de cerveza.
Detuve a un mesero que paso detrás de mí para decirle que nos lleve a la mesa, dos tarros de cerveza bien llenos; antes de hacer la competencia con Tanner, me di cuenta como casi todos empezaron a apoyarme si no fuera porque los chicos se pusieron de lado de él para hacerle barra que él ganaría y yo, quedaría como la perdedora; la única persona que se mantuvo neutra fue Dalton quien no apoyaba a ambos competidores ya que lo veía como un estúpido reto del cual me dejé guiar solo para quitarle el machismo de Tanner al creer que no estaría preparada para tomar una jarra llena de cerveza.
—Hagan sus apuestas, señoras y señores... ¿quién cree que ganara? El chico de la ferretería o la chica de la ciudad —Hippie se dispuso a narrar la competencia como si fuese un partido de futbol.
Denise termino por intercambiar asiento conmigo para luego ponerme al lado de Tanner, ambos nos retamos con la mirada con el fin de transmitir que solo uno de los dos sería el ganador mientras que el otro el perdedor quien se tragaría las palabras y burlas del otro; el mesero llegó y nos dejó las dos tarras de cerveza en la mesa, la burbujeante espuma se deslizaba a un lado del vaso mientras que este reflejaba lo fría que se encuentra la bebida.
Nunca había querido probar la cerveza, ni siquiera cuando me invitaban a fiesta que los mismos estudiantes de otras facultades o de mi carrera hacían en ocasiones en sus casas, la verdad, es que la bebida no había tomado mi interés y lo único que recuerdo fue que una vez nada más le di un trago de una botella que dejaron en mi mano solo para poder descubrir que sabor tenía, al fin de cuentas, no fue de mi gusto cuando sentí lo agrío resbalarse por mi garganta y caer de un solo golpe en mi estómago.
Las alternativas que tengo de ganar quizás sean pocas cuando Tanner ya tiene experiencia como los demás tomando cerveza, es algo que supongo que ya lo lleva en las venas y aunque hasta mi mayoría de edad fue que aprendí a tomar vino, no quiera decir que este se pueda comparar con la otra bebida; por lo menos al tomar un suave vino blanco o rojo, puedo saborear la sensación que trae con la comida, pero la cerveza, para mí sigue siendo un complemento extraño y mal situado para una buena comida como la que estoy disfrutando hoy.
Ambos agarramos las jarras y pronto Gigi nos pone en frente el cronometro de su celular, antes de comenzar, sentí como mis nudillos se empapaban de las gotas que resbalaban en el vaso, como también, de como mi mano empezaba a temblar por los nervios que ocasionaba completar aquel reto que deseo ganar y por una vez en mi vida, pido tener la suficiente voluntad de tragarme toda la cerveza sin protestar en el camino y atrasarme con cualquier gesto de asco que pueda llegar a hacer.
—Sí gano lavaras mi ropa por un mes —dijo Tanner.
—Y, ¿si pierdes? —elevé mi ceja.
—Te daré el crédito que tu decidas —mencionó con orgullo como si ya sabe que ganara.
—Entonces, intercambiaras un favor que Gigi hace por mí —mi amiga y compañera de casa, enarcó la ceja sin saber a lo que me refiero —, me prestaras tu camioneta durante un mes para que pueda ir a la escuela. —Él sonrió.
—Que fácil, acepto porque sé que perderás. —Elevé una ceja.
Quizás me estoy aprovechando del reto pero por lo que he llegado a saber, Tanner no usa su camioneta si no es para dirigirse de su casa hasta su trabajo y viceversa, ya que Zack lo pasa llevando y recogiendo a la escuela un vecino que tiene también su hijo inscrito en el mismo centro educativo. Así que, por supuesto, si quiero que el reto se llegué a cumplir a mi favor, tendré que hacer todo lo posible para que esa cerveza pase pronto a mi estómago a pesar que no tengo idea que tipo de malestares tendré después.
—Uno, dos... —Empezó a contar Gigi. — ¡Tres!
Además de que los chicos no dejaban de animarnos durante el momento en que ambos empezamos a beber las bebidas, fue inevitable no volver a llamar la atención entre todos los clientes del restaurante; todos se mantuvieron en silencio y lo único que se escuchaba fueron las televisiones que transmitían noticieros y partidos de futbol americano. Estuve a punto de detenerme para dejar de tomar la cerveza y darme un respiro pero me di cuenta que Tanner me lleva la delantera, así que no me permití perder luego de pensar muy bien que es lo que me vendrá si Tanner termina por ganar y no creo estar dispuesta a lavar su ropa cuando entre ellos hasta pueden ir sus calzoncillos.
— ¡Vamos Amy! ¡Tú puedes! —me animo Denise.
— ¡Tú puedes Tanner! ¡Ya falta poco! —le dijo Sawyer a su amigo.
—Ay no, tengo el presentimiento que nos van a correr de este lugar —dijo Dalton irritado.
Di un enorme trago a la cerveza a pesar que me sentí mal por un momento, pero hice lo que pude para no detenerme; en el momento en que ya solo me faltaba un sorbido, observé como Tanner me guiñó el ojos y me di cuenta que ya había acabado. Alce el tarro hacia arriba y me trague la cerveza hasta que al mismo tiempo, ambos dejamos caer el enorme vaso en la mesa, haciendo un golpeteo suave que permitió que Gigi detuviera el cronometro y nos diera una mirada.
Tanner y yo respirábamos de una forma agitada dejando que la cerveza terminara por llegar a nuestro estómago luego de haber hecho el esfuerzo de no interrumpir tan solo un segundo en beber la bebida para respirar, solo para no perder el tiempo de que uno de los dos se adelantara, dejamos ir una sonrisa hasta que él dejó ir un suspiro hasta pasar su mano sobre su cabello.
—Es un empate —dijo Gigi asombrada.
Todos siguen mirándonos sin llegar a distraerse en otra cosa, esperando a ver la reacción que nosotros tendremos ahora que sabemos que ha sido un empate; me recompongo en la silla y termino por erguir mi espalda para ponerle en frente la mano a Tanner, él solo deja ir una risa para luego tomarla y estrecharla como finalizando aquella competencia que en fin, no hubo ni un ganador ni tampoco un perdedor.
—Quizás termino por ser un empate, pero... —Tanner sacó las llaves de su vehículo y me las puso en frente. —Eres una gran rival, Sanders.
Tome las llaves de su auto sintiendo una alegría en mi interior sabiendo que no solo tendré un vehículo para viajar un mes, sino que también, podré dejar de molestar a Gigi por ese tiempo mientras espero a que Jackson siga reparando mi auto. Suspiré y supe que debía de ser justa con Tanner también, después de todo, aunque no haya perdido o ganado, él me entrego las llaves de su auto sin protestar.
— ¿Cuándo quieres que pase a recoger tu ropa? —dije mientras que él se sorprendí.
—Ven el martes a mi casa, no creo que la tienda de lavandería te cobre mucho por ella —rodé los ojos.
— ¡Dije que no quería más desorden! —Apareció nuevamente el cocinero.
—Ay Dios mío, sabía que esto sucedería. —Dijo Dalton molesto.
Antes de que nos llegaran a correr del lugar, pagamos por la comida para después salir del restaurante. Caminamos en dirección al pick-up de Sawyer para así marcharnos y dar con el siguiente sitio que han planeado por ir a visitar, me subí en la parte trasera junto con Hippie, Gigi, Tanner y Yogy para esperar luego que Sawyer entrara a su lado de piloto mientras que Denise y Dalton serían los copilotos.
En todo el camino pude sentir el fresco aire rozar mi cuerpo, mi cabello se alboroto a punto de quedarse despeinado y mis oídos terminar por taparse debido a las correntadas de aire por la velocidad en el que va el vehículo; Tanner y Gigi se pusieron unos lentes de sol mientras se acomodaban en las esquinas del pick-up y dejaban ir su cabeza hacia atrás como si estuvieran en la playa bronceándose, Yogy conecto sus auriculares en su celular y se puso a escuchar su propia música, por último, Hippie se había quedado parada sosteniéndose del techo del auto, me levante y la acompañe mientras que el aire termino por correr a torrentadas por mi rostro.
—Sostente de los barandales de la ventana para que puedas tener equilibrio —Hippie tuvo que gritarme para que pudiera escuchar bien lo que me decía.
Hice lo que ella me dijo, erguí mi cuerpo y la sensación de ir de esa forma fue tan gloriosa que cerré los ojos y dejé que mis sentidos solo se concentraran en el sonido del viento.
—Alza los brazos a los lados y deja ir un grito. —Dijo Hippie quien fue la primera que lo hizo.
Dejó ir un grito que pareció ser muy liberador de ella, el equilibrio que obtuvo de su cuerpo fue increíble y más al ya no sostenerse de los barandales de la ventana trasera del pick-up; sus brazos se mantuvieron alzados hacia arriba que casi termino por tocar algunas hojas de varios árboles que se encuentran a los lados de la calle; antes de hacer lo mismo, di un pequeño respiro y fui soltando poco a poco mis manos de la baranda para ir obteniendo ese equilibrio para no caer hacía atrás; le di una mirada a ella y pude ver la confianza con la cual me hacía saber que todo estará bien; suspiré y empecé a elevar mis manos hasta que estás terminaron estiradas.
—Grita.
—Pero, ¿él qué?
—Lo que sea, solo grita —dijo ella. — ¡Yuju! —Escuché que dijo.
— ¡Soy libre! —grite.
—Sigue, Amy.
— ¡Nadie jamás podrá volverme a manipular! ¡Esta es mi vida! ¡Soy la única que puede decidir como quiero llevar mi destino! —grite liberando aquello que hace tiempo tenía guardado.
— ¡Sawyer! ¿Puedes poner These Moment de Hollow Coves? ¡Por favor! —Sawyer sacó su mano, dejando su pulgar arriba hasta que pronto puso dicha canción.
Mientras la canción empezaba a sonar, aquel momento se volvió único y liberador, no hubo ningún segundo ni mucho menos alguien que lo pudiera arruinar; simplemente la voz del cantante y por consiguiente, la de Hippie fue la que se escucharon a través del viento. La melodía de las cuerdas de la guitarra y la suave letra de la canción, fue una perfecta combinación en aquel instante, más cuando cerré los ojos dejando que los rayos del sol me llenarán con su luz.
(...)
—El último que entre al agua es un huevo podrido —grito Hippie mientras se quitaba los zapatos y la ropa para quedar solo con ropa interior terminando de tirarse de un pequeño muelle de madera para caer en las agua de un río.
Me tire del pick-up después de que Sawyer lo apago para correr detrás de Gigi quien ya va en dirección al muelle; todos empezamos a quitarnos la ropa sin tener vergüenza que entre los demás del grupo nos vieran para luego correr y pronto tirarnos hacía el río; al caer en el agua dejé ir un grito y pronto una risa al sentir como está se encuentra fría.
— ¡Dalton entonces será el huevo podrido! —se burló Tanner.
—Es que... —empezó a poner una excusa el chico de piel morena.
— ¡Aquí vamos!
Yogy agarro a Dalton y le dio un empujón en donde ambos terminaron por caer encima de Tanner quien antes de hundirse con ellos, dejó ir un grito ahogado, logrando que todos dejáramos ir una carcajada.
Empecé a nadar no alejándome mucho de todos disfrutando del agua fresca, dejé que mi cuerpo flotara mientras que escuchaba como Tanner le tiraba agua a Dalton en el rostro para que jugara con él, las chicas no dudaron en hacer una competencia en donde Gigi se fue con Hippie mientras que Denise tomó a Yogy como su pareja en el juego.
En ese instante, Gigi se puso encima de Hippie mientras que Denise encima de Yogy, ambas chicas se agarraron de los brazos e intentaron botarse, pero la pelea estaba demasiado dura que ninguna de las dos terminaba de caer al agua y de los hombros de su compañero o compañera.
—¿Todo bien? —Sawyer se acercó a mí.
—Sí, mejor de lo que había esperado de esté día —él sonrió.
Trague hondo al verlo a mi lado con el cabello mojado y con un rostro sonriente, sus ojos color miel se tornaron oscuros, dejó de verme un rato para lamerse los labios y disfrutar de la compañía; no dijimos otra cosa más pero pude sentir como el calor de su cuerpo, empezó a eliminar todo aquel rastro frío que el agua había proporcionado en mi piel, escuchamos un ruido y reí al ver como Denise celebraba con Yogui su victoria al haber derribado a sus oponentes.
— ¡Ay mierda! ¡¿Qué fue eso?! —gritó Tanner haciéndome reír junto con Sawyer.
—A saber si no fue una serpiente que quiso morderte el trasero —le dijo en tono burlón Dalton a él.
— ¡Deja de mentirme de esa manera Dalton! ¡Aquí no puede haber serpientes! —se atemorizó Tanner.
Sawyer me hizo un señal para que guardara silencio y pronto observe como su cuerpo se hundió en el agua mientras nadaba en dirección hacía Tanner y Dalton; nadie se había dado cuenta de su presencia excepto yo, no sé qué es lo que tiene tramado pero no tardo mucho tiempo en ver como algo salía de la superficie y saltaba en dirección a Tanner.
— ¡Tanner! ¡Cuidado! ¡Una serpiente! —Le gritó Sawyer a él.
— ¡Ah!
Todos dejamos ir una gran carcajada que se pudo escuchar por todo el río al hacerse un eco, el grito que había liberado Tanner había sido tan desgarrador que casi pudo sonar al de una mujer, nadie dejaba de reír al ver que Sawyer le hizo una broma a su amigo al lanzarle una enorme rama un poco gruesa con forma de serpiente; en aquel instante que ya le había bajado el susto a Tanner, se acercó a Sawyer y empezó a tirarle agua en la cara reprendiéndolo por haberlo asustado de esa manera.
Sawyer se pudo liberar de Tanner para luego regresar hacia donde estaba, el pobre chico de la ferretería había quedado un tanto asustado y traumatizado que salió un momento del agua para vigilar si en serio no hay una serpiente en el agua; Sawyer volvió a mi lado y le di un pequeño golpe en el hombro por lo malo que había sido con su amigo hace un momento, aunque no omito que una parte de ello si nos causó risa.
—Oye, luego de la fogata que haremos en nuestro territorio... ¿Quieres acompañarme a ver las estrellas? —Preguntó con buen humor.
—Ni siquiera debes preguntarlo.
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Continuará...
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