Cap. 5 ¿Hablan de mí?

Cuando llegamos al estudio lo primero que hice fue aparcar mi precioso Lamborghini rojo, mirando por el espejo a mi hermana quién sigue parloteando emocionada, al bajar del auto tomo mi bolso tranquila.

Guardo mi celular después de chequear la hora en el bolsillo trasero de mi pantalón, pero una incómoda sensación aparece en mi pecho, confundida con la intranquilidad empezando a surgir en mi interior intento descubrir por qué me siento observada. No hay nadie.

—¡Me muero!, Ya quiero conocerlo. —mi hermana salta emocionada acaparando mi atención mientras yo le sonrió, parece un conejito saltando.

—Pues entonces, ¡vamos! —le dije caminando en dirección a la entrada tomando su mano la cual soltó rápido cuando escuchamos una voz, completamente familiar. 

—¡Sam! —gritaron detrás de nosotras, la recién nombrada giro sobre sus talones y busco a quién la había llamado.

—¡Clary! —chillo emocionada, mi hermana, pegando una carrera hasta los brazos de su mejor amiga mientras que atrás podía observar a Luke y a su otro hermano menor Orion el cual tiene dieciséis, un año mayor que la pequeña Collins, era muy lindo en su forma de ser y físico al igual que la pequeña Claralisse.

Debo decirlo, toda la familia de Luke es de esa forma, pero los tres hermanos, son más reconocidos como los rompe corazones.

—No sabes cuánto me ha hablado de Blake en todo el camino. —espeta Luke llegando a mi lado haciendo un puchero.

—Y además de escuchar todas sus canciones en el viaje. —Orion copia el gesto de su hermano mayor cargando ahora a mi hermana sobre su espalda como sí se tratase de una pluma.

—¡Oye!, ¡él es muy atractivo!—dice Sam sonriendo y Clary la apoya.

Luke, Orion y yo, sólo rodamos los ojos.

Hormonas.

Y eso que yo también sufro aún de esas, señores.

—Ustedes lo pasarán el día que quieran sacar a un personaje de algún libro, película o serie. —añadió mi hermana menor con una sonrisa burlona.

Nuevamente compartimos una mirada y yo respiré profundo, ya yo lo pasaba.

—Será mejor que entremos antes de que Dana nos mate. —Luke me mira con algo de pánico mientras yo afirmo con la cabeza y nos adentremos al estudio un poco inquietos. 

—¡¡EMILY!!, ¿¡DÓNDE RAYOS ESTABAS!? —grita la castaña, emocionadamente corriendo hasta nosotros.

—¡Hola Dani! —la salude sonriendo relajada sin afectarme mucho por su emoción; aunque no era tan helada con mis mejores amigos, así que le apreté una mejilla en un gesto de cariño.

—Tenemos que cambiarnos antes de que llegue Jason —me da una mirada con una mueca, una cosa normal cuando está estresada.

—¿Cambiarnos? —le pregunto confundida, no entendía por qué hacer tanto alboroto.— ¿tenemos sesión de fotos?

Ya no me gustó venir aquí.

Lo hago por Sam y porque quiero a mi mejor amiga.

—¡¿El ensayo?!, Después de eso viene Jason— explica haciendo movimientos con sus manos, ahora soy yo quién arruga la nariz algo disgustada, pero recuerdo que tengo que hacerlo ya que justo en ese momento tengo trabajo.

Incluso la canción de fondo motiva a todos los que se encuentran en el lugar.

U can't touch this de MC Hammer.

Luke se encuentra detrás de Dana bailando con Orion, intentando hacer unos pasos casi imposibles que me hacen querer reír, me concentro de nuevo en la castaña pensativa.

—Ahh, ¡cierto! —creo que debería de poner un recordatorio, sí sigo viniendo aquí.

—¡Ahora ve a los camerinos! —me ordena dándome una palmada en el muslo provocando que salte un poco riendo, voy en dirección a estos mirando todo con diversión.

No quiero saber cómo reaccionaría sí conociera a su amor platónico famoso.

—Luke, cuida a Sam, no dejes que coma mucho dulce — le pido antes de seguir mi camino dándole una mirada seria a mi hermana menor quien me devuelve la mirada pero un poco molesta, cuando mi mejor amigo asiente yo reanudo mis pasos.

Los chicos siguen con sus pasos y ahora las niñas son las que se ríen por sus pasos exagerados.

Con una sonrisa me adentro a cambiarme.

[...]

—Chicas, lo hicieron ¡genial! —nos dice Marck, aparte de ser nuestro instructor es nuestro representante.

Y lo más interesante es que su sentido de la moda siempre nos salva en los peores momentos.

—Gracias Marck,  ¿cuál es esa sorpresa que nos tienes? —pregunte curiosa recogiendo mi cabello en un moño descuidado mirándome en el espejo teniendo su reflejo presente.

—Oh, ¿eso?, pues... dame un segundo. —dijo yendo detrás de la puerta de los camerinos regresando con una enorme caja la cual tenía un listón rojo a su alrededor.

¿Un pastel?, ¿por qué es tan grande?

"Las sorpresas son buenas, ¿no crees?"

Saco de mi mente ese recuerdo pasajero centrándome en la curiosa voz de mi mejor amiga.

—¡Wow!, ¿qué haremos con eso? —pregunta Dana intrigada, ahorrándome la pregunta mientras me concentraba en quitarme el excesivo tono oscuro del maquillaje en mis ojos.

Me daba curiosidad en realidad, pero moría por no tener maquillaje en mis ojos, así que con cuidado seguí pasando el pequeño pañuelo mirándolos por el espejo.

¿Y Marck?

Fruncí el ceño al no verlo confundiéndome, miré a la morena quien le daba vueltas a la caja ajena a la desaparición del hombre de cabello morado.

Estábamos las dos solas ahora, con una caja extraña de gran tamaño.

¿Sería una de las bromas de nuestro representante?

—Y sí es otra de las bromas de Marck? —le expresé un poco asustada a mi amiga.

—No creo, Em, esto debe tener algo por donde quitarle la tapa. —añadió ella dándome tranquilidad para seguir quitándome el maquillaje del ojo izquierdo, lo último.— debe ser algo muy bueno.

—¿Hablan de mí? —pregunto una voz masculina saliendo de detrás de la caja, no le doy importancia hasta que mi hermana entra al mismo tiempo chillando cual loca fan, tomó una gran bocanada de aire tratando de calmar mi respiración acelerada cayendo en la realidad.

Mi corazón estuvo a punto de terminar sobre la peinadora.

—¡AHHHHH!, ¿¡JASON BLAKE!?, ¡¿Aquí en los camerinos?! —vuelve a chillar con emoción, cosa que ahí si giro sobre mi silla giratoria para ver la escena que se presenta en mi vida, ya algo calmada por la sorpresa anterior.

Santa madre de la pera.

—¡Hola, princesa! —la saluda y ella se le abalanza encima de este, como sí fuera un koala.

¿Así reaccioné yo cuando mis padres me dejaron ir al concierto de mis cantantes favoritos?

—Es-esto... es un sueño hecho realidad yo soy cien porciento Jays!, ¡me encantas!—le dice aún abrazándolo emocionada, creo que lo está aplastando tanto que por eso le hace falta el oxígeno.

Sí fuera Harry Styles o Louis Tomlinson la entendería, pero por él, no, por mi parte.

#Larry.

Ellos dos son un shipper que siempre admiraré en mi mente, aún sigo esperando su regreso, algún día tal vez.

Salgo de mis pensamientos acerca de esa banda de chicos y vuelvo mi mirada a mi hermana menor, ella sigue parloteando emocionada.

—Eso es maravilloso, pues tú no te quedas atrás hermosa! —habla dulcemente haciendo que ella se sonrojé de manera que alzo una ceja, vale, no sé porqué fue algo incómodo, eso.

—¡Dana, reacciona! —le digo pasando mi mano frente su rostro, cuando reacciona, sonríe repitiendo la misma acción de mi hermana, después llega Clary y hace lo mismo.

Me pego en el rostro en forma de "oh no, no lo hizo" y como no queda otra lo saludo normal sin abalanzarme sobre él.

¿Normalidad?

—Tú debes ser la famosa Emily Collins. —me da mirada exagerada en coquetería, una a la cual ruedo los ojos.

¿Y este cree qué caeré a sus pies?, ¡ja!, por favor, no me hagas reír.

Un gato tratando de atrapar a un ágil ratón.

—Eh sí, soy yo, mucho gusto. —digo de manera educada y le extiendo mi mano en forma de saludo pero él lo rechaza y se acerca a mí abrazándome.

Lo cual no correspondo incómoda "¿Qué pasó, amiguito?"

Esto es raro y un poco incómodo.

—El gusto es mío, preciosa. —sigue flirteando sonriente.

¿Espacio personal?, no, no creo que conozca esas palabras.

—Eres más guapa de lo que he escuchado, una belleza andante.

Lo admito es guapo pero no soy una chica que se rinde por una bonita sonrisa o cumplidos como esos.

Mentirosa.

—Eh... ¿gracias? —recordando los modales que fueron grabados como tatuajes en mi mente le respondo con una mueca disimulada al igual que la mala mirada que le doy.

—Me gustaría poder conversar contigo sobre algunas cosas importantes, como tu inigualable hermosura.

Ok, esto es incómodo.

Él podría seguir soñando con esa conversación en su cabeza porque yo no pensaba quedarme a solas o lo que sea que creyera.

Entonces antes de salir del camerino tras mi mejor amiga lo miré alzando una ceja, él nos había invitado a todos a salir.

—Nos vemos afuera, hermosa. —fue lo que me hizo detenerme en la entrada.

Y no caería por alguien con una sonrisa coqueta al punto de que te temblaran las rodillas.

O tal vez eso me quería hacer creer a mi misma...

Eso mismo dije hace años atrás. Pensé saliendo sin devolverle la palabra, necesitaba salir de aquí cuanto antes.

Mientras más lejos estuviese, mucho mejor.

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Ay, Blake. 😂

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