Cap. 6 ¿Qué hace él aquí?
Lo hago por mi hermana, lo hago por mi hermana, lo hago por mi hermana...
Repito mentalmente en mi cabeza incómoda de la situación en la que estamos, donde Blake no deja de lanzar comentarios con doble sentido cuando me ve y ver a mi hermana con dulzura como sí nada.
A todos los santos, lo que sea que atraigan cosas, deseo que mi madre me llame en este preciso momento.
—¿Y qué te gusta de la música, Jas? —le pregunta mi hermana a Blake quién deja de verme para darle su atención nuevamente.
Tenemos media hora en una heladería en el centro comercial y yo estoy que salgo corriendo.
Bla bla bla eso es lo único que escuchó, quiero ir a la casa pero la señorita Yo-soy-super-fan-de-Blake, no quiere irse.
Y mi deber como hermana mayor es acompañarla en todo momento, como este.
Orion no deja de lanzarle miradas confundidas a mi hermana de vez en cuando, mientras habla con su hermano mayor sobre una película de terror, las chicas siguen conversando con el cantante y parece que tardaremos más de lo esperado.
Los guardaespaldas de Blake se mantienen en la puerta como robots haciéndonos sentir más incómodos por la atención que los comensales nos dan.
Luke me ruega con la mirada que salgamos de aquí, lo puedo entender sin necesidad de que me lo diga con palabras y en verdad, no hay otra que no quiera hacer que irme.
No es por ser grosera pero, no me llama la atención esta conversación, la atención de las personas y las miradas de Blake.
—Nena, recuérdame no traerla más sin mi madre... —Luke murmura hacía mí y me carcajeo bajo entendiéndolo por completo.
Tengo una idea.
—Sam, por qué no te quedas acá con Clary y Orion, mientras yo voy a comprar unas cosas que me faltan.—hago un negocio con ella sin añadir más palabras, ella mira a sus amigos y asiente con una sonrisa, pasó mi vista al casi rubio quién se encoge de hombros evitando verme.
Espero y no pierda a los enanos, aunque sé que Orion estará pendiente de las chicas.
Me levanto de la silla tomando mi bolso con calma siendo seguida por el castaño de mi mejor amigo que le recomienda un tipo de música a Jason antes de salir por su anterior pregunta.
Busco a Dana con la mirada por el lugar pero aún no ha regresado de ir a no sé dónde, le envío un texto por último concentrándome en las tiendas a mi alrededor.
[...]
—Gracias por sacarme de ahí. —me agradece Luke de forma dramática mientras me abraza y sonrió de lado.— puedo hablar por horas de música, pero eso de sentir incomodidad es...
—Terrible. —continuó por él riéndome dejando que rodee mis hombros mientras caminamos.— No es nada. No, pero en serio sí tengo que ir por ropa.—le digo con diversión y él hace una mueca dramática terminando con un encogimiento de hombros pero sonriendo divertido.
Siento que se me olvida algo... o alguien.
¡Dana!
—¡Se nos olvidó responderle a Dana! —Luke rebusca su número en su teléfono nerviosamente y yo también lo hago, pero se me cae el bolso en el suelo y antes de poder recogerlo una mano tatuada lo toma y me lo da pasando rápidamente por mi lado.
—Ten cuidado, muñeca. —es lo último que le escucho decir a esa ronca voz, erizándome la piel.
Mi mejor amigo está en busca de la morena desde la baranda marcándole, totalmente ajeno a lo que acaba de pasarme.
Sacudo mi cabeza sacando el celular de mi bolso fingiendo que es mi mente la que quiere jugar sucio con mis recuerdos dedicándome a marcarle a Dan.
—¿Hola?
—Hola abandona amigas
—Hey, no es mi culpa que te hayas quedado en dónde sea que estabas.
—¡Sí, claro!, una cosa es que te vayas y no me digas y otra es que me avises.
—Buen punto, pero yo te envíe un mensaje, Dan. Oye, nos vemos frente dolce-gabanna.
—En cinco estoy ahí.
—Está bien. —cuelgo la llamada sintiendo una mano en mi hombro, reacciona algo exaltada y miró los ojos marrones de mi mejor amigo.
—¿Estás bien? —asentí sonriéndole levemente obligando a mi mente a cerrar esa caja de recuerdos, concentrándome en responderle que sí había olvidado decirle a la morena dónde iríamos.— yo sabía que lo olvidarías. —sus mejillas se inflan en clara señal de querer reírse.
—Síp.—respondo remarcando la "p" con los ojos entrecerrados.— ¡Oye!, sólo pasó una vez. —cuando no aguanta más se ríe a carcajadas.
[...]
—Te dije que este te hará lucir más tus curvas.— Dana me entrega un vestido negro pegado con escote de corazón.
Muy elegante y...
Sigo siendo algo cohibida con este estilo de ropa.
—Es que es demasiado. —intento protestar pero ella me interrumpe.
—Demasiado nada, ve a probártelo. —me ordena y prácticamente arrastrándome al probador, resignada porque conozco a mi mejor amiga y sé que no va a parar hasta que me lo pruebe, cedo a su capricho.
Cierro la puerta y me pruebo el vestido que me paso.
Me miro en el espejo sorprendiéndome por la imagen que se refleja de mí, sí que es lindo, no es como yo pensaba que se vería aunque sigo votando por la ropa cómoda y unas buenas pantuflas o zapatos deportivos.
Algo que debía cambiar cuando estuviese en Los Ángeles.
Salgo del probador con una pequeña mueca ante ese pensamiento y con un suspiro llamó a la morena, quien tiene varios vestidos en su brazo izquierdo.
Aquí es cuando me doy cuenta que no estoy sola.
Ahí esta Blake.
—Wow... Me encanta como se ve ese vestido en ti, preciosa. —Blake me observa de pies a cabeza con detenimiento provocando que yo miré a otro lado tratando de controlarme por el pequeño sentimiento de violación a mi espacio personal, en palabras molestia.
—Gracias. —respondí cortes, como la señorita que era, llamando nuevamente a mi amiga.
—¡Wow!, ves quién tenia razón, ¿eh? —la castaña sonríe ampliamente con orgullo llegando a donde yo estaba.
—¿Por qué él esta aquí? —Le preguntó-susurro a Dana con notable molestia en el tono de mi voz, ella se encoje de hombros, ajena a ese pequeño detalle.
—Luke vino hace unos segundos dijo que se llevaría a las chicas a comer pizza para que no acosaran a Jason por más tiempo. —Explica tranquila y yo sólo bufo tomando un vestido color coral que me había gustado hace unos minutos pero no había tenido el valor de probármelo por ser "revelador".
Entro al probador nuevamente y me cambio por el otro vestido, ignorando mis incesantes pensamientos.
Este sí que es hermoso, sin ninguna duda es perfecto.
Cuando salgo del probador nuevamente mi mejor amiga es la primera en gritar alegremente aplaudiendo.
—Ese es el propio. —declara mientras me abraza con la misma emoción que tenía apenas me vió.
¡Cómpralo!
Deja vú.
—Bien, lo llevaré. —Finalice mientras me miraba frente un espejo cuerpo completo, su tonalidad era tan preciosa que me costaba creer que en realidad sí fuese de aquella forma, mi cintura se veía más pequeña por el mismo vestido, el cual caía en un corte algo suelto más arriba de las rodillas, la espalda descubierta y un escote en V.
—¡Hey!, rubio no babees. —es lo último que escucho de la morena antes de entrar al probador riéndome sin poder evitarlo, colocándome mi ropa de nuevo.
A la final, termino comprando el vestido saliendo en busca de Luke.
[...]
—Bueno hermosa, nos vemos luego. —Jason besa mi mejilla en forma de despedida dándome una sonrisa juguetona a la cual correspondo.
Contradiciendo mis propias palabras con mis acciones, pero he tenido el placer de conocerlo mejor, encontrando que teníamos algo en común, paró sus comentarios en doble sentido e incesantes coqueteos. Del cien por ciento al cuarenta era algo.
No juzgues a un libro por su portada, a pesar de que te de razones.
—Claro adiós, Jas. —me despedí divertida ante un comentario que hizo de un vestido que habíamos visto antes de dejar el centro comercial.
Ya dentro de la casa, me estiré un poco cerrando la puerta con llave para caminar hasta a mi habitación, relajándome de saber que mi hermana había llegado mucho más temprano gracias a Luke.
—¡Vaya día! —con un suspiro largo y algo dramático me dejó caer en mi cama, fueron muchas emociones y mi mente jugándome malas bromas con viejos recuerdos.
Cómo había pasado desde que había llegado del internado hace un año y medio.
—Hija, ya llegaron las encuestas de la empresa de tu padre, están en el correo, revisa la información antes de dormir. Besos, mamá. —leí la pequeña nota sobre mi laptop en voz baja.
Abriendo está al momento de leer el mensaje que aparece un mensaje en la esquina de la pantalla.
JayK;
Descansa nena, estaré esperando para verte de nuevo, le mandas saludos a mi pequeña Jays.
Busco mi celular abriendo el chat con una pequeña sonrisa leyendo el último mensaje.
Fue genial pasarla con ustedes.
9:30 pm.
Tú igual teñido; ¡Claro que le mandaré saludos!, eh... pues esperarás por un buen tiempo, cómplice de moda.
9;33 pm.
Ya con esa última respuesta me cambié por algo más cómodo y me centré en lo más importante del día, las encuestas de la empresa.
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Los amoadoro. 🌛
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