Nos separamos lentamente de aquel beso interminable para ambos, suspirando bajo antes de intentar relajarme por el pulso acelerado.

Entonces como sí todo aquello que me dije antes se convirtiera en agua, caí en la realidad.

Me alejé de él negando con suavidad, no podía jugar ese mismo juego cuando yo misma sabía que perdería como hace unos minutos atrás.

—Logan, esto... lo de nosotros, debe ser profesional, no puede pasar más allá. —esa expresión incrédula se fue tan rápido como llegó aquella sonrisa al igual que su guiño sin dejar de mirarme.

—Déjame aclarar algo, pequeña. Esa barrera que pones entre nosotros no va a durar mucho, pues se te olvidó... —tomó mi mano besando mis nudillos sonriente como si de es forma estuviese sellando una promesa silenciosa.— que soy excelente traspasando esos muros de una sola vez, Emily.

Un sonrojo apareció en mis mejillas debido a los recuerdos fugaces.

—Logan...

—Emily, no voy a rendirme, voy a cruzar ese muro, cuidarte y tenerte para mí, sólo para mí, así como yo seré tuyo. —lo último lo dijo de una manera posesiva que me hizo estremecer, aquella determinación que tenía para decir esas palabras era única.—Tú sola vas a entregarte por completo ante mi cuando estés lista y si eso pasa, créeme que no voy a dejarte ir tan fácil, pues te había estado buscando por mucho tiempo.

—No sabes de lo que hablas, Logan, es una locura. —murmuré aturdida, sé que me escucho, algunas palabras me sorprendieron pero no podía dejar que los sentimientos me dominarán nuevamente, menos con esas afirmaciones suyas.

—No. Claro que sé de lo que hablo, princesa y créeme que lo menos que me importa ahora es que sigas siendo prohibida. —respondió dedicándome esa mirada tan intensa que sólo él poseía.—Sólo que hoy no hablaré más contigo de este tema, porque no quiero abrumarte más, el martes te quiero puntual en la empresa, hay cosas que hacer. —dejó de tocar mi mejilla antes de sonreírme nuevamente.

—Estás totalmente mal, eso lo sé. —me aparte de él entrando en razón por fin pero cuando lo miré ya se estaba encaminando a alguna parte del lugar.

—No puedes prohibirte los sentimientos, Collins. —fue lo único que le escuché decir antes de que se terminara de alejar y yo colocará mi mano contra mi pecho, justamente donde mi corazón ahora latía desbocado.

Cerré los ojos dejando escapar un pequeño suspiro de mis labios, Logan Hale, no solo me había robado la voz, sino también estaba tratando de robarme el corazón de una manera ¿poco convencional?, ni yo lo entendía.

Eso era lo que pasaba cuando la ilusión hacía su acto de presencia, no quería enamorarme o sentir algo similar, me negaba a entrar a ese terreno pantanoso. Aunque no quisiera darle la razón a Logan, estaba en lo cierto cuando menciono los muros, ambos sabíamos que eso sería imposible ahora que las cosas eran diferentes.

Cada ser humano tenía una debilidad y la mía era "ilusionarme", cosa que me hacía débil y propensa a salir con el corazón roto en algunas ocasiones cuando me lo permitía.

Aún así me arriesgue a llevar todo al máximo.

Sí algo había aprendido era que no siempre la vida te daba lo que querías o podías controlarla, pero sí tenías oportunidades para lograr ciertas cosas.

—¡Emily! —La voz de Dana me saco de donde sea que estaba metida pensando, lamí mis labios sin intención alguna, solo recordando aquel beso que había tenido hace unos segundos embelesada. —Mmm, nuestra querida amiga aquí presente parece que ya tiene novio y no nos ha dicho nada, cierto, ¿Desti? —ella compartió una mirada cómplice con la rubia que estaba sonrojada a más no poder.

Como respuesta sólo me reí bajo negando, ignorando esa necesidad de salir corriendo por el momento del bar.

Estaba totalmente abrumada.

—Yo... pensé que nos diría ahorita. —no sabía si ellas me habían visto y se referían a mí o a Destiny, no tenía la suficiente concentración para darle más vueltas a sus palabras. Incluso mi voz había tomado un tono desanimado, Dana no tardó en mirarme inquisitivamente.

—¿Qué pasa, Emily? —ella dejo de sonreír tomándome de las mejillas observándome y a la vez analizando mis expresiones.

No era necesario hablar sí igualmente ella me entendería por el hecho de conocerme perfectamente bien, más en algunos momentos dramáticos.

—Nada. —intenté sonreír diciendo aquella mentira sutilmente, manteniendo la compostura antes de delatarme.

Yo misma quería creerme aquella mentira también.

—Emily... —me advirtió con sólo decir mi nombre.

—No pasa nada.

—No me mientas.

—Dana.

—Collins.

—Chicas, lo siento pero tengo que irme. —me disculpe cortando el rollo y antes que Dana me siguiera exigiendo más respuestas dos chicos las entretuvieron, dando éxito a mi escape del bar, por fin.

Ya estando afuera saqué mi celular buscando el número de uno de los chicos maldiciendo bajo por no haber traído mi propio auto, pero el repentino sonido del motor de una moto cerca me llamó la atención, para dejar de mirar mi celular en ese preciso momento y quedarme en la estupefacción.

—¿Necesitas transporte, bonita? —La voz gruesa de motorista me era conocida al cien por ciento, lo sabía, mi piel se erizo y los escalofríos no se hicieron esperar cuando por fin se quitaba el casco negro revelando su identidad.

Tragué con fuerza con los mismos recuerdos volviendo nuevamente y precisamente con aquel rubio.

—Dante. —fue lo único que salió de mis labios ganándome una sonrisa de su parte con coquetería.

El principio del fin.

—Después de tanto tiempo nos volvemos a ver, cariño.

Logan's POV

Podía jurar que era la primera vez en mucho tiempo que ese lado posesivo salía a la luz, más cuando no sólo la anhelaba para un rato, sino para largo.

No solía fumar desde que me había graduado de la universidad, pero en casos de estrés, recaía en el vicio, recordando esa época donde la rebeldía era lo único que existía en mi vida.

Más cuando la había conocido a ella, esa mujer que me golpeó tan duro sin necesidad de esfuerzo físico.

Reí con amargura tirando el cigarrillo al piso antes de pisarlo metiendo las manos en mis bolsillos, ni siquiera yo sabía por qué no me había alejado del club y tampoco entendía cómo acepté venir con mis socios.

Para mi fue una sorpresa encontrarla en el mismo lugar donde estaba, tan hermosa como siempre, con esa mirada que hipnotizaba a cualquiera que la mirara.

Era una total ironía de la vida.

—Hale, hermano, pensé que ibas a estar adentro. —no me inmuté abriendo los ojos para ver Clark, que sonreía ampliamente con dos morenas a sus lados.— la diversión apenas está comenzando, Wilson te estaba buscando para que conozcas a las bellezas que ansían verte. —las morenas soltaron una risa con picardía sonriendo igual que él.— ¿te perderás el buen rato?

—No estoy interesado, pasó esta vez. —me encogí de hombros escuchando su exclamación antes de soltar a las mujeres sorprendido.

—¿Tú?, ¡¿estás negándote a pasarla bien?!, Logan Hale el mejor...

—Clark, no me interesa. —le interrumpí mirándolo ahora con seriedad, no estaba de humor para "pasarla bien".

—¿Tan mal te rechazo esa muñeca?, ya nos iremos, preciosas. —se volteó mirando a las morenas que ahora estaban cruzadas de brazos pero sonriéndole nuevamente y él volvía a verme expectante.— pero pensándolo bien, estaba muy buena, tal vez...

Lo tomé del cuello mirándolo directo a los ojos, rechinando los dientes apretando mi puño libre con el enojo que sentía.

—Ni se te ocurra acabar lo que ibas a decir, Clark. Ni mucho menos insinuarlo, porque no tendré compasión. —gruñí ignorando las voces de las morenas que ahora estaban asustadas como el castaño.— ¡¿entendido?!

—S-sí. —lo solté sin importarme cuando cayó al suelo recuperando su respiración.— ¡estás loco, Hale!, joder. ¡Es ella! —gritó lo último con una risa desconcertado. — ¡ella es la que esperabas!

No me devolví a ayudarlo, sólo seguí caminando tratando de serenarme.

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