Capítulo 16: "Trying New Experiences"

—El joven le regaló lo que le peqía poque al fin y al capo no era muco y el jato puso en marca su clan. Como todo minino que se crecie, era muy hábil cazando y no le costó muco fuerza trapar un par de conejos que metió en el sapito. El abrigo nuevo y las potas de tercio... tercio... tercio...pelo... le propor... cionaba... un porte distinguido, así que muy seguro de sí mimo se dirigió al qalacio real y consiguió res recibo por el rey...

Sigo escuchando como Zack lee el cuento del "Gato con Botas" mientras evaluó cada uno de sus problemas vocales para irlos anotando y a su vez, ir conociendo cuales son las palabras o letras que justamente tienen más repetición; en su caso puedo darme cuenta como las frases largas se le complican pronunciarlas, como también, parece que tiende a confundir ciertas palabras en donde en vez de la "q" las dice con la "p", aparte de ello, hay omisión de ciertas letras o reemplaza la palabra correcta por otra.

Desde luego, su lectura tampoco suele ser precisa para su edad, ya que muchas veces tiende a dudar de lo que lee y en otras ocasiones, lo suele decir lento. Por supuesto, le he dado tiempo para que pueda comprender e interpretar muy bien el cuento a pesar que lo poco que podrá analizar o recordar serán unos cuantos párrafos que llamaran su atención, sin embargo, lo principal es poder ir corrigiendo poco a poco todos esos problemas, aunque nos lleve más tiempo de lo esperado.

Lo importante de ello es ver que él ya tiene la suficiente confianza y libertad de poder ser él mismo, debido a que hoy que me he presentado a su casa, lo he visto más animado y audaz, ya no parece ser aquel niño retraído y tímido que se escondía del mundo, ahora más bien, parece ir saliendo de la oscuridad de aquella cueva en la que se encontraba solo y refugiándose de todo aquel que le proporcionara un daño o miedo. Eso es lo que necesitaba todo este tiempo, que él entrara en un ambiente positivo y sano en el que su familia lo apoyase en todo momento, no solo enseñándole a hacer ciertas tareas motoras como aprender a amarrarse las agujetas de los zapatos, peinarse o abotonar las camisas, sino que también que estuvieran pendiente en su aprendizaje, enseñándole tareas sencillas de cómo mejorar su lenguaje y escritura.

La mayor parte de las personas siempre piensan que el maestro es el que tiene todo el trabajo de educar a los estudiantes, pero en sí, todo eso es un trabajo en equipo, no sólo de las personas que rodean al niño sino que también de su familia; esa esfera es la que lograra que el infante vaya progresando poco a poco en sus terapias e incrementando varias de sus capacidades; esa es la parte más satisfactoria que puedo encontrar en mi trabajo y sin dudarlo, algo que me proporciona mucha alegría al ver crecer a estos niños donde terminan por cumplir metas y en todo caso, obtener un éxito que otros creían que era imposible.

La parte conflictiva de esto, es que no sé cómo haré para que sus demás profesores puedan mantenerse al margen y al mismo nivel de enseñanza para él; será una parte difícil, pero sé que podré lograrlo si me lo propongo, además estos niños que, siempre son excluidos de los otros, también son el futuro del país, y también por otra parte, pueden ser los siguientes científicos, artistas, escritores, entre otras personas importantes que pueden llegar muy lejos con ese especial conocimiento o habilidad que tenga.

—Y así es como termita la historia del fijo del molinero, que alcanzó la dica más completa gracias a un simple pero inge... ingenioso jato que en herencia le dejó su parte. —Terminó de leer Zack.

El niño cerró el pequeño libro que he llevado conmigo para que lo lea para dejarlo sobre la mesa de picnic que está en el jardín trasero de su casa y bajo un árbol; me dio una mirada esperando algún comentario posiblemente cruel o brusco de mi parte, pero no tengo ningún comentario negativo para él, simplemente seguirle brindando más lecciones y ayudando a corregir esos defectos fonológicos que algún día se irán perfeccionando hasta que la lectura sea precisa y eficaz.

El cuento mayormente se lee en un aproximado de diez a quince minutos, pero en cambio para Zack termino siendo lo doble, ya que se tardó cuarenta y cinco minutos para lograr llegar al final sin saltarse de un párrafo o dejar de leer al sentir que no comprendía varias palabras; al principio de la semana, se me dificultaba poder convencerlo que llegase al final cuando muchas veces él mismo se daba cuenta de sus equivocaciones o porque es probable que veía una sopa de letras en todas las páginas del pequeño libro de cuentos clásicos; de cierta forma lo comprendo y quizás no sólo por mi trabajo sino que también porque estuve en su lugar, por ello, puedo tener más tolerancia y paciencia que otras personas, debido a que, ejercer este tipo de planes de trabajos conlleva tanto tiempo disponible, como motivación, para darle la libertad a la persona de expresarse y lograr sus propósitos.

Y como primer propósito que tomó Zack fue que sin importar las condiciones difíciles que le interponga su cabeza, llegará al final de cada lectura sin rendirse.

— ¿Estuve mal? —Sonreí para hacerle calmar sus ansias.

—El lunes reforzaremos esas palabras que se te dificultan, no tienes por qué creer que estuviste mal... —me interrumpe.

—Eso no es cierto. —Suspiré. —Estuve muy mal.

Agacho la cabeza y se quedó mirando al suelo o quizás también sus manos, a estas alturas es muy complicado que pueda tener confianza en sí mismo luego que muchas personas se la desgarraran diciéndole que no hacía muy bien las cosas, por supuesto, no sé si esas personas que menciono en mente, hayan sido capaces de darse cuenta que el niño no lo hacía por tener un desinterés en querer aprender o estar en la escuela, sino más bien, porque alguna de sus capacidades se encuentran dañadas y le es difícil poder estar al mismo nivel de sus compañeros cuando no le hacen el deber un poco más fácil.

— ¿Quieres que te cuente un secreto? —Me acerqué a él.

Elevó su cabeza y me dio una mirada llena de tristeza mientras asiente con la cabeza para luego acercarse también a mí luego de ver que se trata de un secreto donde nadie más que nosotros puede escucharlo.

—Yo también no podía leer bien y varias veces mis profesores creían que lo hacía a propósito para burlarme de su clase o de ellos —abrió sus ojos enormemente.

— ¿Qué hizo? —Preguntó con interés.

—Un día mi abuelo me regaló un casete con una diversidad de cintas de lectura que contenía muchos cuentos o historias —empecé a contarle —, después de llegar de la escuela, me iba a mi habitación, tomaba el casete y empezaba a escuchar las lecturas —él se impresionó —semanas después iba recordando las palabras hasta repetirlas en mi mente a pesar que la persona que contaba el cuento fuera rápido —dejamos ir una pequeña risita —, y un día mientras escuchaba un cuento empecé a repetir en voz alta cada oración hasta que pude pronunciar bien muchas palabras. —Vi un brillo de esperanza en sus ojos.

Me aleje de él para ver mi cartera, en donde revisaba dentro de ella el objeto que he traído para él, a pesar que sea antiguo sé que le gustara, por la sencilla razón que a Zack le gusta coleccionar cosas y más cuando suelen ser antiguas. Por lo menos con él no tengo mucha dificultad en averiguar cuáles son sus gustos o intereses, simplemente desde el primer día supe lo que llamaba su atención, añadiendo que, esté tiempo que nos hemos ido conociendo mejor, me ha brindado más detalles de todas aquellas cosas que parecen estar en su lista de aficiones o pasatiempos.

Saque un casete y un paquete de cintas que trae todo tipo de historias de aventuras de las cuales no se llegará a aburrir, como también, aprenderá sobre cosas nuevas. De reojo puedo ver la curiosidad que tiene al querer saber qué es lo que tengo en mis manos, así que, sin quitarle más la paciencia, le muestro ambos objetos logrando que abra su boca y dejé ir un sonido de felicidad, intenta tomarlo a la primera cuando dejé el casete y las cintas en frente de nosotros pero se retractó al creer que solo se los estaría mostrando; dejé ir nuevamente otra sonrisa mientras apartaba mi cabello de mi rostro, la energía y sorpresa que vi de su rostro fue la mejor sensación de alegría que pudo propiciarme al saber que no tome una mala elección en elegir aquello en vez de decirle a Tanner que descargara de su Ipad varios cuentos o historias audiovisuales para que se pudiera entretener.

—Vamos Zack. Tómalas, son todas tuyas. —Le dije mientras que él espero mi aprobación para hacerlo.

Cogió el casete y una cinta para luego buscar la forma en cómo ponerla, estuve a punto de enseñarle lo que debía hacer cuando él mismo fue descubriendo dónde se pone la cinta y cómo se hace para reproducir la lectura. Fue sencillo saber que él no necesita de la ayuda de otros para poder hacer ciertas cosas por sí solo.

Presionó el botón rojo para ver como una de las cintas empezaba a reproducirse haciendo que escuchara una de las historias, dejó salir una sonrisa y se puso el casete cerca de su oreja para seguir escuchando con mucho más interés lo que el narrador está contando; hubiera querido quedarme para seguir viendo aquellas escenas llenas de alegría que Zack muestra en su rostro pero al estar en contratiempo, debo de irme; por tanto tuve que interrumpirlo una milésima de segundos para despedirme de él y así tomar mis cosas para irme a casa.

— ¡Amy! —Me detuve al escuchar la voz de Tanner.

— ¿Sí? —Llegó hasta mí.

— ¿Irás al rodeo para ver a Sawyer competir? —Asiento —El idiota nos dijo hasta hoy, pero a ti... —lo detuve antes que sacara conclusiones erróneas.

—En realidad no sabía tampoco pero su madre ayer llegó a visitarlo a su casa e hizo el comentario, no porque seguiríamos sin enterarnos —le comenté.

—Sawyer y sus secretos. —Él rueda los ojos.

Mala suerte que los chicos no pueden ir a ver a Sawyer, ya que al parecer él les contó hoy a todos que desde hace dos meses está participando en una competencia de rodeo, en donde hoy participara en otro torneo para seguir pasando a las finales; a pesar que el resto del equipo potrillo haya querido acompañarlo en esta travesía a Montana es poco probable que alguno de ellos pueda dejar su trabajo para acompañarlo cuando se los ha dicho a destiempo, en mi caso porque tanto Pam, Stewart y Jackson irán a apoyarlo, lo cual por la mañana cuando les llame para reportarme y hacerles saber que si me daban el día libre desde el viernes al domingo al final me entere que ellos ya tenían la razón por la que me ausentaría esos días, haciendo que ellos sepan que también me presentare, llegando a la conclusión que me han dado permiso el resto de los siguientes días para estar en el rodeo con toda la familia Carter, lo cual me siento un poco nerviosa al saber que conoceré a toda la familia de Sawyer incluyendo a su padre y sus sobrinos.

—Grita y diviértete por nosotros, quizás a la próxima se digne en decirnos para que lo acompañemos. —Dejé ir una risa.

—No te preocupes, se lo advertiré. —Le guiñé el ojo.

Veo mi reloj de mano para darme cuenta que ya tengo diez minutos de retraso, así que nuevamente corriendo para seguir con mi camino; me despido de Tanner para ir pronto a casa donde tengo que cambiarme de ropa y llevarme una extra al saber que el fin de semana tendré que pasarlo en Montana, ya que los Carter piensan quedarse allá, por lo que no tengo otra opción que hacer lo mismo a no ser que compre un billete de vuelo a Jackson Hole lo cual lo veo una tontería y gasto de dinero innecesario cuando siempre tengo la oportunidad de regresar con el hermano de Sawyer a Teton Village.

Tardo aproximadamente unos quince minutos en llegar hasta la casa de Caitlin y Gigi para entrar corriendo como también subir las escaleras; solo me quedan diez minutos para terminar por arreglar mi pequeña maleta; por lo menos doy gracias que ya la tenga hecha sino en estos minutos ya estuviera tirando de un lado a otro cualquier tipo de ropa, eso sin añadir, de lo enojada que me pondría al no elegir las prendas adecuadas. Termino por sacar un vestido floreado de mi ropero para después ponérmelo y así, utilizar unas sandalias sin tacón; no sé si es un buen conjunto lo único que puedo tener en mente es que nunca he ido a un rodeo, sin tener que decir que las películas de vaqueros no ayudan cuando mayormente solo usan pantalones y camisas mangas largas en cuadritos lo cual no sé de dónde habrá venido esa tradición de usar ese tipo de ropa.

— ¿Nerviosa? —Dejé ir un grito cuando escuchó a Gigi que está detrás de mí.

—Casi me matas del susto —pongo una mano en mi pecho.

Ella deja ir una carcajada mientras pasa a mi lado y se sienta en una esquina de mi cama, al parecer acaba de salir de su trabajo por la hora del almuerzo, es la única razón que me indica para que esté en casa, además creo que a ella le tocará hacer la comida en estos días que no esté.

—No te vayas a alterar si ves a vaqueros caerse de los caballos, ¿sí? —Niego ante lo que me menciona.

La verdad es que, esa no es la razón por la cual me pueda llegar a alterar sino más bien, sería tener que ver la cara de Aby quien no dudo que se presente al rodeo, y vaya sorpresa que se llevará cuando se dé cuenta que también he ido a ver a Sawyer. No tendría por qué preocuparme, pero el ambiente se pone demasiado tenso en el momento en que nos encontramos, no es primera vez que lo siento luego de haberla conocido en la agronomía que es un legado de familia, sin embargo, desde que puse un pie en Jackson Hole supe que no solo tendría amigos, sino que terminaría por tener algún enemigo, lo peor de ello es que su primo es quien también está en mi lista negra al no poder congeniar en nada con él.

— ¿Qué sucede? —Le doy una mirada a Gigi. — ¿Algo no anda bien?

Desde que no tengo a mi hermana para contarle mis problemas, Gigi es quien se ha vuelto en mi confidente y mejor amiga para decirle las crisis emocionales o sentimentales que a veces tiendo a conseguir con alguna persona o noticia; en sí, ella ha sido un gran apoyo porque desde que vivo en su casa, me ha tratado como parte de su familia, sin decir, que ella ha sido la primera persona que me ha ayudado casi en todo, y cuando hablo en todo, me refiero en haberme quedado en algún lugar para vivir, en tener un trabajo e involucrarme en su grupo de amigos.

—No debería verlo como un problema, pero es que... —suspiro —Aby estará presente en el rodeo —hace un gesto de sorpresa.

—Ella... —Gigi la menciona con un ademán de fastidio —Creo que tendrás que acostumbrarte a ese tema, Aby siempre le ha gustado ser la sombra de Sawyer aunque él nunca le ha interesado —agarra un peine y empieza a cepillar mi cabello.

— ¿En serio? Pensé que habían tenido algo —desde el espejo puedo ver como Gigi niega.

—No, ella siempre ha querido ser la "novia oficial" ... —Gigi hace unas comillas con sus dedos —de Sawyer, pero él siempre ha tenido gustos diferentes —enarqué la ceja.

— ¿Gustos diferentes? —Repito sin entender.

—Sí, le gustan las chicas extranjeras que no son por lo menos de Jackson Hole —giro mi rostro para ver a Caitlin en la puerta de mi habitación.

La prima de Gigi entra a mi habitación mientras que se queda a mi lado haciéndome una corona de trenza con mi cabello. A veces Caitlin puede ser como mi mamá, protectora y cariñosa pero también a veces, se puede volver fría y un tanto calculadora.

—Solo te diré una cosa Amy —me quedé en silencio —si piensas tener con Sawyer se... —la interrumpo.

— ¿Qué? ¡No! —Resalto asombrada al ver el paradero que lleva.

— ¡Caitlin! —La reprende Gigi.

—Da igual, la tentación carnal a veces gana, prima —ella encoge los hombros —. Solo quiero que te asegures en tener cuidado, no sería bueno que alguien más saliera embarazada del mismo hombre y esté no respondiera por el bebé. —Masculló.

Y vamos de nuevo con ese tema muy misterioso que es el que menos he podido informarme en este tiempo; si apenas pude conseguir información sobre Sawyer y su familia, la única forma para conocer y discutir esa conversación es con Caitlin y Gigi quienes parecen saber mucho sobre ello, pero no creo que sea el momento adecuado luego de escuchar un sonido de claxon provenir de la entrada de la casa.

—No te preocupes Caitlin, solo somos amigos y apenas tenemos solo dos meses de conocernos —Gigi asiente apoyando mis palabras. —Solo iré a apoyarlo.

—Lo sé, pero debes tener cuidado, ¿sí? —Suspiro y asiento a su cumplido. —Ahora vete, que te esperan. —Dice mientras se aleja de mí.

Les doy un abrazo a ambas como despedida temporal para luego tomar una pequeña maleta que Gigi me ha prestado y así, salir corriendo por las escaleras en donde Caitlin me regaña al creer que puedo tropezarme y llevarme un buen golpe por no tener cuidado; termino por salir de la casa para ver como a unos metros de mí, se encuentra el vehículo de Owen y Ariadna, ya que con ellos es que me iré. Me subo al auto para darles un saludo y así, ver cómo me encuentro con cuatro jóvenes quienes se sorprenden al verme, entre ellos Froy al darse cuenta que también participare en el viaje.

—Adam, Froy... ¿Creen que pueden irse en la caja de carga? —les dice Owen a sus dos hijos mayores.

— ¡Claro que sí, papá! —Adam no tardó en salir y correr hacia la parte de atrás del vehículo para montarse en la parte trasera del pick up.

—Sí papá. —Froy sonrió y salió del auto para perseguir a su hermano.

Hubiera querido protestar y decir que también puedo ir en la caja de carga del auto, pero Ariadna ya me estaba advirtiendo en que los acompañara para poder mantener una conversación y no ir aburrida con sus dos hijos mayores, en la parte trasera del pick-up. Así que quedándome al lado de Whitney y Camille, Owen empezó a manejar, lo cual sería un trayecto largo ya que serían un aproximado de siete horas de viaje, en donde pasaríamos solo hablando, comiendo, descansando, escuchando música y viendo los paisajes del camino, lo bueno es que haremos unas pequeñas paradas para que Owen y Ariadna se ruten en quien va a manejar, no obstante, aun el plan de no aburrirnos durante el trayecto del camino hace que ya tenga en mente que mis piernas se van a adormecer y mi trasero no aguantara al estar mucho tiempo sentada.

(...)

Creo que cuatro horas de viaje es demasiado para mí en un solo día, no es que me queje cuando las alternativas de tomar un vuelo hasta Montana estaba disponible pero conociendo que Ariadna y Owen debe de estar acostumbrados a estos viajes, al parecer no les ha afectado tanto como a mí, quien no ha viajado con ese número enorme y seguido de horas, pero, aunque las tres horas restantes que quedaban para llegar exactamente a Montana aún estaban en la cabeza de Owen, al final Ariadna le dio la opción de quedarnos en Livingston por esa noche para partir por la mañana de nuevo para llegar a nuestro destino; además Whitney y Camille habían empezado a aburrirse, ya que no deseaban seguir viajando en auto sin poder hacer otra cosa que no fuera ver películas y jugar con sus muñecas, por tanto, se tomó la opción de quedarnos en el pueblo de Livingston.

Bajamos del vehículo todos para caminar hacia la posada en donde pasaremos la noche, necesito tomar un gran descanso, aunque también necesitare comer algo para nivelar mis energías; por lo menos a unas cuadras de donde nos quedaremos observé un McDonald's lo cual me ayudará mucho a cobrar vida luego de solo haber comido un sándwich de atún.

Nos entregan las llaves de las habitaciones para después cada quien irse a las suya; dejé mi maleta a un lado de la puerta para así tirarme a la cama, pienso en dormir primero y después ir a comer, de todas formas, no tengo mucho que hacer aquí cuando desconozco el pueblo de Livingston, así que es preferible quedarme en aquí, pasar por una hamburguesa y de nuevo terminar en la habitación.

Comenzaba a cerrar los ojos cuando alguien tocó la puerta, suspire y me di la vuelta con la esperanza de levantarme, pero mi cuerpo ya se ha acomodado en el colchón que ya no quiero alejarme de él hasta que mi estómago sea quien nos interrumpa; pero al seguir golpes en la puerta, tuve que separarme de la cama para ir a ver quién es, donde pronto me encontré con Ariadna y sus dos pequeñas hijas.

— ¿Interrumpo? —Niego dejando que todas entren.

—Lamento si nos tuvimos que desviar de camino, pero... —la detengo para que no me dé justificaciones.

—No te preocupes, el viaje es largo y tanto tú como Owen deben descansar, además apoyo a las niñas, ya comenzaba a tener calambres en mis piernas al no poder estar de pie —ambas reímos.

—Pensábamos ir a McDonald's, ¿quieres acompañarnos? —Asiento. —Pero antes, ¿ya tienes algo que ponerte mañana en el rodeo? —Pregunta con curiosidad.

—Sí, me traje unos pantalones y una camiseta... —ella me interrumpe.

—Tengo una mejor idea de lo que puedes ponerte mañana —sonríe.

— ¿Ah sí? —Madre e hijas se dan una mirada.

—Acompáñanos. —Algo traman entre todas y más luego de darme cuenta que solo nosotras iríamos a McDonald's sin su esposo e hijos.

Dios, espero que no sea lo que yo creo...

(...)

Intentaría bajarme un poco más la blusa de tirantes si no fuese porque se encoje y deja ver la parte de mi abdomen hasta mi ombligo, considerando también mi espalda baja... No sé cómo es que Ariadna me convenció a comprar ropa para ir al rodeo cuando ya tenía una optada para presentarme bien ante toda la familia de Sawyer, pero con lo que llevó, parece más que vine a llamar la atención de los hombres —cuando eso suele ser cierto— antes de pensar que esto es un rodeo familiar.

El mini short de jeans que llevo, hace que mis piernas queden en descubierto, aunque por lo menos las botas cafés de vaquera si se me ven bien... el pequeño chal corto cuadriculado y de mangas largas también hace juego con la demás ropa, sin embargo, aunque me vea bien sigo un tanto incómoda, más al darme cuenta como varios hombros no dejan de verme las piernas. Tuviese que ver esto normal si no fuese porque los Carter aún siguen siendo unos desconocidos para mí, no quisiera preocuparme en pensar que crean que vine aquí para impresionar a su hijo, pero siendo sincera, es lo que parezco... Aunque ahora que empezamos a entrar al lugar donde se hará el rodeo, veo como hay chicas que también se han vestido casi igual que yo, lo cual ya no debería seguirme disgustando la idea que me he presentado con una ropa muy corta, ¿no?

—Niñas no se alejen. —Owen regaña a sus hijas al ver que alejan de ellos para ir a ver unos pequeños ponys. —El rodeo empezará en media hora, debemos buscar a los demás para así desearle suerte a Sawyer antes que lo llamen para ver que caballo bronco le tocará está vez. —Él termina por ser nuestra guía.

— ¿Caballo bronco? —Digo extrañada.

—Son caballos fuertes, salvajes y furiosos que no se dejan montar con facilidad en su oponente. —Me explica Froy.

Nos vamos acercando hasta una zona familiar en donde se pueden ver a muchas personas haciendo parrilladas mientras se sientan en la mesa con sus amigos, familia u otros desconocidos para compartir una misma afición por las competencias que se dará en el rodeo; hay otras personas que se mantienen alejadas de los demás para seguir apostando a quien será los próximos que pasaran a la otra ronda, sin añadir del posible ganador de la competición.

Al haberme distraído un rato, pronto escucho varias voces conocidas, entre ellos, la de la mayor parte de la familia Carter, quien la señora Lee abraza a su hijo y su nuera mientras que a sus nietos les regala varios besos y apapachos que casi Adam no le gusta, pero sabe apreciarlos por el amor que le tiene a su abuela. Luego aparecen Jackson y sus otros dos hermanos Stewart y Hummer, quienes están acompañados de sus esposas e hijos, aunque quien termina por llamarme la atención es el padre de todos ellos, quien, a pesar de su edad, el señor Carter sigue viéndose como un hombre robusto y no muy viejo.

— ¡Amy! ¡Que alegría verte! —La señora Carter me da un abrazo.

—Lo mismo digo de usted, señora Lee —recibo su gesto.

—Te vez hermosa, ahora si pareces una chica de Wyoming —hago una mueca.

Supongo que ese alago debo tomarlo como algo bueno, ¿no? Porque hasta el momento no le he encontrado ni una pizca de ironía o falsedad, sino más bien, todo lo contrario, a lo que no esperaba escuchar.

—Amy, ¡que bien verte aquí! —Llega Jackson.

—Sí, parece que a Sawyer le alegrara verte aquí —me guiña el ojo, Stewart.

—Vamos, dejen de molestarla —los reprende la señora Lee.

El señor Carter se acerca a nosotros para ver de quien están hablando, hasta que sus ojos pasan a mí de cabeza a pies, como si me estuviera inspeccionando e intentando recordar si en algún lugar nos hemos conocido o posiblemente ya ha empezado a darse cuenta que soy la nueva forastera de Jackson Hole.

—Amy, te presentare a mi esposo, Colton. Cariño, ella es Amy Sanders —la señora Lee nos presenta.

—Es un gusto conocerlo, señor Carter —alzo mi mano.

Él se queda mirando por un instante mi mano como si apuntara a decirme en que no tomara mi saludo, así que, los primeros segundos que pasaron al ver que no me correspondería, estuve a punto de cerrar y alejar mi mano, pero al final, él termino por tomarla de forma inesperada haciendo que sienta un escalofrío.

—Es un placer, señorita Sanders. —Dice amable.

—Solo Amy. —Le digo para que no se moleste en llamarme con mi apellido.

—Está bien, Amy. —Sonríe.

Por un momento había creído que él sería de los hombres serios y fríos pero luego de aquel saludo, se comportó de otra forma, una mucho más cortés, cálida y amistosa; luego de aquel momento, todos empezaron a mantener diferentes conversaciones en donde solo los escuchaba, ya que la mayor parte es para darle ánimos a Sawyer durante la competencia para que pase a las semifinales y luego a las finales, aunque todavía falta mucho para que se dé eso, que fue lo que comprendí de Hummer, quien se enteró de la competencia en que está su hermano.

Después de unos minutos conocí a Hummer y a su esposa Anita, como a su primogénita, Sammy quien es una bebé muy risueña y cariñosa, ya que se dejó que la cargara sin protestar; mientras que, nos sentamos en una mesa para compartir una larga charla sobre caballos y competencias —lo cual poco entendía— preferí quedarme jugando con la bebé, ya que por lo menos eso si se me da y sé cómo hacerla reír.

—Te ves muy bien cargando bebés —mi cuerpo se estremeció cuando su boca rozó con mi oído.

— ¡Tío Sawyer! —Gritó Elizabeth, al ver a su tío.

Todos dejaron de reír y tomar cerveza para levantarse, se acercaron a Sawyer para darle tantos abrazos como palabras de aliento que lograron sacarle un par de sonrisas en las que muchas veces, terminaba por verme de reojo; mi corazón empezó a descontrolarse cuando nuestras miradas chocaban, eso sin decir, como casi estuve a punto de caerme si no hubiera puesto los pies firmes en el suelo cuando su aliento acarició la piel de mi mejilla en el momento que me susurró aquella pequeña corta oración.

—Y ¿cómo está esta preciosura? —Le entregue a Sammy para que la cargara.

La niña dejó ir varios gorjeos que llegaron a enternecer a toda la familia Carter, a pesar que sea la más pequeña de la familia, es la que más posee la atención últimamente, no sólo por los adultos, sino que también de los niños quienes no dudan en querer jugar con ella y brindarle amor a su pequeña prima.

—Te vez hermosa —sentí mis mejillas arder.

—Gracias... —Apenas pude decir.

— ¿Ya fuiste a ver los caballos que participaran? —Él asiente.

—No quisiera decir que estoy confiado pero el único que me preocupa es Pock —sus hermanos saben muy bien de quién habla.

—Esperemos que puedas tener ventaja esta vez, no quisiéramos que te lastimaras la mano y perdieras la competencia. —Le dijo Stewart.

—No creo, estoy listo para cualquier cosa que venga por encima. —Dijo con confianza.

Empezamos a reír mientras escuchábamos por los parlantes como llaman a todos los competidores del rodeo; así que todos empezaron a desearle suerte a Sawyer hasta que, al darle el mismo apoyo, se acercó a mí y le dio una mirada rápida a su familia.

—Me alegro que estés aquí. —Sonrío.

—No me iba a perder esté rodeo, aunque soy nueva en ello, pero quizás entienda rápido —encojo los hombros.

—Me gusta escuchar eso, nos vemos. —Me guiña el ojo.

—Suerte. —Le digo al ver que se marcha.

—No la necesito porque ya está conmigo. —Intentó ocultar mi timidez al saber en quien se refiere.

Hubiera querido tener un fabuloso día al apreciar mi primer rodeo, pero mi mala suerte llego en el momento en que hice un lado mi cabeza para encontrarme a Aby y... ¡Demonios! A Jayden a su lado. Increíble... creo que esté día no será como lo imaginaba.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top