Cap. 57 El sentimiento posesivo.
Después de la confesión por parte de cierto castaño, había quedado totalmente confundida con mis propias emociones, tanto que me frustraba dudar de lo que sentía, de pensar en su mirada avellana, su sonrisa, su voz, cada una de sus cualidades para mi eran la maravilla del mundo.
Incluso si era un troglodita por su carácter o lado posesivo.
—Mucha cursilería en mi mente. —me quejé en voz baja sacando los helados del congelador, relamiendo mis labios, retomé nuevamente mi camino hasta mi habitación bloqueando mi celular reenviando el correo de las finanzas a Ethan.
Trabajo y más trabajo, para distraer al alma.
—¡Bebé! —llamó mi mejor amiga desde mi habitación reí, sujetando mejor la manta contra mi cuerpo cerrando la puerta.— ha llegado la diva del helado, mira, Lukie, hasta tiene chispitas brillantes.
Rodé los ojos por la mención de la morena sentándome en el mueble riéndome divertida por las muecas que ambos se hacían.
—Dana, deja a la loca del helado ser la loca del helado. —pidió en un tono serio el castaño sin poder seguir aguantando esa sonrisa divertida suya.
Yo les sonreí a ambos, tragándome el nudo repentino de mi garganta, revisando mi teléfono una vez más para ver la respuesta de Ethan, pero fue la llamada entrante de mi troglodita lo que me hizo quedar estática.
—Oh, pero es que todo este tiempo fue Sharon. ¡¿Qué clase de amiga era?! —se quejó el castaño siendo apoyado por mi mejor amiga, mientras se centraban en la novela que habían empezado.
Mi mente divagaba en ese tercer mensaje de Logan.
Es extraño para mi, pero anhelo poder abrazarte aunque sean unos minutos.
5:45"
Pensar en cómo esos mensajes lograban un cosquilleo a través de mi cuerpo era una maravilla estar con Logan Hale, podía ser una montaña rusa de emociones, todo podía ir bien a veces y las otras veces, era la caída sin cuidado. Mi corazón era la prueba de que mis emociones igual estaban en contra de mis acciones, sentimentalmente.
Pensar en esta semana era como pensar en la montaña rusa completa, con el parque completo.
Empezando por ese reencuentro con el chico del club, Crow, con quién retome las conversaciones pendientes en un café un día que salía del trabajo. Casualidades de la vida las llamaba yo, intercambiamos nuestros números telefónicos esta vez.
Ahora, Dante, parecía haberse olvidado de lo que habíamos hablado esa noche que fue mi héroe, cuando conoció a Sophie, la chica de su vida, y entendió que mi corazón ya estaba ocupado según él, por Logan. Algo irónico, porque yo seguía en mi terquedad.
Y por último, Sebas, del cuál tenía un mes y medio sin saber nada.
¿Quién podría decirlo?, un círculo amoroso en el cual casi había terminado.
Analizando todo lo que ocurría en mi vida, una costumbre que se volvió, terminé con la cabeza apoyada sobre el hombro de Luke, con los ojos entrecerrados en la pantalla y el pote arrebatado por el castaño, con mitad del helado de chocolate.
La serie había cambiado, ahora Luke había puesto una con la que nos habíamos enganchado al máximo.
—Mira nada más, Rosa cambia a su mejor amiga por ese chico, oh, vamos pero que horror. —niega el castaño comiendo palomitas que había traído Dana antes de salir por la pizza que había pedido, para los tres, ignorando la advertencia de mi mejor amiga de acabar con sus palomitas.
—Luke... no. —suelto las carcajadas que hasta los momentos contenía, olvidándome de lo que pensaba al ver cada una de sus expresiones exageradas.
Su llegada a Los Ángeles me había sentado muy bien, me había hecho falta tener a mis dos de mis tres loquitos favoritos. Además de que me sentía segura con su compañía y la Dan, el miedo seguía ahí aunque lo negara.
Papá, por su parte había tomado un viaje a Canadá para "resolver" algunos asuntos, los cuales presentía que se trataban de mi adorable madre, ya que había dejado de tener noticias de ambos desde que Will Collins cumplió dos días en el suelo canadiense.
Reí pensando en la situación y luego humedecí mis labios, mi hermano debía de andar por ahí con su chica, nada que no sea regular.
¿La razón de mi nueva pelea con Logan?, había caído en sus redes de nuevo y mi terquedad. Lo reconozco.
Me dejé llevar y una cosa nos llevo a su cama, cosa que después él simplemente la embarró y después para completar sus estupideces, le pego a un chico sólo por pedirme bailar a un club que casualmente él se encontraba.
La cosas con mi troglodita iban de esta forma; discusiones, peleas, besos y otra vez a la cama.
Últimamente pensaba que la canción de ese cantante latino, nos identificaba, aunque nosotros no teníamos nada serio aún.
—Emily, Logan te busca. —Dana entró metiendose un manojo de palomitas en la boca, alejando el bowl de las manos del castaño, yo reí por su pequeña pelea y caí en lo que había dicho, negué con seriedad.
No quería verlo, no quería discutir por estupideces.
—No quiero verlo, puedes... dile que estoy enferma o algo. —murmuré bajo sentándome mejor, mis mejores amigos me miraban preocupados pero sabían que ese era mi momento de pensar las cosas, analizar la situación lejos del bonito troglodita, digo Hale.
—Le diré, pero sabes cómo es, Collins. No va a rendirse.
Asentí viendo a la morena desaparecer por la puerta cerrándola tras de ella, mientras yo me ocultaba entre los cojines del sofá.
Sintiendo esa inquietud en mi pecho.
—Estoy aquí, peque. —mencionó suavemente mi amigo apoyando su mano cerca de uno de los cojines.— estamos aquí para lo que nos necesites. —volvió a hablar en un tono comprensivo.
Él no se acerco, me dio mi tiempo, atento a cuando pidiera un abrazo por esas emociones que me abrumaban en aquellos instantes.
•Una semana después•
Lukie.
Emily, tengo que preguntarte algo serio.
11:29 am.
¿Sabes de casualidad dónde deje mis chocolates de oreo?
11:30 am.
Reí involuntariamente por el mensaje de mi mejor amigo, sin duda había sido algo que no había podido ignorar, una voz masculina me hizo salir de mi trance.
—¿Algo que desee compartir, señorita Collins? —Logan me miraba serio y hablaba con esa frialdad tan típica de él, cuando se enojaba en las juntas.
Ese primer mensaje me había puesto los pelos de punta antes de haber recibido el segundo donde estaba la pregunta, por esa razón lo había usado anteriormente preocupada. Estábamos en una reunión, pero relativamente no había mucho que aportar aparte de nuevas asociaciones y proyectos que ya se habían pautado. Con respecto al tema de la gala, ya era algo finiquitado hasta el más mínimo detalle.
Puede que también haber discutido un punto de vista con un chico pelirrojo a mi lado, ignorando las miradas de Hale. Max Creck era muy amable tanto como inteligente y por último, atractivo de una forma surrealista.
Los celos de Hale no tenía bases esta vez.
—No. —respondí firmemente viéndolo a los ojos sin temor, hasta ese momento no me había fijado del tenso ambiente en el que nos encontrábamos con un silencio incómodo.
Max no dijo nada pero supo que su querido jefe, el diablo, como yo lo llamo, podía matarlo con esas miradas suyas a su persona.
Algo que se tomó como diversión.
—Aquí es cuando sube sobre la mesa y te reclama como un cavernícola. —murmuró suavemente el pelirrojo en un tono burlón, sólo para mí, los demás seguían hablando en voz baja, pero la risa que escapó de mis labios fue suficiente para que Logan mandara a callar a todos.
—La reunión ha terminado. Pueden retirarse. —este se levantó mirándome con fiereza, trate de huir de él pero antes sentí como me llamo.— señorita Collins, usted no, necesito hablar seriamente con usted.
—Suerte, muñeca. —se despidió mi compañero de trabajo con una pequeña sonrisa sincera saliendo.
Cuando todos se fueron me quede justo donde estaba como sí esa mesa fuera la barrera protectora de un pequeño conejo a punto de ser cazado por un depredador.
La puerta estaba cerrada, no había salvación.
A pesar de que me divertía, mis nervios dominaban mis acciones.
—¿Cuántas veces debo repetirte que no me gusta como ese idiota se acerca a ti? —fue lo primero que gruñó rodeando la mesa, con lentitud y la mandíbula apretada. Rodé los ojos.
Estaba celoso.
Muy celoso.
—¿Disculpa?, de cuándo acá tengo que pedirte permiso para hablarle a quién quiera? —me crucé de brazos alzando una ceja manteniendo mi postura firme, olvidando esos nervios por su intensa mirada.— Logan, que te quede claro, tú y yo no somos nada.
—Estés o no conmigo, sigues siendo mía, Emily. —se acercó quedando a escasos centímetros de mí.— no me gusta como te coquetean y mucho menos como ese chico siempre toca lo que es mío. —gruñe, debe ser refiriéndose a Luke.
—Dejemos los puntos justo en las I. Yo no soy tuya, no te pertenezco a ti, ni a nadie. Soy de mi misma. —lo miro seria alejándome, mientras más lejos estuviese de su cercanía podría pensar con claridad.
Tan pronto como esas palabras salieron de mi boca escuché el gruñido de Logan, sus ojos se oscurecieron y sus pasos sigilosos se volvieron más amenazantes, pero extrañamente seductores.
—Oh, pequeña Emily.
Su voz fue como un ronroneo pero más gruñido, había notado que él estaba actuando raro.
—Logan.—el hilo de voz que se escucho salir de mis labios no parecía mío, cuando choqué con la pared, él no perdió tiempo y me acorraló.— ¿Qué estás intentando hacer, troglodita?
—Eres mía, gruñona. —murmuro antes de estampar sus labios contra los míos, definitivamente sentí un remolino de sentimientos en mi interior, un jadeo escapó de mis labios cuando el beso se volvió intenso y mis dedos se enredaron en su cabello.
—L-Logan... —susurré sintiendo sus besos en mi cuello ahora, había hecho que enrollara mis piernas alrededor de su cadera.
Mis manos seguían jugando con su cabello libremente, estaba perdida eso lo sabía, porque lo estaba disfrutando.
Mi razón se había ido a la nada.
—No quiero que te toquen, eres mía, gruñona. Joder, Emily... me tienes mal. —su voz era como melodía para mis oídos, estaba hablando en un tono que haría que cualquier chica se derritiera.
—No soy t... ¡Logan! —un gemido escapó de mis labios sin querer cuando él se rozó contra mí, despertando mis instintos lujuriosos.
Estaba perdiendo la cabeza.
—Eres mía, no lo niegues.
Cómo pude salí del trance, lo aparte de mi y con la poca cordura que me quedaba le di una cachetada.
—Estás loco, Hale.
—Lo siento por esto, pero no puedo negarme a sentir cuando te tengo tan cerca. —inmediatamente me beso, apenas tuve tiempo a reaccionar, porque correspondí con el mismo remolino de emociones con el que sentía aquel beso.
No pude pararlo esta vez.
Pues yo tampoco quise parar.
Y me deje llevar.
*******
Lady bipolar ha vuelto, aliens.
Logem en proceso y el team Sebas para la montaña de nuevo. 😂
Pero bueno, l@s amo un montón.
💚
Nos leemos en el próximo cap.
—Em.
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